sábado, 17 de diciembre de 2016

La parroquia de S. Miguel en Tazacorte acogerá la tarde de este domingo una celebración especial

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Luz de Belén. TAZACORTE.




El próximo domingo 18 de diciembre, a las 17 horas en la Plaza del Ayuntamiento de Tazacorte ( La Palma) llegará la LUZ de BELÉN. No te lo puedes perder. VEN!

CELEBRACIÓN DE LA NATIVIDAD DOSMIL16

Horarios de Navidad 
de las Parroquias de
  San Isidro Labrador (La Laguna de Aridane)
San Nicolás de Bari (Las Manchas) y 
San Pío X (Todoque).

pensamientos navidad

Noche Buena y Natividad del Señor.

23 de Diciembre, a las 21h. Celebración de la Natividad en Puerto de Naos.
“Con el espejo del río,/conversa la lavandera:
¿Qué te ha dicho la montaña/de la historia que se cuenta?
Ángeles a los pastores/anuncian la buena nueva:
el Salvador de los hombres/os ha nacido en Judea.
Los que acuden presurosos/a celebrar su presencia
ven en medio de la noche/la luz del alba en la cueva.
¿Qué te han dicho los molinos/de la historia que se cuenta?
Tres Reyes justos y sabios/vienen de lejanas tierras
buscando al Divino Niño/guiados por una estrella.
Quieren dejar a sus plantas,/humillada, su grandeza
y descubrir en sus ojos/la única luz verdadera.
¿Qué te han dicho los rebaños/de la historia que se cuenta?
Hay un Belén un pesebre/donde el altivo no entra,
donde el sabio se confunde/y el orgulloso tropieza,
donde el Todopoderoso/al sencillo se revela,
hace que el grande se achique/y que el pequeño no crezca.
Deja su orilla y camina/al Portal la lavandera:
¿Qué que ha dicho el arroyuelo/de la historia que se cuenta?
(María Angeles Novella Viejo)
24 de Diciembre, a las 18:30 h. en la Parroquia de San Isidro, La Laguna, y a las 20 h. en la Parroquia de San Nicolás de Bari, Las Manchas. Celebración de la Natividad del Señor.
¡Dios se ha hecho hombre, hermanos!
¡Dios es de nuestra familia!
¡No se avergüenza de llamarnos hermanos!
Echa una mirada por tu pueblo,
por tu barrio, por tu fábrica.
Dime donde hay un ser humano
y te diré que allí está Dios.
Gran misterio que Dios se guardaba para sí
desde siempre;
que luego deja barruntar en el relato del Génesis,
con un hombre criado especialmente a sus pechos,
a su imagen y semejanza,
y presente ya plenamente en su Hijo muy amado,
en su Jesús de su alma,
en este crío que es de todos y para todos,
en el que nacemos todos,
en el que nos reunimos todos como los pastores,
cantando a la vida,
cantando a la alegría,
vueltos a la esperanza. ¡Aleluya!
Hermanos:
¡Qué alegría de ver al Niño Jesús en Belén,
que viene a quedarse ya siempre entre nosotros,
para ser contemporáneo de todos, de todas las
épocas, de todas las tierras!
Siempre que nace un Niño, nace Jesús en él,
nace Dios en El.
Nació y sigue naciendo, creciendo, viviendo
hacia el futuro.
Belén está siempre dentro de nosotros,
siempre que estrechamos una mano con cariño,
siempre que escuchamos a un hermano con compasión,
siempre que esperamos el proceso y la evolución
de un mal carácter con paciencia,
siempre que trabajamos por los demás con desinterés,
siempre que luchamos por una sociedad mejor
sin partidismos,
siempre que compartimos,
siempre que alegramos,
siempre que levantamos a algún caído,
y después le acompañamos en el camino,
nace Jesús,
nace Dios,
es Navidad
(Alberto Iniesta, obispo auxiliar emérito de Madrid)

25 de Diciembre , celebración de la Solemnidad de la Natividad del Señor, las 10h. en San Pío X, Todoque y a las 11 h. Bautismo.

“Ver a Dios en la criatura,
ver a Dios hecho mortal
y ver en humano portal
la celestial hermosura.
¡Gran merced y gran ventura
a quien verlo mereció!
¡Quién lo viera y fuera yo!
Ver llorar a la alegría,
ver tan pobre a la riqueza,
ver tan baja a la grandeza
y ver que Dios lo quería.
¡Gran merced fue en aquel día
la que el hombre recibió!
¡Quién la viera y fuera yo!
Poner en paz en tanta guerra,
calor donde hay tanto frío,
ser de todos lo que es mío,
plantar un cielo en la tierra.
¡Qué misión de escalofrío
la que Dios nos confió!
¡Quién lo hiciera y fuera yo!”
(Santa Teresa de Jesús)

     Solemnidad de Santa María, 
Madre de Dios.

                                                                  Imagen relacionada



31 de Diciembre, a las 17 h. en la Parroquia de San Nicolás de Bari, Las Manchas. A las 18:30 h. en San Isidro Labrador, La Laguna y a las 20:30 h. en Puerto Naos. Celebración de Santa María, Madre de Dios.


1 de Enero, Año Nuevo. Solemnidad de Santa María, Madre de Dios, a las 10h. en San Pío X, Todoque.







 Solemnidad de la Epifanía del SeñorImagen relacionada


5 de Enero,  Misa de víspera de la Epifanía a las 17:00  h. en San Nicolás de Bari, Las Manchas. A las 18:30 h. en San Isidro Labrador, La Laguna y a las 20:30 h. en Puerto Naos, celebración de Misa de víspera de Epifanía del Señor.

6 de Enero, Solemnidad de la Epifanía del Señor. Celebración de la Santa Misa a las 10 h. en la Parroquia de San Pío X, Todoque.


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7 de Eneroa las 17 h. en la Parroquia de San Nicolás de Bari, Las Manchas. A las 18:30 h. en San Isidro Labrador, La Laguna y a las 20:30 h. en Puerto Naos. Celebración de víspera del Bautismo del Señor.

8 de EneroBautismo del Señor, a las 10 h. en San Pío X, Todoque. 




La madurez afectiva y el “equilibrio mental y del corazón”, reafirmados en la formación de los sacerdotes Acaba de salir un documento sobre la formación sacerdotal aprobado por el papa Francisco

Desde la década de 1970, con la publicación de la primera Ratio fundamentalis, y después de un ajuste en 1985, en relación a la formación de los sacerdotes, el contexto histórico, social, cultural y eclesial de todo el mundo ha cambiado mucho, dando lugar a nuevas necesidades espirituales en el pueblo de Dios, así como a una visión del sacerdocio que, frente al desafío de la nueva evangelización, precisa de la elaboración de un nuevo documento sobre la formación de futuros sacerdotes. En estos términos ha explicado la Congregación para el Clero la publicación, el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, del documento sobre El Don de la vocación presbiteral, aprobado por el papa el pasado 13 de octubre, según informa la agencia I-Media.
La formación de los sacerdotes necesita “ser promovida, renovada y colocada en el centro”, afirma el cardenal Beniaminio Stella, prefecto de la Congregación, en una entrevista para L’Osservatore Romano.
El alto responsable de la Santa Sede confía en que este documento sea un instrumento eficaz para la “formación integral” del sacerdote, es decir, una formación capaz de unir “de manera equilibrada” las dimensiones “humana, espiritual, intelectual y pastoral” de un sacerdote, según ha precisado, en una época marcada por las rápidas transformaciones humanas y sociológicas.
El prefecto insistió en que la atención que se da a los sacerdotes y a su formación es un “aspecto fundamental en la acción eclesial” del pontificado de Francisco.
Formación humana
Entre las novedades de esta nueva guía, se puede señalar el fuerte acento que se pone sobre la dimensión humana del sacerdote: “no se puede ser sacerdote sin tener una mente y un corazón equilibrados, además de una madurez afectiva,”, comenta el cardenal Stella, “toda laguna o problemática no resuelta en este ámbito corre el riesgo de ser gravemente perjudicial para la persona y para el Pueblo de Dios”.
En este contexto, los obispos y los formadores tienen una gran responsabilidad y son llamados a ejercer una “inteligente vigilancia” sobre la identidad de los candidatos, sin prisa ni superficialidad, sin “automatismos”.
El documento reafirma especialmente que la Iglesia no puede admitir al sacerdocio a personas que presenten “tendencias homosexualesprofundamente arraigadas”.
Con la perspectiva de esta formación humana, la Ratio insiste en la necesidad de un periodo de verificación –la propedéutica– antes incluso de entrar en el seminario. Entonces, la formación del seminario en sí se reorganizará en tres etapas: la “discipular o de los estudios filosóficos”, la “configuradora o de los estudios teológicos”, y la “pastoral o de síntesis vocacional”.
El objetivo, continúa el cardenal Stella, es “tener sacerdotes de trato amable, auténticos, leales, interiormente libres, afectivamente estables, capaces de entretejer relaciones interpersonales pacificadas y de vivir los consejos evangélicos sin rigidez, ni hipocresía, ni escapatorias”.
Vida interior
El sacerdote, según explica el prefecto de la Congregación para el Clero, ha de ser carente de “rigidez”, “no es el hombre del ‘hacer’, un líder, un gestor de lo religioso o un funcionario de lo sagrado”, sino “un discípulo enamorado del Señor, cuya vida y ministerio se fundan en la íntima relación con Dios y en la configuración con Cristo Buen Pastor”.
También es necesario para ellos cultivar la vida espiritual “con disciplina” y dedicando tiempo a ello, especialmente a través de la dirección espiritual: la suya propia y la de sus fieles. En este ámbito, la Ratio, se reafirma como ya diría el papa Francisco, en la necesidad de formar sacerdotes “prudentes en el discernimiento”.


La madurez afectiva y el “equilibrio mental y del corazón”, reafirmados en la formación de los sacerdotes

Papa Francisco: Es propio del amor no olvidar el camino de fe que hemos recorrido

Imagen referencial / Papa Francisco. Foto: Bohumil Petrik / ACI Prensa.

En la homilía de la Misa que celebró este 17 de diciembre, con motivo de su 80 cumpleaños, en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico en el Vaticano, el Papa Francisco alentó a “mirar atrás” y “hacer memoria” del camino de la fe que hemos recorrido. “Es propio del amor no olvidar”, dijo.
El Santo Padre exhortó a los fieles a dirigir “la mirada atrás para poder ir mejor hacia adelante. Esto es el significado de la jornada litúrgica de hoy. La gracia de la memoria. Pedir esta memoria. Es propio del amor no olvidar”.
“Es propio del amor tener delante de los ojos tanto bien que hemos recibido. Es propio del amor mirar la historia. De dónde venimos. Nuestros padres, nuestros antepasados. El camino de la fe”, señaló.
El Santo Padre llamó la atención sobre la peculiaridad del Evangelio del día, en el cual se enumera toda la genealogía de Jesús, en el período de Adviento, cuando ya estamos ansiosos por la Navidad. Según explicó parece como que “en el momento en el cual la espera vigilante se hace más intensa, cuando entramos en este camino del Adviento, en este momento en que la Iglesia empieza con las grandes Antífonas, en este momento fuerte que indica que vamos adelante hacia la Navidad, la Liturgia nos hace detenernos un poco”.
“Detengámonos”, propuso. “¿Qué significa este detenerse en un momento que progresa en intensidad? Simplemente la Iglesia quiere que hagamos memoria. Párate y haz memoria. Mira hacia atrás. Mira el camino”.
“¡Hagan memoria!”, alentó. “La memoria, esta actitud deuteronómica que le da al alma tanta fuerza. La memoria que la misma Escritura subraya como modo de rezar, de encontrar a Dios”.
Francisco destacó las bondades de la memoria. “Esta memoria nos hace bien porque hace más intensa la vigilante esperanza hacia la Navidad. La memoria que toma desde el inicio la elección del pueblo: Jesucristo hijo de David, hijo de Abraham. El pueblo elegido camina hacia una promesa, con la fuerza de la alianza y de las siguientes alianzas que fue haciendo. Así es el camino para el cristiano, así es nuestro camino simple”.
“Nos han hecho una promesa –recordó el Papa–: ‘Camina en mi presencia y sé irreprochable’, como nuestros padres. Una promesa que será plena hacia el final pero que se consolida con cada alianza que hacemos, y nos hace ver que no somos nosotros los que elegimos. Nos hace entender que todos nosotros fuimos elegidos: la elección, la promesa, la alianza son como los pilares de la memoria cristiana”.
Sin embargo, debemos evitar quedarnos en lo externo del Evangelio de hoy, en esa aparente enumeración “aburrida” y fijarnos en la gracia que contiene, pidió. “Esta es la gracia de hoy: hacer memoria. Cuando nosotros leemos este evangelio hay una historia de gracia. Una historia de gracia muy grande, pero también una historia de pecado. En el camino siempre encontramos gracia y pecado”.
“En la historia de la salvación hay pecadores grandes y también hay santos. También nosotros en la propia vida encontraremos lo mismo. Momentos de gran fidelidad al Señor, de alegría en el servicio, y momentos feos de infidelidad y pecado que nos hacen sentir la necesidad de la salvación”.
“Esta es nuestra seguridad. Porque cuando nosotros tenemos necesidad de salvación, confesamos la fe. Hacemos una confesión de fe: ‘Yo soy un pecador, pero tú me puedes salvar, tú me llevas adelante’. Y así se va a delante en la alegría de la esperanza”.
Francisco recordó que “en el adviento hemos empezado a recorrer este camino en vigilante esperanza al Señor. Nos detenemos, miramos hacia atrás, vemos que el camino ha estado lindo, que el Señor no nos ha defraudado, que el Señor es fiel”.
“Aunque también vemos que en la historia, en nuestra vida, hay momentos felices y momentos feos de pecado. Pero el Señor, Él mismo con la mano tendida para levantarnos nos dice: ‘sigue adelante. Sigue adelante al encuentro definitivo’”, señaló.
El Papa Francisco terminó su homilía invitando a todos a luchar por la gracia de la memoria: “que no nos quiten jamás la gracia de la memoria, de mirar hacia atrás todo lo que el Señor ha hecho por nosotros en la Iglesia, en la historia de la Salvación”, porque es “la historia de un Dios que quiere caminar con su pueblo y hacerse finalmente un hombre como cada uno de nosotros”.




Se reabre la Basílica de Santa Rita en Cascia, Italia Tras el terremoto del mes de octubre


Se reabre la Basílica de Santa Rita en Cascia, Italia




Mons. Renato Boccardo, Arzobispo de Spoleto-Nursia, presidió la primera Eucaristía en la Basílica de Santa Rita en Cascia, Italia, tras su cierre ocasionado por los daños resultantes del terremoto que azotó el país a finales de octubre. El prelado destacó el hecho como un signo de la recuperación de la Iglesia y la población tras la tragedia.
“Cascia, con la reapertura de la Basílica de Santa Rita, es el primer eslabón en una larga cadena de reconstrucción de viviendas y templos”, predicó Mons. Boccardo, según informó la agencia Zenit.
“Estamos aquí para decir todos juntos que comenzar de nuevo es posible”. El prelado agradeció los esfuerzos de los bomberos y su espíritu de servicio en medio del desastre, el cual destacó como ejemplo de solidaridad y humanidad.
El mensaje del Arzobispo recuerda el que tras el terremoto emitió la Abadesa del Monasterio de Santa Rita, luego de que las religiosas tuvieran que abandonar el Monasterio y la Basílica hasta que se certificara la seguridad estructural de los mismos.
Las religiosas se quedaron en la población, hospedándose en un convento agustino, y expresaron su confianza en Dios y en la certeza de poder retornar a su vida de oración y servicio después de la tragedia.
“Nuestra querida Santa Rita es conocida por todos como la Santa de los casos imposibles”, recordó la Hna. Natalina Todeschini, Abadesa del Monasterio, quien afirmó que la Santa “nos da fuerza al recordarnos que nada es imposible para Dios: si ponemos nuestra confianza en Él, todo se hace posible”.
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Las religiosas renovaron su compromiso de consolar a quienes padecen sufrimientos tras el desastre y manifestaron que “juntos podemos encontrar la fuerza para renacer, para reconstruirnos y reconstruir, tomando el camino del amor y la solidaridad”.
La reapertura del templo se celebró durante la memoria litúrgica de Santa Bárbara, Patrona de los Bomberos, en presencia de los miembros de este departamento, quienes trabajan en el territorio de Valnerina y quienes cooperaron en la seguridad de la Basílica.

Las tres reglas fundamentales para los lectores en la Misa


Las tres reglas fundamentales para los lectores en la Misa





“Quisiera saber si hay indicaciones precisas dictadas por el magisterio o simplemente por la tradición que expliquen cómo se debe comportar un lector durante la misa. Las lecturas del día y los salmos no deben ser leídos, sino anunciados. ¿Podrían hacer un pequeño elenco de los "errores" más comunes? Por ejemplo, a veces oigo decir como conclusión de una lectura "Es palabra de Dios" en lugar de "palabra de Dios". Y también, hay quien pone mucho énfasis en leer, a menudo cambiando fuertemente el tono de voz en los diálogos directos…. Hay quien levanta la mirada a los bancos y quien en cambio nunca alza los ojos y los tiene fijos en el texto. Gracias".
 
El liturgista Enrico Finotti explica: “La Palabra de Dios en la celebración litúrgica debe ser proclamada con sencillez y autenticidad. El lector, en resumen, debe ser él mismo y proclamar la Palabra sin artificios inútiles. De hecho, una regla importante para la dignidad misma de la liturgia es la de la verdad del signo, que afecta a todo: los ministros, los símbolos, los gestos, los ornamentos y el ambiente”.
 
Dicho esto, prosigue Finotti, “es también necesario solicitar la formación del lector, que se extiende a tres aspectos fundamentales”.
 
1. La formación bíblico-litúrgica
 
“El lector debe tener al menos un conocimiento mínimo de la Sagrada Escritura: estructura, composición, número y nombre de los libros sagrados del Antiguo y Nuevo Testamento, sus principales géneros literarios (histórico, poético, profético, sapiencial, etc.). Quien sube al ambón debe saberlo que va a hacer y qué tipo de texto va a proclamar.
 
Además, debe tener una suficiente preparación litúrgica, distinguiendo los ritos y sus partes y sabiendo el significado del propio papel ministerial en el contexto de la liturgia de la palabra. Al lector corresponde no sólo la proclamación de las lecturas bíblicas, sino también la de las intenciones de la oración universal y otras partes que le son señaladas en los diversos ritos litúrgicos”.
 
2. La preparación técnica
 
El lector debe saber cómo acceder y estar en el ambón, cómo usar el micrófono, cómo usar el leccionario, cómo pronunciar los diversos nombres y términos bíblicos, de qué modo proclamar los textos, evitando una lectura apagada o demasiado enfática.
 
Debe tener clara conciencia de que ejerce un ministerio público ante la asamblea litúrgica: su proclamación por tanto debe ser oída por todos. El Verbum Domini con el que termina cada lectura no es una constatación (Esta es la Palabra de Dios), sino una aclamación llena de asombro, que debe suscitar la respuesta agradecida de toda la asamblea (Deo gratias).
 
3. La formación espiritual
 
La Iglesia no encarga a actores externos el anuncio de la Palabra de Dios, sino que confía este ministerio a sus fieles, en cuanto que todo servicio a la Iglesia debe proceder de la fe y alimentarla. El lector, por tanto, debe procurar cuidar la vida interior de la Gracia y predisponerse con espíritu de oración y mirada de fe.
 
Esta dimensión edifica al pueblo cristiano, que ve en el lector un testigo de la Palabra que proclama. Esta, aunque es eficaz por sí misma, adquiere también, de la santidad de quien la transmite, un esplendor singular y un misterioso atractivo.
 
Del cuidado de la propia vida interior del lector, además que del buen sentido, dependen también la propiedad de sus gestos, de su mirada, del vestido y del peinado. Es evidente que el ministerio del lector implica una vida pública conforme a los mandamientos de Dios y las leyes de la Iglesia.
 
Leer en misa es un honor, no un derecho
 
Esta triple preparación, precisa el liturgista, “debería constituir una iniciación previa a la asunción de los lectores, pero después debería seguir siendo permanente, para que no se relajen las costumbres. Esto vale para los ministros de cualquier grado y orden.
 
Será finalmente muy útil para él mismo y para la comunidad que todo lector tenga el valor de verificar si siguen estando en él todas estas cualidades, y si disminuyeran, saber renunciar con honradez.
 
Realizar este ministerio es ciertamente un “honor” y la en Iglesia siempre se ha considerado así. Sin embargo, concluye, no se puede acceder a él a toda cosa, ni debe ser considerado un derecho, sino un servicio en pro de la asamblea litúrgica, que no puede ser ejercido sin las debidas habilitaciones, por el honor de Dios, el respeto a Su pueblo y la eficacia misma de la liturgia.

Papa Francisco explica por qué es importante el pesebre en casa en Adviento y Navidad

Durante la Audiencia General de este miércoles, el Papa Francisco explicó la importancia de tener el pesebre en casa, además de la necesidad de contemplar cada uno de sus elementos en el tiempo del Adviento y la Navidad, porque ahí también podemos encontrar una fuente de esperanza.
“En las casas de los cristianos, durante el tiempo de Adviento, se prepara el pesebre, según la tradición inaugurada por San Francisco de Asís. En su simplicidad, el pesebre transmite la esperanza”, señaló el Papa.
“En primer lugar, nos fijamos en el lugar en el que nace Jesús: Belén. Una pequeña aldea de Judea donde mil años antes había nacido David, el pastor elegido por Dios para ser Rey de Israel”.
El Pontífice recordó que Belén no era una capital, “y por eso fue el lugar preferido por la providencia divina, que ama actuar por medio de los pequeños y los humildes”. “En aquel lugar nace el ‘hijo de David’ tan esperado, Jesús, en el cual se encuentran la esperanza de Dios y la esperanza de los hombres”.
Después “podemos mirar a María, Madre de la esperanza”. Francisco subrayó que María, con su “sí” abrió a “Dios la puerta de nuestro mundo: su corazón joven estaba lleno de esperanza, animada por la fe. Por eso Dios la eligió a ella, que ha creído en su Palabra”.
Francisco también subrayó la importancia de la presencia de San José: “Junto a María está José, descendiente de Jesé y de David, quien también ha creído en la palabra del ángel, y mirando a Jesús en el pesebre, medita acerca de aquel Niño que viene del Espíritu Santo, y que el mismo Dios ordenó llamarle ‘Jesús’. En ese nombre está la esperanza de cada hombre, porque mediante aquel hijo de mujer, Dios salvará a la humanidad de la muerte y del pecado”.
Asimismo, destacó que “en el pesebre también están los pastores, que representan a los humildes y a los pobres que esperaban al Mesías, y en Él, al consuelo de Israel, a la redención de Jerusalén. En aquel Niño encuentran la realización de esa promesa, y confían en que la salvación de Dios llegue finalmente a cada uno de ellos”.
Por último, destacó que “el coro de los ángeles anuncia desde lo alto el gran designio que ese Niño realiza: ‘gloria a Dios en lo alto del cielo, y sobre la tierra paz a los hombres que ama’. La esperanza cristiana se refleja en la alabanza y en el agradecimiento a Dios, que ha inaugurado su Reino de amor, de justicia y de paz”.
El Papa Francisco enseñó que el Nacimiento del Mesías marca “el momento en que la esperanza entró en el mundo por la encarnación del Hijo de Dios”.
El Obispo de Roma recordó las profecías de Isaías: ‘Mirad que la Virgen concebirá y dará a luz un hijo que será llamado Emmanuel’; y también: ‘Saldrá una rama del tronco de Jesé y un retoño brotará de sus raíces’”.
“En estas dos citas se transmite el sentido de la Navidad: Dios cumple su promesa de convertirse en hombre; no abandona a su pueblo, se acerca despojándose de su divinidad. De esta manera, Dios demuestra su fidelidad e inaugura un Reino nuevo, que entrega una nueva esperanza a la humanidad: la vida eterna”.
Francisco indicó que “a menudo, cuando nos hablan de esperanza, se refieren a algo que no está al alcance del hombre, o que no es visible. Por el contrario, la Navidad de Cristo, que inaugura la redención, nos habla de esperanza de una forma diferente, una esperanza en la que se puede confiar, visible y comprensible, porque se fundamenta en Dios”.
Esta esperanza, explicó el Pontífice, “entra en el mundo y nos da la fuerza para caminar con Él hacia la plenitud de la vida y de permanecer en el presente de una manera nueva, aunque sea fatigosa”.
Para el cristiano, por lo tanto, “la esperanza significa la certeza de estar en el camino con Cristo hacia el Padre, que nos espera. Esta esperanza, que el Niño de Belén nos entrega, nos ofrece una meta, un destino bueno en el presente, la salvación de la humanidad, la santidad de quien confía en Dios misericordioso. San Pablo resume esto con esta expresión: ‘En la esperanza hemos sido salvados’”.