viernes, 4 de noviembre de 2016

¿Es “Guadalupe” un nombre mexicano? Los orígenes del nombre de la Morenita son aún relativamente controvertidos


Virgen de Guadalupe



“Guadalupe”, por extraño que pueda parecer, no es un nombre mexicano. De hecho, ni siquiera es un español, a pesar de que originalmente es el nombre de un río en la provincia española de Extremadura.
Según algunos, es la castellanización de la voz árabe “Wadi-Al-Luben”, que significa “el río escondido”. Según otros, es una combinación de árabe andaluz y latín, “Wadi-Lupe”, “el río de los lobos”. En todo caso, ya para el siglo XIV existía en España, asociado también a una aparición mariana, un culto a la Virgen de Guadalupe, hoy más conocida como “Nuestra Señora de Extremadura”.
Pero también existe la posibilidad de que esta Guadalupe tenga, en efecto, cierto origen procedente de la lengua náhuatl. La similitud del nombre de la aparición mariana y varias frases de la lengua originaria de los mexicas sugiere que, por el contrario, los españoles tuvieron dificultades para pronunciar lo que los mexicanos, en náhuatl, les decían a propósito de la aparición de la Virgen.
Es posible, según algunas hipótesis, que la voz “Guadalupe” sea una corrupción, castellanizada, de una serie de frases en náhuatl. Es posible que “Guadalupe” sea la pronunciación castellana de “Coatlaxopeuh”, “aquella que derrota a la serpiente”, tal y como se lee en el libro del Apocalipsis de Juan, haciendo referencia al Génesis.
Otra posibilidad es que sea la “traducción” fonética aproximada de “Tequatlanopeuh”, “aquella cuyo origen está en la cumbre rocosa”,  haciendo referencia al cerro del Tepeyac en el que Juan Diego vio a la Virgen por vez primera.
Sin embargo, y a pesar de que en efecto, el cristianismo literalmente “derrotó a la serpiente” (esto es, a los cultos precristianos mexicanos, incluido el culto a Quetzalcoatl, la serpiente emplumada) en México, en ninguno de los manuscritos o textos de la época se hace referencia a María con alguno de estos nombres náhuatl. Por el contrario, las crónicas relatan que los nativos mexicanos insistían en referirse a la Virgen llamándola “Guadalupe”, desde el primer día.
Te invitamos a descubrir más sobre la Virgen de Guadalupe a través de esta visita virtual e inédita (hasta ahora) a la Basílica de la Morenita, haciendo clic en la postal.
aleteia-travel-postacard-guadalupe-es

Viernes de la trigésima primera semana del tiempo ordinario


Carta de San Pablo a los Filipenses 3,17-21.4,1. 

Sigan mi ejemplo, hermanos, y observen atentamente a los que siguen el ejemplo que yo les he dado.
Porque ya les advertí frecuentemente y ahora les repito llorando: hay muchos que se portan como enemigos de la cruz de Cristo.
Su fin es la perdición, su dios es el vientre, su gloria está en aquello que los cubre de vergüenza, y no aprecian sino las cosas de la tierra.
En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, y esperamos ardientemente que venga de allí como Salvador el Señor Jesucristo.
El transformará nuestro pobre cuerpo mortal, haciéndolo semejante a su cuerpo glorioso, con el poder que tiene para poner todas las cosas bajo su dominio.
Por eso, hermanos míos muy queridos, a quienes tanto deseo ver, ustedes que son mi alegría y mi corona, amados míos, perseveren firmemente en el Señor.

Salmo 122(121),1-2.3-4a.4b-5. 
¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la Casa del Señor!»
Nuestros pies ya están pisando
tus umbrales, Jerusalén.

Jerusalén, que fuiste construida
como ciudad bien compacta y armoniosa.
Allí suben las tribus,
las tribus del Señor.

Porque allí está el trono de la justicia,
el trono de la casa de David.

Evangelio según San Lucas 16,1-8. 
Jesús decía a sus discípulos:
"Había un hombre rico que tenía un administrador, al cual acusaron de malgastar sus bienes.
Lo llamó y le dijo: '¿Qué es lo que me han contado de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no ocuparás más ese puesto'.
El administrador pensó entonces: '¿Qué voy a hacer ahora que mi señor me quita el cargo? ¿Cavar? No tengo fuerzas. ¿Pedir limosna? Me da vergüenza.
¡Ya sé lo que voy a hacer para que, al dejar el puesto, haya quienes me reciban en su casa!'.
Llamó uno por uno a los deudores de su señor y preguntó al primero: '¿Cuánto debes a mi señor?'.
'Veinte barriles de aceite', le respondió. El administrador le dijo: 'Toma tu recibo, siéntate en seguida, y anota diez'.
Después preguntó a otro: 'Y tú, ¿cuánto debes?'. 'Cuatrocientos quintales de trigo', le respondió. El administrador le dijo: 'Toma tu recibo y anota trescientos'.
Y el señor alabó a este administrador deshonesto, por haber obrado tan hábilmente. Porque los hijos de este mundo son más astutos en su trato con los demás que los hijos de la luz."