domingo, 14 de junio de 2020

Solemnidad del Corpus Christi. Cuerpo y Sangre de Cristo

En la Solemnidad del Corpus Christi, honramos y adoramos al Cuerpo de Cristo, dado a todos los hombres para alcanzar la salvación

Solemnidad del Corpus Christi es la fiesta en la que la Iglesia Católica y todos los fieles honramos y adoramos al Cuerpo de Cristo dado a todos los hombres para alcanzar la salvación. Jesús se hizo a sí mismo, Pan de Vida para unirse con nosotros en Espíritu. La Eucaristía es la celebración del sacrificio pascual, en donde el mismo Jesús, se entrega como el cordero inmolado, derramando su sangre para el perdón de nuestros pecados.

Fiesta: Jueves después de la Santísima Trinidad o Domingo posterior

Martirologio romano: Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, que con su alimento sagrado, Jesús ofrece un remedio de la inmortalidad y la promesa de la resurrección

Historia del Corpus Christi.

La Solemnidad del Corpus Christi, o la Fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo (como se le conoce a menudo hoy en día), se remonta al siglo 13. En esta, se celebra algo muy grande: la institución del sacramento de la Sagrada Eucaristía en la Última Cena.

El Jueves Santo, es también una celebración de este misterio, pero el carácter solemne de la Semana Santa, y el enfoque en la Pasión de Cristo el Viernes Santo, eclipsa un poco este aspecto del Jueves Santo

En 1246, el obispo Robert de Thorete de la diócesis de Liège en Bélgica, a sugerencia de Santa Juliana de Mont Cornillon, quién desde muy jovencita, había tenido una gran veneración al Santísimo Sacramento, y siempre añoraba que se tuviera una fiesta especial en su honor, convocó un sínodo e instituyó la celebración de la fiesta.

Desde Liège, la celebración comenzó a extenderse, y, el 8 de septiembre 1264, el Papa Urbano IV emitió la bula "Transiturus", que estableció la fiesta de Corpus Christi como fiesta universal de la Iglesia, y que se celebrará el jueves siguiente Domingo de la Santísima Trinidad.

A petición del Papa Urbano IV, Santo Tomás de Aquino compone las oraciones oficiales de la Iglesia, para esta fiesta.

Esta composición de Santo Tomás, es ampliamente considerada como una de las más bellas de las tradiciones del Breviario Romano (el libro oficial de la oración del Oficio Divino o Liturgia de las Horas)

Siglos después de que esta celebración se haya extendido al culto de la Iglesia universal, se le incorporaba una procesión eucarística, en la que la Sagrada Hostia es llevada por toda la ciudad, acompañada por himnos y letanías.

Los fieles veneraban al Cuerpo de Cristo mientras la procesión pasaba a través de las distintas calles.

En los últimos años, esta práctica casi ha desaparecido, aunque algunas parroquias todavía mantienen una breve procesión alrededor de la parte externa de la iglesia parroquial.

Mientras que la fiesta del Corpus Christi es una de las diez fiestas de precepto en el rito latino de la Iglesia Católica, en algunos países, entre ellos Estados Unidos, la fiesta ha sido trasladada al domingo siguiente

Corpus Christi invita a la Gracia y al Llamado.

La participación de esta solemnidad puede tener una doble invitación para el cristiano: una invitación a la gracia y una invitación al llamado.

Invitación a la Gracia.

La participación en la Eucaristía es un momento de gracia. Nosotros "participamos" y compartimos en el gran misterio de amor que Cristo ha hecho por todos nosotros. Nuestra salvación no es algo que ganamos o logramos, la salvación es para todos.

El perdón de Dios es algo que recibimos como un regalo. Al participar en la Eucaristía recordamos, y también experimentamos de una manera real, lo que Dios ha hecho en su eterno amor por nosotros, a través de su Hijo Jesucristo.

Participar en la celebración del cuerpo y la sangre de Cristo es hacer algo más que tomar y comer su cuerpo, es un momento de alabar a Dios y dar gracias por este precioso Don inmerecido.

Invitación al Llamado.

La participación en el cuerpo y la sangre de Cristo es también un llamado a participar de su vida. El Evangelio nos habla repetidamente, de la importancia de reconocer a Dios y a Jesús como la fuente de nuestra propia vida.

  • "Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes" (Juan 6,53)

  • "Así como yo, que he sido enviado por el Padre que tiene Vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come vivirá por mí". (Juan 6,57)

Para estar vivo con la vida de Cristo, debemos de estar animados a vivir una vida íntegra marcada por su camino de vida.

Ver a Dios y a Jesús como la fuente de nuestra vida, es una invitación a hacer camino, a ser testimonios y al mismo tiempo, ser transformados por su amor.

Importancia del Corpus Christi.

La importancia de la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, no es, de ninguna manera exagerada. Es el centro de nuestra fe. Es Jesús, realmente presente entre nosotros, y que ha decidido quedarse a vivir en este sagrado sacramento.

Todos los cristianos, estamos invitados a apoyar la procesión del Corpus Christi en nuestra comunidad, y animar a otros a hacer lo mismo. Seamos testigos de nuestra fe y seamos testigos de Cristo crucificado, Cristo resucitado, y Cristo presente en el Santísimo Sacramento


La Eucaristía estimula y fortalece la fe y nuestra relación con Dios. Corpus Christi refleja el intenso amo que tenemos por la Sagrada Eucaristía. Acudamos a Él, siempre y con gran devoción para gran aprovechamientos de nuestras almas.

Oración por el Corpus Christi.

Padre de misericordias, por la voluntad de hacer presente en nuestro mundo tu infinito amor mostrado en la Sagrada Eucaristía, neustro Señor Jesucristo, te adoramos viviendo entre nosotros en el Sacramento de tu Cuerpo y tu Sangre.

Acudimos a ti hoy, te damos gracias por el regalo de tu Santo Cuerpo y Sangre a través del cual nos fortalecemos en cuerpo, alma y mente.

Prometemos solemnemente que te ofreceremos nuestro amor indiviso y también el servicio a nuestros hermanos y hermanas como es tu santa voluntad, en el servicio amoroso de ese reino donde vives con el Padre y el Espíritu Santo un Dios por siempre y para siempre. Amén

Recursos sobre el Corpus Christi.



Lecturas del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo - Ciclo A

Primera lectura

Lectura del libro del Deuteronomio (8,2-3.14b-16a):

Moisés habló al pueblo, diciendo: «Recuerda el camino que el Señor, tu Dios, te ha hecho recorrer estos cuarenta años por el desierto; para afligirte, para ponerte a prueba y conocer tus intenciones: si guardas sus preceptos o no. Él te afligió, haciéndote pasar hambre, y después te alimentó con el maná, que tú no conocías ni conocieron tus padres, para enseñarte que no sólo vive el hombre de pan sino de todo cuanto sale de la boca de Dios. No te olvides del Señor, tu Dios, que te sacó de Egipto, de la esclavitud, que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con dragones y alacranes, un sequedal sin una gota de agua, que sacó agua para ti de una roca de pedernal; que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus padres.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 147,12-13.14-15.19-20

R/.
 Glorifica al Señor, Jerusalén

Glorifica al Señor, Jerusalén; 
alaba a tu Dios, Sión: 
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas, 
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R/.

Ha puesto paz en tus fronteras, 
te sacia con flor de harina. 
Él envía su mensaje a la tierra, 
y su palabra corre veloz. R/.

Anuncia su palabra a Jacob, 
sus decretos y mandatos a Israel; 
con ninguna nación obró así, 
ni les dio a conocer sus mandatos. R/.

Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (10,16-17):

El cáliz de la bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo? El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan.

Palabra de Dios

Evangelio del domingo

Evangelio según san Juan (6,51-58), del domingo, 14 de junio de 2020

Lectura del santo evangelio según san Juan (6,51-58):

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»
Disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»
Entonces Jesús les dijo: «Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre.»

Palabra del Señor