martes, 13 de junio de 2017

EL MONUMENTO DE FÁTIMA

El monumento de Fátima está situado en lo alto del barrio de Las Manchas
Desde la apertura de la fisura del Llano del Banco, el 8 de julio de 1949, la lava del volcán de San Juan se vio favorecida en su descenso por el desnivel del terreno, y amenazó desde el primer momento a la histórica ermita de San Nicolás de Bari, en Las Manchas. Cuando lo inevitable parecía que iba a cumplirse, el párroco de la época, Blas Santos Pérez, hizo en público una promesa de levantar un monumento a Nuestra Señora de Fátima, por la que sentía una especial devoción, y la lava desvió su curso y pasó a unos cien metros de la iglesia.
Desde las últimas horas del día anterior, la ermita había sido desmantelada ante la previsión de que la lava pudiera caer sobre el barrio de Las Manchas. Las imágenes religiosas y los útiles litúrgicos fueron trasladados a la parroquia de Nuestra Señora de los Remedios, en Los Llanos de Aridane, y todo lo que se pudo rescatar (maderas, puertas, ventanas, retablo, campana, bancos, etcétera) también fue puesto a salvo.
En unos años de penurias económicas, agravados por los daños que causó la erupción, los vecinos de Las Manchas, y aun los habitantes de otros pueblos cercanos, se preocuparon de que se construyera el monumento prometido, que puede contemplarse en majestuosa presencia en lo alto del pueblo de Las Manchas.
La imagen, tallada en granito puro y de un color terroso pálido, mide unos dos metros de altura, pesa tonelada y media y fue realizada en los talleres escultóricos del constructor Raimundo Vázquez Fernández, en 1951, como así lo atestigua una placa conmemorativa adosada en un lateral.
El boceto fue diseñado por el director de Regiones Devastadas, Gonzalo Cárdenas, buen amigo del ministro Blas Pérez González. El marco, coronado por una cruz que soportan hojas de acanto, llama poderosamente la atención y está construido en cemento y piedra volcánica. Delante tiene una plaza y un altar sobre adoquines de lava, con dos accesos independientes.
La imagen de Nuestra Señora de Fátima fue bendecida el 28 de abril de 1952 en un solemne acto religioso celebrado en el instituto femenino “Rosalía de Castro”, en Santiago de Compostela, y estuvo presidido por el arzobispo de Compostela, cardenal Quiroga Palacios, quien pronunció “una elocuente plática de elevados tonos patrióticos destacando la hermandad canario-galaica”, según destaca la crónica de Diario de Avisos.
En la ceremonia estuvieron presentes el ministro de la Gobernación, Blas Pérez González y su esposa, Otilia Martín Bencomo, quienes ostentaban, asimismo, la representación oficial del jefe del Estado y la esposa de éste, Carmen Polo, que habían apadrinado la réplica de la imagen destinada a Las Manchas, monumento “que perpetuará el hecho extraordinario” de que la lava del volcán de San Juan no arrasara la ermita.

La prensa gallega y la canaria destacaron ampliamente la bendición de la imagen, con amplias crónicas y fotografías alusivas al acto. El final de la jornada tuvo un carácter apoteósico, al concentrarse numerosos grupos de gaiteros, que llegaron a Santiago de Compostela desde todos los rincones de Galicia. El presidente de Compañía Trasmediterránea, Ernesto Anastasio Pascual, ofreció el traslado gratuito de la imagen hasta Santa Cruz de Tenerife a bordo del “liner” Satrústegui y luego, hasta la capital palmera, en el vapor Ciudad de Melilla.

Lo que la Virgen María dijo en Fátima


A pesar de que el Ángel de la Paz y Nuestra Señora de Fátima aparecieron durante el contexto de la Primera Guerra Mundial, los mensajes divinos son quizá más relevantes hoy en día

Esta primavera marcará 100 años desde las apariciones de Fátima y una oportunidad para reflexionar profundamente sobre su mensaje. El Ángel de la Paz apareció tres veces a los pastores, Lucía, Jacinta y Francisco, comenzando en la primavera de 1916 en Fátima, Portugal. Estas visitas prepararon el camino para las seis apariciones de Nuestra Señora de Fátima al año siguiente.
El mensaje de Fátima puede perderse a veces en lo misterioso y lo espectacular: las apariciones, los “tres secretos”, el “baile del sol”. Sin embargo, las principales súplicas del Cielo se referían a nuestras actividades terrenales cotidianas y cómo éstas forjarían nuestro destino eterno.
La consecuencia eterna del pecado mortal no arrepentido es el infierno; sabiendo esto, debemos vivir nuestras vidas según las leyes de Dios, en obediencia, pureza y virtud. El mensaje central de Fátima es una súplica urgente para permanecer en el camino estrecho al cielo.
Por eso el papa Francisco ha decidido visitar todo este fin de semana este gran Santuario Mariano y canonizar a dos de los pastorcitos: Jacinta y Francisco y solo quedaría pendiente Lucía para próxima oportunidad.
Es importante entender que Fátima nos llama a la conversión, y también a un alejamiento diario del pecado. Con el fin de convertir a los impenitentes, el Ángel primero enseñó a los niños el gran valor de la oración de intercesión.
Subrayando la importancia de nuestra intercesión, la única cosa que la Virgen María pidió en las seis apariciones fue para nosotros rezar el Rosario, todos los días.
Ella les dijo que nuestras oraciones pueden ayudar a salvar almas, “Oren, oren mucho, y hagan sacrificios por los pecadores; Porque muchas almas van al infierno, porque no hay nadie que se pueda sacrificar y orar por ellos “. No es sólo la oración de intercesión, sino también nuestros sacrificios y sufrimientos intercesores que son eficaces.
En virtud de nuestro Bautismo, todos somos llevados al Cuerpo de Cristo y participamos en Su sacerdocio, como parte del sacerdocio común de los fieles. Actuando en nuestro papel sacerdotal, podemos ofrecernos como “sacrificios espirituales” aceptables a Dios y en expiación por los pecados. (CCC 1141)
Al unirnos más al Cuerpo de Cristo, el Ángel y la Virgen María dijeron que debemos buscar consolar a Dios mediante la recepción y adoración digna de la Eucaristía.
Si bien la idea de consolar a un Dios todopoderoso puede parecer contraintuitiva, el papa Pío XI nos recuerda que “podemos y debemos consolar a ese Sagrado Corazón”, que está continuamente herido por nuestros pecados (Miserentissimus Redemptor, 13) .
De manera similar, el ángel ofreció a los niños la santa Eucaristía para reparar los pecados y para “consolar a su Dios”. Esto se repitió más tarde en la oración eucarística de Nuestra Señora: “¡Oh Santísima Trinidad, te adoro! “La Eucaristía es la fuente y la cumbre de la vida cristiana (CCC 1324), y las apariciones de Fátima nos recuerdan que recibir dignamente a Jesús en la Comunión tiene la gracia de salvar almas y consolar a nuestro Dios.
La Virgen María también nos pidió que reparáramos a través de la devoción de los “Primeros Cinco Sábados”. Nuestra Señora prometió a la Hermana Lucía “asistir a la hora de la muerte con las gracias necesarias para la salvación” a los que practicarán esta devoción de Confesión, Eucaristía, recitación del Rosario y meditación sobre sus misterios.
La Iglesia honra correctamente a la Madre de Dios, porque fue a través de ella, y con el consentimiento de su libre albedrío, hágase a mí, que el Salvador nació en el mundo. (Lumen Gentium, VIII) Esto es lo que proclamamos en las palabras del Rosario: el momento de la Encarnación de Dios.
Como señaló el papa Pablo VI en su exhortación apostólica de 1967 Signum Magnum, en el 50 aniversario de Fátima, es conveniente que nos consagremos al Inmaculado Corazón de María, como Madre espiritual de la Iglesia, por su papel mediador en la salvación del mundo.
Ahora, en este 100 aniversario de Fátima, el papa Francisco nos recuerda nuevamente que es importante contemplar su mensaje y abrazar sus devociones.
A pesar de que el Ángel de la Paz y Nuestra Señora de Fátima aparecieron durante el contexto de la Primera Guerra Mundial, los mensajes divinos son quizá más relevantes hoy en día, en una era de armas nucleares y de renovada militancia en todo el mundo, ateísmo desenfrenado, materialismo y pérdida de fe, una Iglesia decreciente en Occidente y una sociedad permisiva que crece rápidamente.
Como discípulos fieles, somos llamados a ser santos, e intercesores el uno para el otro. Fátima era una llamada de atención. En ella, las últimas palabras de Jesús de la Cruz cobran vida: “He aquí tu madre” (Juan 19,27).
En medio de un mundo pasajero, necesitamos acertar con cosas eternas: la penitencia, la confesión, la Eucaristía, oración, especialmente el Rosario. Nuestra Señora de Fátima renueva esta llamada, para permanecer en el estrecho camino hacia el Cielo.

Diez nombres bíblicos hermosos para niña y sus significados


Descubre el significado de diez nombres del Antiguo y el Nuevo Testamento

Una de las muchas maneras de mantener las costumbres y cultura cristiana en la familia es emplear nombres del santoral para poner a nuestros hijos que nos da un listado en el que se encuentran nombres bellísimos.
Pero también en la Sagrada Escritura encontramos, por ejemplo, nombres hebreos muy bellos para nuestras hijas y, con un significado lleno de sentido.
Sin duda, el nombre que eligen para nosotros debe ser muy especial, ya que determina nuestra identidad y, a veces,  hasta nuestra personalidad.
Aquí tienes 10 nombres bíblicos paras niña muy hermosos, no sólo por como suenan, sino también por su significado.
  1. Belén: significa “Casa del Pan” y es el nombre de la ciudad donde nació Jesucristo.
  2. Abigaíl:viene del hebreo y significa “Alegría del Padre”.  En la Biblia, fue una de las esposas del famoso rey David.
  3. Diana: su origen es latino y significa “Llena de luz  divina”. Era una de las diosas más importantes en la Roma Antigua y su nombre aparece mencionado en el Nuevo Testamento.
  4. Esther:su significado es “Estrella” en hebreo.  En la Biblia, fue una profetisa que se convirtió en reina de Persia.
  5. Galilea:es una región de Israel, famosa por varios sucesos bíblicos que ocurrieron ahí.  Su significado es “Revolución”.
  6. Génesis: este nombre significa “Origen”; es el nombre del primer libro de la Biblia donde se cuenta la Creación del Universo.
  7. Nazareth: es una ciudad situada en Israel y significa “El brote que floreció”.  Es mencionada en la Biblia como el lugar del que provenía Jesucristo.
  8. Ruth: en hebreo significa “La compañera fiel”.  Uno de los libros de la Biblia lleva su nombre y pertenece a una mujer valiente y determinada.
  9. Samara: significa “La protegida por Dios”. Es el gentilicio de la ciudad de Samaria, ciudad en la que Jesucristo predicó.
  10. Sara: su significado es “Princesa”. Fue la esposa del patriarca Abraham, a los cuales Dios les concedió el milagro de tener un hijo a edad muy avanzada.
Tenemos que recordar el nombre que darás a tu bebé es un maravilloso regalo que durará de por vida.

13 de junio: Fiesta de San Antonio de Padua, el “santo de todo el mundo”

13 de junio: Fiesta de San Antonio de Padua, el “santo de todo el mundo”

El 13 de junio la Iglesiacelebra la fiesta de uno de los santos más conocidos y venerados en el mundo, San Antonio de Padua, a quien según la tradición, se le invoca para hallar objetos perdidos.
La tradición se habría originado en un problema que tuvo con un novicio.
San Antonio nació en Portugal en 1195 en una familia de la nobleza. Desde niño se consagró a la Santísima Virgen. En su juventud fue atacado por las pasiones sensuales pero con ayuda de Dios las dominó, encontrando su fortaleza en las visitas al Santísimo.
Fue admitido en los franciscanos a inicios de 1221, participó en Asís del capítulo general de la orden de ese año y más adelante fue enviado a predicar en diversas ciudades, obteniendo un gran éxito en la conversión de los herejes.
Como la gente buscaba estar cerca de él y algunos le arrancaban pedazos de su hábito, se le asignó un grupo de hombres para protegerlo después de los sermones. En ocasiones predicaba en plazas y mercados. Bastaba su presencia para que los pecadores cayesen de rodillas a sus pies.
Se trasladó a Padua, donde ya había trabajado anteriormente. Denunció y combatió el vicio de la usura pero poco a poco la salud de San Antonio se fue deteriorando y se retiró a descansar a los bosques. Al sentir que su vida llegaba a su término, pidió regresar a Padua, pero solo llegó hasta los límites de la ciudad.
El 13 de junio de 1231 recibió los últimos sacramentos, entonó un canto a la Virgen y antes de partir a la Casa del Padre, dijo sonriente: "Veo venir a Nuestro Señor". Fue canonizado sin que haya transcurrido un año de su muerte por el Papa Gregorio IX  y declarado Doctor de la Iglesia por el Papa Pío XII.
Un hombre retó a San Antonio a probar que Jesús estaba en la Eucaristía y dejó sin comer tres días a su mula. Llevó al animal al templo y le mostró pasto fresco, pero la mula prefirió ir con el Santo, que se encontraba al lado con una hostia consagrada, y se arrodilló.
Los objetos perdidos
A San Antonio se le invoca para encontrar objetos perdidos tal vez porque cierto día un novicio huyó del convento con un salterio que usaba el Santo. San Antonio oró para recuperar su libro y el novicio se vio ante una aparición terrible y amenazante que lo obligó a regresar y devolver lo robado.
Se dice que en una ocasión, mientras oraba, se le apareció el niño Jesús y lo sostuvo en sus brazos. Muchos fieles acuden a San Antonio para que interceda para hallar un buen esposo o esposa. Es patrono de mujeres estériles, pobres, viajeros, albañiles, panaderos y papeleros.
Recursos sobre San Antonio de Padua aquí: 

    ¿De dónde viene el Avemaría?


    Nació por el año 1000

    La primera parte del Avemaría tiene su origen en las Escrituras. Está compuesta por el saludo del arcángel Gabriel -“Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”- y la exclamación de santa Isabel al recibir en su casa a la Santísima Virgen: “¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!” (cf. Lc 1, 26-42).
    Entretanto, menos sabido es el origen de la segunda parte, que es fruto de un largo proceso y de una larga tradición. Nace en la reacción contra la herejía de Nestorio, patriarca de Constantinopla, que negaba que la Virgen María fuera la Madre de Dios.
    Entre los obispos que combatieron en defensa del dogma de la maternidad divina, se destacó por su ardor el patriarca de Alejandría, san Cirilo, gracias al cual el Concilio de Éfeso, realizado en el año 431, proclamó: “Si alguno no confiesa que Dios es según verdad el Emmanuel, y que por eso la santa Virgen es Madre de Dios […], sea anatema” (Dz 252). En las conclusiones de ese Concilio ya estaba pues explícita la continuación a la salutación angélica: “Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros…”.
    De hecho, fue por el año 1.000 que en los monasterios comenzó a unirse el saludo del arcángel Gabriel a Nuestra Señora y la exclamación de santa Isabel.
    En el siglo XIII la primera parte del Ave María ya estaba introducida en la liturgia, sin la invocación a Jesús. Finalmente fue en el siglo XV que se acrecentó la segunda parte y la oración adquirió su forma actual, la cual fue introducida en el Breviario Romano por san Pío V.

    Martes de la décima semana del tiempo ordinario


    Carta II de San Pablo a los Corintios 1,18-22. 

    Les aseguro, por la fidelidad de Dios, que nuestro lenguaje con ustedes no es hoy "sí", y mañana "no".
    Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, el que nosotros hemos anunciado entre ustedes -tanto Silvano y Timoteo, como yo mismo- no fue "sí" y "no", sino solamente "sí".
    En efecto, todas las promesas de Dios encuentran su "sí" en Jesús, de manera que por él decimos "Amén" a Dios, para gloria suya.
    Y es Dios el que nos reconforta en Cristo, a nosotros y a ustedes; el que nos ha ungido,
    el que también nos ha marcado con su sello y ha puesto en nuestros corazones las primicias del Espíritu.

    Salmo 119(118),129.130.131.132.133.135. 
    Tus prescripciones son admirables:
    por eso las observo.
    La explicación de tu palabra ilumina
    y da inteligencia al ignorante.

    Abro mi boca y aspiro hondamente,
    porque anhelo tus mandamientos.
    Vuelve tu rostro y ten piedad de mí;
    es justo que lo hagas con los que aman tu Nombre.

    Afirma mis pasos conforme a tu palabra,
    para que no me domine la maldad.
    Que brille sobre mí la luz de tu rostro,
    y enséñame tus preceptos.


    Evangelio según San Mateo 5,13-16. 
    Jesús dijo a sus discípulos:
    Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres.
    Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña.
    Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa.
    Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo.