miércoles, 10 de mayo de 2017

La fe, la oración y la Eucaristía son esenciales en este hogar para superar adicciones

Imagen Referencial / Foto: ACIPrensa

En la diócesis de Rafaela en Argentina existe un hogar de rehabilitación de adicciones llamado Hijo Pródigo, cuyo método de trabajo ha ayudado a una gran cantidad de personas.
Oración, fe en Dios, afecto y formación son los componentes esenciales de la metodología liderada por el sacerdote diocesano y asesor espiritual, P. Alcides Suppo.
“En nuestro sistema de recuperación la base es la fe. No desdeñamos a los profesionales como psicólogos, psiquiatras y demás, recurrimos a ellos cuando es necesario. Pero, creemos que en base a la oración y la integración con la familia es como podemos recuperar” a las personas, explicó a ACI Prensa el P. Suppo.
El sacerdote de 82 años precisó que además de la oración y la ayuda de la familia, el éxito del trabajo parte de la premisa de que la persona está ahí por su propia voluntad. “Vos podés salir con la ayuda de Dios, con tu esfuerzo y con nuestro afecto”, afirmó.
Según el presbítero, la sanación a través de la oración se explica porque “el ser humano tiene la necesidad básica de encontrarse con la trascendencia, con Dios, con su Padre”.
“En esta época de consumismo se ha perdido ese vínculo. Primero con Dios se fue debilitando enormemente, luego el vínculo con la familia y los otros seres humanos. En cambio, creció el vínculo con lo material, con los animales. Pero, todo se aflojó, se aflojaron los vínculos fundamentales que mantiene equilibrada la gente”, alertó el sacerdote.
Como parte de la rehabilitación, los primeros siete días de cada mes se realiza también el llamado “Jericó de la alabanza”, que son días especiales de oración, a semejanza de los días en que el pueblo del profeta Josué dio vueltas a la ciudad de Jericó hasta que sus muros fueron derribados.
El objetivo de esta oración en el Hogar Hijo Pródigo es que a través de ella “caigan los muros, los obstáculos que puedan tener estas personas en la vida. Cada día se hace una invocación al Espíritu y termina con la oración a María”, explicó Alejandro Audagna, voluntario hace 10 años en el hogar.
Audagna dijo a ACI Prensa que su voluntariado se inició con el hogar y ha sido testigo “de que Jesús en la Eucaristía realmente sana” y que “Jesús Eucaristía es el tratamiento” para salir adelante.
“La recuperación del adicto es la conversión. La persona se encuentra con Jesús y recibe una luz que le hace ver lo equivocado que está en su vida. Eso es lo más difícil, que un adicto se reconozca necesitado, reconozca que está mal. Depende de cada uno ese proceso de conversión y de cambio”, explicó Audagna.
Alejandro se siente “feliz porque puede ayudar al otro. Me ayuda a ser mejor persona, a crecer espiritualmente. En el encuentro con el otro uno va madurando, creciendo, convirtiendo también, se siente el gozo de dar, la alegría de ver al otro feliz, de ver al otro crecer, de ver al otro cambiar. Además, es lo que Dios nos pide en obra y lo que el Papa Francisco ha llamado”.
El hogar Hijo Pródigo pertenece a la Asociación Civil Vistiéndonos de Sol, nombre que hace referencia al versículo del Apocalipsis (12,1) que habla de la Virgen María "vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza".
Esta institución se gestó con el impulso del P. Suppo en la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe y luego se instituyó como tal en el año 2000.
Además de las tres casas llamadas Hijo Pródigo destinadas para la rehabilitación, también sostienen un hogar de ancianos Simeón y un hogar Ambulatorio para familias. Próximamente, tendrán un hogar de niños llamado Chiquilines y un lugar para talleres de formación y oficios. 
El hogar Hijo Pródigo ubicado en el barrio Güemes comenzó a funcionar en 2007. Actualmente, viven 12  personas que han caído en el flagelo de las drogas, el alcohol y la ludopatía y permanecen en promedio un año y medio internados.
El hogar es gratuito y se mantiene con donaciones particulares, el trabajo voluntario de los fieles más el apoyo de personas ya rehabilitadas que permanecen por un tiempo tras su rehabilitación.
En su rutina diaria las personas realizan oración comunitaria, la Coronilla de la Divina Misericordia, tienen una hora de silencio, de adoración al Santísimo, rezan el Rosario del perdón y del desprendimiento basado en los ejercicios ignacianos y desarrollan labores propias del hogar.

¿Qué es una Rosa de Oro? ¿Por qué la entrega el Papa?


Fátima recibirá su tercera distinción

Papa Francisco entregará al Santuario de Fátima su tercera Rosa de Oro, una altísima distinción vaticana que el Papa Francisco otorga a personalidades católicas, a princesas y santuarios e imágenes de la Virgen.
Origen de la distinción
No está muy claro el origen de la Rosa de Oro. Algunos autores lo muestran como una bendición de la antigüedad aunque la explicación más testificada se encuentra en el monasterio de Santa Cruz de Alsacia. Al parecer el papa León IX lo puso bajo dominio directo de la Santa Sede y les obligó a enviarles todos los años una rosa de oro o dos onzas del mismo metal. 
Se bendecía el cuarto domingo de cuaresma y se quería mostrar a Cristo como el más noble de todos los metales. León IX enviaba la rosa, como reconocimiento y obsequio, a alguna iglesia particular o a alguna personalidad (príncipe o princesa de la cristiandad).
¿Qué es una Rosa de Oro?
La Rosa de oro es un rosal con flores, botones y hojas (hechos del metal precioso) que se encuentra colocado en un vaso de plata y un estuche con el escudo papal. La rosa está ungida con el Santo Crisma e incienso.
¿Cuál es su valor real?
El valor de la Rosa de Oro no se encuentra en la cantidad de oro ni en el valor económico. Según explica Enrique Claudio Girbal en su tratadito sobre la Rosa de Oro publicado en 1880:
“’Yo soy la flor del campo y el lirio de los valles’; indica el oro de que se compone que Jesucristo es Rey de los reyes y Señor de los señores, cuyo profundo sentido mostraron ya los Reyes Magos, cuando como a Rey, le ofrecieron rendidamente el oro. El fulgor y alto precio del metal y las piedras con que la Rosa está compuesta, significan la luz inaccesible en la que habita el que es Luz de luz y Dios verdadero: el olor de los perfumes que sobre ella vierte en la bendición el Sumo Pontífice, representa en invisible esencia la gloria de la Resurrección de Jesucristo que fue de espiritual alegría para todo el mundo, pues con ella terminó el corrompido ambiente de las antiguas culpas y por todo el universo se esparció el suave aroma de la divina gracia; el color encarnado, de que en otro tiempo se teñía, representa la Pasión de Jesucristo; las espinas ofrecen la santa enseñanza de que en las espinas del dolor puso Jesús todas sus delicias, y recuerdan aquella corona que ensangrentó la cabeza del Redentor. En la Rosa, por último, se figura y simboliza la felicidad eterna».
¿Quiénes han sido distinguidos con una Rosa de Oro?
La Rosa de Oro ha sido entregada durante siglos a grandes personalidades y príncipes católicos. Por ejemplo: Alfonso VII, rey de León y rey de Castilla; Juana I, reina de Nápoles; Segismundo, Sacro Romano Germánico Emperador, Catalina de Medici o Enrique VIII.
En los últimos años las Rosa de Oro ha sido entregada solamente a lugares de peregrinación y santuarios Marianos. Aparecida, Luján, Guadalupe, Loreto, Czestochowa, Roio (Italia), Nuestra Señor de la Cabeza (España) , Nuestra del Socorro de Valencia, (Venezuela), Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, (Cuba) ó Nuestra Señora de Guadalupe (México).
Papa Francisco entregará a Fátima la tercera rosa de Oro, tras las ofrendas realizadas por el papa Pablo VI durante la tercera sesión del Concilio Vaticano II y por Benedicto XVI durante su visita en el año 2010.

El Papa Francisco recibirá al Presidente de Estados Unidos Donald Trump

Donald Trump y el Papa Francisco / Foto: White House - ACI Prensa

El Papa Francisco recibirá al Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el miércoles 24 de mayo a las 8:30 a.m. en el Palacio Apostólico en el Vaticano, informó este jueves la Santa Sede.
Luego de su encuentro con el Pontífice, el mandatario estadounidense se reunirá con el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Pietro Parolin; quien estará acompañado por el Secretario para las Relaciones con los Estados, Mons. Paul Gallagher.
Este es el primer viaje al exterior de Trump como Presidente de Estados Unidos. La gira también incluye Arabia Saudita, Israel, así como Bélgica e Italia.
Trump visitará Bruselas (Bélgica) el 25 de mayo para la cumbre de la OTAN y el viernes 26 irá a Sicilia (Italia) para el encuentro del G7.
Desde que era candidato por el Partido Republicano, Trump y el Papa Francisco han tenido desacuerdos en temas como la inmigración y el deseo del Presidente de Estados Unidos de levantar un muro en la frontera con México.
El 18 de febrero de 2016, durante la conferencia de prensa realizada en el vuelo que llevó a Francisco de regreso a Roma, tras visitar México, el reportero de la agencia Reuters, Philip Pullella, pidió al Pontífice responder sobre la política migratoria propuesta por el entonces candidato Trump.
“Una persona que piensa solo en hacer muros, sea donde sea, y no hacer puentes, no es cristiano. Esto no está en Evangelio”, expresó el Santo Padre. Luego añadió que daría “el beneficio de la duda” al entonces candidato.
Por su parte, Trump acusó al gobierno de México de usar al Papa como un “peón” porque solo ha escuchado “una parte de la historia”. Además dijo que el Pontífice es "una persona muy política" que no entiende los problemas de Estados Unidos.
El 19 de febrero del mismo año, el entonces vocero de la Santa Sede, P. Federico Lombardi, dijo a Radio Vaticana que el comentario del Papa “nunca intentó ser, de forma alguna, un ataque personal o una indicación de cómo votar” y que había repetido un tema constante en su pontificado, que es el de construir puentes.
Por su parte, los obispos de Estados Unidos han tenido respuestas mixtas durante los primeros cien días de la administración Trump, criticando su plan para los refugiados e inmigrantes, y alabando sus medidas provida.

¿Cuáles son los 3 secretos de Fátima?

Durante las apariciones de Fátima entre mayo y octubre de 1917, la Virgen María confió a los tres pastores, tres secretos

El primero fue una visión del infierno que conmocionó profundamente los pequeños. Desde entonces rezaron intensamente por la conversión de los pecadores. Duró un instante pero fue suficiente para no olvidarla jamás. La mayor de los videntes lo recuerda así: 

"Había demonios y almas sumergidas en un gran mar de fuego (...) entre gritos de dolor y gemidos de desesperación que horrorizaba y hacía estremecer de pavor”.

El segundo secreto fue profético. La Virgen dijo a los pastores que si los hombres no dejaban de ofender a Dios comenzaría la II Guerra Mundial. También anunció la expansión del Comunismo y las consecuentes persecuciones a la Iglesia y al Papa. 

Para evitar estos males la Virgen pidió que se estableciera en el mundo la devoción a su Inmaculado Corazón y que el Papa en persona le consagrase Rusia. Juan Pablo II lo hizo en marzo de 1984.

El tercer secreto de Fátima consistió en otra visión. Los pastores vieron cómo un obispo vestido de blanco al que identificaron como el Papa moría asesinado junto a religiosos, sacerdotes y seglares de diversas clases sociales.

Este secreto se podría interpretar como las persecuciones que sufrió la Iglesia durante el siglo XX, sobre todo a manos del Comunismo. El mismo Juan Pablo II se reconoció en esta visión en el atentado que casi le cuesta la vida.

A pesar de que gran parte de los secretos hablan de eventos pasados en todos ellos hay un hilo conductor: la llamada a la conversión de los pecadores, porque su mala conducta es la principal causa de los males del mundo. Esta es la actualidad perenne del mensaje de Fátima. 

¿Por qué no avanzas? Lucha con todas tus fuerzas: oración de fortaleza


"Dame, Señor mío, un poco de tu fortaleza para sentirme seguro en mi caminar y poder ser también calma y paz para los míos..."

Todos los días, debes levantarte seguro de que vas a triunfar, sin perder las esperanzas. No te quedes pegado a esa circunstancia que te nubla el pensamiento y que no te deja avanzar. Dios actuará en el momento menos pensado por ti, simplemente no desmayes, hay que seguir creyendo en lo que Dios hará en tu vida.
Quiero invitarte hoy a que recobres ese ánimo perdido por aquellas circunstancias adversas que te han robado la paz, y a que nunca te olvides de que Jesús siempre te acompaña, Jesús camina contigo y debes confiar que así es.
Anímate y lucha con todas tus fuerzas y con las fuerzas que Dios ha colocado dentro de ti, ruégale, pídele, clámale, implórale, pero no te quedes inmóvil como si fueses una estatua esperando a ver si todo pasa o se calma.
¡Ten fe en lo que el Señor hará y entonces recibirás las respuestas que has estado esperando! Vamos, sonríe porque, con Jesús a tu lado, te esperan cosas hermosas, días maravillosos, sueños que realizar y nuevas cosas que descubrir.
Deja que Dios sea esa luz que ilumina todos tus senderos, apacigue todas tus tormentas y encauce tu vida por caminos de victorias. ¡Vamos! renueva tu espíritu de victoria y permite que el poder restaurador de Dios toque todos tus sentidos, los llene de su Gracia y los avive con una entregada pasión.
Oración de fortaleza
Señor mío, gracias por estar atento a todo lo que necesito y a todo lo que me pasa porque sé que me amas y quieres lo mejor para mí.
Siento que tu inmenso amor me acompaña y me hace crecer, por eso, hoy, te doy gracias por todo lo que haces en mi vida.
Quiero comenzar todos los días de mi vida con fortaleza y con la certeza de que tu poder y misericordia vienen sobre mí, y recibo con gozo y gratitud esta bendición.
Confío plenamente en tu inmensa bondad y en que nunca me abandonas.
Hoy puedo y quiero decir confiado: “No me rendiré, porque sé que el Señor está conmigo, aunque no lo vea y a veces hasta ni lo sienta”.
Sé que estás ahí para ayudarme a afrontar toda situación. Aunque haya mil y un conflictos a mi alrededor, Tú eres capaz de darme la paz si en Ti confío, porque me tienes un inmenso cariño que sobrepasa todo sentido.
Dame, Señor mío, un poco de tu fortaleza para sentirme seguro en mi caminar y poder ser también calma y paz para los míos.
Me escudo en tu palabra que bendice y sana: “Como un padre cariñoso con sus hijos, así es cariñoso el Señor con sus fieles” (Salmo 103,13)
Consejo: Deja que Dios obre en tu vida aun cuando no veas la luz en tu caminar, Él tiene control de todo. Sigue confiando en Él y no dejes de caminar. Amén.
Por Qriswell J. Quero
Artículo originalmente publicado por pildorasdefe.net

San Juan de Avila – 10 de mayo


«Maestro de la caridad, doctor de la Iglesia y patrón del clero secular español. Influyó en la conversión de san Juan de Dios y de san Francisco de Borja. San Antonio María Claret también apreció su excelsa virtud»


San Juan de Ávila

Nació en Almodóvar del Campo, Ciudad Real, España, el 6 de enero de 1499 o 1500. Sus padres eran propietarios de unas minas de plata en Sierra Morena, pero el pequeño Juan no estimaba en nada los recursos que poseía. Formado por ellos en la abnegación y el amor al prójimo, se desprendía de sus pertenencias fácilmente. Así, se deshizo de su sayo nuevo que ofreció a un niño pobre. Fue enviado a estudiar a Salamanca cuando tenía 14 años. Y a los 18 regresó al domicilio paterno después de haber cursado leyes, con el reducto espiritual que le dejó una experiencia de conversión. Vivió en oración y penitencia hasta que en 1520, alentado por un franciscano, partió a Alcalá de Henares para seguir estudios. Tomó contacto con el que luego sería arzobispo de Granada, Pedro Guerrero, y con el venerable Fernando de Contreras. Seguramente conoció allí a san Ignacio de Loyola. Entre tanto, perdió a sus padres. En honor a ellos, cuando en 1526 fue ordenado sacerdote eligió su ciudad natal para decir su primera misa poniendo el signo de invitar a doce pobres a comer a su mesa, entre los cuales repartió sus bienes; comenzó la evangelización en su propio pueblo.
Su siguiente etapa fue Sevilla, desde cuyo puerto pensaba embarcar rumbo a América junto al recién elegido obispo de Tlaxcala, Nueva España. Los planes de la Providencia eran otros. En el compás de espera compartió sus ansias de pobreza, oración y sacrificio con el padre Contreras. Ambos asistían a los pobres y les instruían en la fe. A través de este compañero, la brújula marcó al santo otro destino para su vida. Contreras le habló de él a monseñor Manrique, arzobispo de Sevilla, y éste pidió a Juan que predicara en su presencia. Estuvo toda la noche orando ante el crucifijo, lleno de gran timidez. Según confesó después, en esos momentos pensaba en la vergüenza que Cristo pasó desnudo en la cruz. El sermón causó tal impresión que le llenaron de alabanzas, y él respondió: «Eso mismo me decía el demonio al subir al púlpito». De allí partió a Écija, Sevilla y Cádiz, lugares en los que su predicación y labor como director espiritual siguieron siendo excepcionales.
Sus acciones le acarrearon persecuciones y enemistades. En 1531 fue procesado por la Inquisición siendo acusado de graves hechos que no cometió. Pasó un año en la cárcel sin aceptar defensa alguna porque –así lo reconocía–, estaba en las mejores manos: las de Dios. La celda fue lugar de celestiales consuelos. En el juicio respondió a los cargos que se le imputaban dando testimonio de su fe, sin reprobar a los cinco testigos de la acusación. De pronto aparecieron 55 que testificaron a favor suyo. En prisión escribió Audi, Filia. Este periodo le enseñó mucho más que los libros y experiencias anteriores. Fue liberado, pero la injusta sentencia señalaba «haber proferido en sus sermones y fuera de ellos algunas proposiciones que no parecieron bien sonantes». Y le impusieron, bajo pena de excomunión, que las declarase convenientemente donde las hubiera expuesto.
En 1535 partió a Córdoba llamado por el obispo Álvarez de Toledo. Entonces conoció a fray Luís de Granada. Creó los colegios de san Pelagio y de la Asunción, y un año más tarde se fue a Granada para ayudar al arzobispo en la fundación de la universidad. Allí le oyeron predicar san Juan de Dios y san Francisco de Borja; el influjo de sus palabras cambió radicalmente sus vidas. Tenía gran devoción por el Santísimo Sacramento y por la Virgen. Y sabiendo de su capacidad persuasiva, un día le pidieron que abogase a favor de un templo dedicado a María que se estaba construyendo. Se ofreció él mismo de inmediato: «Yo iré allí, y tomaré una piedra sobre mis hombros para ponerla en la casa que se edifica a honra de la Madre de Dios». Desde luego, como esperaban, movió la generosidad de la gente. Hasta los pobres respondieron a sus peticiones con sus mermadas pertenencias. La clave de su fuerza en los sermones se hallaba en el «amar mucho a Dios». Oración, sacrificio y estudio eran sus pilares. A su espíritu de pobreza unía paciencia, modestia, prudencia, abnegación, discreción; hacía de la frugalidad virtud ejemplar dando testimonio con su propia vida de lo que predicaba. Renunció a dignidades cardenalicias y episcopales.
Formó en Granada un grupo sacerdotal en 1537, que tuvo bajo su amparo, y en 1539 ayudó a la fundación de la universidad de Baeza, Jaén. Gran escritor y predicador, su amor por el sacerdocio le llevó a pedir la creación de seminarios para una verdadera reforma de la Iglesia y del clero. En 1551 enfermó y tuvo que permanecer en la localidad cordobesa de Montilla. Durante quince años siguió escribiendo y aconsejando a personas de toda clase, edad, condición y procedencia. Estuvo relacionado con san Ignacio de Loyola y santa Teresa de Jesús, quien le dio a examinar el «Libro de su vida», y causó gran influjo en san Antonio María Claret. En mayo de 1569 su salud, que ya venía lesionada de atrás, empeoró. En medio del dolor, exclamaba: «Señor mío, crezca el dolor, y crezca el amor, que yo me deleito en el padecer por Vos» o «¡Señor, más mal, y más paciencia!». Esa era su disposición. Pero cuando le vencía le debilidad, manifestaba: «¡Ah, Señor, que no puedo!». Incluso una noche en la que arreciaron los dolores pidió a Dios que los erradicara, y así sucedió. A la mañana siguiente reconoció: «¡Qué bofetada me ha dado Nuestro Señor esta noche!».
Pronto a partir de este mundo, no hallaba mayor consuelo que la recepción de la Eucaristía. «¡Denme a mi Señor, denme a mi Señor!», suplicaba. En los postreros instantes, en medio de intensísimo dolor y fatiga que le hacía proferir: «Bueno está ya, Señor, bueno está», no cesaba de recitar esta jaculatoria: «Jesús, María; Jesús, María». Murió el 10 de mayo de 1569. León XIII lo beatificó el 4 de abril de 1894. Pío XII lo designó patrono del clero secular español el 2 de julio de 1946. Pablo VI lo canonizó el 31 de mayo de 1970. Y el 7 de octubre de 2012 Benedicto XVI lo declaró doctor de la Iglesia.

Séptimo Día de la Novena a la Virgen de Fátima


Ofrecimiento para todos los días
¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.
¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con que El es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.
Oración preparatoria
Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.
Oración de este día
¡Oh santísima Virgen María, Reina del purgatorio!, que enseñaste a los pastorcitos de Fátima a rogar a Dios por las almas del purgatorio, especialmente por las más abandonadas. Encomendamos a la inagotable ternura de vuestro maternal Corazón todas las almas que padecen en aquel lugar de purificación, en particular las de todos nuestros allegados y familiares y las más abandonadas y necesitadas; alíviales sus penas y llévalas pronto a la región de la luz y de la paz, para cantar allí perpetuamente vuestras misericordias.
Oración final
¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Miércoles de la cuarta semana de Pascua


Libro de los Hechos de los Apóstoles 12,24-25.13,1-5a. 

Mientras tanto, la Palabra de Dios se difundía incesantemente.
Bernabé y Saulo, una vez cumplida su misión, volvieron de Jerusalén a Antioquía, llevando consigo a Juan, llamado Marcos.
En la Iglesia de Antioquía había profetas y doctores, entre los cuales estaban Bernabé y Simeón, llamado el Negro, Lucio de Cirene, Manahén, amigo de infancia del tetrarca Herodes, y Saulo.
Un día, mientras celebraban el culto del Señor y ayunaban, el Espíritu Santo les dijo: "Resérvenme a Saulo y a Bernabé para la obra a la cual los he llamado".
Ellos, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.
Saulo y Bernabé, enviados por el Espíritu Santo, fueron a Seleucia y de allí se embarcaron para Chipre.
Al llegar a Salamina anunciaron la Palabra de Dios en las sinagogas de los judíos, y Juan colaboraba con ellos.

Salmo 67(66),2-3.5.6.8. 
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
haga brillar su rostro sobre nosotros,
para que en la tierra se reconozca su dominio,
y su victoria entre las naciones.

Que canten de alegría las naciones,
porque gobiernas a los pueblos con justicia
y guías a las naciones de la tierra.

¡Que los pueblos te den gracias, Señor,
que todos los pueblos te den gracias!
Que Dios nos bendiga,
y lo teman todos los confines de la tierra.



Evangelio según San Juan 12,44-50. 
Jesús exclamó: "El que cree en mí, en realidad no cree en mí, sino en aquel que me envió.
Y el que me ve, ve al que me envió.
Yo soy la luz, y he venido al mundo para que todo el que crea en mí no permanezca en las tinieblas.
Al que escucha mis palabras y no las cumple, yo no lo juzgo, porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvarlo.
El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he anunciado es la que lo juzgará en el último día.
Porque yo no hablé por mí mismo: el Padre que me ha enviado me ordenó lo que debía decir y anunciar;
y yo sé que su mandato es Vida eterna. Las palabras que digo, las digo como el Padre me lo ordenó".