martes, 31 de julio de 2018

Martes de la decimoséptima semana del tiempo ordinario


Libro de Jeremías 14,17-22. 

Tú les dirás esta palabra: Que mis ojos se deshagan en lágrimas, día y noche, sin cesar, porque la virgen hija de mi pueblo ha sufrido un gran quebranto, una llaga incurable.
Si salgo al campo abierto, veo las víctimas de la espada; si entro en la ciudad, veo los sufrimientos del hambre. Sí, hasta el profeta y el sacerdote recorren el país y no logran comprender.
¿Has rechazado del todo a Judá? ¿Estás disgustado con Sión? ¿Por qué nos has herido sin remedio? Se esperaba la paz, ¡y no hay nada bueno...! el tiempo de la curación, ¡y sobrevino el espanto!
Reconocemos, Señor, nuestra maldad, la iniquidad de nuestros padres, porque hemos pecado contra ti.
A causa de tu Nombre, no desprecies, no envilezcas el trono de tu Gloria: ¡acuérdate, no rompas tu Alianza con nosotros!
Entre los ídolos de las naciones, ¿hay alguien que haga llover? ¿Es el cielo el que envía los chaparrones? ¿No eres tú, Señor, nuestro Dios? Nosotros esperamos en ti, porque eres tú el que has hecho todo esto.

Salmo 79(78),8.9.11.13. 
No recuerdes para nuestro mal
las culpas de otros tiempos;
compadécete pronto de nosotros,
porque estamos totalmente abatidos.

Ayúdanos, Dios salvador nuestro,
por el honor de tu Nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados,
a causa de tu Nombre.

Llegue hasta tu presencia el lamento de los cautivos,
preserva con tu brazo poderoso
a los que están condenados a muerte.
Y nosotros, que somos tu pueblo

y las ovejas de tu rebaño,
te daremos gracias para siempre,
y cantaremos tus alabanzas
por todas las generaciones.


Evangelio según San Mateo 13,36-43. 
Entonces, dejando a la multitud, Jesús regresó a la casa; sus discípulos se acercaron y le dijeron: "Explícanos la parábola de la cizaña en el campo".
El les respondió: "El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre;
el campo es el mundo; la buena semilla son los que pertenecen al Reino; la cizaña son los que pertenecen al Maligno,
y el enemigo que la siembra es el demonio; la cosecha es el fin del mundo y los cosechadores son los ángeles.
Así como se arranca la cizaña y se la quema en el fuego, de la misma manera sucederá al fin del mundo.
El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y estos quitarán de su Reino todos los escándalos y a los que hicieron el mal,
y los arrojarán en el horno ardiente: allí habrá llanto y rechinar de dientes.
Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre. ¡El que tenga oídos, que oiga!" 

lunes, 30 de julio de 2018

Lunes de la decimoséptima semana del tiempo ordinario

Libro de Jeremías 13,1-11. 
Así me habló el Señor: "Ve a comprarte una faja de lino; te la ajustarás a la cintura, pero no la meterás en el agua".
Yo compré la faja, conforme a la palabra del Señor, y me la ajusté a la cintura.
La palabra del Señor me llegó por segunda vez, en estos términos:
"Toma la faja que habías comprado y que llevas puesta a la cintura. Ve en seguida a Perat y escóndela allí en la hendidura de una roca".
Yo fui a esconderla en Perat, como el Señor me lo había ordenado.
Al cabo de muchos días, el Señor me dijo: "Ve enseguida a Perat y recoge la faja que yo te mandé esconder allí".
Yo fui a Perat, cavé y recogí la faja del lugar donde la había escondido: la faja estaba estropeada, no servía para nada.
Entonces la palabra del Señor me llegó en estos términos:
Así habla el Señor: De esa misma manera destruiré el orgullo de Judá y el gran orgullo de Jerusalén.
Este pueblo malvado, que se niega a escuchar mis palabras, que sigue los impulsos de su corazón obstinado, que va detrás de otros dioses para servirlos y postrarse delante de ellos, será como esta faja que ya no sirve para nada.
Porque así como la faja se adhiere a la cintura del hombre, así yo me había adherido a toda la casa de Israel y a toda la casa de Judá -oráculo del Señor- para que ellos fueran mi pueblo, ni renombre, mi honor y mi gloria. ¡Pero no han escuchado!

Deuteronomio 32,18-19.20.21. 
Despreciaste a la Roca que te engendró,
olvidaste al Dios que te hizo nacer.
Al ver esto, el Señor se indignó
y desechó a sus hijos y a sus hijas.

Entonces dijo: Les ocultaré mi rostro,
para ver en qué terminan.
Porque son una generación perversa,
hijos faltos de lealtad.

Provocaron mis celos con algo que no es Dios,
me irritaron con sus ídolos vanos;
yo provocaré sus celos con algo que no es un pueblo,
los irritaré con una nación insensata.


Evangelio según San Mateo 13,31-35. 
Jesús propuso a la gente otra parábola:
"El Reino de los Cielos se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su campo.
En realidad, esta es la más pequeña de las semillas, pero cuando crece es la más grande de las hortalizas y se convierte en un arbusto, de tal manera que los pájaros del cielo van a cobijarse en sus ramas".
Después les dijo esta otra parábola: "El Reino de los Cielos se parece a un poco de levadura que una mujer mezcla con gran cantidad de harina, hasta que fermenta toda la masa".
Todo esto lo decía Jesús a la muchedumbre por medio de parábolas, y no les hablaba sin parábolas,
para que se cumpliera lo anunciado por el Profeta: Hablaré en parábolas, anunciaré cosas que estaban ocultas desde la creación del mundo. 

domingo, 29 de julio de 2018

Decimoséptimo Domingo del tiempo ordinario


Decimoséptimo Domingo del tiempo ordinario


Segundo Libro de los Reyes 4,42-44. 
Llegó un hombre de Baal Salisá, trayendo al hombre de Dios pan de los primeros frutos: veinte panes de cebada y grano recién cortado, en una alforja. Eliseo dijo: "Dáselo a la gente para que coman".
Pero su servidor respondió: "¿Cómo voy a servir esto a cien personas?". "Dáselo a la gente para que coman, replicó él, porque así habla el Señor: Comerán y sobrará".
El servidor se lo sirvió: todos comieron y sobró, conforme a la palabra del Señor.

Salmo 145(144),10-11.15-16.17-18. 
Que todas tus obras te den gracias, Señor,
y tus fieles te bendigan;
que anuncien la gloria de tu reino
y proclamen tu poder.

Los ojos de todos esperan en ti,
y tú les das la comida a su tiempo;
abres tu mano y colmas de favores
a todos los vivientes.

El Señor es justo en todos sus caminos
y bondadoso en todas sus acciones;
está cerca de aquellos que lo invocan,
de aquellos que lo invocan de verdad.


Carta de San Pablo a los Efesios 4,1-6. 
Hermanos:
Yo, que estoy preso por el Señor, los exhorto a comportarse de una manera digna de la vocación que han recibido.
Con mucha humildad, mansedumbre y paciencia, sopórtense mutuamente por amor.
Traten de conservar la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz.
Hay un solo Cuerpo y un solo Espíritu, así como hay una misma esperanza, a la que ustedes han sido llamados, de acuerdo con la vocación recibida.
hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo.
Hay un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, lo penetra todo y está en todos.

Evangelio según San Juan 6,1-15. 
Jesús atravesó el mar de Galilea, llamado Tiberíades.
Lo seguía una gran multitud, al ver los signos que hacía curando a los enfermos.
Jesús subió a la montaña y se sentó allí con sus discípulos.
Se acercaba la Pascua, la fiesta de los judíos.
Al levantar los ojos, Jesús vio que una gran multitud acudía a él y dijo a Felipe: "¿Dónde compraremos pan para darles de comer?".
El decía esto para ponerlo a prueba, porque sabía bien lo que iba a hacer.
Felipe le respondió: "Doscientos denarios no bastarían para que cada uno pudiera comer un pedazo de pan".
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo:
"Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?".
Jesús le respondió: "Háganlos sentar". Había mucho pasto en ese lugar. Todos se sentaron y eran uno cinco mil hombres.
Jesús tomó los panes, dio gracias y los distribuyó a los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados, dándoles todo lo que quisieron.
Cuando todos quedaron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos: "Recojan los pedazos que sobran, para que no se pierda nada".
Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos que sobraron de los cinco panes de cebada.
Al ver el signo que Jesús acababa de hacer, la gente decía: "Este es, verdaderamente, el Profeta que debe venir al mundo".
Jesús, sabiendo que querían apoderarse de él para hacerlo rey, se retiró otra vez solo a la montaña. 

sábado, 28 de julio de 2018

Sábado de la decimosexta semana del tiempo ordinario

Libro de Jeremías 7,1-11. 
Palabra que llegó a Jeremías de parte del Señor, en estos términos:
«Párate a la puerta de la Casa del Señor, y proclama allí esta palabra. Tu dirás: Escuchen la palabra del Señor, todos ustedes, hombres de Judá que entran por estas puertas para postrarse delante del Señor.
Así habla el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Enmienden su conducta y sus acciones, y yo haré que ustedes habiten en este lugar.
No se fíen de estas palabras ilusorias: "¡Aquí está el Templo del Señor, el Templo del Señor, el Templo del Señor!".
Pero si ustedes enmiendan realmente su conducta y sus acciones, si de veras se hacen justicia unos a otros,
si no oprimen al extranjero, al huérfano y a la viuda, si no derraman en este lugar sangre inocente, si no van detrás de otros dioses para desgracia de ustedes mismos,
entonces yo haré que ustedes habiten en este lugar, en el país que he dado a sus padres desde siempre y para siempre.
¡Pero ustedes se fían de palabras ilusorias, que no sirven para nada!
¡Robar, matar, cometer adulterio, jurar en falso, quemar incienso a Baal, ir detrás de otros dioses que ustedes no conocían!
Y después vienen a presentarse delante de mí en esta Casa que es llamada con mi Nombre, y dicen: "¡Estamos salvados!", a fin de seguir cometiendo todas estas abominaciones.
¿Piensan acaso que es una cueva de ladrones esta Casa que es llamada con mi Nombre? Pero yo también veo claro -oráculo del Señor-.»

Salmo 84(83),3.4.5-6a.8a.11. 
Mi alma se consume de deseos
por los atrios del Señor;
mi corazón y mi carne claman ansiosos
por el Dios viviente.

Hasta el gorrión encontró una casa,
y la golondrina tiene un nido
donde poner sus pichones,
junto a tus altares, Señor del universo,
mi Rey y mi Dios.

¡Felices los que habitan en tu Casa
y te alaban sin cesar!
¡Felices los que encuentran su fuerza en ti!
Ellos avanzan con vigor siempre creciente.

Vale más un día en tus atrios
que mil en otra parte;
yo prefiero el umbral de la Casa de mi Dios
antes que vivir entre malvados.



Evangelio según San Mateo 13,24-30. 

Jesús propuso a la gente otra parábola:
"El Reino de los Cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo;
pero mientras todos dormían vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo y se fue.
Cuando creció el trigo y aparecieron las espigas, también apareció la cizaña.
Los peones fueron a ver entonces al propietario y le dijeron: 'Señor, ¿no habías sembrado buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que ahora hay cizaña en él?'.
El les respondió: 'Esto lo ha hecho algún enemigo'. Los peones replicaron: '¿Quieres que vayamos a arrancarla?'.
'No, les dijo el dueño, porque al arrancar la cizaña, corren el peligro de arrancar también el trigo.
Dejen que crezcan juntos hasta la cosecha, y entonces diré a los cosechadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla, y luego recojan el trigo en mi granero'". 

viernes, 27 de julio de 2018

Viernes de la decimosexta semana del tiempo ordinario


Libro de Jeremías 3,14-17. 

¡Vuelvan, hijos apóstatas -oráculo del Señor- porque yo soy el dueño de ustedes! Yo los tomaré, a uno de una ciudad y a dos de una familia, y los conduciré a Sión.
Después les daré pastores según mi corazón, que los apacentarán con ciencia y prudencia.
Y cuando ustedes se hayan multiplicado y fructificado en el país, en aquellos días -oráculo del Señor- ya no se hablará más del Arca de la Alianza del Señor, ni se pensará más en ella; no se la recordará, ni se la echará de menos, ni se la volverá a fabricar.
En aquel tiempo, se llamará a Jerusalén "Trono del Señor"; todas las naciones se reunirán en ella, y ya no seguirán más los impulsos de su corazón obstinado y perverso.

Libro de Jeremías 31,10.11-12ab.13. 
¡Escuchen, naciones, la palabra del Señor,
anúncienla en las costas más lejanas!
Digan: «El que dispersó a Israel lo reunirá,
y lo cuidará como un pastor a su rebaño.»

Porque el Señor ha rescatado a Jacob,
lo redimió de una mano más fuerte que él.
Llegarán gritando de alegría a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor.

Entonces la joven danzará alegremente,
los jóvenes y los viejos se regocijarán;
yo cambiaré su duelo en alegría,
los alegraré y los consolaré de su aflicción.



Evangelio según San Mateo 13,18-23. 
Escuchen, entonces, lo que significa la parábola del sembrador.
Cuando alguien oye la Palabra del Reino y no la comprende, viene el Maligno y arrebata lo que había sido sembrado en su corazón: este es el que recibió la semilla al borde del camino.
El que la recibe en terreno pedregoso es el hombre que, al escuchar la Palabra, la acepta en seguida con alegría,
pero no la deja echar raíces, porque es inconstante: en cuanto sobreviene una tribulación o una persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumbe.
El que recibe la semilla entre espinas es el hombre que escucha la Palabra, pero las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas la ahogan, y no puede dar fruto.
Y el que la recibe en tierra fértil es el hombre que escucha la Palabra y la comprende. Este produce fruto, ya sea cien, ya sesenta, ya treinta por uno". 

jueves, 26 de julio de 2018

5 razones por las que Satán ama la pornografía. Y ninguna es el sexo


Se podría decir que es su mayor pasión

Cada año en mi clase de Cristianismo y Medios de comunicación en la universidad Benedictine College hablamos de pornografía: el gigante mediático del siglo XXI.
Y todos los años el problema de la pornografía empeora. Lo último: los dos servicios más populares de streaming de vídeos en línea incluyen programas de gran difusión que simpatizan con la pornografía: un documental y un biopic.
No he visto (ni veré) ninguno, pero después de hablar hace poco con unos exorcistas (tras haber escrito sobre ellos) me he dado cuenta de algo relacionado con este fenómeno: Satán es el mayor entusiasta de la pornografía.
¿Por qué?

Primero, Satán adora la pornografía porque odia la libertad.

Cuando renovamos nuestra promesa bautismal, la Iglesia pregunta: “¿Renuncias a Satán para vivir en la libertad de los hijos de Dios?”.
Consumir pornografía es decir: “No renuncio”. La pornografía milita contra la libertad. La ciencia al respecto es por todos sabida: El cerebro humano, cuando se excita con imágenes eróticas, descarga sustancias químicas en el flujo sanguíneo que pisan a fondo el acelerador del espectador para entrar en modo “dame más”. La ociosa curiosidad online se convierte rápidamente en una obsesión adictiva.
Las incursiones con la pornografía son como abrir una ventana en un avión presurizado a gran altitud. Tira de ti y te escupe al vacío.
Lo mismo sucede con las mujeres que participan en la industria del porno. Las mujeres que aspiran a carreras de modelo o que buscan una breve inyección de dinero en tiempos difíciles se ven envueltas rápidamente en las garras de una industria degradante, con imágenes de sí mismas cuya eterna difusión en Internet lamentarán siempre.
Un reciente fraude en la pornografía en Estados Unidos [en el que un hombre engañaba a mujeres para mantener relaciones con ellas y grabarlas diciéndoles que era una selección para una película pornográfica; N. del T.] no es muy diferente de lo que sucede con las actrices de porno “legítimo”: atraídas por el dinero, quedan atrapadas en la trampa de unos hombres que solo quieren utilizarlas.
Lo cual conduce a la segunda razón por la que a Satán le apasiona la pornografía: es la estructura definitiva del pecado.
Cuando mentimos o engañamos o robamos, cometemos un pecado que nos implica solo a nosotros individualmente. Cuando involucramos a otros en nuestro pecado, es mucho peor. Así que, ¿qué sucede con un pecado que ayuda a crear, perpetuar y sobrealimentar los sindicatos internacionales del pecado?
Utilizar pornografía desata un torbellino de pecado que Satán utiliza para arrastrar a grupos enteros de personas a su guarida: actores y actrices, programadores, vendedores, espectadores inconscientes…

Tercero: a Satán le encanta desfigurar la imagen de Dios.

El objetivo último de Satán no somos nosotros, sino Dios. No puede tocar a Dios, pero como todos fuimos hechos a Su imagen y semejanza, somos su segunda mejor opción.
Si entendiéramos la infinita inmensidad de nuestras almas y lo hermosas que como reflejo de la Trinidad, temblaríamos de responsabilidad. Satán sí lo entiende y se lanza a cada oportunidad de destrozar esa imagen. De hecho:

Cuarto: a los demonios les encanta hacer que los seres humanos parezcan animales.

En el capítulo 12 del Apocalipsis, la visión de una mujer —un ser humano de carne y hueso— vestida con el sol y coronada de estrellas es la que enfurece a los ángeles insubordinados.
Los demonios, criaturas de espíritu puro, no pueden tolerar a una criatura material creada superior a ellos. La simple idea les repugna. Así que disfrutan mostrando lo repugnantes que pueden llegar a ser esas criaturas humanas.
Un exorcista me describió cómo a menudo las víctimas de posesión imitan a los animales, gruñendo o arqueando la espalda. Los demonios no poseen a más personas porque nosotros mismos les hacemos el trabajo: escogemos imitar a los animales por voluntad propia.

Quinto, el diablo adora destruir la inocencia de los niños.

Cuando los apóstoles discuten sobre quién es el más grande en el Reino de los Cielos, en el capítulo 18 de Mateo, Jesús coloca a un niño en medio de todos. Luego, unos versículos más adelante, añade que cualquiera que haga pecar a un niño estaría mejor arrojado al mar con una piedra de moler atada al cuello.
Los demonios ya han elegido la piedra. Ahora quieren provocar el pecado en tantos niños como sea posible.
Junto con el aborto, la historia condenará con más gravedad nuestros tiempos, opino, por nuestra negativa a proteger a los niños ante la pornografía. Incluso un famoso actor porno muestra su repugnancia ante la facilidad con que los niños acceden la pornografía.
La razón de nuestro fracaso aquí es obvia: los adultos quieren acceso anónimo y fácil a la pornografía. Nos importa más proteger ese acceso que proteger a nuestros hijos.

Los demonios son como insectos depredadores.

Tienen la mente en una única cosa: penetrar en vuestras almas y volveros contra Dios. Consumir pornografía es como abrir su colmena justo aquí delante de vuestras caras, en el escritorio de vuestras casas.

Jueves de la decimosexta semana del tiempo ordinario


Libro de Jeremías 2,1-3.7-8.12-13. 

La palabra del Señor llegó a mí en estos términos:
«Ve a gritar a los oídos de Jerusalén: Así habla el Señor: Recuerdo muy bien la fidelidad de tu juventud, el amor de tus desposorios, cuando me seguías por el desierto, por una tierra sin cultivar.
Israel era algo sagrado para el Señor, las primicias de tu cosecha: todos los que comían de él se hacían culpables, les sobrevenía una desgracia -oráculo del Señor-
Yo los hice entrar en un país de vergeles, para que comieran de sus frutos y sus bienes; pero ustedes entraron y contaminaron mi país e hicieron de mi herencia una abominación.
Los sacerdotes no preguntaron: "¿Dónde está el Señor?", los depositarios de la Ley no me conocieron, los pastores se rebelaron contra mí, los profetas profetizaron en nombre de Baal y fueron detrás de los que no sirven de nada.
¡Espántense de esto, cielos, horrorícense y queden paralizados! -oráculo del Señor-.
Por que mi pueblo ha cometido dos maldades: me abandonaron a mí, la fuente de agua viva, para cavarse cisternas, cisternas agrietadas, que no retienen el agua.»

Salmo 36(35),6-7ab.8-9.10-11. 
Tu misericordia, Señor, llega hasta el cielo,
tu fidelidad hasta las nubes.
Tu justicia es como las altas montañas,
tus juicios, como un océano inmenso.

¡Qué inapreciable es tu misericordia, Señor!
Por eso los hombres se refugian
a la sombra de tus alas.
Se sacian con la abundancia de tu casa,
les das de beber del torrente de tus delicias.

En ti está la fuente de la vida,
y por tu luz vemos la luz.
Extiende tu gracia sobre los que te reconocen,
y tu justicia sobre los rectos de corazón.



Evangelio según San Mateo 13,10-17. 
En aquel tiempo, los discípulos se acercaron y le dijeron: "¿Por qué les hablas por medio de parábolas?".
El les respondió: "A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no.
Porque a quien tiene, se le dará más todavía y tendrá en abundancia, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene.
Por eso les hablo por medio de parábolas: porque miran y no ven, oyen y no escuchan ni entienden.
Y así se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice: Por más que oigan, no comprenderán, por más que vean, no conocerán,
Porque el corazón de este pueblo se ha endurecido, tienen tapados sus oídos y han cerrado sus ojos, para que sus ojos no vean, y sus oídos no oigan, y su corazón no comprenda, y no se conviertan, y yo no los cure.
Felices, en cambio, los ojos de ustedes, porque ven; felices sus oídos, porque oyen.
Les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron; oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron." 

miércoles, 25 de julio de 2018

Fiesta de Santiago, apóstol


Carta II de San Pablo a los Corintios 4,7-15. 

Hermanos:
Nosotros llevamos un tesoro en recipientes de barro, para que se vea bien que este poder extraordinario no procede de nosotros, sino de Dios.
Estamos atribulados por todas partes, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados;
perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados.
Siempre y a todas partes, llevamos en nuestro cuerpo los sufrimientos de la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.
Y así aunque vivimos, estamos siempre enfrentando a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.
De esa manera, la muerte hace su obra en nosotros, y en ustedes, la vida.
Pero teniendo ese mismo espíritu de fe, del que dice la Escritura: Creí, y por eso hablé, también nosotros creemos, y por lo tanto, hablamos.
Y nosotros sabemos que aquel que resucitó al Señor Jesús nos resucitará con él y nos reunirá a su lado junto con ustedes.
Todo esto es por ustedes: para que al abundar la gracia, abunde también el número de los que participan en la acción de gracias para gloria de Dios.

Salmo 126(125),1-2ab.2cd-3.4-5.6. 
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía que soñábamos:
nuestra boca se llenó de risas
y nuestros labios, de canciones.

Hasta los mismos paganos decían:
“¡El Señor hizo por ellos grandes cosas!”.
¡Grandes cosas hizo el Señor por nosotros
y estamos rebosantes de alegría!

¡Cambia, Señor, nuestra suerte
como los torrentes del Négueb!
Los que siembran entre lágrimas
cosecharán entre canciones.

El sembrador va llorando
cuando esparce la semilla,
pero vuelve cantando
cuando trae las gavillas.


Evangelio según San Mateo 20,20-28. 
La madre de los hijos de Zebedeo se acercó a Jesús, junto con sus hijos, y se postró ante él para pedirle algo.
"¿Qué quieres?", le preguntó Jesús. Ella le dijo: "Manda que mis dos hijos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda".
"No saben lo que piden", respondió Jesús. "¿Pueden beber el cáliz que yo beberé?". "Podemos", le respondieron.
"Está bien, les dijo Jesús, ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha destinado mi Padre".
Al oír esto, los otros diez se indignaron contra los dos hermanos.
Pero Jesús los llamó y les dijo: "Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad.
Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes;
y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo:
como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud". 

martes, 24 de julio de 2018

Las tres reglas fundamentales para los lectores en la misa

El liturgista italiano Enrico Finotti responde a una lectora de Aleteia

Un lector escribe: “Quisiera saber si hay indicaciones precisas dictadas por el magisterio o simplemente por la tradición que expliquen cómo se debe comportar un lector durante la misa. Las lecturas del día y los salmos no deben ser leídos, sino anunciados. ¿Podrían hacer un pequeño elenco de los “errores” más comunes? Por ejemplo, a veces oigo decir como conclusión de una lectura “Es palabra de Dios” en lugar de “palabra de Dios”. Y también, hay quien pone mucho énfasis en leer, a menudo cambiando fuertemente el tono de voz en los diálogos directos…. Hay quien levanta la mirada a los bancos y quien en cambio nunca alza los ojos y los tiene fijos en el texto. Gracias”.
El liturgista Enrico Finotti explica: “La Palabra de Dios en la celebración litúrgica debe ser proclamada con sencillez y autenticidad. El lector, en resumen, debe ser él mismo y proclamar la Palabra sin artificios inútiles. De hecho, una regla importante para la dignidad misma de la liturgia es la de la verdad del signo, que afecta a todo: los ministros, los símbolos, los gestos, los ornamentos y el ambiente”.
Dicho esto, prosigue Finotti, “es también necesario solicitar la formación del lector, que se extiende a tres aspectos fundamentales”.

1. La formación bíblico-litúrgica

“El lector debe tener al menos un conocimiento mínimo de la Sagrada Escritura: estructura, composición, número y nombre de los libros sagrados del Antiguo y Nuevo Testamento, sus principales géneros literarios (histórico, poético, profético, sapiencial, etc.). Quien sube al ambón debe saberlo que va a hacer y qué tipo de texto va a proclamar.
Además, debe tener una suficiente preparación litúrgica, distinguiendo los ritos y sus partes y sabiendo el significado del propio papel ministerial en el contexto de la liturgia de la palabra.
Al lector corresponde no sólo la proclamación de las lecturas bíblicas, sino también la de las intenciones de la oración universal y otras partes que le son señaladas en los diversos ritos litúrgicos”.
2. La preparación técnica
El lector debe saber cómo acceder y estar en el ambón, cómo usar el micrófono, cómo usar el leccionario, cómo pronunciar los diversos nombres y términos bíblicos, de qué modo proclamar los textos, evitando una lectura apagada o demasiado enfática.
Debe tener clara conciencia de que ejerce un ministerio público ante la asamblea litúrgica: su proclamación por tanto debe ser oída por todos.
El Verbum Domini con el que termina cada lectura no es una constatación (Esta es la Palabra de Dios), sino una aclamación llena de asombro, que debe suscitar la respuesta agradecida de toda la asamblea (Deo gratias).

3. La formación espiritual

La Iglesia no encarga a actores externos el anuncio de la Palabra de Dios, sino que confía este ministerio a sus fieles, en cuanto que todo servicio a la Iglesia debe proceder de la fe y alimentarla.
El lector, por tanto, debe procurar cuidar la vida interior de la Gracia y predisponerse con espíritu de oración y mirada de fe.
Esta dimensión edifica al pueblo cristiano, que ve en el lector un testigo de la Palabra que proclama. Esta, aunque es eficaz por sí misma, adquiere también, de la santidad de quien la transmite, un esplendor singular y un misterioso atractivo.
Del cuidado de la propia vida interior del lector, además que del buen sentido, dependen también la propiedad de sus gestos, de su mirada, del vestido y del peinado.
El ministerio del lector implica una vida pública conforme a los mandamientos de Dios y las leyes de la Iglesia.

Leer en misa es un honor, no un derecho

Esta triple preparación, precisa el liturgista, “debería constituir una iniciación previa a la asunción de los lectores, pero después debería seguir siendo permanente, para que no se relajen las costumbres. Esto vale para los ministros de cualquier grado y orden.
Será finalmente muy útil para él mismo y para la comunidad que todo lector tenga el valor de verificar si siguen estando en él todas estas cualidades, y si disminuyeran, saber renunciar con honradez.
Realizar este ministerio es ciertamente un “honor” y en la Iglesia siempre se ha considerado así. Sin embargo, concluye, no se puede acceder a él a toda cosa, ni debe ser considerado un derecho, sino un servicio en pro de la asamblea litúrgica, que no puede ser ejercido sin las debidas habilitaciones, por el honor de Dios, el respeto a Su pueblo y la eficacia misma de la liturgia.

4 maneras de mantener alejado al diablo


No sólo evitarán que el diablo tenga poder sobre ti, estarás sobre el camino de la santidad

Después de un exorcismo, ¿cómo evita la persona que regrese el diablo? En los Evangelios hay una historia que describe cómo una persona que había sido exorcizada, luego recibió la visita de toda una horda de demonios que intentaban reintroducirse de una forma más contundente (cf. Mt 12:43-45). El rito del exorcismo únicamente expulsa a los demonios de una persona; no evita que regresen.
Para poder asegurar que no vuelve el diablo, los exorcistas recomiendan cuatro hábitos que mantendrán el alma del creyente en paz y en las manos de Dios:
1  Frecuentar los sacramentos de la confesión y la Eucaristía
La forma más común de que un demonio entre en la vida de alguien es a través de un estado habitual de pecado mortal.
Cuanto más nos divorciemos de Dios a través del pecado, tanto más susceptibles seremos a los ataques de un demonio. Incluso los pecados veniales pueden socavar nuestra relación con Dios y exponernos a los avances del enemigo.
La confesión de los pecados es, por tanto, la vía principal de que disponemos para poner fin a nuestra vida de pecado y comenzar un nuevo camino.
No es ninguna coincidencia que el demonio intentara sin descanso asustar a Juan María Vianney, el Santo Cura de Ars, para intentar disuadirle de escuchar en confesión a pecadores empedernidos.
Vianney sabía de la llegada de un gran pecador a la ciudad si el demonio le acosaba la noche anterior. La confesión tiene tantísimo poder y gracia que el demonio tiene que huir de esa persona que frecuenta dicho sacramento.
Junto con la confesión, el sacramento de la Sagrada Eucaristía es incluso más poderoso a la hora de alejarnos de la influencia del diablo. Lo que tiene todo el sentido, puesto que la Sagrada Eucaristía es la presencia real de Jesucristo y los demonios no tienen poder alguno ante la presencia del mismísimo Dios.
Sobre todo cuando la Eucaristía es recibida en estado de gracia, tras la confesión, el diablo no tiene más opción que regresar al lugar de donde viniera.
Santo Tomás de Aquino confirmó este hecho en su tratado Summa Theologiae, donde escribió que “[La Eucaristía] es signo de la pasión de Cristo, por la que han sido vencidos los demonios. Por lo que San Juan Crisóstomo dice (…): ‘Volvemos de esa mesa como leones lanzando llamas, convertidos en seres terribles para el mismo diablo’.”.
Una vida de oración constante 
Una persona que frecuenta el sacramento de la confesión y de la Eucaristía debe también respetar una vida de oración diaria y constante. ¡La palabra clave es consistencia! La oración pone a la persona en un estado diario de gracia y de buena relación con Dios.
Alguien que conversa regularmente con Dios nunca debería temer al diablo. Los exorcistas siempre recomiendan a las personas poseídas que cumplan con unos sólidos hábitos espirituales, como lecturas frecuentes de las Escrituras, rezar el rosario y otras oraciones privadas.
Tener un programa diario de oración es muy beneficioso y mantiene a los demonios a raya.
Ayunar
Este consejo viene directamente de los Evangelios, cuando Jesús dijo a sus discípulos, “A esta clase de demonios solamente se la puede expulsar por medio de la oración y el ayuno” (Mc 9:29).
Cada uno de nosotros debe discernir qué tipo de ayuno es el que estamos llamados a practicar.
Los que vivimos en el mundo y tenemos muchas responsabilidades (como nuestras familias), no podemos ayunar tanto hasta el punto de ser negligentes con nuestra propia vocación.
Al mismo tiempo, si queremos mantener alejados a los demonios, debemos plantearnos retos que vayan más allá de renunciar al chocolate en Cuaresma.
Sacramentales
Los exorcistas no sólo usan los sacramentales (el rito del exorcismo es un sacramental) sino que también aconsejan a las personas poseídas usar frecuentemente los sacramentales.
Son una poderosa arma en la lucha diaria para alejar al diablo y mantenerlo alejado. Los exorcistas recomiendan que sacramentales como la sal bendita o el agua bendita se conserven en el hogar y que incluso se lleven consigo allá donde uno vaya.
Incluso los sacramentales como el escapulario marrón pueden tener un gran poder contra los demonios.
El venerable Francisco Yepes relató cómo un día se le cayó el escapulario. Mientras se lo ponía, el demonio aulló: “¡Quítate el hábito que nos arrebata tantas almas!”.
Si quieres repeler las fuerzas malignas, plantéate seriamente estos cuatro métodos. No sólo evitarás que el diablo tenga poder sobre ti, sino que te pondrás en el camino de convertirte en santo.

Martes de la decimosexta semana del tiempo ordinario


Libro de Miqueas 7,14-15.18-20. 

Apacienta con tu cayado a tu pueblo, al rebaño de tu herencia, al que vive solitario en un bosque, en medio de un vergel. ¡Que sean apacentados en Basán y en Galaad, como en los tiempos antiguos!
Como en los días en que salías de Egipto, muéstranos tus maravillas.
¿Qué dios es como tú, que perdonas la falta y pasas por alto la rebeldía del resto de tu herencia? El no mantiene su ira para siempre, porque ama la fidelidad.
El volverá a compadecerse de nosotros y pisoteará nuestras faltas. Tú arrojarás en lo más profundo del mar todos nuestros pecados.
Manifestarás tu lealtad a Jacob y tu fidelidad a Abraham, como juraste a nuestros padres desde los tiempos remotos.

Salmo 85(84),2-4.5-6.7-8. 
Fuiste propicio, Señor, con tu tierra,
cambiaste la suerte de Jacob;
perdonaste la culpa de tu pueblo,
lo absolviste de todos sus pecados;

reprimiste toda tu indignación
y aplacaste el ardor de tu enojo.
¡Restáuranos, Dios, salvador nuestro;
olvida tu aversión hacia nosotros!

¿Vas a estar enojado para siempre?
¿Mantendrás tu ira eternamente?
¿No volverás a darnos la vida,
para que tu pueblo se alegre en ti?

¡Manifiéstanos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación!

Evangelio según San Mateo 12,46-50. 
Todavía estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de hablar con él.
Alguien le dijo: "Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte".
Jesús le respondió: "¿Quién es mí madre y quiénes son mis hermanos?".
Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: "Estos son mi madre y mis hermanos.
Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre". 

lunes, 23 de julio de 2018

Lunes de la decimosexta semana del tiempo ordinario


Libro de Miqueas 6,1-4.6-8. 

Escuchen lo que dice el Señor:
«¡Levántate, convoca a juicio a las montañas y que las colinas escuchen tu voz!
¡Escuchen, montañas, el pleito del Señor, atiendan, fundamentos de la tierra! Porque el Señor tiene un pleito con su pueblo, entabla un proceso contra Israel;
"¿Qué te hice, pueblo mío, o en qué te molesté? Respóndeme.
¿Será porque te hice subir de Egipto, porque te rescaté de un lugar de esclavitud y envié delante de ti a Moisés, Aarón y Miriam?"»
¿Con qué me presentaré al Señor y me postraré ante el Dios de las alturas? ¿Me presentaré a él con holocaustos, con terneros de un año?
¿Aceptará el Señor miles de carneros, millares de torrentes de aceite? ¿Ofreceré a mi primogénito por mi rebeldía, al fruto de mis entrañas por mi propio pecado?
Se te ha indicado, hombre, qué es lo bueno y qué exige de ti el Señor: nada más que practicar la justicia, amar la fidelidad y caminar humildemente con tu Dios.

Salmo 50(49),5-6.8-9.16bc-17.21.23. 

“Reúnanme a mis amigos,
a los que sellaron mi alianza con un sacrificio”.
¡Que el cielo proclame su justicia,
porque el Señor es el único Juez!

No te acuso por tus sacrificios:
¡tus holocaustos están siempre en mi presencia!
Pero yo no necesito los novillos de tu casa
ni los cabritos de tus corrales.

"¿Cómo te atreves a pregonar mis mandamientos
y a mencionar mi alianza con tu boca,
tú, que aborreces toda enseñanza
y te despreocupas de mis palabras?

Haces esto, ¿y yo me voy a callar?
¿Piensas acaso que soy como tú?
Te acusaré y te argüiré cara a cara.
El que ofrece sacrificios de alabanza,
me honra de verdad;
y al que va por el buen camino,
le haré gustar la salvación de Dios."



Evangelio según San Mateo 12,38-42. 
Entonces algunos escribas y fariseos le dijeron: "Maestro, queremos que nos hagas ver un signo".
El les respondió: "Esta generación malvada y adúltera reclama un signo, pero no se le dará otro que el del profeta Jonás.
Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez, así estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra tres días y tres noches.
El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay alguien que es más que Jonás.
El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra esta generación y la condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien que es más que Salomón." 

domingo, 22 de julio de 2018

22 de julio: Fiesta de Santa María Magdalena, la primera mujer que vio a Cristo resucitado

22 de julio: Fiesta de Santa María Magdalena, la primera mujer que vio a Cristo resucitado

Santa María Magdalena es una de las discípulas más fieles y que el Señor escogió para ser testigo de su resurrección ante los apóstoles, asimismo es ejemplo para toda mujer de la Iglesia y de auténtica evangelizadora, es decir, de una evangelizadora que anuncia el mensaje gozoso central de la Pascua.
El 10 de junio del 2016 el Cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos en el Vaticano, emitió un decreto en el que, siguiendo la voluntad del Papa Francisco, se estableció que la memoria litúrgica de Santa María Magdalena se eleve al rango de fiesta.
En referencia a ella, Benedicto XVI expresó en el 2006 que “la historia de María de Magdala recuerda a todos una verdad fundamental: discípulo de Cristo es quien, en la experiencia de la debilidad humana, ha tenido la humildad de pedirle ayuda, ha sido curado por él, y le ha seguido de cerca, convirtiéndose en testigo de la potencia de su amor misericordioso, que es más fuerte que el pecado y la muerte”.
En los Evangelios se habla de María Magdalena, la pecadora (Lc. 7, 37-50); María Magdalena, una de las mujeres que seguían al Señor (Jn. 20, 10-18) y María de Betania, la hermana de Lázaro (Lc. 10, 38-42).
La liturgia romana identifica a las tres mujeres con el nombre de María Magdalena, como lo hace la antigua tradición occidental desde la época de San Gregorio Magno.
María Magdalena siguió a Jesús hasta el Calvario y estuvo ante el cuerpo yacente del Señor. El domingo de Resurrección fue la primera que vio a Cristo resucitado y tuvo el honor de ser enviada por el Señor a anunciar esta buena noticia a los discípulos.
Oración
Señor, Dios nuestro, Cristo, tu unigénito, confió, antes que a nadie, a María Magdalena la misión de anunciar a los suyos la alegría pascual; concédenos a nosotros, por la intercesión y el ejemplo de aquella cuya fiesta celebramos, anunciar siempre a Cristo resucitado y verle un día glorioso en el reino de los cielos. Por nuestro Señor Jesucristo.
Más información de María Magdalena en los siguientes enlaces:

Decimosexto Domingo del tiempo ordinario. Santa Maria Magdalena


Decimosexto Domingo del tiempo ordinario


Libro de Jeremías 23,1-6. 
¡Ay de los pastores que pierden y dispersan el rebaño de mi pastizal! -oráculo del Señor-.
Por eso, así habla el Señor, Dios de Israel, contra los pastores que apacientan a mi pueblo: ustedes han dispersado mis ovejas, las han expulsado y no se han ocupado de ellas. Yo, en cambio, voy a ocuparme de ustedes, para castigar sus malas acciones -oráculo del Señor-.
Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas, de todos los países adonde las había expulsado, y las haré volver a sus praderas, donde serán fecundas y se multiplicarán.
Yo suscitaré para ellas pastores que las apacentarán; y ya no temerán ni se espantarán, y no se echará de menos a ninguna -oráculo del Señor-.
Llegarán los días -oráculo del Señor- en que suscitaré para David un germen justo; él reinará como rey y será prudente, practicará la justicia y el derecho en el país.
En sus días, Judá estará a salvo e Israel habitará seguro. Y se lo llamará con este nombre: "El Señor es nuestra justicia".

Salmo 23(22),1-3a.3b-4.5.6. 
El Señor es mi pastor,
nada me puede faltar.
El me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el recto sendero,

Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal,
porque Tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón me infunden confianza.
Tú preparas ante mí una mesa,
frente a mis enemigos;

unges con óleo mi cabeza
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu gracia me acompañan
a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor,
por muy largo tiempo.


Carta de San Pablo a los Efesios 2,13-18. 
Pero ahora, en Cristo Jesús, ustedes, los que antes estaban lejos, han sido acercados por la sangre de Cristo.
Porque Cristo es nuestra paz; él ha unido a los dos pueblos en uno solo, derribando el muro de enemistad que los separaba,
y aboliendo en su propia carne la Ley con sus mandamientos y prescripciones. Así creó con los dos pueblos un solo Hombre nuevo en su propia persona, restableciendo la paz,
y los reconcilió con Dios en un solo Cuerpo, por medio de la cruz, destruyendo la enemistad en su persona.
Y él vino a proclamar la Buena Noticia de la paz, paz para ustedes, que estaban lejos, paz también para aquellos que estaban cerca.
Porque por medio de Cristo, todos sin distinción tenemos acceso al Padre, en un mismo Espíritu.

Evangelio según San Marcos 6,30-34. 
Los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
El les dijo: "Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco". Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer.
Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto.
Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos.
Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato. 

sábado, 21 de julio de 2018

Sábado de la decimoquinta semana del tiempo ordinario


Libro de Miqueas 2,1-5. 

¡Ay de los que proyectan iniquidades y traman el mal durante la noche! Al despuntar el día, lo realizan, porque tienen el poder en su mano.
Codician campos y los arrebatan, casas, y se apoderan de ellas; oprimen al dueño y a su casa, al propietario y a su herencia.
Por eso, así habla el Señor: Yo proyecto contra esta gente una desgracia tal que ustedes no podrán apartar el cuello, ni andar con la cabeza erguida, porque será un tiempo de desgracia.
Aquel día, se proferirá contra ustedes una sátira y se entonará esta lamentación: "Hemos sido completamente devastados; ¡se transfiere a otros la parte de mi pueblo! ¿Cómo me la quita a mí y reparte nuestros campos al que nos lleva cautivos?".
Por eso, no tendrás a nadie que arroje la cuerda para medirte un lote, en la asamblea del Señor.

Salmo 9(9B),1-2.3-4.7-8.14. 
¿Por qué te quedas lejos, Señor,
y te ocultas en los momentos de peligro?
El pobre se consume por la soberbia del malvado
y queda envuelto en las intrigas tramadas contra él.

Porque el malvado se jacta de su ambición,
el codicioso blasfema y menosprecia al Señor;
el impío exclama en el colmo de su arrogancia:
“No hay ningún Dios que me pida cuenta”.

Esto es lo único que piensa.
Su boca está llena de maldiciones,
de engaños y de violencias;
detrás de sus palabras hay malicia y opresión;

se pone al acecho en los poblados
y mata al inocente en lugares ocultos.
Sus ojos espían a los débiles;
Pero tú lo estás viendo:

tú consideras los trabajos y el dolor,
para tomarlos en tus propias manos.
El débil se encomienda a ti;
tú eres el protector del huérfano.


Evangelio según San Mateo 12,14-21. 
En seguida los fariseos salieron y se confabularon para buscar la forma de acabar con él.
Al enterarse de esto, Jesús se alejó de allí. Muchos lo siguieron, y los curó a todos.
Pero él les ordenó severamente que no lo dieran a conocer,
para que se cumpliera lo anunciado por el profeta Isaías:
Este es mi servidor, a quien elegí, mi muy querido, en quien tengo puesta mi predilección. Derramaré mi Espíritu sobre él y anunciará la justicia a las naciones.
No discutirá ni gritará, y nadie oirá su voz en las plazas.
No quebrará la caña doblada y no apagará la mecha humeante, hasta que haga triunfar la justicia;
y las naciones pondrán la esperanza en su Nombre. 

viernes, 20 de julio de 2018

Viernes de la decimoquinta semana del tiempo ordinario


Libro de Isaías 38,1-6.21-22.7-8. 

Ezequías cayó gravemente enfermo. El profeta Isaías, hijo de Amós, fue a verlo y le dijo: "Así habla el Señor: Ordena los asuntos de tu casa, porque vas a morir. Ya no vivirás más".
Ezequías volvió su rostro hacia al pared y oró al Señor,
diciendo: "¡Ah, Señor! Recuerda que yo he caminado delante de ti con fidelidad e integridad de corazón, y que hice lo que es bueno a tus ojos". Y Ezequías se deshizo en llanto.
Entonces la palabra del Señor llegó a Isaías en estos términos:
"Ve a decir a Ezequías: Así habla el Señor, el Dios de tu padre David: He oído tu súplica, he visto tus lágrimas. Yo añadiré otros quince años a tu vida;
te libraré, a ti y a esta ciudad, de manos del rey de Asiria, y defenderé a esta ciudad".
Luego dijo Isaías: "Traigan un emplasto de higos; aplíquenlo sobre la úlcera, y el rey sanará".
Ezequías respondió: "¿Cuál es la señal de que podré subir a la Casa del Señor?".
"Esta es la señal que te da el Señor para confirmar la palabra que ha pronunciado:
En el reloj de sol de Ajaz, yo haré retroceder diez grados la sombra que ha descendido". Y el sol retrocedió en el reloj los diez grados que había descendido.

Libro de Isaías 38,10.11.12abcd.16. 
Yo decía: En lo mejor de mis días
me tengo que ir:
he sido destinado a las puertas del Abismo
por el resto de mis años.

Yo decía: Ya no contemplaré al Señor
en la tierra de los vivientes;
no veré más a los hombres
entre los habitantes del mundo.

Arrancan mi morada y me la arrebatan,
como una carpa de pastores.
Como un tejedor, yo enrollaba mi vida,
pero él me corta de la trama:

Los que el Señor protege, vivirán,
y su espíritu animará todo lo que hay en ellos:
tú me restablecerás y me harás revivir.



Evangelio según San Mateo 12,1-8. 
Jesús atravesaba unos sembrados y era un día sábado. Como sus discípulos sintieron hambre, comenzaron a arrancar y a comer las espigas.
Al ver esto, los fariseos le dijeron: "Mira que tus discípulos hacen lo que no está permitido en sábado".
Pero él les respondió: "¿No han leído lo que hizo David, cuando él y sus compañeros tuvieron hambre,
cómo entró en la Casa de Dios y comieron los panes de la ofrenda, que no les estaba permitido comer ni a él ni a sus compañeros, sino solamente a los sacerdotes?
¿Y no han leído también en la Ley, que los sacerdotes, en el Templo, violan el descanso del sábado, sin incurrir en falta?
Ahora bien, yo les digo que aquí hay alguien más grande que el Templo.
Si hubieran comprendido lo que significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios, no condenarían a los inocentes.
Porque el Hijo del hombre es dueño del sábado". 

jueves, 19 de julio de 2018

Jueves de la decimoquinta semana del tiempo ordinario


Libro de Isaías 26,7-9.12.16-19. 

La senda del justo es recta, tu allanas el sendero del justo.
Sí, en la senda trazada por tus juicios, esperamos en ti, Señor: tu Nombre y tu recuerdo son el deseo de nuestra alma.
Mi alma te desea por la noche, y mi espíritu te busca de madrugada, porque cuando tus juicios se ejercen sobre la tierra, los habitantes del mundo aprenden la justicia.
Señor, tú nos aseguras la paz, porque eres tú el que realiza por nosotros todo lo que nosotros hacemos.
En medio de la angustia, Señor. acudimos a ti, clamamos en la opresión, cuando nos golpeaba tu castigo.
Como la mujer embarazada, que está por dar a luz, se refuerce y da gritos de dolor, así éramos nosotros delante de ti, Señor.
Hemos concebido, nos hemos retorcido, y no dimos a luz más que viento. ¡No hemos traído la salvación a la tierra, no le nacieron habitantes al mundo!
Pero tus muertos revivirán, se levantarán sus cadáveres. ¡Despierten y griten de alegría los que yacen en el polvo! Porque tu rocío es un rocío de luz, y la tierra dará vida a las Sombras.

Salmo 102(101),13-14ab.15.16-18.19-21. 
Tú, Señor, reinas para siempre,
y tu Nombre permanece eternamente.
Tú te levantarás, te compadecerás de Sión,
porque ya es hora de tenerle piedad,
tus servidores sienten amor por esas piedras
y se compadecen de esas ruinas.

Las naciones temerán tu Nombre, Señor,
y los reyes de la tierra se rendirán ante tu gloria:
cuando el Señor reedifique a Sión
y aparezca glorioso en medio de ella;
cuando acepte la oración del desvalido
y no desprecie su plegaria.

Quede esto escrito para el tiempo futuro
y un pueblo renovado alabe al Señor:
porque él se inclinó desde su alto Santuario
y miró a la tierra desde el cielo,
para escuchar el lamento de los cautivos
y librar a los condenados a muerte.


Evangelio según San Mateo 11,28-30. 
Jesús tomó la palabra y dijo:
"Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.
Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio.
Porque mi yugo es suave y mi carga liviana." 

miércoles, 18 de julio de 2018

Miércoles de la decimoquinta semana del tiempo ordinario


Libro de Isaías 10,5-7.13-16. 

Así habla el Señor:
"¡Ay de Asiria! El es el bastón de mi ira y la vara de mi furor está en su mano.
Yo lo envío contra una nación impía, lo mando contra un pueblo que provocó mi furor. para saquear los despojos y arrebatar el botín, y pisotearlo como al barro de las calles.
Pero él no lo entiende así, no es eso lo que se propone: él no piensa más que en destruir y en barrer una nación tras otra."
Porque él ha dicho: "Yo he obrado con la fuerza de mi mano, y con mi sabiduría, porque soy inteligente. He desplazado las fronteras de los pueblos y he saqueado sus reservas: como un héroe, he derribado a los que se sientan en tronos.
Mi mano tomó como un nido las riquezas de los pueblos; como se juntan huevos abandonados, así he depredado toda la tierra, y no hubo nadie que batiera las alas o abriera el pico para piar".
¿Se gloría el hacha contra el leñador? ¿Se envanece la sierra contra el que la maneja? ¡Como si el bastón manejara al que lo empuña y el palo levantar al que no es un leño!
Por eso el Señor de los ejércitos hará que la enfermedad consuma su vigor y dentro de su carne hará arder una fiebre, como el ardor del fuego.

Salmo 94(93),5-6.7-8.9-10.14-15. 
Ellos pisotean a tu pueblo, Señor,
y oprimen a tu herencia;
matan a la viuda y al extranjero,
asesinan a los huérfanos;

Y exclaman: “El Señor no lo ve,
no se da cuenta el Dios de Jacob”.
¡Entiendan, los más necios del pueblo!
y ustedes, insensatos, ¿cuándo recapacitarán?

El que hizo el oído, ¿no va a escuchar?
El que formó los ojos, ¿será incapaz de ver?
¿Dejará de castigar el que educa a las naciones
y da a los hombres el conocimiento?

Porque el Señor no abandona a su pueblo
ni deja desamparada a su herencia:
la justicia volverá a los tribunales
y los rectos de corazón la seguirán.


Evangelio según San Mateo 11,25-27. 
Jesús dijo:
"Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños.
Sí, Padre, porque así lo has querido.
Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar."

martes, 17 de julio de 2018

¿Cómo hacer cuando una persona te cae mal y no la soportas?


¿Hay alguien que, por más que intentes, no logras aceptar? Abre los ojos: esa persona está en tu vida por algo

Es el mundo de caramelo donde todo es perfecto, se vive en total cordialidad y unión. Nadie pelea con nadie y todos llevan relaciones amistosas, perfectas y armoniosas entre sí. Es una delicia vivir ahí. Todo iba en santa paz cuando de repente, ¡despierta, es sólo un sueño! Bienvenido la realidad.
“Dios mío, ¡ilumínala o elimínala!” Es un dicho que se reza entre los latinos y que a veces la decimos cuando hay personas que no nos acaban de caer bien a pesar de que vamos a la misma Iglesia, mismo círculo social o hasta lazos de sangre nos unen. Hay un “no sé qué” que simplemente no acabamos de hacer “click” con ellas. Como se dice vulgarmente, “no hay química”. Seamos francos. Más de una vez hemos querido aventar el zapatazo a esa persona que ya nos tiene hartos, nos cae mal y punto. Su olor, su sola presencia nos enfada.
O qué tal esa otra persona que es increíblemente bien aceptada por todos, todo el mundo habla bien de ella y quiere ser su amiga y a nosotros nos trata con la punta del zapato, nos hace groserías y demás. Eso sí, nos las hace siempre de forma muy educada y que nadie más las note. Nos saluda con su carita de mustia y bondad aparentando que le da una enorme alegría vernos.
Y uno -por prudencia-  se queda calladito, recibe el besito y no dice nada. Regresa el saludo, pero por dentro la volteas a ver y piensas: “¡Que te compre quien no te conozca!” Y mejor te alejas, porque lo único que te provoca son pensamientos no tan bondadosos, y tampoco deseas caer en su juego.
Dejemos hipocresías, falsas caretas y seamos francos, muy sinceros. Pese a que a todos nos gusta ser aceptados y del mismo modo aceptar, hay que personas que, por más que intentamos que nos caigan bien, es imposible. Es más, hacemos todo y de todo con tal de no toparnos con ellas, de evitarlas. Tienen “algo” que simplemente nos repelen. Justo aquí está la clave de por qué no nos caen bien. Lo que nuestra mente consciente no logra percibir, nuestro inconsciente sí lo hace, porque a este no le podemos hacer tonto.
No se trata de que nos flagelemos pensando que somos de lo peor, porque a esa persona que es tan bien aceptada y amadísima por la mayoría, a nosotros nos cae fatal. No somos “malos” porque sentimos eso, o porque alguien no nos cae del todo bien. Al contrario, es volvernos más observadores y reconocer qué es lo que verdaderamente esa persona mueve en mi interior para darnos cuenta que, en realidad, no sentimos nada malo en contra de ella, de la persona, sino de su actuar.
Eso que tanto me repatea, esa actitud que me molesta, eso que me choca de la otra persona es -casi siempre- un reflejo de mí, de algo que necesito trabajar en mi interior, de una herida emocional mía que no ha sido sanada, quizá ni reconocida. Son cosas que aún no acepto de mí o no me gustan de mi persona. En pocas palabras: LO QUE ME CHOCA, ME CHECA…
Es por eso que necesitamos ir con los ojos muy abiertos por la vida y darnos cuenta que todos somos maestros, unos de otros. Por lo tanto, lejos de alejarnos de esa persona que tanto nos repele -a menos que verdaderamente sea una persona tóxica- seamos más inteligentes y menos viscerales. Observemos y reflexionemos por medio de esta pregunta: ¿qué de mí veo en ella?
Quizá no hemos caído en cuenta de que cuando encontramos defectos en nuestro prójimo es porque nosotros tenemos los mismos defectos. Como decía San Agustín: “Procura adquirir las virtudes que crees que faltan en tus hermanos y ya no verás los defectos, porque no los tendrás tú”.
Nadie llega a nuestra vida por casualidad sino por “causalidad”. Es decir, por alguna “causa” o razón se topó con nosotros, para enseñarnos una gran lección, algo que necesitamos aprender.
Así que si alguien te cae mal, es tu problema. Y no lo digo en un aspecto peyorativo, sino que en realidad es solo tu asunto. Casi te aseguro que la otra persona ni siquiera se ha dado cuenta de que no la tragas, que simplemente no la soportas y que la toleras porque coinciden en eventos y demás, pero que si por ti fuera, entre más lejos mejor.
Y es que esta actitud, que te repito es sólo tuya, tiene toda la lógica. Todos queremos huir de aquello que nos causa dolor o nos recuerda nuestras heridas.  A nadie nos gusta enfrentarnos con aquello que no nos gusta de nosotros mismos. Las personas solo podemos ver aquello que estamos listos y dispuestos para enfrentar.
Por lo tanto, ¿quieres que te caiga mejor? Cambia tú, así de sencillo. Retírale el poder que -tácitamente-  le tienes otorgado de quitarte la paz, de dejar de gozar los eventos que comparten, etc. Si tú eliges sanar, crecer y madurar, si tú cambias de actitud, mejorarán tus relaciones interpersonales, todas.
Te invito a que hagas este ejercicio de reconocimiento para que observes en ti algunas de tus áreas de oportunidad. Piensa en esa persona que te cae fatal. Escribe todas esas actitudes, defectos o comportamientos que ves en ella y que tú simplemente no resistes. Ahora la pregunta del millón. De esas actitudes -o defectos- que acabas de escribir, con toda honestidad, ¿cuáles tienes tú? ¡Sorpresa! Casi todas… Así que a trabajar en ti porque el poder de que todo cambie está dentro de ti.
Lo maravilloso de ese ejercicio es que también lo puedes hacer para reconocer tus cualidades y lo bueno que hay en ti. Haz el mismo proceso, solo que ahora piensa en una persona a la que admires muchísimo. Escribe todas las cualidades, virtudes, talentos, etc. que observas en ella y que hace que le tengas en alta estima. ¡Felicidades! Todo lo bueno que ves en la otra persona es lo bueno que hay en ti porque uno solo reconoce lo que conoce, es decir, lo que hay dentro de uno. Así que en mayor o menor escala tú también posees todas esas bondades.

¿Necesitas tomar una decisión y no lo logras? Pide la intercesión de Nuestra Señora del Buen Consejo

OUR LADY

"Feliz el hombre que me escucha" 

“María conoce todas nuestras necesidades, heridas, tristezas, miserias y esperanzas. Interésate por cada uno de tus hijos, ruega por cada uno con tanto ardor como si no tuvieras otro” (Sierva de Dios, Madre María José de Jesús)

Oración a Nuestra Señora del Buen Consejo

Virgen Inmaculada, Madre de Dios y Madre nuestra,
el Señor te hizo una consejera admirable.
En las bodas de Caná, dejaste tu consejo: “Hagan todo lo que Él les diga”.
En Pentecostés, cuando la Iglesia nacía bajo el impulso del Espíritu Santo,
tu presencia se hizo presente entre los apóstoles.
También yo, oh Madre, suplico tu consejo en mi vida y camino cristiano.
Quiero sentir tu presencia, orientándome en mis decisiones,
en mis pensamientos y actitudes, para que estén siempre de acuerdo con la voluntad del Padre.
Toma mis manos, oh Madre querida, y orienta mi corazón
y todos mis pasos en la dirección de tu Hijo,
el único camino que conduce al paraíso, donde un día deseo estar contigo,
sumergido(a) para siempre en Dios.
María, Madre del Buen Consejo, ruega por nosotros.

Amén.

Martes de la decimoquinta semana del tiempo ordinario


Libro de Isaías 7,1-9. 

En tiempos de Ajaz, hijo de Jotám, hijo de Ozías, rey de Judá, Resín, rey de Arám, y Pécaj, hijo de Remalías, rey de Israel, subieron contra Jerusalén para atacarla, pero no la pudieron expugnar.
Cuando se informó a la casa de David: "Arám está acampado en Efraím", se estremeció su corazón y el corazón de su pueblo, como se estremecen por el viento los árboles del bosque.
El Señor dijo a Isaías: "Ve al encuentro de Ajaz, tú y tu hijo Sear Iasub, al extremo del canal del estanque superior, sobre la senda del campo del Tintorero.
Tú le dirás: Manténte alerta y no pierdas la calma; no temas, y que tu corazón no se intimide ante esos dos cabos de tizones humeantes, ante el furor de Resín de Arám y del hijo de Remalías.
Porque Arám, Efraím y el hijo de Remalías se han confabulado contra ti, diciendo:
"Subamos contra Judá, hagamos cundir el pánico, sometámosla y pongamos allí como rey al hijo de Tabel".
Pero así habla el Señor: Eso no se realizará, eso no sucederá.
a Porque la cabeza de Arám es Damasco, y la cabeza de Damasco Resín; la cabeza de Efraím es Samaría, y la cabeza de Samaría, el hijo de Remalías. Dentro de sesenta y cinco años, Efraím será destrozado, y no será más un pueblo-.
b Si ustedes no creen, no subsistirán".

Salmo 48(47),2-3a.3b-4.5-6.7-8. 
El Señor es grande y digno de alabanza,
en la Ciudad de nuestro Dios.
Su santa Montaña, la altura más hermosa,
es la alegría de toda la tierra.

el Señor se manifestó como un baluarte
en medio de sus palacios.
Porque los reyes se aliaron
y avanzaron unidos contra ella;

pero apenas la vieron quedaron pasmados
y huyeron despavoridos.
Allí se apoderó de ellos el terror
y dolores como los del parto,

como cuando el viento del desierto
destroza las naves de Tarsis.

Evangelio según San Mateo 11,20-24. 
Jesús comenzó a recriminar a aquellas ciudades donde había realizado más milagros, porque no se habían convertido.
"¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si los milagros realizados entre ustedes se hubieran hecho en Tiro y en Sidón, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y cubriéndose con ceniza.
Yo les aseguro que, en el día del Juicio, Tiro y Sidón serán tratadas menos rigurosamente que ustedes.
Y tú, Cafarnaún, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno. Porque si los milagros realizados en ti se hubieran hecho en Sodoma, esa ciudad aún existiría.
Yo les aseguro que, en el día del Juicio, la tierra de Sodoma será tratada menos rigurosamente que tú".