miércoles, 31 de mayo de 2017

¿Por qué los musulmanes veneran tanto a la Virgen María?


La mujer más grande para el Islam y modelo para los creyentes

¿Por qué la Virgen María es tan venerada por los musulmanes? Especialmente bajo la advocación de Fátima, el Islam siente un gran amor por la Virgen María, a quien llaman Nuestra Señora (Sayyida). 
 
Nos explica el experto Francesc-Xavier Marín, doctor en Filosofía y experto profesional en cultura, civilización y religión islámicas, profesor de la Universidad Ramon Llull, consultado por Aleteia:
 
“El Corán presenta a María no sólo como una mujer relevante, sino como la mejor de las mujeres (Corán 3,42-43), haciendo de ella un ejemplo a seguir por todos los creyentes, porque creyó en la veracidad de la palabra de Dios (Corán 66,12). Por esto Dios la escogió para ser la madre de Jesús, el profeta de la bondad.
 
De las 114 suras del Corán, sólo 8 llevan en el título el nombre de algún personaje, y la sura 19 está consagrada a María y a narrar sus virtudes. Explica el texto sagrado que la mare de María, Hannah, se consagró al servicio del templo de Jerusalén, tal como correspondía a la gente del linaje de David. Cuando concibió un hijo, se entristeció porque era una niña y no un varón, pero Dios le reveló que esa niña estaba consagrada a Dios (Corán 3,35-36).
 
Por esto, el Islam proclama que María y Jesús estaban exentos de pecado. Educada por Zacarías en el templo de Jerusalén, María ya destacaba desde pequeña por su piedad y los ángeles la alimentaban (Corán 3,37) y le anunciaron que sería la madre del Mesías (Corán 3,45-48; 19,17-19).
 
Cuando María proclama que ella hizo voto de castidad, el ángel Gabriel le dijo que su hijo será un signo de Dios para la humanidad, una prueba de la misericordia de Dios (Corán 19, 20-21; 66,12). María busca refugio en un lugar apartado y sufre por los rumores que se han difundido sobre su embarazo (Corán 19,22-23). Pero Dios la consuela (Corán 9,24-26) y, hecho milagroso, Jesús recién nacido se le dirige diciéndole que ha hecho bien en creer en la palabra de Dios (Corán 19,27). Vueltos a su pueblo, Jesús proclamará que Dios le hizo su servidos, que le revelará un libro y que hará de él un profeta (19,30-33)”.
 
Hemos encontrado también un fragmento de un escrito de monseñor Fulton Sheen sobre la veneración de María en el Islam. Escrito en 1952, este escrito es de una gran actualidad, y muestra el profundo discernimiento de los signos de los tiempos de este gran pastor norteamericano, hoy camino de los altares
 
El Corán, que es la Biblia de los Musulmanes, contiene muchos pasajes concernientes a La Santísima Virgen. Primero, Corán cree en Su Inmaculada Concepción, también en su parto virginal. El Tercer capítulo del Corán coloca la historia de la familia de María en una genealogía que se remonta a Abraham, Noé y Adán. Cuando se comparan los relatos del Corán y del evangelio apócrifo sobre el nacimiento de María, somos tentados a creer que Mahoma dependía mucho de este último. Los dos libros describen la avanzada edad y esterilidad de la madre de María.  Cuando, a pesar de todo, concibe, la madre de María proclama, según el Corán:  "Oh Señor, te ofrezco y consagro a ti lo que ya está en mi. Acéptalo de mí".
 
Cuando nace María su madre exclama:  "¡y yo te la consagro con toda su descendencia bajo tu protección, Oh Dios, contra Satanás!".
 
El Corán pasa por alto a José en la vida de María, pero la tradición musulmana conoce su nombre y tiene algo de familiaridad con él. En esta tradición José habla con María, quien es virgen. Al preguntarle como fue que ella concibió a Jesús sin padre, María le contesta: "¿No sabes tú que Dios, cuando creó el trigo no necesitó semilla, y que Dios, por Su poder, hizo crecer los árboles sin ayuda de la lluvia?  Todo lo que Dios hizo fue decir  "Hágase", y se hizo".

 
El Corán también contiene versos sobre La Anunciación, la Visitación y el Nacimiento.  Contiene pinturas de Angeles acompañando a La Santa Madre y diciendo: "Oh María, Dios te escogió y purificó, y te eligió sobre todas las mujeres de la tierra".
 
En el décimo-noveno capítulo del Corán, existen 41 versos sobre Jesús y María.  Hay tal defensa a la virginidad de María aquí, que el Corán, en su cuarto libro, atribuye la condenación de los judíos a la monstruosa calumnia de ellos contra la Virgen María.
 
El Significado de Fátima
 
María, entonces, es para los musulmanes la verdadera Sayyida o Señora. El único posible serio rival en su credo sería la hija del mismo Mahoma, cuyo nombre es Fátima. Pero después de la muerte de Fátima, Mahoma escribió: "Tú serás la mas bendita entre todas las mujeres del paraíso, después de María". En una variante del texto, Fátima dice: "Sobrepaso a toda mujer excepto a María".
 
Esto nos lleva a nuestro segundo punto: ¿Por que la Santa Madre, en el siglo XX, se reveló en la pequeña aldea de Fátima, para que todas las futuras generaciones la conocieran como "Nuestra Señora de Fátima"?. Ya que nada sucede desde el cielo si no es con la mayor fineza de detalle. Creo que la Santísima Virgen escogió ser conocida como "Nuestras Señora de Fátima", como promesa y signo de esperanza para el pueblo musulmán, y como asegurándoles que ellos, que le manifiestan tanto respeto, un día aceptarán también a su Divino Hijo.
 
(Fulton Sheen, artículo escrito en 1952)
 
Muy interesante es también esta tercera aportación: la de la teóloga musulmana iraní Sherazade Hushmand, en una entrevista a Radio Vaticano en 2001, con motivo de una alocución de san Juan Pablo II:
 
 
–¿Qué significado tiene la figura de María para los musulmanes?
 
Sherazade Hushmand: En el Corán está muy presente. La presenta precisamente como María Inmaculada. En la tercera sura, de los versículos 34 en adelante, el Corán habla de este aspecto de María, de esta pureza suya total.
 
En un versículo, a propósito de María, se habla de libertad. La mujer de Hemram, que es la madre de María, reza a Dios diciendo: «Dios, yo te dedico aquella que tengo en el seno y la dedico para que sea libre, libre en absoluto».
 
Esta palabra se usa sólo una vez en el Corán y sólo para María. Esta libertad es una libertad absoluta de todo aquello que puede ser visto como pecado, como un mal, como un fallo, como una debilidad. María es pura de todo esto. Y luego viene la afirmación de Dios: «Yo lo acepto».
 
–¿Creen en esto todos los creyentes del Islam? 
 
Sherazade Hushmand: En el capítulo 66, último versículo, el 12, el Corán dice: «¿Queréis que yo os dé un ejemplo de fiel a seguir, válido para todos los creyentes del mundo?». Allí se propone como ejemplo a María. Esto es fortísimo. Porque María no es solamente un ejemplo y un símbolo a seguir por los cristianos, sino que también en el Corán María se convierte en símbolo y modelo para todos los creyentes, también para los mismos musulmanes.
 
–Y esto, ¿qué quiere decir en la vida de todos los días? 
 
Sherazade Hushmand: Tener esperanza, tener un modelo a seguir, tener una mujer tan pura a la que mirar para ir adelante, una mujer que tenía plena confianza en Dios. Ella es el ejemplo de la confianza, confianza total en el Absoluto, en el Dios que es la suma perfección y belleza.
 
Así nosotros la seguimos, teniendo siempre confianza, incluso en las dificultades o frente a las cosas que no logramos comprender. Como a ella, que se le pidió tener un hijo, lo dice el Corán, sin un padre material, sin un padre físico, y ella tuvo confianza y siguió adelante. Así, como ella, nosotros la tomamos como modelo y nos fiamos de Dios totalmente, incluso en los momentos difíciles y duros de la vida.
 
(Sherazade Hushmand, teóloga musulmana iraní, entrevista publicada por la agencia Zenit en 2001)

Fiesta de la Visitación de la Virgen María


Libro de Sofonías 3,14-18a. 

¡Grita de alegría, hija de Sión! ¡Aclama, Israel! ¡Alégrate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén!
El Señor ha retirado las sentencias que pesaban sobre ti y ha expulsado a tus enemigos. El Rey de Israel, el Señor, está en medio de ti: ya no temerás ningún mal.
Aquel día, se dirá a Jerusalén: ¡No temas, Sión, que no desfallezcan tus manos!
¡El Señor, tu Dios, está en medio de ti, es un guerrero victorioso! El exulta de alegría a causa de ti, te renueva con su amor y lanza por ti gritos de alegría,
como en los días de fiesta. Yo aparté de ti la desgracia, para que no cargues más con el oprobio.

Libro de Isaías 12,2-3.4bcd.5-6. 
Este es el Dios de mi salvación:
yo tengo confianza y no temo,
porque el Señor es mi fuerza y mi protección;
él fue mi salvación.
Ustedes sacarán agua con alegría
de las fuentes de la salvación.

Den gracias al Señor, invoquen su Nombre,
anuncien entre los pueblos sus proezas,
proclamen qué sublime es su Nombre.

Canten al Señor porque ha hecho algo grandioso:
¡que sea conocido en toda la tierra!
¡Aclama y grita de alegría, habitante de Sión,
porque es grande en medio de ti
el Santo de Israel!



Evangelio según San Lucas 1,39-56. 
María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá.
Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo,
exclamó: "¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?
Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno.
Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor".
María dijo entonces: "Mi alma canta la grandeza del Señor,
y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador,
porque el miró con bondad la pequeñez de tu servidora.
En adelante todas las generaciones me llamarán feliz".
Porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas:
¡su Nombre es santo!
Su misericordia se extiende de generación en generación
sobre aquellos que lo temen.
Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón.
Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos
y despidió a los ricos con las manos vacías.
Socorrió a Israel, su servidor,
acordándose de su misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abraham y de su descendencia para siempre".
María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa. 

martes, 30 de mayo de 2017

Tú puedes ayudar eficazmente a los cristianos perseguidos rezando esta oración


"Que tu Santo Espíritu les colme con su fuerza en los momentos más difíciles de perseverar en la fe..."

Padre nuestro, Padre misericordioso y lleno de amor,
mira a tus hijos e hijas que a causa de la fe en tu Santo Nombre
sufren la persecución y discriminación
en Irak, Siria y tantos lugares del mundo.

Que tu Santo Espíritu les colme con su fuerza
en los momentos más difíciles de perseverar en la fe.
Que les haga capaces de perdonar a los que les oprimen.
Que les llene de esperanza para que puedan vivir su fe en alegría y libertad.

Que María, Auxiliadora y Reina de la Paz
interceda por ellos y les guíe por el camino de santidad.

Padre Celestial, que el ejemplo de nuestros hermanos perseguidos
aumente nuestro compromiso cristiano,
que nos haga más fervorosos y agradecidos por el don de la fe.

Abre, Señor, nuestros corazones para que con generosidad
sepamos llevarles el apoyo y mostrarles nuestra solidaridad.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

¿Cuáles son los frutos del Espíritu Santo?


La tradición de la Iglesia enumera 12

“Los frutos del Espíritu son perfecciones que forma en nosotros el Espíritu Santo como primicias de la gloria eterna. La tradición de la Iglesia enumera doce: ‘caridad, gozo, paz, paciencia, longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia, castidad’ (Gálatas 5, 22-23)” (Catecismo, 1832).
Son los frutos que produce el Espíritu Santo en la vida del cristiano a lo largo de su vida después de recibir sus 7 dones, dones que son recibidos, junto a las virtudes teologales, en el sacramento del bautismo; dones que son aumentados con el sacramento de la confirmación (Catecismo, 1302), dados en plenitud.
El cristiano es como los árboles: cuando está maduro dará sus frutos; por sus frutos os conocerán (Mt 12, 33). Cuando los árboles están maduros, darán unos frutos que no son agrios, sino dulces y buenos a la vista.
Los santos son quienes han sabido dar todos estos frutos y han sabido practicar las virtudes cardinales (prudencia, justicia, fortaleza, templanza). Ojo, que no hay que confundir estos frutos con la vivencia de los valores humanos.
Veamos ahora en qué consisten dichos frutos:
1.- AMOR O CARIDAD. Quien da este fruto hace ver a Cristo en su vida; es quien permite actuar a Cristo en su vida (Ga2, 20). Si falta el amor no puede encontrarse ninguna acción sobrenatural, ningún mérito para la vida eterna, ninguna verdadera y completa felicidad.
2.- ALEGRÍA O GOZO. Es el fruto que emana naturalmente del amor; es como la luz del sol, o el perfume de la flor, o el calor del fuego. Esta alegría no se apaga en medio de los problemas; todo lo contrario, crece y se robustece en medio de ellos pues se hace más necesaria que nunca. Cuando se está en comunión con Dios amor, la persona es feliz; y busca también hacer felices a los demás. Es una alegría que supera todo goce fundado en la carne o en las cosas materiales.
3.- PAZ. La paz es la perfección de la alegría, porque supone el goce del objeto amado. El “objeto” amado, por excelencia, no puede ser otro sino Dios, y de ahí, la seguridad de la paz que brota de tener a Dios en el corazón. La paz nos hace ser personas serenas y mantiene al alma en la posesión de una constante alegría a pesar de todo.
4.- PACIENCIA. Quien da este fruto, supera las turbaciones que implica la lucha permanente contra los enemigos del alma y sus fuerzas invisibles y visibles. También facilita un encuentro armonioso con las criaturas con las que nos relacionamos. La paciencia nos hace ser cristianos que se saben controlar e impide que seamos resentidos o vengativos. Este fruto ayuda a superar la tristeza e impide que nos quejemos ante los problemas y sufrimientos de la vida.
5.- LONGAMINIDAD. Longanimidad es el mismo coraje o el ánimo en las dificultades que se oponen al bien; es un ánimo sobrenatural para concebir y ejecutar las obras de la verdad. Este fruto permite al cristiano saber esperar la acción de la Divina Providencia, cuando ve que, según la lógica humana, se retrasa el cumplimiento de sus designios. Es un fruto que permite mantenernos perseverantes ante las dificultades.
6.- BENIGNIDAD. Es una disposición permanente a la indulgencia y a la afabilidad. Es un fruto que nos ayuda a ser gentiles y ayuda a defender la verdad sabiendo ‘discutir’. Da una dulzura especial en el trato con los demás. Es una gran señal de la santidad de un alma y de la acción en ella del Espíritu Santo.
7.- BONDAD. Es la fuerza que nos ayuda a ocuparnos del prójimo y beneficiarlo. Es como consecuencia de la benignidad pero de manera más incisiva en quien sufre y necesita ayuda. Quien da este fruto no critica malsanamente y tampoco condena a los demás; es más, ayuda a sanar a ejemplo de Jesucristo, la bondad infinita.
8.- MANSEDUMBRE. Ayuda a evitar la cólera y las reacciones violentas. Se opone a la ira y al rencor, evita que el cristiano caiga en sentimientos de venganza. La mansedumbre hace al cristiano suave en sus palabras y en el trato frente a la prepotencia de alguien. Es el fruto que nos asemeja a Jesús manso y humilde de corazón.
9.- FIDELIDAD. Quien da este fruto defiende la fe en público y no la oculta por miedo o vergüenza. La fidelidad es cierta facilidad para aceptar todo lo que hay que creer; es firmeza para afianzarnos en ello y tener la seguridad de la verdad que creemos sin sentir dudas. Al dar este fruto estamos glorificando a Dios quien es la verdad absoluta.
10.- MODESTIA. Quien da este fruto excluye todo lo que sea áspero y mal educado; este fruto se le nota al cristiano en el vestir, en el hablar, en su comportamiento, etc.. Ayuda para que nuestros sentidos no se fijen en cosas indecorosas y vulgares. Ayuda a ser discreto y cuidadoso con el cuerpo, evitando ser ocasión de pecado para los demás; así como también a preparar y mantener nuestro cuerpo para ser, en medio de nuestra debilidad, digna morada de Dios.
11.- CONTINENCIA. Como indica su nombre, ayuda a contener o a tener a raya la concupiscencia en lo que concierne al comer, al beber, al divertirse y en los otros placeres de la vida terrenal. La satisfacción de estos instintos es ordenada por la continencia como consecuencia de la dignidad de los hijos de Dios que tenemos. La continencia mantiene el orden en el interior del hombre.
12.- CASTIDAD La castidad es la victoria conseguida sobre la carne y ayuda a que el cristiano sea más un templo vivo del Espíritu Santo. Quien da este fruto es cuidadoso y delicado en todo lo que se refiere al uso de la sexualidad. Quien es casto (ya sea virgen o casado) experimenta la alegría de la íntima amistad de Dios: felices los limpios de corazón, porque verán a Dios.

Martes de la séptima semana de Pascua


Libro de los Hechos de los Apóstoles 20,17-27. 

Pablo, desde Mileto, mandó llamar a los presbíteros de la Iglesia de Efeso.
Cuando estos llegaron, Pablo les dijo: "Ya saben cómo me he comportado siempre con ustedes desde el primer día que puse el pie en la provincia de Asia.
He servido al Señor con toda humildad y con muchas lágrimas, en medio de las pruebas a que fui sometido por las insidias de los judíos.
Ustedes saben que no he omitido nada que pudiera serles útil: les prediqué y les enseñé tanto en público como en privado,
instando a judíos y a paganos a convertirse a Dios y a creer en nuestro Señor Jesús.
Y ahora, como encadenado por el Espíritu, voy a Jerusalén sin saber lo que me sucederá allí.
Sólo sé que, de ciudad en ciudad, el Espíritu Santo me va advirtiendo cuántas cadenas y tribulaciones me esperan.
Pero poco me importa la vida, mientras pueda cumplir mi carrera y la misión que recibí del Señor Jesús: la de dar testimonio de la Buena Noticia de la gracia de Dios.
Y ahora sé que ustedes, entre quienes pasé predicando el Reino, no volverán a verme.
Por eso hoy declaro delante de todos que no tengo nada que reprocharme respecto de ustedes.
Porque no hemos omitido nada para anunciarles plenamente los designios de Dios."

Salmo 68(67),10-11.20-21. 
Tú derramaste una lluvia generosa, Señor:
tu herencia estaba exhausta y tú la reconfortaste;
allí es estableció tu familia,
y tú, Señor, la afianzarás
por tu bondad para con el pobre.

¡Bendito sea el Señor, el Dios de nuestra salvación!
El carga con nosotros día tras día;
él es el Dios que nos salva
y nos hace escapar de la muerte.



Evangelio según San Juan 17,1-11a. 
Jesús levantó los ojos al cielo, diciendo:
"Padre, ha llegado la hora: glorifica a tu Hijo para que el Hijo te glorifique a ti,
ya que le diste autoridad sobre todos los hombres, para que él diera Vida eterna a todos los que tú les has dado.
Esta es la Vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu Enviado, Jesucristo.
Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste.
Ahora, Padre, glorifícame junto a ti, con la gloria que yo tenía contigo antes que el mundo existiera.
Manifesté tu Nombre a los que separaste del mundo para confiármelos. Eran tuyos y me los diste, y ellos fueron fieles a tu palabra.
Ahora saben que todo lo que me has dado viene de ti,
porque les comuniqué las palabras que tú me diste: ellos han reconocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me enviaste.
Yo ruego por ellos: no ruego por el mundo, sino por los que me diste, porque son tuyos.
Todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío, y en ellos he sido glorificado.
Ya no estoy más en el mundo, pero ellos están en él; y yo vuelvo a ti."

lunes, 29 de mayo de 2017

Oye, ¡has recibido una carta importante!


Haz clic y lee, la carta es para ti, hoy

Hijo mío:
Tú podrás no conocerme, pero yo se todo sobre ti… Sal 139,1
Yo se cuándo te sientas y cuándo te levantas… Sal 139,2
Yo conozco bien todos tus caminos… Sal 139, 3
Hasta los cabellos de tu cabeza están todos contados… Mt 10, 30
Pues fuiste hecho a mi imagen… Gn 1,27
En mí vives, te mueves y has existido… Hch 17, 28
Pues eres mi descendencia…Hch 17,28
Yo te conocí incluso antes de que existieras… Ef 1,11-12
No eres un error, pues todos tus días están escritos en mi libro… Sal 139, 15-16
Yo determiné el momento exacto de tu nacimiento y dónde vivirías… Sal 17,26
Fuiste hecho de forma admirable y maravillosa… Sal 139,14
Yo te formé en el vientre de tu madre… Sal 139,13
Yo te saqué del vientre de tu madre el día en que naciste… Sal 71,6
Yo no estoy distante y enojado, pues soy la expresión completa del amor… 1Jn 4,16
Y mi deseo es derramar mi amor sobre ti… 1Jn 3,1
Simplemente porque eres mi hijo y Yo soy tu Padre… 1Jn 3,1
Yo te ofrezco más de lo que tu padre terrenal jamás podrá ofrecerte… Mt 7,11
Porque soy el Padre perfecto… Mt 5,48
Cada regalo bueno que recibes viene de mi mano… Stg 1,17
Pues Yo soy tu proveedor y suplo tus necesidades… Mt 6,31-33
Mi plan para tu futuro ha estado siempre lleno de esperanza… Jer 29,11
Porque Yo te amo con un amor eterno… Jer 31,3
Mis pensamientos sobre ti son incontables como la arena en la playa… Sal 139,17-18
Y Yo me regocijo sobre ti con cánticos… Sof 3,17
Yo nunca pararé de hacer el bien para ti… Jer 32,40
Porque tú eres mi tesoro más precioso… Ex 19,5
Yo deseo establecerte con todo mi corazón y toda mi alma… Jer 32,41
Y quiero mostrarte cosas grandes y maravillosas… Jer 33,3
Si me buscas de todo corazón, me encontrarás… Dt 4,29
Si te regocijas en mí yo te daré los deseos de tu corazón Sal 37,4
Pues fui Yo quien puso esos deseos en ti.. Flp 2,13
Yo soy capaz de hacer más por ti de lo que puedes imaginar… Ef 3,20
Pues Yo soy tu mayor animador… 2 Ts 2,16-17
Yo soy también el Padre que te consuela en todas tus dificultades… 2Co 1,3-4
Cuando tu corazón está roto, Yo estoy cerca de ti… Sal 34,18
Como un pastor carga un cordero, Yo te cargo cerca de mi corazón… Is 40,11
Un día Yo enjugué todas tus lágrimas de tus ojos… Ap 21,3-4
Yo soy tu Padre, y Yo te amo así como amo a mi hijo, Jesús… Jn 17,23
Pues en Jesús, mi amor por ti es revelado… Jn 17,26
Él es la representación exacta de lo que soy… Hb 1,3
Él vino para demostrar que yo estoy contigo, y no contra ti… Rm 8,31
Y también para decirte que Yo no estoy contando tus pecados… 2Co 5,18-19
Jesús murió para que tú y yo pudiéramos reconciliarnos… 2Co 5,18-19
Su muerte fue la expresión suprema de mi amor por ti… 1Jn 4,10
Yo renuncié a todo lo que amaba para ganar tu amor… Rm 8,31-32
Si recibes el regalo de mi hijo Jesús, lo recibes de mí… 1Jn 2,23
Y nada podrá separarte de mi amor otra vez… Rm 8,38-39
Ven a mi casa y Yo te haré la mayor fiesta que el cielo ha visto… Lc 15,7
Yo siempre he sido Padre, y siempre seré Padre… Ef 3,14-15
Mi pregunta es… ¿Quieres ser mi hijo?… Jn 1,12-13
Te estoy esperando… Lc 15, 11-32
Fuente: La Sagrada Biblia

El estrés le estaba hundiendo… el Rosario le cambió la vida


Toma el Santo Rosario entre tus manos y rézalo, en cada Avemaría pídele que te enseñe a mantenerte de pie y con esperanza ante cualquier dificultad...

El otro día estaba desayunando en mi casa, cuando de pronto tocaron desesperadamente la puerta, corrí para ver quién era y me encontré con el señor Jorge llorando:
– ¿Padre, cómo puedo quitarme todo el estrés que tengo? Ya no aguanto más, mi papá está en el hospital, mi mamá ya casi no puede caminar, mi esposa está enojada porque cuido a mis papás y en el trabajo quieren despedirme, siento que me estoy volviendo loco no sé qué hacer.
– Me alegra que hayas venido, vamos a la capilla, alguien te está esperando… contempla un momento el rostro de la Virgen María, ve cuánta paz y tranquilidad tiene.
– Sí padre, lo sé y a mí me hace tanta falta, siento que ya no puedo.
– Hijo, ella es quien te puede dar la paz que tanto anhelas, porque ella tampoco tuvo una vida fácil, siempre hubo problemas, imagina lo difícil que fue decirle a José que estaba esperando al Hijo de Dios, piensa en lo que sintió que llamaran a su Hijo borracho, blasfemo, recuerda cuando la pobre tuvo que ir a buscarlo porque decían que se había vuelto loco… lo triste de saber que Jesús estaba siendo enjuiciado y después condenado a muerte, trata de verla siguiendo a su amado Hijo a cuestas con la cruz, sangrando y siendo humillado, intenta sentir su dolor al verlo crucificado y después muerto en sus brazos… ¿verdad que su vida no fue fácil?.
– Es cierto, padre Sergio, su vida no fue fácil.
– Y a pesar de todo ese dolor y sufrimiento nunca perdió la esperanza, jamás dejó de confiar, durante toda su vida su fe le recordó que los planes de Dios eran perfectos y que por más oscuro y difícil todo saldría bien… Y con la gracia de Dios sacó fuerza para mantenerse firme y con paz, y además nos ha acompañado por muchos años a todos sus hijos que acudimos en su auxilio como una buena madre…
En ese momento nos hincamos los dos ante la Virgen de Fátima, le entregué mi Rosario y le dije:
– Jorge: María, tu Madre, tuvo mucha confianza y por eso aun en medio de las peores tormentas siempre salió adelante, te invito a que no te preocupes tanto, mejor ocúpate y pregúntale cómo lo hizo. Toma el Santo Rosario entre tus manos y rézalo, en cada Avemaría pídele que te enseñe a mantenerte de pie y con esperanza ante cualquier dificultad, ora a la Virgen y luego ven a contarme cómo vas con ese estrés… verás que todo será diferente.”
Jorge se puso a llorar y me dijo: 
– Padre, le prometo a la Santísima Virgen delante de usted que rezaré el Rosario todos los días, le pediré que me sostenga y que me llene de esperanza para saber que todo saldrá bien con la ayuda de su Hijo Jesús.
… unos días más tarde me lo encontré en la Librería San Pablo: 
– Padre, cuánto le agradezco a Dios que lo pusiera en mi camino, ahora le rezo a la Virgencita todos los días y me siento tan bien… Ya no estoy solo, ahora la Virgen me ayuda. Aquel día venía buscando cómo desestresarme, y usted me dio algo mejor, me enseñó el poder de la oración a la Virgen María con el Santo Rosario.”
Qué contento quedé, una vez más mi Madrecita del Cielo sigue ayudándonos y acompañándonos a todos sus hijos. ¡Por favor nunca dejen de rezar el Santo Rosario!

Papa Francisco explica a un niño cómo se dio cuenta de que tenía vocación


"Sentí en mi corazón cuál era mi lugar en la vida"... Divertidas anécdotas de la infancia de Bergoglio

El Pontífice antes de explicar cómo le llegó la vocación sacerdotal compartió el momento en cual entendió que era negado para una pasión más terrenal: El fútbol…
“En mi tierra a  los que no se nos da bien el fútbol nos llaman “pata dura”. ¿Entendido? Yo era un pata dura, y por lo general era portero, para no moverme: era mi papel … No es una palabrota, se puede decir pata dura, no es una palabrota”.
Así respondió el papa Francisco a la pregunta de un niño en su visita a la parroquia de San Pier Damiani ai Monti di San Paolo, en Casal Bernocchi (Acilia) en la periferia sur de Roma este domingo 21 de mayo de 2017.
¿Cómo entendí la vocación? “Cada uno de nosotros tiene un lugar en la vida. Jesús quiere que uno se case, que forme una familia; quiere que otro sea sacerdote, otra monja … Pero cada uno  de nosotros tiene un camino en la vida. Y para la mayoría es que sean como vosotros, como todos los demás, como vuestros  padres: fieles laicos que forman una hermosa familia, que hacen que crezcan sus hijos, que hacen que crezca la  … Y yo estaba en una familia: éramos cinco hermanos, éramos felices.”, indicó.
El Papa encontró en el Centro Deportivo de Casal Bernocchi a los niños y niñas del catecismo. Durante el encuentro, ha respondido a algunas preguntas de los niños.
“Papá trabajaba, venía del trabajo … – en aquella época había   trabajo – y jugábamos … Una vez – os voy a contar algo que os hará reír, pero no hagáis lo que  os digo – hicimos  concurso para jugar a los paracaidistas, tomamos el paraguas y fuimos a la terraza y uno de mis hermanos se tiró el primero desde la terraza.
“¡Se salvó la vida por un pelo! Son juegos peligrosos… Pero éramos felices. ¿Por qué? Porque mamá y papá nos ayudaban a seguir adelante, en la escuela, y también se  preocupaban por nosotros. Es muy bonito, muy bonito … Escuchadme: en la vida es muy bonito estar casados, es muy bonito. Es muy bonito tener una familia, un padre y una madre, tener abuelos, tíos … ¿Lo habéis entendido? Es muy bonito, es una gracia. Y cada uno de vosotros tiene padres, abuelos, tíos,  tiene una familia”, abundó.
El Papa invitó a los jóvenes a ver a la familia como una “hermosa vocación”.
Además, habló de la vocación de los religiosas, las religiosas y los sacerdotes. “Pero también hay otra vocación: ser monja, ser sacerdote. Y un día sentí – pero de repente – tenía 16 años y sentí que el Señor quería que yo fuera un sacerdote. ¡Aquí estoy! Soy un sacerdote. Esta es la respuesta”.
El Pontífice dijo a los más pequeños que es una vocación que se siente en el corazón: “cuando un chico  siente en su corazón simpatía y luego la simpatía continúa, y siente amor por una chica y luego se hacen novios y luego se casan, así se siente en el corazón cuando el Señor dice: ‘Tienes que seguir  el camino para ser sacerdote’. Y así lo sentí yo. Cómo se sienten las cosas buenas de la vida. Porque es bueno”.

El Rosario es la oración para nuestros tiempos

Rezo del Rosario / Foto: José Castro (ACI Prensa)

Recientemente, el Wall Street Journal publicó un artículo interesante acerca de una investigación del cerebro.
Los investigadores están descubriendo que las personas que usan una “mantra personal” —es decir, que repiten mentalmente una y otra vez una palabra o frase positiva que refuerza sus valores— tienden a ser más tranquilas, a sentirse más en control y a tener menos probabilidades de estresarse.
Este hábito de repetición, al parecer, crea nuevos caminos entre las neuronas que producen cambios en las áreas del cerebro que regulan nuestros sentimientos acerca de nosotros mismos.
Parece que el “pensamiento positivo” tiene un poder real.
No hace falta decir que no soy un investigador del cerebro. Pero me parece fascinante que los científicos estén confirmando algo que los cristianos han sabido desde el principio.
Pienso en la antigua práctica de repetir el nombre del Señor: Jesús. Desde hace mucho, los católicos orientales y los ortodoxos han usado la oración de Jesús: “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, que soy un pecador”, recitando con frecuencia estas palabras mentalmente acoplándolas a los ritmos de su respiración.
Muchos cristianos prefieren simplemente invocar al Nombre divino, pronunciando suavemente la palabra “Jesús” o pensándola en silencio. Al repetir a menudo el santo nombre en nuestros corazones, oramos siempre y sin cesar, como Jesús y San Pablo nos enseñaron a hacer.
Pero no podemos confundir la invocación del nombre de Jesús con el uso de “mantras” como las que están siendo estudiadas por los científicos.
Una cosa es usar una palabra o una frase para darse uno valor; por ejemplo, los investigadores estudiaron a personas que usaron palabras como “respira” o “brilla” o “ama” o “esto pasará” o “nunca te des por vencido”. Pero el nombre de Jesús, como lo enseñan los apóstoles, es el nombre que está por encima de todo nombre y no hay otro nombre bajo el cielo por el cual podamos ser salvados.
Como lo dice el Catecismo de la Iglesia Católica: “El nombre de ‘Jesús’ lo contiene todo: Dios y el hombre y toda la economía de la creación y de la salvación. Orar diciendo ‘Jesús’ es invocarlo y llamarlo dentro de nosotros mismos. Su nombre es el único que contiene la presencia que significa”.
Lo que esto significa es que cuando decimos el Santo Nombre de Jesús, Él está con nosotros. No puede haber un nombre más poderoso que ése.
Y aunque a veces podemos dar por hecho esto, el nombre de Jesús es lo que está en el corazón del rosario: “Bendito es el fruto de tu vientre, Jesús”.
Estuve pensando en eso durante la peregrinación que el Papa hizo a Fátima el fin de semana pasado, con el fin de celebrar el 100 aniversario de las apariciones de nuestra Santísima Madre, el 13 de mayo de 1917. En sus apariciones de Fátima, la Santísima Virgen se presentó como “Nuestra Señora del Rosario” y allí, ella dio instrucciones para que se construyera una capilla en ese sitio.
El Papa Francisco oró en esa capilla el pasado fin de semana. También canonizó a dos de los tres niños que recibieron las visiones de Nuestra Señora de Fátima.
A Santa Jacinta, una de los dos nuevos santos, se le preguntó en una ocasión cuál fue para ellos el mensaje más importante de nuestra Santísima Madre. Ella respondió: “Que debemos rezar el rosario todos los días”.
Esa no era una enseñanza nueva. Los santos e innumerables cristianos ordinarios han estado rezando el rosario diariamente durante siglos. Pero el rosario parece ser justo la oración que necesitamos para nuestros tiempos tan llenos de distracción y turbulencia.
En Fátima, María dijo que debíamos rezar el rosario todos los días por la paz, por la paz de nuestro mundo violento, pero también por la paz de nuestros corazones. Cuando rezamos el rosario, nos unimos a María y, con ella, volvemos los ojos a Jesús, recordando los misterios de su vida. Misterios en los que vemos cómo se va desplegando ante nuestros ojos la obra de nuestra salvación.
El rosario es una oración de quietud y de contemplación. Y necesitamos esto en nuestra cultura, que es tan inquieta y ruidosa, en esta cultura que siempre parece estar “en movimiento” y que parece entrometerse en cada uno de nuestros momentos de vigilia, sin dejarnos jamás estar solos con nuestros pensamientos.
El rosario nos pide que nos “desconectemos” y “permanezcamos quietos” para pasar tiempo con María, tan sólo pensando en Jesús. Aprendiendo a amarlo, como ella lo ama.
El corazón del Rosario es Jesús, hecho presente en su santo Nombre, mientras oramos, diciendo, “Bendito es el fruto de tu vientre, Jesús”.
Conforme vamos meditando en la sucesión de misterios, es esos momentos alegres, luminosos, dolorosos y gloriosos de su vida, vamos entrando más profundamente en ésta. Los misterios de su vida se convierten en nuestros propios misterios.
“Cada vez que recitamos el rosario, en este lugar sagrado o en cualquier otro lugar, el Evangelio entra nuevamente en la vida de los individuos, de las familias, de los pueblos y del mundo entero”, dijo el Papa en Fátima.
Oren por mí esta semana; yo estaré orando por ustedes. Y renovemos nuestra devoción a María y al rosario, para tratar de rezar el rosario todos los días.
Y pidámosle a Nuestra Santa Madre, a Nuestra Señora de Fátima, que abra nuestros corazones y que nos lleve a Jesús, en cuyo nombre encontramos la esperanza y la redención.

A ti que te vas a confirmar... la marca de Jesús


A un amigo que hiciera la confirmación yo le diría: ¿Te has parado a pensar todo lo que expresas con lo que llevas puesto? La ropa, por su estilo o por la marca, la sudadera del colegio o de la universidad, la camiseta de tu equipo o de la cuadrilla o incluso la cruz al cuello.
Esto es algo muy normal. En las ciudades, los edificios están llenos de escudos de armas, las órdenes religiosas blasonan sus templos y los ayuntamientos imprimen su insignia en cada nueva construcción. Parece que el ser humano necesita dejar bien claro quién es y para ello recurre a símbolos o escudos que le identifiquen por sus gustos, ideología, procedencia, poder o fe.
Ninguna edad se libra de esta necesidad, pero en la juventud se manifiesta con fuerza. Es un tiempo de búsqueda de uno mismo, de demostrarle al mundo quién soy y de qué soy capaz, de madurar las primeras decisiones importantes y, especialmente, de hacerse muchas preguntas. Y si alguna logras responder, seguramente se notará por lo que hagas o lo que digas. 
Si estás a las puertas de la confirmación, será porque te has hecho la pregunta por Dios y quieres responder afirmativamente. Y quizás, también quieras que se note. Pero ojo, en estos tiempos de tanta publicidad y culto a la imagen, corremos el riesgo de que la fe se convierta en una marca más. Algo para mostrar y nada más. Símbolos o palabrería que no anuncian más que a uno mismo. 
La confirmación es una marca muy distinta. 
La unción con aceite, signo casi invisible, simboliza tu elección y pertenencia a un cuerpo mucho mayor, la Iglesia. Es un signo irrepetible, se da una vez en la vida, y con él recibirás el don del Espíritu Santo que recibiste en el bautismo, como el mismo Jesús en el Jordán. Esta marca, por tanto, no es una marca de quita y pon. Te convierte en miembro y no en socio, en alguien único y no un producto de serie, en testigo y no en un maniquí. Compromete tu vida y no sólo tu apariencia.Con este sacramento expresas el deseo de que el Espíritu de Dios sea también el tuyo y de que tus pasos sigan, cada vez más cerca, los pasos de Jesús.

Lunes de la séptima semana de Pascua


Libro de los Hechos de los Apóstoles 19,1-8. 

Mientras Apolo permanecía en Corinto, Pablo, atravesando la región interior, llegó a Efeso. Allí encontró a algunos discípulos
y les preguntó: "Cuando ustedes abrazaron la fe, ¿recibieron el Espíritu Santo?". Ellos le dijeron: "Ni siquiera hemos oído decir que hay un Espíritu Santo".
"Entonces, ¿qué bautismo recibieron?", les preguntó Pablo. "El de Juan", respondieron.
Pablo les dijo: "Juan bautizaba con un bautismo de penitencia, diciendo al pueblo que creyera en el que vendría después de él, es decir, en Jesús".
Al oír estas palabras, ellos se hicieron bautizar en el nombre del Señor Jesús.
Pablo les impuso las manos, y descendió sobre ellos el Espíritu Santo. Entonces comenzaron a hablar en distintas lenguas y a profetizar.
Eran en total unos doce hombres.
Pablo fue luego a la sinagoga y durante tres meses predicó abiertamente, hablando sobre el Reino de Dios y tratando de persuadir a sus oyentes.

Salmo 68(67),2-3.4-5ac.6-7ab. 
¡Se alza Dios!
Sus enemigos se dispersan
y sus adversarios huyen delante de él.

Tú los disipas como se disipa el humo;
como se derrite la cera ante el fuego,
así desaparecen los impíos ante Dios.

Pero los justos se regocijan,
gritan de gozo delante de Dios
y se llenan de alegría.

¡Canten a Dios,
¡Abranle paso al que cabalga sobre las nubes!
Dios en su santa Morada

es padre de los huérfanos y defensor de las viudas:
él instala en un hogar a los solitarios
y hace salir con felicidad a los cautivos.


Evangelio según San Juan 16,29-33. 
Los discípulos le dijeron a Jesús: "Por fin hablas claro y sin parábolas.
Ahora conocemos que tú lo sabes todo y no hace falta hacerte preguntas. Por eso creemos que tú has salido de Dios".
Jesús les respondió: "¿Ahora creen?
Se acerca la hora, y ya ha llegado, en que ustedes se dispersarán cada uno por su lado, y me dejarán solo. Pero no, no estoy solo, porque el Padre está conmigo.
Les digo esto para que encuentren la paz en mí. En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo". 

domingo, 28 de mayo de 2017

Entrega símbolos de la MISIÓN La Palma

Recuerda que el día 10 de junio, en nuestra isla de La Palma, ENCUENTRO DE ENTREGA DE SÍMBOLOS DE LA MISIÓN.
A las 17 horas en el Salón Cultural, Casa de la Cultura "Braulio Martín", obra de teatro. A continuación en la Parroquia de Nuestra Señora de Bonanza, Eucaristía y entrega de los símbolos.



Líderes protestantes conmovidos tras audiencia con el Papa

El diálogo ayuda a superar viejos prejuicios. Este fue el objetivo del encuentro ecuménico organizado por el Movimiento de los Focolares.

Participaron cristianos de más de 300 iglesias y comunidades eclesiales y el punto álgido de esta atípica reunión fue participar en la catequesis semanal del Papa.

FRANCISCO
"Saludo a los participantes de la Semana Ecuménica promovida por el Movimiento de los Focolares”.

MARK STRANGE
Iglesia escocesa episcopaliana (Comunión Anglicana)
"Realmente increíble. Sabía que íbamos a venir aquí pero no me esperé que fuera así. Llegamos a la audiencia, nos guiaron hasta las primeras filas... creo que no basta decir que fue increíble”.

COROMOTO JIMÉNEZ
Iglesia Anglicana Episcopal (Venezuela)
"Es una experiencia que todo el mundo debe vivir. Porque este es un ambiente de esperanza”.

Dicen que en San Pedro vivieron una fuerte experiencia de comunión. Se dejaron empapar del ambiente que les anima a seguir trabajando por construir la unidad, artesanalmente, día a día, superando prejuicios y dialogando. 

CALLAN SLIPPER
Iglesia de Inglaterra (Comunión Anglicana) 
"Creo que el cómo hacerlo es fácil decirlo: crecer en el amor, en la verdadera amistad con el otro, porque así nos vamos comprendiendo. Creo que para ser verdadera Iglesia, a mí me parece que falta cercanía, querer entendernos de verdad. No todos los católicos lo hacen, pero a veces se nos ve como una Iglesia de segunda categoría”.

El Concilio Vaticano II dio un gran impulso al ecumenismo. Acabó con una etapa de recelos mutuos e hizo posible un nuevo modo de diálogo con los demás cristianos.

Desde entonces los Papas han tenido encuentros importantes. Los últimos fueron la oración en la Iglesia copta de El Cairo con coptos y ortodoxos, el viaje a Suecia para recordar los 500 años de la Reforma protestante o su encuentro en octubre con el arzobispo de Canterbury.

A ti que te vas a confirmar... un camino sin atajos

Mamerto Menapace, en uno de sus libros nos cuenta una historia; a un joven que quería seguir a Jesús, le dicen que está en un bosque. Entonces se pone a buscarlo. Cuando lo encuentra, Jesús le pregunta que si quiere seguirlo. El muchacho dice que sí, y entonces Jesús, que estaba cortando cruces para sus seguidores, le da una de esas cruces y le dice que siga sus huellas, y se despide alegando que él  tiene que adelantarse. El muchacho coge la cruz, que tiene muchos nudos, y puntas de ramas que se le clavan. Entonces, aconsejado por el demonio, también coge el hacha, y después de caminar muchos días con la cruz incómoda, empieza a tallarla, quitándole todo lo que estorba, hasta que la convierte en una cruz llevadera y bonita. Cuando llega al Reino de Dios, Jesús le espera al otro lado de la muralla, y le dice que entre. El muchacho no sabe cómo traspasar la muralla, y Jesús le indica que usando su cruz a modo de escalera podrá subir. El muchacho le confiesa  lo que de tanto tallarla, la cruz se ha convertido en un colgante. Entonces Jesús le pide que vuelva sobre sus pasos y ayude a otro a traer su cruz, y así los dos  podrán entrar en el Reino. 
Durante su camino el joven siente soledad, va solo, y la cruz es pesada; sin embargo él sigue caminando. El camino que comienzas ahora con la confirmación en ocasiones va a ser muy solitario, en ocasiones te cansará, y otras veces pensarás que es mejor evitar las dificultades y quitarles las esquinas para que sea más fácil caminar. Sin embargo, es un camino precioso y de una felicidad inmensa, si sabes caminarlo a la manera de Jesús. 
Es un camino de entrega a los demás, en el que nos damos cuenta de que cada minuto que vivimos o cada acto que hacemos por los demás nos da una felicidad que es difícil de explicar y que llena el corazón de alegría. Es un camino de compartir, no sólo las cosas materiales sino sobre todo nuestro tiempo, compartir tiempo con nuestros padres, con los amigos, un tiempo profundo, un tiempo de confidencias que hará de nuestras relaciones, unas relaciones profundas y para siempre.  Es un camino de impotencias, muchas veces nos vamos a encontrar con injusticias, en las que pensamos que poco podemos hacer, sin embargo estar en esas injusticias y ponernos del lado de los más débiles es el modo de caminar de Jesús.  Es un camino de confianza, confianza en Dios Padre, confiar en que Él está siempre ahí con nosotros, y no nos abandona, ni siquiera en los momentos más duros en los que seguramente nos lleve en sus brazos. Es un camino que merece la pena, por las personas que te encuentras en él, por las alegrías que te da, y también por las cruces que van saliendo, las cuales muchas veces serán duras y se clavarán en todos los costados de nuestro cuerpo, y aún así serán cruces con las cuales seremos capaces de caminar juntos construyendo el Reino. 

12 reglas de oro para portarse bien durante la Misa

Para poder aprovechar al máximo los grandes frutos espirituales que se recibe en la Misa se debe participar en ella con reverencia.
Aquí 12 reglas de oro o consejos prácticos que servirán para aprovechar la Misa al máximo y participar, activa y reverentemente, en la Eucaristía.
1. No usar el celular: No lo necesitas para hablar con Dios
Los teléfonos celulares nunca deben utilizarse en Misa para hacer llamadas o enviar mensajes de texto. Es posible contestar una llamada de emergencia, pero fuera del templo. Por otro lado, sí es posible usar el teléfono para lecturas espirituales u oraciones, aunque se debe ser discreto.
2. Ayunar antes de la celebración eucarística 
Consiste en abstenerse de tomar cualquier alimento o bebida, al menos desde una hora antes de la Sagrada Comunión, a excepción del agua y de las medicinas.
Los enfermos pueden comulgar aunque hayan tomado algo en la hora inmediatamente anterior. El propósito es ayudar a la preparación para recibir a Jesús en la Eucaristía.
3. No comer ni beber en la iglesia
Las excepciones serían: alguna bebida para niños pequeños o leche para los bebés, agua para el sacerdote o para los miembros del coro (con discreción) y para los enfermos.
Llevar un bocadillo a la iglesia no es apropiado, porque el templo es un lugar de oración y reflexión.
4. No mascar chicle
Al hacer esto se rompe con el ayuno, ocurre una distracción, se es descortés en un entorno formal, y no ayuda en la oración.
5. No usar sombrero
Es descortés usar un sombrero dentro de una iglesia. Si bien esta es una norma cultural, debe cumplirse. Así como nos sacamos el sombrero cuando se hace un juramento, igual debe hacer en la iglesia como un signo de respeto.
6. Santiguarse con agua bendita al entrar y salir del templo
Este es un recordatorio del Bautismo, sacramento por el que renacemos a la vida divina y somos hechos hijos de Dios y miembros de la Iglesia. Es necesario estar plenamente consciente de lo que sucede al santiguarse, y debe hacerse diciendo alguna oración.
7. Vestir con modestia
A los católicos se les invita a asistir vestidos adecuadamente ya que, si es algo que se suele hacer comúnmente para una fiesta o algún otro tipo de compromiso, no hay razón para no hacer lo mismo al asistir a Misa.
8. Llegar algunos minutos antes del inicio de la Misa
Si por alguna razón no se puede llegar a tiempo, es recomendable sentarse en la parte de atrás para no molestar a las demás personas. Llegar a la Misa temprano permite orar y prepararse mejor para recibir a Cristo.
9. Arrodillarse hacia el Sagrario al entrar y salir del templo
Al permitir que nuestra rodilla toque el piso, se reconoce que Cristo es Dios. Si alguien es físicamente incapaz de hacer la genuflexión, entonces un gesto de reverencia es suficiente. Durante la Misa, si se pasa delante del altar o del tabernáculo, se debe inclinar la cabeza con reverencia.
10. Permanecer en silencio durante la celebración
Al ingresar al templo se debe guardar silencio. Si se tiene que hablar, hágalo de forma silenciosa y breve. Recuerde que mantener una conversación puede molestar a alguien que está orando.
Si tiene un niño o un bebé, puede sentarse cerca de alguna salida ante cualquier contratiempo.
Recuerde que no hay razón para sentir vergüenza por tener que calmar o controlar a su hijo, dentro o fuera de la iglesia. Enséñeles a comportarse, especialmente con su propio ejemplo.
11. Inclinarse al recibir la comunión
Si es Dios, entonces se puede mostrar respeto inclinando cabeza como reverencia. Si lo desea puede hacer una genuflexión. Esta es una práctica antigua que ha continuado hasta el día de hoy.
12. Espere a que la Misa termine 
Debemos permanecer en la Misa hasta la bendición final. Recuerde que uno de los mandamientos de la Iglesia es oír Misa entera los domingos y fiestas de guardar.
Es una buena costumbre, aunque no requerida, ofrecer una oración de acción de gracias después de la celebración.
Finalmente, la salida debe ser en silencio a fin de no molestar a otras personas que deseen permanecer en el templo rezando.