miércoles, 24 de octubre de 2018

Papa Francisco: ¿Hablas con tu ángel? ¿Sabes de qué tres peligros te protege?

GUARDIAN,ANGEL,WING

Homilía hoy en Casa Santa Marta

“He aquí que mando a un ángel por delante de ti para guardarte en tu camino y para que te conduzca al lugar que he preparado para ti”. Estas palabras de la liturgia de hoy guían la reflexión del Papa Francisco en Santa Marta, en el día de la fiesta de los Ángeles Custodios. Son ellos – dice Francisco – “la ayuda especial” que el “Señor promete a su pueblo y a nosotros que caminamos en el camino de la vida”.
Eso es precisamente la vida, un camino en el que debemos ser ayudados por “compañeros”, por “protectores”, por una “brújula humana, o una brújula que se asemeje a lo humano y que nos ayude a ver adónde tenemos que ir”. En la vida hay tres posibles peligros, según el Papa.
Está el peligro de no caminar. Y cuanta gente se asienta y no camina, y toda la vida está parada, sin moverse, sin hacer nada… Es un peligro. Como ese hombre del evangelio que tenía miedo de invertir el talento. Lo enterró, y: “Yo estoy en paz, estoy tranquilo. No me equivocaré, así no me arriesgo”. Y mucha gente no sabe cómo caminar o tiene miedo de arriesgar, y se para. Pero nosotros sabemos que quien se para en la vida, acaba por corromperse. Como el agua: cuando el agua está quieta, vienen los mosquitos, ponen los huevos, y todo se corrompe. Todo. El ángel nos ayuda, nos empuja a caminar.

El peligro de equivocarse de camino o de dar vueltas en un laberinto 

Pero hay dos peligros más en la vida, prosigue el Papa: el “peligro de equivocar el camino”, que solo “al principio es fácil de corregir”; y el peligro de dejar el camino para perderse en una plaza, yendo “de una parte a otra como en un laberinto” que “atrapa” y que “nunca tiene final”.  “El ángel”, afirma Francisco, “está para ayudarnos a no equivocar el camino y caminar por el”, pero hace falta nuestra oración, que pidamos ayuda.
Y dice el Señor: “Respeta su presencia”. El ángel tiene autoridad para decirnos las cosas. Hay que escucharle. “Escucha su voz y no te rebeles contra él”. Escucha las inspiraciones, que son siempre del Espíritu Santo, pero es el ángel quien nos las pone delante. Yo quisiera hacerles una pregunta: ¿hablan con su ángel? ¿Saben el nombre de su ángel? ¿escuchan a su ángel? ¿se dejan llevar de la mano en el camino o empujar para moverse?

El ángel muestra el camino hacia el Padre

La presencia y el papel de los ángeles en la vida es aún más importante, porque, según el Papa, no sólo nos ayudan a caminar bien, sino que nos muestran también “adónde tenemos que ir”. Está escrito en el evangelio de Mateo: “No desprecies a los niños”, dice el Señor, porque “sus ángeles en el cielo ven siempre el rostro de mi Padre en el cielo”. En el “misterio de la custodia del ángel” está también la “contemplación de Dios Padre” que el Señor nos debe dar la gracia de comprender.
Nuestro ángel no sólo está con nosotros, sino que ve a Dios Padre. Está en relación con Él. Es el puente diario, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, que nos acompaña y que está en relación con el Padre y con nosotros. El ángel es la puerta diaria a la trascendencia, al encuentro con el Padre: el ángel me ayuda en el camino porque mira al Padre y sabe cual es el camino. 

10 consejos para crecer en la vida de oración

manos en oración

San Alfonso afirmó que no hay ni personas fuertes ni débiles en el mundo, solo personas que saben cómo orar y otras que no lo hacen

La oración es clave para la salvación. San Agustín dice que el que reza bien vive bien; el que vive bien muere bien; y para el que muere bien todo está bien.
San Alfonso reitera el mismo principio: “El que ora mucho, será salvado; el que no reza será condenado; el que ora poco pone en peligro su salvación eterna”.
El mismo santo afirmó que no hay ni personas fuertes ni débiles en el mundo, solo personas que saben cómo orar y otras que no lo hacen. En otras palabras, la oración es nuestra fuerza en todo tiempo y lugar.
Nos gustaría ofrecer diez palabras de aliento para ayudar en el camino hacia el cielo a través del esfuerzo de crecer en nuestra vida de oración

1. Tener convicción y determinación

No hay ninguna persona de éxito en este mundo en cualquier empresa que no estuviese animado por una firme determinación para lograr su objetivo.
Súper atletas, músicos consumados, profesores expertos y escritores famosos no llegaron a la perfección por desearlo y pensarlo, sino por una firme y tenaz determinación para alcanzar sus metas contra viento y marea.
Por esa razón, la doctora de la oración, santa Teresa de Ávila, declaró: “Debemos tener una determinación decidida a nunca darnos por vencidos con la oración”.
Si realmente creemos en lo más profundo de nuestro corazón los tesoros de valor incalculable que se derivan de la oración, haríamos un objetivo importante en nuestra vida crecer constantemente en la oración.

2. Tener al Espíritu Santo como Maestro

San Pablo nos dice que en realidad no sabemos pedir como conviene, sino que es el Espíritu Santo quien intercede por nosotros y nos enseña a decir “Abba” Padre. El Espíritu Santo es nuestro Maestro Interior.
Con María, los Apóstoles pasaron nueve días y noches orando y ayunando y fueron empapados con el poder que viene de lo alto, del Espíritu Santo.
Antes de comenzar cualquier período de oración formal, por qué no invocar la Persona del Espíritu Santo para ayudarte en tu debilidad.
Durante el curso de su período de oración por qué no pedir la presencia del Espíritu Santo que ilumine tu mente y encienda tu corazón.
Él está más cerca de ti de lo que eres consciente. Si estás en estado de gracia, Él reside en tu corazón.

3. Dedicar tiempo, espacio, buena voluntad y silencio

Como cualquier arte se aprende con la práctica, esto también aplica a la oración. Para aprender a orar, debemos tener un tiempo determinado, un buen lugar, buena voluntad de nuestra parte y silencio.
El sabio refrán de que “la práctica hace al maestro”, aplica tanto en el deporte como en la oración.

4. Hacer penitencia

Puede que nuestra oración se haya vuelto insípida, aburrida, sin vida, anémica y estancada por muchas razones. Una posible razón podría ser una vida de sensualidad, permisividad, gula, o simplemente vivir más según la carne que según el espíritu.
Como nos recuerda san Pablo, la carne y el espíritu están en oposición mutua. Jesús pasó cuarenta días y noches orando y ayunando. Los Apóstoles pasaron nueve días y noches orando y ayunando.
No podemos avanzar en una vida mística seria dirigida por el espíritu si no hemos pasado por la vida ascética de sacrificio, mortificación y penitencia.
Un pájaro necesita dos alas para volar; lo mismo ocurre con un seguidor de Cristo. Para volar alto en la vida mística las dos alas son la oración y la penitencia.
Si no tienes formación en la vida penitencial, consulta a un buen director espiritual y comienza con pequeños actos de penitencia para acumular fuerza de voluntad con el fin de realizar actos más heroicos de penitencia.
Si nunca has corrido, empieza con una cuadra y luego alcanza una milla.

5. Buscar dirección espiritual

Los atletas necesitan entrenadores; los estudiantes necesitan profesores; los profesores necesitan mentores para aprender el arte. Igualmente importante, los guerreros de la oración deben tener algún tipo de orientación y esto se llama dirección espiritual.
 
San Ignacio de Loyola insistió en la vida espiritual como un camino de acompañamiento. Santa Teresa de Ávila tuvo varios santos dirigiéndola en su largo y doloroso camino hacia la perfección: san Juan de la Cruz, san Pedro de Alcántara y san Francisco de Borja.
Hay muchos obstáculos en el camino espiritual, sobre todo cuando uno persigue una vida profunda de oración.
Por eso tener un director espiritual capacitado que conoce las trampas del demonio, los obstáculos y peligros que siempre están presentes, puede ayudarnos a crecer de manera constante en santidad a través de una vida de oración más profunda y auténtica.

6. Acompañar la oración con la acción

Santa Teresa de Ávila señala que el crecimiento auténtico en la oración se demuestra por el crecimiento en la santidad y que éste significa la práctica de la virtud. 
Jesús dijo que conocemos el árbol por los frutos. Del mismo modo una auténtica vida de oración alcanza su plenitud progresiva en la práctica de las virtudes: fe, esperanza, caridad, pureza, bondad, servicio, humildad y un amor constante por el prójimo y la salvación de su alma inmortal.
La Virgen es modelo en todo momento, pero sobre todo en la íntima conexión entre la contemplación en la acción.
En la Anunciación admiramos a María absorta en la oración; a continuación, en el siguiente misterio (en la Visitación) vemos cómo sigue la inspiración del Espíritu Santo para ir a servir a su prima en una misión de amor.
En verdad podemos llamar a María una verdadera “contemplativa en acción”. Como María, estamos llamados a ser “contemplativos en acción”

7. Estudiar y leer acerca de la oración

Santa Teresa de Ávila no permitía en el convento de las Carmelitas a las mujeres que no sabían leer. ¿Por qué? La razón simple es que ella sabía lo mucho que podían aprender sobre muchos temas, pero sobre todo de la oración, a través de una lectura espiritual sólida.
¡Encuentra buena literatura sobre la oración y léela! Cuántas ideas útiles vienen a través de una buena lectura espiritual.
Una sugerencia: lee la parte 4 del Catecismo de la Iglesia Católica. Esta es una obra maestra espiritual sobre la oración.

8. Participar en retiros

Una manera muy apropiada para ir realmente profundo en la oración es apartar un tiempo para un período prolongado de oración; esto lo llamamos un retiro espiritual.
Uno de los estilos más eficaces de retiros son los retiros ignacianos. Podría durar un mes entero, u ocho días, o incluso un retiro de fin de semana puede resultar muy valioso.
Jesús, al ver los Apóstoles abrumados con el trabajo, los exhortó: “Vengan aparte por un tiempo y descansen…”.
Este descanso que Jesús mencionó clásicamente se ha interpretado como un llamado al retiro espiritual. Mira tu calendario del año y aparta algún tiempo. Períodos más largos de tiempo para la oración permiten una mayor profundidad en la oración.

9. Acudir a la confesión

A veces la oración resulta extremadamente difícil debido a que tenemos la conciencia sucia por el pecado. Jesús dijo: “Bienaventurados los limpios de corazón, porque verán a Dios” (Mt 5,8).
 
Te puede interesar:
Después de una buena confesión, en la que la Preciosa Sangre de Jesús lava nuestra alma y limpia nuestra conciencia, los ojos del alma puede ver y contemplar el rostro de Dios con mayor claridad.

10. Contar con el apoyo de la Virgen María

Así como hemos mencionado la importancia de que el Espíritu Santo esté con nosotros como nuestro Maestro Interior, así también constantemente debemos pedir a María que ruegue por nosotros e invitarla a orar con nosotros cada vez que dedicamos tiempo y esfuerzo a la oración. Ella nunca nos fallará.
 
De la misma manera en Jesús convirtió el agua en vino en Caná por intercesión de María, ella puede ayudarnos a convertir nuestra oración insípida y sin sabor en el vino dulce de la devoción.
¡María nunca te fallará! Acude a ella.

"Ángel de la Guarda", canción con gestos para niños, y letra y acordes, de Fermín Negre (Ixcís)








Canción para el Ángel de la Guarda, con gestos. Perteneciente al cd del libro disco "Jesús es el Señor, celebraciones y canciones" editado por PPC. Autor: Fermín Negre (Ixcís).
Letra y acordes: DO FA DO Ángel de la Guarda, dulce compañía, FA DO rem SOL7
no me desampares ni de noche ni de día. DO FA DO
No me dejes solo, que me perdería.

10 curiosidades sobre el patrono y portero de los hermanos jesuitas


Viudo y arruinado económicamente, hoy es el santo protector de los jesuitas que no son sacerdotes

Durante las próximas semanas se celebra el IV centenario de la defunción de San Alonso Rodríguez SJ. Nacido en Segovia en 1532, es el patrono de los hermanos la Compañía de Jesús, aquellos que teniendo vocación a la vida religiosa en la Compañía de Jesús, no se sienten llamados al sacerdocio ministerial. A pesar de ello, también asumen la misión de la Compañía con diferentes tareas.
San Alonso Rodríguez SJ tenía precisamente la condición de hermano. Se caracterizó por su vocación de servicio y humildad, hasta incluso después de ser canonizado se trata de un santo destacado por su sencillez. ¿Quién era San Alonso? ¿Qué le hizo Santo? Descubrimos 10 detalles sobre su figura y legado:
  1. Se le conoce como el Santo portero: “Ya voy, Señor” es la frase que repetía cada vez que sonaba la campana de la portería del colegio Montesión de Palma de Mallorca, donde vivió más de cuarenta años.
  2. Vocación de servicio: Esta expresión por la que se le recuerda muestra su carácter sencillo, humilde y su voluntad de apertura a Dios.
  3. Se unió a la Compañía de Jesús a los 39 años: era un comerciante que se arruinó y decidió renovar su vida, tras perder a su esposa e hijos. Era el segundo de once hermanos.
  4. Conoció al Beato Pedro Fabro, discípulo de San Ignacio de Loyola: el padre de San Alonso era un comerciante acaudalado y su familia acogió al Beato a su llegada a Segovia.
  5. Ilustre consejero espiritual: su sensibilidad, que le hacía ejercer su tarea de portero con gran gozo, hizo que muchas personas le buscaran como guía espiritual. San Pedro Claver, apóstol de los esclavos negros, era uno de ellos.
  6. Poseía dos dones, el de la visión y el de la curación: San Alonso supo por revelación que San Pedro Claver estaba destinado a la evangelización en Sudamérica, donde Claver bautizó posteriormente a más de 300.000 esclavos. El Santo curó además a un superior de la comunidad que sufría un reumatismo muy doloroso; tras rezar San Alonso toda la noche, el padre superior despertó curado.
  7. Obediencia absoluta: su vocación era tal que, ya mayor y enfermo aceptó la orden del padre superior de la comunidad de Montesión para ir de Misionero a Sudamérica. Se trató sólo de una prueba de lealtad, de modo que el Santo no llegó a realizar el viaje.
  8. Es autor de un tratado espiritual: integrado por tres volúmenes. En él se muestra como un místico que, desde la portería, ilumina la misión universal de la Compañía de Jesús.
  9. Fue canonizado en 1888 por el papa León XIII: Aunque murió en 1617, la expulsión de España de la orden jesuita retrasó su beatificación y canonización.
  10. Una casa jesuita en Bogotá lleva su nombre: En su honor, esta comunidad colombiana se denomina Comunidad San Alonso Rodríguez.
El próximo 31 de octubre, las comunidades jesuitas de todo el mundo homenajearán y recordarán la figura San Alonso Rodríguez SJ con múltiples actividades, eventos y celebraciones.

Miércoles de la vigésima novena semana del tiempo ordinario

Evangelio según San Lucas 12,39-48.

Jesús dijo a sus discípulos: "Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora va llegar el ladrón, no dejaría perforar las paredes de su casa.
Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre llegará a la hora menos pensada".
Pedro preguntó entonces: "Señor, ¿esta parábola la dices para nosotros o para todos?".
El Señor le dijo: "¿Cuál es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle la ración de trigo en el momento oportuno?
¡Feliz aquel a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo!
Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes.
Pero si este servidor piensa: 'Mi señor tardará en llegar', y se dedica a golpear a los servidores y a las sirvientas, y se pone a comer, a beber y a emborracharse,
su señor llegará el día y la hora menos pensada, lo castigará y le hará correr la misma suerte que los infieles.
El servidor que, conociendo la voluntad de su señor, no tuvo las cosas preparadas y no obró conforme a lo que él había dispuesto, recibirá un castigo severo.
Pero aquel que sin saberlo, se hizo también culpable, será castigado menos severamente. Al que se le dio mucho, se le pedirá mucho; y al que se le confió mucho, se le reclamará mucho más."