martes, 13 de marzo de 2018

¿Qué significa la estola? ¿Por qué el cura se la pone aunque no se vea?




Los 7 preciosos simbolismos del ornamento litúrgico insignia de la dignidad sacerdotal

No es intrascendente que la Iglesia quiera revestir a sus ministros con otro ropaje propio de la acción sagrada. Los ornamentos sacerdotales, tal como se han desarrollado a lo largo del tiempo, son una expresión de la acción sacerdotal.
Los ornamentos litúrgicos de hoy tienen sus orígenes en los ornamentos sacerdotales y levíticos de la Antigua Ley y luego en las antiguas vestiduras de los nobles romanos.
están destinados a la celebración de los santos misterios de nuestra fe,entrañan un alto sentido espiritual, tienen una funcionalidad ritual y un carácter distintivo en el orden de los ministros. Con su simbolismo enseñan a proveernos de armas espirituales en el combate contra el espíritu del mal.
Dentro de los ornamentos litúrgicos sobresale, aunque no sea muy evidente a la vista, la estola. La estola es una especie de banda que el sacerdote o el obispo cuelga del cuello sobre el pecho y ajusta con el cíngulo sobre el alba y bajo la casulla.
En el caso de los diáconos la estola va cruzada del hombro izquierdo por delante y por detrás a la parte derecha de la cintura; igualmente ceñida con el cíngulo sobre el alba y bajo la dalmática.
Después de la reforma litúrgica del Vaticano II se regresa al uso original de llevar la estola bajo la casulla pendiendo ambos lados del cuello perpendiculares y paralelos. Hasta entonces y desde la alta Edad Media, se llevaba cruzada o en forma de X, siempre debajo de la casulla.
La estola será del mismo color de la casulla y lo único que se exige que lleve la estola como decoración es una cruz en el medio (a la altura del cuello), que el ministro ordenado besa antes de ponérsela.
La disciplina actual prescribe su uso en la misa, los sacramentos y sacramentales y siempre que haya un contacto con la eucaristía.
Se desconoce con exactitud el origen de la estola, pero lo más probable es que derive del manto de oración de los judíos y más especialmente del orarium, nombre con que era conocida la estola en la antigüedad.
La palabra orarium es un término que se puede hacer derivar de orare(hablar, predicar) -de aquí la palabra oratoria-, convirtiéndose este ornamento en una insignia de los predicadores.
La Biblia la clasifica entre las vestiduras de honor. A partir del siglo XII no se utilizó más el término orarium, sino estola.
La estola va bajo la casulla porque la estola es lo primero que se recibe en la ordenación y la casulla va encima de todo porque ésta simboliza la caridad que lo cubre todo. Dicho de otra manera, la caridad es lo que debe saltar más a la vista en el sacerdote; es lo que lo debe distinguir más que otra cosa.
Simbolismo de la estola
1. Es símbolo del poder o la autoridad sacerdotal y es la insignia por excelencia de la dignidad sacerdotal.
2. Como la estola era una vestimenta utilizada por personas de cierta dignidad, simboliza la dignidad del primer hombre, del hombre antes del pecado original.
3. Simboliza la inocencia necesaria para el cumplimiento del servicio sacerdotaly el vestido de gloria con el que será revestido el siervo bueno y fiel por el Señor en recompensa de sus méritos. Evoca por tanto el traje de fiesta que el Padre impuso al hijo pródigo, al volver a casa andrajoso y avergonzado. Sólo Dios puede darnos dicho traje y hacernos dignos de presidir su mesa, de estar a su servicio.
4. Como se lleva sobre el cuello se la asimila a un yugo, el dulce yugo de Nuestro Señor; es decir las obligaciones del estado sacerdotal.
5. Simboliza a las ovejas que el buen pastor lleva sobre sus hombros.
6. La estola también significa las sogas con que Nuestro Señor fue arrastrado al Calvario.
7. La estola del diácono es símbolo de sacrificio y generosidad en el servicio de la comunidad cristiana.

¿Qué significa la vestimenta del sacerdote? Una guía práctica


Símbolos que remiten a Dios

Seguramente, si has prestado atención, puedes haber notado que las vestimentas de los sacerdotes van cambiando varias veces en el año.
Es posible que te hayas preguntado el porqué de los colores y esto sería simple de explicar: cada color tiene un significado y no solo representa algo sino que también, en cierto sentido, nos mueve.
Alguna vez he asistido a misa y al levantar la mirada me he encontrado con el sacerdote utilizando el color rojo, es un color impresionante. Al conocer el significado he prestado mayor atención en la fiesta que se celebraba.
Las vestimentas sacerdotales significan mucho más que sus colores y sus partes, son símbolos que también nos remiten a Dios en una celebración tan bella e importante como es la santa misa. Pero además nos recuerdan la misión tan generosa de nuestro sacerdotes…
El Papa Benedicto XVI reflexionaba sobre el sacerdocio y sus vestimentas diciendo que estas constituían un «revestirse de Cristo», hablar y actuar «in persona Christi» Para el sacerdote las vestimentas tienen un significado muy profundo: son un hábito de amor, son reflejo de su misión y de su identidad especial en Cristo, reflejan su entrega, su obediencia y la relación especial con Dios. Éstas son recuerdo de quiénes son y cómo han de despojarse de todas las ataduras mundanas y dejar de lado casi la propia vida para actuar en nombre del Señor. Los sacerdotes con sus vestiduras nos hablan de Dios, de la tarea que les ha encomendado y de la respuesta generosa al oír su llamado de elegir libremente cargar el yugo para gloria de Dios y para la salvación de los hombres.
Esta infografía que hemos preparado nos explica cada una de estas piezas y su significado. Que la próxima vez que estemos en presencia de un sacerdote, y sobre todo en misa, observemos no solo los colores que nos recuerdan los tiempos litúrgicos, sino la respuesta generosa que estos hombres han dado a la llamada de Dios.
«Así como en el bautismo se da un intercambio de vestiduras, un intercambio de destino, una nueva comunión existencial con Cristo, también en el sacerdocio tiene lugar un intercambio en la administración de los sacramentos, en los que el sacerdote actúa in persona Christi. En los sagrados misterios el no se representa a sí mismo, ni habla expresándose a sí mismo, sino que habla en lugar de Otro, de Cristo» (S.S Benedicto XVI).

Vestimenta Sacerdote

El Papa Francisco cumple cinco años de Pontificado


Este martes 13 de marzo se cumplen cinco años desde que Jorge Mario Bergoglio se convirtiera en el Papa Francisco. De esta forma, con 81 años, culmina su primer lustro como Pontífice con una llamativa paz interior, en plenitud de fuerzas y con la mirada puesta en un sinfín de acontecimientos.
En el sexto año de pontificado que ahora comienza, el Santo Padre canonizará a un nuevo antecesor en el cargo. Tras elevar a los altares en 2014 a Juan XXIII y a Juan Pablo II, en 2018 Francisco declarará santo al Papa Pablo VI. De momento no hay fecha prevista para la canonización, aunque se espera que esta se pueda celebrar en el Vaticano tras el Sínodo de Obispos convocado para octubre.
Más inmediato en el calendario se sitúa el encuentro presinodal, que acogerá en Roma, entre el 19 y el 24 de marzo, a más de 300 jóvenes de todo el mundo. Y tras el presínodo llegará el Sínodo, que se celebrará entre el 3 y el 28 de octubre. En él se reflexionará sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional.
Tanto el Sínodo como el presínodo son una muestra más de la especial atención que el Papa ha dedicado a las nuevas generaciones desde que fuera elegido Pontífice en 2013, tras la renuncia de Benedicto XVI.
La familia
La de octubre será la segunda Asamblea General Ordinaria del Sínodo de Obispos que tiene lugar durante el pontificado de Francisco. Ya en 2015 Bergoglio convocó un Sínodo sobre la Familia, y un año antes un Sínodo extraordinario sobre esta misma cuestión.
La defensa de la familia ha sido uno de los asuntos de importancia para Francisco en estos cinco años. Según ha señalado en numerosas ocasiones, genera fuertes vínculos que son el mejor antídoto contra el individualismo. Por ello, otro de los grandes acontecimientos que ha convocado para este 2018 es el IX Encuentro Mundial de las Familias, que tendrá lugar en Dublín del 21 al 26 de agosto.
De momento no hay confirmación por parte del Vaticano sobre la asistencia del Santo Padre. De confirmarse, sería el segundo Pontífice en visitar Irlanda, después del histórico periplo que realizó Juan Pablo II en 1979, cuando llegó a congregar a más de un millón de personas en el dublinés Phoenix Park.
Los viajes
En el catálogo de los viajes, el de Irlanda se sumaría a los ya realizados por Bergoglio desde 2013 a Brasil, Turquía, Corea del Sur, Tierra Santa, Ecuador, Bolivia, Panamá, Cuba, Estados Unidos, México y más recientemente Birmania (Myanmar), Bangladesh, Chile y Perú entre otros.
Francisco ya tiene programado un viaje a Ginebra el próximo 21 de junio, en la celebración del 70 aniversario del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), que se ocupa del diálogo ecuménico entre las diferentes realidades cristianas. Y entre el 22 y 25 de septiembre, visitará Estonia, Letonia y Lituania en un nuevo paso de acercamiento hacia los ortodoxos y a Rusia.
La diplomacia
Este gesto seguirá al histórico encuentro que mantuvieron el Papa Francisco y el patriarca ortodoxo ruso Cirilo en 2016 en La Habana, el primero de los líderes de las dos Iglesias desde el Gran Cisma de 1054.
En los últimos cinco años, Bergoglio se ha esforzado por tender puentes y entre sus éxitos diplomáticos destaca el deshielo, en el que medió, entre Cuba y Estados Unidos en 2014, o el encuentro sin precedentes ese mismo año en el Vaticano de los presidentes de Israel, Simón Peres, y de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás.
Su carácter de Papa mediador y conciliador le han llevado a defender el diálogo y la reconciliación en países como Venezuela y Colombia, y también ha condenado la explotación infantil, la trata de personas, la posesión de armas nucleares, las guerras y el terrorismo yihadista.
EFE/Alfa y Omega
Fecha de Publicación: 13 de Marzo de 2018

Martes de la cuarta semana de Cuaresma


Libro de Ezequiel 47,1-9.12. 

Un ángel me llevó a la entrada de la Casa, y vi que salía agua por debajo del umbral de la Casa, en dirección al oriente, porque la fachada de la Casa miraba hacia el oriente. El agua descendía por debajo del costado derecho de la Casa, al sur del Altar.
Luego me sacó por el camino de la puerta septentrional, y me hizo dar la vuelta por un camino exterior, hasta la puerta exterior que miraba hacia el oriente. Allí vi que el agua fluía por el costado derecho.
Cuando el hombre salió hacia el este, tenía una cuerda en la mano. Midió quinientos metros y me hizo caminar a través del agua, que me llegó a los tobillos.
Midió otros quinientos metros y me hizo caminar a través del agua, que me llegó a las rodillas. Midió otros quinientos metros y me hizo caminar a través del agua, que me llegó a la cintura.
Luego midió otros quinientos metros, y ya era un torrente que no pude atravesar, porque el agua había crecido: era un agua donde había que nadar, un torrente intransitable.
El hombre me dijo: "¿Has visto, hijo de hombre?", y me hizo volver a la orilla del torrente.
Al volver, vi que a la orilla del torrente, de uno y otro lado, había una inmensa arboleda.
Entonces me dijo: "Estas aguas fluyen hacia el sector oriental, bajan hasta la estepa y van a desembocar en el Mar. Se las hace salir hasta el Mar, para que sus aguas sean saneadas.
Hasta donde llegue el torrente, tendrán vida todos los seres vivientes que se mueven por el suelo y habrá peces en abundancia. Porque cuando esta agua llegue hasta el Mar, sus aguas quedarán saneadas, y habrá vida en todas parte adonde llegue el torrente.
Al borde del torrente, sobre sus dos orillas, crecerán árboles frutales de todas las especies. No se marchitarán sus hojas ni se agotarán sus frutos, y todos los meses producirán nuevos frutos, porque el agua sale del Santuario. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas de remedio".

Salmo 46(45),2-3.5-6.8-9. 
El Señor es nuestro refugio y fortaleza,
una ayuda siempre pronta en los peligros.
Por eso no tememos,
aunque la tierra se conmueva

y las montañas se desplomen
hasta el fondo del mar.
Los canales del Río alegran la Ciudad de Dios,
la más santa Morada del Altísimo.

El Señor está en medio de ella: nunca vacilará;
él la socorrerá al despuntar la aurora.
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro baluarte es el Dios de Jacob.

Vengan a contemplar las obras del Señor,

Él hace cosas admirables en la tierra.



Evangelio según San Juan 5,1-16. 
Se celebraba una fiesta de los judíos y Jesús subió a Jerusalén.
Junto a la puerta de las Ovejas, en Jerusalén, hay una piscina llamada en hebreo Betsata, que tiene cinco pórticos.
Bajo estos pórticos yacía una multitud de enfermos, ciegos, paralíticos y lisiados, que esperaban la agitación del agua.
[Porque el Angel del Señor descendía cada tanto a la piscina y movía el agua. El primero que entraba en la piscina, después que el agua se agitaba, quedaba curado, cualquiera fuera su mal.]
Había allí un hombre que estaba enfermo desde hacía treinta y ocho años.
Al verlo tendido, y sabiendo que hacía tanto tiempo que estaba así, Jesús le preguntó: "¿Quieres curarte?".
El respondió: "Señor, no tengo a nadie que me sumerja en la piscina cuando el agua comienza a agitarse; mientras yo voy, otro desciende antes".
Jesús le dijo: "Levántate, toma tu camilla y camina".
En seguida el hombre se curó, tomó su camilla y empezó a caminar. Era un sábado,
y los judíos dijeron entonces al que acababa de ser curado: "Es sábado. No te está permitido llevar tu camilla".
El les respondió: "El que me curó me dijo: 'Toma tu camilla y camina'".
Ellos le preguntaron: "¿Quién es ese hombre que te dijo: 'Toma tu camilla y camina?'".
Pero el enfermo lo ignoraba, porque Jesús había desaparecido entre la multitud que estaba allí.
Después, Jesús lo encontró en el Templo y le dijo: "Has sido curado; no vuelvas a pecar, de lo contrario te ocurrirán peores cosas todavía".
El hombre fue a decir a los judíos que era Jesús el que lo había curado.
Ellos atacaban a Jesús, porque hacía esas cosas en sábado.