miércoles, 31 de enero de 2018

Los santos y beatos son el buque insignia de la Iglesia, afirma autoridad vaticana

Foto referencial Pixabay dominio público

El Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Cardenal Angelo Amato, afirmó que los hombres y mujeres que han logrado alcanzar el cielo “por su extraordinario testimonio evangélico, son en nuestro tiempo el buque insignia de la Iglesia y la sociedad”.
Según informa el diario del Vaticano, L’Osservatore Romano, el Purpurado hizo esta afirmación el lunes 8 de enero en la Pontificia Universidad Urbaniana.
El cardenal italiano resaltó que “la meticulosidad que se reserva a la elaboración de los productos de calidad” es la misma que “se usa también en el proceso canónico para llegar a la beatificación de los siervos de Dios y la canonización de los beatos”.
El Prefecto destacó que “el servicio de la Congregación de las Causas de los Santos a la Iglesia y la sociedad consiste en celebrar a los hombres y mujeres, pequeños y grandes, de toda lengua y nación, que han vivido de modo heroico las virtudes cristianas o han perdido la vida con el martirio, expresando con fiereza la propia identidad cristiana ante los enemigos de Dios y de la Iglesia”.
Las canonizaciones y las beatificaciones, continuó el Cardenal, llegan “al final de un proceso preciso y complejo, que cuenta con el trabajo –además de los oficiales de la Congregación y los numerosos postuladores– de muchos especialistas externos, calificados en historia, teología, derecho canónico, medicina y ciencias humanas”.
El Purpurado explicó asimismo que “el proceso canónico, si bien se funda en una calificada y sostenida experiencia plurisecular, no está nunca cerrado definitivamente, sino que permanece abierto siempre a mayores precisiones y avances”.
Prueba de ello, indicó el Cardenal, es el motu proprio del Papa Francisco publicado el 11 de julio de 2017, en el que se abrió una tercera vía para la beatificación, y que es el ofrecimiento de la vida.
Los dos caminos usuales para la beatificación han sido, y siguen siendo la vivencia heroica de las virtudes cristianas y el martirio.
Otro texto que muestra lo dicho por el Cardenal es la instrucción de la Congregación que preside sobre las reliquias de la Iglesia, publicada el 17 de diciembre de 2017.
Beatificaciones y canonizaciones en 2017
En su intervención en la Pontificia Universidad Urbaniana, el Cardenal recordó que el año pasado se realizaron 19 ceremonias de beatificación y 2 de canonización.
Las beatificaciones se llevaron a cabo en Argentina, Brasil, Colombia, Japón, India, Irlanda, Italia, Lituania, Eslovaquia, España y Estados Unidos; mientras que las canonizaciones se celebraron en Fátima (Portugal) y en el Vaticano.
El año pasado el Papa Francisco presidió las canonizaciones de los pastorcitos de Fátima, en Portugal; y de los niños mártires de Tlaxcala, en el Vaticano.

Celebración de Ntra. Sra. de Candelaria. Febrero 2018

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El viernes 2 de febrero se celebra la Solemnidad de Nuestra Señora de Candelaria. Por tal motivo, ese día el obispo presidirá la Eucaristía en la Basílica Mariana, a las 12:00 horas. Posteriormente, tendrá lugar la procesión con la venerada imagen.
Si desea ver el programa de celebraciones religiosas al completo, haga clic aquí:

Los consejos de Santo Tomás a un estudiante para conseguir la sabiduría


A lo difícil se debe llegar por lo fácil”

Puesto que me preguntaste, carísimo en Cristo, Juan, cómo te debes comportar para lograr el tesoro de la ciencia, estos consejos te doy sobre el particular:

  1. No quieras entrar inmediatamente en el mar, sino a través de los riachuelos, pues a lo difícil se debe llegar por lo fácil.

  1. Te mando que seas taciturno (callado, observador)…

  1. Procura tener limpia la conciencia.

  1. No dejes de dar tiempo a la oración.

  1. Ama el retiro prolongado de la habitación si quieres entrar en la bodega de la sabiduría.

  1. Muéstrate amable con todos.

  1. No te preocupes de las cosas de los demás (de las habladurías y cosas sin importancia…)

  1. No te muestres demasiado familiar con nadie, porque la excesiva familiaridad engendra desprecio y resta tiempo al estudio (de dar “ciertas confianzas” a personas con las que no hay amistad…)

  1. No te entrometas en modo alguno en los dichos y hechos de los seglares.

  1. No quieras tratar de todo a la vez.

  1. Procura seguir los pasos de las personas buenas y santas.

  1. Encomienda a la memoria todo lo bueno que oyes, venga de quien venga.

  1. Procura entender lo que lees o escuchas.

  1. Clarifícate en las dudas.

  1. Esfuérzate en colmar la capacidad de tu mente, cual deseoso de llenar un vaso vacío.

  1. No intentes hacer lo que supera tu capacidad.

Si sigues este camino producirás durante tu vida en la viña del Señor hojas y frutos útiles. Si atiendes a mis consejos conseguirás lo que pretendes.

Miércoles de la cuarta semana del tiempo ordinario


Segundo Libro de Samuel 24,2.9-17. 

El rey dijo a Joab, el jefe del ejército, que estaba con él: "Recorre todas las tribus de Israel, desde Dan hasta Berseba y hagan el censo del pueblo, para que yo sepa el número de la población".
Joab presentó al rey las cifras del censo de la población, y resultó que en Israel había 800.000 hombres aptos para el servicio militar, y en Judá 500.000.
Pero, después de esto, David sintió remordimiento de haber hecho el recuento de la población, y dijo al Señor: "He pecado gravemente al obrar así. Dígnate ahora, Señor, borrar la falta de tu servidor, porque me he comportado como un necio".
A la mañana siguiente, cuando David se levantó, la palabra del Señor había llegado al profeta Gad, el vidente de David, en estos términos:
"Ve a decir a David: Así habla el Señor: Te propongo tres cosas. Elige una, y yo la llevaré a cabo".
Gad se presentó a David y le llevó la noticia, diciendo: "¿Qué prefieres: soportar tres años de hambre en tu país, o huir tres meses ante la persecución de tu enemigo, o que haya tres días de peste en tu territorio? Piensa y mira bien ahora lo que debo responder al que me envió".
David dijo a Gad: "¡Estoy en un grave aprieto! Caigamos más bien en manos del Señor, porque es muy grande su misericordia, antes que caer en manos de los hombres".
Entonces el Señor envió la peste a Israel, desde esa mañana hasta el tiempo señalado, y murieron setenta mil hombres del pueblo, desde Dan hasta Berseba.
El Angel extendió la mano hacia Jerusalén para exterminarla, pero el Señor se arrepintió del mal que le infligía y dijo al Angel que exterminaba al pueblo: "¡Basta ya! ¡Retira tu mano!". El Angel del Señor estaba junto a la era de Arauná, el jebuseo.
Y al ver al Angel que castigaba al pueblo, David dijo al Señor: "¡Yo soy el que he pecado! ¡Soy yo el culpable! Pero estos, las ovejas, ¿qué han hecho? ¡Descarga tu mano sobre mí y sobre la casa de mi padre!".

Salmo 32(31),1-2.5.6.7. 
¡Feliz el que ha sido absuelto de su pecado
y liberado de su falta!
¡Feliz el hombre a quien el Señor
no le tiene en cuenta las culpas,

y en cuyo espíritu no hay doblez!
Pero yo reconocí mi pecado,
no te escondí mi culpa,
pensando: “Confesaré mis faltas al Señor”.

¡Y tú perdonaste mi culpa y mi pecado!
Por eso, que todos tus fieles te supliquen
en el momento de la angustia;
y cuando irrumpan las aguas caudalosas

no llegarán hasta ellos.
Tú eres mi refugio,
tú me libras de los peligros
y me colmas con la alegría de la salvación.


Evangelio según San Marcos 6,1-6. 
Jesús salió de allí y se dirigió a su pueblo, seguido de sus discípulos.
Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba estaba asombrada y decía: "¿De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada y esos grandes milagros que se realizan por sus manos?
¿No es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?". Y Jesús era para ellos un motivo de tropiezo.
Por eso les dijo: "Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa".
Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de curar a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos.
Y él se asombraba de su falta de fe. Jesús recorría las poblaciones de los alrededores, enseñando a la gente.