viernes, 28 de febrero de 2020

¿Qué son y para qué sirven los sacramentales en la vida cristiana? Conoce algunos de ellos


La bloguera católica Jenny Uebbing escribió un artículo en el que explica el sentido y el uso de los llamados sacramentales en la vida cotidiana del cristiano.
En el blog “Mama needs coffee” de CNA -agencia en inglés del Grupo ACI- Uebbing explica que la palabra “sacramental” es “utilizada por la teología para designar aquellos artículos aparentemente normales a los que tenemos acceso durante nuestra batalla contra el mal a lo largo de nuestra vida”.
Según el Catecismo, los sacramentales “son signos sagrados creados según el modelo de los sacramentos, por medio de los cuales se significan efectos, sobre todo de carácter espiritual, obtenidos por la intercesión de la Iglesia”.
“Por ellos, los hombres se disponen a recibir el efecto principal de los sacramentos y se santifican las diversas circunstancias de la vida”.
Uebbing explicó que “si bien la fe de la Iglesia impregna en estos elementos comunes (agua, sal, cruces, iconos, medallas, etc.) una bendición que es eficaz en sí misma, esta solo se concreta plenamente cuando se combina con la fe personal y una vida recta y ordenada”.
Haciendo referencia al Evangelio de San Juan sobre el pasaje de Jesús en el que aplica barro en los ojos a un hombre para que recupere la vista, Uebbing indicó que este milagro “no ocurrió por una superstición o por cualidades inherentes de la materia, sino por una reacción primordial entre la gracia de Cristo y la fe del hombre”.
Aquí algunos ejemplos de sacramentales propuestos por la bloguera católica:
1. Crucifijos
Uebbing aseguró que “con un crucifijo en cada habitación, se tiene un poderoso recordatorio para todos los que viven, trabajan y duermen bajo el mismo techo, de que es a Cristo a quien le pertenece el hogar”.
“No, el crucifijo no es Jesús, sino que es su imagen, representada con amor y destacada prominentemente”, precisó.  
2. Agua bendita
La bloguera detalló que “cada parroquia debe tener (la mayoría lo hacen) una fuente de agua bendita por cada puerta y una fuente principal para el bautismo”.
“Mantenemos agua bendita en nuestra casa en todo momento, y lo usamos todos los días para bendecir a nuestros hijos, sus habitaciones y nuestra casa, sobre todo si alguien está enfermo o tuvo un mal sueño, o después de una gran fiesta o cuando muchas personas han estado entrado y salido”.
Jenny aseguró que “vivimos en una falsa dicotomía entre lo espiritual y el mundo material en este siglo, sin embargo, el Dios que viene a nosotros en una oblea de pan no duda en conferir la gracia sacramental a través del agua”.
3. Sal bendita
La autora manifestó que la sal es buena “para bendecir las puertas y rociar a lo largo del perímetro de la casa como una barrera entre la familia y el mundo”.
Señaló que esto también es “un acto de fe el reclamar la tierra, la habitación y todo espacio” para Cristo.
4. Medallas
“Tanto la Medalla Milagrosa o el escapulario son poderosos devocionales a la Virgen, y la Iglesia enseña que, usado con fe y en concordancia con una vida de virtud, llevará promesas poderosas unidos a ellos”, detalló.
Finalmente, Jenny Uebbing aseguró que “María intercederá por nosotros particularmente en el momento de la muerte. Puesto que Jesús no negará su querida madre todo lo que ella pide”.

Por esto los católicos no comen carne en Cuaresma


¿Por qué carne no y pescado sí? ¿No son todos animales? En otras palabras, ¿es coherente hacer abstinencia disfrutando de una lujosa langosta pero no comerse un humilde muslo de pollo? 

Uno sabe que está en una ciudad católica cuando, solo durante la Cuaresma, los restaurantes anuncian un artículo en su menú: ¡pescado! Incluso he notado cómo las principales cadenas de comida rápida señalan en sus menús la fecha del Miércoles de Ceniza. De repente todos se preocupan por los tiempos litúrgicos de la Iglesia.
Entonces, ¿por qué la Iglesia instruye a los católicos a abstenerse de comer carne los viernes (así como el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo), pero acepta que coman pescado? ¡No tiene sentido en los tiempos actuales!
Primero, hagámonos una pregunta, “¿por qué el viernes?” Los obispos norteamericanos lo explican así:
Los pueblos católicos desde tiempos inmemoriales han apartado el viernes para una observancia especial penitencial, por la cual voluntariamente sufren con Cristo para que algún día puedan ser glorificados con él. Este es el corazón de la tradición de abstinencia de la carne el viernes, y esa tradición se ha observado en la santa Iglesia católica.
Dado que Jesucristo sufrió y murió en la cruz un viernes, los cristianos desde el principio han dedicado ese día para unir sus sufrimientos a Jesús.
Esto llevó a la Iglesia a reconocer cada viernes como un “Viernes Santo” en el que los cristianos pueden recordar la pasión de Cristo al ofrecer un tipo específico de penitencia.
Durante gran parte de la historia de la Iglesia, la carne se consideraba como un sacrificio digno, debido a su asociación con fiestas y celebraciones.
En la mayoría de las culturas antiguas, la carne se consideraba un manjar y el “ternero engordado” no se sacrificaba a menos que hubiera algo que celebrar.
Dado que los viernes se pensaban como un día de penitencia y mortificación, comer carne un viernes para “celebrar” la muerte de Cristo no parecía correcto.
Pero ¿por qué el pescado no se considera “carne”?
Las leyes de la Iglesia han siempre hablado de la abstinencia de los “animales terrestres“.
Las leyes de abstinencia consideran que la carne solo proviene de animales como gallinas, vacas, ovejas o cerdos, todos los cuales viven en la tierra. Las aves también se consideran carne.
Los peces, por otro lado, no están en esa clasificación. Se permiten especies de sal y agua dulce de peces, anfibios, reptiles (animales de sangre fría) y mariscos.
En latín, la palabra que se usa para describir qué tipo de “carne” no está permitida los viernes es carnis, y se relaciona específicamente con “carne animal” y nunca incluyó pescado como parte de la definición. Además, el pescado en estas culturas no se consideraba una comida “de celebración” y comerlo era una penitencia.
Nuestra cultura actual es muy diferente, ya que la carne generalmente se considera la opción más barata en el menú y ya no tiene la conexión cultural con las celebraciones.
Es por esto que muchas personas están confundidas acerca de estas normas, especialmente aquellos a los que les encanta comer pescado y no lo consideran una penitencia.
Al final, la intención de la Iglesia es animar a los fieles a ofrecer un sacrificio a Dios que viene del corazón y que une el sufrimiento de uno al de Cristo en la cruz.
La abstinencia de carne es un signo externo, pero lo importante es la intención con la que se hizo la norma de la abstinencia. Por ejemplo, no tiene sentido cenar langosta todos los viernes de Cuaresma.
El objetivo principal es hacer un sacrificio que acerque a una persona a Cristo, quien por amor a nosotros hizo el sacrificio máximo que una persona puede hacer.

Lecturas del Viernes después de Ceniza

Primera lectura

Lectura del libro de lsaías (58,1-9a):

ESTO dice el Señor Dios:
«Grita a pleno pulmón, no te contengas;
alza la voz como una trompeta,
denuncia a mi pueblo sus delitos,
a la casa de Jacob sus pecados.
Consultan mi oráculo a diario,
desean conocer mi voluntad.
Como si fuera un pueblo que practica la justicia
y no descuida el mandato de su Dios,
me piden sentencias justas,
quieren acercarse a Dios.
“¿Para qué ayunar, si no haces caso;
mortificarnos, si no te enteras?”
En realidad, el día de ayuno hacéis vuestros negocios
y apremiáis a vuestros servidores;
ayunáis para querellas y litigios,
y herís con furibundos puñetazos.
No ayunéis de este modo,
si queréis que se oiga vuestra voz en el cielo.
¿Es ese el ayuno que deseo en el día de la penitencia:
inclinar la cabeza como un junco,
acostarse sobre saco y ceniza?
¿A eso llamáis ayuno,
día agradable al Señor?
Este es el ayuno que yo quiero:
soltar las cadenas injustas,
desatar las correas del yugo,
liberar a los oprimidos,
quebrar todos los yugos,
partir tu pan con el hambriento,
hospedar a los pobres sin techo,
cubrir a quien ves desnudo
y no desentenderte de los tuyos.
Entonces surgirá tu luz como la aurora,
enseguida se curarán tus heridas,
ante ti marchará la justicia,
detrás de ti la gloria del Señor.
Entonces clamarás al Señor y te responderá;
pedirás ayuda y te dirá: “Aquí estoy”».

Palabra de Dios

Salmo

Sal 50,3-4.5-6a.18-19

R/.
 Un corazón quebrantado y humillado, 
tú, Dios mío, no lo desprecias


V/. Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.

V/. Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad en tu presencia. R/.

V/. Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
El sacrificio agradable a Dios
es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú, oh, Dios, tú no lo desprecias. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,14-15):

EN aquel tiempo, os discípulos de Juan se le acercan a Jesús, preguntándole:
«¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?».
Jesús les dijo:
«¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán».

Palabra del Señor