miércoles, 20 de abril de 2016

En memoria de la hermana Clare (1982-2016)


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En memoria de la hermana Clare (1982-2016)
La hermana Clare Crockett, Sierva del Hogar de la Madre, tenía 33 años cuando murió el sábado 16 de abril a causa del derrumbamiento de la casa donde vivía su comunidad, provocado por el terremoto que sacudió la costa ecuatoriana.
Nació en Derry, en Irlanda del Norte, en una familia católica, pero en un contexto «donde los términos “católico” y “protestante” eran solamente políticos. Nacer en una familia católica no significaba necesariamente que fueras a Misa o recibieras formación en la fe católica. Los católicos, que querían una Irlanda unida, mataban a los protestantes; y los protestantes, que no querían una Irlanda unida, mataban a los católicos. Para mí, eso es lo que significaba ser católica. Dios no tenía ningún papel en mi vida. En una sociedad donde prevalecía el odio, no había sitio para Dios».
Así hablaba la hermana Clare de sus orígenes en un breve testimonio, publicado en la web de su congregación, http://www.hogardelamadre.org.
«Desde pequeña quería ser actriz», confesaba la religiosa, que, como misionera, siguió manteniendo sus dotes para el espectáculo, como se aprecia en el vídeo. Presentó programas de televisión, ganó algunos premios y, a los 18, logró un papel en una película.
El tiempo libre lo dedicaba a irse de fiesta. «Mis fines de semana consistían en emborracharme con mis amigos. Gastaba todo mi dinero en alcohol y tabaco», contaba Clare.
Un día, una amiga le propuso un viaje a España. Gratis. «¡Un viaje gratis a España! –pensé–, diez días de fiesta en España con el sol. ¡Por supuesto que quería ir!»
Cuando se enteró de que tal viaje consistía en un retiro de Semana Santa, intentó escaparse, pero ya había un billete de avión a su nombre.
Con el Hogar de la Madre, empezó a descubrir su vocación, que fue haciéndose cada día más clara, mientras, al mismo tiempo, despegaba su carrera como actriz. Finalmente, llegó el día en que tuvo que elegir.

Francisco alerta en la audiencia general contra el pecado de hipocresía




Durante la audiencia general el Papa habló del pasaje del Nuevo Testamento en el que una mujer pecadora lava los pies de Jesús ante la indignación de los fariseos.

El Papa dijo que eran unos hipócritas. Se consideraban mejores que los demás y los juzgaban. No miraban su pecado. La pecadora arrepentida, en cambio, reconocía su pecado y eso le permitió ganar el corazón de Cristo.


RESUMEN DE LA CATEQUESIS DEL PAPA EN ESPAÑOL

El pasaje del Evangelio de Lucas que hemos leído refleja con claridad un aspecto fundamental de la misericordia: la sinceridad de nuestro arrepentimiento suscita en Dios su perdón incondicional.

Mientras Jesús, invitado por Simón el fariseo, está sentado a la mesa, una mujer, considerada por todos pecadora, entra, se pone a sus pies, los baña con sus lágrimas y los seca con sus cabellos; luego los besa y los unge con el aceite perfumado que ha traído consigo.

La actitud de la mujer contrasta con la del fariseo. El celoso servidor de la ley, que juzga a los demás por las apariencias, desconfía de Jesús porque se deja tocar por los pecadores, y se contamina. La mujer, en cambio, expresa con sus gestos la sinceridad de su arrepentimiento y, con amor y veneración, se abandona confiadamente en Jesús. Cristo no hace componendas con el pecado, que es oposición radical al amor de Dios. Pero no rechaza a los pecadores, sino que los acoge: Jesús, el Santo de Dios, se deja tocar por ellos, sin miedo de ser contaminado, los perdona y los libera del aislamiento al que estaban condenados por el juicio despiadado de quienes se creían perfectos, abriéndoles un futuro.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y América latina. Queridos hermanos, en Cristo, que perdona los pecados, brilla en él la fuerza de la misericordia de Dios, capaz de transformar los corazones. Abrámonos al amor del Señor, y dejémonos renovar por Él. Y en esta lengua que nos une a España y Latinoamérica; Hispanoamérica quiero decir también a nuestros hermanos del Ecuador nuestra cercanía y nuestra oración en este momento de dolor. Gracias.

Una llamada, un cambio radical y… ¿la muerte en un terremoto? El relato de la vocación de la joven religiosa Clare Crockett adquiere una nueva dimensión tras el hallazgo de su cuerpo sin vida entre escombros en Ecuador

La hermana Clare Crockett fue encontrada sin vida entre escombros junto a otras cinco postulantes de las Siervas del Hogar de la Madre en Ecuador tras el terremoto de 7.8 grados en la escala de Richter que afectó el país el pasado sábado.
Llevaba 15 años entregada a Dios. Entró a la congregación con 18 años y el nombre como religiosa que eligió fue Clare María de la Trinidad y del Corazón de María.
Su comunidad la recuerda como una “hermana generosísima con un don de simpatía muy especial y con un carisma único para tratar con niños y jóvenes”.
Ella misma fue la encargada de escribir el siguiente resumen de su vocación:
“Nací en una familia católica. Soy de una pequeña parcela del mundo que se llama Derry, en el norte de Irlanda. Cuando yo era pequeña, era un sitio donde los términos “católico” y “protestante” eran solamente políticos. Nacer en una familia católica no significaba necesariamente que ibas a Misa o tenías una formación en la fe católica. Los católicos, que querían una Irlanda unida, mataban a los protestantes y los protestantes, que no querían una Irlanda unida, mataban a los católicos. Para mí, eso es lo que significaba ser católica. Dios no tenía ningún papel en mi vida. En una sociedad donde prevalecía el odio, no había sitio para Dios.
Desde que era pequeña, quería ser actriz. Hacia los 15 años entré en una compañía de teatro y tenía un “manager”. Presentaba algunos programas de televisión, escribía teatros, hacía muchas actuaciones, ganaba premios y a los dieciocho años hice un pequeño papel en una película.
Me gustaba la fiesta. Desde los dieciséis o diecisiete años mis fines de semana consistían en emborracharme con mis amigos. Gastaba todo mi dinero en alcohol y cigarrillos. Un día, una de mis amigas me llamó: “Clare, -me dijo- ¿quieres ir a España gratis?“. “¡Un viaje gratis a España!” -pensé-, diez días de fiesta en España con sol. ¡Por supuesto que quería ir! Me dijo que todos los que iban se reunirían en una casa la semana siguiente.
Llegó el día y fui a la casa donde iban a estar mis amigos y entré en una habitación con gente de 40 y 50 años, todos con rosarios en las manos.
“¿Van a España?” -les pregunté-, casi con miedo de oír la respuesta que iban a dar con todo entusiasmo tres segundos después: “Sí, vamos a la peregrinación“.
Sí, queridos amigos, íbamos de peregrinación durante diez días. Intenté escaparme, pero mi nombre ya estaba en el billete y no hubo más remedio, tuve que ir. Ahora veo que fue la manera que usó la Virgen para traerme a casa, a su hogar, al de su Hijo.
La peregrinación fue durante la Semana Santa en un monasterio del siglo XVI. No era, ciertamente, lo que yo había imaginado cuando pensé en ir a España. Este encuentro de Semana Santa era con un grupo que se llamaba Hogar de la Madre y yo no quería estar allí.
Sin embargo, fue durante esta peregrinación cuando el Señor me dio la gracia de ver cómo Él había muerto por mí en la cruz. Después de recibir esta gracia, sabía que tenía que cambiar: “Si Él ha hecho esto por mí, ¿qué voy a hacer yo por Él?”.
Es tan fácil durante un retiro o cuando “sientes” el amor de Dios decirle: “Haré todo lo que me pidas”… Pero cuando “bajas del monte” no es tan fácil.
Las hermanas me invitaron a ir con ellas y otras chicas de peregrinación a Italia unos meses después.
Me fui, y a pesar de la actitud superficial durante la peregrinación, el Señor me habló muy claro. Quería que yo viviese en pobreza, castidad y obediencia como las hermanas.
Automáticamente le dije que me era imposible. “¡No puedo ser monja!”, dije, “No puedo dejar de beber, de fumar, de salir de fiesta, mi carrera, mi familia.”
Si Jesús nos pide que hagamos algo siempre nos da la fuerza y la gracia para hacerlo. Sin su ayuda nunca podría haber hecho lo que tuve que hacer para responder a su llamada y seguirle.
Después de saber que me llamaba, el Señor me dio otra gracia cuando estaba grabando la película en Inglaterra. Yo veía que aunque parecía que tenía todo, en realidad no tenía nada.
Me sentaba en la cama de la habitación del hotel y sentía un gran vacío. Estaba consiguiendo todo lo que siempre había deseado y no era feliz. Sabía que solamente haciendo lo que Dios quería para mí sería realmente feliz.
El Señor me mostró cuánto hería a su Sagrado Corazón mi estilo de vida alocado. Sabía que tenía que dejar todo y seguirle. Sabía con gran claridad que me pedía confiar en Él, poner mi vida en sus manos y tener fe.
Ahora estoy felizmente consagrada en las Siervas del Hogar de la Madre.
Nunca me deja de impresionar cómo el Señor trabaja en las almas, cómo puede transformar totalmente la vida de uno y conquistar su corazón. Agradezco al Señor la paciencia que ha tenido y que sigue teniendo conmigo.
No le pregunto por qué me ha elegido, simplemente acepto el que lo haya hecho. Dependo completamente de Él y de la Virgen María y les pido que me den la gracia de ser lo que quieren que sea”.

La Fontana di Trevi en Roma se teñirá de rojo Una iniciativa para “llamar la atención sobre el drama de la persecución anticristiana”

El 29 de abril la Fontana di Trevi, uno de los lugares turísticos y emblemáticos de Roma en Italia, se teñirá de rojo en honor a los mártires cristianos.
El evento está organizado por Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) de Italia y busca “llamar la atención sobre el drama de la persecución anticristiana”.
En un comunicado publicado en su sitio web, AIN manifestó que con esta iniciativa “esperamos ser los precursores de una reacción duradera y concreta en cada lugar con el fin de que los perseguidos del siglo XXI puedan volver a tener tan pronto como sea posible un uso efectivo de su derecho natural a la libertad religiosa”.
Los organizadores añadieron que “la violación sistemática del derecho a la libertad religiosa, sobre todo la de los cristianos, debe convertirse en un tema central en el debate público”.
En el evento intervendrán Antoine Audo, obispo caldeo de Aleppo (Siria) y el cardenal Mauro Piacenza, presidente internacional de AIN.
Irak y Siria son dos de los países donde hay una grave persecución a los cristianos.
En Siria los cristianos están en medio del fuego del Estado Islámico, los grupo rebeldes y las fuerzas del gobierno.
Miles de cristianos han dejado todo por negarse a rechazar su fe y muchos están en campamentos de refugiados donde viven en condiciones muy precarias.
Hasta ahora se han adherido a la iniciativa varias asociaciones como Comunión y Liberación, Caritas Italia, el Movimiento Cristiano de Trabajadores, el Movimiento de los Focolares y organizaciones a favor de la vida, entre otros.
Artículo originalmente publicado por Forum Libertas

Cámbialo todo con tu sonrisa. Sonríe a todos, también a Dios


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Cada una de tus sonrisas, puesta al servicio de Dios, transmite la fuerza y la alegría que otros necesitan para seguir adelante ¡Te animamos a convertirte en “apóstol de la sonrisa”!
La sonrisa es como un tesoro inacabable que mientras más da, más se llena ¿Por qué no convertirte en apóstol de la sonrisa ahora? La sonrisa es tu instrumento, la caña para pescar almas y hacerlas felices.
Santificando la gracia que habita en ti, te dará el encanto especial que necesitas para transmitir a los otros ese bien.
Sonríe a los tristes.
Sonríe a los tímidos.
Sonríe a los amigos.
Sonríe a los jóvenes.
Sonríe a los ancianos.
Sonríe a tu familia.
Sonríe en tus penas.
Sonríe en tus pruebas.
Sonríe en tus soledades.
Sonríe por amor a Jesús.
Sonríe por amor a las almas.
Estas buenas disposiciones siempre son el principio de obras generosas y actos nobles. La influencia de tu sonrisa obra maravillas que tú ignoras.
También sonríele a Dios. Sonríe a Dios mientras aceptas con amor todo lo que Él te manda y merecerás la radiante sonrisa que Cristo fija en ti con especial amor por toda la eternidad.”


Artículo originalmente publicado por Oleada Joven



Ser sacerdote en China: “Puedo acabar en la cárcel” "Con María y mi rosario, no tengo miedo"


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Cuando se realizó esta entrevista en España, Pedro Zheng (el nombre es ficticio) era un seminarista de 28 años. Había venido a formarse como sacerdote tras permanecer en la clandestinidad en China cerca de ocho años. Ahora ya está preparado para entregar su vida al Señor en su país.
¿Estás preparado?
Quiero volver a mi país, a mi diócesis. Sé que puede haber peligros, pero no tengo miedo.
No tengo ningún plan, no tengo futuro. Si Dios quiere iré a una parroquia, pero también sé que puedo acabar en la cárcel.
¿Cómo puedes tener paz si conoces el futuro lleno de dificultades que te espera en China?
Nunca dejo de repetirme aquella histórica frase de Juan Pablo II: “No tengáis miedo”. Esta frase me ayuda y acompaña mucho.
Si quiero ser sacerdote en China, servir a mis católicos, a la Iglesia de China, sé que voy a sufrir. Igual que sufrió Cristo. Pero con María y mi rosario no tengo miedo.
¿Cómo llegó la fe católica a tu familia?
Fui bautizado por mi abuela en secreto. Siempre estábamos escondidos. De mi familia aprendí a rezar las avemarías del rosario.
Solamente una vez al año venía un sacerdote que, por seguridad, se tenía que alojar en casa de una familia. Sabíamos que ese único día tendríamos la posibilidad de recibir la Comunión.
Una fe escondida. ¿Y su vocación?
Mi vocación está forjada con grandes pruebas. Primero las dudas y los miedos de mi familia, y luego unos largos años en la clandestinidad.
Los seminaristas vivimos meses escondidos, de casa en casa, viajando de noche para que nadie te vea y entrando en pisos de madrugada para salir seis meses después. Meses sin ver el sol, sin salir a la calle.
¿Cómo son los seminarios en China?
No se conocen. Son ocultos. Vivimos juntos en una habitación no más grande de 20 metros cuadrados seis u ocho jóvenes. En ese espacio dormimos, comemos, nos aseamos, cocinamos, estudiamos, hacemos deporte, rezamos juntos…
Tenemos que tener mucho cuidado para no ser descubiertos. Nuestro obispo, en cuanto puede, nos manda a Europa para formarnos.
Su obispo, Andrés Hao, estuvo 25 años encarcelado en China y murió con 90 años.
Era un verdadero santo. Él nos pidió que rezáramos por la Iglesia y que no olvidáramos que allí nos esperan.
Los ojos de Pedro Zheng brillan alegres, también cuando añade que quizá en su país le espere la persecución.
Por Raquel Martín
Responsable de Comunicación de Ayuda a la Iglesia Necesitada
Artículo publicado por Alfa y Omega

¡Sí se puede! Esperanza entre los escombros en Ecuador El terremoto deja más de 400 muertos pero también conmovedoras historias

“Hace algunos años, en los estadios de fútbol del país, se gritaba: ‘Sí, se puede’. Ahora toca gritarlo en medio de los escombros… Con la ayuda de Dios y la solidaridad de todos, saldremos adelante. Ese es el grito de nuestro pueblo”.
Así finaliza una carta abierta de Julio Parrilla, obispo de Riobamba, Ecuador, escrita tras el terremoto de 7.8 en la escala Richter que padeció el sábado el país y dejó hasta el momento un saldo de 413 muertos y más de 2.000 heridos.
Entre las víctimas de la catástrofe hubo personas de diferentes condiciones, entre ellas un grupo de mujeres que habían decidido entregar su vida a Dios. Eran seis religiosas de las Siervas del Hogar de la Madre.
El terremoto provocó el derrumbe del edificio que las albergaba (instalaciones del Colegio Sagrada Familia) en la localidad de Playaprieta y generó que las hermanas que se encontraban en el interior quedaran bajo los escombros.
Se trataba de Estela Morales (40 años, España), Therésè Ryan (36 años, Irlanda), Merly Alcybar (34 años, Ecuador) y Clare Crockett (33 años, Irlanda del Norte). También siete jóvenes postulantes, de origen ecuatoriano: Jazmina, Mayra, M Augusta, Valeria, Catalina, Guadalupe y Mercedes.
Las hermanas de esta comunidad, además del trabajo en el colegio, realizan a diario una importante labor humanitaria y de evangelización, que se había multiplicado en los días precedentes al seísmo a causa de las fuertes inundaciones que habían ya devastado la zona dejando a numerosas familias en una situación de total desprotección.
“He visto a las hermanas, con sus sonrisas de siempre, pero se nota que están agotadas de tanto trabajar”, contó un amigo de la comunidad días antes del terremoto, según reproduce un  comunicado difundido por la  comunidad. Al ser periodo estival en Ecuador no había alumnos en el recinto.
Una de las hermanas, Therésè, fue rescatada en medio de los escombros con un tobillo fracturado y diversas contusiones.
Quien comandó el improvisado equipo de rescate junto a algunos vecinos fue Estela, superiora de la comunidad, que a pesar de haber quedado también debajo de los escombros se salvó.
En el momento del temblor corrió rápidamente hacia la capilla del lugar para salvar las hostias consagradas. Una vez ahí todo se derrumbó.
Los voluntarios también lograron escuchar debajo de los escombros a las hermanas Merly, a Guadalupe y a Mercedes. Su rescate costó bastante, sufrieron diferentes heridas, fueron trasladadas al hospital y con el paso de las horas finalmente fueron dadas de alta.
Sin embargo, aún faltaban otras debajo de los escombros: la hermana Clare y cinco postulantes: Jazmina, Mayra, M Augusta, Valeria, Catalina, cuyos cuerpos fueron rescatados a las pocas horas sin vida.
¡Saldremos adelante!
Por estas horas el pueblo ecuatoriano corre una carrera a contrarreloj tratando de rescatar a la mayor cantidad de gente posible que quedó, al igual que las religiosas, debajo de los escombros.
Las autoridades confirmaron este lunes que el número de víctimas ascendió a 350 y el de heridos a más de 2.500. Luego, las  cifras siguieron en aumento y hay más de 400 muertos.
“Reconstrucción y esperanza” son dos palabras que se transformaron en motivo de aliento para no desfallecer ante la tragedia.
En ese sentido, por ejemplo, una menor fue rescatada con vida tras más de 20 horas de quedar atrapada entre los restos de un edificio en el municipio de Pedernales.
Por otro lado, Parrilla emitió una carta abierta sobre la tragedia e hizo referencia a la solidaridad en momentos de tanto dolor.
“Pasado el momento álgido del desastre, todo el mundo participa y trata de dar una respuesta. Emociona el ver a tanta gente movilizada. Todo el mundo quiere hacer algo, aunque no se sepa bien qué es lo más urgente. Poco a poco, la solidaridad entrará por los cauces de una mayor racionalidad y organización. En países como el nuestro la capacidad de reacción es siempre lenta y deslavazada, pero el alma ecuatoriana está ahí presente, compartiendo dolores y necesidades”, expresó.
“La Iglesia trata de hacer su parte, acompañando al pueblo. Este es nuestro signo distintivo: acompañar, en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad, en la vida y en la muerte”.
“En estos dos escasos días (ayer, domingo, la gente copaba las iglesias) hemos repetido insistentemente que hay que fomentar cuatro actitudes: confianza en Dios, que no abandona a su pueblo, unidad, manos a la obra y oración”.
“Son esos momentos en que las diferencias y los colores políticos, sociales o económicos quedan relativizados y diluidos en medio de la tragedia. Es el momento de sentirnos hermanos, amigos y compañeros. Es el momento en el que Dios nos quiere humildes, resistentes, solidarios y fraternos. Es el momento de sembrar esperanza”, prosiguió.
“La emoción por el dolor es sustituida por la emoción de colaborar y de hacer todo lo posible por sacar el país adelante”, añadió el obispo, quien culminó haciendo referencia al famoso grito: ¡Sí se puede!

Milagro eucarístico en Polonia aprobado por obispo A veces al poner una “hostia sangrante” bajo el microscopio y tras someterla a diferentes pruebas se descubre que es tejido cardiaco humano


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Sí, a veces una supuesta “hostia sangrante” no demuestra ser más que moho rojo del pan, después de ser debidamente examinada.
Pero hay veces en las que al poner una “hostia sangrante” bajo el microscopio y tras someterla a diferentes pruebas, se descubre que es tejido cardiaco humano.
En 2013, en Polonia, se demostró que una hostia sangrante era precisamente eso, según anunciaba ayer 17 de abril el obispo Zbigniew Kiernikowski, de la diócesis de Legnica:
“El 25 de diciembre de 2013, durante la distribución de la Sagrada Comunión, una hostia consagrada cayó al suelo y luego fue recogida y depositada en un recipiente lleno de agua (vasculum). Poco después, aparecieron manchas de color rojo. El antiguo obispo de Legnica, Stefan Cichy, estableció una comisión para observar el fenómeno. En febrero de 2014, se separó un pequeño fragmento rojo de la hostia y fue depositado en un corporal. La Comisión ordenó la extracción de muestras para conducir análisis rigurosos por institutos de investigación relevantes.
En el anuncio final del Departamento de Medicina Forense, se lee lo siguiente:
En la imagen histopatológica, se ha descubierto que los fragmentos de tejido contienen partes fragmentadas de músculo estriado transversal. (…) El conjunto (…) se asemeja en gran medida al músculo cardiaco con las alteraciones que aparecen frecuentemente durante la agonía. Los estudios genéticos indican el origen humano del tejido.
En enero de este año presenté la cuestión al completo a la Congregación para la Doctrina de la Fe en el Vaticano. Hoy, según recomendaciones de la Santa Sede, ordené al vicario parroquial Andrzej Ziombro que preparara un lugar adecuado para la exposición de la reliquia, de forma que los fieles pudieran manifestar su adoración de forma apropiada”.
Un maravilloso regalo para Polonia y para los muchos peregrinos que se dirigirán a este país, ya sea por la Jornada Mundial de la Juventud o por iniciativa personal, en este Año de la Misericordia.

¿Qué significan los escalones de la entrada del templo y del presbiterio? Responden a una necesidad práctica, pero podrían esconder profundos simbolismos

No hay norma eclesial que indique la obligatoriedad o la necesidad de construir escaleras para entrar a un templo sólo para responder a alguna razón litúrgica, como si estas tuvieran alguna simbología teológica o espiritual.
El que haya o no escaleras a la entrada de una iglesia dependerá del terreno y/o a la manera de dar acceso a la iglesia.
Para entrar a las iglesias hay escaleras de muchos escalones hacia arriba (por ejemplo la iglesia de Santa María in Aracoeli en Roma que tiene 124 escalones), hay otras iglesias con escaleras cuyos escalones bajan y hay iglesias que no tienen escaleras para entrar a ellas.
Muy pocos son los elementos presentes en la arquitectura litúrgica que no contengan una simbología teológica; uno de estos son las escaleras. Dependerá del criterio del constructor y/o del arquitecto el dar o no intencionalmente algún significado o simbolismo a algún elemento arquitectónico.
En todo caso, y en el ámbito secular, las escaleras se relacionan con el punto que une lo alto con lo bajo, lo superior con lo inferior, permitiendo la elevación, dando idea de progreso, de avance, de superación.
Las escaleras también podrían evocar la idea del movimiento, del fluir. Simbolizarían dinamismo y por tanto la lucha de vida.
En el ámbito teológico se le podría dar también a las escaleras, a nivel subjetivo, alguna lectura simbólica:
A. Las escaleras hacia arriba para dar acceso a una iglesia podrían simbolizar:
1. El gesto de ascender de la realidad terrena a la realidad sobrenatural para entrar en contacto con Dios.
2. La Santísima Trinidad, si son tres los escalones.
3. La unión entre la tierra y el cielo o el intercambio entre lo terrenal y lo celestial.
4. El esfuerzo ascético necesario, siempre en forma gradual y paulatina, para entrar en la presencia de Dios.
5. El abajamiento de Jesús en la encarnación para venir al encuentro con la humanidad; y el subirlas como un gesto de querernos encontrar con Él por el camino.
6. La subida del hombre hacia el Reino de Dios, como un viaje que emprende de manera progresiva, escalón tras escalón, venciendo los obstáculos que se presentan a cada paso.
7. Y en el mejor de los casos quiere evocar la escalera de Jacob, prefiguración del mismo Jesucristo. Jesús el Señor es el cumplimiento de esa visión que Jacob tuvo. (Génesis 28, 12-14). Jesús mismo lo confirma: “Y le dijo: En verdad, en verdad os digo, que veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre (Jn 1, 51)”. La escalera por la cual las personas pueden tener acceso y confianza al trono de la gracia de Dios se llama Jesucristo Dios-Hombre. La escalera de Jacob es aquella en la cual toda comunicación y toda bendición espiritual es posible por medio de Jesucristo, quien ha unido al cielo con la tierra. Él es el único que nos puede hacer subir al cielo, porque Él es quien descendió del cielo. El es la escalera al cielo para restablecer la buena y verdadera comunión con Dios.
B. Las escaleras hacia abajo para entrar a alguna iglesia podrían simbolizar:
1. El gesto de humildad necesario para entrar en la presencia de Dios.
2. El gesto que nos permite identificarnos con Jesucristo en su abajamiento.
3. Los tres días que Jesús pasó muerto (resucitó al tercer día).
4. Nuestra finitud, el recordar nuestra condición mortal, es bajar al seno de la tierra.
En los bautisterios paleocristianos el bautismo se llevaba a cabo por inmersión para lo cual se utilizaban dos escaleras: una para bajar (humildad) y entrar al agua para recibir el bautismo, y la otra, en el lado opuesto, dejando atrás el hombre viejo para subir simbolizando el hombre nuevo, resucitado.
Con respecto al acceso al presbiterio pues las escaleras (con más o menos escalones) responden a una necesidad práctica pues “el presbiterio deberá distinguirse de la nave de la Iglesia, por hallarse en un plano más elevado, o por su particular estructura y ornato” (La Instrucción General del Misal Romano, 258).
El presbiterio es un lugar litúrgico generalmente espacioso y suele estar delimitado por escalones, que facilitan que los fieles puedan seguir fácilmente la acción litúrgica.

EL CARDENAL BLÁZQUEZ "La incertidumbre puede dejar heridas en la convivencia"



El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el cardenal Monseñor Ricardo Blázquez, ha expresado hoy la preocupación de los obispos por la situación de "incertidumbre" política que vive España y ha alertado de que esta situación "tan difícil y prolongada" puede dejar "heridas en la convivencia social".

Así lo ha señalado en el discurso inaugural de la CVII Asamblea Plenaria de la CEE en el que ha dedicado un capítulo a analizar la actual situación política después de más de tres meses desde las elecciones generales y que lleva por título "En la encrucijada política".

El arzobispo de Valladolid reconoce que los "inéditos" resultados electorales hacen "particularmente complicada" la tarea de formar Gobierno y para ello es preciso "un ejercicio de diálogo y generosidad entre los partidos políticos".

Sin embargo, el presidente de la CEE observa que "abundan las descalificaciones personales y los insultos que nunca son razones" y advierte de que la "desacreditación mutua hace imposible una reflexión serena sobre los problemas básicos y las tareas pendientes".

"Con las hipótesis diversas y de hondo calado, nos hallamos como ante una encrucijada", afirma el cardenal Blázquez, que pide a los responsables de la gestión de los resultados electorales que prevalezca claramente el bien común sobre los intereses particulares porque "esta situación tan difícil y prolongada puede dejar unas heridas en la convivencia social".

¿Cómo tocar con fe a Dios en la oración? Nuestra propia enfermedad debe ser presentada con fe y esperanza

La oración es acercarse a Jesús con humildad y tocarlo desde la fe. La oración llena de fe es “la debilidad” de Dios y la fuerza del hombre. Jesús no se resiste a hacer milagros cuando percibe una gran fe. No basta con tocar a Jesús, sino tocarlo con fe y experimentar cómo muchas virtudes, gracias, salen de Él para curar nuestro corazón y cuerpo.
“Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, y que no había podido ser curada por nadie, se acercó por detrás y tocó la orla de su manto, y al punto se le paró el flujo de sangre. Jesús dijo: ¿Quién me ha tocado? Como todos negasen, dijo Pedro: Maestro, las gentes te aprietan y te oprimen. Pero Jesús dijo: Alguien me ha tocado, porque he sentido que una fuerza ha salido de mí. Viéndose descubierta la mujer, se acercó temblorosa, y postrándose ante él, contó delante de todo el pueblo por qué razón le había tocado, y cómo al punto había sido curada. Él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz”. (Lc 8,43-48)
Nuestra propia enfermedad debe ser presentada con fe y esperanza
La mujer hemorroisa sufría desde hacía 12 años esta enfermedad. No había encontrado remedio, se había gastado todo en doctores. Sólo le quedaba una esperanza, ese Jesús del que toda la gente hablaba. Debido a su enfermedad era impura y todo lo que tocase automáticamente se convertía en impuro. Vivía en una soledad total, separada de la sociedad, de su familia, 12 años queriendo “volver a vivir”. Esta soledad, necesidad de vivir, de ser alguien, hizo que sin temor se acercase a Jesús. Percibía en Él alguien que podría devolverle la vida, que podría dar sentido a esta enfermedad y poder ser curada.
En la oración nos presentamos también enfermos, débiles, con temores, resistencias, profundas heridas que todavía sangran. Con facilidad buscamos en el mundo diversos “doctores” que nos puedan curar, distracciones, pasatiempos que en el fondo nos dejan igual y nos vamos desgastando.
En la oración nos presentamos conscientes de esta debilidad, pero a la vez llenos de fe porque estamos ante el único que nos puede curar de raíz, el que puede devolvernos la vida, dar un sentido profundo y nuevo a nuestra existencia, a nuestra soledad. Este acto de fe y confianza son los pasos necesarios para llegar hasta el Maestro: “Creo en ti Señor, espero en tu amor, confío en ti, quiero amarte para vivir”. Presentamos nuestra vida ante Él, nuestra debilidad, enfermedad, con fe y confianza para que Él nos cure.
Acercarse a Jesús con humildad, con la mirada siempre fija en su Amor y ternura
Con gran fe, se acercó a Jesús por detrás, y con delicadeza, consciente de su impureza, se atrevió a tocarle con fe la orla de su manto.
Cuando hay fe y amor, la oración se convierte en un buscar el bien de la otra Persona: acogerle, cuidarlo, amarlo. Esto es lo que hace la hemorroisa. No piensa en sí misma. No quiere “molestar” al Señor: con humildad se acerca por detrás y busca tocar tan sólo el borde de su manto. Esto sería suficiente.
La fe no busca evidencia, no quiere tocar a toda costa, palpar como lo hizo Santo Tomás. Basta con un detalle, un gesto cercano y tierno. Es un decirle a Jesús: “no te quiero molestar, sé que me amas y con tocarte el borde del manto, te darás cuenta que te necesito, que estoy aquí, que te amo y que quiero poderte abrazar… pero soy impura, mi alma es impura, necesito que tu amor me purifique y me haga digna de Ti”.
Así la hemorroisa buscando el bien de Jesús, el no “hacerle” impuro, logra su propio bien. La oración es buscar al otro para encontrarse con el otro. Es dejarse encontrar buscando. Es rozar su Corazón para encontrase dentro de él.
La fe mueve el Corazón de Jesús y fija su mirada en la humildad
La mujer queda curada al instante. Jesús no espera a que la mujer le diga qué necesita. Así es el Buen Pastor, conoce a sus ovejas, nos conoce y sabe lo que necesitamos incluso antes de que se lo pidamos. Por eso, muchas veces la oración es ponerse en su presencia, quizás experimentando un silencio que no es indiferencia por parte de Jesús, sino un querer expresar ternura, contemplar a su creatura tan amada y admirarla con amor.
Jesús estaba siendo oprimido por la multitud, sin embargo, sintió que una virtud salía de Él y gritó: « ¿Quién me ha tocado? » Los discípulos, asombrados, no entienden esta pregunta. Decenas de personas están agolpadas, se empujan y estrujan a Jesús y sólo una “le ha tocado”, aquella que apenas ha rozado el borde de su manto.
Aquí Jesús nos dice con claridad que tocarle es amarle, es tener la humildad de confiar en Él, de tratarle con ternura y fe. De acercarse a Él como un niño a su Padre y estar, sí, estar junto a Él. Muchos estaban más cerca que la mujer, pero no tenían fe, era quizás más bien curiosidad, rutina.
La oración nunca puede ser curiosidad o rutina. No es una actividad para llenarme de ideas o repetir fórmulas aprendidas de memoria. Esto sería como empujar y estrujar a Jesús, como aquel grupo que lo seguía. No, esta mujer nos enseña que para tocar a Jesús hay que tener fe, hay que acudir con confianza, presentarse con humildad y tener ternura hacia Dios. ¡Ah!, y sobre todo, hay que dejarse querer por el Maestro que nos conoce, nos espera y al instante nos abraza con amor.
Queremos tocarte Jesús. Ayúdanos Señor a tocarte con fe.
Por P. Guillermo Serra, LC Artículo originalmente publicado por la-oracion.com

Miércoles de la cuarta semana de Pascua

Libro de los Hechos de los Apóstoles 12,24-25.13,1-5a. 
Mientras tanto, la Palabra de Dios se difundía incesantemente.
Bernabé y Saulo, una vez cumplida su misión, volvieron de Jerusalén a Antioquía, llevando consigo a Juan, llamado Marcos.
En la Iglesia de Antioquía había profetas y doctores, entre los cuales estaban Bernabé y Simeón, llamado el Negro, Lucio de Cirene, Manahén, amigo de infancia del tetrarca Herodes, y Saulo.
Un día, mientras celebraban el culto del Señor y ayunaban, el Espíritu Santo les dijo: "Resérvenme a Saulo y a Bernabé para la obra a la cual los he llamado".
Ellos, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.
Saulo y Bernabé, enviados por el Espíritu Santo, fueron a Seleucia y de allí se embarcaron para Chipre.
Al llegar a Salamina anunciaron la Palabra de Dios en las sinagogas de los judíos, y Juan colaboraba con ellos.



Salmo 67(66),2-3.5.6.8. 
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
haga brillar su rostro sobre nosotros,
para que en la tierra se reconozca su dominio,
y su victoria entre las naciones.

Que canten de alegría las naciones,
porque gobiernas a los pueblos con justicia
y guías a las naciones de la tierra.

¡Que los pueblos te den gracias, Señor,
que todos los pueblos te den gracias!
Que Dios nos bendiga,
y lo teman todos los confines de la tierra.





Evangelio según San Juan 12,44-50. 
Jesús exclamó: "El que cree en mí, en realidad no cree en mí, sino en aquel que me envió.
Y el que me ve, ve al que me envió.
Yo soy la luz, y he venido al mundo para que todo el que crea en mí no permanezca en las tinieblas.
Al que escucha mis palabras y no las cumple, yo no lo juzgo, porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvarlo.
El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he anunciado es la que lo juzgará en el último día.
Porque yo no hablé por mí mismo: el Padre que me ha enviado me ordenó lo que debía decir y anunciar;
y yo sé que su mandato es Vida eterna. Las palabras que digo, las digo como el Padre me lo ordenó".



Leer el comentario del Evangelio por : Catecismo de la Iglesia Católica 
“El que me ve a mi, ve al que me ha enviado”