domingo, 1 de octubre de 2017

13 nombres de bebé para honrar a María


Estos nombres, inspirados en la Virgen María pueden encantar a muchos padres y madres

Pasan los años, pasan las modas, pero no hay modo: María sigue siendo el nombre más popular que los padres siguen eligiendo para sus hijas recién nacidas – ¡y cuántos niños llevan “María” en la composición de su nombre!. Y no sólo María como tal: aquí te presentamos 13 variantes relacionadas con el bello nombre de la Virgen, que te pueden inspirar si quieres más creatividad:
Miriam
La versión en hebreo de María, así como el nombre de la hermana de Moisés. Sabes quien es, ¿no? La que siguió a su madre y vigiló el cesto en el Nilo para saber lo que pasaría con su hermanito. En cualquier caso, un nombre de devoción.
Amira
Usando las mismas letras que María, es una versión latina de este bello nombre. A mi siempre me sugiere amor.
Marisol
Um nombre español muy extendido que viene de María de la Soledad, ideal para una familia que valora la intimidad. La alusión al mar y al sol añade un segundo significado bonito.
Mariah
Es una de las variantes inglesas de María. Después de un salto a la fama gracias a Mariah Carey, puede valer la pena considerarlo de nuevo. Me encanta el significado de este nombre – Señora soberana. ¿Qué más puedes pedir para tu hija?
Mira
Un anagrama de María que le da un toque breve y dulce. Viene del griego y significa la fragancia de la mirra, uno de los presentes traídos por los magos al niño Jesús.
Marina
Significa “regocijarse” en hebreo, y también trae a la mente el mar. Si lo marinero es significativo para tu historia familiar, esta es una encantadora opción.
Marie
Versión francesa del nombre de Maria; hay una dulzura en este nome. Significa “la que ocupa el primer lugar”.
Marlene
Este nombre de origen griego es una combinación de María y Magdalena. Si Magdalena te parece um poco largo, Marlene puede ser un buen término medio.
Miri
Este nombre es para niñas, originario de la cultura eslava. Miri significa maravilloso, paz. Miri recuerda a María en una versión actualizada de la ortografía con una pronunciación similar. Podría ser un diminutivo de Miriam también.
Miles
Significa “siervo de María”, según Helen McLoughlin, del Nameday Cookbook, es una óptima conexión para los amantes de la música de Miles Davis también. Milo es otra versión del nombre, un poco más original.
Marion
Más común hace un siglo, Marion mantiene la raíz María y lo formaliza un poco. El más famoso cowboy del cine, John Wayne, en verdad se llamaba Marion.
Gilmara
También significa “sierva de María”. Tiene raíces germánicas.
Gabriel
Para los niños. El ángel que se apareció para anunciar a María que sería la madre del Mesías. Él definitivamente nos recuerda a ella, sin ser demasiado literal. Significa “hombre de Dios”, que Dios es mi fuerza, un sentimiento poderoso.

Oración para quien sufre de depresión



Conforta tu alma con esta oración que surgió de la devoción de Santa Teresita del Niño Jesús a Nuestra Señora de la Sonrisa

Santa Teresita del Niño Jesús contó como fue curada de niña, de lo que hoy sería diagnosticado como un síndrome de pánico, probablemente. Curada por la sonrisa de Nuestra Señora. Ella escribió:
 
“El día 13 de mayo de 1883, fiesta de Pentecostés. Desde la cama, dirigí la mirada a la imagen de Nuestra Señora y… De repente, la Santísima Virgen me pareció bonita, tan bonita que nunca vi algo semejante, su rostro exhalaba una bondad y una ternura inefables, pero lo que caló hondo en mi alma fue la “sonrisa encantadora de la Santísima Virgen”. Todas mis penas de fueron en ese momento, dos gruesas lágrimas rodaron por mis mejillas y cayeron por mi rostro, eran lágrimas de pura alegría… ¡Ah! pensé, la Santísima Virgen me sonrió, estoy feliz… (…) Fuera por causa de ella, por sus intensas oraciones, que tuve la gracia de la sonrisa de la Reina de los Cielos …” .
 
A esta imagen la llamó “Virgen de la Sonrisa” y la advocación comenzó con sus familiares. Después, llevó la devoción al Carmelo de Lisieux. Finalmente, fue divulgada en todas las ordenes carmelitas y se propagó en el mundo. Muchas personas se han curado de la depresión y de otras enfermedades del alma, igual que santa Teresita, a través de esta devoción.
 
Oración a nuestra señora de la Sonrisa
 
Oh María, Madre de Jesús y nuestra,
que con una clara sonrisa te dignaste consolar
y curar a tu hija Santa Teresita del Niño Jesús de la depresión,
devolviéndole la alegría de vivir
y el sentido de su existencia en Cristo Resucitado.
Mira con maternal afecto a tantos
Hijos e hijas que sufren con la depresión,
trastornos y síndromes psiquiátricos y males psicosomáticos.
Que Jesús Cristo cuide y de sentido a la vida de tantas personas,
cuya existencia a veces está deteriorada.
María, que su hermosa sonrisa no deje que
las dificultades de la vida oscurecen nuestra alma.
Sabemos que sólo tu hijo Jesús puede satisfacer
los anhelos más profundos de nuestro corazón.
María, mediante la luz que brota de tu rostro,
transparenta la misericordia de Dios.
Que tu mirada nos acaricie, y nos convenza de que
Dios nos ama y nunca nos abandona,
y tu ternura renueve en nosotros la autoestima,
la confianza en las propias capacidades,
el interés por el futuro y el deseo de vivir feliz.
Que los familiares de los que sufren con la depresión
Ayuden en el proceso de curación, nunca considerándolos
farsantes que usan la enfermedad con intereses de comodidad,
sino que los demás los valores, escuchen, comprendan y animen.
Virgen de la Sonrisa, alcánzanos de Jesús la verdadera curación
y líbranos de alivios temporales e ilusorios.
Curados, nos comprometemos a servir con alegría,
Disposición y entusiasmo a Jesús como discípulos misioneros,
con nuestro testimonio de vida renovada.
Amén.
 
(Rezar 2 Avemarías en honor de las dos lágrimas de alegría que rodaron por el rostro de Santa Teresita del Niño Jesús cuando fue tocada por la Sonrisa de Nuestra Señora).

¿Confías en la Virgen María? Háblale con esta oración


"Gracias por ser esa madre que no me va a dejar nunca..."

Una persona le rezaba a María: Querida Madre te entrego lo que soy y lo que tengo. Estoy llamado a darte la vida. No importa que esté roto. No importa que esté herido. Mi herida se convierte en la grieta que me abre. No quiero cerrar la herida. No quiero cerrar la grieta. Gracias, Madre, por quererme. Gracias por estar conmigo. Gracias por caminar a mi lado en las huellas del camino. Gracias por ser esa madre que no me va a dejar nunca en medio de la dificultad. Gracias por ser tú mi Madre
Puedo entregarlo todo cuando sé que unos brazos estarán dispuestos a sostenerme.
Decía el padre José Kentenich: “Para fortalecer mi confianza de niño tomaré conciencia en todo momento de que el Padre del cielo es omnipotente, bondadoso y fiel. Nuestra preocupación más grande debe ser vivir cada segundo infinitamente despreocupados. Esta despreocupación no brota de una actitud de negligencia, sino de confianza en Dios. No estamos despreocupados porque nos desinteresamos de lo que ocurre en la tierra; no, nos preocuparemos mesuradamente de lo terrenal, pero detrás de nuestro obrar estará siempre la confianza inconmovible que se expresa en las palabras: – Mater habebit curam– La Madre se ocupará”[1].
Lo sé. Ella se preocupará de mi vida. Y yo quiero aprender a abandonarme, a soltar la cuerda, a dejar lo que me pesa y ata. Esa actitud confiada. Esa mirada puesta en aquella que me sostiene en medio de mi camino.
Quiero aprender a vivir así, totalmente despreocupado, totalmente confiado en los planes de Dios. 
Quiero vivir creyendo, confiando, sabiendo que Dios camina a mi lado. Necesito pedirle a Jesús: “Auméntame la fe”. Seré feliz si creo. Seré más feliz, si confío. Como María, que creyó contra toda esperanza. Que creyó y fue feliz.
Miro a María la que ha creído. La que se mantuvo fiel postrada ante su Dios. Y creyó, y abrazó el querer de Dios con lágrimas en el alma. “Feliz la que ha creído”. Y su vida se llenó de esperanza.