viernes, 14 de octubre de 2016

Arturo Sosa Abascal, nuevo superior general de los jesuitas

Jesuita venezolano de 67 años, es el actual delegado para las Casas y Obras internacionales de la Compañía de Jesús en Roma

Arturo Sosa Abascal, nuevo superior general de los jesuitas, con el P. Adolfo Nicolás, al que sustituye al frente de la Compañía de Jesús
El P. Adolfo Nicolás felicita a su sucesor, tras la elección de la 36ª Congregación General, hoy en Roma
M. GÓMEZ | En la mañana de hoy viernes 14 de octubre, la 36ª Congregación General de la Compañía de Jesús ha elegido al venezolano Arturo Marcelino Sosa Abascal como nuevo superior (prepósito general) de los jesuitas, haciendo el número 31. Se trata de un jesuita venezolano de 67 años, doctor en Ciencias Políticas, que ha dedicado gran parte de su vida a la docencia en prestigiosas universidades venezolanas. En la actualidad, era el delegado para las Casas y Obras internacionales de la Compañía de Jesús en Roma, por encargo del P. Adolfo Nicolás, y también consejero general de la Compañía. Fue superior de la Compañía en Venezuela entre 1996 y 2014.

Datos biográficos

  • Nacido en Caracas el 12 de noviembre de 1948. Tiene 67 años.
  • Licenciado en Filosofía en la Universidad Católica Andrés Bello y doctor en Ciencias Políticaspor la Universidad Central de Venezuela, ha impartido clases en ambas instituciones.
  • Era rector de la Universidad Católica del Táchira (2010-2014), cuando en julio de 2014 asumió el cargo de delegado para las Casas y Obras internacionales de la Compañía de Jesús en Roma: la Curia General, la Pontificia Universidad Gregoriana, el Pontificio Instituto Bíblico, el Pontificio Instituto Oriental, el Observatorio Vaticano, así como diversos colegios internacionales y residencias. Son obras apostólicas que dependen directamente del superior general pero que atiende en su nombre un delegado.
  • Además, desde 2008 es consejero general de la Compañía
  • Fue director (1985-1994) del Centro Gumilla, Centro de Investigación y Acción Social de la Compañía de Jesús en Venezuela. Entre otros cargos, también fue coordinador de Investigaciones de la Fundación Rómulo Betancourt.
  • Superior de la Compañía de Jesús en Venezuela (1996-2004), había sido antes coordinador del Apostolado Social.
  • Ha publicado diversos artículos en varias revistas: Revista SIC, Politeia, Revista Iter, Revista de la Facultad de Ciencias Políticas, etc.
  • Habla español, italiano e inglés, y entiende francés.

Papa Francisco: Cuidado con la hipocresía, lleva a la esquizofrenia espiritual Homilía hoy en Casa Santa Marta

Papa Francisco: Cuidado con la hipocresía, lleva a la esquizofrenia espiritual


Para seguir al Señor es fundamental no engañarse, no decir mentiras y así no caer en la hipocresía, esa esquizofrenia espiritual que nos hace decir muchas cosas pero no practicarlas. Esto es lo que ha dicho Papa Francisco esta mañana en Santa Marta.

Levadura buena y levadura mala: los dulces de la abuela

En el Evangelio del día, Jesús nos invita a guardarnos de la “levadura de los fariseos”, es decir de la hipocresía. Papa Francisco observa que “hay una levadura buena y una mala. La levadura que hace crecer el Reino de Dios y la levadura que solo es apariencia en el Reino de Dios. La levadura, hace crecer siempre, cuando es buena lo hace de forma consistente, sustanciosa, se hace un buen pan, una buena pasta: crece bien. Pero la levadura mala no hace crecer bien”.
Para explicarlo, Francisco cuenta una anécdota de la infancia: “Recuerdo que en Carnaval, cuando éramos niños, la abuela nos hacía dulces. Era una pasta muy fina, muy fina. Después la freía en aceite y la pasta se hinchaba, se hinchaba, pero cuando te la comías te dabas cuenta de que estaba vacía. La abuela nos decía, en dialecto llamaban mentiras a estas pastas, “estas son como las mentiras, parecen grandes, pero no tienen nada dentro, no hay nada de verdad, no hay nada de sustancia”. Y Jesús nos dice: ‘Tened cuidado con la levadura mala, la de los fariseos’ ¿Cuál es? La hipocresía. Absteneos de la levadura mala, la de los fariseos que es la hipocresía”.

Hipocresía, esquizofrenia espiritual o nominalismo existencial

La hipocresía, prosiguió el Papa, es cuando se invoca al Señor con los labios, pero el corazón está lejos de Él.
“Es una división interna, la hipocresía. Se dice una cosa y se hace otra. Es una especie de esquizofrenia espiritual. El hipócrita es un actor: parece bueno, cortés pero dentro de sí tiene un puñal, ¿eh? Pensemos en Herodes: con cuánta cortesía, y mucho miedo interiormente, recibió a los Magos. Después en el momento de la despedida dice: ‘Id y después volved, y decidme dónde está ese niño para poder ir yo a adorarle’. ¡Para matarle! El hipócrita que tiene doble cara. Es un actor”.
“Jesús, hablando de los doctores de la ley dice: ‘Estos dicen y no hacen’. Es otra forma de hipocresía. Es un nominalismo existencial: los que creen que diciendo las cosas, está todo hecho. No. Las cosas se hacen, no solo se dicen. El hipócrita es un nominalista, cree que con decir las cosas se hacen solas. Después el hipócrita es incapaz de acusarse a sí mismo: nunca encuentra en sí mismo una mancha: acusa a los demás. Pensemos en la paja y en la viga, ¿no? Así podemos describir esta levadura que es la hipocresía”.

Decirse la verdad y no mentiras

El Papa invita a hacer un examen de conciencia para entender si crecemos con la levadura buena o la mala preguntándonos: ¿Con qué espíritu hago las cosas? ¿Con qué espíritu rezo? ¿Con qué espíritu me dirijo a los demás? ¿Con qué espíritu construyo? ¿Con el espíritu que se convierte en aire?”.
Importante, concluye el Papa, es no engañarse a uno mismo, decirnos la verdad y no mentiras. ¡Con cuánta sinceridad se confiesan los niños! Nunca, nunca mienten en la confesión, no dicen cosas abstractas. ‘He hecho esto, esto y aquello…’ concretos. Los niños cuando están delante de Dios y de los demás dicen cosas concretas. ¿Por qué? Porque tienen la levadura buena, la levadura que hace crecer como crece el Reino de los Cielos. Que el Señor nos dé, a todos nosotros, el Espíritu Santo y la gracia de la lucidez para decirnos con que levadura crezco y actúo. ¿Soy una persona leal, transparente o soy un hipócrita?

Viernes de la vigésima octava semana del tiempo ordinario


Carta de San Pablo a los Efesios 1,11-14. 

Hermanos:
En Cristo hemos sido constituidos herederos, y destinados de antemano -según el previo designio del que realiza todas las cosas conforme a su voluntad-
a ser aquellos que han puesto su esperanza en Cristo, para alabanza de su gloria.
En él, ustedes, los que escucharon la Palabra de al verdad, la Buena Noticia de la salvación, y creyeron en ella, también han sido marcados con un sello por el Espíritu Santo prometido.
Ese Espíritu es el anticipo de nuestra herencia y prepara la redención del pueblo que Dios adquirió para sí, para alabanza de su gloria.

Salmo 33(32),1-2.4-5.12-13. 
Aclamen, justos, al Señor:
es propio de los buenos alabarlo.
Alaben al Señor con la cítara,
toquen en su honor el arpa de diez cuerdas.

Porque la palabra del Señor es recta
y él obra siempre con lealtad;
él ama la justicia y el derecho,
y la tierra está llena de su amor.

¡Feliz la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se eligió como herencia!
El Señor observa desde el cielo
y contempla a todos los hombres.



Evangelio según San Lucas 12,1-7. 
Se reunieron miles de personas, hasta el punto de atropellarse unos a otros. Jesús comenzó a decir, dirigiéndose primero a sus discípulos: "Cuídense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.
No hay nada oculto que no deba ser revelado, ni nada secreto que no deba ser conocido.
Por eso, todo lo que ustedes han dicho en la oscuridad, será escuchado en pleno día; y lo que han hablado al oído, en las habitaciones más ocultas, será proclamado desde lo alto de las casas.
A ustedes, mis amigos, les digo: No teman a los que matan el cuerpo y después no pueden hacer nada más.
Yo les indicaré a quién deben temer: teman a quel que, despues de matar, tiene el poder de arrojar a la Gehena. Sí, les repito, teman a ese.
¿No se venden acaso cinco pájaros por dos monedas? Sin embargo, Dios no olvida a ninguno de ellos.
Ustedes tienen contados todos sus cabellos: no teman, porque valen más que muchos pájaros."


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.







Leer el comentario del Evangelio por : Isaac el Sirio