miércoles, 7 de marzo de 2018

Si sabes de religión católica, anímate a participar en estas olimpiadas

Si sabes de religión católica, anímate a participar en estas olimpiadas

La Archidiócesis de Valladolid ha lanzado una particular competición. Se llama ReliCat Games y se trata de una olimpiada de conocimientos de Religión Católica.
Asignaturas como Matemáticas o Física tienen sus propias competiciones, ahora la asignatura de Religión y Moral Católica también. Esta ya se ha organizado a nivel diocesano en otras ciudades de España como Madrid o Málaga, pero ahora se lanza en la Archidiócesis de Valladolid.
Según las bases del concurso pueden participar estudiantes desde 5º de Primaria hasta Bachillerato, que se dividirán en distintas categorías según las edades.
Para llegar a la fase final de la Olimpiada se debe pasar primero por una selección en el propio centro educativo. Ésta será individual y tendrá lugar el 17 de febrero.
Después, los tres o seis mejores de cada colegio pasarán a una prueba por equipos el 10 de marzo, donde representarán a su escuela y competirán entre los distintos centros inscritos.
Ahí tendrán que responder a preguntas como ¿cuál fue el primer milagro de Jesús?, o representar mediante gestos algún término concreto de la religión católica.
Todos los participantes tendrán un premio, pero los finalistas y ganadores de esta olimpiada de religión podrían llevarse un viaje a Roma (Italia) o Tierra Santa.
Una de las organizadoras, María Jesús de Pedro, aseguró al diario ABC que no descarta que en el futuro esta competición se realice de manera nacional.
Mons. Luis Argüello, Obispo Auxiliar de Valladolid (España), calificó esta iniciativa como “muy oportuna” ya que, según precisó, se trata de una asignatura que proporciona una “formación lo más integral posible para los niños y jóvenes”.
Si quieres participar, puedes hacer click aquí: http://relicatgames.es/

Papa Francisco: El verdadero ayuno es ayudar a los demás


Homilía hoy en Casa Santa Marta

3 consejos para vivir con más sencillez




El minimalismo, una moda útil

No es que sea de verdad una corriente nueva, pero los hipsters y otros autoproclamados embajadores de nuestra generación parecen tender a la búsqueda del minimalismo, tanto en la ropa como en la decoración o en la música.
Simplicidad voluntaria y armoniosa
Pero el hecho es que el minimalismo puede convertirse en un paso hacia un estilo de vida más sano, incluso más cristiano.
Me explico: decirse minimalista es ir a lo esencial, despojarse de lo superfluo para conseguir una simplicidad voluntaria y más armoniosa.
Sin embargo, hay un abismo entre la regla franciscana, donde la consigna es una simplicidad en su estado más crudo, y la moda transmitida por diversos blogueros y blogueras convencidos de haber entendido todo el interés de esta feliz sobriedad. Aunque hay algo en común que les une: la búsqueda de la felicidad a través del desapego y el orden.
Hemos reunido para vosotros 3 consejos minimalistas para simplificar vuestro día a día al tiempo que cultiváis la noción cristiana del espíritu de pobreza y simplicidad:
1. Comencemos por lo básico y más generalizado: el plan 333. Se trata de desechar del exceso de ropa que satura vuestros armarios. Sólo se permiten 33 piezas (¡accesorios, bolsos y zapatos incluidos, señoras!) para 3 meses. Se renueva el vestuario cada tres meses para adaptarnos a las estaciones y así se aprende a elegir precisamente la ropa necesaria, y no los caprichos consumistas que se terminan usando sólo dos o tres veces. Ni que decir tiene que la ropa sobrante (y en buen estado) no va a la basura, sino que se aprovecha para caridad.
2. La gran limpieza: ordenar por desalojo ha siempre sido el método más eficaz. Es decir, hay que recorrer todas las habitaciones de la casa con dos bolsas: en una terminará todo aquello que estéis dispuestos a mandar a la basura, en la otra irán las cosas que no pertenezcan a esa habitación. Una vez finalizada esta primera criba, hay que abordar una segunda clasificación más específica. Todo objeto que no sea útil o que no hayáis utilizado durante el último año, a una caja de cartón. Conservad treinta días más esta caja en un rincón de la casa. Si en efecto no habéis vuelto a necesitar estos objetos, ¡donadlos a alguna ONG que los necesite!
3. Reparar los objetos rotos. Siempre parece más rápido, más simple y más cómodo tirar algo y sustituirlo comprando uno nuevo, sobre todo si el objeto en cuestión no es caro. La sociedad del consumismo nos empuja a ello. Sin embargo, la mayor parte de las veces no es necesario tener un título de ingeniero para hacer alguna chapuza… La generación de nuestros abuelos no tiraba nada, reparaban las cosas. Es la misma mentalidad que hace perdurar a los matrimonios que tal vez son más frágiles, porque se renuevan en vez de desecharlos con el divorcio.
Encontraréis otros miles de planes minimalistas buscando un poco, nuestros vecinos angloparlantes colman la web de blogs sobre el tema.
Hay uno que, aunque no sea especialmente cristiano, destaca por ofrecer buenas ideas a la hora de aplicar el minimalismo a la vida cotidiana; se llama Be more with less. Si no, ¡también os queda elegir la vida de san Francisco!

Miércoles de la tercera semana de Cuaresma


Deuteronomio 4,1.5-9. 

Moisés habló al pueblo, diciendo:
"Y ahora, Israel, escucha los preceptos y las leyes que yo les enseño para que las pongan en práctica. Así ustedes vivirán y entrarán a tomar posesión de la tierra que les da el Señor, el Dios de sus padres.
Tengan bien presente que ha sido el Señor, mi Dios, el que me ordenó enseñarles los preceptos y las leyes que ustedes deberán cumplir en la tierra de la que van a tomar posesión.
Obsérvenlos y pónganlos en práctica, porque así serán sabios y prudentes a los ojos de los pueblos, que al oir todas estas leyes, dirán: "¡Realmente es un pueblo sabio y prudente esta gran nación!".
¿Existe acaso una nación tan grande que tenga sus dioses cerca de ella, como el Señor, nuestro Dios, está cerca de nosotros siempre que lo invocamos?.
¿Y qué gran nación tiene preceptos y costumbres tan justas como esta Ley que hoy promulgo en presencia de ustedes?.
Pero presta atención y ten cuidado, para no olvidar las cosas que has visto con tus propios ojos, ni dejar que se aparten de tu corazón un sólo instante. Enséñalas a tus hijos y a tus nietos."

Salmo 147,12-13.15-16.19-20. 
¡Glorifica al Señor, Jerusalén,
alaba a tu Dios, Sión!
El reforzó los cerrojos de tus puertas
y bendijo a tus hijos dentro de ti.

Envía su mensaje a la tierra,
su palabra corre velozmente;
reparte la nieve como lana
y esparce la escarcha como ceniza.

Revela su palabra a Jacob,
sus preceptos y mandatos a Israel:
a ningún otro pueblo trató así
ni le dio a conocer sus mandamientos.



Evangelio según San Mateo 5,17-19. 
Jesús dijo a sus discípulos:
«No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento.
Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice.
El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.»