viernes, 22 de abril de 2016

¿Sientes inseguridad? Sé más dócil Terrorismo, inseguridad del gobierno, crisis económica, corrupción, desilusión, ¿en quién se puede creer y confiar hoy?


Mano de niño cogiendo el dedo de un adulto


Sé que las ovejas se entregan dócilmente a la voluntad del pastor. Le siguen por los caminos. Y buscan con él los mejores pastos. La docilidad de las ovejas siempre me sorprende. Y hasta me incomoda.
Cuando Jesús me compara con una oveja no siempre me siento a gusto. No me gusta ser demasiado dócil. Tampoco me apasiona ese Jesús que es el cordero manso que se dirige al matadero. Me desconcierta.
A veces me atrae más el Jesús predicador desde el monte. El hacedor de milagros. El que siempre tiene palabras de vida eterna. El que logra callar con sus respuestas a los que buscan su perdición.
A veces me atraen más sus victorias y decisiones firmes, que la docilidad del cordero. Me parece hasta una falta de personalidad. Un signo de debilidad. Como si Jesús no tuviera claro lo que quiere.
Por eso me cuesta también sentir que yo soy una oveja dócil conducida por Jesús. Es como si yo no supiera hacer las cosas sin tener que obedecer a otro. ¡Cuánto cuesta obedecer! Creo que la docilidad se riñe con el orgullo. 
Tendría que dejar de lado el orgullo y mis propios planes para ser dócil y seguir el camino que otro me señala. Aceptar la vida como es sin pretender cambiarla. Que otro decida y yo no. Tomar el pasto del lugar en el que me encuentro, sin anhelar pastos mejores.
Docilidad es una palabra sagrada. Es un camino. Una forma de vida. Hoy Jesús me lo recuerda: “Mis ovejas escuchan mi voz”. Escuchar y fiarme del buen Pastor, fiarme de ese amor inmenso de Jesús, de su abrazo, de su paz. Me promete verdes praderas si me fío. Y me invita a descansar en Él.
Hay tanta inseguridad en el hombre hoy… El miedo al terrorismo, la inseguridad del gobierno, la crisis económica. El descontento ante la corrupción. La desilusión, la amargura. ¿En quién se puede creer y confiar hoy?
Dios me conduce por cañadas oscuras. Yo nada temo. A veces se me olvida. Él me sostiene. Me gustaría ser más dócil a sus deseos.
Decía el padre José Kentenich: Si nos ponemos dócilmente a su disposición, a pesar de no saber lo que pueda hacer con nosotros, sí sabemos empero que lo que haga será para nuestro bien”[1].
Si soy dócil podré descansar en Él sin rebelarme continuamente contra lo que no controlo. Él sabe mejor que yo lo que me hace feliz. Puede colmar mi corazón si yo me dejo. Y yo puedo buscar en Él mis seguridades en lugar de ir por la vida tratando de asegurar mi vida en lo efímero, en lo caduco, en lo que pasa.
Una persona me comentaba el otro día que el motivo de su infidelidad fue buscar fuera la novedad, la frescura, cosas nuevas. Tal vez en la rutina no se sentía feliz. Esa estabilidad que llevaba no le daba la paz deseada.
Y entonces tomó la decisión equivocada. Pensando que era la correcta. Y lo perdió todo. Perdió la frescura y la seguridad. La aventura y la rutina. Y se sintió perdido. Me impresionó su historia. Queriendo ser más felices buscamos fuera de nuestra vida algo nuevo, algo que nos dé alegría, una novedad que nos motive. Y nos podemos perder en mentiras y oscuridades.
Hoy Jesús me pide que sea más dócil. Que aprenda a gustar la vida que tengo. Que no me empeñe en querer estar donde no estoy. Y me dice que sea dócil, que sea humilde, que calle más, que no me precipite. 
Pero sé que para ser dócil tengo que escuchar con paciencia, en el silencio de mi alma, la voz de Dios. ¿Dónde me habla hoy? ¿Qué me pide?
Su voz me conmueve cuando la reconozco. Las ovejas conocen la voz del pastor y lo siguen. Jesús lo dice: “Yo las conozco, y ellas me siguen”. 
Las ovejas le siguen porque le conocen. Porque se fían de lo que conocen. No buscan la novedad de otros pastores, de voces desconocidas, nuevas, frescas. Le siguen a Él que las ama. Así es Jesús conmigo. Pero yo no distingo su voz.
Decía el Papa Francisco: Sabemos que en los pies se puede ver cómo anda todo nuestro cuerpo. En el modo de seguir al Señor se expresa cómo anda nuestro corazón. Las llagas de los pies, las torceduras y el cansancio son signo de cómo lo hemos seguido, por qué caminos nos metimos.
Las ovejas han conocido la voz del pastor y se saben queridas. Lo han seguido. Se han cansado siguiendo su voz y sus huellas. Han sido dóciles. Se han desgastado. Han sido heridas siguiendo sus pasos.
Así me gustaría ser. Conocer a Dios desde el amor. Comprender que Él me ama como soy. Por eso lo sigo. 
[1] J. Kentenich, Niños ante Dios

Para qué estudiar religión en el colegio.

Educación. La Religión en la Escuela.

“Hace unos años, a medida de que el norte de Europa se iba descristianizando iban aumentando los suicidios”. Así empieza el documental ¿Hemos perdido el oremus? que se presentó este miércoles 13 de abril en Barcelona, y habla de cómo estudiar religión en los colegios puede ayudar a las personas a encontrar sentido a su existencia… y a muchísimas cosas más.

7 cualidades para un matrimonio duradero Paciencia, bondad, generosidad,...

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En la actualidad sigue habiendo matrimonios que llegan a cumplir 20, 40, 60 años y más, acrecentando su amor al calor de las miradas, esas miradas que al mismo tiempo vigilan y están al tanto del sabor del vino que se está produciendo.
Sí, son matrimonios que quizás ya llevan un paso cansado, pues el tiempo desgasta los pies, pero el amor que se profesan se renueva constantemente, logrando ese exquisito sabor de un vino añejo, un vino de calidad inmejorable, un vino de espléndido aroma.
Estos matrimonios tienen, en primer lugar, algo en común: han acudido a Dios, que es en esencia amor, a este Corazón divino que nos conoce, porque Él mismo nos ha creado, y nos dice cómo debe ser vista, respetada y amada la persona.
Él nos da las reglas y la gracia para ir ensanchando el corazón de forma que podamos crecer cada día en el amor. ¿Qué cualidades debe haber en el amor para que madure y adquiera un mejor sabor?
• El amor debe ser paciente. Aceptar los errores propios y comprender los de la pareja; es como permitir que llegue al vino la luz adecuada para que los azúcares se disuelvan a su debido tiempo y aporten su mejor sabor. No se puede producir un buen vino manteniendo una actitud ansiosa, nerviosa o de irritación.
• Bondadoso. Esta actitud aporta al vino la calidez, dulzura y delicadeza. Es necesario evitar reaccionar impulsivamente ante los momentos difíciles, ofrecer disculpas y disculpar los errores de la persona amada.
• Generosidad. Busca y apoya el bien del ser amado, lo que lo engrandece y lo perfecciona, sabe que la envidia sería como echar el vino en barriles contaminados, esto afecta la relación y puede hacer que el olor sea insoportable.
• No es orgulloso. No se jacta sobre lo que aporta en la producción de ese vino, pues es un vino de dos, que consigue el color y el sabor de dos. Es decir, reconoce las propias fortalezas y debilidades, las aprovecha para hacer el bien al ser amado y no se vanagloria por ello ni busca reconocimientos.
• Es decoroso. Busca lograr un vino de excelencia procurándole una luz y una temperatura adecuada. Respeta su  cuerpo y el de la persona amada, no se presta a vivir con desórdenes sexuales.
• No busca su interés personal. Antes, encuentra gozo buscando el interés de la persona que ama, da con gusto lo que se necesite dar.
• No se irrita. Evita que el vino se avinagre aceptando la individualidad, temperamento y diferencias de la persona amada; llega a acuerdos que benefician a los dos a través del diálogo cordial.
Al seguir estas reglas la pareja se encamina hacia una relación con un sabor único, un sabor a donación, a plenitud, gozo y paz.
Vale la pena valorar la manera en que estamos cultivando y llevando el proceso de nuestro vino. Y escuchar siempre a María, quien nos dice: “Hagan lo que Él os dice”. Y con esta motivación llevar a la práctica las sabias reglas del amor que nos ha dado Dios.
Artículo originalmente publicado en Desde la fe

23 y 24 DE ABRIL, JORNADAS DIOCESANAS DE ORACIÓN POR EL PLAN PASTORAL Y LA MISIÓN

El fin de semana del 23 y 24 de abril serán unas jornadas destinadas a la oración por los frutos del Plan Diocesano de Pastoral 2015-2020 (PDP), y la Misión que se va a desarrollar con ocasión del bicentenario de la diócesis. Bajo el lema “En salida misionera”, el PDP concreta en la Iglesia Nivariense las orientaciones del papa Francisco contenidas en su documento programático: “La alegría del evangelio”.
Esta iniciativa se implementa justo cuando se estén desarrollando las Jornadas de Nueva Evangelización que, en esta ocasión, están destinadas preferentemente a preparar a los agentes de pastoral para llevar adelante estas propuestas.
Con tal motivo, la vicaría general ha enviado una misiva a todos los párrocos, así como un subsidio litúrgico para que, en las eucaristías de ese fin de semana, se tenga especialmente presente esta intención. Igualmente se han enviado una serie de propuestas para una posible oferta de un tiempo de oración ante el Santísimo.
 Con esta acción se da cumplimiento, por una parte, a una línea transversal del propio PDP destinada a “fortalecer la espiritualidad misionera de una Iglesia en salida misionera”. Y, por otra, se pretende hacer consciente a todas las comunidades de estas islas de que cada uno está llamado a hacer algo ante esta llamada a la conversión personal y pastoral.
 De este modo, la diócesis quiere impulsar que ese fin de semana, en todas las realidades pastorales,  se sea consciente de la importancia tanto de las Jornadas de Nueva Evangelización que se están celebrando, como del momento que la Iglesia está viviendo con su Plan Pastoral, que ha de ser concretado en cada ámbito y sector de la vida y misión de esta iglesia particular.
 Además de los subsidios para las misas y la adoración eucarística, se ha elaborado un breve video que invita a la oración.

Viernes de la cuarta semana de Pascua

Libro de los Hechos de los Apóstoles 13,26-33. 
Habiendo llegado Pablo a Antioquía de Pisidia, decía en la sinagoga:
"Hermanos, este mensaje de salvación está dirigido a ustedes: los descendientes de Abraham y los que temen a Dios.
En efecto, la gente de Jerusalén y sus jefes no reconocieron a Jesús, ni entendieron las palabras de los profetas que se leen cada sábado, pero las cumplieron sin saberlo, condenando a Jesús.
Aunque no encontraron nada en él que mereciera la muerte, pidieron a Pilato que lo condenara.
Después de cumplir todo lo que estaba escrito de él, lo bajaron del patíbulo y lo pusieron en el sepulcro.
Pero Dios lo resucitó de entre los muertos
y durante un tiempo se apareció a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén, los mismos que ahora son sus testigos delante del pueblo.
Y nosotros les anunciamos a ustedes esta Buena Noticia: la promesa que Dios hizo a nuestros padres,
fue cumplida por él en favor de sus hijos, que somos nosotros, resucitando a Jesús, como está escrito en el Salmo segundo: Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy."



Salmo 2,6-7.8-9.10-11. 
«Yo mismo establecí a mi Rey
en Sión, mi santa Montaña.»
Voy a proclamar el decreto del Señor:
El me ha dicho: «Tú eres mi hijo,
yo te he engendrado hoy.»

«Pídeme, y te daré las naciones como herencia,
y como propiedad, los confines de la tierra."
Los quebrarás con un cetro de hierro,
los destrozarás como a un vaso de arcilla»

Por eso, reyes, sean prudentes;
aprendan, gobernantes de la tierra.
Sirvan al Señor con temor




Evangelio según San Juan 14,1-6. 
Jesús dijo a sus discípulos:
"No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí.
En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, se lo habría dicho a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar.
Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes.
Ya conocen el camino del lugar adonde voy".
Tomás le dijo: "Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?".
Jesús le respondió: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí."



Leer el comentario del Evangelio por : San Agustín  
«Nadie va al Padre sino por mí»