domingo, 6 de agosto de 2017

Hoy se inicia la Novena por la Asunción de la Virgen María

Hoy se inicia la Novena por la Asunción de la Virgen María

“¡Cómo quisiera que por doquiera y en todas las lenguas se expresara la alegría por la Asunción de María!... Que todo hombre y toda mujer tomen conciencia de estar llamados, por caminos diferentes, a participar en la gloria celestial de su verdadera Madre y Reina”, decía San Juan Pablo II en 1995.
Cercanos a esta gran Solemnidad, que la Iglesia celebra cada 15 de agosto, aquí una novena en honor a la Virgen de la Asunción.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Primer día: ¿Cómo será eso, pues no conozco varón?
Versículo introductorio
V. El Señor la eligió.
R. Y la predestinó.
Introducción: El día 1 de noviembre de 1950, Pío XII definió solemnemente la Asunción de la Santísima Virgen María: “Proclamamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado, que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la Gloria celestial” (DS 3903).
Era obvio que la Madre de Dios, recibiera antes que nadie morada en el cielo y fuera glorificada para que desde allí continuase velando por sus hijos.
En momentos importantes, difíciles de la vida o en fechas memorables, nuestro primer pensamiento debe ir hacia la “madre”: su pensar, su sentir, su actuar… con cariño de hijos, recordar sus palabras, sus consejos. También la Virgen María, antes de su tránsito al cielo, nos dejó unas palabras, pocas, pero que son la clave para desvelarnos su semblanza humano-espiritual, a su paso por este mundo.
Lectura
Lc 1:26-34 “¿Cómo será eso, pues no conozco varón?”
Comentario
María, la joven doncella de Nazaret, a la que Dios le ofrece la maternidad divina, se sorprende del anuncio del ángel, pide una aclaración y recibe una respuesta misteriosa: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti” (Lc 1:35).
María no comprende, pero cree y confía; no pone inconvenientes, no se para a pensar en sí misma: si está preparada, si tiene capacidades…; sabe que para Dios todo es posible y pone su vida a disposición de su plan divino, siendo Madre y Virgen a la vez.
“Esta opción del estado virginal por parte de María, que en el designio de Dios la disponía al misterio de la Encarnación… constituyó una opción valiente, llevada a cabo para consagrarse totalmente al amor de Dios” (M.C. 37).
Peticiones
a) Señor, por intercesión de la Virgen María, Virgen oyente, orante y oferente, te pedimos que también nosotros escuchemos y oremos tu Palabra divina y haz que nuestra ofrenda de cada día te sea agradable y sea dedicación a los que sufren para que permanezcamos fieles al evangelio y al espíritu de nuestra Santa Madre Fundadora.
Ave María… y Gloria al Padre
b) Señor, por intercesión de la Virgen María, que permaneció firme y fuerte junto a la cruz de su hijo, te pedimos para que sepamos estar junto a los enfermos y seamos portadores del evangelio, consuelo y paz.
Ave María…y Gloria al Padre
c) Señor, por intercesión de la Virgen María, que fue elevada al cielo y glorificada sobre los coros de los ángeles y santos, te pedimos que Ella mire con materno amor a todos y dirija nuestros pasos y nos impulse a encarnar el espíritu y carisma que vivió Santa María para que, recorriendo el camino de la caridad perfecta, lleguemos un día a la gloria del cielo.
Ave María… y Gloria al Padre
Oración final
Señor, te pedimos conservar la fidelidad a la misión de “estar” junto a los enfermos y ser para ellos signo del amor maternal de la Virgen María. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amen.

Padre Pío y la receta de la alegría, según papa Francisco


Final del Año Jubilar en honor de la llegada de San Pío a San Giovanni Rotondo hace cien años. Aquí las reflexiones de papa Francisco sobre el secreto de la alegría de este santo italiano. 5 claves para aplicar la receta en la vida diaria. 

El papa Francisco envió al cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para la Causas de los Santos a San Giovanni Rotondo, Italia, para presidir el próximo 28 de julio 2017, la ceremonia de clausura del Año Jubilar en honor del centenario de la llegada de San Padre Pío a ese lugar, meta de peregrinaje de miles de personas de todo el mundo.
En este contexto, recordamos que Francisco durante el pasado Año Santo destacó a Padre Pío como un ejemplo de sacerdote confesor y un “servidor de la misericordia”, a tiempo completo, practicando a veces hasta el cansancio “el apostolado de la escucha” y de la oración.
Lecciones para la buena oración en padre Pío 
A continuación algunas lecciones de San Padre Pío en las palabras de papa Francisco en relación a la oración como ‘buena práctica’ no para “obtener algo de paz para el corazón”; ni para obtener favores de Dios, sino para salir del propio egoísmo y mantener viva una verdadera alegría interior.
Precisamente, la oración es “una obra de misericordia espiritual, que quiere llevar todo al corazón de Dios”, explicó Francisco en una audiencia jubilar a los Grupos de Oración de Padre Pío en la plaza de San Pedro. (06.02.2016).
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“San Pío no se cansó jamás de recibir a las personas y de escucharlas, de perder tiempo y fuerzas para difundir el perfume del perdón del Señor. Podía hacerlo porque estaba siempre unido a la fuente: se saciaba perennemente de Jesús”, papa Francisco (06.02.2016).
1. La oración no es una aspirina
La oración no es una “aspirina que se toma” para estar mejor o una transacción que se hace con Dios para obtener algo. Francisco explicó que padre Pío con su vida enseña que la oración es un acto de misericordia espiritual, confiar en el ‘Padre, en Dios’, como un regalo de la fe y del amor.
2. La oración es como el pan
La oración es una “necesidad como el pan” e insiste en la buena actitud que hay que tener en el momento de la plegaria: “Padre, yo en ti confío esto”, para que Dios cuide de eso que llevamos dentro y nos perturba.
3. La oración, una llave para abrir el corazón de Dios 
La oración como amaba decir el Padre Pío es “la mejor arma que tenemos, una llave que abre el corazón de Dios. Se trata de “una llave fácil”. Pues, “el corazón de Dios no está ‘sellado’ con una gran cantidad de medidas de seguridad”.
4. La oración es la fuerza de la Iglesia 
Francisco explica que el corazón de Dios se abre con la oración porque Él es un Padre que se derrite con la voz de sus hijos.
Asimismo, la oración es la mayor fuerza de la Iglesia y que nunca hay que dejar, porque la Iglesia da frutos si es como la Virgen María y los apóstoles, que estaban listos a “perseverar unánimemente en la oración” (Hechos 1:14). La oración para  esperar en el Espíritu Santo.
5. La oración es la receta para la alegría  
El Pontífice, recordado San Pío, enseña que la oración constante hace parte de la buena batalla. “De lo contrario es probable que apoyamos nuestra vida en otra parte: en los medios, el dinero, el poder”.
En fin, la oración mantiene viva la evangelización y la alegría que iluminan el corazón para que no se vuelva “aburrido”. Entonces, el Papa termina asegurando que la clave para un corazón alegre es la oración. 
Padre Pío
San Pío ha sido un fraile Capuchino que se dedicó a la salvación de las almas. Nació en 1887, se unió a la Orden Capuchino a los 15 años antes de ser ordenado sacerdote en 1910 y fue enviado el 28 de julio de 1916 al convento de San Giovanni Rotondo, donde permaneció hasta su muerte.
En 1918, después de una misa, recibió las estigmas de Cristo. Heridas que llevaba en las manos, los pies y el pecho y lo acompañaron por más de 50 años, lo que atraería a una multitud de periodistas y médicos. Pero, especialmente ha traído a muchos fieles.
El 5 de febrero de 2016, los restos del famoso capuchino habían llegado al Vaticano para ser presentados a la veneración de los fieles durante casi una semana como parte del Jubileo de la misericordia.
Un mar de fieles vivió ese momento con una gran devoción hasta las lágrimas y luego acompañaron sus reliquias en medio a una multitud rebosante de piedad popular, a lo largo de la Vía de la Conciliación.

Sube al Monte Tabor: El lugar de la Transfiguración



Uno de los santuarios más bellos de Tierra Santa

Un video que describe el Monte Tabor, lugar en Tierra Santa que fue testigo de la Transfiguración del Señor.

Hoy la Iglesia celebra la Transfiguración del Señor

Hoy la Iglesia celebra la Transfiguración del Señor
El 6 de agosto la Iglesia celebra la Transfiguración del Señor, que ocurrió en presencia de los apóstoles Juan, Pedro y Santiago. Es aquí donde Jesús conversa con  Moisés y Elías, y se escucha desde una nube la voz de Dios Padre que dice “Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo” (Lc. 9, Mc. 9, Mt. 17).
En el Catecismo de la Iglesia Católica (555), en referencia al pasaje bíblico, se menciona que “por un instante, Jesús muestra su gloria divina, confirmando así la confesión de Pedro. Muestra también que para ‘entrar en su gloria’ (Lc 24, 26), es necesario pasar por la Cruz en Jerusalén”.
“Moisés y Elías habían visto la gloria de Dios en la Montaña; la Ley y los profetas habían anunciado los sufrimientos del Mesías (cf. Lc 24, 27). La Pasión de Jesús es la voluntad por excelencia del Padre”, señala el Catecismo.
Asimismo recuerda las palabras de Santo Tomás de Aquino, quien afirmó que en este acontecimiento “apareció toda la Trinidad: el Padre en la voz, el Hijo en el hombre, el Espíritu en la nube luminosa”.
Según el relato evangélico, la Transfiguración ocurrió en un monte alto y apartado llamado Tabor (Israel) que en hebreo significa “el abrazo de Dios”.
San Jerónimo comentaba este episodio de la vida de Jesús con mucho fervor y añadía incluso palabras en la boca de Dios Padre para explicar la predilección de Jesús. “Este es mi Hijo, no Moisés ni Elías. Éstos son mis siervos; aquel, mi Hijo. Éste es mi Hijo: de mi misma naturaleza, de mi misma sustancia, que en Mí permanece y es todo lo que Yo soy. También aquellos otros me son ciertamente amados, pero Éste es mi amadísimo. Por eso escuchadlo”, decía el Santo.
“Él es el Señor, estos otros, los consiervos. Moisés y Elías hablan de Cristo. Son consiervos vuestros. No honréis a los siervos del mismo modo que al Señor: prestad oídos sólo al Hijo de Dios”, añadía.
Cuando la Transfiguración acabó, Pedro, quien había dicho “Señor, ¡qué bien se está aquí!”, desciende sin comprender lo que ha pasado. Por ello San Agustín, en un sermón, se dirigirá al Primer Pontífice con palabras de reflexión, que en realidad se convierten en una interpelación para cada cristiano del mundo de hoy:
“Desciende (tú, Pedro) para penar en la tierra, para servir en la tierra, para ser despreciado y crucificado en la tierra. La Vida desciende para hacerse matar; el Pan desciende para tener hambre; el Camino desciende para fatigarse andando; la Fuente desciende para sentir la sed; y tú, ¿vas a negarte a sufrir?”
Más información de esta festividad aquí: