miércoles, 1 de julio de 2020

¿Por qué julio está dedicado a la Santísima Sangre de Cristo?

PRECIOUS BLOOD OF CHRIST

Un Papa estableció esta fiesta cuando se vio exiliado de Roma

Una devoción particular en la Iglesia Católica relacionada con la Pasión de Jesucristo consiste en honrar su Preciosa Sangre. Es un reconocimiento del sacrificio de Jesús y de cómo derramó su sangre para la salvación de la humanidad. Además, esta sangre se hace presente a través del don de la Eucaristía y es algo que podemos consumir en la misa, junto con el cuerpo de Cristo, bajo la apariencia de pan y vino.
Con el tiempo, la Iglesia desarrolló varias fiestas de la Preciosa Sangre, pero no fue hasta el siglo XIX cuando se estableció una fiesta universal.
Durante la Primera Guerra Italiana por la Independencia en 1849, el Papa Pío IX se exilió a Gaeta. Fue allí con Don Giovanni Merlini, tercer superior general de los Padres de la Preciosa Sangre.
Mientras la guerra seguía en su apogeo, Merlini le sugirió al Papa Pío IX que creara una fiesta universal a la Preciosa Sangre para rogar a la ayuda celestial de Dios para que terminara la guerra y llevar la paz a Roma. Pío IX posteriormente hizo una declaración el 30 de junio de 1849 de que tenía la intención de crear una fiesta en honor de la Preciosa Sangre. La guerra pronto terminó y regresó a Roma poco después.
El 10 de agosto lo hizo oficial, y proclamó que el primer domingo de julio se dedicará a la Preciosa Sangre de Jesucristo. Más tarde, el Papa Pío X asignó el 1 de julio como la fecha fija de esta celebración.
Después del Concilio Vaticano II, la fiesta se eliminó del calendario, pero se estableció una Misa votiva en honor de la Preciosa Sangre que se puede celebrar en el mes de julio (como en la mayoría de los otros meses del año).
Por estas razones, todo el mes de julio se dedica tradicionalmente a la Preciosa Sangre, y se alienta a los católicos a meditar en el sacrificio profundo de Jesús y el derramamiento de su sangre por la humanidad.
A continuación se muestra la oración de apertura de la Misa votiva, así como una oración adicional que puede usarse como nuestra propia meditación u oración personal durante el mes de julio.
Oh Dios, que por la Preciosa Sangre de tu Unigénito has redimido al mundo entero,
conserva en nosotros la obra de tu misericordia,
para que, honrando siempre el misterio de nuestra salvación,
Podamos merecer la obtención de sus frutos.
Por nuestro señor Jesucristo, tu Hijo.
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

Admitido a tu mesa sagrada, oh Señor, hemos sacado con alegría el agua de las fuentes del Salvador: Oh, sangre, te suplicamos, te conviertas en una fuente de agua que brota de la vida eterna.

Lecturas del Miércoles de la 13ª semana del Tiempo Ordinario

Primera lectura

Lectura de la profecía de Amós (5,14-15.21-24):

Buscad el bien y no el mal, y viviréis, y así estará con vosotros el Señor Dios de los ejércitos, como deseáis. Odiad el mal, amad el bien, defended la justicia en el tribunal. Quizá se apiade el Señor, Dios de los ejércitos, del resto de José. «Detesto y rehúso vuestras fiestas –oráculo del Señor–, no quiero oler vuestras ofrendas. Aunque me ofrezcáis holocaustos y dones, no me agradarán; no aceptaré los terneros cebados que sacrificáis en acción de gracias. Retirad de mi presencia el estruendo del canto, no quiero escuchar el son de la cítara; fluya como el agua el juicio, la justicia como arroyo perenne.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 49

R/.
 Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios

«Escucha, pueblo mío, que voy a hablarte;
Israel, voy a dar testimonio contra ti;
"yo, Dios, tu Dios".» R/.

«No te reprocho tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa,
ni un cabrito de tus rebaños.» R/.

«Pues las fieras de la selva son mías,
y hay miles de bestias en mis montes;
conozco todos los pájaros del cielo,
tengo a mano cuanto se agita en los campos.» R/.

«Si tuviera hambre, no te lo diría:
pues el orbe y cuanto lo llena es mío.
¿Comeré yo carne de toros,
beberé sangre de cabritos?» R/.

«¿Por qué recitas mis preceptos
y tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza
y te echas a la espalda mis mandatos?» R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (8,28-34):

En aquel tiempo, llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gerasenos. Desde el cementerio, dos endemoniados salieron a su encuentro; eran tan furiosos que nadie se atrevía a transitar por aquel camino. 
Y le dijeron a gritos: «¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido a atormentarnos antes de tiempo?» 
Una gran piara de cerdos a distancia estaba hozando. Los demonios le rogaron: «Si nos echas, mándanos a la piara.» 
Jesús les dijo: «Id.» 
Salieron y se metieron en los cerdos. Y la piara entera se abalanzó acantilado abajo y se ahogó en el agua. Los porquerizos huyeron al pueblo y lo contaron todo, incluyendo lo de los endemoniados. Entonces el pueblo entero salió a donde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que se marchara de su país.

Palabra de Dios