martes, 3 de abril de 2018

Carta del Apostol Pablo a los cinéfilos El 23 de marzo se estrena una película sobre San Pablo realizada en Hollywood La historia contará los últimos días de Pablo en Roma y cómo se escribieron los Hechos de los Apóstoles


el 23 de marzo se estrena la película Pablo el apóstol de Cristo
De un tiempo a esta parte en el cine estadounidense se están produciendo varias películas que tienen una temática bíblica. El comienzo de esta época puede estar en La Pasión que rodó Mel Gibson y en la que se narraban los últimos días de Jesús con toda su crudeza, pero a raíz de esta película surgieron algunas otras como Risen (Resucitado), Full of Grace o Noé. En España también se ha dado un resurgimiento de películas basadas en temas de fe como Tierra de María, La última cima o Poveda, entre otras.
Ahora, desde la meca del cine nos llega la última producción, que se estrena el 23 de marzo, en la que nos mostrarán los últimos días de la vida de San Pablo, el apóstol que fue capaz de llevar hasta la mismísima Roma la fe en el Nazareno, pese a haber sido uno de los perseguidores de los primeros cristianos.

Pablo en Roma

La historia comienza en Roma, San Pablo, ya mayor, es capturado y acusado de prender fuego a la Roma de Nerón, sus esfuerzos por transmitir el evangelio por las distintas ciudades el imperio puede quedar en nada. La soledad se hace fuerte en el interior de la celda.
A acompañar los últimos momentos de su vida llega Lucas, un médico que ya ha sido discípulo de Pablo y que quiere volver a encontrarse con su maestro. Una vez juntos el proyecto de dejar por escrito la historia de Pablo se traducirá en el libro de los Hechos de los Apóstoles.

El reparto

Una de las claves de la película será su reparto en el que se incluyen figuras de reconocido prestigio internacional. Por una parte Pablo estará interpretado por James Faulkner, actor inglés que ha participado en la premiada serie de la BBC ‘Downtown Abbey’. Para interpretar a su discípulo Lucas cuentan con Jim Caveziel que interpretó a Jesucristo en La Pasión. Para contrarrestar a estos aparece el actor francés Olivier Martínez, que tomará el papel de Nerón, el perseguidor.
Tanto en el guion como en la dirección estará Andrew Hyatt, que ya ha participado como guionista y director en películas como Llena de Gracia o The last light.

9 ideas positivas para cuidar a familiares enfermos en casa


Los enfermos de larga duración son nuestro tesoro. En el día a día podemos hacer que comprueben nuestro cariño.

1. Darles la mejor habitación de la casa. Aunque a veces la mejor habitación es la de uno mismo, sean como sean sus condiciones. Para las personas mayores que han vivido décadas en el mismo lugar, la habitación es una parte de ellos. Puede incluso que una abuelita haya dado luz ahí. Pero cuando se trata de una enfermedad de larga duración, hay que pensar en las condiciones para el bienestar del enfermo y de toda la familia.
En esos casos, si el enfermo puede ser trasladado, hay que plantearse:
  • que esté en una habitación bien ventilada y donde se distinga el día de la noche. Es mucho más agradable una habitación con ventana, que se pueda abrir unos minutos y quede todo ventilado como mínimo una vez al día.
  • también ayuda más a la recuperación que el enfermo pueda orientarse en cuanto a la luz solar: la luz natural activa su “reloj biológico” y esto hará más fácil que duerma por la noche y esté despierto por las mañanas.
  • las condiciones higiénicas son importantes: recoger los desperdicios de la habitación al menos una vez al día (pañuelos,…) y cambiar las sábanas con frecuencia (sobre todo si hay fiebre). Unas sábanas limpias (mejor si son de algodón) resultan muy agradables.
  • que esté en un lugar que le ayude a mejorar. Parece obvio, ¿verdad? Algunas enfermedades (o al menos los primeros días) requieren silencio y quietud. En cambio, para otros males es mejor participar de la vida de la casa y estar rodeado de otras personas. Quizá es una buena opción estar (al menos unas horas) en el salón o el comedor de casa, porque así el enfermo recibe la conversación de los que van y vienen, y participa del día a día (las noticias, la salida y llegada de pequeños y mayores).
2. Encomendarles tareas a su alcance. Por ejemplo, que lean el periódico y nos pongan al día, o que den la merienda a los pequeños, que lean algún cuento con ellos…
3. Si están en una habitación aparte, que tengan algún sistema de comunicación. Van bien los escucha-bebés, porque así sabemos en cada momento qué están haciendo. También sirve que, si necesitan algo, puedan hacerse escuchar por medio de un silbato o de una campanilla. Si tienen móvil, pueden emplearlo para llamarnos o mandar un whatsapp.
© CandyBox Images/SHUTTERSTOCK
4. Que haya una persona encargada de la medicación. Que conozca bien todo lo que debe tomar el enfermo y a qué horas se le debe administrar cada medicamento. Va bien disponer de los medicamentos en un solo lugar y que sea una sola persona la que lleva esta “contabilidad”: la que prepara el pastillero y confirma lo que se ha tomado.
5. Ser prudentes con las visitas. Una visita alegra al enfermo, pero si se alarga en el tiempo puede producir cansancio. Hay que saber cortar, agradecer y despedir a los que han venido. También hay que conocer cada caso: hay personas que ayudan a mejorar, mientras que hay otras que son cargantes, negativas o pesadas. El enfermo es “público cautivo”, así que tenemos que ser nosotros los que reduzcamos la visita inoportuna.


6. Tener un plus de paciencia. Nadie quiere estar enfermo. Por eso es probable que la situación inquiete al enfermo, sobre todo si es joven y lleva tiempo encamado. Es momento de ayudarle a que aproveche el tiempo con ocupaciones que antes no tenía (manualidades, lectura de algún libro provechoso).
©Veronika Kirchner
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7. Sorprenderle con las comidas. Variar los platos. Por ejemplo, si se ha de comer verdura, diversificar entre todas las posibilidades que nos dé el mercado. Si hay una restricción alimentaria importante, podemos hacer un esfuerzo en la presentación (en Pinterest e internet en general podemos encontrar mil ideas). A veces basta con hacer una forma con la servilleta. Si el enfermo es un niño, podemos optar por servir la comida con objetos desechables, de los de fiestas de cumpleaños. Si es un adulto, agradecerá la servilleta de una mantelería buena de la familia. Inventar pequeñas celebraciones para romper la rutina de las semanas: porque es domingo, por ejemplo.
8. En el baño, que tenga a su alcance una toalla limpia siempre y agua de colonia fresca.
9. Siempre, una sonrisa por nuestra parte será el mejor acompañamiento para un enfermo. Los enfermos son las personas de la familia que mayor atención requieren y saber hacerles llevadera esa etapa es un arte. Para nosotros, es una oportunidad de crecer en espíritu de servicio, en fraternidad, en paciencia…

Martes de la Octava de Pascua

Martes de la Octava de Pascua

Libro de los Hechos de los Apóstoles 2,36-41. 
El día de Pentecostés, Pedro dijo a los judíos:
"Todo el pueblo de Israel debe reconocer que a ese Jesús que ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Mesías".
Al oír estas cosas, todos se conmovieron profundamente, y dijeron a Pedro y a los otros Apóstoles: "Hermanos, ¿qué debemos hacer?".
Pedro les respondió: "Conviértanse y háganse bautizar en el nombre de Jesucristo para que les sean perdonados los pecados, y así recibirán el don del Espíritu Santo.
Porque la promesa ha sido hecha a ustedes y a sus hijos, y a todos aquellos que están lejos: a cuantos el Señor, nuestro Dios, quiera llamar".
Y con muchos otros argumentos les daba testimonio y los exhortaba a que se pusieran a salvo de esta generación perversa.
Los que recibieron su palabra se hicieron bautizar; y ese día se unieron a ellos alrededor de tres mil.

Salmo 33(32),4-5.18-19.20.22. 
Porque la palabra del Señor es recta
y él obra siempre con lealtad;
él ama la justicia y el derecho,
y la tierra está llena de su amor.

Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles,
sobre los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y sustentarlos en el tiempo de indigencia.

Nuestra alma espera en el Señor;
él es nuestra ayuda y nuestro escudo.
Señor, que tu amor descienda sobre nosotros,
conforme a la esperanza que tenemos en ti.



Evangelio según San Juan 20,11-18. 
María se había quedado afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro
y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabecera y otro a los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús.
Ellos le dijeron: "Mujer, ¿por qué lloras?". María respondió: "Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto".
Al decir esto se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo reconoció.
Jesús le preguntó: "Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?". Ella, pensando que era el cuidador de la huerta, le respondió: "Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo".
Jesús le dijo: "¡María!". Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: "¡Raboní!", es decir "¡Maestro!".
Jesús le dijo: "No me retengas, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: 'Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de ustedes'".
María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y que él le había dicho esas palabras.