sábado, 16 de julio de 2016

Decimosexto domingo del tiempo ordinario (fin de semana 16 y 17 de julio)

Libro de Génesis 18,1-10. 
El Señor se apareció a Abraham junto al encinar de Mamré, mientras él estaba sentado a la entrada de su carpa, a la hora de más calor.
Alzando los ojos, divisó a tres hombres que estaban parados cerca de él. Apenas los vio, corrió a su encuentro desde la entrada de la carpa y se inclinó hasta el suelo,
diciendo: "Señor mío, si quieres hacerme un favor, te ruego que no pases de largo delante de tu servidor.
Yo haré que les traigan un poco de agua. Lávense los pies y descansen a la sombra del árbol.
Mientras tanto, iré a buscar un trozo de pan, para que ustedes reparen sus fuerzas antes de seguir adelante. ¡Por algo han pasado junto a su servidor!". Ellos respondieron: "Está bien. Puedes hacer lo que dijiste".
Abraham fue rápidamente a la carpa donde estaba Sara y le dijo: "¡Pronto! Toma tres medidas de la mejor harina, amásalas y prepara unas tortas".
Después fue corriendo hasta el corral, eligió un ternero tierno y bien cebado, y lo entregó a su sirviente, que de inmediato se puso a prepararlo.
Luego tomó cuajada, leche y el ternero ya preparado, y se los sirvió. Mientras comían, él se quedó de pie al lado de ellos, debajo del árbol.
Ellos le preguntaron: "¿Dónde está Sara, tu mujer?". "Ahí en la carpa", les respondió.
Entonces uno de ellos le dijo: "Volveré a verte sin falta en el año entrante, y para ese entonces Sara habrá tenido un hijo". Mientras tanto, Sara había estado escuchando a la entrada de la carpa, que estaba justo detrás de él.



Salmo 15(14),2-3.3-4.5. 
El que procede rectamente
y practica la justicia;
el que dice la verdad de corazón
el que no daña a su hermano ni al prójimo molesta con agravios;

el que no daña a su hermano ni al prójimo molesta con agravios;
El que no se retracta de lo que juró,
aunque salga perjudicado;
El que no presta su dinero a usura

ni acepta soborno contra el inocente.
El que procede así, nunca vacilará.



Carta de San Pablo a los Colosenses 1,24-28. 
Ahora me alegro de poder sufrir por ustedes, y completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, para bien de su Cuerpo, que es la Iglesia.
En efecto, yo fui constituido ministro de la Iglesia, porque de acuerdo con el plan divino, he sido encargado de llevar a su plenitud entre ustedes la Palabra de Dios,
el misterio que estuvo oculto desde toda la eternidad y que ahora Dios quiso manifestar a sus santos.
A ellos les ha revelado cuánta riqueza y gloria contiene para los paganos este misterio, que es Cristo entre ustedes, la esperanza de la gloria.
Nosotros anunciamos a Cristo, exhortando a todos los hombres e instruyéndolos en la verdadera sabiduría, a fin de que todos alcancen su madurez en Cristo.



Evangelio según San Lucas 10,38-42. 
Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa.
Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra.
Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude".
Pero el Señor le respondió: "Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas,
y sin embargo, pocas cosas, o más bien, una sola es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada".



Leer el comentario del Evangelio por : San Bernardo  
Marta y María

¿Qué es el escapulario de la Virgen del Carmen?

Seguramente se ha cruzado por la calle con gente que lo llevaba puesto sin ser visto. Es el escapulario de la Virgen del Carmen, una devoción nacida en el siglo XII en la Orden Carmelita.

P. MICEAL O´NEILL
Carmelita

"El entonces Superior general, un inglés llamado Simon Stock, tuvo una visión en la que la Virgen María le dio esta prenda, el escapulario, y le prometió que cuidaría de la nueva familia religiosa carmelita”.

La Virgen María prometió una especial protección durante la vida y en el momento de la muerte a quien lo llevara puesto. Rápidamente, la devoción se extendió a otras órdenes religiosas y se convirtió en una devoción popular. 

Esta pequeña prenda recuerda el hábito de los carmelitas. Las personas que lo llevan se comprometen a vivir una vida de oración, devoción a la Virgen María y compromiso con la Iglesia. 

P. MICEAL O´NEILL
Carmelita

"Se le añadió este significado de protección durante la vida y en el momento de la muerte. Algo que durante los siglos se convirtió en muy importante para muchas personas. Así, la devoción al escapulario carmelita creció muy rápidamente”.

Esta devoción popular incluye el privilegio sabatino que garantiza a quien lo lleve ir al Cielo el primer sábado después de su muerte.

También es una devoción muy extendida entre los papas. Juan Pablo II la vivió durante toda su vida. 

P. MICEAL O´NEILL
Carmelita

"No era ningún secreto que él ha llevado el escapulario toda su vida y habló de él, como una expresión de su particular amor por la Virgen María”.

Tras el Concilio Vaticano II, se dio un nuevo impulso al escapulario de la Virgen del Carmen

Mucha gente pide a los carmelitas que le impongan el escapulario con una pequeña oración. La medalla puede ser de tela o de metal con una imagen del Sagrado Corazón en el reverso. Cualquier sacerdote puede imponer el escapulario al cristiano que lo solicita. Y quien lo lleva se vincula de alguna forma a la familia carmelita. 


16 de julio: Fiesta de la Virgen del Carmen, la más bella flor del jardín de Dios
Según la tradición, un 16 de julio de 1251, San Simón Stock, superior en ese entonces de los Carmelitas, se encontraba en profunda oración rogando por sus religiosos perseguidos cuando la Virgen se le apareció con el hábito de la Orden en la mano y le entregó el escapulario.
Tiempo después la devoción a la Virgen del Carmen fue floreciendo y la espiritualidad carmelita se extendió por varios lugares del mundo.
La Fiesta de Nuestra Señora del Carmen, que se celebra cada 16 de julio, es además símbolo del encuentro entre la Antigua y la Nueva Alianza porque fue en el monte Carmelo (que en vocablo hebreo significa jardín) donde el profeta Elías defendió la fe del pueblo escogido contra los paganos.
Se dice que Elías y Eliseo permanecieron en el Monte Carmelo y con sus discípulos vivieron de manera contemplativa, como eremitas en oración. A mediados del siglo XII de nuestra era, San Bertolo fundó la ermita de la Orden del Carmelo y varios sacerdotes latinos fueron a vivir al Carmelo como eremitas.
Por el 1205 San Alberto, patriarca de Jerusalén, entregó a los eremitas del Carmelo una regla de vida, que fue aprobada por el Papa Honorio III en 1226. Ellos tenían la misión de vivir en la forma de Elías y de María Santísima, a quien veneraban como la Virgen del Carmen.
En el Siglo XIII, el Papa Inocencio IV concedió a los carmelitas el privilegio de ser incluidos entre las órdenes mendicantes junto con los franciscanos y dominicos. Los carmelitas han pasado por algunas reformas, siendo la más grande la que hicieran Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. A través de los siglos esta espiritualidad ha dado muchos santos a la Iglesia.
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