lunes, 10 de julio de 2017

Quién es Luis Ladaria, el nuevo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe

El cardenal Joseph Ratzinger se fiaba de él y nombró a Luis Ladaria "secretario” de la Comisión Teológica Internacional, es decir, su coordinador general. Cuatro años más tarde, como Papa, Benedicto lo hizo número dos de la que había sido durante años "su” Congregación para la Doctrina de la Fe. 

Ahora Francisco ha dejado en sus manos este mismo departamento. Una congregación que conoce a la perfección y en la que es muy querido.

En esta entrevista de julio de 2008 habló del trabajo en la Congregación para la Doctrina de la Fe, y recordó que se dedica por este orden a "promover y tutelar” la doctrina católica. 

LUIS LADARIA
Prefecto, Congregación para la Doctrina de la Fe
"'Promover' quiere decir que la fe sea conocida, que la fe sea vivida; y 'tutelar' quiere decir evitar que se produzcan desviaciones. Yo creo que lo que se pretende es promover y tutelar. Y en primer lugar, promover. A veces se crean unos clichés que no responden a la realidad”. 

Es español, tiene 73 años y en 1966 entró en la Compañía de Jesús. Estudió Derecho y Teología. Recuerda con cariño sus años en esta universidad, la Gregoriana de Roma. 

LUIS LADARIA
Prefecto, Congregación para la Doctrina de la Fe
"Aquí me he dedicado a enseñar diferentes materias de la Dogmática, la Antropología Teológica y la Teología Trinitaria. La enseñanza en la Gregoriana es muy bonita, porque aquí tenemos alumnos de más de 120-130 países, una variedad enorme; y esta internacionalidad es un aliciente impresionante: los diferentes puntos de vista y diferentes mentalidades que esto significa, siempre en unión de la Fe, y la unión de la Iglesia. Y esto para mí ha sido siempre una experiencia muy agradable”. 

Los observadores dicen que el nombramiento de Luis Ladaria como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe es el segundo más importante del pontificado de Francisco, después del de Pietro Parolin como secretario de Estado.

Una apuesta por un profesor discreto, dialogante y trabajador, que se convierte en uno de los puntos de referencia del Vaticano de Francisco. 

¿Por qué los sacerdotes llevan una casulla en la misa? ¿Y qué es una casulla?


La casulla romana pasó de moda hace siglos, pero la Iglesia la conservó durante todo este tiempo.

Cuando vas a misa, siempre ves que el sacerdote lleva alguna vestimenta distintiva al margen de cualquier moda actual. Normalmente tiene algún tipo de ornamentación o símbolo en ella y viene en varios colores diferentes.
¿Qué ropa es esa y por qué la siguen llevando los sacerdotes?
Desde tiempo antiguos, cada vez que un sacerdote celebraba el sacrificio de la misa se ponía una especie de poncho enorme llamado en latín casubla (casulla) que cubría su ropa ordinaria. Esta vestimenta se desarrolló a partir del atuendo romano ordinario de los granjeros, que llevaban una especie de capote grande que les protegía de los elementos. Con el tiempo empezó a asociarse a los cristianos en el siglo III.
Con el cambio de las tendencias de moda, la casulla dejó de ser una vestimenta cotidiana, aunque los sacerdotes la siguieron utilizando. Llegado el siglo VIII, la casulla estaba reservada a miembros del clero y empezó a ornamentarse de forma que reflejara su función sacra.
Al principio la casulla era enorme y voluminosa y requería la ayuda de otros ayudantes de la liturgia para sostener los múltiples pliegues y facilitar los movimientos del sacerdote. Con el tiempo su forma y tamaño fue reduciéndose, hasta los casos más extremos y ligeros, como el caso de la casulla de ‘guitarrón’, sin mangas, muy corta y de forma elíptica o rectangular.
Se puede encontrar expresado el simbolismo de la casulla en la oración tradicional que dice el sacerdote antes de ponérsela.
Domine, qui dixisti: Iugum meum suave est, et onus meum leve: fac, ut istud portare sic valeam, quod consequar tuam gratiam. Amen
Señor, que has dicho: “Mi yugo es suave, y mi carga liviana”, haz que la lleve a tu manera y consiga tu gracia. Amén
La casulla es considerada el “yugo de Cristo” y recuerda al sacerdote que él es “otro Cristo” en el sacrificio de la misa y que ha de “revestirse del hombre nuevo, creado a imagen de Dios en la justicia y en la verdadera santidad” (Efesios 4,24).
Además, la casulla simboliza la “ropa sin costuras” que llevó Cristo camino de su crucifixión. Es algo que acentúa más la conexión entre el sacerdote, la misa y el sacrificio de Jesús en la cruz. Una ornamentación común de la casulla es una gran cruz en la espalda o el frente de la prenda para consolidar el simbolismo. El color de la vestimenta se coordina con el color simbólico de la fiesta o temporada litúrgica.
Por estas razones, la Iglesia conserva esta antigua prenda, recordando al sacerdote (y al pueblo) que la misa no es un evento ordinario, sino uno sagrado y sin parangón en la tierra.

7 cosas que debemos saber sobre la medalla y cruz de San Benito

Medalla de San Benito / Foto: Flickr - Leslie GrIn (CC BY-NC-ND 2.0)

Desde hace siglos, muchos cristianos han usado la medalla del famoso exorcista San Benito en la lucha espiritual contra las fuerzas del mal.
Aquí 7 cosas que se debe saber sobre este especial objeto que posee mucha tradición e historia.
1. El origen de la Medalla es incierto
En el siglo XVII, durante  un juicio de brujería en Alemania, unas mujeres acusadas testificaron que no tenían poder sobre la Abadía de Metten porque estaba bajo la protección de la cruz.
Cuando se investigó, se hallaron en las paredes del recinto varias cruces pintadas rodeadas por las letras que se encuentran ahora en las medallas. Más adelante se encontró un pergamino con la imagen de San Benito y las palabras completas de las letras.
2. Con la medalla se puede obtener una indulgencia plenaria
La Medalla, como se le conoce ahora, es la del jubileo que se emitió en 1880 por el décimo cuarto centenario del nacimiento del Santo y lanzada exclusivamente por el Superior Abad de Monte Cassino.
Con ella se puede obtener la indulgencia plenaria en la Fiesta de San Benito (11 de julio), siguiendo las condiciones habituales que manda la Iglesia (confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Sumo Pontífice).
3. Cuando San Benito hacía la señal de la cruz obtenía protección divina
Cierta vez quisieron envenenar a San Benito (480-547). El Santo, como era su costumbre, hizo el signo de la cruz sobre el vaso y el objeto se rompió en pedazos.
En otra ocasión un pájaro negro empezó a volar a su alrededor, San Benito hizo la señal de la cruz y tuvo entonces una tentación carnal en la imaginación. Cuando estaba casi vencido, ayudado por la gracia, se quitó las vestiduras y se arrojó a un matorral de espinas y zarzas, lastimando su cuerpo. Después de ello nunca volvió a verse turbado de aquella forma.
4. La medalla tiene gran poder de exorcismo
La Medalla de San Benito es un sacramental reconocido por la Iglesia con un gran poder de exorcismo. Los sacramentales son “signos sagrados con los que, imitando de alguna manera a los sacramentos, se expresan efectos, sobre todo espirituales, obtenidos por la intercesión de la Iglesia".
"Por ellos, los hombres se disponen a recibir el efecto principal de los sacramentos y se santifican las diversas circunstancias de la vida" (Catecismo 1667).
5. La Medalla tiene en el frente la imagen de San Benito con una cruz en la mano derecha y el libro de las Reglas de sus religiosos en la otra mano
A ambos lados del Santo dice: “Crux Sancti Patris Benedicti” (Cruz del Santo Padre Benito). Se puede ver también una copa de la cual sale una víbora y un cuervo. De manera circular aparece la oración: “Eius in óbitu nostro preséntia muniamur” (A la hora de nuestra muerte seamos protegidos por su presencia). En la parte inferior central se lee: “Ex. S. M. Cassino MDCCCLXXX” (Del Santo Monte Cassino 1880).
6. En el reverso está la cruz de San Benito con diversas siglas
C.S.P.B.      "Cruz del Santo Padre Benito".
C.S.S.M.L.  "La santa Cruz sea mi luz" (crucero vertical de la cruz).
N.D.S.M.D. "que el dragón infernal no sea mi guía" (crucero horizontal).

En círculo, comenzando por arriba hacia la derecha:
PAX          "Paz".
V.R.S.       "Vade Retro Satanás".
N.S.M.V.  "No me aconsejes cosas vanas".
S.M.Q.L.  "Es malo lo que me ofreces"
I.V.B.        "Traga tú mismo tu veneno".

7. La medalla debe ser bendecida por un sacerdote con una oración especial 
 Exorcismo de la medalla:
-Nuestra ayuda nos viene del Señor
-Que hizo el cielo y la tierra.
Te ordeno, espíritu del mal, que abandones esta medalla, en el nombre de Dios Padre Omnipotente, que hizo el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos se contiene.
Que desaparezcan y se alejen de esta medalla toda la fuerza del adversario, todo el poder del diablo, todos los ataques e ilusiones de satanás, a fin de que todos los que la usaren gocen de la salud de alma y cuerpo.
En el nombre del Padre Omnipotente y de su Hijo, nuestro Señor, y del Espíritu Santo Paráclito, y por la caridad de Jesucristo, que ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos y al mundo por el fuego.

Bendición
-Señor, escucha mi oración
-Y llegue a tí mi clamor
Oremos:
Dios omnipotente, dador de todos los bienes, te suplicamos humildemente que por la intercesión de nuestro Padre San Benito, infundas tu bendición sobre esta sagrada medalla, a fin de que quien la lleve, dedicándose a las buenas obras, merezca conseguir la salud del alma y del cuerpo, la gracia de la santificación, y todas la indulgencias que se nos otorgan, y que por la ayuda de tu misericordia se esfuerce en evitar la acechanzas y engaños del diablo, y merezca aparecer santo y limpio en tu presencia.
Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor. Amén.

Lunes de la decimocuarta semana del tiempo ordinario


Libro de Génesis 28,10-22a. 

Jacob partió de Berseba y se dirigió hacia Jarán.
De pronto llegó a un lugar, y se detuvo en él para pasar la noche, porque ya se había puesto el sol. Tomó una de las piedras del lugar, se la puso como almohada y se acostó allí.
Entonces tuvo un sueño: vio una escalinata que estaba apoyada sobre la tierra, y cuyo extremo superior tocaba el cielo. Por ella subían y bajaban ángeles de Dios.
Y el Señor, de pie junto a él, le decía: «Yo soy el señor, el Dios de Abraham, tu padre, y el Dios de Isaac. A ti y a tu descendencia les daré la tierra donde estás acostado.
Tu descendencia será numerosa como el polvo de la tierra; te extenderás hacia el este y el oeste, el norte y el sur; y por ti y tu descendencia, se bendecirán todas las familias de la tierra.
Yo estoy contigo: te protegeré dondequiera que vayas, y te haré volver a esta tierra. No te abandonaré hasta haber cumplido todo lo que te prometo».
Jacob se despertó de su sueño y exclamó" "¡Verdaderamente el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía!".
Y lleno de temor, añadió: "¡Qué temible es este lugar! Es nada menos que la casa de Dios y la puerta del cielo".
A la madrugada del día siguiente, Jacob tomó la piedra que le había servido de almohada, la erigió como piedra conmemorativa, y derramó aceite sobre ella.
Y a ese lugar, que antes se llamaba luz, lo llamó Betel, que significa "Casa de Dios".
Luego Jacob hizo este voto: "Si Dios me acompaña y me protege durante el viaje que estoy realizando, si me da pan para comer y ropa para vestirme,
y si puedo regresar sano y salvo a la casa de mi padre, el Señor será mi Dios.
Y esta piedra conmemorativa que acabo de erigir, será la casa de Dios. Además, le pagaré el diezmo de todo lo que me dé".

Salmo 91(90),1-2.3-4.14-15ab. 
Tú que vives al amparo del Altísimo
y resides a la sombra del Todopoderoso,
di al Señor: «Mi refugio y mi baluarte,
mi Dios, en quien confío».

Él te librará de la red del cazador
y de la peste perniciosa;
te cubrirá con sus plumas,
y hallarás un refugio bajo sus alas.

“Él se entregó a mí,
por eso, yo lo libraré;
lo protegeré, porque conoce mi Nombre;
me invocará, y yo le responderé.

Estaré con él en el peligro

Evangelio según San Mateo 9,18-26. 
Mientras Jesús les estaba diciendo estas cosas, se presentó un alto jefe y, postrándose ante él, le dijo: "Señor, mi hija acaba de morir, pero ven a imponerle tu mano y vivirá".
Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos.
Entonces se le acercó por detrás una mujer que padecía de hemorragias desde hacía doce años, y le tocó los flecos de su manto,
pensando: "Con sólo tocar su manto, quedaré curada".
Jesús se dio vuelta, y al verla, le dijo: "Ten confianza, hija, tu fe te ha salvado". Y desde ese instante la mujer quedó curada.
Al llegar a la casa del jefe, Jesús vio a los que tocaban música fúnebre y a la gente que gritaba, y dijo:
"Retírense, la niña no está muerta, sino que duerme". Y se reían de él.
Cuando hicieron salir a la gente, él entró, la tomó de la mano, y ella se levantó.
Y esta noticia se divulgó por aquella región.