miércoles, 3 de mayo de 2017

En la audiencia del 3 de mayo el papa Francisco habla sobre el Santo Rosario

El Papa exhorta a rezar el Rosario.

Musulmanes explican por qué es tan importante el viaje del Papa a Egipto




El Papa Francisco viajó a finales del mes pasado a Egipto, y también está preparando una visita a Bangladesh este mismo año. Dice que con estos viajes quiere "lograr la paz, el diálogo y la escucha”.

Estos imanes británicos ven con muy buenos ojos el diálogo interreligioso que Francisco impulsará con sus dos visitas.

SHAYKH IBRAHIM MOGRA
Copresidente, Christian Muslim Forum UK
"Es un gran honor para los musulmanes recibir a un gran líder cristiano. El líder de más de un billón de personas de todo el mundo irá a visitarlos para aprender de ellos, para compartir sus ideas y aspiraciones sobre el mundo. En ambos países, Egipto y Bangladesh, viven millones y millones de musulmanes. Esos musulmanes también necesitan ver y escuchar el mensaje de los líderes cristianos”. 

El imán Raza está convencido de que con sus gestos y palabras impulsará la confianza y entendimiento entre comunidades religiosas.

MOULANA MUHAMMAD SHAHID RAZA
Presidente, British Muslim Forum
"En Egipto y Bangladesh la población es mayoritariamente musulmana, pero hay una minoría cristiana. Cada vez que un líder de una minoría religiosa viaja a esos países, es bienvenido. Su visita es alegre y respetuosa. Por eso, de ellas nace una relación de confianza y entendimiento entre las comunidades religiosas de todo el mundo”.

Los imanes esperan que estos dos viajes fortalezcan la relación entre ambas religiones. Saben que el diálogo entre católicos y musulmanes tendrá consecuencias buenas para todos y en todo el mundo.

3 de mayo: En muchos países se conmemora a “la Cruz de mayo”

Imagen referencial / Wikipedia - Vyznev Xnebara (Dominio público)

El 3 de mayo en muchos países del mundo se conmemora “la Cruz de mayo”. Esta tradición popular tiene sus orígenes desde muy antiguo en Jerusalén y se sigue festejando en varios pueblos de habla hispana.
La también llamada “Fiesta de las cruces” se celebra en ciudades de España, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Paraguay, Perú, Trinidad y Tobago, Argentina, Colombia y Venezuela. En muchos de estos lugares adornan las cruces con coloridas flores, se realizan procesiones, bailes o se venera el madero en los cerros o lugares visibles para toda la población.
Se dice que por el siglo IV el pagano Constantino tenía que enfrentar una terrible batalla contra el perseguidor Majencio. La noche anterior al suceso tuvo un sueño en la que vio una cruz luminosa en los aires y escuchó una voz que le dijo: "Con este signo vencerás".
Al empezar la batalla mandó colocar la cruz en varias banderas de los batallones y exclamó: "Confío en Cristo en quien cree mi madre Elena". La victoria fue total, Constantino llegó a ser emperador y dio libertad a los cristianos.
Santa Elena, madre del emperador, pidió permiso a su hijo y fue a Jerusalén a buscar la Santa Cruz en la que Cristo murió. Después de muchas excavaciones encontró tres cruces y no sabían cómo distinguir cuál era del Señor.
Es así que llevaron a una mujer agonizante, quien al tocar la primera cruz se agravó más con su enfermedad. En la segunda cruz, la enferma se mantuvo igual, pero al tocar el tercer madero, recuperó la salud.
Santa Elena con el Obispo y los fieles llevaron esta cruz en procesión por las calles de Jerusalén. En el camino había una mujer viuda que llevaba a enterrar a su hijo, por lo que acercaron la Cruz al fallecido y éste resucitó.
Por varios siglos se ha celebrado en Jerusalén y muchos pueblos del mundo el 3 de mayo como la fiesta de la invención o hallazgo de la Santa Cruz. En toda la Iglesia Católica la celebración litúrgica de la Exaltación de la Santa Cruz se festeja el 14 de septiembre.

La Iglesia celebra a Santos apóstoles Felipe y Santiago

3 de mayo: La Iglesia celebra a Santos apóstoles Felipe y Santiago

 Hoy 3 de mayo la Iglesia recuerda a los santos apóstoles Felipe y Santiago, quienes murieron mártires a causa de su fe en Cristo.
San Felipe nació en Betsaida y fue discípulo de San Juan el Bautista. Felipe fue uno de los primeros apóstoles llamados por Jesús. Él fue quien preguntó a Jesús sobre la repartición de los panes: “¿Cómo vamos a darle de comer a tanta gente?” (Jn 6, 5-7)  y también fueron los paganos quienes deseaban conocer al Señor. (Jn 12, 20-22). Además, Felipe le pidió a Cristo en la última cena que le “muestre al Padre” (Jn 14, 8-11).
Felipe fue además quien pidió permiso a Jesús para ir a enterrar a su padre. “Sígueme y deja a los muertos sepultar a sus muertos” (Mt 8,21).
Después de la Ascensión, Felipe recibió el Espíritu Santo en Pentecostés, junto con los otros apóstoles y la Virgen María. Posteriormente partió para evangelizar la región de Frigia, actualmente Turquía, Hungría, Ucrania y el Este de Rusia.
San Felipe fue martirizado y murió crucificado y apedreado en Hierápolis. En el siglo VI las reliquias del apóstol fueron llevadas a Roma y colocadas en la Basílica de los Doce Apóstoles. El martirologio de la Edad Media celebraba su fiesta el 1 de mayo pero se cambió la fecha para el 3 de mayo.
Santiago es llamado el “Hijo de Alfeo” y también se le conoce como “El primo del Señor” porque su madre era pariente de la Virgen. A él se le atribuye la autoría de la primera epístola católica. Una de sus frases más profundas y famosas es: “La fe sin obras, está muerta”.
También encontramos en Los Hechos de los Apóstoles menciones al apóstol donde señalan que era muy querido por la Iglesia de Jerusalén y que lo llamaban “el Obispo de Jerusalén”. San Pablo lo considera en su carta a los Gálatas, junto con San Pedro y San Juan, una de las principales columnas de la Iglesia. Además, el Apóstol de Gentes comenta que después de su conversión fue a visitar a Pedro, pero no encontró a ningún discípulo sino a Santiago. Incluso en la última visita de San Pablo a Jerusalén, este fue directamente a la casa de Santiago, donde se reunió con todos los jefes de la Iglesia de Jerusalén. (Hech. 21,15).
En los registros históricos de la época, Santiago es llamado “El Santo”. Los fieles aseguraban que nunca había cometido un pecado grave, ni tomaba licores ni comía carne. Más bien, el apóstol pasaba mucho tiempo orando y fue por eso que se le hicieron callos en las rodillas.
En sus oraciones, le pedía perdón a Dios por los pecados de su pueblo. Por esa razón, la gente lo llamaba: “El que intercede por el pueblo”. Estas acciones conmovieron a muchos judíos y por el ejemplo de Santiago se convirtieron.
El éxito de su evangelización provocó escándalo entre los fariseos y escribas. Por ello, en un día de fiesta el Sumo Sacerdote Anás II, aprovechando la concurrencia, le dijo: “Te rogamos que ya que el pueblo siente por ti grande admiración, te presentes ante la multitud y les digas que Jesús no es el Mesías o Redentor”. Ante este pedido, Santiago respondió: “"Jesús es el enviado de Dios para salvación de los que quieran salvarse. Y lo veremos un día sobre las nubes, sentado a la derecha de Dios".
Los sumos sacerdotes se enfurecieron por esa respuesta pues temían que todos los judíos se convirtieran al cristianismo. Entonces tomaron a Santiago y lo llevaron a la parte más alta del templo y desde allí lo echaron hacia el precipicio. El apóstol murió de rodillas mientras rezaba: “Padre Dios, te ruego que los perdones porque no saben lo que hacen".
Más información:

¿Cómo se encontró la cruz en la que murió Jesús?


El hallazgo de la Vera Cruz se conmemora cada 3 de mayo

Por muchos siglos se ha celebrado en Jerusalén y en muchas otras partes del mundo la fiesta del hallazgo de la Santa Cruz el día 3 de mayo. ¿Cómo se originó esta fiesta?
La pena de crucifixión ya existía antes de Jesucristo. Testimonios del tiempo de Julio César mencionan que esta pena era considerada tan infame que primero se asesinaba a las personas y luego se les colgaba de la cruz; es decir, sólo se colgaba de la cruz a los muertos.
Para tiempos de César Augusto, la pena se había hecho más extrema y se colocaba en la cruz a las personas vivas para exhibirlas públicamente y mostrar lo que hacía el imperio romano con sus enemigos. Por esta razón, después de que Cristo fue crucificado, las crucifixiones continuaron hasta el siglo IV cuando el emperador Constantino abolió la persecución contra los cristianos.
Cuenta el historiador Eusebio de Cesárea que el general Constantino, hijo de santa Elena, era pagano pero respetaba a los cristianos. Y que teniendo que presentar una terrible batalla contra el perseguidor Majencio, jefe de Roma, en el año 311, la noche anterior a la batalla tuvo un sueño en el cual vio una cruz luminosa en los aires y oyó una voz que le decía: “Con este signo vencerás”; al empezar la batalla mandó colocar la cruz en varias banderas de los batallones y exclamó: “Confío en Cristo en quien cree mi madre Elena”. Y la victoria fue total, y Constantino llegó a ser Emperador y decretó la libertad para los cristianos.
Escritores sumamente antiguos como Rufino, Zozemeno, san Cristótomo y san Ambrosio, cuentan que santa Elena, la madre del emperador, pidió permiso a su hijo Constantino para ir a buscar en Jerusalén la Cruz en la cual murió Jesús de Nazaret.
Y que después de muchas y muy profundas excavaciones encontró tres cruces. Como no sabían cómo distinguir la Cruz de Jesús de las otras dos, llevaron una mujer agonizante. Al tocarla con la primera cruz, la enferma se agravó, al tocarla con la segunda, quedó igual de enferma de lo que estaba antes. Pero al tocarla con la tercera Cruz, la enferma recuperó instantáneamente la salud. 
Y entonces santa Elena, y el obispo de Jerusalén, Macario, y miles de devotos llevaron la Cruz en piadosa procesión por las calles de Jerusalén. Así fue como, según la tradición, se encontró la Vera Cruz, es decir, la verdadera Cruz de Cristo.
Esto significó un gran hallazgo por lo que un fragmento de la Cruz se dejó en Jerusalén y otro se trasladó hasta Roma.
El fragmento de la Cruz en Jerusalén hizo que el templo donde se guardó se embelleciera gracias a la mano de un gran grupo de albañiles. También en Roma, arquitectos y albañiles construyeron pronto una Basílica dedicada a la Santa Cruz, en donde aún actualmente se venera la preciosa reliquia junto a un fragmento del letrero de la Cruz y uno de los clavos.
Estos hechos en los que intervinieron albañiles, así como la leyenda de que uno de ellos murió cayendo desde lo alto y resucitó gracias a la acción milagrosa de la Cruz, ha hecho que en muchas partes los albañiles coloquen una cruz florida en las construcciones y la celebren.
Sin embargo existiría otra razón para que los albañiles, y cualquier persona, pusiera una cruz en las construcciones. Esta razón estaría en el salmo 127 que dice: “Si el Señor no construye la casa, de nada sirve que trabajen los constructores; si el Señor no protege la ciudad de nada sirve que vigilen los centinelas”. Con esta razón comprendemos que toda construcción, material o humana, solo tiene sentido, firmeza y seguridad en Cristo.

Fiesta de san Felipe y Santiago, apóstoles


Carta I de San Pablo a los Corintios 15,1-8. 

Hermanos, les recuerdo la Buena Noticia que yo les he predicado, que ustedes han recibido y a la cual permanecen fieles.
Por ella son salvados, si la conservan tal como yo se la anuncié; de lo contrario, habrán creído en vano.
Les he trasmitido en primer lugar, lo que yo mismo recibí: Cristo murió por nuestros pecados, conforme a la Escritura.
Fue sepultado y resucitó al tercer día, de acuerdo con la Escritura.
Se apareció a Pedro y después a los Doce.
Luego se apareció a más de quinientos hermanos al mismo tiempo, la mayor parte de los cuales vive aún, y algunos han muerto.
Además, se apareció a Santiago y de nuevo a todos los Apóstoles.
Por último, se me apareció también a mí, que soy como el fruto de un aborto.

Salmo 19(18),2-3.4-5. 
El cielo proclama la gloria de Dios
y el firmamento anuncia la obra de sus manos;
un día transmite al otro este mensaje

y las noches se van dando la noticia.
Sin hablar, sin pronunciar palabras,
sin que se escuche su voz,

resuena su eco por toda la tierra
y su lenguaje, hasta los confines del mundo.
Allí puso una carpa para el sol


Evangelio según San Juan 14,6-14. 
Jesús dijo a Tomás: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí.
Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto".
Felipe le dijo: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta".
Jesús le respondió: "Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Como dices: 'Muéstranos al Padre'?
¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras.
Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras.
Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre."
Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Si ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré."