lunes, 30 de mayo de 2016

¿En qué orden leer la Biblia? Muchas personas se ponen a leer y se desaniman en seguida, por no tener una guía


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La Biblia no es un simple libro. Es una biblioteca de 73 libros. Son muy diferentes unos de otros, tienen estilos muy distintos, fueron escritos en épocas muy distantes y en situaciones muy diferentes.
Imagínate llegando a una biblioteca como esa y empezando a leer el primer libro que encuentras en el estante, pasando al segundo y así en adelante. ¡Esa lectura no puede funcionar! Hay personas que abren la Biblia desde el principio y empiezan a leer a partir del Génesis. En general, no pasan del quinto libro. Se desaniman y no vuelven más. Y, lo que es peor, acaban diciendo que es imposible, que no se consigue entender la Biblia. ¡Pero eso pasaría con cualquier biblioteca del mundo!
Es necesario un Plan de lectura. Al principio, hay muchas cosas que no se entienden, lo que es muy natural. También en la lectura de una novela pasa eso. ¡No te pares por eso, prosigue! A medida que se va leyendo, las cosas se van aclarando. Es una regla de oro: la Biblia se explica por si misma. Por eso, es tan importante un plan de lectura.
Existen varios planes de lectura. Todos ellos son buenos, porque se basan en un principio. Aquí presento un plan concreto. Está destinado a aquellos que desean empezar a leer la Biblia y no tienen otros recursos, que no sean conocer la Biblia a través de ella misma. Sigue el orden indicado aquí, forma parte del método.

Plan de lectura del Nuevo Testamento:
1          1ª Carta de San Juan (2 veces)
2          Evangelio de San Juan
3          Evangelio de San Marcos
4          Las pequeñas cartas de San Pablo: Galatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, 1ª y 2ª Tesalonicenses, 1ª y 2ª Timoteo, Tito, Filemón
5          Evangelio de San Lucas
6          Hechos de los Apóstoles
7          Carta a los Romanos
8          Evangelio de San Mateo
9          1ª y 2ª Carta a los Corintios
10       Hebreos
11       Carta de Santiago
12       1ª y 2ª Carta de San Pedro
13       2ª y 3ª Carta de San Juan
14       Carta de San Judas
15       Apocalipsis
16       1ª Carta de San Juan (3ª vez)
17       Evangelio de San Juan (2ª vez)

¿Por qué comenzar por la 1ª carta de San Juan?
La primera necesidad de un cristiano es tener la certeza de su salvación. Es saber que Dios le ama y le ha elegido. Gratuitamente, sin ningún merecimiento. Dios te puso en la lista de esos a los que quiere salvar. ¡Fue una elección gratuita! ¡Amorosa! ¡Sin merecimiento! Saber eso nos da la certeza de la salvación. Y todo cristiano la necesita.
De los 73 libros de la Biblia, sólo esa pequeña carta fue escrita con ese propósito: darnos la certeza de la salvación. En la conclusión de su carta, San Juan dice: “Les he escrito estas cosas, a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen la Vida eterna” (1 Jn 5, 13). Leyendo y releyendo, te vas convenciendo de esta feliz realidad: ¡Estas salvado! ¡Eres elegido!
Lecturas de los libros del Antiguo Testamento
“Que el libro de esta Ley nunca se aparte de ti: medítalo día y noche, para obrar fielmente en todo conforme a lo que está escrito en él. Así harás prosperar tus empresas y tendrás éxito” (Josué 1,8).
Una recomendación es comenzar la lectura por los tres libros sapienciales: Sabiduría, Eclesiástico y Proverbios. Son libros muy próximos al Nuevo Testamento y fuentes de ricas enseñanzas. Lee, al mismo tiempo, el libro de los Salmos. La puerta de entrada del Antiguo Testamento son los Salmos. Haz de ellos tu libro de cabecera.
En cualquier caso, lo que quiero acentuar aquí es que tienes que trabajar con los Salmos independientemente de algún orden específica. Siempre que te sientas impelido a ello, lee un Salmo. Haz tu diario sobre él, sin miedo a interrumpir el trabajo que estés haciendo en ese momento. El Salmo es como la fruta: la comemos a cualquier hora, sin importar las comidas. Y nunca hace mal. Siempre hace bien.
Aparte de ello, los libros del Antiguo Testamento deberían leerse en orden cronológico: desde los orígenes hasta la venida de Cristo.

Plan de lectura del Antiguo Testamento
1          Génesis                     24       Esdras
2          Éxodo                       25       Nehemías
3          Números                  26       Ageo
4          Josué                         27       Zacarías
5          Jueces                       28       Isaías (56-66)
6          1° Samuel                29       Malaquías
7          2º Samuel                30       Joel
8          1º Reyes                   31       Jonás
9          2º Reyes                   32       Rut
10       Amós                         33       Tobías
11       Oseas                        34       Judit
12       Isaías (1-39)                        35       Ester
13       Miqueas                   36       Eclesiástico
14       Nahúm                     37       Cantar de los Cantares
15       Sofonías                    38       Job
16       Habacuc                   39       Eclesiastés
17       Jeremías                   40       1º Macabeos
18       Lamentaciones        41       2º Macabeos
19       Ezequiel                   42       Baruc
20       Abdías                      43       Daniel
21       Isaías (40-55)         44       Sabiduría
22       1º Crónicas              45       Levítico
23       2º Crónicas              46       Deuteronomio

Artículo extraído del libro ‘A Bíblia no meu dia-a-dia‘ de monseñor Jonas Abib.

La “Teología de las lágrimas” de Francisco irrumpe en el Jubileo Año Santo de la Misericordia; el Papa en la vigilia de oración para "secar las lágrimas"


Pope Francis - general audience - Paul VI Hall - Vatican, Wednesday, Jan. 13, 2016



El Jubileo tiene espacio para aquellos que lloran. Es más el Papa Francisco ha confirmado la nobleza y la liberación de unas mejillas bañadas. Así, “enjuagar las lágrimas”, será el significado de la vigilia de oración presidida por el papa Francisco el próximo 5 de mayo a las 18.00 horas en la Basílica de San Pedro.
Llorar por un amigo muerto, por un familiar enfermo, por alegría, por la noticia de un embarazo. El Papa no distingue, lo único que pide es “llevar consolación y esperanza”.
Una teología del llanto que está presente en sus tres años de pontificado. “Son las lágrimas las que pueden darle paso a la transformación, son las lágrimas las que pueden ablandar el corazón, son las lágrimas las que pueden purificar la mirada y ayudar a ver el círculo de pecado en el que muchas veces se está sumergido”, dice el Papa.
En su homilía en la Misa celebrada en el “Complejo Ferial” de Ciudad Juárez, en México, a sólo 80 metros de la frontera con los Estados Unidos, nos recordó que “son las lágrimas las que logran sensibilizar la mirada y la actitud endurecida y especialmente adormecida ante el sufrimiento ajeno. Son las lágrimas las que pueden generar una ruptura capaz de abrirnos a la conversión”.
El evento jubilar lleva la huella de esa teología del llanto que el Papa ha testimoniado personalmente en varios viajes y encuentros. En Filipinas cambió su discurso oficial porque dijo haberse quedarse ‘sin palabras’ ante el llanto de dolor de Glyzelle, de 12 años.“Su realidad es superior a todas las ideas que yo había preparado”, explicó Francisco.
El llanto de los inocentes 
La pequeña con lágrimas en los ojos le contó a Francisco que había recogido comida entre la basura y dormido en la calle. ‘¿Por qué deja Dios que pasen esas cosas, incluso si no es culpa de los niños?’ preguntó a Francisco, tapándose la cara con las manos mientras sollozaba.
El Papa nos enseña que “cuando nos hagan la pregunta de por qué sufren los inocentes, entonces nuestra respuesta sea o el silencio o las palabras que nacen de las lágrimas”, añadió.
Esta vigilia en San Pedro también es un recuerdo de esas lagrimas que se nos atragantan en la garganta cuando sufrimos una injusticia o un dolor debido a la enfermedad, al trabajo que no encontramos, a una pelea en familia, a nuestros hijos que no nos visitan, a lo mejor porque somos viejos y enfermos…
Sin embargo, el Papa quiere en este jubileo que la misericordia sea aliento para el presente y confiar “en lo sano y bueno que late en cada corazón”.
Misericordia escudo de los que lloran 
Más allá de ser un pañuelo para nuestras lagrimas, la misericordia es escudo y fortaleza de quien ha sufrido una injusticia, de quien ha perdido el sentido de la propia vida y no ha logrado encontrarlo.
Son muchos y de varios tipos los sufrimientos, pero todos, tienen en común un ‘cansancio’ del vivir y, a menudo, la falta de esperanza y de confianza.
Jesús lloró por su amigo Lázaro cuando murió. Entonces, Francisco nos dice que “ciertas realidades de la vida se ven sólo con los ojos limpiados por las lágrimas”. Es aún más radical cuando dice “si ustedes no aprenden a llorar no son buenos cristianos”.
Esta teología del llanto evoca el discurso de la montaña. En Filipinas, el Papa dijo que “al mundo de hoy le falta llorar, lloran los marginados, lloran los que son dejados de lado, lloran los despreciados, pero aquellos que llevamos una vida más o menos sin necesidades no sabemos llorar”.
Volver a aprender a llorar para liberar la mejor parte del corazón, esa que lleva a la acción y callar el llanto de los inocentes con amor y actos, mientras el cielo sonríe y –como dice el poeta- una flor nace, mientras otra muere, pero las lagrimas son el rocío mañanero de Dios, signo de que estamos vivos dentro.
La Virgen y sus lagrimas 
Y volviendo a la vigilia, la devoción mariana también dejará su señal, pues para la ocasión será expuesto a la veneración de los fieles en la Basílica el relicario de la Virgen de las lágrimas de Siracusa.
Se trata de un recuerdo de la historia del cuadrito de yeso, con la imagen del corazón inmaculado de María, que se encontraba en la cabecera de una cama matrimonial en la casa de una joven pareja de esposos (Angelo Iannuso y Antonia Giusto), que derramó lágrimas humanas.
El relicario contiene parte de las lágrimas que surgieron milagrosamente de la imagen de la Virgen. Ese milagro se verificó entre el 29 de agosto y el primero de septiembre de 1953 en la isla italiana de Siracusa.
El Pontífice con esta vigilia invita a pedir el don de la conversión, el don de las lágrimas. Corazones abiertos que se sientan perdonados para derramar misericordia porque –parafraseando Francisco- siempre hay una salida y siempre hay oportunidad.
“Es tiempo de implorar la misericordia del Padre”, palabra de Francisco.

Papa Francisco: María es para ti… "Una madre que cuida a su hijo hasta el fin"


La Virgen María en la cruz
© DR

Seguimos en el mes de mayo, mes de María y en esta ocasión te invitamos a no perderte este hermoso video de Given Faith, sobre la figura de María en la vida de cada ser humano, a través de una reflexión del Papa Francisco.
“Una madre cuida a su hijo hasta el fin, y trata de salvarle la vida hasta el fin. María es la que ayuda a bajar a Jesús, lo trae del cielo para convivir con nosotros” (Papa Francisco).

5 claves para entender por qué el yoga es incompatible con el cristianismo. Por Diego López Marina

Yoga / Flickr de Global Panorama (CC BY-SA 2.0)

 El yoga está fundado en una filosofía y en una visión que no son compatibles con la fe cristiana. Las siguientes claves resumen las publicaciones de los especialistas Joel S. Peters y P. James Manjackal sobre el tema.
1. El yoga es una disciplina espiritual hindú y no solo posturas o ejercicios físicos
La palabra yoga deriva de la raíz sánscrita “yuj” que significa "unión”. El objetivo del yoga es unir el yo transitorio (temporal) o "jiva", con el (yo eterno) infinito o "Brahman", el concepto hindú de Dios.
Este dios no es un dios personal, sino que es una sustancia impersonal espiritual que es “uno con la naturaleza y el cosmos”. Brahman es una sustancia impersonal y divina que "impregna, envuelve y subyace en todo".
El yoga no es únicamente un conjunto de posturas y ejercicios físicos, sino que es una disciplina espiritual que pregona llevar el alma al “samadhi”, es decir, a aquel estado en el que lo natural y lo divino se convierten en uno, el hombre y Dios llegan a ser uno sin ninguna diferencia.
2. Es panteísta y por lo tanto incompatible con el cristianismo
El panteísmo es aquella visión según la cual el dios y el mundo son uno solo. En el hinduismo existe una realidad única y todo lo demás es una ilusión (o Maya), es decir, el universo es entendido como una energía eterna, divina y espiritual, donde todos los entes que existen -incluyendo los humanos- son sus extensiones.
El yoga es la vía que lleva al practicante (varón=yogi, mujer=yogini) con esta energía cósmica.
Por otro lado, en el cristianismo, a través de la revelación contenida en la Tradición y las Sagradas Escrituras se conoce la verdadera naturaleza del hombre como creación única de Dios hecho a su imagen y semejanza; y que ni el hombre ni el universo creados son divinos.
En el hinduismo, el bien y el mal son ilusorios (Maya), y por lo tanto, inexistentes. Mientras que en el cristianismo, el pecado significa una transgresión de la ley de Dios y el rechazo de nuestro verdadero bien; además, es inseparable para nuestra fe porque es la razón por la que necesitamos un Salvador. La Encarnación, la Vida, la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Jesús son para los cristianos medios de salvación, es decir, para liberarnos del pecado y de sus consecuencias.
3. No se puede separar la espiritualidad hinduista de la práctica del yoga
Es un error creer que practicando yoga solo se conseguirán beneficios corporales sin ser afectado por su fundamento espiritual.
Esto se debe a que el yoga no trata esencialmente de la relajación o la flexibilidad, sino de utilizar los medios físicos para un fin espiritual.
Como explica el apologeta Michael Gleghorn, hay especialistas en yoga como Georg Feuerstein y Jeanine Miller, que al hablar sobre las posturas de esta práctica (asana) y de los ejercicios de respiración (pranayama), las señalan como algo más que solo otra forma de ejercicio: son “ejercicios psicosomáticos”, es decir, que el proceso de origen psíquico también tiene influencia en el cuerpo.
El reconocido investigador sobre yoga, Dave Fetcho, también señala que la filosofía oriental es interdependiente con la práctica del yoga:
“El yoga físico, según su definición clásica, es intrínseca y funcionalmente incapaz de ser separado de la metafísica de las religiones orientales. El practicante occidental que intente hacer esto lo está haciendo desde la ignorancia y en peligro, tanto desde el punto de vista del yogui como desde el punto de vista cristiano. (Yoga; 725:2)
4. La Iglesia Católica sí se ha pronunciado sobre el tema
En la “Carta a los obispos de la iglesia católica sobre algunos aspectos de la meditación cristiana” de 1989, la Congregación para la Doctrina de la Fe, si bien no condena expresamente el yoga, señala en el numeral 12que se debe tener prudencia con la práctica de "métodos orientales", inspirados en el hinduismo y el budismo:
"Propuestas u otras análogas de armonización entre meditación cristiana y técnicas orientales deberán ser continuamente cribadas con un cuidadoso discernimiento de contenidos y de método, para evitar la caída en un pernicioso sincretismo".
En el numeral 14 se explica que la sola noción de que los seres humanos se unan “con una conciencia cósmica divina” contradice las enseñanzas de la Iglesia:
"Para aproximarse a ese misterio de la unión con Dios, que los Padres griegos llamaban divinización del hombre, y para comprender con precisión las modalidades en que se realiza, es preciso ante todo tener presente que el hombre es esencialmente criatura y como tal permanece para siempre, de tal forma que nunca será posible una absorción del yo humano en el Yo divino, ni siquiera en los más altos estados de gracia".
En el 2003, el Consejo Pontificio de la Iglesia Católica para el Diálogo Interreligioso publicó un documento titulado “Jesucristo: Portador del Agua de la Vida”, donde se ubica al yoga como una de las muchas prácticas de la New Age (Nueva Era), y que es “difícil de reconciliar con la doctrina y la espiritualidad cristianas”.
En el numeral 3 explica por qué el del yoga no ayuda a la meditación y oración cristiana:
"Para los cristianos, la vida espiritual consiste en una relación con Dios que se va haciendo cada vez más profunda con la ayuda de la gracia, en un proceso que ilumina también la relación con nuestros hermanos. La espiritualidad, para la Nueva Era, significa experimentar estados de conciencia dominados por un sentido de armonía y fusión con el Todo. Así, ‘mística’ no se refiere a un encuentro con el Dios trascendente en la plenitud del amor, sino a la experiencia provocada por un volverse sobre sí mismo, un sentimiento exultante de estar en comunión con el universo, de dejar que la propia individualidad se hunda en el gran océano del Ser".
5. El origen del yoga se remonta a los “vedas” y existe más de un tipo
Si bien sus orígenes se remontan a 5 mil años atrás y durante mucho tiempo sus principios fueron transmitidos oralmente, el yoga fue puesto por escrito e hizo su aparición en los 4 antiguos textos hindúes conocidos como los Vedas (después en los Upanishads).
Tiempo después, el pensador hindú Patañjali compiló y codificó todo el conocimiento del yoga en el Yoga Sutra, el texto de más autoridad sobre esta materia y reconocido por todas sus escuelas.
Patañjali explicó en sus escritos las 8 vías que guían las prácticas del yoga desde la ignorancia a la “iluminación” o unión con Brahman. Estas son: el autocontrol (yama), práctica religiosa (niyama), posturas (asana), ejercicios de respiración (pranayama), control de los sentidos (pratyahara), concentración o control mental (dharana), contemplación profunda (dhyana), iluminación (samadhi).
Es interesante observar que las posturas y los ejercicios de respiración que frecuentemente son considerados en Occidente como todo el Yoga, son los pasos 3 y 4 que buscan la unión con el llamado Brahman.

¿Cómo hay que vestirse para ir a Misa? Una guía para hombres, ¡pero vale también para ellas!


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La sociedad se está volviendo cada vez más casual. He visto personas comprar en la droguería en pantalones de pijama y pantuflas peludas. He ido a conciertos de música clásica a nivel internacional en los que la gente iba vestida con camisetas hawaianas y vaqueros. Incluso las bodas y los funerales son cada vez más casual.
 
Esto me molesta, porque la forma como vestimos es signo de cuánto respeto tenemos por nosotros mismos y por los demás. Si no nos vestimos bien por alguien o algo, es un signo de que no respetamos a ese alguien o algo.
 
Vestirse bien es un pequeño sacrificio
 
Parecer elegantes requiere un esfuerzo. Llevar un vestido bien planchado y corbata en lugar de una camiseta mal doblada requiere tiempo. Afeitarse un requiere un poco de esfuerzo, peinarse también. Son precisamente estos pequeños sacrificios a nivel de tiempo y esfuerzo, sin embargo, los que dicen a los demás que son dignos a nuestros ojos.
 
Créeme, sé que para los hombres no es fácil. Por naturaleza no queremos hacer este esfuerzo. Os garantizo que si lo haces te sentirás más feliz, viril y seguro de ti mismo.
 
¡Vístete bien para ir a Misa!
 
Aunque no creas que en las actividades cotidianas valga la pena vestirse elegantemente, hay un lugar en el que sí deberías hacerlo. Siempre. Y es la Santa Misa. Jesús, el Rey de los Reyes, está en tu parroquia. Los ángeles tiemblan frente a Él, los demonios huyen de Él. Se hace presente en el altar en cada Misa. ¿De verdad quieres ir a verle en chanclas y pantalón corto? ¿Quieres de verdad decirle a Jesús, “no valía la pena vestirme bien por Ti”?
 
Como sociedad, nos cuesta comprender esto. Tenemos un punto di vista distorsionado de la igualdad, según el cual nadie, independientemente de quién sea, merece honor o respeto. Esto es simplemente un error. San Pablo dice que hay que honrar a quien se le debe, y si hay alguien que merece honor es Jesucristo.
 
Lo sé. No lo hace nadie. La Misa en tu parroquia quizás no sea muy reverente (espero que sí), pero no es excusa. Parte del ser hombre es hacer lo correcto, aunque no sea aplaudido. Sé fuerte, ve contracorriente.
 
Sacerdotes, pensad en explicar el significado de la presencia real de Jesús en la Eucaristía, y después animad amablemente a vuestros feligreses a mostrar respeto en el modo como se visten.
 
El legalismo no es la respuesta
 
Pienso que todo el mundo debería vestir bien en Misa, pero no se trata de prescribir exactamente lo que hay que ponerse. No es mi tarea recomendar un frac o una levita, un color determinado de pantalones o cierto tipo de zapatos. Pero te sugiero tres normas básicas:
 
1. Tu vestido debería requerir un esfuerzo
 
Cuando decides qué ponerte para ir a Misa, no busques lo más confortable o cómodo. Intenta estar un poco incómodo. Haz un esfuerzo y un pequeño sacrificio.
 
2. Tu vestido debería estar por encima de lo casual
 
Cada uno vive en un lugar, y nuestra cultura tiene mucho que ver con lo que representa un vestido respetuoso. Pero, independientemente de donde vivamos, deberíamos tener “vestidos de domingo”, más bonitos que los que llevamos todos los días. Si para ir a Misa te pones lo mismo que para ver la tele, entonces tienes un problema.
 
3. Hazlo por amor
 
Lo más importante es que nuestra motivación debe ser el amor. En el momento en que hacemos las cosas por otras razones, estamos perdiendo el tiempo.
 
He oído a muchos decir: “Dios mira al corazón, ve que le quiero aunque no me vista bien”. ERROR. El amor se manifiesta siempre externamente con actos de donación de uno mismo.
 
El amor no es un sentimiento, sino una elección de sacrificarse uno mismo o algo a lo que se da valor, por otro. Como dije antes, vestirse bien es un pequeño sacrificio. Cuanto menos te apetece, más precioso será a los ojos de Jesús este gesto.
 
Aunque el mundo te diga que no vale la pena vestirse bien por nada, un caballero católico no debe pensar así. Debemos mostrar respeto por nosotros mismos y por los demás haciendo un esfuerzo.
 
¿Cómo se suelen vetsir en tu parroquia? ¿Qué puedes hacer por mejorarlo?
 
Sam Guzman es el fundador y editor de Catholic Gentleman, donde este artículo fue publicado originalmente.

Fallece el Cardenal más anciano de la Iglesia: Fue secretario de San Juan XXIII

San Juan XXIII y el entonces P. Loris Capovilla / El Cardenal Loris Capovilla. Crédito: Ricardo Ciccone / Wikipedia (CC BY-SA 4.0)
San Juan XXIII y el entonces P. Loris Capovilla / El Cardenal Loris Capovilla. Crédito: Ricardo Ciccone.


ROMA, 27 May. 16 / 10:37 am (ACI).- El jueves 26 de mayo falleció a la edad de 100 años en la ciudad italiana de Bérgamo el Cardenal Loris Capovilla, que fue secretario personal del Papa San Juan XXIII durante todo su pontificado.
El Cardenal Capovilla falleció en la clínica Palazzolo de Bérgamo. En octubre iba a cumplir 101 años y fue creado cardenal por el Papa Francisco en el año 2014 como reconocimiento a su servicio a la Iglesia.
El Papa Francisco envió un telegrama con sus condolencias a Mons. Francesco Beschi, Obispo de Bérgamo, en el que recordó al Cardenal Capovilla “que en su existencia larga y fecunda ha testimoniado con alegría el Evangelio y servido dócilmente a la Iglesia, primero en la diócesis de Venecia, después con amable afecto al lado de San Juan XXIII, de cuya memoria fue celoso custodio y válido intérprete”.
“En su ministerio episcopal, especialmente en Chieti-Vasto y en Loreto fue siempre un pastor completamente entregado al bien de los sacerdotes y de todos los fieles, en el signo de una sólida fidelidad a la brújula del Concilio Vaticano II”.
Francisco elevó sus oraciones “al Señor para que, por intercesión de la bienaventurada Virgen María y de san Marcos evangelista, acoja a este servidor fiel en la alegría y la paz eternas e imparto de todo corazón la bendición apostólica a cuantos lloran su desaparición”.
En el año 2014, cuando tenía 98 años y supo de su creación cardenalicia, el entonces Mons. Capovilla afirmó que “el Papa Francisco ha mirado a un sacerdote viejo y ha creído honorar en mí a todos los sacerdotes más humildes, que han servido a la Iglesia en silencio. Siempre me he sentido como un criado de Dios, y me he sentido pequeño entre los pequeños. Y serviré hasta que Dios me deje continuar a servir, a amar, a creer en la unidad de la familia humana”.
Loris Francesco Capovilla nació en Pontelongo el 14 de octubre de 1915. Fue ordenado sacerdote el 23 de mayo de 1940.
Como sacerdote colaboró con el Cardenal Angelo Giuseppe Roncalli que fue elegido Patriarca de Venecia en 1953. En el Patriarcado fue su secretario personal durante 10 años para luego seguir sirviéndolo durante todo su pontificado cuando asumió la Sede de Pedro con el nombre de San Juan XXIII hasta 1963.
El sucesor de San Juan XIII, el Papa Pablo VI, lo designó Obispo de Chieti el 26 de junio de 1967 y lo ordenó el 16 de julio de ese mismo año. El 25 de septiembre de 1971 fue designado Prelado de Loreto.



Lunes de la novena semana del tiempo ordinario


Epístola II Carta de San Pedro 1,2-7. 

Lleguen a ustedes la gracia y la paz en abundancia, por medio del conocimiento de Dios y de Jesucristo, nuestro Señor.
Su poder divino, en efecto, nos ha concedido gratuitamente todo lo necesario para la vida y la piedad, haciéndonos conocer a aquel que nos llamó por la fuerza de su propia gloria.
Gracias a ella, se nos han concedido las más grandes y valiosas promesas, a fin de que ustedes lleguen a participar de la naturaleza divina, sustrayéndose a la corrupción que reina en el mundo a causa de los malos deseos.
Por esta misma razón, pongan todo el empeño posible en unir a la fe, la virtud; a la virtud, el conocimiento;
al conocimiento, la templanza; a la templanza, la perseverancia; a la perseverancia, la piedad;
a la piedad, el espíritu fraternal, y al espíritu fraternal, el amor.



Salmo 91(90),1-2.14-15ab.15c-16. 
Tú que vives al amparo del Altísimo
y resides a la sombra del Todopoderoso,
di al Señor: «Mi refugio y mi baluarte,
mi Dios, en quien confío».

“Él se entregó a mí,
por eso, yo lo libraré;
lo protegeré, porque conoce mi Nombre;
me invocará, y yo le responderé.

Estaré con él en el peligro
lo defenderé y lo glorificaré
le haré gozar de una larga vida
y le haré ver mi salvación”.




Evangelio según San Marcos 12,1-12. 
Jesús se puso a hablarles en parábolas: "Un hombre plantó una viña, la cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Después la arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero.
A su debido tiempo, envió a un servidor para percibir de los viñadores la parte de los frutos que le correspondía.
Pero ellos lo tomaron, lo golpearon y lo echaron con las manos vacías.
De nuevo les envió a otro servidor, y a este también lo maltrataron y lo llenaron de ultrajes.
Envió a un tercero, y a este lo mataron. Y también golpearon o mataron a muchos otros.
Todavía le quedaba alguien, su hijo, a quien quería mucho, y lo mandó en último término, pensando: 'Respetarán a mi hijo'.
Pero los viñadores se dijeron: 'Este es el heredero: vamos a matarlo y la herencia será nuestra'.
Y apoderándose de él, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña.
¿Qué hará el dueño de la viña? Vendrá, acabará con los viñadores y entregará la viña a otros.
¿No han leído este pasaje de la Escritura: La piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la piedra angular:
esta es la obra del Señor, admirable a nuestros ojos?".
Entonces buscaban la manera de detener a Jesús, porque comprendían que esta parábola la había dicho por ellos, pero tenían miedo de la multitud. Y dejándolo, se fueron.




Leer el comentario del Evangelio por : Santa Catalina de Siena