martes, 9 de agosto de 2016

El Papa Francisco canonizará a Teresa de Calcuta el 4 de septiembre en la Plaza de San Pedro Será canonizada un día antes de que se cumplan los 19 años de su fallecimiento




La beata Teresa de Calcutaserá canonizada el próximo 4 de septiembreen una ceremonia que presidirá el Papa Francisco y que se celebrará en la Plaza de San Pedro, confirmó este viernes el Vaticano.
La Santa Sede precisó que el rito de la canonización, decretada por el Pontífice el pasado 15 de marzo, formará parte de los actos previstos ese día, además de la celebración de la misa y que comenzará a las 10:30 horas locales (08:30 GMT).
Teresa de Calcuta, fundadora de la Orden de las Misioneras de la Caridad, será canonizada un día antes de que se cumplan los 19 años de su fallecimiento en esa ciudad india y durante el Año Santo Extraordinario de la Misericordia.
El anuncio de la canonización de Teresa de Calcuta se produjo en marzo pasado después de que la Iglesia Católica aprobara por unanimidad la «curación extraordinaria» de un hombre brasileño en 2008 que se encontraba en fase terminal por graves problemas cerebrales tras la intercesión de la futura santa.
Con la aprobación por parte del Papa de ese segundo milagro, requisito fundamental para la canonización, se puso fin a un proceso por el que ya fue beatificada en 2003, durante el Pontificado de Juan Pablo II, que la definió como «infatigable benefactora de la Humanidad».
La madre Teresa, que se llamaba Gonxha Bojaxhiu, nació en Skopje (entonces territorio albanés) el 26 de agosto de 1910 y falleció en Calcuta (India) el 5 de septiembre de 1997, y fue proclamada beata el 19 de octubre de 2003 en una ceremonia multitudinaria en la Plaza de San Pedro del Vaticano

9 de agosto: Santa Edith Stein, judía convertida y víctima de los nazis Por Abel Camasca



9 de agosto: Santa Edith Stein, judía convertida y víctima de los nazis
Edith Stein –luego Sor Teresa Benedicta de la Cruz – nació en Breslau (1891), ciudad que perteneció a Alemania y que luego pasó a Polonia. En la adolescencia dejó la religión judía porque no encontraba en ella sentido a su vida.
Más adelante llegó a ser una brillante estudiante de fenomenología en la Universidad de Gottiengen y el filósofo Husserl la escogió antes que a Martín Heidegger (uno de los filósofos más importantes del siglo XX) como asistente de cátedra. Finalmente Edith recibió el título de Filosofía de la Universidad de Friburgo.
Por su alto sentido de solidaridad se enlistó en la Cruz Roja como enfermera durante la Primera Guerra Mundial, destacando por su amabilidad, servicio y dominio de sí misma.
En 1921 Edith decide acompañar a una amiga que había quedado viuda y se quedó impactada al encontrarla con una gran paz y fe en Dios. Es así que deseó conocer la fuente de estas gracias y empezó a leer, en casa de la viuda, la biografía de Santa Teresa de Jesús.
Entró en un estado de crisis profunda y a la vez de purificación hasta que meses después decide ser bautizada. Busca la ayuda de un sacerdote y recibe el sacramento en 1922. Al ser católica se siente más judía porque encuentra en Jesucristo el sentido de toda su fe y vida.
Poco a poco va brotando la inquietud vocacional en ella, mientras es acompañada por su director espiritual. Ingresa a trabajar como maestra en la escuela de formación de maestras de las dominicas de Santa Magdalena, dicta conferencias, traduce libros, destaca profesionalmente y por momentos se escapa para encontrar paz en la abadía benedictina de Beuron.
Las situaciones políticas en Alemania empiezan a empeorar, pero Edith no se desanima e ingresa al Carmelo, que había sido su sueño por muchos años, y dejando la fama. El 15 de abril de 1934 toma el hábito carmelitano y cambia su nombre a Teresa Benedicta de la Cruz.
La situación para los judíos empeora y Edith pide ser trasladada para evitar peligros a las religiosas del lugar. Es enviada a una comunidad en Holanda junto con su hermana Rosa, quien también se había convertido al cristianismo y servía como hermana lega.
Cuando se dan las deportaciones de judíos, los luteranos, calvinistas y católicos acuerdan leer en con conjunto un texto de protesta durante los servicios religiosos. Los nazis amenazan con también deportar a los judíos conversos y sólo el Papa Pío XII se mantiene firme.
Las fuerzas nazis de ocupación declaran a todos los católicos - judíos como “apartidas”, un cuerpo militar nazi ingresa al convento carmelita y se lleva a Edith con Rosa. Al salir, la santa toma de la mano a su hermana y le dice: “Ven, vayamos, por nuestro pueblo”.
Fueron llevadas al campo de concentración de Westerbork y los prisioneros quedaban admirados del testimonio de paz de Santa Edith, quien se preocupaba por ayudar y dar consuelo a los demás aún en las duras condiciones de humillaciones y tormentos que vivían.
Son enviadas a Auschwitz, junto a unos mil judíos, y llegan al campo de concentración el 9 de agosto de 1942. Inmediatamente los prisioneros son conducidos a la cámara de gas y Santa Edith parte a la Casa del Padre, ofreciendo su vida por la salvación de las almas, la liberación de su pueblo y la conversión de Alemania.
Santa Edith Stein fue canonizada por San Juan Pablo II en 1998, quien le dio el título de “mártir por amor” y en octubre de 1999 fue declarada co-patrona de Europa.

Martes de la decimonovena semana del tiempo ordinario

Libro de Ezequiel 2,8-10.3,1-4. 
Y tú, hijo de hombre, escucha lo que te voy a decir; no seas rebelde como ese pueblo rebelde: abre tu boca y come lo que te daré.
Yo miré y vi una mano extendida hacia mí, y en ella había un libro enrollado.
Lo desplegó delante de mí, y estaba escrito de los dos lados; en él había cantos fúnebres, gemidos y lamentos.
El me dijo: Hijo de hombre, come lo que tienes delante: como este rollo, y ve a hablar a los israelitas.
Yo abrí mi boca y él me hizo comer ese rollo.
Después me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu vientre y llena tus entrañas con este libro que yo te doy. Yo lo comí y era en mi boca dulce como la miel.
El me dijo: Hijo de hombre, dirígete a los israelitas y comunícales mis palabras.



Salmo 119(118),14.24.72.103.111.131. 
Me alegro de cumplir tus prescripciones,
más que de todas las riquezas.

Porque tus prescripciones son todo mi deleite,
y tus preceptos, mis consejeros.

Para mí vale más la ley de tus labios
que todo el oro y la plata.

¡Qué dulce es tu palabra para mi boca,
es más dulce que la miel!

Tus prescripciones son mi herencia para siempre,
porque alegran mi corazón.

Abro mi boca y aspiro hondamente,
porque anhelo tus mandamientos.





Evangelio según San Mateo 18,1-5.10.12-14. 
En aquel momento los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: "¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?".
Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos
y dijo: "Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos.
Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos.
El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí mismo.
Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial."
¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y una de ellas se pierde, ¿no deja las noventa y nueve restantes en la montaña, para ir a buscar la que se extravió?
Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se extraviaron.
De la misma manera, el Padre que está en el cielo no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños."



Leer el comentario del Evangelio por : San Ambrosio  
«Vuestro Padre del cielo no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños»