jueves, 28 de julio de 2016

Vídeo de la Santa Misa de su Santidad el Papa Francisco en el Santuario de Jasna Góra



Puedes seguir la trasmisiòn de la Santa Misa en vivo del Papa Francisco en el santuario de Czestochowa celebrada esta mañana.  

El grupo Banuev presenta la versión en español del himno de la JMJ Cracovia 2016

El grupo argentino Banuev presentó en español el himno de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Cracovia 2016 que lleva por título "Bienaventurados los misericordiosos”.

El grupo está dirigido por el cantante y compositor Carlos Abregú. Banuev es unacompañía artística de Buenos Aires, Argentina

El himno se inspira en el lema elegido por el Papa Francisco para la JMJ: "Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”. 

Oración a María ante grandes preocupaciones Nuestra Señora de Francia, acoge nuestros corazones de niños


La statue Notre-Dame de France. Le Puy-en-Velay, Auvergne.



Virgen María,
Nuestra Señora de Francia,
Acoge nuestros corazones de niños
que confían en tu benevolencia.
Guíalos a Jesús nuestro Salvador,
para recibir de su Corazón las gracias
de su divina misericordia.
Te presentamos nuestro país,
sus sufrimientos, sus preocupaciones,
sus conflictos,
pero también sus recursos
y sus aspiraciones.
Acógelos, purifícalos,
preséntalos a tu Hijo
para que interceda a favor nuestro,
oriente nuestras acciones al Bien
y nos guíe en la Verdad.
Te consagramos a Francia
en la fidelidad, en la esperanza
y la fuerza del Espíritu Santo
recibido en nuestro bautismo.
Amen

Papa Francisco: El mundo está en guerra pero no es guerra de religiones

El Papa Francisco en el avión rumbo a Cracovia. Foto: Alan Holdren (ACI Prensa)

El Papa Francisco afirmó que el mundo actual está en guerra, pero no es una guerra de religiones, en declaraciones a bordo del avión que lo llevó de Roma a Cracovia para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se inició ayer.
“Quiero aclarar una cosa: cuando hablo de guerra, hablo en serio de eso pero no hablo de guerra de religión. Es una guerra por el dinero, por los recursos, por la naturaleza, por el dominio”, dijo el Santo Padre a los periodistas con quienes llegó hoy a Polonia.
“Esta es la guerra. ¿Alguno piensa en la guerra de religión? No, todas las religiones quieren la paz. La guerra la quieren los otros. ¿Entendido?”, continuó.
El Santo Padre hizo esta afirmación en respuesta a la pregunta del P. Federico Lombardi, Director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, sobre los hechos ocurridos ayer en una iglesia de la región de la Normandía donde dos miembros del Estado Islámico asesinaron al P. Jacques Hamel de 84 años mientras celebraba Misa.  
“Es guerra: no tengamos miedo de decir esta verdad. El mundo está en guerra porque ha perdido la paz”, dijo el Pontífice.
Francisco dijo luego que ahora en Cracovia “esperamos que los jóvenes nos digan algo y nos den esperanza en este momento”.
“La verdadera palabra es inseguridad. Eso. Desde hace un tiempo el mundo está en una guerra a pedazos, esta es una guerra. Tuvimos la de 1914 y luego la de 1939. En el mundo de ahora tenemos esta”, resaltó.
“Tal vez no es tan orgánica u organizada. Este santo sacerdote que ha muerto mientras ofrecía la oración por toda la iglesia es uno, pero cuántos cristianos, cuántos inocentes, cuántos niños… Pensamos en Nigeria, pero eso es en África, como si no le importara a ninguno”, continuó.
El Santo Padre también agradeció a quienes han ofrecido sus condolencias por el asesinato del P. Hamel y “de modo especial al Presidente francés (François Hollande) que me ha llamado como un hermano y lo agradezco”.
En un comunicado publicado por el sitio web de la presidencia de Francia, se señala que en la llamada telefónica Hollande le dijo al Santo Padre que “cuando un sacerdote es atacado, es toda Francia la que es herida y que hará todo lo necesario para proteger nuestras iglesias y nuestros lugares de culto”.
“También recordó el rol de Francia por la defensa de los cristianos en Oriente. Y en estas circunstancias tan dolorosas y de prueba, le ha deseado (al Papa) que el espíritu de concordia prime sobre el odio”.

Maximiliano Kolbe: el santo polaco que sustituyó a un prisionero condenado a muerte




Durante la JMJ, el Papa huirá momentáneamente de las multitudes para visitar el campo de concentración de Auschwitz, donde murió San Maximiliano Kolbe hace 75 años.

Kolbe fue un franciscano que fundó Militia Immaculata, un movimiento de evangelización con más de tres millones de miembros en 48 países. Aunque es más conocido por un gesto increíble e inesperado. Cuando era prisionero en Auschwitz, pidió morir en lugar de otro hombre, que estaba casado y tenía varios hijos.

P. RAFFAELE DI MURO
Presidente internacional de Militia Immaculata
"Este gesto era del todo impensable. Una petición de este tipo, viniendo de un prisionero, tomó a las autoridades del campo por sorpresa. Por eso, este gesto impacta a todo el mundo, no sólo a católicos o cristianos, sino a cualquiera que se acerca a esta figura. Sus últimos días son los más llamativos, pese a que hay más detrás de esta figura. Fue un gran apóstol a lo largo de toda su vida”.

Maximiliano Kolbe también fundó un monasterio en Polonia llamado la Ciudad de la Inmaculada, que acabó transformando en un centro de propaganda anti-nazi durante la II Guerra Mundial; y luego en un asilo para refugiados, algo que hoy en día puede ser un ejemplo.

PADRE RAFFAELE DI MURO
Presidente internacional de Militia Immaculata
"Maximiliano sabía que algo tenía que cambiar en aquella estructura. No podía ser una casa dedicada a la prensa y a la radio, sino que debería ser un asilo para refugiados que lo necesitaban. Esa fue su profecía. Transformó una casa editorial en un albergue de refugiados”.

En este Jubileo, con especial atención a las Obras  de Misericordia, el Papa quiere recordar el sacrificio que hizo Maximiliano Kolbe.

 P. RAFFAELE DI MURO
Presidente internacional de Militia Immaculata
"Creo que el Papa quiere mandar una señal fuerte al mundo acudiendo allí. Es un aviso: 'Vayamos con cuidado para que Auschwitz no ocurra de nuevo'. Pero irá ahí sin hacer ruido, con gran respeto por lo que ocurrió y amor por las víctimas, con una actitud de reflexión, y con gran dolor personal”.

Otros papas, incluidos Juan Pablo II y Benedicto XVI, han visitado la celda donde Maximiliano Kolbe pasó sus últimos días. El Papa visitará Auschwitz en la mañana del viernes, 29 de julio.

Homenaje de cariño a Jacques Hamel y a todos los sacerdotes. "Te diré que es un padre para mi corazón"


This picture obtained on the website of the Saint-Etienne-du-Rouvray parish on July 26, 2016 shows late priest Jacques Hamel celebrating a mass on June 11, 2016 in the church of Saint-Etienne-du-Rouvray, Normandy. 
The 84-year-old Jacques Hamel died on July 26, 2016 after his throat was slit after two attackers stormed the church during a morning mass, taking the five people inside hostage, including the priest, interior ministry spokesman said. / AFP PHOTO / http://ser-ta-paroisse.over-blog.org/ / HO / RESTRICTED TO EDITORIAL USE - MANDATORY CREDIT "AFP PHOTO / PAROISSE SAINT-ETIENNE-DU-ROUVRAY" - NO MARKETING NO ADVERTISING CAMPAIGNS - DISTRIBUTED AS A SERVICE TO CLIENTS




Para el padre Jaques Hamel, de 84 años, asesinado en la iglesia de Saint-Étienne-du-Rouvray el 26 de julio de 2016.
Y para todos los sacerdotes con los que he tenido la oportunidad de contar como amigos, cercanos o lejanos:
No siempre he tenido fe.
He conservado muchos amigos que no la tienen.
Sé que para muchos de ellos la figura de un sacerdote es extremadamente confusa y cada vez más teñida de connotaciones dudosas, peligrosas y abusivas, en todos los sentidos de la palabra.
Como afectuoso homenaje al padre Jacques Hamel, que probablemente yació sobre su propia cálida sangre en las baldosas de la iglesia donde celebraba ayer una pequeña misa para cuatro feligreses, os contaré qué significa en mi corazón un sacerdote.
Un sacerdote es un hombre que podría haber tenido una vida normal, agradable, tranquila y relativamente cómoda, como las nuestras.
Sin embargo, es alguien que ha recibido una llamada en su interior, la de Cristo.
Una llamada que quizás a veces desearía olvidar para simplificar su propia existencia y poder unirse a la banalidad común, pero NO PUEDE negarla.
Así que sigue la silueta misteriosa de un hombre nacido hace más de dos mil años que sigue sembrando, a pesar del tiempo y la distancia, incorruptibles palabras de vida, de verdad y de amor.
Por ello empezó a renunciar a todo: al amor de una posible esposa, al amor de los hijos que podría haber tenido, a ciertos amigos que siguieron otro camino, a sus posesiones materiales en gran medida, a su libertad de movimiento, de vivienda, de horarios.
Después de un largo periodo de estudios será enviado a lo más profundo de alguna provincia, con decenas de pueblos que gestionar, con parroquias bonitas o feas, con parroquianos mejores o peores, con matrimonios que celebrar, con niños que bautizar sin estar seguro de si los volverá a ver, con ancianos que pueblan los bancos durante la misa de un entierro sabiendo que dentro de poco no les volverá a ver.
Los domingos agotadores, los lunes solitarios. Algunos desayunos o comidas con familias de amigos, algunas vacaciones. Grandes momentos de alegría también al ver el despertar de las almas, la vuelta al amor y el éxito del perdón. Una vejez cada vez más solitaria, trabajando con todas sus fuerzas hasta el final.
Pero un verdadero sol: el de la eucaristía que levanta cada día sobre el horizonte de un altar.
Una vida de sacerdote es darlo todo sin esperar nada a cambio.
Es servir al otro sin recibir gracias. O muy pocas.
Es servirnos en la alegría.
Por el amor de Dios.
Para enseñarnos un poco de Su rostro.
Gracias Jacques, más que por el martirio de hoy, gracias por toda la vida infinitamente repleta de amor que lo precedió.

Homilía completa del Papa Francisco en el Santuario de Jasna Góra.

Papa Francisco en Santuario de la Virgen de Czestochowa. Foto: Captura de video / CTV.

Las lecturas de esta liturgia muestran un hilo divino, que pasa por la historia humana y teje la historia de la salvación.

El apóstol Pablo nos habla del gran diseño de Dios: «Cuando llegó la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer» (Ga 4,4). Sin embargo, la historia nos dice que cuando llegó esta «plenitud del tiempo», cuando Dios se hizo hombre, la humanidad no estaba tan bien preparada, y ni siquiera había un período de estabilidad y de paz: no había una «edad de oro». Por lo tanto, la escena de este mundo no ha merecido la venida de Dios, más bien, «los suyos no lo recibieron» (Jn 1,11). La plenitud del tiempo ha sido un don de gracia: Dios ha llenado nuestro tiempo con la abundancia de su misericordia, por puro amor ha inaugurado la plenitud del tiempo.

Sorprende sobre todo cómo se realiza la venida de Dios en la historia: «nacido de mujer».

Ningún ingreso triunfal, ninguna manifestación grandiosa del Omnipotente: él no se muestra como un sol deslumbrante, sino que entra en el mundo en el modo más sencillo, como un niño dado a luz por su madre, con ese estilo que nos habla la Escritura: como la lluvia cae sobre la tierra (cf. Is 55,10), como la más pequeña de las semillas que brota y crece (cf. Mc 4,31-32).

Así, contrariamente a lo que cabría esperar y quizás desearíamos, el Reino de Dios, ahora como entonces, «no viene con ostentación» (Lc 17,20), sino en la pequeñez, en la humildad.

El Evangelio de hoy retoma este hilo divino que atraviesa delicadamente la historia: desde la plenitud del tiempo pasamos al «tercer día» del ministerio de Jesús (cf. Jn 2,1) y al anuncio del «ahora» de la salvación (cf. v. 4). El tiempo se contrae, y la manifestación de Dios acontece siempre en la pequeñez. Así sucede en «el primero de los signos cumplidos por Jesús» (v. 11) en Caná de Galilea. No ha sido un gesto asombroso realizado ante la multitud, ni siquiera una intervención que resuelve una cuestión política apremiante, como el sometimiento del pueblo al dominio romano. Se produce más bien un milagro sencillo en un pequeño pueblo, que alegra las nupcias de una joven familia, totalmente anónima. Sin embargo, el agua trasformada en vino en la fiesta de la boda es un gran signo, porque nos revela el rostro esponsalicio de Dios, de un Dios que se sienta a la mesa con nosotros, que sueña y establece comunión con nosotros. Nos dice que el Señor no mantiene las distancias, sino que es cercano y concreto, que está en medio de nosotros y cuida de nosotros, sin decidir por nosotros y sin ocuparse de cuestiones de poder. 

Prefiere instalarse en lo pequeño, al contrario del hombre, que tiende a querer algo cada vez más grande. Ser atraídos por el poder, por la grandeza y por la visibilidad es algo trágicamente humano, y es una gran tentación que busca infiltrarse por doquier; en cambio, donarse a los demás, cancelando distancias, viviendo en la pequeñez y colmando concretamente la cotidianidad, esto es exquisitamente divino.

Dios nos salva haciéndose pequeño, cercano y concreto. Ante todo, Dios se hace pequeño. El Señor, «manso y humilde de corazón» (Mt 11,29), prefiere a los pequeños, a los que se ha revelado el Reino de Dios (Mt 11,25); estos son grandes ante sus ojos, y a ellos dirige su mirada (cf. Is 66,2). Los prefiere porque se oponen a la «soberbia de la vida», que procede del mundo (cf. 1 Jn 2,16). Los pequeños hablan su mismo idioma: el amor humilde que hace libres. Por eso llama a personas sencillas y disponibles para ser sus portavoces, y les confía la revelación de su nombre y los secretos de su corazón. Pensemos en tantos hijos e hijas de vuestro pueblo: en los mártires, que han hecho resplandecer la fuerza inerme del Evangelio; en las personas sencillas y también extraordinarias que han sabido dar testimonio del amor del Señor en medio de grandes pruebas; en los anunciadores mansos y fuertes de la misericordia, como san Juan Pablo II y santa Faustina. A través de estos «canales» de su amor, el Señor ha hecho llegar dones inestimables a toda la Iglesia y a toda la humanidad. Y es significativo que este aniversario del Bautismo de vuestro pueblo coincida precisamente con el Jubileo de la Misericordia.

Además, Dios es cercano, su Reino está cerca (cf. Mc 1,15): el Señor no desea que lo teman como a un soberano poderoso y distante, no quiere quedarse en un trono en el cielo o en los libros de historia, sino que quiere sumirse en nuestros avatares de cada día para caminar con nosotros. Pensando en el don de un milenio abundante de fe, es bello sobre todo agradecer a Dios, que ha caminado con vuestro pueblo, llevándolo de la mano y acompañándolo en tantas situaciones. Es lo que siempre estamos llamados a hacer, también como Iglesia: escuchar, comprometernos y hacernos cercanos, compartiendo las alegrías y las fatigas de la gente, de manera que se transmita el Evangelio de la manera más coherente y que produce mayor fruto: por irradiación positiva, a través de la transparencia de vida.

Por último, Dios es concreto. De las Lecturas de hoy se desprende que todo es concreto en el actuar de Dios: la Sabiduría divina «obra como artífice» y «juega» con el mundo (cf. Pr 8,30); el Verbo se hace carne, nace de una madre, nace bajo la ley (cf. Ga 4,4), tiene amigos y participa en una fiesta: el eterno se comunica pasando el tiempo con personas y en situaciones concretas. También vuestra historia, impregnada de Evangelio, cruz y fidelidad a la Iglesia, ha visto el contagio positivo de una fe genuina, trasmitida de familia en familia, de padre a hijo, y sobre todo de las madres y de las abuelas, a quienes hay mucho que agradecer. De modo particular, habéis podido experimentar en carne propia la ternura concreta y providente de la Madre de todos, a quien he venido aquí a venerar como peregrino, y a quien hemos saludado en el Salmo como «honor de nuestro pueblo» (Jdt 15,9).

Aquí reunidos, volvemos los ojos a ella. En María encontramos la plena correlación con el Señor: al hilo divino se entrelaza así en la historia un «hilo mariano». Si hay alguna gloria humana, algún mérito nuestro en la plenitud del tiempo, es ella: es ella ese espacio, preservado del mal, en el cual Dios se ha reflejado; es ella la escala que Dios ha recorrido para bajar hasta nosotros y hacerse cercano y concreto; es ella el signo más claro de la plenitud de los tiempos.

En la vida de María admiramos esa pequeñez amada por Dios, que «ha mirado la sencillez de su esclava» y «enaltece a los humildes» (Lc 1,48.52). Él se complació tanto de María, que se dejó tejer la carne por ella, de modo que la Virgen se convirtió en Madre de Dios, como proclama un himno muy antiguo, que cantáis desde hace siglos. Que ella os siga indicando la vía a vosotros, que de modo ininterrumpido os dirigís a ella, viniendo a esta capital espiritual del país, y os ayude a tejer en la vida la trama humilde y sencilla del Evangelio.

En Caná, como aquí en Jasna Góra, María nos ofrece su cercanía, y nos ayuda a descubrir lo que falta a la plenitud de la vida. Ahora como entonces, lo hace con cuidado de Madre, con la presencia y el buen consejo; enseñándonos a evitar decisionismos y murmuraciones en nuestras comunidades. Como Madre de familia, nos quiere proteger a todos juntos. En su camino, vuestro pueblo ha superado en la unidad muchos momentos duros. Que la Madre, firme al pie de la cruz y perseverante en la oración con los discípulos en espera del Espíritu Santo, infunda el deseo de ir más allá de los errores y las heridas del pasado, y de crear comunión con todos, sin ceder jamás a la tentación de aislarse e imponerse.

La Virgen demostró en Caná mucha concreción: es una Madre que toma en serio los problemas e interviene, que sabe detectar los momentos difíciles y solventarlos con discreción, eficacia y determinación. No es dueña ni protagonista, sino Madre y sierva.

Pidamos la gracia de hacer nuestra su sencillez, su fantasía en servir al necesitado, la belleza de dar la vida por los demás, sin preferencias ni distinciones. Que ella, causa de nuestra alegría, que lleva la paz en medio de la abundancia del pecado y de los sobresaltos de la historia, nos alcance la sobreabundancia del Espíritu, para ser siervos buenos y fieles.

Que, por su intercesión, la plenitud del tiempo nos renueve también a nosotros. De poco sirve el paso entre el antes y el después de Cristo, si permanece sólo como una fecha en los anales de la historia. Que pueda cumplirse, para todos y para cada uno, un paso interior, una Pascua del corazón hacia el estilo divino encarnado por María: obrar en la pequeñez y acompañar de cerca, con corazón sencillo y abierto.

El “cura gaucho” será el primer santo argentino La canonización del beato José Brochero tiene fecha: 16 de octubre de 2016

Después de un proceso de beatificación que duró aproximadamente medio siglo, José Brochero, “el cura gaucho” será proclamado santo por un papa argentino.
Es cierto que, en noviembre de 1999, Juan Pablo II canonizó a Héctor Valdivielso Sáez, entonces considerado el “primer santo argentino”, pero no es menos cierto que este hermano Lasallista de familia española sólo nació casualmente en Buenos Aires, y vivió la mayor parte de su vida en España, donde murió mártir.
Brochero, en cambio, vivió siempre en su Córdoba natal, donde murió ciego y leproso; así, el llamado “cura gaucho” ostenta el sitial de ser el primer santo “realmente” argentino, como explica la nota de La Nación, de Argentina. 
Brochero se hizo conocido en Córdoba por evangelizar a lomo de mula, compartiendo su vida con la gente del campo.
De hecho, el papa Francisco describió a Brochero como, precisamente, un “pastor con olor a oveja”, y como un “pionero” de la evangelización, al llevar el mensaje de Cristo a las “periferias existenciales”, haciéndose “pobre entre los pobres”.
Brochero murió de lepra, por su costumbre de compartir el mate con sus feligreses aquejados de ese mal.
Brochero murió de lepra, por su costumbre de compartir el mate con sus feligreses aquejados de ese mal.
Nacido el 16 de marzo de 1840 en Santa Rosa de Río Primero, Córdoba, Brochero siempre fue conocido como el “cura gaucho”: asumió como propias las necesidades de la gente del campo, y predicó usando la jerga cotidiana de sus feligreses para hacerlo comprensible, en un ejercicio pionero de inculturación del Evangelio.
El “cura gaucho”, que evangelizaba a lomo de su famosa mula Malacara, y de quien se dice que era malhablado y un fumador empedernido, apenas ordenado sacerdote en 1866 partió a socorrer a los enfermos y moribundos de la epidemia de cólera que azotó a la ciudad de Córdoba en 1867.
Pocos años después, en 1869, se hizo cargo del curato de San Alberto, hoy conocido como el valle de Traslasierra, en la localidad de Villa del Tránsito, hoy llamada Villa Brochero.
Allí construyó iglesias, capillas, escuelas y caminos entre las montañas, para los habitantes que vivían dispersos en lugares distantes de las Sierras Grandes, a más de 2000 metros de altura, sin caminos ni escuelas de altura, donde también proyectó un canal ferroviario que atravesaría el valle.
Brochero murió de lepra, por su costumbre de compartir el mate con sus feligreses aquejados de ese mal.

El Papa almuerza en la Curia de los jesuitas en Roma La visita la ha realizado con ocasión de la festividad de san Ignacio de Loyola


El Papa visita la Curia de los Jesuitas - Radio Vaticano

El papa Francisco visitó este domingo la Curia de los jesuitas en Roma. La visita no estaba prevista en el programa oficial de actividades del Santo Padre, pero allí acudió para almorzar en la casa general que la orden religiosa a la que pertenece Francisco, tiene en Roma, y que además se sitúa a pocos metros del Vaticano. 
Cuenta en Radio Vaticano el Secretario de la Compañía de Jesús, el padre Ignacio Echarte SJ, que durante su pontificado el papa Francisco ha visitado en cuatro ocasiones la Curia de los Jesuitas en Roma. 
En esta ocasión, el motivo de la visita es la festividad de san Ignacio de Loyola, 31 de julio, que ha querido celebrar por adelantado porque ese día el Santo Padre estará en Polonia, en la Jornada Mundial de la Juventud. 
“El Santo Padre ha estado cuatro veces. Ha estado en familia. De las cuatro veces, tres ha estado con la comunidad almorzando y casualmente el domingo 24 estuvo con nosotros. Un encuentro fraterno entre hermanos, entre compañeros, se le veía distendido. Se le vio contento de venir y disfrutamos muchísimo con su presencia entre nosotros”, cuenta el padre Ignacio en Radio Vaticano. 

¿En qué orden leer la Biblia? Muchas personas se ponen a leer y se desaniman en seguida, por no tener una guía


bible



La Biblia no es un simple libro. Es una biblioteca de 73 libros. Son muy diferentes unos de otros, tienen estilos muy distintos, fueron escritos en épocas muy distantes y en situaciones muy diferentes.
Imagínate llegando a una biblioteca como esa y empezando a leer el primer libro que encuentras en el estante, pasando al segundo y así en adelante. ¡Esa lectura no puede funcionar! Hay personas que abren la Biblia desde el principio y empiezan a leer a partir del Génesis. En general, no pasan del quinto libro. Se desaniman y no vuelven más. Y, lo que es peor, acaban diciendo que es imposible, que no se consigue entender la Biblia. ¡Pero eso pasaría con cualquier biblioteca del mundo!
Es necesario un Plan de lectura. Al principio, hay muchas cosas que no se entienden, lo que es muy natural. También en la lectura de una novela pasa eso. ¡No te pares por eso, prosigue! A medida que se va leyendo, las cosas se van aclarando. Es una regla de oro: la Biblia se explica por si misma. Por eso, es tan importante un plan de lectura.
Existen varios planes de lectura. Todos ellos son buenos, porque se basan en un principio. Aquí presento un plan concreto. Está destinado a aquellos que desean empezar a leer la Biblia y no tienen otros recursos, que no sean conocer la Biblia a través de ella misma. Sigue el orden indicado aquí, forma parte del método.

Plan de lectura del Nuevo Testamento:
1          1ª Carta de San Juan (2 veces)
2          Evangelio de San Juan
3          Evangelio de San Marcos
4          Las pequeñas cartas de San Pablo: Galatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, 1ª y 2ª Tesalonicenses, 1ª y 2ª Timoteo, Tito, Filemón
5          Evangelio de San Lucas
6          Hechos de los Apóstoles
7          Carta a los Romanos
8          Evangelio de San Mateo
9          1ª y 2ª Carta a los Corintios
10       Hebreos
11       Carta de Santiago
12       1ª y 2ª Carta de San Pedro
13       2ª y 3ª Carta de San Juan
14       Carta de San Judas
15       Apocalipsis
16       1ª Carta de San Juan (3ª vez)
17       Evangelio de San Juan (2ª vez)

¿Por qué comenzar por la 1ª carta de San Juan?
La primera necesidad de un cristiano es tener la certeza de su salvación. Es saber que Dios le ama y le ha elegido. Gratuitamente, sin ningún merecimiento. Dios te puso en la lista de esos a los que quiere salvar. ¡Fue una elección gratuita! ¡Amorosa! ¡Sin merecimiento! Saber eso nos da la certeza de la salvación. Y todo cristiano la necesita.
De los 73 libros de la Biblia, sólo esa pequeña carta fue escrita con ese propósito: darnos la certeza de la salvación. En la conclusión de su carta, San Juan dice: “Les he escrito estas cosas, a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen la Vida eterna” (1 Jn 5, 13). Leyendo y releyendo, te vas convenciendo de esta feliz realidad: ¡Estas salvado! ¡Eres elegido!
Lecturas de los libros del Antiguo Testamento
“Que el libro de esta Ley nunca se aparte de ti: medítalo día y noche, para obrar fielmente en todo conforme a lo que está escrito en él. Así harás prosperar tus empresas y tendrás éxito” (Josué 1,8).
Una recomendación es comenzar la lectura por los tres libros sapienciales: Sabiduría, Eclesiástico y Proverbios. Son libros muy próximos al Nuevo Testamento y fuentes de ricas enseñanzas. Lee, al mismo tiempo, el libro de los Salmos. La puerta de entrada del Antiguo Testamento son los Salmos. Haz de ellos tu libro de cabecera.
En cualquier caso, lo que quiero acentuar aquí es que tienes que trabajar con los Salmos independientemente de algún orden específica. Siempre que te sientas impelido a ello, lee un Salmo. Haz tu diario sobre él, sin miedo a interrumpir el trabajo que estés haciendo en ese momento. El Salmo es como la fruta: la comemos a cualquier hora, sin importar las comidas. Y nunca hace mal. Siempre hace bien.
Aparte de ello, los libros del Antiguo Testamento deberían leerse en orden cronológico: desde los orígenes hasta la venida de Cristo.

Plan de lectura del Antiguo Testamento
1          Génesis                     24       Esdras
2          Éxodo                       25       Nehemías
3          Números                  26       Ageo
4          Josué                         27       Zacarías
5          Jueces                       28       Isaías (56-66)
6          1° Samuel                29       Malaquías
7          2º Samuel                30       Joel
8          1º Reyes                   31       Jonás
9          2º Reyes                   32       Rut
10       Amós                         33       Tobías
11       Oseas                        34       Judit
12       Isaías (1-39)                        35       Ester
13       Miqueas                   36       Eclesiástico
14       Nahúm                     37       Cantar de los Cantares
15       Sofonías                    38       Job
16       Habacuc                   39       Eclesiastés
17       Jeremías                   40       1º Macabeos
18       Lamentaciones        41       2º Macabeos
19       Ezequiel                   42       Baruc
20       Abdías                      43       Daniel
21       Isaías (40-55)         44       Sabiduría
22       1º Crónicas              45       Levítico
23       2º Crónicas              46       Deuteronomio

Artículo extraído del libro ‘A Bíblia no meu dia-a-dia‘ de monseñor Jonas Abib.

Jueves de la decimoséptima semana del tiempo ordinario

Libro de Jeremías 18,1-6. 
Palabra que llegó a Jeremías de parte del Señor, en estos términos:
«Baja ahora mismo al taller del alfarero, y allí te haré oír mis palabras.»
Yo bajé al taller del alfarero, mientras el trabajaba en el torno.
Y cuando la vasija que estaba haciendo le salía mal, como suele pasar con la arcilla en manos del alfarero, él volvía a hacer otra, según le parecía mejor.
Entonces la palabra del Señor me llegó en estos términos:
«¿No puedo yo tratarlos a ustedes, casa de Israel, como ese alfarero? -oráculo del Señor-. Si, como la arcilla en la mano del alfarero, así están ustedes en mi mano, casa de Israel.»



Salmo 146(145),2-4.5-6. 
Alabaré al Señor toda mi vida;
mientras yo exista, cantaré al Señor.
No confíen en los poderosos,
en simples mortales, que no pueden salvar:

cuando expiran, vuelven al polvo,
y entonces se esfuman sus proyectos.
Feliz el que se apoya en el Dios de Jacob
y pone su esperanza en el Señor, su Dios:

él hizo el cielo y la tierra,
el mar y todo lo que hay en ellos.
Él mantiene su fidelidad para siempre,




Evangelio según San Mateo 13,47-53. 
Jesús dijo a la multitud: "El Reino de los Cielos se parece también a una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces.
Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve.
Así sucederá al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos,
para arrojarlos en el horno ardiente. Allí habrá llanto y rechinar de dientes.
¿Comprendieron todo esto?". "Sí", le respondieron.
Entonces agregó: "Todo escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo".
Cuando Jesús terminó estas parábolas se alejó de allí.



Leer el comentario del Evangelio por : Santa Catalina de Siena  
«El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea en el Hijo, no verá la vida»