martes, 11 de julio de 2017

Los obispos buscan soluciones frente a la escasez de sacerdotes


Reparto de sacerdotes entre diócesis, potenciación del diácono permanente… Ante la escasez de clero, se buscan soluciones imaginativas

Hace unas semanas el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) apuntaba un dato preocupante. En nuestro país mueren más personas de las que nacen. Algo parecido ocurre con el clero. Desde hace ya varios años, fallecen más sacerdotes de los que se ordenan. Y los que ejercen actualmente el ministerio tienen una edad media de 65 años. En algunas diócesis como San Sebastián o Solsona superan incluso los 70. Los pronósticos más pesimistas auguran que en cinco años habrá diócesis que no podrán atender a los fieles por el envejecimiento de los sacerdotes. El relevo generacional tampoco está del todo garantizado. En las últimas dos décadas, la cifra de seminaristas mayores se ha mantenido con algunos altibajos. De los 1.997 aspirantes que había en el curso 1990-91 se ha pasado a 1.242 en 2016. Cada año se ordenan entre 120 y 150 nuevos sacerdotes.
Lejos del pesimismo, los obispos llevan tiempo buscando una respuesta coordinada a esta necesidad. Con ese objetivo, han dedicado sus últimas Asambleas Plenarias a estudiar un informe sobre la redistribución del clero. «Existe un deseo de colaboración entre las diócesis, y por lo tanto, entre los obispos», asegura a ABC el director de la Comisión Episcopal del Clero, Juan Carlos Mateos González.
Acuciante en diócesis rurales
Para este sacerdote toledano, la escasez de presbíteros «no se puede generalizar». «Hay diócesis, quizás las más rurales, en las que este problema es más acuciante, pero también hay que recordar que son zonas más despobladas. En los núcleos urbanos, en cambio, no suele haber falta de atención pastoral», apunta. Entre las diócesis más afectadas por la falta de clero figuran algunas de Cataluña —como Solsona, Urgell o Vic— el País Vasco y Castilla y León.
Según los datos de la Conferencia Episcopal, en algunas diócesis como Lugo, Burgos o Barbastro el número de parroquias es sensiblemente superior al de sacerdotes. En otras, en cambio —como Madrid, Jaén o Valencia—hay más presbíteros que parroquias.
Para buscar una solución a estos desequilibrios, los obispos han puesto sobre la mesa una singular propuesta: que las diócesis que cuentan con más presbíteros cedan sus ministros a las que más los necesitan. «Si les preguntamos a los obispos, a todos les faltan sacerdotes, pero el tono del documento refleja una sana colaboración. Otra cosa es la práctica, porque hay que tener mucho tiento para buscar a aquellos sacerdotes que tengan el deseo de insertarse en una diócesis nueva, asumiendo el proyecto pastoral de esa zona», apunta el padre Mateos.
Algunas han sido pioneras en este sentido, como Sigüenza-Guadalajara que antaño cedió sacerdotes a Madrid o Sevilla. Ese camino ahora es seguido por Valencia y Toledo. En los últimos años solo la diócesis toledana «ha exportado» más de 170 sacerdotes, tanto a otras diócesis de España como al extranjero. «Hay que ir dando pasos porque funcionamos todavía con el concepto de las diócesis cuando a lo mejor tendríamos que trabajar en una clave más eclesial o más supradiocesana», afirma el director de la comisión.
La llegada de sacerdotes extranjeros es otra de las nuevas medidas puestas en marcha. En los últimos años, cerca de 1.500 presbíteros procedentes de otras latitudes se han incorporado a las parroquias españolas. Algunos llegan a nuestro país enviados por sus respectivas diócesis para estudiar en nuestras universidades o por petición de un obispo español. «Los prelados de ambas diócesis firman un convenio en el que se especifica la tarea que realizará el sacerdote y el plazo de tiempo que permanecerá en España. Es una realidad que va creciendo año tras año», apunta el padre Mateos.
500 diáconos permanentes
Sin embargo, la medida más novedosa son los diáconos permanentes. Laicos casados y con una profesión que se forman para poder realizar tareas tan importantes como administrar el bautismo, celebrar la Liturgia de la Palabra, las exequias o los matrimonios. En España ya hay más de 500, además de otros 80 que se encuentran en la etapa de formación.
Pese a que el sacerdocio se ha convertido en un vocación con plazas disponibles, el padre Mateos está convencido de que «la mirada más objetiva» tiene que ser la de la «esperanza». «Hay muchos jóvenes que todavía se entusiasman por el seguimiento del Señor».


«No cambiaría este destino por la ciudad»
Sergio Pérez en su parroquia de Daroca
En la despoblada y envejecida comarca de Daroca (Zaragoza), los pocos sacerdotes que hay tienen que exprimir el tiempo y las fuerzas para llegar a todas las localidades. Y, de momento, lo consiguen. El padreSergio Pérez tiene 40 años, está destinado en la Colegiata de los Corporales de Daroca y, junto a otro joven cura de la zona, Ramiro Torres, atienden 12 pueblos del entorno. La carga de trabajo se les multiplicará tras el verano: desde septiembre, estos dos sacerdotes –y un tercero que va a ser destinado– tendrán que atender un total de 28 localidades. «No sabemos cómo nos vamos a organizar», afirma con preocupación, pero con optimismo. «Hoy por hoy no cambiaría este destino por la ciudad, estoy feliz aquí».
Sergio Pérez destaca «el calor humano, la acogida que brindan los habitantes en los pueblos». Afirma que, para él, ejercer el sacerdocio en el medio rural «es una acción evangelizadora y misionera, una apuesta radical de la Iglesia por municipios azotados por la despoblación en los que, en muchos casos, el cura es el único que sigue acudiendo a prestar servicio y cercanía, porque hace años que ya no tienen ni médico, ni maestro, ni guardia civil…». Eso sí, reconoce que, en ocasiones, la labor pastoral se hace cuesta arriba «en pueblos en los que no nace ningún niño desde hace décadas y, al final, lo que está a la orden del día es la soledad, la enfermedad y la muerte. Se sufre por ello, y nosotros compartimos ese sufrimiento».

¿Por qué los sacerdotes (y los diáconos) usan estola?


Esta pequeña pieza de tela es uno de los ornamentos más importantes que llevan los clérigos ordenados

Una de las vestimentas más significativas que lleva un miembro del clero ordenado es una simple banda de tela llamada estola.
La Oficina vaticana para las Celebraciones Litúrgicas explica que “la estola es un elemento distintivo del atuendo de un ministro ordenado y siempre es usada en la celebración de los sacramentos y sacramentales. Es una tira de tela bordada, según la norma, cuyo color varía de acuerdo al tiempo litúrgico o al día del santoral”.
La palabra “estola” viene del latín stola, que significa “ornamento”. Era una antigua banda de tela romana, parecida a una bufanda, que se usaba para diferenciar a los miembros de la jerarquía imperial, de modo que su uso estaba restringido a individuos de una clase específica.
La palabra stola también se usa en la Vulgata latina en ciertas ocasiones. Por ejemplo, la encontramos en el siguiente pasaje de Lucas 15,22 relacionado con el ornamento que lleva el Hijo Pródigo: “dixit autem pater ad servos suos cito proferte stolam primam et induite illum et date anulum in manum eius et calciamenta in pedes” (“pero el padre dijo a sus servidores: ‘Traigan enseguida la mejor ropa y vístanlo, pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies’”).
A veces se la vincula al “yugo de Cristo”, pero esa designación se asocia ahora a la casulla.
Actualmente, a la estola también se la denomina como la “estola de la inmortalidad”, según indica la siguiente oración:
Redde mihi, Domine, stolam immortalitatis, quam perdidi in praevaricatione primi parentis; et, quamvis indignus accedo ad tuum sacrum mysterium, merear tamen gaudium sempiternum
(Devuélveme, Señor, la estola de la inmortalidad, que perdí con la prevaricación del primer padre, y aun cuando me acerque, sin ser digno, a celebrar tus sagrados misterios, haz que merezca el gozo sempiterno).
Es una vestimenta que identifica a los miembros del clero ordenado y la llevan sacerdotes, diáconos y obispos.

11 de julio: San Benito, patrono de Europa y Patriarca de los monjes occidentales

11 de julio: San Benito, patrono de Europa y Patriarca de los monjes occidentales

 “Ora et labora” (ora y trabaja) es el famoso lema del gran San Benito Abad, Patrono de Europa y Patriarca de los monjes en occidente. Por su legado e influencia sigue siendo uno de los Santos más venerados de toda la cristiandad.
San Benito nació en Nursia (Norcia - Italia) en el 480. Su hermana gemela fue Santa Escolástica. Después de haber estudiado retórica y filosofía en Roma, San Benito se retiró de la ciudad a Enfide (actual Affile) para profundizar en el estudio y dedicarse a la disciplina ascética.
No conforme, a los 20 años se fue al monte Subiaco y vivió en una cueva con la guía de un ermitaño. Años después se fue con los monjes de Vicovaro, quienes después lo eligieron prior.
No duró así mucho tiempo ya que trataron de envenenarlo debido a la disciplina que les exigía. Como era su costumbre, San Benito hizo la señal de la cruz sobre el vaso que le habían dado y el objeto se rompió en pedazos. Después de hacerles caer en la cuenta de lo que habían hecho, se alejó de ellos.
Con un grupo de jóvenes, impresionados por su ejemplo de cristiano, fundó monasterios, uno de ellos en Monte Cassino, y escribió su famosa Regla que ha sido inspiración para numerosos reglamentos de comunidades religiosas monásticas hasta el día de hoy. Asimismo inició centros de formación y cultura.
San Benito era muy conocido por su trato amable y por sus sacrificios. Se levantaba de madrugada a rezar los salmos, oraba y meditaba por varias horas, ayunaba diariamente y acudía a los pueblos a predicar.  El Santo veía el trabajo como algo honroso que llevaba a la santidad.
De igual modo consolaba a los tristes, curaba a los enfermos, daba limosnas y alimento a los necesitados y se dice que en algunas ocasiones “resucitó” a los muertos con la ayuda de Dios.
Su amor y fuerza los encontró en Cristo crucificado y, como exorcista, sometía a los espíritus malignos con la famosa “cruz de San Benito”.
El Santo predijo la fecha de su muerte que aconteció el 21 de marzo del 547, a pocos días de que falleciera su hermana Santa Escolástica. Murió de pie en la capilla con las manos levantadas al cielo. "Hay que tener un deseo inmenso de ir al cielo", fueron sus últimas palabras.
A finales del Siglo VIII en numerosos lugares se empezó a celebrar su fiesta el 11 de julio.
Más información de San Benito aquí:

Martes de la decimocuarta semana del tiempo ordinario


Libro de Génesis 32,22-32. 

Y aquella noche Jacob permaneció en el campamento, mientras sus regalos iban delante de él.
Aquella noche, Jacob se levantó, tomó a sus dos mujeres, a sus dos sirvientas y a sus once hijos, y cruzó el vado de Iaboc.
Después que los hizo cruzar el torrente, pasó también todas sus posesiones.
Entonces se quedó solo, y un hombre luchó con él hasta rayar el alba.
Al ver que no podía dominar a Jacob, lo golpeó en la articulación del fémur, y el fémur de Jacob se dislocó mientras luchaban.
Luego dijo: "Déjame partir, porque ya está amaneciendo: .Pero Jacob replicó: "No te soltaré si antes no me bendices".
El otro le preguntó: "¿Cómo te llamas?", "Jacob", respondió.
El añadió: "En adelante no te llamarás Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido".
Jacob le rogó: "Por favor, dime tu nombre". Pero él respondió: "¿Cómo te atreves a preguntar mi nombre?". Y allí mismo lo bendijo.
Jacob llamó a aquel lugar con el nombre de Peniel, porque dijo: "He visto a Dios cara a cara, y he salido con vida".
Mientras atravesaba Peniel, el sol comenzó a brillar, y Jacob iba rengueando del muslo.

Salmo 17(16),1.2-3.6-7.8b.15. 
Escucha, Señor, mi justa demanda,
atiende a mi clamor;
presta oído a mi plegaria,
porque en mis labios no hay falsedad.
Tú me harás justicia,
porque tus ojos ven lo que es recto:

si examinas mi corazón
y me visitas por las noches,
si me pruebas al fuego,
no encontrarás malicia en mí.
Mi boca no se excedió
Yo te invoco, Dios mío, porque tú me respondes:

inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras.
Muestra las maravillas de tu gracia,
tú que salvas de los agresores
a los que buscan refugio a tu derecha.
Escóndeme a la sombra de tus alas.
Pero yo, por tu justicia, contemplaré tu rostro,

y al despertar, me saciaré de tu presencia.

Evangelio según San Mateo 9,32-38. 
En cuanto se fueron los ciegos, le presentaron a un mudo que estaba endemoniado.
El demonio fue expulsado y el mudo comenzó a hablar. La multitud, admirada, comentaba: "Jamás se vio nada igual en Israel".
Pero los fariseos decían: "El expulsa a los demonios por obra del Príncipe de los demonios".
Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias.
Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor.
Entonces dijo a sus discípulos: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos.
Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha."