viernes, 17 de junio de 2016

¿Cómo querer a un padre por el que no te sentiste querido? El cuarto mandamiento hecho vida: nunca es tarde para el perdón


enfermo en la cama



Asistíamos al entierro de mi abuelo, que había muerto a avanzada edad. En esas largas horas de vigilia, mi padre,  a sus casi sesenta años, con serena tristeza conversa conmigo en esa intimidad que dispone abrir el corazón entre seres cercanos: me hablo del abuelo, de cosas que de una forma u otra, yo sabía, pero que consideró oportuno decantar con caridad.
Lo hizo con esa sencillez revestida de naturalidad con que se ha relacionado siempre con nosotros. Una naturalidad y una sencillez, por las que solo de adultos pudimos aquilatar su espíritu de sacrificio y abnegación, muchas veces heroico para sacar adelante a la familia.
Su mirada se posaba con tristeza y cariño en el ataúd, cuando me conto con voz baja su historia:
En mi niñez,  juventud y buena parte de mi vida adulta, a mi padre nunca lo conocí lo suficiente ni le tuve confianza. Era un hombre duro que no manifestaba cariño ni a sus hijos ni a mi madre. Cuando muy joven salí de mi casa, durante años, evadí su trato, pues me remitía a resentimientos que deseaba verdaderamente superar, ya que lo recordaba más que nada por el temor que me inspiraba su carácter irascible y a su tiránica  autoridad, por la que me exigió siempre una obediencia forzada como la de un esclavo,  y no la obediencia libre que nace del amor de hijo, un amor del que no se ocupaba. Una relación de la que quedaron daños que me llevo muchos años superar, y en los que tuve la fortuna de encontrar en mi vida personas que me ayudaron muchísimo, sobre todo a tu madre.
Finalmente me decidí a perdonarlo, como un importante escalón en mi superación espiritual y psicológica, sabía que no sería fácil, pero el querer crea la posibilidad.
Con esta actitud, me sorprendí recordando vivencias a través de los cuales pude ver los rasgos de bondad que existían en él, pero que fue incapaz de proyectar,  o que  quizá lo intento a su manera. Eso me animo aún más. Luego encontré mucha paz cuando me di cuenta de que honrar es una forma de amar, es decir,  cumpliendo el cuarto mandamiento; esforzándome en llevar una vida digna con obras que darían gusto  y satisfacción a cualquier padre, vida y obras que ofrecía por él. 
Las oportunidades se fueron presentando aún más cuando  pasaron los años, murió mi madre, envejeció, se volvió achacoso y habiendo cambiado poco, parecía que iba a ser un caso de genio y figura hasta la sepultura, pero no fue así. Fue cuando lo recogí en casa, pues no tenía mucha autonomía y me necesitaba…  aceptó refunfuñando.
Viviendo con nosotros, por las tardes, con cierta frecuencia y sin que nadie más nos acompañara lo llevaba a tomar nieve, a caminar a paso lento por jardines o a comer de bocadillos que le gustaban, hablábamos de cosas ordinarias sin ninguna referencia a nuestra complicada relación en la más sencilla convivencia, no hacía falta más y lo era todo al mismo tiempo. Alguna vez se encontró con uno de sus amigos y  mi me presento sin disimular su orgullo.
En un entorno de amor tu abuelo fue cambiando poco a poco y es la parte de la historia que te toco vivir, donde lo recordaras como abuelo noble y bondadoso, lo que hizo una importante aportación a la familia. Se podría decir que se reeducó,  pues pago el amor con amor, y me consta que se esforzó  creciendo mucho ante mis ojos, sanando mis viejas heridas. Llego el momento en que sin dársele fácil, con voz quebrada y frases cortas, me conto de su vida, de la dureza en que él había crecido, de cómo había repetido comportamientos erróneos y lo arrepentido que estaba. Comprendí  que esa era su forma de pedir perdón, poco tiempo después ha muerto.
—–
Mi padre guarda silencio mientras recorre con su vista el ataúd  para luego fijarla en el crucifijo que está en la cabecera y se recoge en oración.
Mi padre fue capaz dar lo que no había recibido.  
Extiendo mis brazos sobre sus hombros, mientras acuden a mi memoria recuerdos de su tolerancia cuando sus hijos dramatizábamos y representábamos el  papel de incomprendidos,  sin imaginarnos que a la hora de corresponder, nunca podríamos pagar lo que le debíamos sino con veneración, de cariño agradecido, filial.  Cuanto amor le debemos, y el amor solo con amor se paga.
Cuando los hijos son mayores más urge la obligación de su amor, pues al tener más desarrollada y clara la  inteligencia y al estar menos obligados a obedecer; el amor, las delicadezas, las atenciones, deben crecer y son más necesarios. Cuando un hijo no quiere hacerlo porque con razonadas sinrazones  piensa que no debe nada a sus padres, debe acordarse de que  nada más y nada menos,  les debe  el ser de su existencia.
Más que nunca me propongo honrarlo.



Tras 108 días de muerte cerebral da a luz un bebé sano. Por Blanca Ruiz


Foto referencial. Foto: Pixabay.

Una mujer, a la que solo se ha identificado como S., fue declarada con muerte cerebral el pasado 20 de febrero. El 7 de junio, 108 días después y mediante una cesárea nació el bebé sano que portaba en su seno en el Hospital Central de Lisboa (Portugal).
El bebé nació luego de 32 semanas de gestación y con un peso de 2,350 kilos, en buen estado de salud.
Según el comunicado emitido por el centro médico, la madre de 37 años de edad fue declarada con muerte cerebral hace casi cuatro meses tras sufrir una hemorragia intracraneal. El caso fue evaluado por el servicio de obstetricia y ginecología del hospital portugués y comprobaron que el bebé se encontraba en buen estado de salud.
“Después de recibir el dictamen del Comité de Ética y del hospital Central de Lisboa, la dirección decidió de manera concertada con la familia de la madre y el padre del niño, el mantenimiento del embarazo hasta la semana 32 con el fin de garantizar la viabilidad del feto”, señala el comunicado del Hospital Central de Lisboa.
Cumplido el tiempo previsto, los equipos de obstetricia y la unidad neurológica en el Hospital Central de Lisboa realizaron una cesárea el martes 7 de junio.
Según el comunicado del hospital, se trata del periodo más largo alguna vez registrado en Portugal (15 semanas) de supervivencia de un bebé cuya madre ha sido declarada con muerte cerebral.
Hace tres años en Hungría una mujer dio a luz tras estar 12 semanas declarada con muerte cerebral y su bebé nació en la semana 27 con un peso de 1,4 kilos.

¿Y si el 18 de junio fuera el día mundial de alabar a Dios por la Creación?


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El 18 de junio de 2015 el Papa Francisco hizo pública su encíclica “Laudato Si”, sobre el cuidado de la tierra, la casa común de la humanidad. La encíclica, imbuida del espíritu franciscano, ha sido considerada como un parte aguas histórico no solamente en la relación de la Iglesia con la ecología, sino como un abrazo universal (finalmente católico) al cuidado de la Creación; al cuidado de la obra de Dios para todos los hombres.
Según el Atlas global para la justicia ambiental, realizado con la colaboración de 23 diferentes universidades, en el mundo existen 1,746 conflictos ambientales (pequeños y grandes). Muchos de ellos tienen que ver la explotación minera, desde Asia hasta América Latina.
Por ello, es importante señalar que en gran cantidad de países del mundo se conmemorará esta fecha con actividades culturales, académicas, religiosas, artísticas y festivas. De hecho, el Movimiento Católico Mundial por el Clima (Global Catholic Climate Movement), de manera conjunta con varias organizaciones eclesiales y educativas está llevando a cabo una serie de eventos celebrativos en la Semana de “Laudato Si”, desde el 12 hasta el 19 de junio.
Parroquias y comunidades eclesiales en todo el mundo organizarán diferentes actividades que buscan sensibilizar a la opinión pública y discutir estrategias para poner en práctica una ecología integral, una conversión ecológica mirando la grandeza de la Creación y la grandeza misericordiosa de Dios, como propone el Papa Francisco.
Miles de iniciativas
Entre los actos que se incluyen la celebración del primer aniversario de la segunda encíclica del Papa Francisco –según ha publicado en su portal la agencia católica internacional SIGNIS– se cuentan seminarios sobre la encíclica y sobre la actual crisis ecológica en el mundo; encuentros de oración sobre el tema del cuidado de la Creación; la publicación de propuestas concretas a favor del ambiente, como la instalación de paneles solares y campañas de sensibilización para promover el uso de energías limpias; la promoción de peticiones a las autoridades locales y nacionales; manifestaciones, flash mob y otras actividades.
El objetivo del Movimiento Global Católico por el Clima es lograr la realización de mil eventos celebrativos durante esta semana. Entre la programación constan la realización de seminarios on line, con la participación de personalidades de renombre internacional, entre los cuales están el Canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, y el economista y ensayista estadunidense Jeffrey Sachs, director del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia (Earth Institute of Columbia University).
La pregunta sigue vigente: ¿y si el 18 de junio se convierte en un día de alabanza universal a Dios por la Creación?
Con información de SIGNIS ALC

Viernes de la undécima semana del tiempo ordinario

Segundo Libro de los Reyes 11,1-4.9-18.20. 
Atalía, la madre de Ocozías, al ver que había muerto su hijo, empezó a exterminar a todo el linaje real.
Pero Josebá, hija del rey Jorám y hermana de Ocozías, tomó a Joás, hijo de Ocozías, lo sacó secretamente de en medio de los hijos del rey que iban a ser masacrados, y lo puso con su nodriza en la sala que servía de dormitorio. Así lo ocultó a los ojos de Atalía y no lo mataron.
El estuvo con ella en la Casa del Señor, oculto durante seis años, mientras Atalía reinaba sobre el país.
El séptimo año, Iehoiadá mandó buscar a los centuriones de los carios y de la guardia, y los hizo comparecer ante él en la Casa del Señor. Hizo con ellos un pacto comprometiéndolos bajo juramento, y les mostró al hijo del rey.
Los centuriones ejecutaron exactamente todo lo que les había ordenado el sacerdote Iehoiadá. Cada uno de ellos tomó a sus hombres - los que entraban de servicio y los que eran relevados el día sábado - y se presentaron ante el sacerdote Iehoiadá.
El sacerdote entregó a los centuriones las lanzas y los escudos del rey David que estaban en la Casa del Señor.
Los guardias se apostaron, cada uno con sus armas en la mano, desde el lado sur hasta el lado norte de la Casa, delante del altar y delante de la Casa, para formar un círculo alrededor del rey.
Entonces Iehoiadá hizo salir al hijo del rey y le impuso la diadema y el Testimonio. Se lo constituyó rey, se lo ungió, y todos aplaudieron, aclamando: "¡Viva el rey!".
Atalía oyó el griterío de la gente que corría, y se dirigió hacia la Casa del Señor, donde estaba el pueblo.
Y al ver al rey de pie sobre el estrado, como era costumbre, a los jefes y las trompetas junto al rey, y a todo el pueblo del país que estaba de fiesta y tocaba las trompetas, rasgó sus vestiduras y gritó: "¡Traición!".
Entonces el sacerdote Iehoiadá impartió órdenes a los centuriones encargados de la tropa, diciéndoles: "¡Háganla salir de entre las filas! Si alguien la sigue, que sea pasado al filo de la espada". Porque el sacerdote había dicho: "Que no la maten en la Casa del Señor".
La llevaron a empujones, y por el camino de la entrada de los Caballos llegó a la casa del rey; allí la mataron.
Iehoiadá selló la alianza entre el Señor, el rey y el pueblo, comprometiéndose este a ser el pueblo del Señor; y también selló una alianza entre el rey y el pueblo.
Luego, todo el pueblo del país se dirigió al templo de Baal, lo derribó y destrozó por completo sus altares y sus imágenes. Y a Matán, el sacerdote de Baal, lo mataron delante de los altares. El sacerdote estableció puestos de guardia en la Casa del Señor.
Toda la gente del país se alegró y la ciudad permaneció en calma. A Atalía la habían pasado al filo de la espada en la casa del rey.



Salmo 132(131),11.12.13-14.17-18. 
El Señor hizo un juramento a David,
una firme promesa, de la que no se retractará:
«Yo pondré sobre tu trono
a uno de tus descendientes.

Si tus descendientes observan mi alianza
y los preceptos que yo les enseñaré,
también se sentarán sus hijos
en tu trono para siempre”.

Porque el Señor eligió a Sión,
y la deseó para que fuera su Morada.
«Este es mi Reposo para siempre;
aquí habitaré, porque lo he deseado.

Allí haré germinar el poder de David:
yo preparé una lámpara para mi Ungido.
Cubriré de vergüenza a sus enemigos,
y su insignia real florecerá sobre él.»




Evangelio según San Mateo 6,19-23. 
Jesús dijo a sus discípulos:
No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consumen, y los ladrones perforan las paredes y los roban.
Acumulen, en cambio, tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que los consuma, ni ladrones que perforen y roben.
Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón.
La lámpara del cuerpo es el ojo. Si el ojo está sano, todo el cuerpo estará iluminado.
Pero si el ojo está enfermo, todo el cuerpo estará en tinieblas. Si la luz que hay en ti se oscurece, ¡cuánta oscuridad habrá!



Leer el comentario del Evangelio por : San Cesáreo de Arlés  
"Donde está tu tesoro, allí también está tu corazón"