martes, 1 de agosto de 2017

¿Cuál es la misión de un padre en la vida de un hijo?


No solo es necesario ser un papá presente, es imperativo generar vínculos afectivos sólidos con los hijos

Papá, vive de tal manera que cuando tu hijo piense en lealtad, honestidad, integridad, justicia, respeto, trabajo, fidelidad, servicio y caridad, tu imagen se le venga a la mente.
Aunque la sociedad occidental ha dado mayor importancia al rol de la figura materna, la figura paterna en la vida de los hijos es tan importante como el de madre porque desempeña un papel único, intransferible, insustituible y fundamental dentro del desarrollo emocional, psicológico y social de ellos.

Papá, cuando sea mayor quiero ser como tú

Los hijos que tienen la fortuna de contar con padres que están emocional y físicamente presentes en el transcurso de su vida -en especial, en momentos claves de su desarrollo- y haciendo lo que les corresponde en su papel de papás presentan mayor tolerancia a la frustración, mayor confianza en sí mismos, autocontrol y una autoestima sana.
No solo es necesario ser un papá presente, es imperativo generar vínculos afectivos sólidos con los hijos. Es decir, ser papás activos, siempre pendientes de sus necesidades. Unas veces se tratará de satisfacérselas o darles herramientas y que ellos mismos encuentren soluciones. Otras veces simplemente conistirá en consolarles y darles esa palmadita en la espalda con el mensaje oculto de “todo estará bien porque yo estoy contigo”, lo cual les aporta seguridad.
El desarrollo de una relación positiva con su padre ayudará al hijo para que en un futuro sea un adulto ecuánime y seguro. La sensación que le da contar con un papá que le respalda es simplemente indescriptible.
Todo hijo merece sentirse deseado y aceptado por papá y no solo por mamá. La aceptación procede de la voluntad; y el deseo, del sentimiento. Si un hijo percibe rechazo se puede bloquear su desarrollo. Y no lo será tanto por no haber sido deseado, sino por no haberse sido aceptado. La aceptación de la paternidad y la aceptación de su persona, son necesarias y por demás importantes para el sano desarrollo individual y social de los hijos.
Estas son algunas actitudes de aceptación o rechazo:
  • Rechazas convirtiéndote en un padre autoritario y tirano. El mensaje que mandas al hijo es que no te moleste o que hubiera sido mejor que no naciera. O bien, rechazas convirtiéndote en un padre indulgente, indiferente, el “colega” de tus hijos. El mensaje que mandas al hijo es que está solo y que se rasque con sus uñas, que no es tu prioridad.
  • Sobreproteges convirtiéndote en un padre autoritario, perfeccionista. El mensaje que mandas al hijo es que debe seguir el molde y ser como tú. El hijo se siente con el amor condicionado. O bien sobreproteges convirtiéndote en un padre indulgente, narcisista que idolatra a su retoño. El mensaje que mandas al hijo es que no hay nadie como él, es tu ídolo. Aunque parezca lo contrario, el hijo desarrolla una estima personal frágil, sin cimientos sólidos.

La palabra convence pero el ejemplo arrastra

Si algo observan los hijos en los padres es su forma de trabajar. Es decir, el papá les enseña la virtud y el valor humano del trabajo. Un padre de familia necesita poner mucho interés al realizarlo -cualquiera que este sea- bien hecho. Por el modo de trabajar un padre se prestigia o se desprestigia ante sus hijos, obtendrá su admiración y respeto o todo lo contrario.
El modo de entender el trabajo, de ponerle amor y empeño reconociendo su dignidad y valor, el darle su propio estilo personal al realizarlo… son puntos de apoyo para el ejercicio de la autoridad paterna.
Los hijos son inteligentes y si la imagen que ellos perciben del trabajo de papá, a partir de las conversaciones familiares o de su actitud frente a él, fuera negativa, los efectos en su educación y ejemplo serán nocivos.
También lo será si el hijo se percata de que lo que se dice no coincide con lo que se hace. Con incongruencia se pierde autoridad y sin autoridad difícilmente hay admiración y por ende respeto.
Para cualquier hijo no hay nada más fortalecedor que saberse amado, aceptado y protegido por el hombre que él más admira, su súper héroe: papá. Ese sentido de protección le hace ir con certeza por la vida, dando pasos firmes y seguros.
En el caso particular de la relación papá-hija, si la mujercita ha sentido abandono por parte del padre, al momento de elegir pareja difícilmente lo sabrá hacer porque en ella estará esa necesidad inconsciente de llenar ese vacío que el papá dejó. Por lo tanto, en vez de buscar un compañero de vida con quien compartir su vida, en cada pareja que conozca querrá encontrar a ese papá que la proteja. Esto es muy peligroso y difícilmente logrará entablar relaciones amorosas estables.
Así que mamás, necesitamos dejar a los papás que ejerzan su rol cabalmente, como esposos y padres. Es importante que la mamá deje espacio y no interfiera en esa relación, aunque ella sienta que “lo haría mejor que él”. ¡El puesto de un padre en la vida de un hijo o hija es insustituible!

Ignacio de Loyola: No el mucho saber

En este mundo de constante invitación al exceso, a la acumulación, a la novedad y la suma de experiencias, la invitación ignaciana "No el mucho saber harta y satisface el alma, sino el sentir y gustar de las cosas internamente", se convierte en una proclama alternativa, que aquí se define como la propuesta de una austeridad vital, tan necesaria hoy en día

¿”Ave María, sin pecado concebida”? ¿o “concebido”?


Conoce el significado de una frase muy usada entre los católicos desde hace siglos

En latín, ‘ave‘ o salve es una expresión de saludo que utilizaban los romanos como saludo y aun hoy en Italia se usa la palabra salve para saludar.
Por tanto la jaculatoria “Ave María purísima, essencillamente la abreviación del saludo del Ángel Gabriel a María santísima (Lc1, 26-38) el día de la anunciación (“Dios te salve María, llena eres de gracia”). Y a esta jaculatoria se responde con la confesión eclesial del dogma de laInmaculada Concepción: “Sin pecado concebida en femenino, referido a María.
A la respuesta se puede agregar “María santísima”; quedando “Sin pecado concebida, María Santísima”. O también se puede responder “en gracia de Dios concebida”.
Lo realmente importante es lo que significa: La santísima Virgen es purísima, por haber sido concebida sin pecado original. Dios la preservó desde su concepción sin pecado original, destinándola a ser la madre de su divino Hijo.
Algunos feligreses se equivocan cuando responden con el saludo “sin pecado concebido”, en masculino, como si la respuesta se refiriera a Jesús. Es decir esta jaculatoria hace referencia a María, no a Jesús.
El “Ave María Purísima” y la respuesta de “sin pecado concebida” es un antiguo saludo entre creyentes desde la Iglesia primitiva; saludo que lastimosamente ha ido cayendo en desuso y que no estaría mal recuperar.
Es un saludo que hoy en día, aunque estrictamente hablando no forma parte del rito inicial del sacramento de la reconciliación, se usa normalmente cuando el sacerdote confesor saluda al penitente o a la penitente antes de administrar el sacramento de la confesión.

¿Adoración al Santísimo para niños? Experiencias sorprendentes


Si Dios es un “misterio” también lo es el encuentro que un pequeño de 7 años pueda tener con Él en la capilla

La adoración eucarística está volviendo a ser parte central de la vida cristiana. Tras décadas en las que en muchos lugares se desechó y quedó prácticamente relegada, ahora son muchísimas las parroquias que han recuperado la exposición pública del Santísimo.
Esta expansión de la adoración al Santísimo, que tantos frutos tiene según muchos testimonios, también va llegando a los niños. Cada vez se va introduciendo más en las celebraciones con los pequeños aunque sea de manera adaptada a su edad. 
Pioneros en esto son en España la diócesis de Alcalá de Henares donde en la celebración de los Reyes Magos o en Holywins (celebración de todos los santos) ya hay una pequeña parte de adoración en la que participan niños y adolescentes.
¿Niños adoradores?
Pero la pregunta que se pueden hacer muchos es si sirve para algo que niños de seis o siete años sean “adoradores” rezando o estando delante de Cristo Eucaristía cuando aún no tienen una conciencia formada sobre lo que es. La respuesta la da Famille Chretienne en un reportaje precisamente centrado sobre la adoración y los niños.
En Francia, esta experiencia con los niños lleva instalada en algunos lugares más de 15 años y los frutos son fabulosos, según los organizadores. Tanto que se está extendiendo a otros lugares. Si Dios es un “misterio” también lo es el encuentro que un pequeño de 7 años pueda tener con Él en la capilla.
Para los que lo han puesto en práctica y están viendo ahora los frutos, a los niños de una edad muy temprana el culto les lleva de manera natural a una intimidad con Cristo y los va familiarizando con el corazón de Dios directamente.
Conexión directa entre los niños y el Señor, “tienen wifi”
Uno de estos grupos de niños adoradores es el que hay en la ciudad de Rouen. Allí, una de las madres habla a estos niños de seis a ocho años sobre Jesús antes de entrar a la capilla para estar con Él. Allí en silencio todos se arrodillan y de manera natural ponen sus ojos en “Jesús escondido”.
¿Es demasiado tiempo veinte minutos?”, le preguntaron a Jules, de ocho años. Él respondió con una gran sonrisa: “¡Oh no!”.
Una de las preguntas que más hacen a los sacerdotes y laicos que acompañan a estos niños es cómo éstos son capaces de estar en oración cuando muchos adultos no consiguen estar en silencio delante del Santísimo más de dos minutos.  “Hay una conexión directa entre el corazón de los niños y el Señor. Tienen wifi”, asegura Cecile, madre de un niño adorador en París.
Según su experiencia, los niños de esta edad tienen un corazón mucho más abierto y lo acogen en su corazón. Y es una experiencia compartida.
Un tiempo adaptado a la edad de los niños
Evidentemente, para llegar a este punto se requiere paciencia pues no dejan de ser niños  y consideran poco realista  imaginar a treinta niños durante una hora en silencio rezando. El tiempo se adapta a su edad y los más pequeños pueden estar quince o veinte minutos, incluso si a veces no hay un silencio total. Sin embargo, esta actitud de adoración va calando en ellos.
Florence Schlienger, responsable de uno de estos grupos en Versalles, reconoce que tanto él como todo adulto que se embarca en esta peculiar aventura siembran sin saber lo que va a florecer. Así, recuerda el caso de un niño que daba la espalda al altar durante todo el tiempo. Sin embargo, al mes siguiente hablaba a su madre todo el tiempo del amor de Dios.
Es una educación en la vida interior en la que no vemos los frutos de inmediato sino que se ve más adelante”, aseguran también las madres.
“Cuanto antes se aprende a rezar, más rápido se convierte en algo natural”
El padre Thibaud Labesse, capellán de uno de estos grupos de niños, también insiste en que “cuanto antes se aprende a rezar, más se convierte en algo natural”. Y este cambio lo perciben las madres de estos pequeños sobre todo en el comportamiento que luego tienen en misa pues captan el “misterio” de que Cristo está de verdad en el Sagrario.
La hermana Beata ayuda a las Misioneras de la Eucaristía también este apostolado y relata en qué consisten estas sesiones. Leen con ellos el Evangelio, se lo explican y luego realizan dibujos que colorean sobre estas enseñanzas. Y entonces llega el momento en el que en grupos por edades hacen turnos de adoración donde también cantan alguna canción, hacen ofrendas e intenciones de oración.
Los pequeños de 4 años adoran al Santísimo diez minutos y los de ocho años ya están veinticinco habiendo además intervalos más amplios de silencio.
Caldo de cultivo para vocaciones
Además, destacan que la presencia del sacerdote es importante, es esencial y él reza con ellos. “En la adoración, el niño entra en la intimidad con Cristo, en un reflejo del amor con el Señor que es un caldo de cultivo para las vocaciones”, dice Florence Schlienger, que lleva quince años con esta misión y ha visto ya a muchos niños que ahora son adultos adoradores.
“La introducción de la presencia de Dios en la vida personal es lo que les llevará a la Iglesia, más que todo un curso de Teología”, asegura.

Artículo publicado en Religión en Libertad

Martes de la decimoséptima semana del tiempo ordinario


Libro del Exodo 33,7-11.34,5b-9.28. 

Moisés tomó la Carpa. la instaló fuera del campamento, a una cierta distancia, y la llamó Carpa del Encuentro. Así, todo el que tenía que consultar al Señor debía dirigirse a la Carpa del Encuentro, que estaba fuera del campamento.
Siempre que Moisés se dirigía hacia la Carpa, todo el pueblo se levantaba, se apostaba a la entrada de su propia carpa y seguía con la mirada a Moisés hasta que él entraba en ella.
Cuando Moisés entraba, la columna de nube bajaba y se detenía a la entrada de la Carpa del Encuentro, mientras el Señor conversaba con Moisés.
Al ver la columna de nube, todo el pueblo se levantaba, y luego cada uno se postraba a la entrada de su propia carpa.
El Señor conversaba con Moisés cara a cara, como lo hace un hombre con su amigo. Después Moisés regresaba al campamento, pero Josué - hijo de Nun, su joven ayudante - no se apartaba del interior de la Carpa.
El Señor descendió en la nube, y permaneció allí, junto a él. Moisés invocó el nombre del Señor.
El Señor pasó delante de él y exclamó: "El Señor es un Dios compasivo y bondadoso, lento para enojarse, y pródigo en amor y fidelidad.
El mantiene su amor a lo largo de mil generaciones y perdona la culpa, la rebeldía y el pecado; sin embargo, no los deja impunes, sino que castiga la culpa de los padres en los hijos y en los nietos, hasta la tercera y cuarta generación."
Moisés cayó de rodillas y se postró,
diciendo: "Si realmente me has brindado tu amistad, dígnate, Señor, ir en medio de nosotros. Es verdad que este es un pueblo obstinado, pero perdona nuestra culpa y nuestro pecado, y conviértenos en tu herencia".
Moisés estuvo allí con el Señor cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni beber. Y escribió sobre las tablas las palabras de la alianza, es decir, los diez Mandamientos.

Salmo 103(102),6-7.8-9.10-11.12-13. 
El Señor hace obras de justicia
y otorga el derecho a los oprimidos;
él mostró sus caminos a Moisés
y sus proezas al pueblo de Israel.

El Señor es bondadoso y compasivo,
lento para enojarse y de gran misericordia;
No acusa de manera inapelable
ni guarda rencor eternamente;

no nos trata según nuestros pecados
ni nos paga conforme a nuestras culpas.
Cuanto se alza el cielo sobre la tierra,
así de inmenso es su amor por los que lo temen;

cuanto dista el oriente del occidente,
así aparta de nosotros nuestros pecados.
Como un padre cariñoso con sus hijos,
así es cariñoso el Señor con sus fieles;


Evangelio según San Mateo 13,36-43. 
Entonces, dejando a la multitud, Jesús regresó a la casa; sus discípulos se acercaron y le dijeron: "Explícanos la parábola de la cizaña en el campo".
El les respondió: "El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre;
el campo es el mundo; la buena semilla son los que pertenecen al Reino; la cizaña son los que pertenecen al Maligno,
y el enemigo que la siembra es el demonio; la cosecha es el fin del mundo y los cosechadores son los ángeles.
Así como se arranca la cizaña y se la quema en el fuego, de la misma manera sucederá al fin del mundo.
El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y estos quitarán de su Reino todos los escándalos y a los que hicieron el mal,
y los arrojarán en el horno ardiente: allí habrá llanto y rechinar de dientes.
Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre. ¡El que tenga oídos, que oiga!"