lunes, 17 de abril de 2017

Las pruebas históricas y arqueológicas de la existencia de la Virgen María

Lo que la mayor parte de la gente sabe sobre la Virgen María es por la Biblia. Sin embargo, desde el punto de vista histórico, han sido pocos los estudios realizados hasta el momento para saber un poco más de la mujer más importante para la Iglesia católica.

MICHAEL HESEMANN
Autor, María de Nazaret
Yo quería redescubrir a esa María de Nazaret que estuvo en la tierra, a la mujer judía que creció dentro de unas tradiciones, en un momento histórico. Quería investigarla desde un punto de vista histórico”.

Las pruebas que ha ido reuniendo las ha agrupado en su libro María de Nazaret. Quería probar que la fe de la Iglesia no está basada en mitos sino en hechos históricos cuyas pruebas todavía hoy existen.

MICHAEL HESEMANN
Autor, María de Nazaret
"Tenemos pruebas de que todas las localizaciones descritas en el Evangelio eran ciertas, y que las personas que menciona la Biblia existieron. Aprendimos mucho. Conocimos con mayor profundidad el Evangelio gracias a los estudios que hicimos sobre las tradiciones judías en los tiempos de Cristo”.

Estudió tradiciones de los judíos de la época. Por ejemplo, la práctica del celibato vivido en el matrimonio que algunas parejas elegían. De esta manera pudo conocer mejor el modo de pensar de María.  

MICHAEL HESEMANN
Autor, María de Nazaret
"No era una sencilla mujer del campo. A veces pensamos que lo era; pero no nos damos cuenta que para ser Madre de Dios, para ser elegida Madre de Dios, tenía que ser una persona extraordinaria. Tendría que criar a Cristo, tendría que enseñarle muchas cosas. Por eso fue elegida una chica muy especial, la más especial de la historia de la humanidad”.

Michael Hesemann ha escrito otros 38 libros que han sido traducidos en 14 lenguas. Entre ellos hay algunos "bestseller” como "Mi hermano, el Papa”, escrito junto Georg Ratzinger, el hermano de Benedicto XVI.


Abren causa de beatificación del P. Jacques Hamel, asesinado por el Estado Islámico

P. Jacques Hamel. Foto: Arquidiócesis de Rouen.

El Arzobispo de Rouen (Francia), Mons. Dominique Lebrun, anunció oficialmente la apertura de la causa diocesana de beatificación del P. Jacques Hamel, asesinado por terroristas del Estado Islámico (ISIS) mientras celebraba Misa.
Mons. Lebrun hizo el anuncio durante la Misa Crismal que presidió el 13 de abril, Jueves Santo, en la Catedral local.

El 26 de julio de 2016 durante la celebración de la Misa, dos terroristas del ISIS irrumpieron en la iglesia de St. Etienne du Rouvray, en la región francesa de Normandía, y tomaron como rehenes a los presentes, incluyendo al P. Hamel.
El P. Hamel fue finalmente degollado por los terroristas musulmanes.
En una Misa que celebró en la capilla de la Casa Santa Marta, en septiembre de 2016, el Papa Francisco aseguró que el P. Hamel “es un mártir”.

Lunes de la Octava de Pascua


Libro de los Hechos de los Apóstoles 2,14.22-33. 

El día de Pentecostés, Pedro poniéndose de pie con los Once, levantó la voz y dijo: "Hombres de Judea y todos los que habitan en Jerusalén, presten atención, porque voy a explicarles lo que ha sucedido.
Israelitas, escuchen: A Jesús de Nazaret, el hombre que Dios acreditó ante ustedes realizando por su intermedio los milagros, prodigios y signos que todos conocen,
a ese hombre que había sido entregado conforme al plan y a la previsión de Dios, ustedes lo hicieron morir, clavándolo en la cruz por medio de los infieles.
Pero Dios lo resucitó, librándolo de las angustias de la muerte, porque no era posible que ella tuviera dominio sobre él.
En efecto, refiriéndose a él, dijo David: Veía sin cesar al Señor delante de mí, porque él está a mi derecha para que yo no vacile.
Por eso se alegra mi corazón y mi lengua canta llena de gozo. También mi cuerpo descansará en la esperanza,
porque tú no entregarás mi alma al Abismo, ni dejarás que tu servidor sufra la corrupción.
Tú me has hecho conocer los caminos de la vida y me llenarás de gozo en tu presencia.
Hermanos, permítanme decirles con toda franqueza que el patriarca David murió y fue sepultado, y su tumba se conserva entre nosotros hasta el día de hoy.
Pero como él era profeta, sabía que Dios le había jurado que un descendiente suyo se sentaría en su trono.
Por eso previó y anunció la resurrección del Mesías, cuando dijo que no fue entregado al Abismo ni su cuerpo sufrió la corrupción.
A este Jesús, Dios lo resucitó, y todos nosotros somos testigos.
Exaltado por el poder de Dios, él recibió del Padre el Espíritu Santo prometido, y lo ha comunicado como ustedes ven y oyen."

Salmo 16(15),1-2a.5.7-8.9-10.11. 
Protégeme, Dios mío,
porque me refugio en ti.
Yo digo al Señor:
El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz,

¡tú decides mi suerte!
Bendeciré al Señor que me aconseja,
¡hasta de noche me instruye mi conciencia!
Tengo siempre presente al Señor:

él está a mi lado, nunca vacilaré.
Por eso mi corazón se alegra,
se regocijan mis entrañas
y todo mi ser descansa seguro:

porque no me entregarás a la Muerte
ni dejarás que tu amigo vea el sepulcro.
Me harás conocer el camino de la vida,
saciándome de gozo en tu presencia,

de felicidad eterna a tu derecha.



Evangelio según San Mateo 28,8-15. 
Las mujeres, atemorizadas pero llenas de alegría, se alejaron rápidamente del sepulcro y fueron a dar la noticia a los discípulos.
De pronto, Jesús salió a su encuentro y las saludó, diciendo: "Alégrense". Ellas se acercaron y, abrazándole los pies, se postraron delante de él.
Y Jesús les dijo: "No teman; avisen a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán".
Mientras ellas se alejaban, algunos guardias fueron a la ciudad para contar a los sumos sacerdotes todo lo que había sucedido.
Estos se reunieron con los ancianos y, de común acuerdo, dieron a los soldados una gran cantidad de dinero,
con esta consigna: "Digan así: 'Sus discípulos vinieron durante la noche y robaron su cuerpo, mientras dormíamos'.
Si el asunto llega a oídos del gobernador, nosotros nos encargaremos de apaciguarlo y de evitarles a ustedes cualquier contratiempo".
Ellos recibieron el dinero y cumplieron la consigna. Esta versión se ha difundido entre los judíos hasta el día de hoy.