viernes, 14 de octubre de 2016

Papa Francisco: Cuidado con la hipocresía, lleva a la esquizofrenia espiritual Homilía hoy en Casa Santa Marta

Papa Francisco: Cuidado con la hipocresía, lleva a la esquizofrenia espiritual


Para seguir al Señor es fundamental no engañarse, no decir mentiras y así no caer en la hipocresía, esa esquizofrenia espiritual que nos hace decir muchas cosas pero no practicarlas. Esto es lo que ha dicho Papa Francisco esta mañana en Santa Marta.

Levadura buena y levadura mala: los dulces de la abuela

En el Evangelio del día, Jesús nos invita a guardarnos de la “levadura de los fariseos”, es decir de la hipocresía. Papa Francisco observa que “hay una levadura buena y una mala. La levadura que hace crecer el Reino de Dios y la levadura que solo es apariencia en el Reino de Dios. La levadura, hace crecer siempre, cuando es buena lo hace de forma consistente, sustanciosa, se hace un buen pan, una buena pasta: crece bien. Pero la levadura mala no hace crecer bien”.
Para explicarlo, Francisco cuenta una anécdota de la infancia: “Recuerdo que en Carnaval, cuando éramos niños, la abuela nos hacía dulces. Era una pasta muy fina, muy fina. Después la freía en aceite y la pasta se hinchaba, se hinchaba, pero cuando te la comías te dabas cuenta de que estaba vacía. La abuela nos decía, en dialecto llamaban mentiras a estas pastas, “estas son como las mentiras, parecen grandes, pero no tienen nada dentro, no hay nada de verdad, no hay nada de sustancia”. Y Jesús nos dice: ‘Tened cuidado con la levadura mala, la de los fariseos’ ¿Cuál es? La hipocresía. Absteneos de la levadura mala, la de los fariseos que es la hipocresía”.

Hipocresía, esquizofrenia espiritual o nominalismo existencial

La hipocresía, prosiguió el Papa, es cuando se invoca al Señor con los labios, pero el corazón está lejos de Él.
“Es una división interna, la hipocresía. Se dice una cosa y se hace otra. Es una especie de esquizofrenia espiritual. El hipócrita es un actor: parece bueno, cortés pero dentro de sí tiene un puñal, ¿eh? Pensemos en Herodes: con cuánta cortesía, y mucho miedo interiormente, recibió a los Magos. Después en el momento de la despedida dice: ‘Id y después volved, y decidme dónde está ese niño para poder ir yo a adorarle’. ¡Para matarle! El hipócrita que tiene doble cara. Es un actor”.
“Jesús, hablando de los doctores de la ley dice: ‘Estos dicen y no hacen’. Es otra forma de hipocresía. Es un nominalismo existencial: los que creen que diciendo las cosas, está todo hecho. No. Las cosas se hacen, no solo se dicen. El hipócrita es un nominalista, cree que con decir las cosas se hacen solas. Después el hipócrita es incapaz de acusarse a sí mismo: nunca encuentra en sí mismo una mancha: acusa a los demás. Pensemos en la paja y en la viga, ¿no? Así podemos describir esta levadura que es la hipocresía”.

Decirse la verdad y no mentiras

El Papa invita a hacer un examen de conciencia para entender si crecemos con la levadura buena o la mala preguntándonos: ¿Con qué espíritu hago las cosas? ¿Con qué espíritu rezo? ¿Con qué espíritu me dirijo a los demás? ¿Con qué espíritu construyo? ¿Con el espíritu que se convierte en aire?”.
Importante, concluye el Papa, es no engañarse a uno mismo, decirnos la verdad y no mentiras. ¡Con cuánta sinceridad se confiesan los niños! Nunca, nunca mienten en la confesión, no dicen cosas abstractas. ‘He hecho esto, esto y aquello…’ concretos. Los niños cuando están delante de Dios y de los demás dicen cosas concretas. ¿Por qué? Porque tienen la levadura buena, la levadura que hace crecer como crece el Reino de los Cielos. Que el Señor nos dé, a todos nosotros, el Espíritu Santo y la gracia de la lucidez para decirnos con que levadura crezco y actúo. ¿Soy una persona leal, transparente o soy un hipócrita?

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