lunes, 3 de diciembre de 2018

5 películas que tratan de mostrar la acción del demonio

Imagen referencial / Foto: Flickr Estitxu Carton (CC-BY-SA-2.0)

Hollywood ha producido muchas películas de terror en donde se vislumbra la existencia del mal. Para los católicos, el origen del mal es el demonio, un ser espiritual real al que se debe combatir con una intensa vida espiritual y oración constante.
El demonio no es una superstición: existe, es real y se manifiesta de distintas maneras en el mundo. A veces con posesiones, otras con infestaciones o perturbaciones.
Por todo esto, ACI Prensa presenta ahora una lista de cinco películas de terror que muestran que el demonio es real y que siempre está al acecho para dañar a las personas.
1.- Annabelle: Creation
La película se estrenó en agosto de 2017 y está basada en hechos reales. Trata sobre la infestación demoniaca -cuando el demonio posee una cosa o lugar-, en este caso una muñeca llamada Annabelle.
También se ve en el film que algunos personajes invocaban a un poder sobrenatural para poder ver a su hija y así fue como el demonio ingresó a la casa.  
Un reconocido exorcista en Estados Unidos dijo al National Catholic Register que el largometraje era fiel a las enseñanzas de la Iglesia Católica sobre las posesiones demoniacas y el exorcismo, aunque tenía algunas inexactitudes que pueden leerse AQUÍ.
2.- El Conjuro 1 y 2

La primera y segunda entrega de este film fueron estrenadas en 2013 y 2016 respectivamente. En ambas aparecen Lorraine y Ed Warren, una pareja de investigadores católicos que existieron en la vida real y que auxiliaban a familias en casas infestadas por demonios.
El crítico de cine Carl Kozlowski indicó que los realizadores de las películas, especialmente de El Conjuro 2, revelan que “la idea detrás de todo esto es que cuando la gente buena no hace nada, Satanás prevalece. Para Ed y Lorraine la fe era su arma”.
Los Warren eran de los pocos laicos autorizados por la Iglesia Católica para investigar y elaborar informes sobre estos fenómenos. Sin embargo no tenían permiso para realizar exorcismos.
Ambos animaron a los sacerdotes a tomar en serio los supuestos casos de familias afectadas por actividad demoniaca y a rezar por las víctimas.
3.- El Rito

El Rito fue estrenada en el año 2011 y está basada en la vida y labor del P. Gary Thomas, un famoso exorcista.
La película narra la historia de un sacerdote escéptico llamado Michael que viaja a Roma para participar en un curso sobre exorcismo. Allí conoce a un famoso exorcista, el P. Lucas, y lo ayuda a expulsar un demonio de una embarazada llamada Rosaria.
El P Thomas dijo  a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– que El Rito es “una película que habla sobre la fe” y que los realizadores quisieron que las escenas de los exorcismos fueran lo más precisas posible.
4.- El exorcismo de Emily Rose

Esta película está inspirada en el exorcismo real practicado por dos sacerdotes en 1975 a Anneliese Michel, una mujer católica alemana que falleció un año después por inanición y deshidratación. Tras su muerte, sus padres y los dos presbíteros encargados de su exorcismo fueron acusados de homicidio negligente. Durante una de las sesiones, Anneliese manifestó que estaba poseída por seis demonios.
El film, estrenado en el año 2005, habla sobre cómo una joven católica estadounidense llamada Emily Rose contacta a un sacerdote, el P. Richard Moore, porque había comenzado a tener visiones aterradoras y creía que necesitaba un exorcismo.
Al igual que en el caso real, Emily Rose también estaba poseída por seis demonios.
Además, la película narra que el P. Moore encuentra una carta que escribió Emily un día antes de su muerte donde cuenta que la Virgen María la visitó y que le dio a escoger entre ir al cielo o quedarse en la tierra para dar testimonio de la existencia de Dios y los demonios. Ella eligió la segunda alternativa.
En enero de este año y tras la muerte del famoso exorcista de la diócesis de Roma, P. Gabriele Amorth, el teólogo español José Antonio Fortea, escribió que desde el estreno de El Exorcista en la década de los 70´, “treinta años después empezarían a aparecer otras películas sobre el mismo tema”, sin embargo “su calidad fue muy inferior, salvo El exorcismo de Emily Rose”.
5.- El Exorcista


Una oración de protección y bendición para mis hijos


 
mujer madre e hijo orando a dios por proteccion bendicion oracion mama
 

Oración de bendición y de protección que pueden hacer los padres por sus hijos para cuidar y velar por ellos espiritualmente


Como padres, uno de los papeles más importantes e influyentes que toca en la responsabilidad de cuidar y velar por los hijos es la de llevarlos por las sendas de la fe y la justicia, batallando incansablemente contra las corrientes del mundo que suelen ser muy contrarias a los principios cristianos.
Los padres, debemos convertirnos casi que en guerreros de la oración por los hijos. Luchar por sus almas a través de la intercesiónpara que no se pierdan
Debido a la cercanía de su relación, los padres pueden conocer a sus hijos mejor que ningún otro y pueden discernir en qué momento necesitan más apoyo de la oración.
A continuación, te presentamos una oración de bendición y de protección que pueden hacer los padres por sus hijos
Oh Señor,
Gracias por mis hijos. Te pido que ellos te miren a través de mí y por ello te sigan. Por favor perdóname cuando cometa un error y ayúdales a ellos a perdonarme también. Señor, te ruego que mis pequeños vean y se den cuenta dentro de su corazón cuánto los amas.
Te pido que ellos sepan sin dudarlo que los amo también… especialmente cuando cometen errores.
Ayuda a mis niños para que sepan que ellos "fueron hechos de una manera tan admirable y maravillosa" según el Salmo 139,14. Y que tienes grandes planes para sus vidas y que les ayudarás a prosperar y tener esperanza... aun cuando los tiempos sean difíciles (Jeremías 29,11).
Te pido para mis hijos la fortaleza para que al hacer cosas difíciles, nunca se rindan. Permíteles, te lo suplico, Señor, que aprendan de sus errores y vuelvan a levantarse cuando caigan.
Dales la sabiduría para reconocer lo que es bueno y lo que es malo. Protégelos de caer en las trampas de la adicción, el abuso, la ansiedad, la depresión, y el orgullo.
Señor, dales la gracia de dirigir hacia Ti a todos aquellos que quieran hacerlos errar su camino, pero a la vez que sean listos al elegir sus mejores amigos.
Te pido que mis hijos entreguen su pequeño gran corazón a Ti. Y cuando alguien trate de quebrantarlos, Tú puedas estar ahí para hacerlos sentir completos otra vez.
Ayúdales también Señor, a tomar buenas decisiones, que tengan impactos positivos en su futuro. Capacítalos con aquello que tienes reservado para ellos. Ayúdales a mantener siempre la mirada firmemente dirigida hacia Ti y hacia Tu voluntad para que estén siempre en sintonía con lo que Tú quieras que hagan.
Dales hambre de Tu palabra, y ayúdales a guardarla celosamente en sus corazones.
Oh Señor, ayúdame a realizar todo aquello que esté en mis manos para enseñarles a ser individuos independientes que te amen, que amen a la gente y sirvan a Tu Palabra.
Cuando ellos decaigan y duden de sus habilidades o de su misión en este mundo, ayúdame a decir las palabras correctas portadoras de esperanza.
Gracias por este grandioso regalo que es verlos crecer y  aprender. Que nunca me pase desapercibido ni siquiera un día.
Gracias por amar a mis hijos aún más de lo que yo puedo hacerlo. Sus vidas están en Tus asombrosas y amorosas manos, Señor. Míralos, protégelos, y mantenlos saludables, fuertes, inteligentes y amables, para que ellos puedan iluminar con Tu luz.
Con el Poder de Jesús,
Amén.

¿Qué es la Inmaculada Concepción?


¿Qué quiere decir que la Virgen María fue concebida sin pecado? ¿Por qué es un dogma? ¿Qué supone para la vida cristiana?

1. La Inmaculada Concepción de María constituye para los católicos una buena noticia de esperanza en la liberación del pecado traída por la redención de Cristo en la Cruz. Durante los siglos, a pesar de las dificultades en la definición del dogma, el pueblo católico ha creído y defendido intensamente esta verdad.
El 8 de diciembre de 1854, el Papa Pío IX (Giovanni Maria Mastai Ferretti, 1792-1878) proclamaba con la bula Ineffabilis Deus el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Es decir, que la Virgen María había sido preservada por Dios desde el mismo instante de su concepción, por los méritos de la redención de Cristo, del pecado original que todos los hombres tienen por la transgresión de Adán, para prepararse la más perfecta madre para su Hijo.
"El misterio de la Inmaculada Concepción es fuente de luz interior, de esperanza y de consuelo", afirmó Benedicto XVI durante la oración del rezo del Ángelus el día de la Inmaculada del año 2010.
Sobre la pureza de María, Benedicto XVI decía el 8 de diciembre de 2009 que “María Inmaculada nos ayuda a redescubrir y defender la profundidad de las personas, pues en ella se da una perfecta transparencia del alma en el cuerpo. Es la pureza en persona, en el sentido de que espíritu, alma y cuerpo son en ella plenamente coherentes entre sí y con la voluntad de Dios”.
El Papa anima a dirigirse a la Inmaculada con la alegría de ser sus hijos: “Cada vez que experimentamos nuestra fragilidad y la sugestión el mal, podemos dirigirnos a Ella, y nuestro corazón recibe luz y consuelo”.
En el caso de la Inmaculada Concepción, el sentir del pueblo fiel ha ido por delante de la formulación del dogma, ya desde los primeros siglos. En la Edad Media, la controversia llegó a extremos épicos. Por ejemplo, la defensa de la fiesta empujó a los monjes ingleses en el siglo XI a resistir a los normandos invasores, mientras que en las universidades del continente, profesores y alumnos se juramentaban con pactos de sangre en defensa de la Inmaculada. Son numerosas las leyendas medievales de apariciones y visiones angélicas en este sentido.
Existe un gran patrimonio artístico y cultural sobre la Inmaculada, especialmente en los países hispanos, en el sur de Italia y en Estados Unidos, que muestran cuán profundamente repercute en la vida cristiana la preservación de María del pecado original desde su concepción.
Muchos santos han hablado con ternura de la Inmaculada. Uno de ellos fue, por ejemplo, san Maximiliano Kolbe, quien afirmó que "el Espíritu Santo mora en Ella, vive en Ella, y esto desde el primer instante de su existencia, siempre y para la eternidad". Es tradicional que cada 8 de diciembre, el Papa reinante se dirija a la Plaza de España de Roma para homenajear a la imagen de la Virgen Inmaculada.
En María resplandece la santidad de la Iglesia que Dios quiere para todos sus hijos. En ella, la Iglesia ha llegado ya a la perfección, por eso acude a ella como “modelo perenne” (en palabras de la carta encíclica de Juan Pablo II Redemptoris Mater) en quien se realiza ya la esperanza escatológica de la vida futura.
Referencias:
2. Con la definición papal del dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María culminó un largo camino de discernimiento teológico y doctrinal de la Iglesia que duró varios siglos.
La decisión de Pío IX constituyó el culmen de una larga tradición de devoción por María Inmaculada. Desde los primeros siglos del cristianismo, y sobre todo en Oriente, la Iglesia ha celebrado la pureza de María. Los padres de la Iglesia la definían la “Panaghia”, es decir, la toda santa, santificada por el Espíritu Santo, “lirio purísimo”, “inmaculada”.
En Occidente, la tradición eclesial mantuvo siempre la doctrina de la Inmaculada Concepción, pero la evolución del dogma se vinculó al discernimiento teológico sobre la cuestión del pecado original. Las dificultades se planteaban en dos sentidos: en primer lugar, si María era una excepción, no habría necesitado ser redimida, con lo que la redención no podía considerarse universal, contradiciendo a san Pablo. El segundo problema lo planteaba el momento en el que María había quedado exenta del pecado, si antes o inmediatamente después de su concepción, pues no existía acuerdo en el modo en que se transmitía el pecado original.
La verdadera controversia comenzó en Europa en el siglo XII, con el surgimiento de las universidades y de la escolástica. El teólogo Anselmo de Canterbury elaboró entonces el concepto de prerredención, sosteniendo que a la Virgen le había sido aplicada la redención antes de su nacimiento. El franciscano Juan Duns (1265-1308), llamado Scoto por ser originario de Escocia, fue el autor de la máxima “Potuit, decuit, fecit” (Dios podía preservar a María, convenía, por tanto lo hizo): por tanto, la Inmaculada Concepción no era una excepción a la redención de Cristo, sino su más perfecta y eficaz acción salvífica.
La controversia, con todo, prosiguió y en 1439 la disputa fue llevada ante el Concilio di Basilea. Tras dos años de discusiones, los obispos declararon a la Inmaculada Concepción una doctrina piadosa conforme al culto católico, a la fe católica, al derecho racional y a la Sagrada Escritura, estableciendo que desde ese momento no se permitiría predicar o declarar algo opuesto. Sin embargo, al no tratarse de un concilio ecuménico, no se pudo pronunciar con la máxima autoridad.
En 1476, con el papa Sixto IV, la fiesta de la Concepción de María fue introducida en el Calendario romano.
Desde el siglo XVI, las grandes universidades se convirtieron en baluartes de defensa del dogma. Quien no jurase hacer lo que estuviese en su mano para defender la Inmaculada Concepción, no podía ser admitido como miembro en muchas universidades, como las de Bolonia, Nápoles, París, Colonia, Viena, Coimbra, Lovaina, Salamanca, Sevilla, Valencia, y antes de la Reforma, Oxford y Cambridge. También hubo órdenes religiosas dedicadas a su defensa, como los Frailes Menores, quienes en 1621 la eligieron como patrona, comprometiéndose a difundir la doctrina en público y en privado. A nivel de países, España tuvo un papel fundamental en la defensa del dogma.
El 8 de diciembre de 1661, el papa Alejandro VII promulgó la constitución “Sollicitudo omnium Ecclesiarum”, declarando que la inmunidad de María respecto al pecado original desde el primer momento de la creación de su alma y de su infusión en el cuerpo eran objeto de fe. También lo recogen los catecismos de Pedro Canisio (siglo XVI), Roberto Bellarmino (siglo XVII) y Jacques Bénigne Bossuet (siglo XVIII).
En 1830, Catalina Labouré (1806-1876), recibió una aparición de la Virgen, quien le confió la tarea de difundir en todo el mundo la “Medalla milagrosa”, con la imagen de María y con la inscripción “Concebida sin pecado”. La devoción que suscitó fue tan grande entre los fieles, que muchos obispos pidieron al papa Gregorio XVI la definición del dogma de la Inmaculada Concepción.
Las peticiones continuaron con su sucesor Pío IX, el cual instituyó una congregación especial de cardenales y miembros del clero secular y regular para que examinase cuidadosamente todo lo relativo a la Inmaculada. El pontífice envió también a todos los obispos católicos la encíclica Ubi primum de 1849, para que comunicasen qué devoción animaba a sus diocesanos hacia la Inmaculada Concepción de la Virgen, y sobre todo lo que los propios obispos opinaban al respecto.
En la “Ineffabilis Deus” (art 17), Pío IX confesó el “consuelo” que sintió al recibir las respuestas de los obispos, las cuales “con una increíble complacencia, alegría y fervor”, “no sólo reafirmaron la piedad” hacia la Inmaculada Concepción, sino que “también todos a una” (546 sobre 603 obispos que habían respondido)  “ardientemente” pidieron la definición del dogma con un “supremo y autoritativo fallo”. Al mismo tiempo, también los miembros de la congregación especial habían “pedido con insistencia” al Papa dicha definición, así como un consistorio de cardenales.
Por ello afirmó y definió “que ha sido revelada por Dios, y de consiguiente, qué debe ser creída firme y constantemente por todos los fieles, la doctrina que sostiene que la santísima Virgen María fue  preservada inmune de toda mancha de culpa original, en el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, salvador del género humano” (art 18).
Cuatro años después de la proclamación del dogma, en 1858, la Virgen se apareció en Lourdes (Francia) a la joven Bernadette Soubirous, diciendo: "Yo soy la Inmaculada Concepción ", significativa confirmación de la proclamación de Pío IX.
El Catecismo de la Iglesia Católica recuerda en n. 488 que "Dios envió a su Hijo, pero para formarle un cuerpo quiso la libre cooperación de una criatura”, y que para ser la Madre del Salvador, María fue "dotada por Dios con dones a la medida de una misión tan importante" (490) , “desde el primer instante de su concepción, fue totalmente preservada de la mancha del pecado original y permaneció pura de todo pecado personal a lo largo de toda su vida” (508).

Referencias:
El dogma de la Inmaculada transformó a la Iglesia. Entrevista al periodista y escritor Vincenzo Sansonetti

Lunes de la primera semana de Adviento

Evangelio según San Mateo 8,5-11.

Al entrar en Cafarnaún, se le acercó un centurión, rogándole":
"Señor, mi sirviente está en casa enfermo de parálisis y sufre terriblemente".
Jesús le dijo: "Yo mismo iré a curarlo".
Pero el centurión respondió: "Señor, no soy digno de que entres en mi casa; basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará.
Porque cuando yo, que no soy más que un oficial subalterno, digo a uno de los soldados que están a mis órdenes: 'Ve', él va, y a otro: 'Ven', él viene; y cuando digo a mi sirviente: 'Tienes que hacer esto', él lo hace".
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que lo seguían: "Les aseguro que no he encontrado a nadie en Israel que tenga tanta fe.
Por eso les digo que muchos vendrán de Oriente y de Occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob, en el Reino de los Cielos".