jueves, 7 de julio de 2016

oración de bendición para mi familia. Amado Dios, hoy me presento ante ti, con mi alma desbordante de dicha y gratitud. Eres un Dios bueno y amoroso, que día tras día llena mi vida de hermosas bendiciones.

Padre celestial, gracias por el maravilloso regalo de la vida, por mi hogar, por los alimentos que pones en mi mesa, pero sobretodo, gracias por la vida de mi familia y por la enorme dicha de verlos despertar cada mañana salvos y felices.

Cada día que pasa necesitamos más de tu presencia en nuestras vidas, por eso hoy ponemos en tus manos nuestros sueños, nuestras labores, nuestras jornadas, también nuestros problemas y nuestras necesidades. Ilumínanos con tu sabiduría, cúbrenos con tu presencia, tómanos de la mano y guíanos por caminos de seguridad y bendición, pues si tú estás con nosotros, nadie ha de estar en contra, pues tú Señor eres certeza y verdad.

Ayúdanos a ganar el sustento de nuestro hogar de manera honrada y digna. Bendice nuestros trabajos y permite que nunca falte el pan en nuestra mesa. Por favor aleja toda enfermedad, entra en nuestro hogar y danos una solución para cada problema, una luz en cada sombra, alivio para todas las penas y un hermoso plan para cada nuevo día. Por favor Señor, que tu bendición nunca nos falte.

Y si en algún momento tuviésemos que atravesar por alguna prueba difícil, ayúdanos a salir adelante, en tu amor y llenos de fe, y permítenos comprender las pruebas son la base de las grandes bendiciones.

Amado Dios, hoy lleno de fe y seguro que mi oración será escuchada, encomiendo en tus manos a todas las personas que amo, todo lo que necesitamos y todo lo que anhelamos. Porque eres un Dios bueno y misericordioso y porque confío en tus maravillosos planes: Que se haga siempre tu voluntad en nuestras vidas, Amén.

Jueves de la decimocuarta semana del tiempo ordinario

Libro de Oseas 11,1-4.8c-9. 
Así habla el Señor:
Cuando Israel era niño, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo.
Pero cuanto más los llamaba, más se alejaban de mí; ofrecían sacrificios a los Baales y quemaban incienso a los ídolos.
¡Y yo había enseñado a caminar a Efraím, lo tomaba por los brazos! Pero ellos no reconocieron que yo los cuidaba.
Yo los atraía con lazos humanos, con ataduras de amor; era para ellos como los que alzan a una criatura contra sus mejillas, me inclinaba hacia él y le daba de comer.
Mi corazón se subleva contra mí y se enciende toda mi ternura:
no daré libre curso al ardor de mi ira, no destruiré otra vez a Efraím. Porque yo soy Dios, no un hombre: soy el Santo en medio de ti, y no vendré con furor.



Salmo 80(79),2ac.3b.15-16. 
Escucha, Pastor de Israel,
Tú que tienes el trono sobre los querubines,
reafirma tu poder y ven a salvarnos.

Vuélvete, Señor de los ejércitos,
observa desde el cielo y mira:
ven a visitar tu vid,
la cepa que plantó tu mano,
el retoño que Tú hiciste vigoroso.





Evangelio según San Mateo 10,7-15. 
Jesús dijo a sus apóstoles:
Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca.
Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente."
No lleven encima oro ni plata, ni monedas,
ni provisiones para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón; porque el que trabaja merece su sustento.
Cuando entren en una ciudad o en un pueblo, busquen a alguna persona respetable y permanezcan en su casa hasta el momento de partir.
Al entrar en la casa, salúdenla invocando la paz sobre ella.
Si esa casa lo merece, que la paz descienda sobre ella; pero si es indigna, que esa paz vuelva a ustedes.
Y si no los reciben ni quieren escuchar sus palabras, al irse de esa casa o de esa ciudad, sacudan hasta el polvo de sus pies.
Les aseguro que, en el día del Juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas menos rigurosamente que esa ciudad.



Leer el comentario del Evangelio por : San Juan Pablo II  
“Paz a esta casa.” (Lc 10,5)