martes, 18 de abril de 2017

6 pasos importantes en el luto por la muerte de un perro muy querido


Consejos para afrontar este momento, aunque lo mejor es... tomar cuanto antes otro perrito

En la introducción de su libro Favorite Dog Stories, James Herriot escribe: “Se dice siempre que, por muchos años espléndidos y felices que un perro te haga vivir, se sabe que un día, ese en el que muera, tu perro te romperá el corazón”.
Si ustedes han amado – y perdido – a un perro, saben bien qué cierto es esto. Nuestros perros, nuestros compañeros fieles, divertidos, amorosos y amados, nos romperán el corazón.
Y aunque las investigaciones dicen que para la mayor parte de nosotros, perder a un perro es como perder a un miembro de la familia, muchos se sienten como tontos por vivir un luto por su perrito. Después de todo, es “solo un perro”.
Afortunadamente, las investigaciones nos pueden ayudar también en este campo. Como sabe todo aquel que ama a los animales, nuestros perros nunca son “solo perros” (¡no importa lo que dice la gente que no tiene animales!).
Los perros han sido criados y entrenados para conectar con los seres humanos como ningún otro animal. Comprenden nuestros estados de ánimo. ¡Comprenden incluso nuestro idioma! Aunque no necesitemos un perro para un servicio o una terapia, nuestros perros nos hacen más felices, más sanos y más seguros.
Sobre la pérdida de un perro, el psicólogo Frank McAndrew dice que “experimentamos muchas pérdidas al mismo tiempo. Podemos perder a nuestro compañero principal, una fuente de amor incondicional, un ‘testigo de vida’ que nos ofrece seguridad y consuelo… La pérdida de un perro puede suponer un serio terremoto en la vida cotidiana”.
El problema es que muchos no saben cómo afrontar el luto porque no tenemos a nuestra disposición estándares establecidos para llorar la muerte de un perro (o de un gato). La gente no nos da el pésame ni nos dan permiso en el trabajo. No tenemos rituales fúnebres estándar (aunque existen liturgias y oraciones para la sepultura de los animales) para ayudarnos a procesar la cosa. A menudo no tenemos tumbas que visitar.
Y sin embargo, hay cosas que podemos hacer para pasar mejor el momento del luto. La doctora Mary Ellen Matthews, veterinaria de Austin (Texas, EE.UU.), y la doctora Karen Swallow Prior, profesora de Inglés y miembro del Faith Advisory Board de la Humane Society de EE.UU., ofrecen algunas sugerencias para honrar la vida de nuestros animales y llorar la pérdida de estos queridos compañeros.

1. Prepararse

Cuando se acerca el final de la vida de nuestro perro, la doctora Pior sugiere elegir “algo muy específico que recordar” de él. Pone un ejemplo personal: “Cuando se acercaba la muerte de mi última perrita la acariciaba mucho. Aún ahora, después de varios años, mientras otros recuerdos de ella se me disipan, logro recordar la sensación de su pelo entre mis dedos, y me conforta”.
La doctora Matthews exhorta a la gente a saber lo que puede esperar sobre la decisión de practicar la eutanasia a un animal, y ofrece detalles sobre este proceso haciéndolo concreto y menos misterioso, sobre todo para los niños.
¿Su consejo? “Estén allí. También los más pequeños, que se dan poca cuenta de lo que sucede, pueden estar presentes. No conviertan a los veterinarios en gente mala para vuestros hijos, diciendo que llevaron al perro al veterinario y le pasó algo malo. No permitan que sus hijos se pregunten dónde está, si se escapó o está en una granja”.
La eutanasia para un animal, dice la Matthews, “es rápida. Más rápida de lo que se creen. No es traumática. No hay un drama tal que luego provoque pesadillas en sus niños. Sólo hay paz”.

2. Admitir el dolor

Una vez que el perro ha muerto, dice la doctora Prior, “el dolor es fuerte y real. No lo nieguen y no lo excusen”.
La doctora Matthews está de acuerdo. “Cada vez que una persona pierde un animal hay un dolor. Para muchos un animal es un miembro de la familia. Está junto al propietario en muchas fases de su vida, y su pérdida deja un vacío en la existencia de su dueño”.

3. Tomarse el tiempo necesario

Incluso en los momentos posteriores a la muerte, la doctora Matthews cree que los dueños deben darse todo el tiempo que necesiten. “Antes de la eutanasia, después, al llevarme al animal de la sala, pueden tomarse todo el tiempo que quieran”, afirma.
“No hay un plazo para el dolor. No hay un reloj de cocina que se apague, ninguna alarma del iPhone dice que es el momento de dejar de llorar y seguir con la vida”.

4. Recordar

La doctora Prior anima a la gente a “hacer memoria” de los momentos especiales con el perro antes de que muera, y la doctora Matthews piensa que hay que encontrar una manera tangible de recordar al perro.
“Puedo no poder cambiar lo que ha sucedido a su animal, pero puedo ofrecer pequeñas cosas. Podemos hacerle una huella a la pata, o elegir un color que nos recuerde a él”
Los recuerdos físicos son una forma concreta de honrar en significado del animal en nuestras vidas.

5. Seguir adelante

“Cuando la gente pregunta qué pasará después, qué hacer después, soy honrada. Habrá un vacío en la vida. Puedo decir que el dolor es de esperar, pero no puedo eliminarlo. Así que animo a seguir adelante. Mi madre siempre me dijo: ‘haz lo siguiente’, cuando la situación se hacía demasiado dura, y yo transmito a mi vez esta sugerencia. Una cosa cada vez, y al final se hace menos doloroso”.

6. Amar a otro perro

“El mejor consejo que jamás recibí después de la muerte de un perro muy querido”, afirma Prior, “es hacerme en seguida con otro. Algunos piensan que es un consejo frío, que supone sustituir un perro con otro olvidándonos del primero, No es así en absoluto. Nuestra capacidad de amar es inmensa. Tomar en seguida otro perro no disminuye el amor con que se recuerda el anterior. Sólo añade más amor y más alegría a nuestra vida”.
Por lo demás, una de las cosas que más echamos de menos cuando muere un perro es la alegría que nos ha dado amarlo. Obviamente no todos están preparados para tomar otro perro en seguida, así que otra opción es plantearse adoptar uno de los miles de perros que buscan un hogar, o simplemente ofrecerse como voluntario a la perrera local. El amor cura más que cualquier otra cosa.

Oración para tener un alma alegre




Una bella plegaria de san Alberto Hurtado

“Señor, son tantos los que sufren
en el mundo de hoy
y tan pocos los que saben
olvidar su dolor.
Yo quiero ser luz
que refleje tu lámpara
y levadura buena
que te esponje las almas.
Te doy gracias Señor
porque has resucitado
y mataste en mi alma
la angustia del pecado.

Si me pides la vida,
quiero darla contento,
si no quieres que muera,
quiero vivir sonriendo.

Quiero reír,
Quiero soñar,
Quiero darles a todos
La alegría de amar.

San Alberto Hurtado
Artículo originalmente publicado por Oleada Joven 

La importancia de entronizar la cruz de Cristo en tu casa



Es fundamental que las familias cristianas entronicen la cruz de Cristo en sus hogares, de manera solemne

La cruz es el signo de los cristianos y de la presencia de Dios vivo.
La importancia de la señal de la cruz ya se cita proféticamente en la Biblia: “No dañéis a la tierra ni al mar, ni a los árboles, hasta que marquemos en la frente a los siervos de Dios” (Ap 7,3). También el profeta Ezequiel hablaba de “marcar con la cruz” a los que quedaban fieles en la Jerusalén idólatra de su época (Ez 9,5).
Desde que Jesus liberó a la humanidad de la muerte y del pecado, la cruz pasa a ser el símbolo de la salvación. En estos dos mil años, la cruz ha sido el símbolo de la victoria del bien sobre el mal, de la justicia contra la injusticia, de la libertad contra la opresión, del amor contra el egoísmo.

Lee más: ¿Qué significa la señal de la cruz sobre frente, labios y corazón?

Muchas personas importantes utilizaron el signo de la cruz en los momentos de peligro, de toma de decisiones y en la inminencia de la muerte. Los primeros cristianos se signaban constantemente, sobre todo en el momento de su martirio.
El crucifijo ha sido siempre objeto de contemplación para los santos. Cuando Don Bosco se cansaba del mal comportamiento de sus niños y parecía querer desistir de su misión, su madre Margarita le enseñaba al Cristo crucificado, y el volvía a su lucha por la juventud desvalida.

Pon una cruz en tu hogar

Más que nunca hoy, cuando tantos peligros materiales y espirituales amenazan a los hogares, es importante que las familias cristianas coloquen en un lugar honroso y visible de sus hogares un crucifijo.
De poner esta cruz en medio de la familia saldrá la fuerza que los padres y madres necesitan para educar a sus hijos en la fe. Mirando en cada momento a Cristo recibirán la fuerza para vencer en las luchas de cada día. Cuando papá y mamá discutan, vuelvan ambos la mirada a la cruz, ella les ayudará a encontrar la paz y el perdón.
Los signos educan a los niños: ¿Cristo está presente en su hogar? ¡Claro! Y podemos mirarle y dirigirnos a él en cada momento. El crucifijo en casa es signo de su presencia entre nosotros.
Colóquenla en un lugar digno (si es posible, más que el de la televisión, que en muchos hogares ocupa el centro del hogar), junto a la Biblia y/o alguna imagen de la Virgen. Un detalle floral o una planta al lado también contribuye a realzar su presencia.

Martes de la Octava de Pascua


Libro de los Hechos de los Apóstoles 2,36-41. 

El día de Pentecostés, Pedro dijo a los judíos:
"Todo el pueblo de Israel debe reconocer que a ese Jesús que ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Mesías".
Al oír estas cosas, todos se conmovieron profundamente, y dijeron a Pedro y a los otros Apóstoles: "Hermanos, ¿qué debemos hacer?".
Pedro les respondió: "Conviértanse y háganse bautizar en el nombre de Jesucristo para que les sean perdonados los pecados, y así recibirán el don del Espíritu Santo.
Porque la promesa ha sido hecha a ustedes y a sus hijos, y a todos aquellos que están lejos: a cuantos el Señor, nuestro Dios, quiera llamar".
Y con muchos otros argumentos les daba testimonio y los exhortaba a que se pusieran a salvo de esta generación perversa.
Los que recibieron su palabra se hicieron bautizar; y ese día se unieron a ellos alrededor de tres mil.

Salmo 33(32),4-5.18-19.20.22. 
Porque la palabra del Señor es recta
y él obra siempre con lealtad;
él ama la justicia y el derecho,
y la tierra está llena de su amor.

Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles,
sobre los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y sustentarlos en el tiempo de indigencia.

Nuestra alma espera en el Señor;
él es nuestra ayuda y nuestro escudo.
Señor, que tu amor descienda sobre nosotros,
conforme a la esperanza que tenemos en ti.



Evangelio según San Juan 20,11-18. 
María se había quedado afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro
y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabecera y otro a los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús.
Ellos le dijeron: "Mujer, ¿por qué lloras?". María respondió: "Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto".
Al decir esto se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo reconoció.
Jesús le preguntó: "Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?". Ella, pensando que era el cuidador de la huerta, le respondió: "Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo".
Jesús le dijo: "¡María!". Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: "¡Raboní!", es decir "¡Maestro!".
Jesús le dijo: "No me retengas, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: 'Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de ustedes'".
María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y que él le había dicho esas palabras.