sábado, 23 de junio de 2018

¿Conseguir novio? Divertida historia del Papa sobre san Antonio


El Pontífice después de la audiencia general se entretiene con algunos fieles de Padua, Italia

El papa Francisco reconoció entre la multitud después de la audiencia general del 15 de noviembre a un grupo de fieles italianos de Padua, ciudad que acogió al fraile portugués San Antonio.
Francisco comenzó a platicar con ellos como si les conociera de una vida y luego les comentó que el patrón de la ciudad italiana era un santo muy venerado en todo el mundo y también en su patria, Argentina, porque es invocado por chicas solteras para encontrar un novio. 
Con su humor muy latino, el Papa prosiguió con la narración: “Cuando tienen 20 años, le piden a San Antonio que venga, que tenga y que convenga’. Luego a los 30 años, si no ha llegado (el novio), vuelven: ‘San Antonio, que venga y que tenga’. Y a los 40: ‘¡San Antonio, que venga, como sea!”.
Sucesivamente, el Papa saludó a los fieles y les pidió que rezaran por él. El video se ha vuelto viral y varios medios italianos lo han difundido.


Petición a san Antonio, protector de los enamorados
Gran amigo san Antonio,
tú que eres el protector de los enamorados,
mírame a mí, mi vida, mis deseos.
Defiéndeme de los peligros,
aleja de mí los fracasos,
las desilusiones, los desencantos.
Haz que yo sea realista,
que tenga confianza, sea digno(a) y alegre.
Que sepa caminar mirando el futuro y en la vida de a dos
con vocación sagrada para formar una familia.
Que mi noviazgo sea feliz y mi amor sin medidas.
Que todos los novios procuren mutua comprensión,
la comunión de vida y el crecimiento en la fe.
Amén.

El misterio de los ojos de la Virgen de Guadalupe sigue abierto



Una mirada divina que cambió la historia mexicana 

Los ojos de Guadalupe constituyen uno de los grandes enigmas para la ciencia, como han constatado los estudios del ingeniero José Aste Tönsmann, del Centro de Estudios Guadalupanos de México.
Este graduado en ingeniería en sistemas ambientales por la Universidad de Cornell estudió durante más de veinte años la imagen impresa de la Virgen en ese tosco tejido hecho con fibras de maguey de Juan Diego, el indígena que recibió las apariciones que cambiarían decisivamente la historia de México.
Si bien sus dimensiones son microscópicas, el iris y las pupilas de los ojos de la imagen tienen impresa al menos la imagen sumamente detallada de trece personajes. Las mismas personas están presentes tanto en el ojo izquierdo como en el derecho, con diferentes proporciones, al igual que sucede en los ojos de un ser humano que refleja los objetos que tiene en frente.
El reflejo transmitido por los ojos de la Virgen de Guadalupe es la escena en la que Juan Diego mostraba al obispo fray Juan de Zumárraga y a los presentes en la estancia el manto con la misteriosa imagen. Era el 9 de diciembre de 1531.
Estudio digital      
La técnica que utilizó para su estudio el ingeniero Aste Tönsmann, nacido en Perú, es la del proceso digital de imágenes usado por los satélites y por las sondas espaciales para transmitir informaciones visivas. El científico, de hecho, ha trabajado durante años en IBM en procesamiento digital de imágenes.
No es pintura 
Según las conclusiones del estudio, reveladas por Aste Tönsmann, nos encontramos ante una imagen “que no ha sido pintada con mano de hombre”.
Ya en el siglo XVIII varios científicos realizaron pruebas científicas que mostraban cómo era imposible pintar una imagen así en un tejido de esa textura. De hecho, con el pasar del tiempo, las fibras del “ayate” o “tilma” que utilizaban los indios se degradan. Normalmente no deberían durar más de veinte años. Sin embargo, la imagen está impresa desde hace casi 500 años.
Sin colorantes naturales 
Richard Kuhn premio Nobel de Química, recordó Aste Tönsmann, hizo análisis químicos en los que se pudo constatar que la imagen no tiene colorantes naturales, ni animales ni mucho menos minerales. Dado que en aquella época no existían los colorantes sintéticos, la imagen, desde este punto de vista, es inexplicable.
Preguntas sin respuesta 
En 1979 los estadounidenses Philip Callahan y Jody B. Smith estudiaron la imagen con rayos infrarrojos y descubrieron con sorpresa que no había huella de pintura y que el tejido no había sido tratado con ningún tipo de técnica.


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Aste Tönsmann, se preguntaba: “¿Cómo es posible explicar esta imagen y su consistencia en el tiempo sin colores y con un tejido que no ha sido tratado? Es más, ¿cómo es posible 
que, a pesar de que no haya pintura, los colores mantengan su luminosidad y brillantez?”.
El ingeniero peruano explicaba que “Cahallan y Smith han mostrado cómo la imagen cambia ligeramente de color según el ángulo de visión, un fenómeno que se conoce con el término de iridiscencia, una técnica que no se puede reproducir con manos humanas”.
El investigador comenzó a desarrollar su estudio en 1979. Agrandó los iris de los ojos de la Virgen hasta alcanzar una escala 2.500 veces superior al tamaño real y, a través de procedimientos matemáticos y ópticos, logró identificar todos los personajes impresos en los ojos de la Virgen.
En los ojos de la Virgen –revela– se encuentran reflejados los testigos del milagro guadalupano, el momento en que Juan Diego mostraba el ayate al obispo. Los ojos de la Virgen tienen así el reflejo que hubiera quedado impreso en los ojos de cualquier persona en esa posición.
Te invitamos a descubrir lo que se esconde detrás de los misterios de Guadalupe a través de esta visita virtual e inédita (hasta ahora) a la Basílica de la Morenita.


Sábado de la undécima semana del tiempo ordinario


Segundo Libro de Crónicas 24,17-25. 

Después de la muerte de Iehoiadá, los jefes de Judá fueron a postrarse delante del rey, y este se dejó llevar por sus palabras.
Entonces abandonaron la Casa del Señor, el Dios de sus padres, y rindieron culto a los postes sagrados y a los ídolos. Por este pecado, se desató la indignación del Señor contra Judá y Jerusalén.
Les envió profetas que dieron testimonio contra ellos, para que se convirtieran al Señor, pero no quisieron escucharlos.
El espíritu de Dios revistió a Zacarías, hijo del sacerdote Iehoiadá, y este se presentó delante del pueblo y les dijo: "Así habla Dios: ¿Por qué quebrantan los mandamientos del Señor? Así no conseguirán nada. ¡Por haber abandonado al Señor, él los abandonará a ustedes!".
Ellos se confabularon contra él, y por orden del rey lo apedrearon en el atrio de la Casa del Señor.
El rey Joás no se acordó de la fidelidad que le había profesado Iehoiadá, padre de Zacarías, e hizo matar a su hijo, el cual exclamó al morir: "¡Que el Señor vea esto y les pida cuenta!".
Al comenzar el año, el ejército de los arameos subió a combatir contra Joás. Invadieron Judá y Jerusalén, ejecutaron a todos los jefes que había en el pueblo, y enviaron el botín al rey de Damasco.
Aunque el ejército de Arám había venido con pocos hombres, el Señor entregó en sus manos a un ejército mucho más numeroso, por haberlo abandonado a él, el Dios de sus padres. De esta manera, los arameos hicieron justicia con Joás,
y cuando se fueron, lo dejaron gravemente enfermo. Sus servidores tramaron una conspiración contra él para vengar la sangre del hijo del sacerdote Iehoiadá, y lo mataron cuando estaba en su lecho. Así murió, y fue sepultado en la Ciudad de David, pero no en el sepulcro de los reyes.

Salmo 89(88),4-5.29-30.31-32.33-34. 
Yo sellé una alianza con mi elegido,
hice este juramento a David, mi servidor:
«Estableceré tu descendencia para siempre,
mantendré tu trono por todas las generaciones.»

Le aseguraré mi amor eternamente,
y mi alianza será estable para él.
le daré una descendencia eterna
y un trono duradero como el cielo.

Si sus hijos abandonan mi enseñanza
y no proceden de acuerdo con mis juicios;
si profanan mis preceptos
y no observan mis mandamientos.

Castigaré sus rebeldías con la vara
y sus culpas, con el látigo.
Pero a él no le retiraré mi amor
ni desmentiré mi fidelidad.


Evangelio según San Mateo 6,24-34. 
Dijo Jesús a sus discípulos:
Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero.
Por eso les digo: No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido?
Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos?
¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida?
¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer.
Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos.
Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe!
No se inquieten entonces, diciendo: '¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?'.
Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan.
Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura.
No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción.