miércoles, 30 de noviembre de 2016

¿Qué dice la investigación histórica sobre el diaconado femenino? ¿Quiénes eran las diaconisas y qué hacían? Una reflexión importante para comprender el debate actual

¿Qué dice la investigación histórica sobre el diaconado femenino?

El diaconado femenino tiene precedentes históricos, según dice el documento de la Comisión Teológica Internacional “El diaconado: evolución y perspectivas” (2003). Cómo eran esas diaconisas, es el debate que mantiene hoy la Iglesia católica para decidir si ese perfil puede ser restaurado en la comunidad católica actual.
En época apostólica, varias formas de asistencia diaconal a los apóstoles y a las comunidades ejercidas por mujeres parecía que estaban institucionalizadas. Así, Pablo recomienda a la comunidad de Roma a “Febe, nuestra hermana, diaconisa (he diakonos) de la Iglesia de Cencre” (cfr Rm 16,1-4). Parece claro que Febe ejerció un servicio en la comunidad de Cencre, reconocido y subordinado al ministerio del Apóstol.
Los exegetas están divididos sobre 1 Tm 3,11. La mención de las “mujeres” después de los diáconos puede hacer pensar en mujeres-diáconos (la misma presentación con “de igual modo”), o en las esposas de los diáconos de los que se hablaba antes. En esta Carta no se describen las funciones del diácono, sino solamente las condiciones para ser admitidos. Se dice que las mujeres no deben enseñar ni dirigir a los hombres (1 Tm 2,8-15). Pero es que las funciones de dirección y enseñanza tampoco las podían ejercer los diáconos hombres, sino sólo el obispo (1 Tm 3,5) y los presbíteros (1 Tm 5,17).
A principios del siglo II, una Carta de Plinio el Joven, gobernador de Bitinia, menciona a dos mujeres, designadas por los cristianos como ministrae, equivalente probable del griego diakonoi (X 96-97). Solamente en el siglo III aparecen los términos específicamente cristianos de diaconisa o diácona.
De hecho, a partir del siglo III, en algunas regiones de la Iglesia – no en todas – existe un ministerio eclesial específico atribuido a las mujeres llamadas diaconisas. Se trata de Siria oriental y de Constantinopla. Hacia el año 240 aparece una compilación canónico-litúrgica singular, la Didascalía de los Apóstoles (DA), que no tiene carácter oficial. El obispo tiene los rasgos de un patriarca bíblico omnipotente (cfr DA 2,33-35,3). Preside una pequeña comunidad, que dirige sobre todo con la ayuda de diáconos y diaconisas. Estas últimas aparecen así por primera vez en un documento eclesiástico.
La Didascalía pone el acento en el papel caritativo del diacono y de la diaconisa. El ministerio de la diaconía debe parecer como “una sola alma en dos cuerpos”. Tiene como modelo la diaconía de Cristo, que lavó los pies a sus discípulos (DA 3, 13, 1-7).
Sin embargo, diáconos y diaconisas no tenían las mismas funciones. Los diáconos los elegía el obispo para “ocuparse de muchas cosas necesarias”, y las diaconisas solamente “para el servicio de las mujeres” (DA 3, 12, 1). La diaconisa debía hacer la unción corporal de las mujeres en el bautismo, instruir a las recién bautizadas, visitar a las enfermas. No podía ni administrar el bautismo ni tener un papel en la consagración eucarística (DA 3, 12, 1-4).
Esta es la oración que el obispo hacía sobre la diaconisa: “Dios, eterno, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, creador del hombre y de la mujer, tu que llenaste del espíritu a Miriam, Débora, Anna y Ulda, que no juzgaste indigno que tu Hijo, el Unigénito, naciese de una mujer, tu que en tu tienda del testimonio y en el templo instituiste guardianes para tus puertas santas, tu mismo mira ahora a tu sierva aquí presente, propuesta para el diaconado, dale el Espíritu Santo y purifícala de toda impureza de la carne y del espíritu para que cumpla dignamente el oficio que le ha sido confiado, para tu gloria y alabanza de tu Cristo, a ti gloria y adoración en el Espíritu Santo por los siglos. Amen” [66].
Las diaconisas son nombradas antes que el subiscono, las vírgenes y las viudas no podían ser “ordenadas”, no tienen funciones litúrgicas pero tienen funciones comunitarias y son intermediarias entre las mujeres y el obispo. Un testimonio de esto encontramos en Epifanio de Salamina en elPanarion (escrito hacia el 375): “Existe en la Iglesia el orden de las diaconisas, pero no sirve para ejercer las funciones sacerdotales”. Una ley de Teodosio del 21 de junio del 390, revocada un año después, fijaba en 60 años la edad de admisión a las mujeres que querían ser diáconos. El Concilio de Calcedonia (can. 15) lo ponía en 40 años, pero no se podían casar después de la ordenación.
En el siglo IV, la forma de vida de las diaconisas se parecía a la de las monjas. La responsable de una comunidad monástica de mujeres era llamada diaconisa, según Gregorio de Nissa. Hasta el siglo VI, asistían a las mujeres que se bautizaban, y distribuían la comunión a las enfermas. Cuando la práctica de la unción corporal se abandonó, se pasó a considerarlas simples vírgenes consagradas con voto de castidad, que vivían en monasterios o en sus propias casas.

El fin del diaconado femenino

En el siglo X, cuando el bautismo de adultos ya no se practicaba, su papel dejó de ser relevante. el Patriarca Miguel de Antioquía (1166-99), comentaba en su Pontifical que el canon 15 de Calcedonia “había caído en desuso”. Las mujeres consagradas vivían en los monasterios y ya no hacían servicios en la comunidad.
Existieron diaconisas en Roma con seguridad hasta finales del siglo VIII. El sacramentario Hadrianum, enviado por el Papa a Carlomagno contiene una oración para las diaconisas. Pero desde entonces, en los rituales y documentos posteriores, ya no se habla de las diaconisas como tales, sino de consagración de vírgenes y de abadesas.

Tiempos actuales

El texto del documento de la Comisión Teológica Internacional (CTI) sobre El diaconado: evolución y perspectivas, dedica la última sección del capítulo 2 a decir que “ciertamente existió un ministerio de las diaconisas que se desarrolló de manera desigual en varias partes de la Iglesia”, y que “no era simplemente equivalente al diaconado masculino”, y que se instituía “por imposición de las manos”.
De igual manera que el papel del diácono permanente, como una figura distinta y singular, ha sido ampliamente recuperado después del Concilio Vaticano II, ¿podría pensarse en “restaurar” el papel de las diaconisas? Es una decisión que compete al Magisterio de la Iglesia, discernir si en los tiempos actuales esa figura es conveniente para ayudar a la vida de la comunidad cristiana.

Jesús explica al Padre Pío cuál es el verdadero “inmenso poder” en la Iglesia "Miren la Hostia, me verán humillado por ustedes"


Jesús explica al Padre Pío cuál es el verdadero “inmenso poder” en la Iglesia




“En uno de los cuadernos del diario obtenido durante la primera persecución sufrida a manos de hombres de Iglesia, entre el final de los años 20 y el inicio de los años 30, Jesús le explica al fraile de Pietrelcina qué es la misa. Una página publicada por Francobaldo Chiocci y Luciano Cirri en Padre Pío, historia de una víctima sobre la que deberían reflexionar los reformadores y sus tristes epígonos:
“Piensen que el sacerdote que me llama tiene entre sus manos un poder que ni siquiera he concedido a mi madre; reflexionen que si, en lugar de un sacristán, sirvieran al sacerdote los más excelsos serafines, no serían suficiente dignos de estar cerca de él. (…) ¿Es digno entonces estar en la misa pensando en otra cosa que no sea yo?
(…) Consideren el altar no por lo que hicieron los hombres, sino por aquello que vale, dada mi presencia mística, pero real. (…) Miren la Hostia, me verán humillado por ustedes; miren el Cáliz en el que mi sangre devuelve a la tierra en toda clase de bendiciones. Ofrecerme, ofrecerme al Padre, por eso Yo vuelvo a ustedes. (…) Si les dicen: ‘Vamos a Palestina a conocer los lugares santos donde Jesús ha vivido y ha muerto’, vuestro corazón susurraría, ¿es verdad?
Y, sin embargo, el altar sobre el cual desciendo ahora es más que Palestina, porque de ella me fui hace veinte siglos y en el altar vuelvo cada día vivo, verdadero, real, aunque escondido, pero soy Yo, precisamente Yo que palpito entre las manos de mi ministro, Yo vuelvo a ustedes, no simbólicamente, no, sino verdaderamente; se lo digo ahora; verdaderamente (…). ¡Getsemaní, Calvario, Altar! Tres lugares de los cuales el último, el Altar, es la suma del primero y el segundo; son tres lugares, pero uno sólo es Aquel que encontrarán.
(…) Traigan sus corazones al corporal santo que sostiene mi cuerpo; sumérjanse en ese Cáliz divino que contiene sangre. Es ahí que el Amor abrazará al Creador, al Redentor, su víctima a sus espíritus; es ahí que celebrarán mi gloria en la humillación infinita de mí mismo. Venir al Altar, mírenme, piensen intensamente en mí (…)”.

Fiesta de san Andrés, apóstol


Carta de San Pablo a los Romanos 10,9-18. 

Hermanos:
Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvado.
Con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con la boca se confiesa para obtener la salvación.
Así lo afirma la Escritura: El que cree en él, no quedará confundido.
Porque no hay distinción entre judíos y los que no lo son: todos tienen el mismo Señor, que colma de bienes a quienes lo invocan.
Ya que todo el que invoque el nombre del Señor se salvará.
Pero, ¿cómo invocarlo sin creer en él? ¿Y cómo creer, sin haber oído hablar de él? ¿Y cómo oír hablar de él, si nadie lo predica?
¿Y quiénes predicarán, si no se los envía? Como dice la Escritura: ¡Qué hermosos son los pasos de los que anuncian buenas noticias!
Pero no todos aceptan la Buena Noticia. Así lo dice Isaías: Señor, ¿quién creyó en nuestra predicación?
La fe, por lo tanto, nace de la predicación y la predicación se realiza en virtud de la Palabra de Cristo.
Yo me pregunto: ¿Acaso no la han oído? Sí, por supuesto: Por toda la tierra se extiende su voz y sus palabras llegan hasta los confines del mundo.

Salmo 19(18),2-3.4-5. 
El cielo proclama la gloria de Dios
y el firmamento anuncia la obra de sus manos;
un día transmite al otro este mensaje

y las noches se van dando la noticia.
Sin hablar, sin pronunciar palabras,
sin que se escuche su voz,

resuena su eco por toda la tierra
y su lenguaje, hasta los confines del mundo.
Allí puso una carpa para el sol


Evangelio según San Mateo 4,18-22. 
Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores.
Entonces les dijo: "Síganme, y yo los haré pescadores de hombres".
Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron.
Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó.
Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron. 

martes, 29 de noviembre de 2016

Papa Francisco: Todos los sacerdotes podrán seguir absolviendo el aborto "Misericordia et misera", la carta con la que se cierra el Jubileo de la Misericorda


Papa Francisco: Todos los sacerdotes podrán seguir absolviendo el aborto




“Quedarse solamente en la ley equivale a banalizar la fe y la misericordia divina”, “incluso en los casos más complejos, en los que se siente la tentación de hacer prevalecer una justicia que deriva sólo de las normas, se debe creer en la fuerza que brota de la gracia divina”. Lo escribió Papa Francisco en la Carta apostólica Misericordia et misera, con la que cierra el Jubileo extraordinario, pero con la que también mantiene abiertas muchas “puertas”.
Entre las decisiones concretas están la de mantener en servicio a los “misioneros de la misericordia”, la de seguir concediendo a todos los sacerdotes la facultad de absolver a las personas que hayan cometido el pecado del aborto (aunque ya haya terminado el Años Santo), la de seguir reconociendo válidas y lícitas las absoluciones impartidas por los sacerdotes lefebvrianos y la de instituir una Jornada mundial de los pobres.
La adúltera
El nuevo documento papal parte de las dos palabras, misericordia et misera, que san Agustín utilizó para narrar el encuentro entre Jesús y la adúltera que habría debido ser lapidada según la ley y que es perdonada, una página del Evangelio que “puede ser asumida, con todo derecho, como imagen de lo que hemos celebrado en el Año Santo”.
Francisco recuerda que el centro de ese episodio evangélico no son “la ley y la justicia legal”, “sino el amor de Dios que sabe leer el corazón de cada persona, para comprender su deseo más recóndito, y que debe tener el primado sobre todo”. 
No se encuentran “el pecado y el juicio en abstracto”, sino “una pecadora y el Salvador. Jesús ha mirado a los ojos a aquella mujer y ha leído su corazón”. “Una vez que hemos sido revestidos de misericordia, aunque permanezca la condición de debilidad por el pecado —comenta el Papa—, esta debilidad es superada por el amor que permite mirar más allá y vivir de otra manera”.
La misericordia suscita alegría
“Nada de cuanto un pecador arrepentido coloca delante de la misericordia de Dios —escribe Bergoglio— queda sin el abrazo de su perdón. Por este motivo, ninguno de nosotros puede poner condiciones a la misericordia; ella será siempre un acto de gratuidad del Padre celeste, un amor incondicional e inmerecido. No podemos correr el riesgo de oponernos a la plena libertad del amor con el cual Dios entra en la vida de cada persona”.
El Papa recuerda que la misericordia suscita alegría, por lo que, en un mundo en el que “se multiplican las formas de tristeza y soledad en las que caen las personas», incluso los jóvenes, con su futuro «en manos de la incertidumbre que impide tener estabilidad”, se necesitan “testigos de la esperanza y de la verdadera alegría para deshacer las quimeras que prometen una felicidad fácil con paraísos artificiales”.
Difundir y conocer la Escritura
La intención del Papa parece ser la de querer cerrar la Puerta Santa pero no el tiempo de la misericordia, seguir celebrándola, sobre todo en la misa y en la oración: “antes que el pecado, tenemos la revelación del amor con el que Dios ha creado el mundo y los seres humanos. El amor es el primer acto con el que Dios se da a conocer y viene a nuestro encuentro”.
Francisco propone se escuche con mayor intensidad la Palabra de Dios. Le recomienda a los sacerdotes que cultiven la predicación, que “será tanto más fructuosa, cuanto más haya experimentado el sacerdote en sí mismo la bondad misericordiosa del Señor”.
“Sería oportuno —añade— que cada comunidad, en un domingo del Año litúrgico, renovase su compromiso en favor de la difusión, conocimiento y profundización de la Sagrada Escritura”.
Que los “misioneros de la misericordia” no se detengan
El Papa vuelve a impulsar el sacramento de la reconciliación. Agradece a los “misioneros de la misericordia”, que han llegado a las diócesis del mundo, y anuncia que su servicio “no cesará con la clausura de la Puerta Santa. Deseo que se prolongue todavía, hasta nueva disposición, como signo concreto de que la gracia del Jubileo siga siendo viva y eficaz, a lo largo y ancho del mundo”.
Sacerdotes, sean generosos en el confesionario
El Papa pide que los sacerdotes confesores sean “acogedores con todos; testigos de la ternura paterna, a pesar de la gravedad del pecado; solícitos en ayudar a reflexionar sobre el mal cometido; claros a la hora de presentar los principios morales; disponibles para acompañar a los fieles en el camino penitencial, siguiendo el paso de cada uno con paciencia; prudentes en el discernimiento de cada caso concreto; generosos en el momento de dispensar el perdón de Dios”.
El sacerdote en el confesionario debe ser “magnánimo de corazón”. Francisco recuerda que “no existe ley ni precepto que pueda impedir a Dios volver a abrazar al hijo que regresa a él reconociendo que se ha equivocado, pero decidido a recomenzar desde el principio. Quedarse solamente en la ley equivale a banalizar la fe y la misericordia divina”.
E “incluso en los casos más complejos, en los que se siente la tentación de hacer prevalecer una justicia que deriva sólo de las normas, se debe creer en la fuerza que brota de la gracia divina”.
El Papa pide que los sacerdotes eviten “comportamientos que contradigan la experiencia de la misericordia” que buscan las personas. La confesión necesita “volver a encontrar su puesto central en la vida cristiana; por esto se requieren sacerdotes que pongan su vida al servicio del «ministerio de la reconciliación”.
Todos los sacerdotes podrán seguir absolviendo el aborto
Y para ello, el Papa concede “de ahora en adelante” a todos los sacerdotes, “en razón de su ministerio, la facultad de absolver a quienes hayan procurado el pecado de aborto”, extendiendo en el tiempo, “no obstante cualquier cosa en contrario”, lo concedido durante el tiempo jubilar.
“Quiero enfatizar con todas mis fuerzas —añade— que el aborto es un pecado grave, porque pone fin a una vida humana inocente. Con la misma fuerza, sin embargo, puedo y debo afirmar que no existe ningún pecado que la misericordia de Dios no pueda alcanzar y destruir, allí donde encuentra un corazón arrepentido que pide reconciliarse con el Padre”.
También se establece otra extensión para las absoluciones impartidas por los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X, fundada por Lefebvre: “confiando en la buena voluntad de sus sacerdotes, para que se pueda recuperar con la ayuda de Dios, la plena comunión con la Iglesia Católica, establezco por decisión personal que esta facultad se extienda más allá del período jubilar, hasta nueva disposición”.
Cercanía y consolación
Después el Papa habla sobre el rostro de la consolación en la Carta apostólica. La “misericordia se expresa también en la cercanía, en el afecto y en el apoyo que muchos hermanos y hermanas nos ofrecen cuando sobrevienen los días de tristeza y aflicción”.
“Enjugar las lágrimas —explica— es una acción concreta que rompe el círculo de la soledad en el que con frecuencia terminamos encerrados”. Y si no hay palabras adecuadas, también “el silencio es de gran ayuda; porque en algunos momentos no existen palabras para responder a los interrogantes del que sufre”.
Familias que deben ser acogidas
En un párrafo dedicado a la familia, Francisco retoma la importancia del discernimiento sugerido en la exhortación Amoris laetitia: “No podemos olvidar que cada uno lleva consigo el peso de la propia historia que lo distingue de cualquier otra persona. Nuestra vida, con sus alegrías y dolores, es algo único e irrepetible, que se desenvuelve bajo la mirada misericordiosa de Dios.
Esto exige, sobre todo de parte del sacerdote, un discernimiento espiritual atento, profundo y prudente para que cada uno, sin excluir a nadie, sin importar la situación que viva, pueda sentirse acogido concretamente por Dios”.
Obras concretas para los que sufren
Al final, el Papa se refiere a los signos concretos: “Es el momento de dejar paso a la fantasía de la misericordia para dar vida a tantas iniciativas nuevas, fruto de la gracia”. Recuerda que “todavía hay poblaciones enteras que sufren hoy el hambre y la sed”, y “grandes masas de personas siguen emigrando de un país a otro en busca de alimento, trabajo, casa y paz”.
Se refiere a las cárceles, “lugares en los que, con frecuencia, las condiciones de vida inhumana causan sufrimientos, en ocasiones graves, que se añaden a las penas restrictivas”.
También habla sobre la “cultura del individualismo exasperado, sobre todo en Occidente, hace que se pierda el sentido de la solidaridad y la responsabilidad hacia los demás. Dios mismo sigue siendo hoy un desconocido para muchos; esto representa la más grande de las pobrezas y el mayor obstáculo para el reconocimiento de la dignidad inviolable de la vida humana”.
Misericordia como valor social
En síntesis, “las obras de misericordia corporales y espirituales constituyen hasta nuestros días una prueba de la incidencia importante y positiva de la misericordia como valor social. Ella nos impulsa a ponernos manos a la obra para restituir la dignidad a millones de personas que son nuestros hermanos y hermanas”.
No tener trabajo “y no recibir un salario justo; no tener una casa o una tierra donde habitar; ser discriminados por la fe, la raza, la condición social” son “condiciones que atentan contra la dignidad de la persona”. E insiste: “¡Cuántas son las situaciones en las que podemos restituir la dignidad a las personas para que tengan una vida más humana! Pensemos solamente en los niños y niñas que sufren violencias de todo tipo, violencias que les roban la alegría de la vida. Sus rostros tristes y desorientados están impresos en mi mente”.
Después de haberse referido al “carácter social” de la misericordia y a la necesidad de “hacer que crezca una cultura de la misericordia», «en la que ninguno mire al otro con indiferencia ni aparte la mirada cuando vea el sufrimiento de los hermanos”.
La Jornada Mundial de los Pobres
Es tiempo de misericordia “para que los pobres sientan la mirada de respeto y atención de aquellos que, venciendo la indiferencia, han descubierto lo que es fundamental en la vida”; para que “cada pecador no deje de pedir perdón”.
A la luz del Jubileo de las personas socialmente excluidas, concluye Francisco, «intuí que, como otro signo concreto de este Año Santo extraordinario, se debe celebrar en toda la Iglesia, en el XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario, la Jornada mundial de los pobres. Será la preparación más adecuada para vivir la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, el cual se ha identificado con los pequeños y los pobres, y nos juzgará a partir de las obras de misericordia. Será una Jornada que ayudará a las comunidades y a cada bautizado a reflexionar cómo la pobreza está en el corazón del Evangelio”.

Este video me ayudó a comprender lo que significa perdonarse a uno mismo ¿Cuántas veces el fracaso, el dolor, el sufrimiento se han instalado en nuestra vida dejándonos con un perplejo mal sabor de boca?

La vida es profundamente compleja. Está compuesta por eventos y situaciones muchas veces ajenas a nosotros, que nos cuesta perdonar y que nos mantiene en una lejanía cómoda de quien otea la realidad a lo lejos, sin implicarse más allá de una expresión de desaliento. Otras veces, inevitablemente, estos acontecimientos se hacen más próximos afectando con cierta vehemencia lo que somos, lo que pensamos y lo que vivimos.
Pero cuando estos eventos tocan nuestra realidad en lo más profundo, cuando nos llevan a replantearnos lo que somos y lo que hacemos, y cuando dejan una huella imborrable, es cuando constatamos la necesidad profunda de una respuesta que calme nuestra intranquilidad, nuestro sufrimiento y que nos de una luz en medio de nuestra miseria. Perdonarse a uno mismo no es nada fácil.
Miremos a lo profundo de lo que somos: ¿Cuántas veces hemos hecho o vivido una situación en la que todo se nos viene abajo?¿Cuántas vivencias profundas creemos que nunca nadie ni nada va a poder perdonar, ni siquiera nosotros mismos? ¿Cuántas veces el fracaso, el dolor, el sufrimiento se han instalado en nuestra vida dejándonos con un perplejo mal sabor de boca? Así es nuestra vida, ¡cada uno lleva en su consciencia secretos que son imposibles de contar por lo que suponen para nosotros! Sin embargo,hay alguien que si los conoce todos: Dios, nuestro Padre amoroso.
El cortometraje que les traemos a continuación es fuerte, pero en su crudeza nos habla de una realidad que no es para nada ajena a nuestras vidas.


Martes de la primera semana de Adviento


Libro de Isaías 11,1-10. 

En aquel día, saldrá una rama del tronco de Jesé y un retoño brotará de sus raíces.
Sobre él reposará el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y de temor del Señor
-y lo inspirará el temor del Señor-. El no juzgará según las apariencias ni decidirá por lo que oiga decir:
juzgará con justicia a los débiles y decidirá con rectitud para los pobres del país; herirá al violento con la vara de su boca y con el soplo de sus labios hará morir al malvado.
La justicia ceñirá su cintura y la fidelidad ceñirá sus caderas.
El lobo habitará con el cordero y el leopardo se recostará junto al cabrito; el ternero y el cachorro de león pacerán juntos, y un niño pequeño los conducirá;
la vaca y la osa vivirán en companía, sus crías se recostarán juntas, y el león comerá paja lo mismo que el buey.
El niño de pecho jugará sobre el agujero de la cobra, y en la cueva de la víbora, meterá la mano el niño apenas destetado.
No se hará daño ni estragos en toda mi Montaña santa, porque el conocimiento del Señor llenará la tierra como las aguas cubren el mar.
Aquel día, la raíz de Jesé se erigirá como emblema para los pueblos: las naciones la buscarán y la gloria será su morada.

Salmo 72(71),2.7-8.12-13.17. 
Para que gobierne a tu pueblo con justicia
y a tus pobres con rectitud.
Que en sus días florezca la justicia
y abunde la paz, mientras dure la luna;

que domine de un mar hasta el otro,
y desde el Río hasta los confines de la tierra.
Porque él librará al pobre que suplica
y al humilde que está desamparado.

Tendrá compasión del débil y del pobre,
y salvará la vida de los indigentes.
Que perdure su nombre para siempre
y su linaje permanezca como el sol;

que él sea la bendición de todos los pueblos
y todas las naciones lo proclamen feliz.

Evangelio según San Lucas 10,21-24. 
En aquel momento Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo:
"Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido.
Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar".
Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: "¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven!
¡Les aseguro que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron!". 

lunes, 28 de noviembre de 2016

Hoy inicia la Novena a San Nicolás, patrono de los niños, marineros y viajeros


Hoy inicia la Novena a San Nicolás, patrono de los niños, marineros y viajeros




El próximo 6 de diciembre la Iglesia celebrará la fiesta del Obispo San Nicolás de Bari, patrono de los niños, marineros y viajeros. Por ello, cercanos a esta gran festividad, aquí una novena para pedir su intercesión.
Todos los días se repiten las mismas oraciones:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Himno
Desde este mar tormentoso, oh Padre San Nicolás, conduce al puerto seguro desde la patria celestial. De las luchas de la vida y mortales tempestades sálvanos por tu favor y virtudes singulares. Siempre acudes en socorro de cuantos tu auxilio imploran. Enfermos y navegantes, pobres o ricos te invocan. Por tu santidad eximia e intercesión poderosa, haz que elegidos seamos a la eternidad dichosa. A los fieles que devotos tu culto propagamos, haznos merecer la gloria amando a nuestros hermanos. Amén.
Oración de petición
¡Oh glorioso San Nicolás! Desde aquella morada de luz, en que gozas de la presencia divina, vuelve piadoso tus ojos hacia mí, y alcánzame del Señor aquellas gracias y auxilios convenientes a mis presentes necesidades, tanto espirituales como corporales, y en particular la gracia (mencionar aquí la intención de la novena), si es que conviene para mi eterna salvación.
Protege también, oh Santo Obispo, a nuestro Sumo Pontífice, a la Iglesia y a todo el pueblo cristiano. Conduce al camino recto de la salvación a los que viven sumidos en el pecado, o envueltos en las tinieblas de la ignorancia, del error y de la herejía.
Consuela a los afligidos, socorre a los necesitados, conforta a los pusilánimes, defiende a los oprimidos, asiste a los enfermos; y haz que todos experimenten los efectos de tu intercesión ante el Señor, quien es el dispensador de todos los bienes. Amén.
Súplica
¡Oh bienaventurado San Nicolás de Bari! Al que acuden las familias, los pobres, los enfermos, los comerciantes, los empleados, los presos, los niños, las doncellas en peligro;
Yo, humildemente te pido me alcances la gracia que de ti espero, confiado en tu valiosísima protección, la que nunca niegas a tus devotos, para que favorecidos por tus bondades, cantemos una vez más las misericordias del Señor, y las maravillas de sus santos. ¡Providentísimo San Nicolás! no me abandones.
Oración final
Imploramos, Señor, suplicantes, tu misericordia, y por intercesión de San Nicolás, Obispo, guárdanos de todos los peligros para que se nos muestre expedito el camino de salvación. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Empieza a trabajar la comisión sobre si las mujeres pueden ser diaconisas, querida por el Papa Tras "intensas oraciones y una reflexión madura", Francisco decidió instituir la Comisión de estudio en el Vaticano

Empieza a trabajar la comisión sobre si las mujeres pueden ser diaconisas, querida por el Papa

Diaconisas en la Iglesia católica es una posibilidad en estudio a partir de hoy en el Vaticano. Es una idea acogida por el papa Francisco, quien ha manifestado en varias ocasiones la importancia del papel de la mujer en la Iglesia y en la sociedad.
Este viernes 25 de noviembre será recordado como el inicio de la primera reunión de la Comisión de Estudio sobre el Diaconado de las mujeres, instituida por el papa Francisco el pasado 2 de agosto para hacer un estudio objetivo sobre la situación en los primeros tiempos de la Iglesia, informó la Oficina de Información de la Santa Sede.
La génesis de esta iniciativa se encuentra en la respuesta concreta del Papa a 900 religiosas pertenecientes a la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) que lo interpelaron en una audiencia el pasado jueves 12 de mayo en el aula Pablo VI del Vaticano.
Ahora, la comisión presidida por el secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el jesuita Luis Francisco Ferrer, tiene la tarea de responder a la cuestión planteada por las religiosas: ¿Por qué la Iglesia excluye a las mujeres del servicio como diaconisas?
De hecho, actualmente diáconos permanentes -hombres- casados celebran sacramentos como el bautismo. En las parroquias es cada vez más común que diáconos hombres ayuden al párroco en varios oficios.
El Papa está de acuerdo en promover un estudio sobre el papel de las diaconisas, investigando el modelo de las primeras comunidades cristianas.
El precedente de la Comisión
El Obispo de Roma aceptó, en mayo, en diálogo con las religiosas de la UISG, que aún no le queda claro qué papel específico tenían estas mujeres de las primeras comunidades cristianas.
“¿Qué fueron estas mujeres diaconisas? ¿Tenían la ordenación o no?”. “Fue un poco oscuro”, dijo. “¿Cuál fue el papel del diácono en ese momento?”.
“¿Establecer una comisión oficial que estudie la cuestión?”, el Obispo de Roma se cuestionó. “Creo que sí. Sería bueno para la Iglesia para aclarar este punto. Estoy de acuerdo. Voy a hablar de hacer algo por el estilo”. “Acepto”, dijo el papa Francisco más tarde. “Me parece útil contar con una comisión que aclare bien”.
La restauración del diaconado permanente de los hombres se enmarca en el trabajo del Vaticano II.
Como indica el vaticanista Andrea Tornielli, el tema no es nuevo. Después del neto pronunciamiento de Juan Pablo II sobre el sacerdocio de las mujeres (1994) y la negación categórica de esa posibilidad, el cardenal Carlo Maria Martini presentó también la posibilidad de la diaconisa mujer. Esta posibilidad bajo estudio no contradice Ordinatio sacerdotalis, documento en que Juan Pablo II no niega esta posibilidad, o mejor dicho, tampoco la menciona.
Miembros de la comisión
El inicio de los trabajos de la Comisión, que contará con la presencia de la rectora de la Universidad Pontificia Antonianum, la hermana Mary Melone, coincide con la fecha en que se celebra en el mundo el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
La misión tiene el aporte de la profesora de Teología Espiritual en la Universidad de Viena y miembro de la Comisión Teológica Internacional, Marianne Schlosser; la profesora de Teología Fundamental en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma Michelina Tenace; la profesora en la ‘Hofstra University’ Hempstead (Nueva York) , Phyllis ZaganoNuria Calduch-Benages, miembro de la Comisión Pontificia Bíblica; y la profesora en la Univesidad de La Sapienza y en el Instituto Patrístico Augustinianum de Roma, Francesca Cocchini.
Los otros seis miembros son hombres, entre ellos, el presidente del Instituto Patrístico Augustinianum, Robert Dodaro; el profesor emérito de Teología de la Universidad de Bonn, Karl-Heinz Menke; el profesor de Eclesiología de la Universidad Pontificia Salesiana de Roma, Aimable Musoni; y el profesor del Instituto de Estudios Teológicos de Bruselas Bernard Pottier.

También otro español, el profesor de la Universidad Pontificia de Comillas Santiago Madrigal Terrazas y el presidente del Instituto Universitario Sophia, el italiano Piero Coda.


Hoy es la Fiesta de la Virgen de la Medalla Milagrosa

Hoy es la Fiesta de la Virgen de la Medalla Milagrosa
"Haz que se acuñe una medalla según este modelo. Todos cuantos la lleven puesta recibirán grandes gracias. Las gracias serán más abundantes para los que la lleven con confianza", dijo la Virgen María a Santa Catalina Labouré un 27 de noviembre de 1830.
En la aparición, la Madre de Dios estaba con una túnica blanca y un velo del mismo color que cubría su cabeza hasta los pies. Su rostro era bellísimo. Los pies se posaban sobre un globo blanco y aplastaban una serpiente.
Sus manos, a la altura del corazón, portaban un globo pequeño de oro, coronado con una crucecita. En los dedos aparecieron anillos con piedras preciosas que brillaban y alumbraban en toda dirección.
La Virgen miró a Santa Catalina y le dijo: “este globo que ves (a los pies) representa al mundo entero, especialmente Francia y a cada alma en particular. Estos rayos simbolizan las gracias que yo derramo sobre los que las piden. Las perlas que no emiten rayos son las gracias de las almas que no piden”.
El globo de oro que tenía la Virgen entre manos se desvaneció y sus brazos se extendieron abiertos, mientras los rayos de luz continuaban cayendo sobre el globo blanco de los pies.
De pronto apareció una forma ovalada en torno a la Virgen con una inscripción en el borde interior que decía: "María sin pecado concebida, ruega por nosotros, que acudimos a ti".
Las palabras formaban un semicírculo que iniciaba a la altura de la mano derecha, pasaba por arriba de la cabeza de María y terminaba a la altura de la mano izquierda. Es aquí donde la Virgen le pide a Catalina que acuñe una medalla según lo que está viendo.
La aparición dio media vuelta y en el reverso estaba una “M” con la cruzsobre una barra, la cual atravesaba la letra. Debajo estaban el corazón de Jesús, circuncidado con una corona de espinas, y el corazón de la Virgen María, traspasado por una espada. Alrededor había doce estrellas.
La manifestación se repitió hacia fines de diciembre de 1830 y a principios de enero de 1831. En un principio la medalla era llamada “de la Inmaculada Concepción”, pero cuando se expandió la devoción y se produjeron muchos milagros, se le llamó “La Medalla Milagrosa”, como es conocida hasta nuestros días.
Más información:
La Virgen de la Medalla Milagrosa, cuya fiesta es el 27 de noviembre, le pidió a Santa Catalina Labouré que realizara una Medalla de acuerdo a lo que veía en el momento de la aparición. Así se hizo y  Dios obró muchos milagros. Pero, ¿qué indican los símbolos que aparecen en la Medalla y cuál es su mensaje espiritual?
1. Triunfo sobre Satanás
En el anverso de la Medalla Milagrosa aparece la Virgen sobre el mundo y aplastando con los pies la cabeza de la serpiente. Lo que indica que la Inmaculada tiene poder, en virtud de su gracia, para triunfar sobre Satanás.
2. Evoca el Apocalipsis
Las doce estrellas sobre la cabeza de María y el color de su vestuario muestran a la mujer vestida de sol del libro del Apocalipsis.
3. Rayos de gracias
Las manos extendidas con los rayos son señal de la misión que tiene la Virgen María como Madre y mediadora de las gracias, que derrama sobre el mundo y a quienes las pidan.
4. Signo de la Inmaculada
La famosa inscripción “Oh María” afirma la Inmaculada Concepción de la Virgen, manifestada a Santa Catalina en esta aparición del 27 de noviembre de 1830, mucho antes que se proclamara el dogma en 1854. Asimismo, indica la misión de intercesión de la Madre de Dios, a quien podemos recurrir con confianza.
5. La realeza de María
El globo, que representa a la tierra, se encuentra bajo los pies de la Virgen porque Ella es reina del cielo y de la tierra.
6. Madre del crucificado
Al reverso de la Medalla está la “M”, símbolo de María y de su espiritual maternidad. La cruz es el misterio de la redención y la barra que la sostiene es la letra del alfabeto griego “Yota” o “I”, que es monograma del nombre “Jesús”. Todo esto simboliza a la Madre de Cristo crucificado.
7. La Iglesia con los Sagrados Corazones
Las doce estrellas son símbolo de la Iglesia que Cristo funda sobre los Apóstoles. Mientras que los Sagrados Corazones de Jesús y María hacen referencia a la devoción que los cristianos debemos tener a ambos Corazones.

Francisco invita a dejar paso a la “fantasía de la misericordia” y dar vida a “iniciativas nuevas” El Santo Padre propone, en la carta apostólica Misericordia et misera, esforzarse “en concretar la caridad” y “en iluminar con inteligencia la práctica de las obras de misericordia”

Logo of Jubilee of Mercy

La misericordia no puede ser un paréntesis en la vida de la Iglesia, sino que constituye su misma existencia, que manifiesta y hace tangible la verdad profunda del Evangelio. Todo se revela en la misericordia; todo se resuelve en el amor misericordioso del Padre. Lo dice el papa Francisco en su carta apostólica Misericordia et misera, que ha escrito el finalizar el Año Santo de la Misericordia. 
De este modo, además de dar una serie de indicaciones precisas para que lo vivido este Jubileo se “prolongue” en el tiempo, el Santo Padre reflexiona una vez más sobre este don de Dios. 
Así, el Pontífice recuerda que el perdón es el signo más visible del amor del Padre, que Jesús ha querido revelar a lo largo de toda su vida. “No existe página del Evangelio que pueda ser sustraída a este imperativo del amor que llega hasta el perdón”, asegura. De este modo, señala que nada de cuanto un pecador arrepentido coloca delante de la misericordia de Dios “queda sin el abrazo de su perdón”. Por este motivo, explica el Papa, “ninguno de nosotros puede poner condiciones a la misericordia; ella será siempre un acto de gratuidad del Padre celeste, un amor incondicionado e inmerecido”.
El Santo Padre precisa que se necesitan testigos “de la esperanza” y “de la verdadera alegría para “deshacer las quimeras que prometen una felicidad fácil con paraísos artificiales”. El vacío profundo de muchos –alienta Francisco– puede ser colmado por la esperanza que llevamos en el corazón y por la alegría que brota de ella. 
En esta misma línea, el Santo Padre explica que hemos celebrado un Año intenso, “en el que la gracia de la misericordia se nos ha dado en abundancia”. Como un viento impetuoso y saludable, “la bondad y la misericordia se han esparcido por el mundo entero”, asegura el Papa. 
Ahora, concluido este Jubileo, “es tiempo de mirar hacia adelante y de comprender cómo seguir viviendo con fidelidad, alegría y entusiasmo, la riqueza de la misericordia divina”, alienta.  Por esta razón, el Papa pide que “no limitemos su acción; no hagamos entristecer al Espíritu, que siempre indica nuevos senderos para recorrer y llevar a todos el Evangelio que salva”. Además, recuerda que “estamos llamados a celebrar la misericordia”. 
Por otro lado, el Pontífice pide abrir “el corazón a la confianza de ser amados por Dios”. Su amor –añade– nos precede siempre, nos acompaña y permanece junto a nosotros a pesar de nuestro pecado. 
Respecto a la escucha de la Palabra de Dios el Santo Padre recomiendo mucho “la preparación de la homilía y el cuidado de la predicación”. Así, reconoce que será tanto más fructuosa, “cuanto más haya experimentado el sacerdote en sí mismo la bondad misericordiosa del Señor”. 
Tal y como explica el Papa en este documento, la Biblia es la gran historia que narra las maravillas de la misericordia de Dios. Cada una de sus páginas está impregnada del amor del Padre que desde la creación ha querido imprimir en el universo los signos de su amor. Por eso el Santo Padre manifiesta su vivaz deseo de que la Palabra de Dios se celebre, se conozca y se difunda cada vez más, “para que nos ayude a comprender mejor el misterio del amor que brota de esta fuente de misericordia”. 
A los sacerdotes, renueva la invitación a prepararse con mucho esmero para el ministerio de la Confesión, que es una verdadera misión sacerdotal. Y les pide que sean acogedores con todos; testigos de la ternura paterna, solícitos en ayudar a reflexionar sobre el mal cometido, claros a la hora de presentar los principios morales, disponibles para acompañar a los fieles en el camino penitencial, siguiendo el paso de cada uno con paciencia, prudentes en el discernimiento de cada caso concreto y generosos en el momento de dispensar el perdón de Dios. Asimismo, les recuerda que “nosotros hemos sido los primeros en ser perdonados” y “hemos sido testigos en primera persona de la universalidad del perdón”. No existe ley ni precepto –asegura el Pontífice– que pueda impedir a Dios volver a abrazar al hijo que regresa a él reconociendo que se ha equivocado, pero decidido a recomenzar desde el principio. 
Todos, reconoce el Papa, tenemos necesidad de consuelo, porque ninguno es inmune al sufrimiento, al dolor y a la incomprensión. 
Por otro lado, también señala que en un momento particular como el nuestro, caracterizado por la crisis de la familia es importante que llegue una palabra de gran consuelo a nuestras familias. “El don del matrimonio es una gran vocación a la que, con la gracia de Cristo, hay que corresponder con al amor generoso, fiel y paciente”, reconoce el papa Francisco. 
La gracia del Sacramento del Matrimonio — indica el Santo Padre– no sólo fortalece a la familia para que sea un lugar privilegiado en el que se viva la misericordia, sino que compromete a la comunidad cristiana, y con ella a toda la acción pastoral, para que se resalte el gran valor propositivo de la familia. 
En la carta apostólica, el Pontífice subraya que “termina el Jubileo y se cierra la Puerta Santa”  pero “la puerta de la misericordia de nuestro corazón permanece siempre abierta, de par en par”. Al respecto, reconoce que durante el Año Santo, especialmente en los «viernes de la misericordia», ha podido darse cuenta de cuánto bien hay en el mundo. Existen personas –reconoce el Papa– que encarnan realmente la caridad y que no llevan continuamente la solidaridad a los más pobres e infelices.
Es el momento de dejar paso a la fantasía de la misericordia para dar vida a tantas iniciativas nuevas, fruto de la gracia. Ya que todavía hay poblaciones enteras que sufren hoy el hambre y la sed, grandes masas de personas siguen emigrando, la enfermedad es una causa permanente de sufrimiento, las cárceles son lugares en los que las condiciones de vida inhumana causan sufrimientos, el analfabetismo está todavía muy extendido, la cultura del individualismo exasperado hace que se pierda el sentido de la solidaridad y la responsabilidad hacia los demás. Por eso, el Papa precisa que “las obras de misericordia corporales y espirituales constituyen hasta nuestros días una prueba de la incidencia importante y positiva de la misericordia como valor social”
Por todo ello, el Papa pide que nos esforcemos “en concretar la caridad” y “en iluminar con inteligencia la práctica de las obras de misericordia”. Estamos llamados –asegura– a hacer que crezca una cultura de la misericordia, basada en el redescubrimiento del encuentro con los demás. Asimismo, concluye asegurado que “este es el tiempo de la misericordia”. Cada día de nuestra vida está marcado por la presencia de Dios, que guía nuestros pasos con el poder de la gracia que el Espíritu infunde en el corazón para plasmarlo y hacerlo capaz de amar.  


Lunes de la primera semana de Adviento


Libro de Isaías 2,1-5. 

Palabra que Isaías, hijo de Amós, recibió en una visión, acerca de Judá y de Jerusalén:
Sucederá al fin de los tiempos, que la montaña de la Casa del Señor será afianzada sobre la cumbre de las montañas y se elevará por encima de las colinas. Todas las naciones afluirán hacia ella
y acudirán pueblos numerosos, que dirán; ¡Vengan, subamos a la montaña del Señor, a la Casa del Dios de Jacob! El nos instruirá en sus caminos y caminaremos por sus sendas". Porque de Sión saldrá la Ley y de Jerusalén, la palabra del Señor.
El será juez entre las naciones y árbitro de pueblos numerosos. Con sus espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas. No levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más para la guerra.
¡Ven, casa de Jacob, y caminemos a la luz del Señor!

Salmo 122(121),1-2.3-4a.4b-5.6-7.8-9. 
¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la Casa del Señor!»
Nuestros pies ya están pisando
tus umbrales, Jerusalén.
Jerusalén, que fuiste construida
como ciudad bien compacta y armoniosa.

Allí suben las tribus,
las tribus del Señor.
Porque allí está el trono de la justicia,
el trono de la casa de David.
Auguren la paz a Jerusalén:
“¡Vivan seguros los que te aman!

¡Haya paz en tus muros
y seguridad en tus palacios!”.
Por amor a mis hermanos y amigos,
diré: “La paz esté contigo”.
Por amor a la Casa del Señor, nuestro Dios,
buscaré tu felicidad.


Evangelio según San Mateo 8,5-11. 
Al entrar en Cafarnaún, se le acercó un centurión, rogándole":
"Señor, mi sirviente está en casa enfermo de parálisis y sufre terriblemente".
Jesús le dijo: "Yo mismo iré a curarlo".
Pero el centurión respondió: "Señor, no soy digno de que entres en mi casa; basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará.
Porque cuando yo, que no soy más que un oficial subalterno, digo a uno de los soldados que están a mis órdenes: 'Ve', él va, y a otro: 'Ven', él viene; y cuando digo a mi sirviente: 'Tienes que hacer esto', él lo hace".
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que lo seguían: "Les aseguro que no he encontrado a nadie en Israel que tenga tanta fe.
Por eso les digo que muchos vendrán de Oriente y de Occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob, en el Reino de los Cielos". 

domingo, 27 de noviembre de 2016

El rockero Bunbury le canta a la Virgen María "Eres norte del mío sur..."

“Rezaré ante ti, candelaria de mi oscuridad y refugio de mi angustia”… Con la canción Rezaré, Enrique Bunbury puso música y alma en el año 2006 a una particular oración a la Virgen María.
El rockero español, conocido especialmente por su etapa como vocalista y líder de la banda Héroes del Silencio, no ha dudado en alguna ocasión en interpretarla sobre los escenarios.
Rezaré ante ti
porque eres madre universal.
Ahora y siempre
amargura
te rezaré
rezaré.


Tu merced
es mi estrella
patrocinio del mío existir
y tu regla
eres norte
del mío sur
del mío sur.


Yo te amo,
te amo tanto

Esperanza del amor
Macarena de Triana
eres tú
eres tú.

Rezaré
ante ti,
Candelaria de mi oscuridad
y refugio de mi angustia

Te rezaré,
te rezaré,
Rezaré
ante Vos.

Porque al Verbo diste encarnación
yo pronuncio
tu dulce nombre
de la O
dela O.

Yo te amo,
te amo tanto.

Esperanza del amor
Macarena de Triana
eres tú,
eres tú.

Yo te amo,
te amo tanto
madre de lo universal.
Sevillano,
siento tanto amor por ti,
amor por ti.



Inicia Novena a San Nicolás, patrono de los niños, marineros y viajeros

27 de noviembre: Inicia Novena a San Nicolás, patrono de los niños, marineros y viajerosEl próximo 6 de diciembre la Iglesia celebrará la fiesta del Obispo San Nicolás de Bari, patrono de los niños, marineros y viajeros. Por ello, cercanos a esta gran festividad, aquí una novena para pedir su intercesión.
Todos los días se repiten las mismas oraciones:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Himno
Desde este mar tormentoso, oh Padre San Nicolás, conduce al puerto seguro desde la patria celestial. De las luchas de la vida y mortales tempestades sálvanos por tu favor y virtudes singulares. Siempre acudes en socorro de cuantos tu auxilio imploran. Enfermos y navegantes, pobres o ricos te invocan. Por tu santidad eximia e intercesión poderosa, haz que elegidos seamos a la eternidad dichosa. A los fieles que devotos tu culto propagamos, haznos merecer la gloria amando a nuestros hermanos. Amén.
Oración de petición
¡Oh glorioso San Nicolás! Desde aquella morada de luz, en que gozas de la presencia divina, vuelve piadoso tus ojos hacia mí, y alcánzame del Señor aquellas gracias y auxilios convenientes a mis presentes necesidades, tanto espirituales como corporales, y en particular la gracia (mencionar aquí la intención de la novena), si es que conviene para mi eterna salvación.
Protege también, oh Santo Obispo, a nuestro Sumo Pontífice, a la Iglesia y a todo el pueblo cristiano. Conduce al camino recto de la salvación a los que viven sumidos en el pecado, o envueltos en las tinieblas de la ignorancia, del error y de la herejía.
Consuela a los afligidos, socorre a los necesitados, conforta a los pusilánimes, defiende a los oprimidos, asiste a los enfermos; y haz que todos experimenten los efectos de tu intercesión ante el Señor, quien es el dispensador de todos los bienes. Amén.
Súplica
¡Oh bienaventurado San Nicolás de Bari! Al que acuden las familias, los pobres, los enfermos, los comerciantes, los empleados, los presos, los niños, las doncellas en peligro;
Yo, humildemente te pido me alcances la gracia que de ti espero, confiado en tu valiosísima protección, la que nunca niegas a tus devotos, para que favorecidos por tus bondades, cantemos una vez más las misericordias del Señor, y las maravillas de sus santos. ¡Providentísimo San Nicolás! no me abandones.
Oración final
Imploramos, Señor, suplicantes, tu misericordia, y por intercesión de San Nicolás, Obispo, guárdanos de todos los peligros para que se nos muestre expedito el camino de salvación. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.