miércoles, 1 de febrero de 2017

La historia de un milagro poco conocido de Don Bosco y María Auxiliadora

Don Bosco y María Auxiliadora. Imágenes dominio público

La presencia de Don Bosco en la ciudad italiana de Génova está ligada a muchas anécdotas, historias y también algunos milagros como el que relata el sacerdote salesiano P. Mauricio Verlezza.
El P. Verlezza, responsable de la Obra de Don Bosco en Sampierdarena (Génova), desde donde salieron las primeras expediciones misioneras hacia Argentina, contó a ACI Prensa que el santo sacerdote celebró una Misa en 1872 en la que participaba una gran cantidad de benefactores.  
Al final, y luego de escuchar su catequesis, todos pasaron por la sacristía de la Catedral de San Siro para recibir la bendición del fundador de los salesianos. A cada uno le obsequiaba una medallita de María Auxiliadora.
“Las medallitas que tenía en una pequeña bolsa eran muy pocas y el milagro fue que todos pudieron recibirla, pese a que la bolsita que el secretario le dio a Don Bosco realmente tenía poquísimas”.
Aquí, explicó también el sacerdote, “San Juan Bosco miraba sus sueños misioneros con un mapamundi que se conserva en el pequeño cuarto en el que reposaba durante su permanencia en Sampierdarena”.
“Uno solo es mi deseo: que sean felices en el tiempo y en la eternidad”, dejó escrito a sus jóvenes Don Bosco, que San Juan Pablo II declaró “padre y maestro de la juventud”.
San Juan Bosco partió a la Casa del Padre un 31 de enero de 1888, después de haber hecho vida aquella frase que le dijo a su alumno Santo Domingo Savio: “aquí hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres”.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en ACI Stampa

Papa Francisco: ¡Sí, abrazaremos a nuestros familiares después de la muerte! En la audiencia general habla de la “esperanza de la salvación” como la espera de una mujer embarazada


Papa Francisco: ¡Sí, abrazaremos a nuestros familiares después de la muerte!




“Después de la muerte por siempre estaremos con el Señor, es la certeza plena de la esperanza” cristiana, dijo el papa Francisco durante la audiencia general de este miércoles 1 de febrero 2017 ante seis mil fieles y peregrinos reunidos en el Aula Pablo VI del Vaticano.
Cada vez que nos enfrentamos a la muerte, ya sea la nuestra o la de un ser querido, sentimos que nuestra fe se tambalea, nos preguntamos si hay vida después de la muerte, o si volveremos a encontrarnos con los que nos han dejado”, reconoció el Obispo de Roma.
En el marco de un ciclo de audiencias sobre la esperanza cristiana, Francisco exhortó a creer en la resurrección de los muertos, así como fue la resurrección de Jesús después de la crucifixión. “Pablo, ante las dudas de la comunidad, invita a mantener sólida la «esperanza de la salvación»”.
“La esperanza cristiana es esperar en algo que ya se cumplió, pero que debe realizarse plenamente para cada uno de nosotrosPor esto, la esperanza nos exige tener un corazón pobre y humilde, que sepa confiar y esperar sólo en Dios Nuestro Señor”.
“¿Existe vida después de la muerte? ¿Volveré a abrazar a las personas que he amado?”: preguntas que “me hizo una señora hace algunos días en una audiencia”, dijo Francisco.
“Tenemos necesidad de volver a las raíces de nuestra fe” y a la conciencia “de lo hecho por Dios para nosotros en Jesucristo. La cuestión es el significado de la muerte para un cristiano. “Todos tenemos algo de miedo frente a la incertidumbre de la muerte, ¿no?”.
En este sentido, Francisco citó a san Pablo y la 1º Carta a los Tesalonicenses, donde se habla de un anciano que decía: “Yo no tengo miedo a la muerte, pero tengo algo de miedo a verla venir”, comentó Francisco con ironía.
Pablo, frente a los temores y las preocupaciones de la comunidad, invita a tener en la cabeza un casco de protección, especialmente útil en los momentos más difíciles de nuestra vida: “la esperanza de la salvación”.
Francisco instó a no confundir la esperanza cristiana con algo bello, pero pasajero, que se realiza o no. “La esperanza es tener la conciencia de que estoy en camino hacia algo que es, no que yo espero que sea”.
“La esperanza cristiana es la expectativa de algo que ya se ha hecho, y que sin duda se realizará para cada uno de nosotros”, insistió.
Entonces, Francisco indicó que la resurrección es cierta y encontraremos a nuestros seres queridos después de la muerte.
“También la resurrección y la de nuestros seres queridos, entonces, no es algo que sucederá o no, sino que es una realidad determinada, como enraizada en el acontecimiento de la resurrección de Cristo”, expresó.
La espera de la mujer embarazada y el corazón humilde
“Cuando una mujer se da cuenta de que está en embarazo, cada día aprende a vivir en la espera de ver la mirada de ese niño que vendrá. También nosotros debemos vivir y aprender de esta espera humana y vivir en la espera de mirar y encontrar al Señor. Esto no es fácil, vivir en la espera, pero se aprende“.
“La esperanza, por tanto, significa aprender a vivir en la espera. Pero esto implica un corazón humilde”. Y afirmó que “sólo el pobre sabe esperar”, al contrario de lo que sucede con quien está “lleno de sí mismo y de sus bienes”, porque él “no puede poner su confianza en nadie más que en sí mismo”, expresó.
Como invita san Pablo, el Papa recordó que rezar por nuestros seres queridos muertos es importantepara que “estén en plena comunión con Jesús”.
De la enseñanza de la Carta a los Tesalonicenses, Francisco subrayó un paso que le parece importante: “Y así, por siempre estaremos con el Señor”.
“Después de la muerte por siempre estaremos con el Señor, es la certeza plena de la esperanza”, reiteró.
Francisco exhortó a aprender a vivir la espera de la vida eterna. Entonces “le pedimos al Señor que nos ayude a educar a nuestro corazón en la esperanza en la resurrección, para que podamos aprender a vivir en la espera de la reunión con Él”  y “con todos nuestros seres queridos”.
“Y así por siempre estaremos con el Señor“, hizo repetir en coro a la multitud presente durante la audiencia.
Al final el Pontífice saludó a los peregrinos de lengua española, en particular a los provenientes de España y Latinoamérica.
Que el Señor Jesús eduque nuestros corazones en la esperanza de la resurrección, para que aprendamos a vivir en la espera segura del encuentro definitivo con Él y con todos nuestros seres queridos. Nos acompañe en este camino la presencia amorosa de María, Madre de la esperanza, muchas gracias”, concluyó.
El Papa en sus saludos a lo peregrinos en varios idiomas, dio su bienvenida a la delegación al Movimiento Católico Mundial por el Clima. “Agradezco mucho su compromiso por el cuidado de la casa común”. Asimismo, animó a las Iglesias locales y las redes comunitarias para responder con determinación al “grito de la tierra y el grito de los pobres”.
Por otro lado, rememoró que mañana se celebrará la fiesta de la Presentación del Señor y la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. De hecho, en esta ocasión, el Pontífice presidirá la misa a las 17.30 (hora de Roma) con los miembros de los Institutos de Vida Consagrada y de las Sociedades de Vida Apostólica.

Francisco en Santa Marta: Jesús no buscaba popularidad, buscaba a la gente

Reflexionando sobre cómo las multitudes acudían a Jesús al ver los milagros que hacía, el Papa, subrayó una idea: Cristo atraía porque fijaba su atención, su mirada, en cada uno. No miraba a las masas en general ni estaba pendiente de su popularidad. Le importaba cada persona.

FRANCISCO
"Yo voy, miro a Jesús, voy caminando, fijo mis ojos en Él y ¿qué me encuentro? Que Él me está mirando. Y esto me hace sentir un asombro grande. Es el asombro del encuentro con Jesús. No tengamos miedo. Sigamos este camino, siempre con la mirada puesta en Jesús. Y nos encontraremos con esta bonita sorpresa, que nos llenará de asombro. El mismo Jesús ha puesto su mirada en mí”.

El Papa recomendó imitar a los personajes que acuden a Cristo para pedirle humildemente ayuda. Su intervención, señaló, superó sus expectativas de forma asombrosa. 

EXTRACTOS DE LA HOMILÍA DEL PAPA
(Fuente: Radio Vaticana)

"No está con los guardias que lo escoltan a fin de que la gente no lo toque. ¡No, no! Se ha quedado allí, y la gente lo estrecha. Y cada vez que Jesús salía, la muchedumbre aumentaba. Los especialistas de estadísticas quizá habrían podido publicar: ‘Baja la popularidad del Rabí Jesús’… Pero Él buscaba otra cosa: buscaba a la gente. Y la gente lo buscaba a Él: la gente tenía los ojos fijos sobre Él y Él tenía los ojos fijos sobre la gente. ‘Sí, sí, sobre la gente, sobre la multitud’. ‘¡No, sobre cada uno!’. Y ésta es la peculiaridad de la mirada de Jesús. Jesús no masifica a la gente: Jesús mira a cada uno”.

"La mirada de Jesús va a lo grande y a lo pequeño. Así mira Jesús: nos ve a todos, pero mira a cada uno de nosotros. Ve nuestros grandes problemas, nuestras grandes alegrías, y ve también nuestras cosas pequeñas. Porque está cerca. Jesús no se asusta de las grandes cosas, pero también tiene en cuenta las pequeñas. Así nos mira Jesús”.

"Yo voy, miro a Jesús, camino delante, fijo la mirada en Jesús y ¿qué encuentro? ¡Que Él tiene fija la mirada sobre mí! Y esto me provoca gran estupor. Es el estupor del encuentro con Jesús. ¡Pero no tengamos miedo! No tengamos miedo, como aquella anciana que no tuvo miedo de ir a tocar el borde del manto. ¡No tengamos miedo! Corramos por este camino, siempre con la mirada fija en Jesús. Y tendremos esta bella sorpresa: nos henchirá de estupor. El mismo Jesús tiene fija su mirada sobre mí”.

Santa María de Guadalupe es luz y guía en la tormenta, asegura Cardenal mexicano

Santa María de Guadalupe es luz y guía en la tormenta, asegura Cardenal mexicano


“Santa María de Guadalupe se hará siempre presente, y en medio de esta tormenta, de este mar agitado, ella sabrá ser para nosotros una gran luz”, aseguró el Arzobispo Primado de México, Cardenal Norberto Rivera Carrera.
Así lo indicó el Purpurado en la Misa que presidió el sábado 28 de enero para el personal de la aerolínea Interjet que llegó a la Basílica de Guadalupe para dar gracias por las bendiciones de 2016 y el nuevo año 2017.
Según informa el SIAME, el Arzobispo comentó que si bien “se descomponen aviones, ocurren accidentes, se retrasan permisos, hay trabas para realizar trámites”, “ustedes tienen fe en México, en sus capacidades, en Santa María de Guadalupe que siempre los ha protegido, y que los hará salir adelante”.
El Cardenal Rivera contó luego una breve historia que leyó hace unos días sobre la confianza: “El papá y el hijo salen de la ciudad, van a un pueblo y en el camino ven venir una gran tormenta; el hijo, como ocurre con muchas otras personas, se quiere detener a la orilla del camino; sin embargo, el papá le indica que siga adelante. El hijo le dice que la tormenta ya está más fuerte, que casi todos se han salido del camino. Pero el papá insiste. El hijo siguió adelante, y al poco rato vio una gran luz. ¿Qué estás viendo?, le pregunta el padre. Una gran luz, veo todo muy claro, responde el hijo. Mientras que los que se detuvieron a la orilla del camino siguieron en medio de la tormenta. Así debemos aprender a confiar en el Señor”.
El Cardenal explicó que ante el miedo y la incertidumbre del futuro, ante las diversas problemáticas que se ven en el horizonte, “como pueblo mexicano, debemos tener fe en que vamos a salir adelante; muchas veces nosotros no sabemos cómo ni por dónde avanzar, pero si no detenemos nuestros esfuerzos, si seguimos caminando, si no nos paralizamos, con la ayuda de Dios y bajo la protección de Santa María de Guadalupe, podremos salir adelante; ella es nuestra insignia, la estrella que nos guía”.
“Todos los que estamos aquí tenemos fe en Jesucristo, que se ha manifestado entre nosotros a través de Santa María de Guadalupe; ella sale todo el tiempo a nuestro encuentro, y en los momentos de tormenta se hace presente para indicarnos el camino a seguir”.
Así como Abraham confió en el Señor al grado de estar dispuesto a sacrificar a su hijo, a quien al final no sacrificó porque Dios le dio un animal para la ofrenda, “así debemos los hombres confiar en Dios”, dijo el Cardenal Rivera.
“Todos a veces tenemos miedo de seguir adelante, sobre todo cuando en el camino no se puede ver con claridad. Ojalá que siempre pudiéramos ver que ahí está el Señor, que tuviéramos siempre presente estas palabras del Evangelio: ‘Señor, salva a los que perecemos’”, resaltó.

¿Por qué voy al sagrario y Jesús no siempre me da lo que le pido?

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El domingo, al salir de misa, la conductora de un programa en FeTV, la Televisión Católica en Panamá, me invitó a participar. Acepté sin dudarlo.
Hace 15 años estaba en la residencia del Focolar viendo un  vídeo de Chiara Lubich su fundadora. Ella les hablaba a unos jóvenes artistas. Le dijo: “Nunca pierdan una oportunidad de hablar de Dios. En una fiesta, un programa de radio, en la universidad. Donde quiera que vayan hablen de Dios. Que Dios vuelva a estar de moda”.
Estas palabras me golpearon con fuerza el alma. Desde entonces, aunque me cuesta y mucho, no desaprovecho cada oportunidad que se presente para hablar de Dios.
Es un privilegio que se nos da a todos, a ti, a  mí.
Escribir es un oficio solitario. Estás tú y el computador y tus ideas que fluyen con facilidad.  En un estudio de Televisión todo es más complicado. Te sudan las manos, se te traban las palabras.  Por eso antes de ir siempre paso primero a un oratorio donde está Jesús Sacramentado en el sagrario y me quedo allí en silencio, preparándome para hablar de Él.
Suelo preguntarle: “¿Qué quieres que diga?” Casi siempre es lo mismo: “Diles que los amo”.
El programa fue muy ameno. Hablamos de los libros que escribo, de este blog en Aleteia, de mis visitas al sagrario, donde siempre encuentro la paz y la serenidad que necesito para vivir.  De pronto alguien llamó al estudio de FeTv e hizo esta interesante pregunta:
“Usted nos habla siempre del sagrario. ¿Por qué voy al sagrario y Jesús no siempre me da lo que le pido?”
Recordé enseguida aquella frase del Evangelio: “Pedid y se os dará” (Lc 11, 9) con la que empecé esta aventura que lleva más de 30 años.
“No lo sé”, reconocí. “Tal vez te da algo que necesitas más, que no es temporal y que ayudará a tu alma. Tal vez esta espera te hará crecer y fortalecerá tu fe”.
Le narré algunas de mis experiencias y añadí: “Trato de ir todos los días a verlo, porque es mi amigo. Así de sencillo. Muchas veces me quedo en silencio. No tenemos que hablar. Otras me siento a escribir acompañándolo y en ocasiones le pido favores, cosas que necesito o que alguien más necesita. Sé con certeza que Jesús es el mejor de los amigos y que le ilusiona verte llegar ante el sagrario”.
“¿Y responde?”
Mi experiencia es que Jesús siempre responde. De una manera u otra. Y te da las gracias que necesitas para seguir”.


Intención de oración del Papa para el mes de febrero Por aquellos que están agobiados, para que encuentren acogida y apoyo en nuestras comunidades

El Papa Francisco - cuadro en la Pontificia Academia de las Ciencias


La intención de oración universal del papa Francisco para este mes de febrero es:
Acoger a los necesitados. 
Por aquellos que están agobiados, especialmente los pobres, los refugiados y los marginados, para que encuentren acogida y apoyo en nuestras comunidades.
Las claves son: Acogida – Apoyo – Comunidades



Miércoles de la cuarta semana del tiempo ordinario


Carta a los Hebreos 12,4-7.11-15. 

Hermanos:
En la lucha contra el pecado, ustedes no han resistido todavía hasta derramar su sangre.
Ustedes se han olvidado de la exhortación que Dios les dirige como a hijos suyos: Hijo mío, no desprecies la corrección del Señor, y cuando te reprenda, no te desalientes.
Porque el Señor corrige al que ama y castiga a todo aquel que recibe por hijo.
Si ustedes tienen que sufrir es para su corrección; porque Dios los trata como a hijos, y ¿hay algún hijo que no sea corregido por su padre?
Es verdad que toda corrección, en el momento de recibirla, es motivo de tristeza y no de alegría; pero más tarde, produce frutos de paz y de justicia en los que han sido adiestrados por ella.
Por eso, que recobren su vigor las manos que desfallecen y las rodillas que flaquean.
Y ustedes, avancen por un camino llano, para que el rengo no caiga, sino que se cure.
Busquen la paz con todos y la santificación, porque sin ella nadie verá al Señor.
Estén atentos para que nadie sea privado de la gracia de Dios, y para que no brote ninguna raíz venenosa capaz de perturbar y contaminar a la comunidad.

Salmo 103(102),1-2.13-14.17-18a. 
Bendice al Señor, alma mía,
que todo mi ser bendiga a su santo Nombre;
bendice al Señor, alma mía,
y nunca olvides sus beneficios.

Como un padre cariñoso con sus hijos,
así es cariñoso el Señor con sus fieles;
él conoce de qué estamos hechos,
sabe muy bien que no somos más que polvo.

Pero el amor del Señor permanece para siempre,
y su justicia llega hasta los hijos y los nietos
de los que lo temen y observan su alianza.



Evangelio según San Marcos 6,1-6. 
Jesús salió de allí y se dirigió a su pueblo, seguido de sus discípulos.
Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba estaba asombrada y decía: "¿De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada y esos grandes milagros que se realizan por sus manos?
¿No es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?". Y Jesús era para ellos un motivo de tropiezo.
Por eso les dijo: "Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa".
Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de curar a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos.
Y él se asombraba de su falta de fe. Jesús recorría las poblaciones de los alrededores, enseñando a la gente.