viernes, 9 de septiembre de 2016

Papa Francisco: ¿Quieres evangelizar? Hazlo sin palabras, no intentes “convencer” a nadie Homilía hoy en Casa Santa Marta


Pope Francis rides in Papamobile on the streets of Cracow during World Youth Days. 27th of July 2016, Cracow, Poland Photo by Wojciech Grzedzinski
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No reducir la evangelización al funcionalismo, ni a un sencillo “paseo”. Es la llamada de Papa Francisco en la homilía matutina de Santa Marta. El Pontífice ha destacado la importancia que debe asumir el testimonio en la vida de los cristianos, advirtiendo de la tentación de hacer proselitismo o de convencer a fuerza de palabras.
¿Qué significa evangelizar o cómo podemos hacerlo? Francisco parte de la Primera Lectura, una cita de la Carta de San Pablo a los Corintios, para preguntarse sobre qué significa dar testimonio de Cristo.
Antes que nada, el Papa se detiene sobre lo que no quiere decir evangelizar: reducirlo “a una función”.

Evangelizar no es vanidad, ni un funcionalismo
Por desgracia, denunciar el Papa, también hoy se ve a cristianos que viven el servicio como una función. Laicos y sacerdotes que se vanaglorian de lo que hacen: “Esto es orgullo, yo me vanaglorio. Es reducir el Evangelio a una función o a la vanidad: ‘Evangelizo y he llevado a tantos a la Iglesia’. Hacer proselitismo, eso también es vanidad. Evangelizar no es hacer proselitismo. Así que ni reducir el Evangelio a una función, ni hacer proselitismo: esto no es evangelizar. Esto es lo que dice Pablo aquí: ‘Para mí no es vanidad. Para mí es una necesidad’, continúa, ‘que se me impone’. Un cristiano tiene la obligación, pero con esta fuerza, como una necesidad de llevar el nombre de Jesús, pero desde el corazón”.
Anunciar el Evangelio, prosigue, no puede ser por orgullo, sino, como exhorta San Pablo, “una obligación”. Pero ¿cuál es el “estilo” de la evangelización? Se pregunta el Papa. ¿Cómo puedo estar seguro de no estar ‘paseándome’, de no hacer proselitismo y de no reducir la evangelización a un funcionalismo?. El estilo, es la respuesta de Francisco “es hacerse todo a todos”. El estilo es: “ir y compartir la vida de los demás, acompañar, acompañar en el camino de la fe, hacer crecer en el camino de la fe”.
Evangelizar es dar testimonio, sin demasiadas palabras
Debemos ponernos en la condición del otro: “Si él está enfermo, acercarme, no agobiarlo con argumentos”, “ser cercano, asistirlo, ayudarlo”. Se evangeliza, afirma, “con esta actitud de misericordia: hacerse todo a todos. Es el testimonio que trae la Palabra”.
Francisco recordó que, durante la comida que compartió con los jóvenes de la JMJ de Cracovia, un joven le preguntó que podía decirle a un buen amigo suyo ateo: “Es una buena pregunta. Todos nosotros conocemos a gente lejana de la Iglesia: ¿qué podemos decirles? Yo le respondí: ‘Escucha, la última cosa que debes decir es decir algo. Comienza a hacer y él lo verá y te preguntará. Cuando te pregunte, dile”.
“Evangelizar es dar testimonio: Yo vivo así porque creo en Jesucristo: despierto en ti la curiosidad de la pregunta: ‘¿por qué haces estas cosas?’ Porque creo en Jesucristo y anuncio a Jesucristo y no solo la Palabra, se debe anunciar con la Palabra, pero también con la vida”.
Esto es evangelizar, dijo, “y esto se hace gratis”, “Porque nosotros recibimos gratis el Evangelio”. “La gracia de la salvación no se compra, ni se vende: es gratis”. “Gratis debemos darla”.
Anunciar a Cristo es vivir gratuitamente el amor de Dios
Así ha recordado la figura de San Padreo Claver, al que celebramos hoy. Un misionero, destacó, que “se fue a anunciar el Evangelio”. Quizás, comentó, “él pensaba que su futuro era predicar: pero el Señor le pidió que fuera cercano a los ‘descartados’ de su época, a los esclavos, a los negros, que llegaban de África, para ser vendidos”.
“Este hombre no se dio un paseo, diciendo que evangelizaba, no redujo la evangelización a un funcionalismo o proselitismo: anunció a Jesucristo con los gestos, hablando a los esclavos, viviendo con ellos, ¡viviendo como ellos! Y como él en la Iglesia hay muchos. Tantos que se anulan para anunciar a Jesucristo. También todos nosotros, hermanos y hermanas, tenemos la obligación de evangelizar, que no es llamar a la puerta del vecino y decir: “¡Cristo ha resucitado!”. Es vivir la fe,, es hablar con humildad, con amor, sin pretender convencer a nadie, sino gratuitamente. Es dar gratis lo que Dios me ha dado gratis: esto es evangelizar”.

¿De qué está hecho el amor verdadero? El amor es inexplicable, porque ¡es tan sencillo!

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La artista coreana Puuung nos da su visión sobre el verdadero amor. Y lo que está diciendo, básicamente, es que el amor está en las pequeñas cosas de la vida y en el placer de compartir las pequeñas cosas del día a día con la persona que amamos. Es compartir la alegría y el dolor sea pequeño o grande, sorprendiéndose el uno al otro en los pequeños e inesperados gestos de amor. Para Puuung, este amor es inexplicable, porque ¡es tan sencillo!
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Viernes de la vigésima tercera semana del tiempo ordinario


Carta I de San Pablo a los Corintios 9,16-19.22b-27. 

Hermanos:
Si anuncio el Evangelio, no lo hago para gloriarme: al contrario, es para mí una necesidad imperiosa. ¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!
Si yo realizara esta tarea por iniciativa propia, merecería ser recompensado, pero si lo hago por necesidad, quiere decir que se me ha confiado una misión.
¿Cuál es entonces mi recompensa? Predicar gratuitamente la Buena Noticia, renunciando al derecho que esa Buena Noticia me confiere.
En efecto, siendo libre, me hice esclavo de todos, para ganar al mayor número posible.
Me hice todo para todos, para ganar por lo menos a algunos, a cualquier precio.
Y todo esto, por amor a la Buena Noticia, a fin de poder participar de sus bienes.
¿No saben que en el estadio todos corren, pero uno solo gana el premio? Corran, entonces, de manera que lo ganen.
Los atletas se privan de todo, y lo hacen para obtener una corona que se marchita; nosotros, en cambio, por una corona incorruptible.
Así, yo corro, pero no sin saber adónde; peleo, no como el que da golpes en el aire.
Al contrario, castigo mi cuerpo y lo tengo sometido, no sea que, después de haber predicado a los demás, yo mismo quede descalificado.



Salmo 84(83),3.4.5-6.12. 
Mi alma se consume de deseos
por los atrios del Señor;
mi corazón y mi carne claman ansiosos
por el Dios viviente.

Hasta el gorrión encontró una casa,
y la golondrina tiene un nido
donde poner sus pichones,
junto a tus altares, Señor del universo,
mi Rey y mi Dios.

¡Felices los que habitan en tu Casa
y te alaban sin cesar!
¡Felices los que encuentran su fuerza en ti,
al emprender la peregrinación!

Porque el Señor es sol y escudo;
el Señor da la gracia y la gloria,
y no niega sus bienes
a los que proceden con rectitud.





Evangelio según San Lucas 6,39-42. 
Jesús hizo a sus discípulos esta comparación: "¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un pozo?
El discípulo no es superior al maestro; cuando el discípulo llegue a ser perfecto, será como su maestro.
¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo?
¿Cómo puedes decir a tu hermano: 'Hermano, deja que te saque la paja de tu ojo', tú, que no ves la viga que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano."