jueves, 26 de enero de 2017

Los cinco defectos de Jesús Sí, tenía defectos. Y te van a encantar


Los cinco defectos de Jesús




El cardenal vietnamita Francisco Xavier Nguyen Van Thuan tuvo como lema de vida la esperanza que llena de amor el momento presente. Siendo prisionero por el régimen comunista durante 13 anos, 9 de los cuales en total aislamiento, no quedó de “brazos cruzados” esperando la liberación; al contrario, con la creatividad propia del amor, se hizo amigo de los carceleros, construyó para sí un crucifijo, celebró la eucaristía clandestinamente y escribió tres libros. Después de una vida luminosa, murió víctima del cáncer en septiembre de 2002. En 2010 la Iglesia inició su proceso de beatificación.
Los cinco defectos de Jesús
Van Thuan se declara apasionado por los defectos de Jesús y los describe en el libro “Testigos de esperanza”:
Primer defecto: Jesús no tiene memoria
En el Calvario, en el auge de la agonía indescriptible, Jesús oye la voz del ladrón a su derecha: “Jesús, acuérdate de mi cuando llegues a tu reino” (Lc 23,43). Si fuese yo, habría respondido: “No te voy a olvidar, sino que tus crímenes se merecen muchos años de purgatorio”. Sin embargo, Jesús le respondió: “…hoy estarás conmigo en el Paraíso” (Lc 23,43). Jesús olvidó todos los crímenes de ese hombre.
La memoria de Jesús no es igual que la mía…
Segundo defecto: Jesús no “sabe” matemáticas
Si Jesús se hubiese sometido a un examen de matemáticas, seguro que suspendía … “Un pastor tenía 100 ovejas. Una se pierde. Él, inmediatamente, deja las 99 en el redil y fue en busca de la descarriada. Al volver a encontrarla, la puso en su hombro y volvió feliz” (cf. Lc 15,4-7).
Para Jesús, una persona tiene el mismo valor de noventa y nueve e, incluso, más.
Tercer defecto: Jesús no tiene lógica
Una mujer tenía 10 dracmas. Perdió una. Enciende la lámpara; barre la casa… busca hasta encontrarla. Cuando la encuentra invita a sus amigas a compartir la alegría por volver a encontrar la dracma… (Lc 15,8-10)… de hecho, no tiene lógica hacer fiesta por una dracma… El corazón tiene razones que la razón no entiende… Jesús dio una pista: “Yo os digo que habrá más alegría en los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta…” (Lc 15,10).
Cuarto defecto: Jesús corre demasiados riesgos
Los ejecutivos, las personas encargadas del “marketing de empresa”, llevan en sus carpetas proyectos, planes cuidadosamente elaborados… En todas las instituciones, organizaciones civiles o religiosas no faltan programas prioritarios; objetivos, estrategias…
Nada de esto pasa con Jesús. Si se analiza humanamente, su proyecto está destinado al fracaso.
A los apóstoles, que dejaron todo para seguirle, no les garantiza el sustento material, ni casa para vivir, solamente compartir su estilo de vida. A uno que deseaba unirse a los suyos, responde: “Las zorras tienen madriguera y las aves nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza” (Mt 8,20)…
Los doce confiaron en este aventurero. Millones y millones de otros igualmente. Ya son más de dos mil años y una incalculable multitud de seguidores sigue peregrinando. Galerías enormes de santos y santas, bienaventurados, héroes y heroínas de la aventura. En el Universo entero sigue adelante esta bendita romería… ¿Será que este aventurero tenía razón …? Si es así, ¡será que el viaje más fantástico y contracorriente de la historia es el bueno…! “¿A quién iremos, Señor?”…
Quinto defecto: Jesús no entiende de finanzas ni de economía 
Si Jesús fuese el administrador de la empresa, de la comunidad, la ruina sería cuestión de días. ¿Como entender a un administrador que paga el mismo salario al que empieza el trabajo antes y al otro que sólo trabaja una hora? ¿Un descuido? ¿Jesús no sabe contar? …

¿Por qué Jesús tiene esos defectos? Porque es el Dios de la Misericordia y el Amor Encarnado. Dios Amor (cf. 1Jn 4,16). Por tanto, no es un amor racional, calculador, que condiciona, ni recuerda las ofensas recibidas. Sino un amor donación, servicio, misericordia, perdón, comprensión, acogida… ¿En qué medida? Infinita.
Los defectos de Jesús son el camino de la felicidad. Por eso, damos gracias a Dios. Para alegría y esperanza de la humanidad, esos defectos son incorregibles.

26 de enero: Se conmemora a San Tito y San Timoteo, discípulos de San Pablo Apóstol

26 de enero: Se conmemora a San Tito y San Timoteo, discípulos de San Pablo Apóstol


San Tito y San Timoteo fueron discípulos de San Pablo, presidieron las comunidades cristianas de la isla de Creta y de Éfeso, respectivamente. Asimismo, a ellos fueron dirigidas tres cartas atribuidas a San Pablo. La fiesta de ambos se celebra el 26 de enero, al siguiente día de la fiesta de la Conversión del Apóstol de los gentiles.
San Timoteo nació en Listra, hijo de padre pagano y de madre judeocristiana. En el Nuevo Testamento aparece como el discípulo más cercano a San Pablo, con quien realizó varios viajes.
El Apóstol lo nombró Obispo de Éfeso y le escribió dos cartas para orientarlo en la dirección de sus comunidades: Primera y Segunda Carta a Timoteo. Algunas de sus reliquias reposan en Italia desde 1239 en la Catedral de Termoli, procedentes de Constantinopla.
San Tito aparece en las cartas de San Pablo, a quien acompañó al Concilio de Jerusalén. Después de predicar en varias ciudades, San Pablo lo consagró Obispo de la Isla de Creta.
“Es cierta esta afirmación, y quiero que en esto te mantengas firme, para que los que creen en Dios traten de sobresalir en la práctica de las buenas obras. Esto es bueno y provechoso para los hombres”, le recomendó San Pablo a Tito (Tito 3, 8).


Memoria de santos Timoteo y Tito, obispos, compañeros de san Pablo


Segunda Carta de San Pablo a Timoteo 1,1-8. 

Pablo, Apóstol de Jesucristo, por la voluntad de Dios, para anunciar la promesa de Vida que está en Cristo Jesús,
saluda a Timoteo, su hijo muy querido. Te deseo la gracia, la misericordia y la paz que proceden de Dios Padre y de nuestro Señor Jesucristo.
Doy gracias a Dios, a quien sirvo con una conciencia pura al igual que mis antepasados, recordándote constantemente, de día y de noche, en mis oraciones.
Al acordarme de tus lágrimas, siento un gran deseo de verte, para que mi felicidad sea completa.
Porque tengo presente la sinceridad de tu fe, esa fe que tuvieron tu abuela Loide y tu madre Eunice, y estoy convencido de que tú también tienes.
Por eso te recomiendo que reavives el don de Dios que has recibido por la imposición de mis manos.
Porque el Espíritu que Dios nos ha dado no es un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de sobriedad.
No te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni tampoco de mí, que soy su prisionero. Al contrario, comparte conmigo los sufrimientos que es necesario padecer por el Evangelio, animado con la fortaleza de Dios.

Salmo 96(95),1-2a.2b-3.7-8a.10. 
Canten al Señor un canto nuevo,
cante al Señor toda la tierra;
canten al Señor, bendigan su Nombre.
Día tras día, proclamen su victoria.

Anuncien su gloria entre las naciones,
y sus maravillas entre los pueblos.
Aclamen al Señor, familias de los pueblos,
aclamen la gloria y el poder del Señor;

aclamen la gloria del nombre del Señor.
Digan entre las naciones: “¡El Señor reina!
el mundo está firme y no vacilará.
El Señor juzgará a los pueblos con rectitud”.


Evangelio según San Lucas 10,1-9. 
El Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir.
Y les dijo: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.
¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos.
No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino.
Al entrar en una casa, digan primero: '¡Que descienda la paz sobre esta casa!'.
Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes.
Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa.
En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan;
curen a sus enfermos y digan a la gente: 'El Reino de Dios está cerca de ustedes'."