lunes, 21 de mayo de 2018

¿La vida de fe puede alejarte de tu familia?

WOMAN,PRAYING

La verdadera religión une a los demás: Si no es tu caso, es hora de revisar cómo vives tus creencias

No estaba de acuerdo en considerar las cosas del espíritu como algo propio de gentes puras, extraordinarias, que no se mezclan con las cosas despreciables de este mundo o, a lo más, que las toleran como algo inevitable mientras vivamos en él.
No, yo creía tener los pies en la tierra y el corazón en el cielo. Sin embargo, para mí el templo era el lugar  que representaba el único espacio para vivir “una verdadera espiritualidad”,  por lo que procuraba asistir el mayor tiempo posible, participando de diferentes formas.
Quienes lo hacíamos, creábamos inconscientemente un ambiente un tanto enrarecido, en el que erróneamente, más de alguno manifestaba sentirse en un mundo aparte como si fuese  la antesala del cielo, muy distante de otro que seguía su propio camino.
En otro plano, tenia espacios y tiempos en mi hogar donde me recogía en lecturas y oración, sin reconocer que vivía en la contradicción de estar dejando a Dios por Dios.
Lo empecé a comprender cuando mis hijos y mi esposo empezaron a manifestar su rechazo a las cosas de Dios, lo que trataba insistentemente de inculcar en sus vidas. Luego, en un cruce de cuestionamientos, se manifestaron sobre sobre mis defectos, errores, incomprensiones. Sobre todo, me golpeo con dureza que mi hija adolescente me dijera que la avergonzaba mucho el que sus amigas se refirieran a nosotros como una familia de “santurrones”, y que el resto sus hermanos la secundaran.
Todo provenía de un resentimiento, debido a que entre los tiempos de  mi profesión como dentista, la asistencia constante al templo y recogimiento espiritual en casa, era yo la del grito destemplado por mal humor o  impaciencia: la responsable de una comida mal hecha, a la carrera; y quien a veces no asistía a los  eventos importantes en la vida de mis hijos.
Yo, que defendía el trabajo de ama de casa como una autentica profesión de amor, lo realizaba con mediocridad, al igual que mi rol de madre.
Me quedo claro que desde nuestra intimidad de familia,  mi esposo e hijos  eran  testigos de los defectos ciertamente asumibles de mi condición humana, pero también provocados y puestos en relieve por una espiritualidad mal vivida.
Mi paradigma se hizo mil pedazos y reaccione con indignación, pero luego venció el amor  y concluí que había que rectificar mis actitudes y rescatar a mi familia.
Lo haría  sin ceder en que la primera realidad en la vida es Dios, pero… necesitaba aprender el “como”.
Fue así que me deje aconsejar por quienes con una fe operativa vivida con naturalidad  y  sencillez, daban testimonio de virtudes humanas en todas sus obligaciones de estado, comenzando  por la familia. 
Comprendo ahora que por el camino que marcan todas las religiones que buscan a Dios,  y en las que Dios sale al encuentro de hombre,  al final se nos juzgara en al amor, y que entonces  veremos con luminosa claridad, que precisamente donde se encontraban nuestros hermanos los hombres,  nuestras aspiraciones, nuestro trabajo, nuestros amores, afanes e ilusiones era  donde se realizaba el encuentro cotidiano con Él.
Y que el mundo era y es su gran templo.
Ahora vivo con  la certeza de que Dios se alegra cuando me esmero en hacer bien la sopa, arreglar las cortinas, ser paciente y alegre, cuando dialogo y me involucro en la vida de mi esposo y mis hijos… cuando me ve luchar cada día por adquirir virtudes para ser mejor.
Igual, cuando le ofrezco mí trabajo en el consultorio  acabado y bien hecho.
Explico a mis hijos con nuevas luces,  que existe el tiempo de honrar Dios en el templo y en la oración privada, pero que Dios quiere que le sirvamos también en y desde todas las tareas civiles en medio del mundo, lo mismo en la oficina, que manejando el camión, en la fábrica, en el taller, en el campo. 
Que hay algo divino escondido en las situaciones más comunes que le toca a cada uno descubrir, haciendo de la vida la más maravillosa aventura con el más hermoso destino.
Que debemos esforzarnos por materializar lo espiritual, y que no podemos vivir una doble vida con una actitud espiritualista o una visión totalmente materialista y placentera. Que hay una sola vida hecha de carne y espíritu y esa es la que debe ser asumida en nuestra relación con Dios. 
Igual tengo paciencia para no caer en la presunción que me haga olvidar que tienen su edad y formas de creer.  Incluso la libertad de reservarse en la fe, por lo que debo confiar en los tiempos de Dios. 
Y trato de no olvidar lo que  alguna vez leí: 
En la línea del horizonte parecen unirse el cielo y la tierra, pero donde de verdad se juntan es en nuestros corazones cuando vivimos de cara a Dios en lo ordinario de cada día en todos los quehaceres de la tierra.
Sobre todo en lo referente al amor en la familia.

¿Te has consagrado a la Virgen María? Aquí un “método” seguido por grandes santos

¿Te has consagrado a la Virgen María? Aquí un “método” seguido por grandes santos

San Luis María Grignon de Montfort en su “Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen” propone un método de consagración a María seguido por grandes santos, con el que el Movimiento Lazos de Amor Mariano (LAM) prepara a miles de fieles en diversos países que desean consagrarse a la Madre de Dios.
En declaraciones a ACI Prensa, Wilson Tamayo, Subdirector General de LAM, explicó que en la historia de la Iglesia siempre se han dado actos de consagración a la Virgen, “pero lo que hace San Luis de Montfort es dar un paso más y decir que esta consagración no solamente es un acto devocional, sino que es un acto de entrega verdadera, entrega total”.
En este sentido, los temas de preparación que San Luis propone en su Tratado son desarrollados y profundizados durante 33 semanas en los grupos de consagración de Lazos de Amor Mariano. Esto da providencialmente 9 meses y es entendido simbólicamente como “una especie de gestación en María para nacer en Jesucristo”, señaló Tamayo.
Los contenidos que se trabajan se dividen en cuatro bloques y son en referencia al conocimiento del mundo, de uno mismo, de la Virgen y de Jesucristo. Al final los participantes realizan su consagración, generalmente en una fiesta mariana especial y con una Eucaristía solemne.
Dentro de los Papas y Santos que han destacado la Consagración a la Virgen María por el método de Montfort están el Beato Pío IX, quien afirmó que la verdadera devoción propuesta por San Luis es la mejor y más aceptable, mientras que San Pío X aprobó la fórmula de consagración del Santo.
San Juan Pablo II expresó en la encíclica Redemptoris Mater que le era grato recordar “la figura de San Luis María Grignion de Montfort, el cual proponía a los cristianos la consagración a Cristo por manos de María, como medio eficaz para vivir fielmente el compromiso del bautismo”.
Más adelante, al final de su vida, en una carta dirigida a la familia montfortiana (2004), contó que en su juventud la lectura del “Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen” le ayudó mucho porque allí encontró la respuesta a sus dudas sobre el temor del culto excesivo a María que podría dejar de lado la supremacía del culto a Cristo.
“Bajo la guía sabia de San Luis María comprendí que, si se vive el misterio de María en Cristo, ese peligro no existe. En efecto, el pensamiento mariológico de este santo ‘está basado en el misterio trinitario y en la verdad de la encarnación del Verbo de Dios’", señaló el Pontífice polaco.
Luego explicó que el lema “Totus tuus” que aparecía en su escudo episcopal se inspiraba en las enseñanzas de Montfort. “La doctrina de este Santo ha ejercido un profundo influjo en la devoción mariana de muchos fieles y también en mi vida. Se trata de una doctrina vivida, de notable profundidad ascética y mística, expresada con un estilo vivo y ardiente, que utiliza a menudo imágenes y símbolos”.

¿Cómo acceder a la preparación?
Los interesados en consagrarse a María según el método de San Luis María Grignon de Monfort pueden contactarse con el Movimiento Lazos de Amor Mariano, que actualmente se encuentra en varias ciudades de Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Venezuela, Panamá, Uruguay, Brasil, México y Perú.
Asimismo, con el objetivo de que más personas se consagren, el Movimiento ha creado la consagración online donde los fieles que tal vez tienen dificultades para unirse físicamente a algún grupo, pueden prepararse a través de internet con videos formativos y tutores virtuales, quienes los acompañarán en su proceso.
“No tengan miedo de recibir a María en su casa, de abrirle las puertas de par en par. Ella lo único que sabe hacer es llevarnos a Jesús y esta consagración es un tesoro de la Iglesia”, puntualizó Wilson Tamayo.
Lazos de Amor Mariano es una Asociación Privada de Fieles que nació en Colombia el 16 de julio de 1999, día de la Virgen del Carmen, encabezada por su actual director general Rodrigo Jaramillo. El movimiento se ha expandido rápidamente y a través de sus misioneros promueve el amor a la Virgen María, Jesús Eucaristía y al Papa.
Más información en: https://www.facebook.com/Mov.LazosdeAmorMariano



La Iglesia celebra por primera vez la fiesta «María, Madre de la Iglesia»


«Es una fiesta importante porque este título, ‘Madre de la Iglesia’ le fue dado por el Papa Pablo VI al final del Concilio Vaticano II, para recordar que la Virgen es nuestra gran intercesora»
Este lunes se celebra por primera vez la fiesta «María, Madre de la Iglesia» que Francisco introdujo en el calendario litúrgico el pasado mes de marzo.
El Papa estableció esta celebración «considerando la importancia del misterio de la maternidad espiritual de María, que desde la espera del Espíritu en Pentecostés no ha dejado jamás de cuidar maternalmente de la Iglesia, peregrina en el tiempo», dijo el cardenal Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, durante la presentación del documento que instituía la fiesta.
«Es una fiesta importante porque este título, ‘Madre de la Iglesia’ le fue dado por el Papa Pablo VI al final del Concilio Vaticano II, para recordar que la Virgen es nuestra gran intercesora. Y no solo eso. Desde el punto de vista teológico, recuerda que la Virgen María es imagen de lo perfecta que debería ser la Iglesia», ha explicado a Rome Reports el secretario de Congregación para el Culto Divino de los Sacramentos, monseñor Arthur Roche.
«Esperamos que esta celebración, extendida a toda la Iglesia, recuerde a todos los discípulos de Cristo que, si queremos crecer y llenarnos del amor de Dios, es necesario fundamentar nuestra vida en tres realidades: la Cruz, la Hostia y la Virgen», aseguró el cardenal Sarah. «Estos son los tres misterios que Dios ha dado al mundo para ordenar, fecundar, santificar nuestra vida interior y para conducirnos hacia Jesucristo. Son tres misterios para contemplar en silencio», añadió el prefecto.

Lunes de la séptima semana del tiempo ordinario


Epístola de Santiago 3,13-18. 

Hermanos:
El que se tenga por sabio y prudente, demuestre con su buena conducta que sus actos tienen la sencillez propia de la sabiduría.
Pero si ustedes están dominados por la rivalidad y por el espíritu de discordia, no se vanagloríen ni falten a la verdad.
Semejante sabiduría no desciende de lo alto sino que es terrena, sensual y demoníaca.
Porque donde hay rivalidad y discordia, hay también desorden y toda clase de maldad.
En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es, ante todo, pura; y además, pacífica, benévola y conciliadora; está llena de misericordia y dispuesta a hacer el bien; es imparcial y sincera.
Un fruto de justicia se siembra pacíficamente para los que trabajan por la paz.

Salmo 19(18),8.9.10.15. 
La ley del Señor es perfecta,
reconforta el alma;
el testimonio del Señor es verdadero,
da sabiduría al simple.

Los preceptos del Señor son rectos,
alegran el corazón;
los mandamientos del Señor son claros,
iluminan los ojos.

La palabra del Señor es pura,
permanece para siempre;
los juicios del Señor son la verdad,
enteramente justos.

¡Ojalá sean de tu agrado
las palabras de mi boca,
y lleguen hasta ti mis pensamientos,
Señor, mi Roca y mi redentor!



Evangelio según San Marcos 9,14-29. 
Cuando volvieron a donde estaban los otros discípulos, los encontraron en medio de una gran multitud, discutiendo con algunos escribas.
En cuanto la multitud distinguió a Jesús, quedó asombrada y corrieron a saludarlo.
El les preguntó: "¿Sobre qué estaban discutiendo?".
Uno de ellos le dijo: "Maestro, te he traído a mi hijo, que está poseído de un espíritu mudo.
Cuando se apodera de él, lo tira al suelo y le hace echar espuma por la boca; entonces le crujen sus dientes y se queda rígido. Le pedí a tus discípulos que lo expulsaran pero no pudieron".
"Generación incrédula, respondió Jesús, ¿hasta cuando estaré con ustedes? ¿Hasta cuando tendré que soportarlos? Tráiganmelo".
Y ellos se lo trajeron. En cuanto vio a Jesús, el espíritu sacudió violentamente al niño, que cayó al suelo y se revolcaba, echando espuma por la boca.
Jesús le preguntó al padre: "¿Cuánto tiempo hace que está así?". "Desde la infancia, le respondió,
y a menudo lo hace caer en el fuego o en el agua para matarlo. Si puedes hacer algo, ten piedad de nosotros y ayúdanos".
"¡Si puedes...!", respondió Jesús. "Todo es posible para el que cree".
Inmediatamente el padre del niño exclamó: "Creo, ayúdame porque tengo poca fe".
Al ver que llegaba más gente, Jesús increpó al espíritu impuro, diciéndole: "Espíritu mudo y sordo, yo te lo ordeno, sal de él y no vuelvas más".
El demonio gritó, sacudió violentamente al niño y salió de él, dejándolo como muerto, tanto que muchos decían: "Está muerto".
Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó, y el niño se puso de pie.
Cuando entró en la casa y quedaron solos, los discípulos le preguntaron: "¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?".
El les respondió: "Esta clase de demonios se expulsa sólo con la oración".