domingo, 14 de agosto de 2016

14 de agosto: San Maximiliano Kolbe, el mártir que ofreció su vida por un padre de familia


14 de agosto: San Maximiliano Kolbe, el mártir que ofreció su vida por un padre de familia

Maximiliano significa “el más importante de la familia”. San Maximiliano Kolbe nació un 8 de enero de 1894 en la ciudad polaca de Zundska Wola, que en ese momento se encontraba ocupada por Rusia.
Siendo niño realizó una travesura que su mamá le reprochó. Tiempo después, la madre vio que el pequeño Kolbe había cambiado de actitud y que frecuentemente oraba llorando ante un pequeño altar que tenía escondido entre dos roperos.
La madre preocupada le pidió que le contara todo. Entonces, temblando de emoción y con los ojos llenos de lágrimas le dijo: “Mamá, cuando me reprochaste, pedí mucho a la Virgen que me dijera lo que sería de mí. Lo mismo en la Iglesia, le volví a rogar. Entonces se me apareció la Virgen, teniendo en las manos dos coronas: una blanca y otra roja”.
“La blanca significaba que perseveraría en la pureza y la roja que sería mártir. Contesté que las aceptaba… (las dos). Entonces la Virgen me miró con dulzura y desapareció”.
Este hecho marcó profundamente la vida de Maximiliano, quien se volvió un gran devoto de la Virgen Inmaculada e ingresó a la Orden de los Franciscanos.

Estando como estudiante en Roma, funda la “Milicia de la Inmaculada” con la finalidad de promover el amor y el servicio a la Virgen y la conversión de las almas a Cristo. De regreso a Polonia, publica la revista mensual “Caballero de la Inmaculada”.
En 1929 funda la "Ciudad de la Inmaculada" en el convento franciscano de Niepokalanów, a 40 kilómetros de Varsovia. Tiempo después se ofrece como voluntario para ir al Japón. Estando allá funda una nueva "Ciudad de la Inmaculada" ("Mugenzai No Sono") y publica la revista “Caballero de la Inmaculada” en japonés.
Regresa a Polonia en plena Segunda Guerra Mundial, es apresado y enviado a campos de concentración. Cierto día se escapa un prisionero y los alemanes, para dar muestra de severidad, escogen a 10 prisioneros que son condenados a morir de hambre. El décimo número le tocó al sargento Franciszek Gajowniczek, polaco también, quien exclamó: “Dios mío, yo tengo esposa e hijos”.
Ante esto, el P. Maximiliano ofrece intercambiarse por el condenado. El sacerdote es llevado a un subterráneo, donde alienta constantemente a los demás presos a seguir unidos en la oración. Todos mueren y solo él queda vivo. Al final, le aplican una inyección letal que acaba con su vida.
Su máximo deseo era: “Concédeme alabarte, Virgen santa, concédeme alabarte con mi sacrificio. Concédeme por ti, solo por ti, vivir, trabajar, sufrir, gastarme, morir…”
El Papa Pablo VI lo declaró Beato y fue canonizado por San Juan Pablo II, su paisano, quien dijo que “Maximiliano Kolbe hizo como Jesús, no sufrió la muerte sino que donó la vida”.
El 19 de julio de 2016 el Papa Francisco visitó la “celda del hambre” donde fue encerrado San Maximiliano Kolbe hasta el día de su muerte, durante su visita al campo de concentración nazi de Auschwitz, en el tercer día de su viaje apostólico a Polonia para la Jornada Mundial de la Juventud.

Para mayor información, los invitamos a visitar nuestra sección especial sobre San Maximiliano Kolbe:

El Papa en el ángelus: La Iglesia no necesita burócratas sino misioneros apasionados Texto completo de las palabras del Santo Padre antes y después de la oración del ángelus




El papa Francisco, como cada domingo, ha rezado el ángeles con los fieles reunidos en la plaza de San Pedro.
Estas son las palabras del Santo Padre para introducir la oración mariana

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El Evangelio de este domingo (Lc 12,49-53) forma parte de las enseñanzas de Jesús dirigidas a los discípulos a lo largo de su camino hacia Jerusalén, donde espera la muerte de cruz. Para indicar el fin de su misión, Él usa tres imágenes: el fuego, el bautismo y la división. Hoy quiero hablar de la primera imagen, la del fuego, el fuego.
Jesús la expresa con estas palabras: “He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo!” (v.49). El fuego del que Jesús habla es el fuego del Espíritu Santo, presencia viva y operante en nosotros desde el día de nuestro Bautismo. Esto, el fuego, es una fuerza creadora que purifica y renueva, quema toda miseria humana, todo egoísmo, todo pecado, nos transforma desde dentro, nos regenera y nos hace capaces de amar. Jesús desea que el Espíritu Santo se encienda como fuego en nuestro corazón, porque solo saliendo del corazón, estad atentos a esto, y solo saliendo del corazón que el incendio del amor divino podrá desarrollarse y hacer crecer el Reino de Dios. No sale de la cabeza, sale del corazón, y por eso Jesús quiere que este fuego salga de nuestro corazón. Si nos abrimos completamente a la acción del Espíritu Santo, Él nos donará la audacia y el fervor para anunciar a todos a Jesús y su mensaje consolador de misericordia y de salvación, navegando en mar abierto, sin miedos. El fuego comienza en el corazón. 
En el cumplimiento de su misión en el mundo, la Iglesia, es decir, todos nosotros, Iglesia, necesita la ayuda del Espíritu Santo para no dejarse frenar por el miedo y el cálculo, para no acostumbrarse a caminar dentro de las fronteras seguras. Estas dos actitudes llevan a la Iglesia a ser una Iglesia funcional que no corre riesgo nunca. Sin embargo la valentía apostólica que el Espíritu Santo enciende en nosotros como un fuego nos ayuda a superar los muros y las barreras, nos hace creativos y nos urge a ponernos en movimiento para caminar también por caminos inexplorados o incómodos, ofreciendo esperanza a los que encontramos. Estamos llamados a convertirnos cada vez más en comunidad de personas guiadas y transformadas por el Espíritu Santo, llenas de comprensión, personas de corazón dilatado y de rostro alegre. Más que nunca hay necesidad, más que nunca hoy hay necesidad de sacerdotes, de consagrados y de fieles laicos, con la mirada atenta del apóstol, para conmoverse y detenerse delante de los desfavorecidos y a las pobrezas materiales y espirituales, caracterizando así el camino de la evangelización y de la misión con el ritmo sanador de la proximidad. Es precisamente el fuego del Espíritu Santo que nos lleva a hacernos prójimos de los otros, de las personas que sufren, de los necesitados, de tantas miserias humanas, de problemas, de refugiados, de los que sufren. Ese fuego que viene del corazón. Fuego. 
En este momento pienso con admiración sobre todo en los numerosos sacerdotes, religiosos y laicos que, en todo el mundo, se dedican al anuncio del Evangelio con gran amor y fidelidad, no pocas veces a costa de la vida. Su testimonio ejemplar nos recuerda que la Iglesia no necesita burócratas y funcionarios diligentes, sino misioneros apasionados, devorados por el ardor de llevar a todos la palabra consoladora de Jesús y de su gracia regeneradora. Esto es el fuego del Espíritu Santo, si la Iglesia no recibe este fuego o no le deja entrar en sí, se convierte en una Iglesia fría o solo tibia, incapaz de dar vida porque está hecha de cristianos fríos y tibios. Nos hará bien hoy, tomar cinco minutos, y cada uno de nosotros preguntarnos, ¿cómo va mi corazón? ¿está frío, tibio, o es capaz de tomar este fuego? Tomemos cinco minutos para esto. Nos hará bien a todos. 
Pidamos a la Virgen María rezar con nosotros y por nosotros al Padre celeste, para que derrame sobre todos los creyentes el Espíritu Santo, fuego divino que caliente los corazones y nos ayude a ser solidarios con las alegrías y los sufrimientos de nuestros hermanos. Nos sostenga en nuestro camino el ejemplo de san Massimiliano Kolbe, mártir de la caridad, de quien hoy celebramos la fiesta: él nos enseñe a vivir el fuego del amor para Dios y para el prójimo. 

Después del ángeles, el Santo Padre ha añadido.
Queridos hermanos y hermanas,
Saludo con afecto a todos vosotros, romanos y peregrinos presentes.
También hoy tengo la alegría de saludar a algunos grupos de jóvenes: sobre todo a los scout venidos de París; y a los jóvenes que han llegado a Roma en peregrinación a pie o en bicicleta desde Bisuschio, Treviso, Solarolo, Macherio, Sovico, Vall’Alta de Bergamo y los seminaristas del seminario menor de Bérgamo. Repito también a vosotros las palabras que han sido el tema del gran encuentro de Cracovia: “Beatos los misericordiosos, porque encontrarán misericordia”; esforzaros en perdonar siempre y tened un corazón compasivo. 
Saludo también a la Asociación del Proyecto “Cartoline in bicicletta”.
A todos os deseo un feliz domingo y un buen almuerzo. Y, por favor, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Hasta la vista! 

La parroquia que quitó la catequesis inútil, cambió su estructura y es modelo de renovación pastoral

José María Sánchez de Lamadrid es juez eclesiástico en la diócesis de Alcalá de Henares y, desde septiembre de 2007, párroco en la parroquia de Santo Domingo en Algete (parroquiasantodomingo.org), en una urbanización con unos 15.000 habitantes a unos 30 kilómetros de Madrid. En el Encuentro ENE 2016 de Nueva Evangelización se ha presentado lo que está sucediendo en esta parroquia, que muchos ven como un ejemplo de renovación pastoral eficaz.

Cuando José María llegó a la parroquia comprobó que unas 1.500 personas pasaban por las misas parroquiales cada semana y que mucha gente se confesaba. Había bastante vida sacramental y las familias llevaban a los niños a catequesis. En teoría, muchos párrocos en España estarían encantados ante este panorama.



José Mª Sánchz de Lamadrid encontró en Santo Domingo
de Guzmán, Algete, una parroquia con gente pero poco viva


Por debajo de la apariencia
Sin embargo, una mirada más atenta descubría carencias importantes. No había sentimiento de comunidad. Como en tantos otros lugares, los niños dejaban de ir a la iglesia tras la Primera Comunión, para desánimo de los catequistas. A las charlas de formación del nuevo párroco acudían pocas personas, siempre las mismas. Eran las mismas que participaban en otras actividades. En general, los feligreses eran meros consumidores de sacramentos, y por esa mentalidad de consumidores eran exigentes a la hora de pedir horarios, disponibilidades para sus bodas, comuniones, etc... 

La parroquia tenía aún gente porque la población de la zona incluye familias jóvenes. Pero cada vez habría menos. Y, siendo realistas, el 90% de los habitantes de la zona no se acercaban a la iglesia. Había que hacer algo. 

Todo empieza con la oración
En 2008 se pusieron en marcha dos iniciativas de oración, por impulso de unos feligreses: adoración nocturna los terceros viernes de cada mes (de la Adoración Nocturna Española) y un grupo de oración semanal para madres (Mothers Prayers), siguiendo un modelo nacido en Inglaterra en 1995, hoy extendido en  muchos países. 

"En estas oraciones se rezó mucho por la Nueva Evangelización, y creo que el fruto que vemos hoy nació aquí", explica el párroco. 

Con ganas de hacer "algo más" y avivar la fe en la parroquia, José María Sánchez de Lamadrid empezó a implantar Cursos Alpha (spain.alpha.org) en la parroquia. En enero de 2011 comenzó el primero. Cursos Alpha combinaba vídeos, predicaciones y cenas para anunciar la buena nueva de Cristo, el "kerigma" o primer anuncio. Los asistentes debatían en un entorno amigable y cordial y en grupos pequeños. Además, Alpha movilizaba a parroquianos adormecidos: los ponía a rezar, o a cocinar, o a acoger invitados a las cenas, o a hacerlo todo a la vez. 


Campana de la parroquia de Algete; atrae a algunas
personas por costumbre, pero a la mayoría de alejados
hay que salir a buscarlos


"Con Alpha vimos que los que eran feligreses por mera costumbre se convertían en cristianos apasionados, te decían que ahora les llenaba leer la Biblia, que ven a Dios en lo cotidiano, que la misa les alimenta, que necesitan compartir la fe... así se creaba una verdadera comunidad cristiana, no un supermercado de sacramentos", explica José María.

En junio de 2011 visitó en Londres la parroquia anglicana de Holy Trinity Brompton, sede central de Alpha, acompañado de unos cuantos colaboradores. Volvieron todos entusiasmados y con ganas de evangelizar más y mejor. 

Mientras la parroquia multiplicaba sus Cursos Alpha, en 2013 contactaban también con la entusiasta Escuela de Evangelización de Alcalá (kerygmadiocesisalcala.blogspot.com.es) y acogían una Semana de Evangelización, que ayudó a despertar a más feligreses. 

Ese año 2013 fue el año del "boom", del gran crecimiento. El párroco se sentó y apuntó las cifras:

- Curso Alpha de enero-abril 2011: 50 participantes
- Curso Alpha de octubre-diciembre 2011: 70 participantes
- Curso Alpha de otoño 2012: 100 participantes
- Curso Alpha Jóvenes primavera 2013: 25 chavales de 15 a 17 años
- Curso Alpha de otoño-invierno 2013: ¡¡¡170 participantes!! (en 2 casas grandes)
- Actividades del año: 35
- Celebraciones litúrgicas: 3.640
- Horas dedicadas a encuentros y reuniones: 2.850

Demasiado para un solo párroco, constató. 

Eso sí, en un par de años, gracias a Alpha, se habían activado muchos parroquianos como colaboradores: ahora tenía 274 colaboradores laicos. 


La gran decisión: parar y cambiar estructuras
Entonces fue cuando tomó la decisión que hace especial a la parroquia de Santo Domingo de Algete. El párroco tomó conciencia de lo que explica el documento de Aparecida de 2007: "Hay que abandonar las estructuras caducas que no evangelizan". Y unas palabras de Benedicto XVI: “Debemos vencer la tentación de limitarnos a lo que ya tenemos o creemos tener: sería una muerte anunciada”. Además, como explicó en el ENE 2016 Tote Barrera, director de Cursos Alpha en España, "hay al menos dos estructuras caducas muy claras en España, que no funcionan: la iniciación y preparación para los sacramentos y la relación del párroco con los parroquianosheredada del siglo XVI".

José María decidió dos cosas:

1) hizo un parón para renovar la parroquia: para empezar, un curso sin catequesis para niños
2) reclutó y formó un equipo de 8-10 personas, laicos: el Consejo Parroquial de Evangelización

El Papa Francisco pedía una "renovación pastoral". Y eso implicaba cambiar "lo de siempre" cuando se había demostrado que no funcionaba.

Fuera catequesis: en su lugar, el Oratorio de los Niños
El caso más claro se dio en la catequesis infantil: fue sustituida por el Oratorio de los Niños, la experiencia creada por el padre Gonzalo Carbó en Valencia. (Detallada aquí en PDF) .

Los niños en la Parroquia de Santo Domingo ya no vienen a sentarse alrededor de una mesa, con unos libros, dibujos, lápices de colores y un formato que imita a la clase de religión de los colegios. Ahora los niños vienen a rezar a un oratorio, con velas y luz ténue. Cantan, oran. Escuchan la Palabra de Dios, se les explica el texto, las parábolas, las enseñanzas de Jesús. No vienen "para la Primera Comunión" sino para rezar. Y el resultado es asombroso: los niños siguen viniendo después de la Primera Comunión.

"Casi todo es oración y explicación orante y ya lo hacemos con niños de 6 años hasta 12 años", explica el párroco. Catequistas y familias están entusiasmadas e ilusionadas. "Ninguna abuela ni madre se queja de que no hagamos catequesis al uso: las abuelas y madres están encantadas porque ven que sus hijos y nietos rezan contentos y quieren venir".


Pasión por el Señor, capacidades humanas y buena "química" para la relación y el trabajo en equipo: así se seleccionan los colaboradores

Cómo seleccionar tu equipo
En cuanto al Consejo Parroquial de Evangelización, lo explica así: "En 2013 le pedí luz al Señor y Él me confirmó la necesidad de crear un Consejo de Evangelización que ponga orden ante tantas actividades y que ayude a un crecimiento sostenible". Las personas seleccionadas, como las otras muchas con responsabilidades en la parroquia, cumplían 3 condiciones: trato cercano y orante con Dios, capacidades humanas de trabajo y buena relación y "química" con el resto del equipo.

"Durante dos años nos reunimos cada sábado por la mañana. Para eso, eliminamos o paralizamos otras cosas. Esto era prioritario. Ahora, en 2016, que ya lo tenemos todo más encarrilado, ya basta con unas pocas reuniones al año. Nuestras reuniones tenían este formato: misa muy pronto, café-desayuno para fortalecer lazos y amistad, oración conjunta y reunión de trabajo de diez a doce".

En esas reuniones se aquilataba la visión que se busca, se explicaba la renovación y transformación de la parroquia y cómo lograrla.

Esa visión quedó concretada en 6 valores buscados para la parroquia:

- Unción: todo bajo el Espíritu Santo
- Alegría: un signo de que Dios actúa
- Familia: crece el calor de familia y acogida entre los parroquianos
- Unidad: toda la parroquia sirve al mismo proyecto
- Excelencia: se busca mejorar
- En Marcha: se acompaña para seguir creciendo

En 2014 juntaron a cien parroquianos y los organizaron en grupos pequeños, explicándoles lo que estaba pasando en la parroquia, lo que iba  apasar y escuchando las aportaciones de todos. Escuchar a la feligresía es importante para implantar el cambio pastoral.

Crecimiento y diversificación
La activación de feligreses para la evangelización ha seguido creciendo: ya cuentan con 350 colaboradores en distintas funciones. En la primera mitad de 2016, por ejemplo, han diversificado sus Cursos Alpha: un Alpha Desayunos para personas de más de 60 años (35 asistentes), un clásico Alpha Cenas (65 personas) y un Alpha Jóvenes (35 asistentes).

Pero ahora el reto es mantener el trato y la formación con la gente que se ha acercado a la parroquia a través de Alpha pero aún no está madura para reincorporarse a la plena vida de sacramentos, que son ya algo más de 150 personas.

"No tiene sentido decir a la gente que acaba de conocer a Cristo que se apunte a un discipulado de tres años. Lo que hacemos es invitar a una cosa de dos o tres sesiones, luego a otra, luego a otra... y mantener la relación y amistad", explica José María. "La gente vuelve a la Iglesia por Dios pero permanece en ella por las amistades.Por ejemplo, organizamos una cena al mes, en la que rezamos con la Lectio Divina. Los temas muy doctrinales no enganchan a las personas. Creamos espacios previos. Hay capas de dureza y heridas que hay que ir quitando con el trato y la amistad. No hay que tener prisas. Quien quiera simplemente confesarse e ir a misa cada domingo siempre podrá hacerlo. El tema es acompañar a los que aún no están listos."

Dios capacita a los llamados
Otro de los objetivos es capacitar a los colaboradores, y tratar de conseguir tantos colaboradores como se pueda. "Nosotros creemos que Dios no llama a los capacitados sino que capacita a los llamados. No queremos que la gente se ponga a hacer cosas que no les ilusionan, porque se queman. Queremos que los colaboradores hagan cosas para las que Dios les equipa, que les da capacidad. Yo ya no pongo en marcha ningún proyecto hasta que no me llega la persona enviada y equipada por Dios para eso: después de 15 años de cura es algo que tengo claro. Rellenar funciones con cualquiera ya no lo acepto".

Para averiguar los dones y capacidades de los nuevos cristianos entusiastas, con ganas de "compartir y hacer más", organizan la iniciativa "Descubriendo mi forma", que consta de dos sesiones y se inspira en el programa "shape" del popular pastor y superventas Rick Warren. "¿Qué forma te dio Dios, qué capacidades, qué pasión? Explicamos la base teológica, los dones y carismas repartidos a los fieles para edificar la Iglesia, y luego con unos tests cada persona se hace una idea. Tu pasado, tus habilidades, tu tipo de personalidad -introvertido, analítico, etc...- tus experiencias de la vida... ser consciente de eso te ayuda a saber dónde servir. Por ejemplo, si has pasado por un duelo puedes consolar a gente que sufre una pérdida; si has superado la droga o el alcoholismo puedes ayudar a esas personas, etc..."

Otra iniciativa que están probando se llama "Descubriendo mi madurez espiritual"."Es un minidiscipulado en 5 sesiones. Lo hacemos para quienes ya han pasado por Alpha. Explicamos cinco temas: la comunidad, la oración, las prioridades al amar, el sentido de la cruz como discípulos de Cristo y el combate espiritual".



Claves de 5 años de experiencia
Después de estos años, hay algunas claves que la parroquia tiene claras:

- la parroquia está para facilitar la santidad y el encuentro con Cristo, no para otros servicios
- la parroquia requiere una conversión pastoral y abandonar el viejo paradigma; abandona el "mantenimiento" y buscar estar "en salida"
- el cambio pastoral al principio puede dar pereza, pero después ilusiona
- hay una nueva relación entre laicos y sacerdotes, más viva y con más unidad
- la parroquia no "ofrece actividades" sino que desarrolla "procesos" que cambian a la gente
- la transformación pastoral procura ser equilibrada, no quemar colaboradores
- los colaboradores han de tener: trato con Dios, capacidad humana, buena química con el equipo
- las actividades se establecen según los talentos de los colaboradores y sus dones
- No hay que tener miedo a parar lo que haga falta y a dedicar tiempo a rezar y pensar con Jesús

Quedan muchas cosas por hacer en Santo Domingo y las ideas se multiplican. Por ejemplo, el grupo de oración de madres puede crecer si a la hora que las madres traen sus niños al Oratorio se organiza otro oratorio para ellas. "Las madres orarían al mismo tiempo que los niños, pero en otro espacio. Y empezaría muy suave: 20 minutos de sencilla oración, y luego un café con pastas, por ejemplo".

Para los jóvenes se ha puesto en marcha un grupo de música de alabanza moderna, pero se está estudiando implantar LifeTeen (www.lifeteen.es) y otras metodologías. José Mª Sánchez de Lamadrid tiene claro que quiere compartir lo que hay en la parroquia, explicarlo a los visitantes y aprender de otras experiencias. Se muestra dispuesto a acoger y atender a cualquiera con ganas de aprender de la experiencia de Santo Domingo en Algete.   

El Milagro de Hiroshima: Jesuitas sobrevivieron a la bomba atómica gracias al Rosario Por Alvaro de Juana


Se ha cumplido un aniverario más del lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima, uno de los episodios más dramáticos de la historia de la humanidad. Ese 6 de agosto de 1945, fiesta de la Transfiguración, muy cerca de donde cayó la bomba “Little Boy”, cuatro sacerdotes jesuitas alemanes sobrevivieron a la catástrofe, y la radiación -que mató a miles en los meses siguientes- no tuvo efecto en ellos. Esta historia, documentada por historiadores y médicos, es conocida como el Milagro de Hiroshima.
Los jesuitas Hugo Lassalle, superior en Japón, Hubert Schiffer, Wilhelm Kleinsorge y Hubert Cieslik, se encontraban en la casa parroquial de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, uno de los pocos edificios que resistió a la bomba. En el momento de la explosión, uno de ellos se encontraba celebrando la Eucaristía, otro desayunaba y el resto en las dependencias de la parroquia.

Según escribió el propio P. Hubert Cieslik en un diario, únicamente sufrieron daños menores producto de cristales rotos, pero ninguno a consecuencia de la energía atómica liberada.
Los médicos que les atendieron tiempo después les advirtieron que la radiación recibida les produciría lesiones graves, así como enfermedades e incluso una muerte prematura.
El pronóstico nunca se cumplió. No desarrollaron ningún trastorno y en 1976, 31 años después del lanzamiento de la bomba, el P. Schiffer acudió al Congreso Eucarístico de Filadelfia y relató su historia, confirmando que los cuatro jesuitas estaban aún vivos y sin ninguna dolencia. Fueron examinados por decenas de doctores unas 200 veces a lo largo de los años posteriores, sin que se hallase en sus cuerpos rastro alguno de la radiación.
Los cuatro religiosos nunca dudaron de que habían gozado de la protección divina, y en particular de la Virgen: “Vivíamos el mensaje de Fátima y rezábamos juntos el Rosario todos los días”, explicaron.
El P. Schiffer escribiría “El Rosario de Hiroshima”, un libro en el que da cuenta de todo lo que vivió.
Hace un año, al celebrarse un aniversario más de Hiroshima, el Obispo de Niigata y Presidente de Cáritas Asia, Mons. Tarcisius Isao Kikuchi, difundió un mensaje en el que subraya que Japón puede contribuir a la paz “no con nuevas armas, sino con sus actividades de nobleza y amplia historia en el crecimiento mundial, de modo particular en las consideradas naciones en vía de desarrollo”.
El prelado añade que “con esta contribución al desarrollo, que lleva al pleno respeto y a la realización de la dignidad humana, sería muy apreciado y respetado por la comunidad internacional”. Cada año, del 5 al 15 de agosto, el país celebra una Oración por la Paz.
En Hiroshima y Nagasaki murieron unas 246 mil personas, la mitad en el momento del impacto y el resto en las semanas posteriores por los efectos de la radiación. La bomba de Hiroshima coincidió con la solemnidad de la Transfiguración del Señor y la rendición de Japón ocurrió el 15 de agosto, solemnidad de la Asunción de la Virgen María.