viernes, 1 de marzo de 2019

Primer viernes de Marzo: Cristo de Medinaceli





Interminables colas en Madrid para besar los pies del Cristo “cautivo”

La imagen del Cristo es posiblemente una de las más veneradas en toda España. En Madrid, el primer viernes del mes de marzo, una interminable cola de fieles espera para entrar en el besapíes del Cristo de Medinaceli. Una fiesta en la que miles y miles de fieles muestran su cariñó a esta imagen “milagrosa” a la que todos los años honra con su presencia algún miembro de la Casa Real Española.
El Cristo de Medinaceli es un Cristo milagroso e histórico. No se sabe su autoría, pero sí que fue realizado en la primera mitad del siglo XVII, con 1,73 metros de altura. La imagen ser realizó para llevarla a la colonia española de Mámora, en el norte de África, llamada por los españoles San Miguel de Ultramar.
El día 30 de abril de 1681, Mámora cayó en manos del Rey Musley Ismael y la imagen del Nazareno fue también capturada y llevada a Mequínez. La historia atestigua cómo la imagen fue arrastrada por las calles de Mequinez en señal de odio contra la religión cristiana.
El Padre de la Orden de la Santísima Trinidad, Fray Pedro de los Ángeles arriesgando su vida y presentándose ante el mismo rey, solicitó el rescate de la imagen como si se tratara de un ser vivo. Tras meses de negociación lograron convencer al rey Muley de que tasara el rescate de la imagen pagando su peso en oro. La leyenda asegura que la balanza se equilibró exactamente cuando se acumularon treinta monedas. Una y otra vez el resultado siguió siendo el mismo.
La imagen, ya rescatada, pasó después a Tetuán, de allí a Ceuta, y por Gibraltar a Sevilla, hasta llegar a Madrid en el verano de 1682, Llega con fama de milagrosa. Ese mismo año se organiza la primera procesión a la que asiste el "todo Madrid", pueblo fiel, nobleza y casa real. Desde entonces todos los años, en la gran romería del primer Viernes de marzo, asiste algún miembro de la familia real a rezar al Nazareno.
Siempre, pero sobre todo los viernes del año, y de forma multitudinaria el primer viernes de marzo, son incontables las personas que acuden a venerar al Cristo de Medinaceli. La Efigie representa el momento en que Pilatos, dirigiéndose al pueblo judío, le dice: "Ecce Homo, he aquí al Hombre". El Viernes Santo el Cristo de Medinaceli devuelve la visita a los madrileños en una emocionada e impresionante procesión que presencia un millón y medio de personas.

Lecturas del Viernes de la 7ª Semana del Tiempo Ordinario

Primera lectura

Lectura del libro del Eclesiástico (6,5-7):

UNA palabra amable multiplica los amigos
y aleja a los enemigos,
y la lengua afable multiplica los saludos.
Sean muchos los que estén en paz contigo,
pero tus confidentes, solo uno entre mil.
Si haces un amigo, ponlo a prueba,
y no tengas prisa en confiarte a él.
Porque hay amigos de ocasión,
que no resisten en el día de la desgracia.
Hay amigos que se convierten en enemigo,
y te avergüenzan descubriendo tus litigios.
Hay amigos que comparten tu mesa
y no resisten en el día de la desgracia.
Cuando las cosas van bien, es como otro tú,
e incluso habla libremente con tus familiares.
Pero si eres humillado, se pone contra ti
y se esconde de tu presencia.
Apártate de tus enemigos
y sé cauto incluso con tus amigos.
Un amigo fiel es un refugio seguro,
y quien lo encuentra ha encontrado un tesoro.
Un amigo fiel no tiene precio
y su valor es incalculable.
Un amigo fiel es medicina de vida,
y los que temen al Señor lo encontrarán.
El que teme al Señor afianza su amistad,
porque, según sea él, así será su amigo.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 118,12.16.18.27.34.35

R/. Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos

V/. Bendito eres, Señor,
enséñame tus decretos. R/.

V/. Tus decretos son mi delicia,
no olvidaré tus palabras. R/.

V/. Ábreme los ojos, y contemplaré
las maravillas de tu ley. R/.

V/. Instrúyeme en el camino de tus mandatos,
y meditaré tus maravillas. R/.

V/. Enséñame a cumplir tu ley
y a guardarla de todo corazón. R/.

V/. Guíame por la senda de tus mandatos,
porque ella es mi gozo. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,1-12):

EN aquel tiempo, Jesús se marchó a Judea y a Transjordania; otra vez se le fue reuniendo gente por el camino y según su costumbre les enseñaba.
Acercándose unos fariseos, le preguntaban para ponerlo a prueba:
«¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer?».
Él les replicó:
«¿Qué os ha mandado Moisés?».
Contestaron:
«Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla».
Jesús les dijo:
«Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.
De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.
Él les dijo:
«Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera, Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».

Palabra del Señor