sábado, 8 de abril de 2017

¿Qué es el domingo de Ramos?


El Domingo de Ramos se celebra la entrada solemne de Jesús en Jerusalén y el relato de su pasión y su muerte en la cruz, antes de entrar en la Semana Santa, que prepara la resurrección del Señor.

1. El Día de Ramos es simbólicamente la “puerta de entrada” en la que los cristianos se preparan para entrar en la Semana Santa y, por tanto, para dirigirse a la Pascua. Todavía hoy, como en tiempos de Jesús, la bendición de las palmas atrae a multitudes.
Cada año, el Evangelio de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén le da todo su sentido a la bendición de las palmas. Revivimos los momentos en los que la multitud acoge a Jesús en la ciudad de David, “ciudad símbolo de la humanidad” (Juan Pablo II), como un rey, como el Mesías esperado desde hacía varios siglos. Aclaman a Jesús a las voces “Bendito el que viene en nombre del Señor” y “Hosanna” (en hebreo, esto significa literalmente “¡Salva, pues!”, y se ha convertido en una exclamación de triunfo pero también de alegría y de confianza).
Jesús es un Rey pero un Rey de paz, de humildad y de amor. Sobre un asno, una montura modesta, un animal de carga, el Señor se presenta a la multitud. Zacarías había anunciado (9,9): “He aquí que viene a ti tu rey: justo él y victorioso, humilde y montado en un asno, en un pollino, cría de asna”.
La gente tendía sus mantos a su paso, lo cubría de palmas, como relata Mateo en su Evangelio: “La gente, muy numerosa, extendió sus mantos por el camino; otros cortaban ramas de los árboles y las tendían por el camino” (Mt 21,8).
Todavía hoy, la bendición de las palmas atrae a multitudes, con un público a veces poco habitual seducido por estas palmas y ramas de olivo (o de boj, o de laurel, según los países) que se pueden conservar en casa hasta el año siguiente. Símbolo de vida y de resurrección, el ramo es portador de bien, más que de buena suerte. Se coloca en las casas o adorna los crucifijos: hace entrar a Jesús resucitado en nuestras casas.
Estos ramos que se toman en las manos para aclamar la cruz de Cristo se colocan también a veces sobre las tumbas y entonces adquieren un significado funerario. No es sólo para honrar la memoria de un ser querido, sino también para manifestar la propia esperanza de ver renovar y florecer la propia fe en la resurrección de Jesucristo, y en la de nuestros muertos.
Normalmente, las parroquias organizan una procesión tras la bendición de los ramos, antes de la misa. En las grandes ciudades, la asamblea puede reunir hasta varios miles de personas, como en Notre-Dame de París, donde el rito de la apertura de las puertas de la catedral siempre es impresionante. Los fieles entran después en la iglesia, detrás del sacerdote, lo cual significa que acompañan a Cristo Rey hacia su pasión.
2. Diversos testimonios revelan que Jerusalén ya celebraba en el siglo IV la entrada triunfal de Jesús en la ciudad. Una peregrina llamada Egeria, que recorrió Tierra Santa en el año 380, da testimonio de ello en un manuscrito hallado en 1884. Desde Jerusalén, la procesión se extiende al mundo entero…
Egeria, o Eteria, nos describe la procesión que, del Monte de los Olivos al Santo Sepulcro, celebra la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén:
“Y ya, cuando comienza a ser la hora undécima (17h), se lee aquel pasaje del Evangelio, cuando los niños con ramos y palmas salieron al encuentro del Señor diciendo: “Bendito el que viene en el nombre del Señor”. A continuación se levanta el obispo y todo el pueblo, se va a pie desde lo alto del Monte de los Olivos, marchando delante con himnos y antífonas, respondiendo siempre: “Bendito el que viene en el nombre del Señor”.
En su testimonio, Egeria insiste en la gran participación de niños en esta procesión: “Todos los niños que hay por aquellos lugares, incluso los que no saben andar por su corta edad, van sobre los hombros de sus padres, llevando ramos, unos de palmas, y otros, ramas de olivo”.
Desde Jerusalén, la procesión se extiende a todo Oriente y hace del domingo inaugural de la Semana Santa el Domingo de Ramos. Desde principios del siglo VII, llega a Hispania y probablemente a la Galia (certificada en el siglo IX) y después se desarrolla ampliamente en todo el imperio carolingio.
En Roma, en el siglo V, sólo se leía la Pasión. A principios del siglo XII, cuando los usos franco-germánicos penetran en Roma (tras su propia decadencia litúrgica), la Procesión de las Palmas se menciona en los libros romanos.
3. La celebración excepcional que propone la Iglesia católica el Domingo de Ramos remite a varios textos del Antiguo y del Nuevo Testamento que hacen entrar progresivamente al creyente en la celebración del “Misterio pascual de Jesucristo”.
Durante la misa, las distintas lecturas y el Evangelio de la Pasión (sobre los sufrimientos y suplicios que precedieron y acompañaron a la muerte de Cristo) introducen al creyente en la Semana Santa y en sus distintas etapas, a la luz de la Pascua.
Primero el profeta Isaías enseña que el Siervo de Dios acepta sus sufrimientos: “Mi rostro no hurté a los insultos y salivazos. Pues que Yahveh habría de ayudarme para que no fuese insultado, por eso puse mi cara como el pedernal, a sabiendas de que no quedaría avergonzado” (Is 50, 6-7).
Después san Pablo explica que Jesús, Cristo y Señor, de condición divina, no ha retenido el rango que le igualaba a Dios, “sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo … por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre” (Fil 2, 6-11).
Entre estas dos lecturas, se intercala el Salmo 22 que el Señor rezó en la cruz y que es una interrogación profunda sobre el Misterio de su abandono:
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Todos los que me ven de mí se mofan,
tuercen los labios, menean la cabeza:
«Se confió a Yahveh, ¡pues que él le libre,
que le salve, puesto que le ama!»
(···)

Pero esta llamada desesperada no queda sin respuesta porque el salmo termina así:
¡Mas tú, Yahveh, no te estés lejos, corre en mi ayuda,
Anunciaré tu nombre a mis hermanos,
en medio de la asamblea te alabaré!
«Los que a Yahveh teméis, dadle alabanza.

Además el relato de la Pasión se hace a varias voces: la voz del sacerdote encarna al personaje de Jesús. Jesús sabe que su triunfo ha provocado la envidia y el furor de los sacerdotes, que han decidido matarlo. Durante la última cena con sus discípulos (la Cena), instituye la Eucaristía: hace ofrenda de su cuerpo y de su sangre como “verdadera” comida y “verdadera” bebida que dan la Vida eterna, anticipando así a través de este gesto el sentido profundo de su próximo sacrificio, su muerte en la cruz: “Tomad, este es mi cuerpo… Esta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos”, relata el evangelio de Marcos.
Después Jesús lleva a sus discípulos al Monte de los Olivos y les advierte de lo que va a soportar. Ellos le prometen su apoyo incondicional. Pero en medio de la noche, en el huerto de Getsemaní, Jesús es abandonado por estos mismos discípulos, que sucumben al sueño. Él les había recomendado, sin embargo, que esperaran y velaran durante el tiempo que él rezara a su Padre un poco más lejos, después de haberles explicado que su “alma está triste hasta el punto de morir”.
Entonces Judas, uno de los doce apóstoles, llega para traicionarlo y entregarlo a las autoridades judías. Poco después, Pedro, atemorizado, niega conocer a Jesús confirmando lo que este último le había anunciado antes: «Yo te aseguro: esta misma noche, antes que el gallo cante, me habrás negado tres veces”. Juzgado escuetamente, Jesús es crucificado por los romanos. En camino a su resurrección, se rebaja a lo más bajo. Tras los cantos de alegría que le han acogido, son gritos e insultos los que le acompañan cuando, llevando su cruz, sale de Jerusalén.
4. Desde 1985, el Domingo de Ramos las diócesis están invitadas a organizar su Jornada Mundial de la Juventud, que representa una etapa hacia las JMJ internacionales (Madrid, Río, …), una iniciativa querida por Juan Pablo II, impresionado por el entusiasmo de los jóvenes por encontrarse, compartir y rezar juntos.
Los jóvenes son muy sensibles a esta celebración gracias al impulso dado, en 1984, por Juan Pablo II la víspera del Domingo de Ramos. Aquel año, la Iglesia celebraba el Año Santo de la redención, 1950 años después de la Pasión de Cristo. El papa que, como se sabe siempre estaba muy cercano a los jóvenes, quiso marcar ese año jubilar con su presencia entre ellos y les invitó a un Jubileo internacional de la juventud, en la plaza de San Pedro, en Roma.
Emocionado por la llegada de centenares de miles de jóvenes, Juan Pablo II declaró: “¡Qué espectáculo extraordinario veros hoy aquí reunidos! ¿Quién ha dicho que los jóvenes de hoy han perdido el sentido de los valores? ¿Es verdad que no se pueda contar con ellos?”.
A finales de ese año, Juan Pablo II confirió a los jóvenes cristianos de todo el mundo, como símbolo de su fe, una gran cruz sencilla constituida por dos planchas de madera. Esta cruz se ha convertido ahora en el símbolo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
El encuentro de 1984 tuvo tanto éxito que se repitió al año siguiente, con ocasión del Año Internacional de la Juventud proclamado por la ONU. El éxito será entonces mayor (300.000 jóvenes presentes) y a finales de año, Juan Pablo II anuncia la creación de la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebraría cada año en las diócesis, el Domingo de Ramos.
¿Por qué el Domingo de Ramos? “La respuesta os la habéis dado vosotros mismos, con vuestra venida a Roma de estos últimos años”, declaró el mismo papa en 1988, en su homilía de la misa del Domingo de Ramos. Y añadió: “Vosotros vais a buscar a Jesús en el centro de su misterio, y el centro del misterio de Cristo es la muerte y la resurrección”.
Fuentes :
La Semaine Sainte, n°41, La Maison-Dieu.
La liturgie du Mystère Pascal, n°68, La Maison-Dieu.
La Iglesia en oración. Introducción a la liturgia, A.G. Martimort, Desclée y otros autores.
Celebrar a Jesucristo. La Cuaresma, Adrien Nocent, Editorial Sal Terrae.
Demeurez en ma parole, Méditations et prières, Collectif, Cerf
L’entrée du Christ à Jérusalem, XXXIV, Communio, Revue catholique internationale, 2009.
Théo, 1989, Encyclopédie catholique, Droguet-Ardant / Fayard.
La Liturgia de las Horas.
Prions en Eglise, Abril 2012.
Misal Romano.

Este es el verdadero sentido de las palmas de Domingo de Ramos

Domingo de Ramos en Iquitos / Crédito: Percy Meza (CC-BY-SA-3.0)

Este domingo millones de católicos acudirán a las iglesias para iniciar la Semana Santacon el Domingo de Ramos y recordar así la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén cuando fue recibido por sus discípulos y la población con palmas y ramos de olivo.
No obstante, ¿cuál es el verdadero sentido de estas palmas una vez bendecidas?

Luego de ser bendecidas muchos fieles suelen colocarlas en algún lugar privilegiado del hogar y las utilizan como un sacramental, es decir, como “signos sagrados con los que, imitando de alguna manera a los sacramentos, se expresan efectos, sobre todo espirituales, obtenidos por la intercesión de la Iglesia” (CIC 1667).
A pesar de esta precisión, son muchas las personas que acostumbran colocar las palmas benditas detrás de la puerta "como amuletos, con fines curativos o para mantener alejados a los malos espíritus o a los rateros, lo cual es una superstición”, adviertió el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME).
Esta creencia –según el SIAME– es errónea debido a que “el verdadero sentido de las palmas en nuestro hogar es tener presente que Jesús es nuestro rey y que debemos siempre darle la bienvenida en nuestro hogar”.
Una vez termine la Semana Santa se sugiere llevarlas “a la iglesia para que sean quemadas y emplear su ceniza precisamente en el ‘Miércoles de Ceniza’, principio de la próxima Cuaresma”, concluye el SIAME.
Se estima que existen 2600 especies de palmas pero la planta que produce las hojas que se usan el Domingo de Ramos solo puede sobrevivir en climas tropicales o subtropicales.
En los lugares donde no se pueden encontrar palmas o están en peligro de extinción, como es el caso de Colombia o Ecuador con las “palmas de cera”, se pueden utilizar ramas de olivo, saúco, abeto o de otros árboles.
En el "Caeremoniale Episcoporum", libro que contiene los ritos y ceremonias latinas de la Iglesia Católica, se sugiere que en estos casos, al menos se le adjunten a las ramas de olivo flores o cruces hechas de palma.

La Misa es un reflejo del Cielo, dice Cardenal Sarah

Cardenal Robert Sarah / Crédito: Bohumil Petrik (ACI Prensa)

El Cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos en el Vaticano, afirmó recientemente que la Misa es “el reflejo de la liturgia que se celebra desde la eternidad en la Jerusalén celestial”.
“Es el sacrificio vivo de Cristo que murió en la cruz para liberarnos del pecado y de la muerte, con el propósito de revelar el amor y la gloria de Dios Padre”, dijo el Purpurado en un discurso para la XVIII Conferencia Litúrgica Internacional de Colonia en Alemania, realizada del 29 de marzo al 1 de abril.
“Muchos católicos no saben que el propósito final de cada celebración litúrgica es la gloria y adoración a Dios, la salvación y santificación de los hombres, ya que en la liturgia ‘Dios es perfectamente glorificado y los hombres son santificados’”, añadió.
La conferencia se realizó por el décimo aniversario de la instrucción Summorum Pontificum del Papa Benedicto XVI, que dio amplio margen a los sacerdotes para la celebración de la liturgia según el Misal de 1962, ahora conocido como la “forma extraordinaria”.
El Cardenal dijo que a pesar de las controversias y abusos posteriores al Concilio Vaticano II, la liturgia católica es en última instancia una fuente de unidad que forma a los cristianos en el sacrificio y la salvación de la cruz.
Indicó que si los católicos sienten que están sufriendo una “guerra litúrgica” divisiva, entonces deberían verla como “una aberración”, porque la liturgia es “el espacio por excelencia donde los católicos deben experimentar la unidad en la verdad, en la fe y en amor”.
“Como resultado, es inconcebible celebrar la liturgia teniendo sentimientos de conflicto y rencor fratricidas. En este ‘cara a cara’ con Dios, que es la liturgia, nuestro corazón debe estar purificado de toda enemistad, y se requiere que cada sea respetado en su propia sensibilidad”, explicó.
El Cardenal Sarah subrayó la necesidad de reafirmar que el Concilio Vaticano II nunca pidió una ruptura con el pasado. Más bien, debe promoverse la visión del concilio de la renovación litúrgica.
Después del Concilio, el Beato Pablo VI publicó un nuevo Misal Romano, ahora conocido como la “forma ordinaria”, que fue ampliamente traducido del latín a los idiomas locales.
Sobre el tema, el Cardenal Sarah dijo que ambas formas -ordinaria y extraordinaria- de la liturgia deben traer a los fieles “la belleza de la liturgia, su santidad, el silencio, el recuerdo, la dimensión mística y la adoración”.
Además, rechazó cualquier esfuerzo para oponer un misal romano al otro y viceversa, así como la oposición a la liturgia de las iglesias católicas orientales.
“Más bien debemos entrar en el gran silencio de la liturgia, permitiéndonos enriquecernos con todas las formas litúrgicas, ya sean latinas u orientales”, explicó.
Sin un silencio místico y un espíritu contemplativo, la liturgia seguirá siendo “una ocasión de divisiones odiosas, de enfrentamientos ideológicos y de humillaciones públicas de los débiles por parte de quienes afirman tener autoridad, en vez de ser un lugar de unidad y comunión en el Señor”, destacó.
Por otro lado, al igual que Cardenal Joseph Ratzinger en el pasado, el Cardenal Sarah está convencido de que la crisis que se vive en la Iglesiaactualmente se debe “en gran medida debida a la demolición de la liturgia”.
“El Cardenal Ratzinger repitió incansablemente que la crisis que ha estado sacudiendo a la Iglesia durante los últimos cincuenta años, principalmente desde el Concilio Vaticano II, está vinculada a la crisis de la liturgia y, por tanto, al irrespeto, a la desacralización y a la horizontalidad de los esenciales elementos del culto divino”, lamentó.
El Purpurado sostuvo que aquellos que promulgaron cambios negativos en la liturgia olvidaron que no es sólo una oración, sino que es especialmente un misterio “que no podemos comprender por completo, pero que debemos aceptar y recibir en la fe, el amor, la obediencia y el silencio de adoración”.
También, considera que los verdaderos adoradores de Dios no reforman la liturgia según sus propias ideas y creatividad para complacer al mundo, sino que “reforman el mundo con el Evangelio”.
El Cardenal Sarah ofreció las pautas para la Summorum Pontificum, diciendo que debe aplicarse “con mucho cuidado” y no como “una medida negativa y regresiva, que pretende regresar al pasado. Tampoco debe aplicarse como algo que construye muros y crea un gueto”.
Más bien, debe ser “una contribución importante y genuina a la vidalitúrgica tanto del presente como del futuro de la Iglesia”.

La importancia de San Pedro en la vida del Papa Francisco

Cuando regresó de la Jornada Mundial de la Juventud, el Papa Francisco dijo que no sabía quién sería el papa en la próxima JMJ de Panamá 2019, pero que Pedro sí estaría ahí.

"No sé si estaré en Panamá, pero Pedro si estará.”

Francisco no se toma su trabajo a la ligera, ni olvida a quienes le han precedido. Siempre ha tenido muy presente sus inicios. Tanto es así que uno de sus primeros actos como papa lo dedicó a visitar la tumba de San Pedro, enterrados bajo el Vaticano.

LAURA DONATO
Guía archeológica de la Tumba de San Pedro 
"Fue lo primero que hizo nada más ser nombrado papa. Porque el 1 de abri, en 2013, él quería visitar su tumba para orar, así que eso fue lo que hizo en cuanto pudo”.

Veneró a San Pedro, rezó y respetó los testimonios de muchos arqueólogos que aseguraban allí estaban los restos. 

El Papa descendió las tres filas de altares, construidas por los papas anteriores, hasta la Capilla Clementina. Esta pequeña capilla es donde se veneraban las reliquias de San Pedro y donde hoy en día permanecen.

LAURA DONATO
Guía archeológica de la Tumba de San Pedro 
 "En el evangelio de Mateo podemos leer que Jesús eligió a Pedro como su sucesor: 'Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia'. Por este motivo, los papas son considerados sucesores de Pedro y su tumba es tan importante para todos los católicos”.

Francisco ha demostrado ser un papa de acción. Desde que comenzó su pontificado ha querido comunicarse a través del ejemplo y a pesar de que hay cientos de reliquias de santos por toda Roma, él escogió visitar las de San Pedro.

LAURA DONATO
Guía archeológica de la Tumba de San Pedro 
"Las reliquias son importantes. Son pruebas históricas y reales de la fe. La fe tiene sus raíces en la historia. No estamos hablando de relatos mitológicos, sino de eventos históricos. Mostrar sus huesos y sus restos es una forma de demostrar que todo ocurrió de verdad”.

El 24 de noviembre de 2013, durante la misa de clausura del "Año de la Fe”, el Papa Francisco mostró los huesos por primera vez al mundo entero y después rezó con la caja que contenía las reliquias entre sus manos. Este acto concluyó el "Año de la Fe” de una forma muy significativa.

Las reliquias de San Pedro sirven, tanto a cristianos como a no creyentes, como excusa para peregrinar hasta Roma y verlos con sus propios ojos.


¿Por qué el símbolo de los primeros cristianos era un pez?


Además de ser un código para reconocerse en la clandestinidad, el anagrama era una proclamación de fe

Los comienzos del cristianismo no fueron nada fáciles. Considerando que el propio Cristo fue crucificado, y que los apóstoles fueron inmediatamente perseguidos de forma brutal, por no hablar de los siglos de masacres en el Imperio romano, es fácil imaginar que los primeros cristianos vivían su fe de forma prácticamente clandestina.
En un contexto de tanta crueldad, ¿cómo hacía un cristiano para saber si otra persona era cristiana también, sin correr el riesgo de delatarse y acabar en la cárcel?
Además de tomar las precauciones más evidentes, como informarse sobre los demás antes de tratar con ellos si era posible, los primeros cristianos utilizaban “códigos secretos” para confirmar si se encontraban ante una persona que compartía su religión.
Uno de estos códigos era el “Ichthys” o “Ichthus”, palabra que en griego antiguo (ἰχθύς) significa “pez”.
La hipótesis más acreditada es que un cristiano, cuando pensaba encontrarse ante otro cristiano clandestino, dibujaba una curva o media luna en tierra. Si el otro dibujaba otra media luna superpuesta a la primera, completando así la figura de un pez, había una probabilidad muy elevada que se tratase precisamente de un seguidor de Jesús que conocía el “código secreto” cristiano.
Pero ¿por qué la imagen de un pez?
Porque las letras que forman la palabra “pez” en griego, cuando se escriben en mayúscula (ΙΧΘΥΣ), forman un acrónimo con las iniciales de la expresión “Iēsous Christos THeou Yios Sōtēr“, que significa “Jesucristo, Hijo de Dios, Salvatodor” (en griego antiguo Ἰησοῦς Χριστός, Θεοῦ ͑Υιός, Σωτήρ).
Así, el pez se convirtió en uno de los primeros símbolos cristianos, junto a la imagen del Buen Pastor.
El Ichthys se usaba también para señalar las catacumbas cristianas durante las persecuciones contra la comunidad, de forma que sólo los cristianos sabían dónde estaban enterrados sus mártires, para rezar allí.

Tras 7 siglos papa Francisco celebrará Corpus Christi el domingo en Roma


El Pontífice cambia la fecha de la tradicional misa y procesión celebrada desde final del XIII siglo por los papas el jueves

El papa Francisco decidió cambiar de jueves a domingo, 18 de junio de 2017, la procesión romana del Corpus Christi que inicia desde el sagrado de la Basílica de San Juan de Letrán, recorriendo toda la vía Merulana hasta llegar a la Basílica de Santa María Mayor en la ‘ciudad eterna’.
La fiesta del Corpus Christi fue instituida por Urbano IV en 1264. En la bula Transitururs de hoc mundo se establecía que el jueves después de la octava de Pentecostés, es decir el jueves después de la fiesta de la Santísima Trinidad.
Aunque al establecer la fiesta no se hablaba de procesión, pronto el pueblo fiel vio la necesidad de coronar la fiesta con una procesión con la Eucaristía. Esto sucederá a partir de finales del siglo XIII. Los primeros indicios se tuvieron en Colonia hacia el 1279, en París a inicios del siglo XIV, en Génova en 1325, en Milán en el 1336 y en Roma hacia el 1350.
Así pues “desde hace aproximadamente siete siglos que se celebra el jueves la procesión del Corpus Christi en Roma” confirmó a Aleteia el profesor Juan José Silvestre, profesor del departamento de Liturgia de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, PUSC, de Roma.
Además, la data de 2017 es confirmada en la página web de la Prefectura de la Casa Pontificia, ente que prepara las audiencias y las ceremonias pontificias.
 “Es cierto que con la disminución de festivos civiles que coinciden con fiestas litúrgicas que se celebraban entre semana, muchas fiestas han pasado a celebrarse los domingos. Por ejemplo, la ascensión del Señor, o la fiesta de la epifanía. También el Corpus Christi  había sido trasladada a domingo en Italia, por eso, tal vez el calendario vaticano era de los pocos que mantiene el Corpus Christi en jueves”, explicó Silvestre.

¿Qué es el Corpus Christi? 

El Corpus Christi es la fiesta religiosa en honor del Santísimo Sacramento. En esta solemnidad del Cuerpo y de la Sangre del Señor se ofrece a la piedad de los fieles el culto de tan gran Sacramento, para que adoren la presencia de Cristo el Señor en la Eucaristía, para que celebren las maravillas de Dios significadas en ella y para que aprendan a vivir más intensamente de la Eucaristía.
“Es una fiesta muy antigua en la que fundamentalmente lo que se celebra es la Eucaristía. La presencia real del Señor en la eucaristía. En esta fiesta meditamos la profundidad del amor del Señor que se ha quedado oculto bajo las especies sacramentales. Así como el Jueves Santo celebramos la institución de la Eucaristía, el día del Corpus Christi celebramos la presencia real del Señor entre nosotros con su cuerpo y con su sangre”, dijo a Aleteia el experto en Liturgia de la PUSC.
Por ende, la decisión no tiene precedentes, el Obispo de Roma sigue así el calendario litúrgico de su diócesis que celebra el Corpus Christi el día domingo sucesivo a la solemnidad de la Santísima Trinidad. “Creo que el intento es facilitar y mejorar la participación de los fieles. Es un motivo pastoral fundamentalmente”, confirmó Silvestre.

Ninguna novedad en las diócesis del mundo

En fin, a pesar de que el Pontífice, celebraba en Roma, antes seguía el calendario litúrgico del Vaticano y no el calendario litúrgico de su diócesis. Esta novedad, no es una novedad respecto con el calendario de otras diócesis del mundo que ya celebran desde hace tiempo de día domingo confirmó el profesor Juan José Silvestre, experto en liturgia de la PUSC.
“El Papa está pensando en su diócesis de Roma, en el fondo, no está pensando en un cambio de praxis para la Iglesia Universal, pues ya la mayoría de diócesis tendrían esta fiesta el domingo”, agregó.
El profesor de liturgia comenta que aún no es oficial que el Corpus Domini se celebre siempre de día domingo, “puede ser una prueba”. “El Obispo de Roma celebraba de día jueves, mientras que sus fieles lo hacían el domingo, por tanto podía resultar algo un tanto extraño. Tal vez, se habrá pensado, al menos provisionalmente, a unificar y celebrar todos el domingo la fiesta del Corpus Christi”.

La procesión y la liturgia

En esta línea, la exhortación apostólica, Evangelii Gaudium, apoya la devoción popular pues es un gran instrumento de evangelización y nace, como recuerda el Papa Francisco, del sensus fidei del pueblo.
“Esta decisión pienso que no supone que la liturgia se subordina a la piedad popular. Liturgia y piedad popular son dos realidades distintas pero complementarias, siendo la piedad popular la que prolonga y prepara a la liturgia, que el Concilio Vaticano II, reafirma es la actividad más importante de la Iglesia”, comentó Silvestre. Por eso, la procesión eucarística prepara y prolonga la Misa.
La “procesión”, como representación de la “Iglesia en salida” que busca que Dios recorra nuestras calles, entre en nuestra vida.  A la vez la procesión es manifestación de esa Iglesia que recupera la adoración a la que con frecuencia se refiere el Papa Francisco”.
“Es bueno no olvidar que la liturgia es culto a Dios. Lo fundamental es el Señor, Él es el protagonista. El cambio de la procesión al domingo pienso que busca facilitar que más personas se encuentren y adoren al Señor. En definitiva busca, como Urbano IV hace más de siete siglos, que más romanos, que más hombres y mujeres, pongan su mirada en Dios que se oculta en la Eucaristía”.