jueves, 8 de marzo de 2018

10 mujeres cuya maternidad les ayudó a ser santas


Algunas historias para recordarte que estás haciendo un buen trabajo

Hay momentos en que tu hijo te abraza y te regala un dibujo de vosotros dos agarrados de la mano y rodeados de corazones. También hay momentos en los que estás hasta el cuello de colada, cansada, desesperada por dormir bien y capaz a duras penas de mantener el ritmo que exige la maternidad.
Ser madre es una bendición enorme y maravillosa y, al mismo tiempo, una pesada responsabilidad, así que sirve de mucho saber que hay muchas mujeres que han pasado por lo mismo antes. Estas mujeres no son solo santas que resultan ser buenos ejemplos de madres, sino que también intercederán por ti y te apoyarán.

1. Celia

Celia era una madre de lo más corriente. Era ama de casa y costurera con una familia ordinaria y un matrimonio lleno de amor y sin incidentes, aunque su santidad demuestra el valor de la fe en la vida diaria y en la vocación cotidiana de la paternidad. El amor corriente y sencillo de una madre tiene mucha importancia. De hecho, es la fuerza más poderosa del mundo entero, como ha demostrado el hecho de que dos de las hijas de Celia llegaron a convertirse en santas. Una de ellas, santa Teresa del Niño Jesús (la Pequeña Flor), es quizás la santa más querida de nuestro tiempo.
Su mejor consejo educativoQuiere a tus hijos, cuídalos, edúcales en Dios y ¡observa lo que Dios puede hacer con ellos!

2. Gianna

Gianna es una santa del siglo XX que tuvo una carrera moderna como médico y como madre. Tuvo seis hijos y fue el nacimiento del último el que reveló su heroico testimonio de vida. En 1961, estaba embarazada cuando los médicos le dijeron que tenía un quiste peligroso en el útero que podría complicar el parto. Ella les indicó que no dudaran en salvar la vida de su hijo por encima de la suya propia si el parto se ponía peligroso.
Gianna sobrevivió al parto pero, una semana después del nacimiento de su hija, falleció por las complicaciones derivadas. Su hija, que también se llamó Gianna, dijo más tarde: “Toda la vida de mi madre ha sido un himno a la vida, a la alegría, al amor de Dios, a nuestra Señora, a su familia…”. En Gianna, vemos la fuerza de una madre capaz de sacrificarlo todo por sus hijos.
Su mejor consejo educativo: Entrega todo tu corazón a tus hijos.

3. Francisca Romana

Francisca tuvo seis hijos, pero su hijo Battista fue el único que sobrevivió a la infancia. De adulto, se casó con una mujer que sentía antipatía por Francisca. Insultada, menospreciada y marginada de la vida de su hijo, Francisca no se rindió con su nuera y continuó siendo amable con ella, hasta que ella terminó por cambiar su actitud y reinó la paz en la familia. A veces, solamente una madre es lo bastante fuerte como para recurrir a toda su humildad y amor para poder curar una familia fracturada.
Su mejor consejo educativo: Sé la fuente de unidad en tu familia, no de división.

4. Mónica

Mónica era una cristiana devota, aunque nadie más en su familia lo era, razón por la cual es un gran consuelo para todas las madres que se preocupan por la fe de sus propios hijos. Durante años, rezó discretamente por su hijo descarriado, nunca se rindió, ni siquiera cuando se fue con una amante o se unió a una religión diferente. Con el tiempo, Agustín se convirtió a la Iglesia y fue uno de los santos más influyentes de todos los tiempos. Todo gracias a las incansables oraciones de una madre. ¡No pierdan la esperanza!
Su mejor consejo educativo: Nunca te rindas ni dejes de rezar por tus hijos.

5. Perpetua

En el año 202, Perpetua se hizo cristiana. En el Imperio romano, unirte a la Iglesia no te abría precisamente las puertas a la prosperidad. De hecho, Perpetua fue arrestada rápidamente y sentenciada a muerte. Perpetua tenía un hijo pequeño por entonces y, aunque ella no comía nada en prisión a la espera de su ejecución, le llevaban a su bebé todos los días para que lo amamantara. Hasta el mismísimo último momento de su vida, Perpetua cumplió con su vocación de madre, amó a su hijo lo mejor que pudo y se preparó para reunirse con él de nuevo en la eternidad. Perpetua es una buena santa para pedir oraciones para madres que están separadas de sus hijos.
Su mejor consejo educativo: A veces la mejor educación está en ser un buen ejemplo.

6. Felicidad

Felicidad murió al mismo tiempo que Perpetua, y su historia no es menos sorprendente. En el momento de su arresto, Felicidad estaba embarazada de ocho meses. Dio a luz a un bebé sano estando en prisión, por lo que se dice que quedó abrumada de dicha y alegría. El niño le fue arrebatado y ella fue enviada a morir, pero su amiga Perpetua escribió que Felicidad pasó de forma natural “de la maternidad al… combate”, con lo que quiso decir que la experiencia de dar a luz y tener un hijo dotó a Felicidad del valor y la fuerza para afrontar la ejecución. Una madre fuerte es un ser fiero e inquebrantable y nada, ni siquiera la muerte, romperá su voluntad.
Su mejor consejo educativo: No creas que los sacrificios de la maternidad te arrebatan tu identidad, más bien son dones que hacen de ti una persona más fuerte.

7. Rita

Rita fue ama de casa y madre de mellizos en una época difícil. En la Italia del siglo XIV, todas las ciudades estaban en guerra entre sí. El mundo era un lugar peligroso, cosa que experimentó su marido cuando fue emboscado y asesinado por enemigos, dejando sola a Rita para criar a los dos hijos. La enfermedad era otro asesino del tiempo, para pena de Rita: aproximadamente un año después de la muerte de su marido, murieron sus dos hijos adolescentes.
Rita pasó el resto de su vida rezando por los hombres que habían asesinado a su marido y por todos los que sufrían. Ella misma sufrió mucho, pero volcó su dolor en las oraciones por los demás. Rita es considerada la santa patrona de las situaciones imposibles y, sin duda, reza desde el paraíso por quienes han perdido a hijos de forma prematura.
Su mejor consejo educativo: Incluso cuando los hijos abandonen el nido seguirás siendo una madre, siempre.

8. Brígida

Brígida tuvo un largo matrimonio con un hombre llamado Ulf. Ambos vivieron juntos durante 28 años y tuvieron ocho hijos, una de ellas, Karin, ¡es santa también! Brígida, que recibía con actitud abierta a los hijos que llegaban a su familia y se esforzaba en educarlos bien, es un gran ejemplo de generosidad de espíritu. Viajó a lo largo y ancho y su vida habla de tolerancia y compasión hacia toda la diversidad de la experiencia humana. En su vida no sucedió nada espectacular o especialmente milagroso, pero su dedicación en la crianza y educación de sus hijos para amar la bondad en el mundo y para vivir en paz fue, a su manera, heroica. Por este motivo ahora es la santa patrona y madre de toda Europa.
Su mejor consejo educativo: Enseña a tus hijos a amar la vida a través de tu propia felicidad y alegría.

9. Ana

Ana era la madre de la Virgen María. Durante un largo tiempo, ella y su marido Joaquín tuvieron problemas para concebir, una experiencia que todo el mundo que la haya vivido sabe que puede causar un gran dolor y aflicción. Por este motivo, Ana es una buena santa para una mujer que anhele ser madre pero todavía no haya tenido la oportunidad o que tenga problemas de fertilidad.
Dios terminó por bendecir a Ana con una hija, a quien mimó y quiso con toda la ternura que pudo. A menudo es representada artísticamente en la felicidad de su hogar mientras le lee a María en su regazo. Sin duda, el humilde “sí” de María a convertirse en la Madre de Dios vino preparado por esta maravillosa madre que tuvo ella misma. ¡Y solo pensar de quién le tocó a Ana ser abuela!
Su mejor consejo educativo: ¡Las abuelas también son importantes!

10. Isabel Ana Seton

Isabel fue la primera santa nacida en Estados Unidos, en la Ciudad de Nueva York en 1774, durante las primeras etapas de la revolución estadounidense. Se casó con un médico y pronto ambos habían reunido una gran familia de huérfanos sumados a sus propios hijos. Después de la muerte de su marido, Isabel fundó una orden religiosa para educar a niños desfavorecidos. Isabel sentía debilidad por todos los niños y sentía una preocupación maternal incluso hacia los nacidos fuera de su propia familia. Se consolaba e inspiraba en el ejemplo de maternidad de la Virgen María. Hoy, la Orden de las Hermanas de la Caridad que Madre Seton fundó sigue educando a niños, mostrando que el simple cuidado maternal puede cambiar el mundo.
Su mejor consejo educativo: Nunca sabes a quién puedes conocer que necesite algo de consuelo materna

El Papa Francisco anima a confesarse en Cuaresma: Jesús no amenaza, perdona

El Papa Francisco durante la Misa en Casa Santa Marta. Foto: Vatican Media

El Papa Francisco animó, en la homilía de la Misa celebrada el martes 27 de febrero en la Casa Santa Marta, a acudir a la confesión para vivir la Cuaresma desde la conversión.
El Santo Padre explicó que la actitud de Jesús frente a los pecados es llamar a la conversión: “No amenaza, sino que llama con dulzura, ofreciendo confianza”.
En este sentido, recordó las palabras de Dios a los jefes de Sodoma y al pueblo de Gomorra recogidas en la primera Lectura del día, del Libro de Isaías: “Venid, pues, y discutamos”.
“El Señor dice: ‘Venid y discutamos. Hablemos’. No nos asusta. Es como el padre del hijo adolescente que ha hecho una chiquillada y debe reprenderlo. Y sabe que si va con el bastón la cosa no irá bien. Debe entrar dando confianza”.
En este fragmento bíblico, el Señor “nos llama como si nos dijera: ‘Venga, venid. Tomemos un café juntos. Hablemos, discutamos. No tengáis miedo, no quiero daros bastonazos’. Y como sabe que el hijo piensa: ‘Pero yo he hecho cosas…’, rápidamente reacciona: ‘Incluso si tus pecados fuesen como de color escarlata, quedarán blancos como la nieve. Si son rojos como el carmesí, se volverán como la lana’”.
El Pontífice explicó que Jesús actúa con el pueblo pecador del mismo modo que el padre con el hijo adolescente, actuando con confianza, porque “un gesto de confianza acerca al perdón y cambia el corazón”.
Por ello, pidió dar gracias al Señor “por su bondad. Él no quiere darnos bastonazos y condenarnos. Ha dado su vida por nosotros y ahí reside su bondad. Y siempre busca el modo de llegar al corazón. Y cuando nosotros sacerdotes, en el lugar del Señor, debemos sentir las conversiones, también nosotros debemos tener esa actitud de bondad, como dice el Señor: ‘Venid, discutamos. No hay problema. Aquí tienes el perdón’, y no presentarse con amenazas”.
En este sentido, señaló que “a mí me ayuda ver esta actitud del Señor: el padre con el hijo que se cree grande, que se cree que ha crecido y, sin embargo, todavía está a medio camino. El Señor sabe que todos nosotros estamos a mitad de camino, y tantas veces tenemos necesidad de esto, de escuchar esta palabra: ‘Ven, no te asuste, ven. Te perdono’. Y esto te anima”.
Por último, animó a “ir junto al Señor con el corazón abierto: Él es el Padre que nos espera”.
Lectura comentada por el Papa Francisco:
Isaías 1:10, 16-20
10 Oíd una palabra de Yahveh, regidores de Sodoma. Escuchad una instrucción de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.
16 lavaos, limpiaos, quitad vuestras fechorías de delante de mi vista, desistid de hacer el mal,
17 aprended a hacer el bien, buscad lo justo, dad sus derechos al oprimido, haced justicia al huérfano, abogad por la viuda.
18 Venid, pues, y disputemos - dice Yahveh -: Así fueren vuestros pecados como la grana, cual la nieve blanquearán. Y así fueren rojos como el carmesí, cual la lana quedarán.
19 Si aceptáis obedecer, lo bueno de la tierra comeréis.
20 Pero si rehusando os oponéis, por la espada seréis devorados, que ha hablado la boca de Yahveh.

Oración para pedir sabiduría, de santo Tomás de Aquino


"Pon orden en mi vida, ​y concédeme cumplir con lo que Tú quieras que yo haga, como se deba hacer..."

En una época de tantas y tan rápidas transformaciones, nada mejor que tener el corazón centrado en Dios, un corazón auténtico, lleno de sabiduría. Para ello, santo Tomás nos ofrece esta bonita oración:
Concédeme, Dios misericordioso,
el poder desear con fervor aquello que tú apruebas,
buscarlo con prudencia, reconocerlo con verdad,
cumplirlo con perfección, para alabanza y gloria de tu nombre.

Pon orden en mi vida,
y concédeme cumplir con lo que Tú quieras que yo haga,
como se deba hacer y de la manera más útil para mi alma.

Déjame ir hacia ti, Señor,
por un camino seguro, recto, agradable y que me lleve hasta la meta,
un camino que no se pierda entre las prosperidades y las adversidades,
para que yo te agradezca la prosperidad y que en la adversidad tenga paciencia,
no dejando que las primeras me exalten, ni las segundas me venzan.

Que nada me alegre, ni me entristezca,
más allá de lo que me lleve hacia ti, allá donde quiero llegar.
Que no desee ni tema no agradarle a nadie que no seas Tú.
Que todo lo perecedero se vuelva vil ante mis ojos por ti, Señor,
y que todo aquello que te toque sea amado por mí,
pero tú, mi Dios, lo serás más que todo…

Que yo no desee nada más que no seas tú…
Concédeme, Señor Dios, una inteligencia que te conozca,
una complacencia que te busque, una sabiduría que te encuentre,
una vida que te complazca,
una perseverancia que te espere con confianza
y una confianza que, al final, te posea.

Concédeme estar afligido de tus penas por la penitencia,
usar el camino de tus favores para la gracia,
regocijarme de tus alegrías, sobre todo en la patria para la gloria.

Tú que, siendo Dios, vives y reinas por los siglos de los siglos.
Oración publicada por evangeliodeldia.org

¿Por qué se usa pan, vino e incienso en la Misa? Papa Francisco lo explica




El Pontífice hizo un llamamiento urgente por los cristianos perseguidos y pidió rezar por ellos

La Cruz fue “el primer altar cristiano… donde se realizó el primer sacrificio”, dijo el papa Francisco este miércoles 28 de febrero, tiempo de Cuaresma, durante la audiencia general celebrada en la Plaza de San Pedro.
Asimismo, el Obispo de Roma recordó a los fieles de Siria y Tierra Santa y del Medio Oriente: “Muchos de nuestros hermanos cristianos están siendo perseguidos…Recemos por ellos porque los quieren fuera de sus tierras”.
El Pontífice ha continuado una serie de catequesis sobre la Santa Misa y en esta ocasión explicó el significado de la liturgia eucarística: En primer lugar, la presentación del regalo del pan y del vino; “los mismos elementos que Jesús tomó en sus manos”.
La Iglesia así hace “presente el sacrificio de la nueva alianza sellada por Él en el altar de la Cruz. Para ello, usa los mismos signos y gestos que realizó Jesús la víspera de su pasión”.
En esta “ofrenda espiritual de toda la Iglesia, se recoge la vida, los sufrimientos, las oraciones y los trabajos de todos los fieles, que se unen a los de Cristo en una única ofrenda”.
Por eso, indico que “es muy bueno que sean los fieles quienes presenten al sacerdote el pan y el vino para que él los deposite sobre el altar”.
Señaló que puede parecer poco este ofrecimiento, pero “ese poco es lo que necesita Jesús para transformarlo en el don eucarístico, capaz de alimentar a todos y de hermanar a todos en su Cuerpo que es la Iglesia”.
¿Qué nos pide Dios? “El Señor nos pide poco y nos da tanto. En la vida cotidiana pide buena voluntad, nos pide tener un corazón abierto, nos pide de desear ser mejores y para darse a sí mismo en la eucaristía nos pide estas ofrendas simbólicas que se convertirá después en el cuerpo y la sangre”, expresó.
¿Cuál es el significado del incienso? “Con la oración sobre las ofrendas, el sacerdote pide a Dios que acepte nuestra pobre ofrenda y que la transforme con el poder del Espíritu Santo en el sacrificio de Cristo que, como el incienso, sube al Padre, que lo recibe con agrado”.
“Este momento de la Misa está impregnado de una profunda espiritualidad de la donación de uno mismo, que ilumina toda nuestra vida y nuestras relaciones con los demás, ayudándonos a construir la ciudad terrena a la luz del Evangelio”.
Cuaresma 
El Papa saludó a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica, y les instó a que en este “tiempo de cuaresma” vivan “profundamente la espiritualidad de la entrega que la Eucaristía nos enseña”.
Igualmente, vivir la oración, el ayuno y la limosna de estos días para que “den frutos concretos de auténtica conversión del corazón”.
Frío polar en Roma 
Al inicio de la audiencia general, debido al frío invernal en Roma, el Papa saludó a los peregrinos que asistieron a la audiencia desde la Basílica de San Pedro y en el Aula Pablo VI. “La audiencia no se puede hacer en la Plaza, parece que hace algo de frío, es mejor hacerla adentro”, bromeó.
Sucesivamente, el Papa se dirigió a la Basílica de San Pedro para bendecir a los fieles que estaban allí para protegerse del frío, en especial personas enfermas y ancianas.
Caritas Italia y la Comunidad de San Egidio han lanzado un llamado para ayudar a los sin techo y los indigentes que viven en las calles y que sufren las consecuencias de las bajas temperaturas (-4 C en Roma).

Ideología de género o cuando se pierde el sentido común


Entender el género como “roles socialmente construidos” pone en peligro la construcción de la identidad del ser humano

Se ha estado oyendo durante estos últimos años la expresión “género” y muchos se imaginan que es solo otra manera de referirse a la división de la humanidad en dos sexos, pero detrás del uso de esta palabra se esconde toda una ideología que busca precisamente hacer salir el pensamiento de los seres humanos de esta estructura natural y bipolar.
Los proponentes de esta ideología quieren afirmar que las diferencias entre el varón y la mujer, fuera de las obvias diferencias anatómicas, no corresponden a una naturaleza fija que haga a unos seres humanos varones y a otros mujeres.
Piensan más bien que las diferencias de manera de pensar, obrar y valorarse a sí mismos son el producto de la cultura de un país y de una época determinados, que les asigna a cada grupo de personas una serie de características que se explican por las conveniencias de las estructuras sociales de dicha sociedad.
No se necesita mucha reflexión para darse cuenta de lo revolucionaria que es esta posición, y de las consecuencias que tiene la negación de que haya una naturaleza dada a cada uno de los seres humanos por su capital genético. Se diluye la diferencia entre los sexos como algo convencionalmente atribuido por la sociedad, y cada uno puede “inventarse” a sí mismo.

Peligros y alcances de la ideología de género

Al teorizar que el género es una construcción radicalmente independiente del sexo, el género mismo viene a ser un artificio libre de ataduras; en consecuencia hombre y masculino podrían significar tanto un cuerpo femenino como uno masculino; mujer y femenino, tanto un cuerpo masculino como uno femenino.
Estas palabras que podrían parecer tomadas de un cuento de ciencia ficción que vaticina una seria pérdida de sentido común en el ser humano, no son otra cosa que un extracto del libro “Gender Trouble: Feminism and the Subversion of Identity” (El Problema del Género: el Feminismo y la Subversión de la Identidad”) de la feminista radical Judith Butler, que viene siendo utilizado desde hace varios años como libro de texto en diversos programas de estudios femeninos de prestigiosas universidades norteamericanas, en donde la perspectiva de género viene siendo ampliamente promovida, entendiendo por género “roles socialmente construidos”. 
La IV Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Mujer, realizada en setiembre de 1995 en Pekín, fue el escenario elegido por los promotores de la nueva perspectiva para lanzar una fuerte campaña de persuasión y difusión. Es por ello que desde dicha cumbre la “perspectiva de género” ha venido filtrándose en diferentes ámbitos no sólo de los países industrializados, sino además de los países en vías de desarrollo.

Definición del término género

 Precisamente en la cumbre de Pekín, muchos de los delegados participantes que ignoraban esta “nueva perspectiva” del término en cuestión, solicitaron a sus principales propulsores una definición clara que pudiera iluminar el debate.
Así, la directiva de la conferencia de la ONU emitió la siguiente definición: “El género se refiere a las relaciones entre mujeres y hombres basadas en roles definidos socialmente que se asignan a uno u otro sexo”.
Existen aún otros postulados que las “feministas de género” propagan cada vez con mayor fuerza:
“Cada niño se asigna a una u otra categoría en base a la forma y tamaño de sus órganos genitales. Una vez hecha esta asignación nos convertimos en lo que la cultura piensa que cada uno es -femenina o masculino-. Aunque muchos crean que el hombre y la mujer son expresión natural de un plano genético, el género es producto de la cultura y el pensamiento humano, una construcción social que crea la verdadera naturaleza de todo individuo.”
Esta ideología por consiguiente, promovida por la misma ONU está siendo origen de confusión en la compleja misión y tarea de educar a los niños y a los propios hijos partiendo de parámetros naturales que respeten la identidad del hombre y de la mujer.
Por esto mismo en los tiempos que estamos viviendo resulta cada vez más difícil poder ofrecer a los propios hijos un contexto sereno y sano de crecimiento equilibrado en el respeto de su irrepetible identidad que tiene también como base su propia identidad.

¿Qué es la Inmaculada Concepción?


¿Qué quiere decir que la Virgen María fue concebida sin pecado? ¿Por qué es un dogma? ¿Qué supone para la vida cristiana?

1. La Inmaculada Concepción de María constituye para los católicos una buena noticia de esperanza en la liberación del pecado traída por la redención de Cristo en la Cruz. Durante los siglos, a pesar de las dificultades en la definición del dogma, el pueblo católico ha creído y defendido intensamente esta verdad.
El 8 de diciembre de 1854, el Papa Pío IX (Giovanni Maria Mastai Ferretti, 1792-1878) proclamaba con la bula Ineffabilis Deus el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Es decir, que la Virgen María había sido preservada por Dios desde el mismo instante de su concepción, por los méritos de la redención de Cristo, del pecado original que todos los hombres tienen por la transgresión de Adán, para prepararse la más perfecta madre para su Hijo.
"El misterio de la Inmaculada Concepción es fuente de luz interior, de esperanza y de consuelo", afirmó Benedicto XVI durante la oración del rezo del Ángelus el día de la Inmaculada del año 2010.
Sobre la pureza de María, Benedicto XVI decía el 8 de diciembre de 2009 que “María Inmaculada nos ayuda a redescubrir y defender la profundidad de las personas, pues en ella se da una perfecta transparencia del alma en el cuerpo. Es la pureza en persona, en el sentido de que espíritu, alma y cuerpo son en ella plenamente coherentes entre sí y con la voluntad de Dios”.
El Papa anima a dirigirse a la Inmaculada con la alegría de ser sus hijos: “Cada vez que experimentamos nuestra fragilidad y la sugestión el mal, podemos dirigirnos a Ella, y nuestro corazón recibe luz y consuelo”.
En el caso de la Inmaculada Concepción, el sentir del pueblo fiel ha ido por delante de la formulación del dogma, ya desde los primeros siglos. En la Edad Media, la controversia llegó a extremos épicos. Por ejemplo, la defensa de la fiesta empujó a los monjes ingleses en el siglo XI a resistir a los normandos invasores, mientras que en las universidades del continente, profesores y alumnos se juramentaban con pactos de sangre en defensa de la Inmaculada. Son numerosas las leyendas medievales de apariciones y visiones angélicas en este sentido.
Existe un gran patrimonio artístico y cultural sobre la Inmaculada, especialmente en los países hispanos, en el sur de Italia y en Estados Unidos, que muestran cuán profundamente repercute en la vida cristiana la preservación de María del pecado original desde su concepción.
Muchos santos han hablado con ternura de la Inmaculada. Uno de ellos fue, por ejemplo, san Maximiliano Kolbe, quien afirmó que "el Espíritu Santo mora en Ella, vive en Ella, y esto desde el primer instante de su existencia, siempre y para la eternidad". Es tradicional que cada 8 de diciembre, el Papa reinante se dirija a la Plaza de España de Roma para homenajear a la imagen de la Virgen Inmaculada.
En María resplandece la santidad de la Iglesia que Dios quiere para todos sus hijos. En ella, la Iglesia ha llegado ya a la perfección, por eso acude a ella como “modelo perenne” (en palabras de la carta encíclica de Juan Pablo II Redemptoris Mater) en quien se realiza ya la esperanza escatológica de la vida futura.
Referencias:
2. Con la definición papal del dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María culminó un largo camino de discernimiento teológico y doctrinal de la Iglesia que duró varios siglos.
La decisión de Pío IX constituyó el culmen de una larga tradición de devoción por María Inmaculada. Desde los primeros siglos del cristianismo, y sobre todo en Oriente, la Iglesia ha celebrado la pureza de María. Los padres de la Iglesia la definían la “Panaghia”, es decir, la toda santa, santificada por el Espíritu Santo, “lirio purísimo”, “inmaculada”.
En Occidente, la tradición eclesial mantuvo siempre la doctrina de la Inmaculada Concepción, pero la evolución del dogma se vinculó al discernimiento teológico sobre la cuestión del pecado original. Las dificultades se planteaban en dos sentidos: en primer lugar, si María era una excepción, no habría necesitado ser redimida, con lo que la redención no podía considerarse universal, contradiciendo a san Pablo. El segundo problema lo planteaba el momento en el que María había quedado exenta del pecado, si antes o inmediatamente después de su concepción, pues no existía acuerdo en el modo en que se transmitía el pecado original.
La verdadera controversia comenzó en Europa en el siglo XII, con el surgimiento de las universidades y de la escolástica. El teólogo Anselmo de Canterbury elaboró entonces el concepto de prerredención, sosteniendo que a la Virgen le había sido aplicada la redención antes de su nacimiento. El franciscano Juan Duns (1265-1308), llamado Scoto por ser originario de Escocia, fue el autor de la máxima “Potuit, decuit, fecit” (Dios podía preservar a María, convenía, por tanto lo hizo): por tanto, la Inmaculada Concepción no era una excepción a la redención de Cristo, sino su más perfecta y eficaz acción salvífica.
La controversia, con todo, prosiguió y en 1439 la disputa fue llevada ante el Concilio di Basilea. Tras dos años de discusiones, los obispos declararon a la Inmaculada Concepción una doctrina piadosa conforme al culto católico, a la fe católica, al derecho racional y a la Sagrada Escritura, estableciendo que desde ese momento no se permitiría predicar o declarar algo opuesto. Sin embargo, al no tratarse de un concilio ecuménico, no se pudo pronunciar con la máxima autoridad.
En 1476, con el papa Sixto IV, la fiesta de la Concepción de María fue introducida en el Calendario romano.
Desde el siglo XVI, las grandes universidades se convirtieron en baluartes de defensa del dogma. Quien no jurase hacer lo que estuviese en su mano para defender la Inmaculada Concepción, no podía ser admitido como miembro en muchas universidades, como las de Bolonia, Nápoles, París, Colonia, Viena, Coimbra, Lovaina, Salamanca, Sevilla, Valencia, y antes de la Reforma, Oxford y Cambridge. También hubo órdenes religiosas dedicadas a su defensa, como los Frailes Menores, quienes en 1621 la eligieron como patrona, comprometiéndose a difundir la doctrina en público y en privado. A nivel de países, España tuvo un papel fundamental en la defensa del dogma.
El 8 de diciembre de 1661, el papa Alejandro VII promulgó la constitución “Sollicitudo omnium Ecclesiarum”, declarando que la inmunidad de María respecto al pecado original desde el primer momento de la creación de su alma y de su infusión en el cuerpo eran objeto de fe. También lo recogen los catecismos de Pedro Canisio (siglo XVI), Roberto Bellarmino (siglo XVII) y Jacques Bénigne Bossuet (siglo XVIII).
En 1830, Catalina Labouré (1806-1876), recibió una aparición de la Virgen, quien le confió la tarea de difundir en todo el mundo la “Medalla milagrosa”, con la imagen de María y con la inscripción “Concebida sin pecado”. La devoción que suscitó fue tan grande entre los fieles, que muchos obispos pidieron al papa Gregorio XVI la definición del dogma de la Inmaculada Concepción.
Las peticiones continuaron con su sucesor Pío IX, el cual instituyó una congregación especial de cardenales y miembros del clero secular y regular para que examinase cuidadosamente todo lo relativo a la Inmaculada. El pontífice envió también a todos los obispos católicos la encíclica Ubi primum de 1849, para que comunicasen qué devoción animaba a sus diocesanos hacia la Inmaculada Concepción de la Virgen, y sobre todo lo que los propios obispos opinaban al respecto.
En la “Ineffabilis Deus” (art 17), Pío IX confesó el “consuelo” que sintió al recibir las respuestas de los obispos, las cuales “con una increíble complacencia, alegría y fervor”, “no sólo reafirmaron la piedad” hacia la Inmaculada Concepción, sino que “también todos a una” (546 sobre 603 obispos que habían respondido)  “ardientemente” pidieron la definición del dogma con un “supremo y autoritativo fallo”. Al mismo tiempo, también los miembros de la congregación especial habían “pedido con insistencia” al Papa dicha definición, así como un consistorio de cardenales.
Por ello afirmó y definió “que ha sido revelada por Dios, y de consiguiente, qué debe ser creída firme y constantemente por todos los fieles, la doctrina que sostiene que la santísima Virgen María fue  preservada inmune de toda mancha de culpa original, en el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, salvador del género humano” (art 18).
Cuatro años después de la proclamación del dogma, en 1858, la Virgen se apareció en Lourdes (Francia) a la joven Bernadette Soubirous, diciendo: "Yo soy la Inmaculada Concepción ", significativa confirmación de la proclamación de Pío IX.
El Catecismo de la Iglesia Católica recuerda en n. 488 que "Dios envió a su Hijo, pero para formarle un cuerpo quiso la libre cooperación de una criatura”, y que para ser la Madre del Salvador, María fue "dotada por Dios con dones a la medida de una misión tan importante" (490) , “desde el primer instante de su concepción, fue totalmente preservada de la mancha del pecado original y permaneció pura de todo pecado personal a lo largo de toda su vida” (508).

Referencias:
El dogma de la Inmaculada transformó a la Iglesia. Entrevista al periodista y escritor Vincenzo Sansonetti

Jueves de la tercera semana de Cuaresma

Libro de Jeremías 7,23-28. 
Así habla el Señor:
Esta fue la orden que les di: Escuchen mi voz, así yo seré su Dios y ustedes serán mi Pueblo; sigan por el camino que yo les ordeno, a fin de que les vaya bien.
Pero ellos no escucharon ni inclinaron sus oídos, sino que obraron según sus designios, según los impulsos de su corazón obstinado y perverso; se volvieron hacia atrás, no hacia adelante.
Desde el día en que sus padres salieron de Egipto hasta el día de hoy, yo les envié a todos mis servidores los profetas, los envié incansablemente, día tras día.
Pero ellos no me escucharon ni inclinaron sus oídos, sino que se obstinaron y obraron peor que sus padres.
Tú les dirás todas estas palabras y no te escucharán: los llamarás y no te responderán.
Entonces les dirás: "Esta es la nación que no ha escuchado la voz del Señor, su Dios, ni ha recibido la lección. La verdad ha desaparecido, ha sido arrancada de su boca".

Salmo 95(94),1-2.6-7.8-9. 
¡Vengan, cantemos con júbilo al Señor,
aclamemos a la Roca que nos salva!
¡Lleguemos hasta él dándole gracias,
aclamemos con música al Señor!

¡Entren, inclinémonos para adorarlo!
¡Doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó!
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros, el pueblo que él apacienta,
las ovejas conducidas por su mano.

Ojalá hoy escuchen la voz del Señor:
«No endurezcan su corazón como en Meribá,
como en el día de Masá, en el desierto,
cuando sus padres me tentaron y provocaron,
aunque habían visto mis obras.»



Evangelio según San Lucas 11,14-23. 
Jesús estaba expulsando a un demonio que era mudo. Apenas salió el demonio, el mudo empezó a hablar. La muchedumbre quedó admirada,
pero algunos de ellos decían: "Este expulsa a los demonios por el poder de Belzebul, el Príncipe de los demonios".
Otros, para ponerlo a prueba, exigían de él un signo que viniera del cielo.
Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: "Un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus casas caen una sobre otra.
Si Satanás lucha contra sí mismo, ¿cómo podrá subsistir su reino? Porque -como ustedes dicen- yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul.
Si yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul, ¿con qué poder los expulsan los discípulos de ustedes? Por eso, ustedes los tendrán a ellos como jueces.
Pero si yo expulso a los demonios con la fuerza del dedo de Dios, quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a ustedes.
Cuando un hombre fuerte y bien armado hace guardia en su palacio, todas sus posesiones están seguras,
pero si viene otro más fuerte que él y lo domina, le quita el arma en la que confiaba y reparte sus bienes.
El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.