viernes, 17 de marzo de 2017

El Papa preside la Celebración Penitencial en San Pedro

(-SÓLO VÍDEO-) El Papa Francisco preside la Celebración Penitencial en la basílica de San Pedro. 

Se trata de una ceremonia en la que, tras una reflexión sobre la Cuaresma y antes de confesar a algunos de los presentes, el Papa siempre se ha confesado primero.


La coraza de San Patricio, oración contra las asechanzas del mal


(Versión Corta)
Cristo conmigo,
Cristo ante mí,
Cristo tras de mí,
Cristo en mí,
Cristo bajo mí,
Cristo sobre mí,
Cristo a mi derecha,
Cristo a mi izquierda,
Cristo cuando me acuesto,
Cristo cuando me siento,
Cristo cuando me levanto,
Cristo en el corazón de todo hombre
que piensa en mí,
Cristo en la boca de todo hombre
que hable de mí,
Cristo en todo ojo que me ve,
Cristo en todo oído que me escucha.

(Versión Larga)
Me levanto hoy
Por medio de poderosa fuerza, 
la invocación de la Trinidad,
Por medio de creer en sus Tres Personas,
Por medio de confesar la Unidad,
Del Creador de la Creación.

Me levanto hoy
Por medio de la fuerza del nacimiento de Cristo y su bautismo,
Por medio de la fuerza de Su crucifixión y su sepulcro,
Por medio de la fuerza de Su resurrección y asunción,
Por medio de la fuerza de Su descenso para juzgar el mal.

Me levanto hoy
Por medio de la fuerza del amor de Querubines,
En obediencia de Ángeles, En servicio de Arcángeles,
En la esperanza que la resurrección encuentra recompensa,
En oraciones de Patriarcas, En palabras de Profetas,
En prédicas de Apóstoles, En inocencia de Santas Vírgenes,
En obras de hombres de bien.

Me levanto hoy
Por medio del poder del cielo:
Luz del sol,
Esplendor del fuego,
Rapidez del rayo,
Ligereza del viento,
Profundidad de los mares,
Estabilidad de la tierra,
Firmeza de la roca.

Me levanto hoy
Por medio de la fuerza de Dios que me conduce:
Poder de Dios que me sostiene,
Sabiduría de Dios que me guía,
Mirada de Dios que me vigila,
Oído de Dios que me escucha,
Palabra de Dios que habla por mí,
Mano de Dios que me guarda,
Sendero de Dios tendido frente a mí,
Escudo de Dios que me protege,
Legiones de Dios para salvarme
De trampas del demonio,
De tentaciones de vicios,
De cualquiera que me desee mal,
Lejanos y cercanos,
Solos o en multitud.

Yo invoco éste día todos estos poderes entre mí y el malvado,
Contra despiadados poderes que se opongan a mi cuerpo y alma,
Contra conjuros de falsos profetas,
Contra las negras leyes de los paganos,
Contra las falsas leyes de los herejes,
Contra obras y fetiches de idolatría,
Contra encantamientos de brujas, forjas y hechiceros,
Contra cualquier conocimiento corruptor de cuerpo y alma.

Cristo escúdame hoy
Contra filtros y venenos, Contra quemaduras,
Contra sofocación, Contra heridas,
De tal forma que pueda recibir recompensa en abundancia.

Cristo conmigo, 
Cristo frente a mí, 
Cristo tras de mí,
Cristo en mí, Cristo a mi diestra,
Cristo a mi siniestra,
Cristo al descansar, 
Cristo al levantar,
Cristo en el corazón de cada hombre que piense en mí,
Cristo en la boca de todos los que hablen de mí,
Cristo en cada ojo que me mira, 
Cristo en cada oído que me escucha.

Me levanto hoy
Por medio de poderosa fuerza, la invocación de la Trinidad,
Por medio de creer en sus Tres Personas,
Por medio de confesar la Unidad,
Del Creador de la Creación.


7 datos fundamentales que debes saber si perteneces a un coro parroquial

Hace algunos años pertenecí a un coro, pero por algunas cuestiones lo tuve que dejar y dedicarme a otras cosas en el campo de la evangelización. Sin embargo, he seguido formándome y es por ello que me gustaría compartir contigo algunos puntos para reflexionar y brindar un mejor servicio al Señor. El coro en la Misa es muy importante, pero lo es también conocer el sentido de ésta y participar bien.
Debes saber que para estar en un coro no solo es importante cantar bonito, también es necesaria la formación litúrgica. La Misa tiene su forma y secuencia y la Iglesia, además de madre, también es sabia maestra pues tiene casi dos mil años guiándonos hacia el camino correcto para nuestra santificación. La Iglesia es quien enseña de qué forma se debe llevar a cabo un acto litúrgico. Te comparto aquí algunos puntos que a veces se nos pasan a quienes forman (o formamos en algún momento) parte de un coro parroquial.

1. La Misa lleva su propio tiempo, no el nuestro

La Instrucción General del Misal Romano nos dice en su número 37 que hay cantos que son en sí mismos ritos, como por ejemplo el “Gloria”, el salmo responsorial, el “Aleluya”, el “Santo” y algunos otros. También este mismo número explica que hay cantos que acompañan un rito, como lo son el canto de entrada, de la presentación de las ofrendas y el de comunión. El coro debe respetar estos tiempos y no extender los cantos más de lo necesario. El canto de entrada, por ejemplo, tiene la función de acompañar la procesión de entrada de los ministros (Cf. IGMR, 47). Entonces pues, debe extenderse lo que dura la procesión de los ministros y la incensación del altar (cuando la hay). Una vez terminado este rito, el canto de entrada debe concluir, evitando añadir estrofas innecesarias. Otro ejemplo es el canto de comunión: debe durar lo que dura la distribución de la comunión a los fieles, no debe prolongarse hasta la purificación de los vasos sagrados.

2. No todo canto es litúrgico

Hay cantos sumamente bonitos y que suenan muy «ad hoc» a la situación o incluso al Evangelio, sin embargo nuestra tarea como coro es la de investigar si lo que cantamos es apropiado para la liturgia. La Iglesia nos da una pauta para discernir esto en el documento titulado Musicam Sacram en el número 4 y dice:
«Se entiende por música sagrada aquella que, creada para la celebración del culto divino, posee las cualidades de santidad y de perfección de formas, de aquí podemos inferir que para que un canto sea apropiado para la Liturgia debe haber sido escrito en música y letra para la celebración» (MS, 4).
Entonces debemos evitar cantos que, aun siendo católicos, no hayan tenido esta finalidad e intención a la hora de ser creados. Mucho menos cantos de otras denominaciones del cristianismo. No te desanimes, hay infinidad de cantos al alcance de todos que pueden ir supliendo los no litúrgicos que tienes en tu repertorio.

3. El canto debe ser fiel al texto que presenta

No porque un canto diga “Gloria a Dios”, o “Aleluya”, o “Cordero de Dios” significa que se puede usar en la Santa Misa. El canto debe ser fiel al texto que presenta, por ejemplo:
«Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso Señor, Hijo único, Jesucristo.  Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre, Amén».
Nosotros no podemos modificar oraciones antiquísimas de la Iglesia para que el canto suene mejor o más bonito (cfr. Sacrosanctum Concilium,121). Repito: no te desanimes si algún canto en tu repertorio no es fiel al texto original de la oración, busca suplirlo con alguno que sí lo sea.

4. No existe canto para el rito de la paz

En agosto del 2014 la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos expidió un documento titulado «El Significado Correcto del Rito de la Paz» en donde se pide expresamente en el sexto punto: «De todos modos, será necesario que en el momento de darse la paz se eviten algunos abusos tales como: La introducción de un “canto para la paz”, inexistente en el Rito romano» porque el rito de la paz debe ser un momento breve que no distraiga a la asamblea de quien es importante y en ese momento se encuentra en el altar.

5. El «Cordero de Dios» comienza cuando el sacerdote fracciona el pan

Este canto no acompaña la paz, este canto acompaña la fracción del pan.La IGMR nos dice en el número 83: «La invocación acompaña la fracción del pan, por lo que puede repetirse cuantas veces sea necesario hasta cuando haya terminado el rito. La última vez se concluye con las palabras danos la paz».

6. No basta solo con que nuestro cuerpo esté presente

A veces a quienes pertenecemos a un ministerio de música o coro parroquial se nos olvida que también participamos en la Eucaristía, no por estar atrás del templo o al lado nos podemos distraer o hacer otras cosas, pues el milagro de amor más grande ocurre frente a nosotros. Además, si es domingo el precepto es «oír Misa entera todos los domingos», no solamente estar presente. Participa no solo cantando sino también oyendo a Dios en el Evangelio y la homilía, si ya has logrado esto ayuda a otros a que también lo hagan.

7. Somos servidores de la Iglesia, no estrellas

De seguro esto ya lo sabes, pero creo necesario y prudente mencionarlo. El servicio que presta el coro debe llevarse a cabo con humildad, pues no estamos ahí porque somos los mejores ni porque deseamos sobresalir. Recuerda, el centro en la Misa es Cristo, no nuestra voz.Debemos buscar servir, no sobresalir ni ser aplaudidos (mucho menos dentro de la Misa) pues los dones que tenemos son dados gratuitamente por Dios y debemos ponerlos al servicio del otro para gloria de Dios.

Con estos consejos no pretendo imponerte mi idea sino mostrarte qué es lo que enseña la Iglesia, quien es increíblemente sabia… ¡muchísimo más que nosotros! Tampoco pretendo motivar tu deserción del coro sino todo lo contrario: motivarte a crecer y brindar un mejor servicio. Te invito a leer los documentos aquí citados y a compartirlos con otros. No olvides que «en el trato que le demos a la liturgia se decide el destino de la fe y de la Iglesia», J. Ratzinger. Te mando un abrazo y mis oraciones. Por favor, no te olvides de rezar por mí.
Escrito por Bernardo Dueñas Moreno.




24 horas para el Señor: Una oportunidad para abrirse a la misericordia de Dios

Cartel oficial. Foto. Pontificio Consejo Nueva Evangelización

Un año más el Vaticano, junto a las diócesis de todo el mundo, celebrará la jornada de oración y confesión “24 horas para el Señor”, organizada por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización bajo el lema “Quiero misericordia”.
Tendrá lugar los días 24 y 25 de marzo, pero ya el día 17 el Papa Francisco presidirá una liturgia penitencial en la Basílica de San Pedro. Después, las iglesias de todas las diócesis del mundo que acojan la iniciativa ofrecerán también el sacramento de la reconciliación y desarrollarán diversas iniciativas.
Por ejemplo, en Roma el viernes 24 desde las 20 horas, la iglesia de Santa María in Trastevere, una de las más conocidas, y la de Estigmas de San Francisco permanecerán abiertas para la Adoración Eucarística y las confesiones.
Al día siguiente, desde las 17 horas, se concluirá la jornada con la celebración de acción de gracias con las primeras vísperas, que estarán presididas por Mons. Rino Fisichella, Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, en la Iglesia de Santo Espirito in Sassia.
En el Mensaje para la Cuaresma de este año, el Papa asegura que este tiempo “es propicio para renovarse en el encuentro con Cristo vivo en su Palabra, en los sacramentos y en el prójimo. El Señor 'que en los cuarenta días que pasó en el desierto venció los engaños del Tentador' nos muestra el camino a seguir”.
“La Palabra de Dios es una fuerza viva, capaz de suscitar la conversión del corazón de los hombres y orientar nuevamente a Dios. Cerrar el corazón al don de Dios que habla tiene como efecto cerrar el corazón al don del hermano”, señala en el documento.





Tu guía ilustrada de ayuno y abstinencia de Cuaresma


¡Feliz Cuaresma! ¿Están confundidos acerca de cuándo deben abstenerse de comer carne o cuándo ayunar de las comidas? Esta útil infografía producida por Jonathan Teixeira para FOCUS lo explica todo:


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¿Por qué la gente se viste de verde el Día de San Patricio?


Detrás de esta tradición irlandesa hay una razón profundamente católica

Este 17 de marzo se celebra San Patricio, el patrono de Irlanda y en diversas ciudades del mundo la gente se viste de verde y sale a la calle a brindar con su respectiva cerveza verde. En Chicago incluso hasta tiñen su río de verde desde hace más de 50 años. 
Pero lo irónico es que San Patricio (que ni siquiera era irlandés) en realidad se vestía de azul claro, ¿entonces de dónde viene esa tradición? 
Para los católicos, tiene que ver con el hecho de que San Patricio usaba los tréboles de tres hojas para explicarle a los irlandeses el misterio de la Santísima Trinidad cuando trataba de convertirlos al cristianismo, entonces el color verde recuerda esta planta y el significado del Padre, Hijo y Espíritu Santo como una misma unidad.  
Además, Irlanda es conocida como “La Isla Esmeralda” por sus paisajes verdes e, históricamente hablando, los católicos son identificados con este color mientras que los protestantes con el naranja; por eso la bandera de Irlanda tiene una franja de cada uno de estos colores con una franja blanca en el medio que simboliza la paz y convivencia entre ambas creencias del norte y del sur.
Por supuesto, también está el origen pagano del color verde y es el que, desafortunadamente, se ha popularizado: los duendes. Estas figuras mitológicas no tienen nada que ver con el santo pero sí con el folclore irlandés. Se trata de pequeñas criaturas (malévolas y poco confiables según varios relatos) que guardan una gran fortuna al final del arcoíris. Según cuenta la leyenda, si logras atrapar uno tendrás mucha suerte porque pueden ofrecerte su fortuna o tres deseos a cambio de su libertad.
Lo irónico es que, según varios escritores irlandeses, los duendes utilizaban era una vestimenta roja; pero fueron los propios inmigrantes irlandeses del siglo XVIII en Estados Unidos, deseosos de incorporar su cultura, quienes asociaron el verde con todo lo que provenía de Irlanda y convirtieron la fiesta de su patrono en algo secular (antiguamente, los irlandeses no se vestían de verde en esta fecha, estaba prohibido tomar ese día y sólo se realizaba una sencilla cena en casa). 
Sin duda, hoy, en día la fiesta de San Patricio (porque con las celebraciones y desfiles que se realizan no hay otra forma de llamarla) existe una gran y confusa mezcla de catolicismo y paganismo. Vemos figuras de duendes con tréboles (hasta se inventó que hay que vestirse de verde para que ellos no te vean y pellizquen) y es una fecha que se asocia más con tomar cerveza que con la muerte del santo. 
Lo único que ha prevalecido es el color verde, así que es sólo cuestión de elegir -y saber- el verdadero significado que le queremos dar.

En esta Cuaresma quiero reconocer a Jesús en mi vida


Hace un mes, un amigo me escribió diciéndome cómo pasaría esta cuaresma:
“Voy a sacrificarme y hacer penitencia.”
Respondí: “No se trata se sacrificarse solamente. Muchas personas lo hacen a diario. Para ellos, aunque no lo busquen ni lo quieran la vida es un eterno sacrificio, pues sufren la incomprensión, la traición, la injusticia, el dolor de una pérdida, el hambre, la pobreza extrema, las guerras.
Se trata de amar en medio de todo.
Lo que hagas que sea con amor. Y mientras más ames más cerca estarás de Dios que es Amor.
No puedes conocer a Dios si no amas. Sería solo un conocimiento teórico, académico.
Para conocer a Dios debes experimentarlo en el amor al prójimo. Amando. No hay otro camino.
Amar y entregarse a los demás. Desprenderse de uno mismo.Olvidarte de ti por un momento y pensar en los demás. Por eso nos hablan de la limosna”.
Suelo pensar lo que haré cuando se acerca una cuaresma.
Tendré 40 días para renovar mi vida. ¿Cómo hacerlo?
Me he alejado de las redes sociales para escuchar en el silencio la voz de Dios.  Tantas voces a mi alrededor y la más importante ha pasado desapercibida.
Abriré la Biblia que tengo guardada en un cajón de mi casa, para leerla y sabré lo que me dice Dios.
Tenía un compañero del colegio que se graduó de médico. Ejerciendo este noble oficio contrajo una terrible enfermedad. Hablé con su esposa para visitarlo, pero no deseaba que lo vieran en ese estado. Entonces le escribí una carta tratando de animarle. Compartiendo historias de nuestros días en el colegio, bromeando, recordando a los profesores, a los compañeros del salón.
Ocurrió algo que nunca esperé. Me respondió. 
A los días me hizo llegar una carta. Me contaba de su vida como médico, feliz por las personas que ayudó. Y al final leí sorprendido estas palabras:
“En medio de este sufrimiento, encuentro consuelo leyendo la Biblia, aquella que me regalaron cuando me gradué del colegio y siempre tuve cerrada en una esquina de la casa”.
En esta cuaresma quiero tener un encuentro con Jesús. Poder reconocer su presencia en mi vida.
Quiero que al terminar estos 40 días pueda decir como los discípulos de Emaús:
“¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?” (Lc 24, 32)

5 cosas que debes saber sobre la Cuaresma

5 cosas que debes saber sobre la Cuaresma

La Cuaresma es un importante tiempo litúrgico en el que la Iglesia llama a los fieles a la penitencia y conversión para prepararse bien a vivir los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en la Semana Santa.
La Cuaresma tiene una duración de 40 días y es un tiempo especial en el que los católicos son invitados a convertirse. Aquí te presentamos 5 puntos importantes a tener en cuenta:
1.- Oración, mortificación y caridad: Las tres grandes prácticas cuaresmales
La oración es la condición indispensable para el encuentro con Dios. En la oración, el cristiano ingresa en el diálogo íntimo con el Señor, deja que la gracia entre en su corazón y, como la Virgen María, se abre a la acción del Espíritu Santo dando una respuesta libre y generosa (ver Lc 1,38).
La mortificación se realiza cotidianamente y sin necesidad de hacer grandes sacrificios. Con ella se ofrece a Cristo aquellos momentos que generan molestias y se acepta con humildad y alegría las adversidades.
De la misma manera, saber renunciar a ciertas cosas legítimas ayuda a vivir el desapego y el desprendimiento. Dentro de esta práctica cuaresmal están el ayuno y la abstinencia que será explicadas más adelante.
La caridad es necesaria como refiere San León Magno: “si deseamos llegar a la Pascua santificados en nuestro ser, debemos poner un interés especialísimo en la adquisición de esta virtud, que contiene en sí a las demás y cubre multitud de pecados".
Sobre esta práctica San Juan Pablo II explica que está enraizada "en lo más hondo del corazón humano: toda persona siente el deseo de ponerse en contacto con los otros, y se realiza plenamente cuando se da libremente a los demás".
2.- El ayuno y la abstinencia
El ayuno consiste en ingerir una sola comida "fuerte" al día, mientras que la abstinencia consiste en no comer carne. Con ambos sacrificios se reconoce la necesidad de hacer obras por el bien de la Iglesia y en reparación de nuestros pecados.
Además, en esta práctica se incluye dejar de lado las necesidades terrenales para redescubrir la necesidad de la vida del cielo. "No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mt 4,4).
El ayuno no prohíbe tomar un poco de alimento por la mañana y por la noche. Es obligatorio desde los 18 hasta los 59 años. 
En el caso de la abstinencia, si bien se refiere a no comer carnes, no impide el consumo de huevos, lácteos y cualquier condimento con grasa animal. La abstinencia se observa todos los viernes del año y es obligatoria desde los 14 años.
3.- La Cuaresma comienza con el Miércoles de Ceniza y termina el Jueves Santo
Con el Miércoles de Ceniza comienzan los 40 días de preparación para la Pascua. Ese día el sacerdote bendice e impone las cenizas hechas de las palmas bendecidas en el Domingo de Ramos del año anterior.
Estas son impuestas haciendo la señal de la cruz en la frente y pronunciando las palabras bíblicas: «acuérdate que eres polvo y en polvo te convertirás», o «Conviértete y cree en el Evangelio». La ceniza representa un signo de humildad y le recuerda al cristiano su origen y su fin.
La Cuaresma termina en el Jueves Santo. Ese día la Iglesia conmemora la Última Cena en la que el Señor comió con sus apóstoles antes de ser crucificado el Viernes Santo.
4.- La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número 40 en la Biblia
Los 40 días de la Cuaresma representan los días que Jesús pasó en el desierto antes de comenzar su vida pública, los 40 días del diluvio,  los 40 de la marcha del pueblo judío por el desierto,  los 40 días de Moisés y Elías en la montaña, y los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.
En la Biblia el número cuatro simboliza el universo material, seguido de ceros significa el tiempo de la vida en la tierra, con sus pruebas y dificultades.
5.- El color litúrgico de la Cuaresma es el morado
El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa penitencia.
La Cuaresma es efectivamente tiempo de reflexión, penitencia y conversión espiritual.

17 de marzo: Fiesta de San Patricio, Patrono de Irlanda que cambió historia de Nueva York

17 de marzo: Fiesta de San Patricio, Patrono de Irlanda que cambió historia de Nueva York

"Yo era como una piedra en una profunda mina; y aquel que es poderoso vino, y en su misericordia, me levantó y me puso sobre una pared”, decía San Patricio, Patrono de Irlanda cuya fiesta se celebra el 17 de marzo. La devoción por el Santo de los irlandeses en Nueva York (Estados Unidos) hizo que esta ciudad se torne todos los años de color verde.
San Patricio nació en Gran Bretaña hacia el 385. Siendo joven fue llevado cautivo a Irlanda. Cuando recobró la libertad siguió el camino del sacerdocio y más adelante llegó a ser Obispo en Irlanda.
En su lenguaje sencillo para evangelizar, solía explicar que así como las tres hojitas de un trébol hacen una hoja, de igual modo el Padre, Hijo y Espíritu Santo forman un solo Dios verdadero.
Sus opositores fueron los magos druidas que creían en dioses paganos y los herejes pelagianos. Sin embargo, San Patricio siguió firme construyendo abadías e iglesias cristianas.
Se dice que un Sábado Santo, cuando San Patricio encendió el fuego pascual, los druidas se lanzaron a apagarlo, pero no lo lograron. Entonces uno de ellos exclamó: "El fuego de la religión que Patricio ha encendido, se extenderá por toda la isla". Esto se cumplió porque convirtió al cristianismo a toda Irlanda.
El Santo formó un clero local, consagró sacerdotes y Obispos.
Al final de su vida escribió las “Confesiones” donde dejó como legado algo cómo se sentía y actuaba en la misión que Dios le había encomendado.
Logró la reforma de las leyes civiles de Irlanda y la legislación fue hecha con los principios católicos. Partió a la Casa del Padre en el año 461 y fue sepultado en Saúl, región de Stragford Lough, donde edificó su primera iglesia.
En Nueva York, una de las tradiciones más antiguas es el desfile por el día de San Patricio o “Saint Patrick’s day” que data desde la época colonial. Los irlandeses, parte del ejército británico, solían vestirse de verde y entonaban canciones típicas al son de gaitas.
Esto ha permanecido en el tiempo y hoy es una de las celebraciones más grandes de la ciudad estadounidense. El color representativo sigue siendo el verde y se mantiene el gran desfile de marcha militar que pasa por la Catedral de San Patricio de Nueva York.
Más información:

Viernes de la segunda semana de Cuaresma


Libro de Génesis 37,3-4.12-13a.17b-28. 

Israel amaba a José más que a ningún otro de sus hijos, porque era el hijo de la vejez, y le mandó hacer una túnica de mangas largas.
Pero sus hermanos, al ver que lo amaba más que a ellos, le tomaron tal odio que ni siquiera podían dirigirle el saludo.
Un día, sus hermanos habían ido hasta Siquém para apacentar el rebaño de su padre.
Entonces Israel dijo a José: "Tus hermanos están con el rebaño en Siquém. Quiero que vayas a verlos".
José fue entonces en busca de sus hermanos, y los encontró en Dotán.
Ellos lo divisaron desde lejos, y antes que se acercara, ya se habían confabulado para darle muerte.
"Ahí viene ese soñador", se dijeron unos a otros.
"¿Por qué no lo matamos y lo arrojamos en una de esas cisternas? Después diremos que lo devoró una fiera. ¡Veremos entonces en qué terminan sus sueños!".
Pero Rubén, al oír esto, trató de salvarlo diciendo: "No atentemos contra su vida".
Y agregó: "No derramen sangre. Arrójenlo en esa cisterna que está allá afuera, en el desierto, pero no pongan sus manos sobre él". En realidad, su intención era librarlo de sus manos y devolverlo a su padre sano y salvo.
Apenas José llegó al lugar donde estaban sus hermanos, estos lo despojaron de su túnica - la túnica de mangas largas que llevaba puesta - ,
lo tomaron y lo arrojaron a la cisterna, que estaba completamente vacía.
Luego se sentaron a comer. De pronto, alzaron la vista y divisaron una caravana de ismaelitas que venían de Galaad, transportando en sus camellos una carga de goma tragacanto, bálsamo y mirra, que llevaban a Egipto.
Entonces Judá dijo a sus hermanos: "¿Qué ganamos asesinando a nuestro hermano y ocultando su sangre?
En lugar de atentar contra su vida, vendámoslo a los ismaelitas, porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne". Y sus hermanos estuvieron de acuerdo.
Pero mientras tanto, unos negociantes madianitas pasaron por allí y retiraron a José de la cisterna. Luego lo vendieron a los ismaelitas por veinte monedas de planta, y José fue llevado a Egipto.

Salmo 105(104),16-17.18-19.20-21. 
Él provocó una gran sequía en el país
y agotó todas las provisiones.
Pero antes envió a un hombre,
a José, que fue vendido como esclavo.

Le ataron los pies con grillos
y el hierro oprimió su garganta,
hasta que se cumplió lo que él predijo,
y la palabra del Señor lo acreditó.

El rey ordenó que lo soltaran,
el soberano de pueblos lo puso en libertad;
lo nombró señor de su palacio
y administrador de todos sus bienes,



Evangelio según San Mateo 21,33-43.45-46. 
Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
«Escuchen otra parábola: Un hombre poseía una tierra y allí plantó una viña, la cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Después la arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero.
Cuando llegó el tiempo de la vendimia, envió a sus servidores para percibir los frutos.
Pero los viñadores se apoderaron de ellos, y a uno lo golpearon, a otro lo mataron y al tercero lo apedrearon.
El propietario volvió a enviar a otros servidores, en mayor número que los primeros, pero los trataron de la misma manera.
Finalmente, les envió a su propio hijo, pensando: "Respetarán a mi hijo".
Pero, al verlo, los viñadores se dijeron: "Este es el heredero: vamos a matarlo para quedarnos con su herencia".
Y apoderándose de él, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron.
Cuando vuelva el dueño, ¿qué les parece que hará con aquellos viñadores?».
Le respondieron: «Acabará con esos miserables y arrendará la viña a otros, que le entregarán el fruto a su debido tiempo.»
Jesús agregó: «¿No han leído nunca en las Escrituras: La piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la piedra angular: esta es la obra del Señor, admirable a nuestros ojos?
Por eso les digo que el Reino de Dios les será quitado a ustedes, para ser entregado a un pueblo que le hará producir sus frutos.»
Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír estas parábolas, comprendieron que se refería a ellos.
Entonces buscaron el modo de detenerlo, pero temían a la multitud, que lo consideraba un profeta.