miércoles, 27 de abril de 2016

Pasión por las series

La semana pasada, en la Escuela de Padres del colegio de mis hijos, tuvimos una sesión sobre las series de televisión juveniles y se generó un debate bien interesante.
Como la sesión la coordinaba una servidora, me tomo la libertad de resumir en el post de hoy el debate que allí se generó.
El punto de partida era el siguiente:
  • Mejor hablamos de series de ficción, no de televisión, porque nuestros hijos tienden a ver cada vez menos televisión y cada vez más contenidos seleccionados, en otros soportes como le móvil o la tablet.
  • El consumo es pasivo, individualizado y aislado.
  • La capacidad de darse atracones televisivos (ven varios capítulos seguidos de una sentada) hace que el universo que generan las series ya no se cree a golpe de capítulo.
  • Cierta capacidad para la creatividad y la interacción, si no fijamos en el fenómeno de los youtubers.
    jessie
    Estas son quizás algunas de las características del nuevo modo de consumir este tipo de contenidos y que convierte a nuestros hijos en más vulnerables ante su capacidad influencia. No debemos olvidar que ninguna serie de este tipo es neutral y que sus mensajes son como una lluvia fina que va calando poco a poco. En historias como las de “Jessie” nos encontramos con niños que viven sin familias (o con padres “medio bobos”), en las que el tono de las conversaciones en hiperactivo e irreverente y donde se frivoliza absolutamente con todo. Por no hablar del consumismo o la superabundancia en la que viven este grupo de chicos y chicas.
  • No podemos caer en el error de pensar que nuestros hijos se sientan a ver estos programas solo para desconectar y que saben distinguir una serie seria de una que no lo es. Los niños están en disposición de formarse, 24 horas al día. Todo les influye. De nosotros depende que estén expuestos a un tipo de mensajes o a otros, sobre todo mientras son pequeños.
Conste en acta que mis hijos han visto “Jessie” y que también yo recurro a la televisión en algunos momentos, cuando necesito hacer algo que exige concentración o cuando necesito que estén quietos y callados 15 minutos, porque estoy a punto de pasarme de rosca. Pero lo cortés no quita lo valiente, que decía mi abuela. En este sentido, el “quid” de la cuestión creo que sería tener cabeza con el tiempo que nuestros hijos pasan frente a la pantalla y compensar estos momentos con otros en los que predominen los valores que nosotros queremos que dejen huella.
Como decía, actualmente las series crean universo que ya no se construye a golpe de capítulo. Los guiones tradicionales y, por ejemplo, el valor de la espera (ya no vemos un capítulo a la semana) saltan por los aires. En el caso de “Violetta”, además de la serie, tenemos película en cine y gira de conciertos. Además de todo el merchandising que esta firma ha generado. Bailes, personajes, estilo de vestir, banda sonora, estereotipo de belleza…
Y ante este panorama ¿qué podemos hacer? Pues podemos hacer mucho; pero no hay recetas universales. Cada uno deberá encontrar la suya particular. Por supuesto, nuestro margen de acción dependerá en gran medida del número de hijos, de sus edades o del número de “gadgets” y pantallas que tenemos en casa.
En nuestro caso, en el que solo hay una televisión en casa (en el comedor), aunque hay varios ordenadores y los niños no tienen ni tablet,  ni móvil aún, hemos optado por gestionar el asunto (que no es fácil) con una combinación de:
  • Prohibir algunos contenidos.
  • Ver con ellos y comentar lo que vemos, siempre que es posible.
  • Ofrecer alternativas. Pensar en contenidos que nos puedan gustar a todos, como algunos concursos (“Pasapalabra”), “talent shows” (“Got Talent” o “Master Chef”) y series de otras épocas (que hemos descubierto no sin sorpresa que les gustan), para que nadie prefiera aislarse.
Justo antes de comenzar la sesión de la Escuela de Padres, recibí un tuit con este párrafo de la exhortación del Papa Francisco, que recoge interesantes consejos para los padres:
“La familia no puede renunciar a ser lugar de sostén, de acompañamiento, de guía, aunque deba reinventar sus métodos y encontrar nuevos recursos. Necesita plantearse a qué quiere exponer a sus hijos. Para ello, no se debe dejar de preguntarse quiénes se ocupan de darles diversión y entretenimiento, quiénes entran en sus habitaciones a través de las pantallas, a quiénes los entregan para que los guíen en su tiempo libre. Sólo los momentos que pasamos con ellos, hablando con sencillez y cariño de las cosas importantes, y las posibilidades sanas que creamos para que ellos ocupen su tiempo, permitirán evitar una nociva invasión. Siempre hace falta una vigilancia”. 
(Amoris Laetitia)
Creo que las familias debemos perder el miedo a ser contraculturales ofreciendo experiencias que constituyan un contrapeso a los mensajes dominantes y tener más confianza en nosotras mismas para encontrar nuestro modo original de hacer las cosas y de gestionar este tipo de situaciones. @amparolatre

¿Qué diferencia hay entre convivir y casarse por la Iglesia? Alessandra y Francesco explican cómo vivir un noviazgo "fuerte y luminoso"

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¿Qué es el noviazgo? ¿Para qué sirve? “El noviazgo es un tiempo de prueba, un discernimiento para saber si un chico y una chica están llamados a la vocación del matrimonio juntos”, afirman en la siguiente entrevista Alessandra y Francesco, impulsores del proyecto 5p2p.
“El camino de cualquier pareja de novios se basa en entender bien en qué consiste el amor, saber cuáles son las dinámicas que hacen crecer el amor y cuáles son las que dejan morir una relación”, añade este matrimonio que orienta a parejas jóvenes.
¿Cómo nació vuestro proyecto, 5 pani 2 pesci (5p2p)?
Alessandra: Nosotros nos casamos en el año 2005, después de un intenso camino de noviazgo ayudados por los hermanos franciscanos de Asís.
Ya desde el inicio tuvimos una fuerte necesidad de conocer cuál podía ser el carisma propio de nuestro matrimonio, porque cada pareja tiene un carisma particular que expresar.
Hace tres años, releyendo el Evangelio de nuestra boda –”Desde ahora seréis pescadores de hombres”–, intuimos que Dios nos estaba llamando a la evangelización.
En un principio nos pareció algo absurdo: no somos consagrados, no hemos estudiado Teología, no somos psicoterapeutas. Solo somos una familia con tres hijos que vive en Alemania.
En ese tiempo comenzaron a pedirnos dar testimonio en los encuentros sobre afectividad que los franciscanos organizan en Asís. Dijimos que sí y para profundizar en algunos de los temas nació la exigencia de comenzar a escribir un blog.
Así comenzó todo.
A día de hoy, desde 5p2p intentamos llevar a Cristo a la vida de los jóvenes dando instrumentos prácticos y concretos para responder a su llamada a amar. ¡Nuestro objetivo es testimoniar la belleza de la vida en Cristo!
Concretamente: escribimos en el blog, abrimos nuestra casa para acoger jóvenes, parejas de novios y esposos; editamos videos testimoniales sobre temas vocacionales y de afectividad; y damos nuestro propio testimonio allí donde nos llaman.
Hoy hay cerca de quince personas que nos ayudan a sacar adelante este proyecto, y cada mes hay cerca de diez mil personas que siguen 5p2p. ¡La belleza es contagiosa!
Vosotros decís que se puede vivir un noviazgo “fuerte y luminoso”…
Francesco: La única manera de vivir un noviazgo fuerte y luminoso es metiendo a Cristo en el centro de nuestra vida.
Pero nadie entra en el amor si no ha sido antes iniciado.Estudiamos años y hacemos muchas prácticas para ser médicos, abogados o ingenieros, pero nos metemos en esto del amor esperando que nos vaya bien.
No funciona así, el amor necesita también de ciertas destrezas. El amor es el centro de toda nuestra vida y fallar en esto quiere decir fallar en lo más importante de nuestra vida.
Todos somos llamados a responder a la llamada al amor, a vivir una afectividad plena y madura.
Es mentira que si tus historias de amor no salen adelante, entonces debes consagrarte como religioso.
El camino de cualquier pareja de novios se basa en entender bien en qué consiste el amor, saber cuáles son las dinámicas que hacen crecer el amor y cuáles son las que dejan morir una relación.
El noviazgo es un tiempo de prueba, un discernimiento para saber si un chico y una chica están llamados a la vocación del matrimonio juntos.
¿Cómo vivisteis vosotros vuestro propio noviazgo?
A.: ¡Fue un poco desastroso! Tuvimos muchas dificultades, entre ellas la distancia de 1.600 kilómetros que nos separaba.
No fuimos una pareja perfecta, al contrario. Pero buscábamos a Cristo y nuestro deseo más grande era responder a nuestra vocación.
Pero nuestra relación se habría acabado si no hubiéramos tenido el apoyo de los franciscanos de Asís, que nos instruyeron en las dinámicas propias del amor.
Sin esa ayuda, nos habríamos desalentado ante las dificultades y no nos habríamos casado. En las relaciones de pareja hay verdades tan profundas que solo un oído atento a la Palabra de Dios puede llevar a la maduración plena.
En un ambiente en que cada vez más parejas deciden convivir sin casarse, ¿cómo proponerles hoy el matrimonio?
A.: Yo siempre me hacía esa pregunta: ¿qué diferencia hay entre casarse por la Iglesia e irse a vivir juntos? ¿Cambia mucho la cosa?
La respuesta la encontré durante una profunda crisis después de tres años de matrimonio. Cuando pensaba que todo había sido un error y no tenía ya esperanzas, el sacramento que recibimos me salvó, aquel dolor fue por un bien más grande.
Aquella dificultad me permitió ir hasta el fondo, curando las heridas del pasado. Todo aquello fue doloroso pero Cristo pasó por mi vida a través de las manos de Francesco.
Si ante ese dolor me hubiera abandonado, nuestro matrimonio se habría destruido y yo estaría todavía más encerrada en aquellas heridas.
Después de aquella crisis comenzamos un nuevo matrimonio. Casarse por la Iglesia significa amarse en Dios. Es un amor de tres: Alessandra, Francesco y Cristo.
También está el otro extremo: hay muchos chicos y chicas a los que les cuesta encontrar novio o novia. ¿Por qué sucede esto?
A.: Yo era chica muy metida en mi parroquia, tenía muchísimos amigos y destacaba en los estudios, pero rehuía el noviazgo. Por dos motivos: falta de autoestima y miedo a entrar en relación con un chico.
En nuestro curso hablamos mucho de esto. Nos piden instrumentos prácticos y concretos para entender lo que Dios piensa de nosotros (como dice la Escritura: “Eres precioso a mis ojos, de gran precio, yo te amo”) y cómo entrar a partir de ahí en una relación de amor con otra persona.
Al mismo tiempo, es importante reconocer cuándo una persona tiene situaciones no resueltas y tiene necesidad de un camino personal psicológico para poder donarse plenamente en el amor.
¿Qué se les puede decir, especialmente cuando pasan los años y ven que no se casan?
F.: Este es un tema muy delicado que causa mucho sufrimiento. La llamada al amor es para todos, en cualquier condición de vida y a cualquier edad.
A nuestros cursos vienen personas de más de 40 años que posiblemente no llegarán a casarse. Los motivos son muchos: hay quien tiene problemas no resueltos, los hay que no conocen los instrumentos necesarios para una relación, también quien ha perdido la confianza en el amor…
Dios tiene para cada uno de nosotros un proyecto único, y podemos responder a su llamada en cualquier condición en la que estemos.
son precisamente nuestros sufrimientos y los puntos oscuros de nuestra vida los que podrán permitirnos amar a los demás en sus dificultades.
Dios es bueno: creer profundamente en esto es la raíz de nuestra santidad y de nuestra salvación. Dios tiene para cada uno un proyecto único. Solamente de rodillas delante de Dios cada uno puede entender de qué modo puede responder a su llamada al amor.
¿Creéis que la Iglesia debería articular alguna iniciativa específica para favorecer que chicos y chicas se puedan conocer?
F.: La Iglesia somos nosotros, no es un ente externo. No creo que haya que crear situaciones artificiales para que los jóvenes se puedan conocer.
Creo que es fundamental abandonar el esquema clásico y comenzar a vivir la comunidad no como espectadores sino como protagonistas.
Metiendo en juego tu vida, compartiendo las experiencias personales, las dificultades y las alegrías, se crea un tejido de relaciones verdaderas y profundas.
También son necesarios los encuentros de formación en la afectividad, no desde un punto de vista teórico, sino basados en testimonios concretos en los que los jóvenes vean que, si tienes las destrezas necesarias, puedes entrar de manera madura en una relación.
El Sínodo de la Familia mostró su preocupación por los matrimonios jóvenes, porque buena parte de las rupturas sucede en los primeros años. ¿Cuál es vuestra experiencia? ¿Cómo habéis logrado “sobrevivir”?
A.: Nosotros llegamos a pensar en la separación después de tres años de matrimonio, por eso entendemos bien por qué muchos matrimonios terminan su relación.
En toda vocación, también en los consagrados, llega siempre el momento de la prueba.
Se trata siempre del momento más importante, el perno central de nuestra vocación, el momento en el que se llega a conocer lo peor del otro, cuando te das cuenta de que te falta el vino como en aquellas bodas de Caná.
Nosotros no podemos hacer el milagro, ¡pero siempre podremos llenar las tinajas de agua! No debemos ser fuertes, sino aliarnos con el Fuerte.
Si hemos invitado a Jesús a nuestro matrimonio y le dejamos actuar, entonces veremos el milagro y ese matrimonio será mejor que antes, como el vino de Caná.
Se necesitan dos cosas para sobrevivir: la gracia del sacramento y el saber pedir ayuda a la Iglesia y, cuando es necesario, a profesionales.
¿Cómo se puede acompañar a los matrimonios en sus primeros años? ¿Qué se puede hacer desde la Iglesia, desde la parroquia?
F.: Es fundamental dar instrumentos durante el noviazgo y hacer un seguimiento a las parejas después de su boda.
Para ello, para nosotros es necesario contar con matrimonios que hayan vivido y vivan una fuerte experiencia de Dios, y que ya hayan pasado por alguna crisis. Así ayudarán a otros matrimonios con su experiencia, con instrumentos prácticos y la luz de la Palabra de Dios.
Un matrimonio joven no debería sentirse solo. Hay muchas familias en camino pero cuando nos encerramos en nuestra cotidianidad nos quedamos solos.
El testimonio y los encuentros son decisivos para que un matrimonio joven pueda coger fuerzas: “Si ellos pasaron por esto y siguen adelante, nosotros también podemos”.
Por Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Artículo originalmente publicado por Alfa y Omega

13 nombres de bebé para honrar a María Estos nombres, inspirados en la Virgen María pueden encantar a muchos padres y madres

Pasan los años, pasan las modas, pero no hay modo: María sigue siendo el nombre más popular que los padres siguen eligiendo para sus hijas recién nacidas – ¡y cuántos niños llevan “María” en la composición de su nombre!. Y no sólo María como tal: aquí te presentamos 13 variantes relacionadas con el bello nombre de la Virgen, que te pueden inspirar si quieres más creatividad:
Miriam
La versión en hebreo de María, así como el nombre de la hermana de Moisés. Sabes quien es, ¿no? La que siguió a su madre y vigiló el cesto en el Nilo para saber lo que pasaría con su hermanito. En cualquier caso, un nombre de devoción.
Amira
Usando las mismas letras que María, es una versión latina de este bello nombre. A mi siempre me sugiere amor.
Marisol
Um nombre español muy extendido que viene de María de la Soledad, ideal para una familia que valora la intimidad. La alusión al mar y al sol añade un segundo significado bonito.
Mariah
Es una de las variantes inglesas de María. Después de un salto a la fama gracias a Mariah Carey, puede valer la pena considerarlo de nuevo. Me encanta el significado de este nombre – Señora soberana. ¿Qué más puedes pedir para tu hija?
Mira
Un anagrama de María que le da un toque breve y dulce. Viene del griego y significa la fragancia de la mirra, uno de los presentes traídos por los magos al niño Jesús.
Marina
Significa “regocijarse” en hebreo, y también trae a la mente el mar. Si lo marinero es significativo para tu historia familiar, esta es una encantadora opción.
Marie
Versión francesa del nombre de Maria; hay una dulzura en este nome. Significa “la que ocupa el primer lugar”.
Marlene
Este nombre de origen griego es una combinación de María y Magdalena. Si Magdalena te parece um poco largo, Marlene puede ser un buen término medio.
Miri
Este nombre es para niñas, originario de la cultura eslava. Miri significa maravilloso, paz. Miri recuerda a María en una versión actualizada de la ortografía con una pronunciación similar. Podría ser un diminutivo de Miriam también.
Miles
Significa “siervo de María”, según Helen McLoughlin, del Nameday Cookbook, es una óptima conexión para los amantes de la música de Miles Davis también. Milo es otra versión del nombre, un poco más original.
Marion
Más común hace un siglo, Marion mantiene la raíz María y lo formaliza un poco. El más famoso cowboy del cine, John Wayne, en verdad se llamaba Marion.
Gilmara
También significa “sierva de María”. Tiene raíces germánicas.
Gabriel
Para los niños. El ángel que se apareció para anunciar a María que sería la madre del Mesías. Él definitivamente nos recuerda a ella, sin ser demasiado literal. Significa “hombre de Dios”, que Dios es mi fuerza, un sentimiento poderoso.
Basado en un artículo de Eliana Osborn.

Miércoles de la quinta semana de Pascua, Ntra. Sra. de Montserrat.

Libro de los Hechos de los Apóstoles 15,1-6. 
Algunas personas venidas de Judea enseñaban a los hermanos que si no se hacían circuncidar según el rito establecido por Moisés, no podían salvarse.
A raíz de esto, se produjo una agitación: Pablo y Bernabé discutieron vivamente con ellos, y por fin, se decidió que ambos, junto con algunos otros, subieran a Jerusalén para tratar esta cuestión con los Apóstoles y los presbíteros.
Los que habían sido enviados por la Iglesia partieron y atravesaron Fenicia y Samaría, contando detalladamente la conversión de los paganos. Esto causó una gran alegría a todos los hermanos.
Cuando llegaron a Jerusalén, fueron bien recibidos por la Iglesia, por los Apóstoles y los presbíteros, y relataron todo lo que Dios había hecho con ellos.
Pero se levantaron algunos miembros de la secta de los fariseos que habían abrazado la fe, y dijeron que era necesario circuncidar a los paganos convertidos y obligarlos a observar la Ley de Moisés.
Los Apóstoles y los presbíteros se reunieron para deliberar sobre este asunto.



Salmo 122(121),1-2.3-4a.4b-5. 
¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la Casa del Señor!»
Nuestros pies ya están pisando
tus umbrales, Jerusalén.

Jerusalén, que fuiste construida
como ciudad bien compacta y armoniosa.
Allí suben las tribus,
las tribus del Señor.

Porque allí está el trono de la justicia,
el trono de la casa de David.



Evangelio según San Juan 15,1-8. 
Jesús dijo a sus discípulos:
«Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador.
El corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía.
Ustedes ya están limpios por la palabra que yo les anuncié.
Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí.
Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer.
Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde.
Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán.
La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos.»