jueves, 21 de abril de 2016

¿Qué sabes de los ángeles? Lo que algunos llaman suerte, azar, casualidad, etc, es acción angélica


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Del mundo angélico deberíamos estudiar más sus habitantes y su historia, ya que nuestro destino final es convivir con ángeles eternamente allá. (Mc 12, 25).
En él se encuentran todas las virtudes, dones y bienaventuranzas con formas, sonidos, armonías, colores, aromas y movimientos que se asemejan a lo material aquí en la tierra, dice el eminente P. A Lápide SJ.(1)
Es un mundo de la virtud absoluta, sutil, maravillosa, que nuestra imaginación no alcanza fijar, pues la virtud no la podemos medir, pesar o contar pero existe, se pondera y manifiesta cuando la practicamos o vemos a una persona que la pone en práctica.
El Catecismo de Perseverancia del Padre Gaume dice que san Agustín y san Gregorio piensan que los ángeles fueron creados al mismo tiempo que el Cielo (2) pues el Génesis comienza diciendo que al principio Dios creo el cielo y la tierra.
Dice también que Moisés no explicó la creación del mundo angélico porque su objeto principal era hablar del mundo sensible.
En efecto el cielo tuvo que haber sido creado primero y son varios los autores que interpretan que la separación de la luz de las tinieblas fue el apartar los ángeles rebeldes de los fieles (Gn 1,4).
El cielo es el lugar preparado por Dios para que todas sus criaturas pasemos la eternidad junto a Él incluyendo el propio planeta y el universo entero purificados en el fin del mundo, pues lo material será glorificado como el cuerpo glorioso de Jesús.
El mundo angélico cada día se pone más de moda, pero lo paradójico es que la “angeología” está siendo explicitada por personas que nunca han consultado la doctrina de la Iglesia y le dan un carácter más próximo a lo esotérico que a lo religioso y moral.
Ya estamos acostumbrándonos a ver en los periódicos personas que pontifican de manera asombrosa e inventan nuevos nombres y funciones de los ángeles sin ningún fundamento doctrinario dejando volar la imaginación y llegando a conclusiones sorprendentes pero desligadas de lo que hemos aprendido y conocido por enseñanza de la Iglesia católica.
Por ejemplo es de nuestra fe católica que hay ángeles buenos y ángeles malos, y estos últimos son un riesgo para quienes navegan por ese mundo con poca virtud y sin experiencia.
Que Dios gobierna el mundo visible y los acontecimientos por medio de sus ángeles.
Que lo que algunos llaman suerte, azar, casualidad, etc, es acción angélica por voluntad de Dios.
Que mientras las mitologías paganas estaban llenas de seres monstruosos y fantásticos interviniendo en la vida de los hombres, la cultura judía y hoy día la cristiana, atribuyen los sucesos a la acción de los ángeles.
El libro de Daniel habla del enfrentamiento de persas y griegos mediante la intervención de los ángeles protectores de cada imperio. Y antes de la caída de Israel ante Babilonia, nos habla de una pugna de sus respectivos ángeles tutelares.
Roma se salvó inexplicablemente de ser arrasada por las tropas de Aníbal por causa de un famoso aguacero inesperado, inexplicable y fuertísimo que duró tres días haciendo imposible el paso de los artillados elefantes, que era la bestial sorpresa en las campiñas de Italia y tenía aterrados a los romanos, los cuales atribuyeron a sus propios hados esa lluvia.
Bonaparte -muy supersticioso- acostumbraba a delegar la estrategia de cierto tipo de importantes batallas a Generales que él llamaba “con suerte”.
La expresión de que alguien “tiene ángel” fue muy común en los elegantes salones del siglo XIX de Paris y Madrid, de hecho en el mundo de las corridas de toros era frecuente hablar de toreros con o sin ángel.
Negar la existencia de los ángeles no solamente puede ser mala fe sino ignorancia lamentable que no admite otra explicación.
Por Antonio Borda
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(1) Cornelio A Lápide, (Bocholt, 18 de diciembre de 1567 – 12 de marzo de 1637), jesuita y exégeta flamenco. Reconocido comentarista de casi toda la Biblia.
(2)Mons. J.Gaume, Catecismo de Perseverancia, Paris 1871,Tomo I, Pag. 242 ss.
Artículo originalmente publicado por Gaudium Press

¿Comunión a los divorciados? “No hay recetas” El arzobispo de Madrid habla sobre "Amoris Laetitia": Cualquier persona que se encuentre en una situación irregular debe recibir atención


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“La Iglesia o es misionera o no es”, y por tanto “todos los que estamos dentro de ella debemos ocuparnos especialmente de los que están, no digo fuera, pero en una situación especial”. Lo afirma el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, en la siguiente entrevista.
¿Qué pasa finalmente con los divorciados en nuevas uniones?
La controversia mediática en torno al sínodo se centró en el tema de si se podía dar la comunión o no los divorciados en segunda unión civil.
Amoris laetitia no se pronuncia definitivamente sobre esta cuestión, entre otras cosas porque el sínodo lo que pretendía era dirigir una mirada al conjunto de la vida familiar, y no resolver este punto. 
Lo que sí nos dice el Papa es que hay que tener en cuenta la complejidad de cada situación y nos anima a escuchar a cualquier persona que se sienta herida y a ayudarla a experimentar el amor incondicional de Dios, y ahí nos deja un campo que es muy importante para nosotros.
Lo fácil sería que nos diese recetas, pero es que no hay recetas.
La exhortación les da a muchos divorciados que se han vuelto a casar y que se esfuerzan por hacer las cosas bien y educar a sus hijos en la Iglesia la garantía de que la Iglesia se preocupa por ellos, les hace sentir que son parte de la Iglesia, que no están excomulgados, y aunque todavía no puedan participar plenamente de la vida sacramental, les anima a tomar parte activa en la vida de la comunidad cristiana. 
Por eso es clave el concepto de integración: hacer todo lo posible por ayudar a las personas que estén en la situación que fuere a involucrarse en la vida de la comunidad. Cualquier persona que se encuentre en una situación irregular debe recibir atención y ser ayudada a sanar sus heridas.
También, por ejemplo, cuando el Papa habla de los homosexuales, afirma que la enseñanza de la Iglesia es clara: el matrimonio es una unión entre un hombre y una mujer, pero dicho esto, recuerda que todos debemos aprender a imitar el amor incondicional de Dios por cada persona, sin excepción. 
La exhortación centra la atención en el matrimonio y en la familia, pero no se desentiende del resto de situaciones que puedan vivirse, al contrario, nos incita a que las afrontemos.
¿Le preocupa el síndrome del hermano mayor de la parábola del hijo pródigo, es decir, que haya católicos molestos porque piensen que el Papa se preocupa más por los que están fuera que de los de dentro?
Los que están dentro, se supone que, si están de verdad dentro, tienen una preocupación por los que están fuera, porque la Iglesia o es misionera o no es la Iglesia de Jesucristo. O la familia cristiana es misionera o no es Iglesia doméstica, es otra cosa distinta.
Por tanto, a nadie le puede parecer mal esto; al contrario, tendríamos que agradecer mucho la preocupación misionera del Papa, ya que todos los que estamos dentro de la Iglesia debemos ocuparnos de los que están en una situación especial, no digo fuera, pero en una situación especial, o por aquellos cristianos que, por la razón que sea, se han marginado de la vida de la Iglesia, o al menos sienten que están marginados.
El Papa nos invita a salir en busca de esta gente. Es la misma invitación de Jesucristo. El Papa no sería sucesor de Pedro si no dijera esto, porque el Señor nos ha dicho que vayamos por el mundo a anunciar la buena noticia a todos los hombres. Los que ya la conocemos tenemos que anunciarla.
¿Cambia esta exhortación la doctrina de la Iglesia?
Lo más bonito de esta carta es que es teología pastoral, no se aparta de la doctrina de la Iglesia, pero sí aproxima la persona de Jesús a las situaciones reales que viven las personas.
Muchas veces en la Iglesia, sin darnos cuenta, predicamos doctrinas, teorías, pero no acercamos la persona de Jesucristo…
En la carta que ha escrito el Papa está la conciencia clara de un hombre que sabe que no anuncia ideas, sino a una persona, y que además sabe que esto se lo tiene que decir a las familias concretas, que hoy viven unas situaciones muy singulares y especiales, también a muchas parejas que conviven sin casarse, y a quienes tenemos que acercarnos para ayudarlas a descubrir la belleza de una familia cristiana, en la que un hombre y una mujer unen sus vidas y dicen: “Tú para mí eres Jesucristo, y habrá días en que te vea el rostro desfigurado, como a Jesús en la cruz, pero yo te quiero en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida”.
En la Iglesia hemos tenido muchas veces exposiciones muy teóricas. ¿Por qué nos gustó la Evangelii gaudium? Porque no nos hablaba de una teoría, sino que afrontaba problemas concretos de la vida de la Iglesia, que eso es lo que necesitamos.
¿Por qué a mí me gusta Amoris laetitia? Porque afronta el amor de la familia desde la realidad.
Muchas veces no son así los documentos que escribimos los obispos, en los que decimos: “La doctrina de la Iglesia es esta y esta”.
El Papa nos recuerda que la doctrina ya nos la sabemos todos; el problema es cómo hacerla vida en la gente, presentarla de modo que las personas perciban que es algo que merece la pena ser vivido.

Artículo originalmente publicado por Alfa y Omega

El Papa, sobre el sínodo: "Me molestó que los medios hablaran sólo de comunión a divorciados".





Regresando de Lesbos, el Papa reconoció que durante el sínodo le molestó que los medios hablaran sólo de si los divorciados que se han vuelto a casar civilmente pueden o no recibir la comunión.

FRANCISCO
"Cuando convoqué el primer sínodo, la gran preocupación de los medios era: ¿Podrán hacer la comunión los divorciados que se han vuelto a casar (civilmente)? Y como yo no soy santo, esto me molestó y también me produjo un poco de tristeza. ¿Pero ese medio de comunicación que dice esto, esto y lo otro no se da cuenta de que ese no es el problema importante? ¿No se da cuenta de que la familia, en todo el mundo, está en crisis? Y la familia es la base de la sociedad. ¿No se da cuenta de que los jóvenes no quieren casarse? ¿No se da cuenta de que la caída de natalidad en Europa es para echarse a llorar? ¿No se da cuenta que la falta de trabajo y las posibilidades de trabajo hacen que el papá y la mamá tengan que trabajar y los niños crezcan solos y no aprendan a crecer en diálogo con el papá y la mamá? Estos son los grandes problemas”.

Fue la primera vez que el Papa habló directamente sobre el debate generado por algunos medios de comunicación sobre esta cuestión. 

Pero en su exhortación apostólica postsinodal Amoris Laetitia tan sólo dedicó a esa problemática uno de sus nueve capítulos.

El papa Francisco contra la guerra mundial a pedazos Se necesita “encuentro entre personas concretas y reconciliación entre los pueblos”, afirma el Pontífice en un mensaje al movimiento Pax Christi


Pope Francis during his weekly general audience Wednesday


El papa Francisco contra la “guerra mundial a pedazos” sostiene que se necesita “trabajar por una paz verdadera” a través “del encuentro entre personas concretas y la reconciliación entre los pueblos y grupos que se afronta desde posiciones ideológicas opuestas”.
El Pontífice envió este lunes 11 de abril un mensaje a los participantes de la Conferencia organizada por Pax Christi y el dicasterio vaticano de Justicia y paz que se celebra en Roma sobre el tema La no violencia y la paz justa: contribuir a la comprensión católica y el compromiso con la no violencia.
Así, pidió trabajar por la paz y “comprometerse para alcanzar esa justicia de la que las personas, las familias, los pueblos y las naciones sienten tener derecho, en el plano social, político y económico para cumplir su parte en el mundo”, expresó.
La pena de muerte 
En el contexto del Jubileo, el Obispo de Roma lanzó nuevamente la petición que ya ha hecho a los responsables de los Estados en la bula del año de la Misericordia: la abolición de la pena de muerte o una amnistía y la cancelación o la gestión sostenible de la deuda internacional de los Estados más pobres.
Bergoglio recordó que “el objetivo final y más digno de la persona y de la comunidad es acabar con la guerra” y con todo aquello que dañe la dignidad de las personas y sus comunidades.
La indiferencia construye muros
En este sentido, invitó a los cristianos a condenar la construcción del “muro de la indiferencia” y trabajar para que no haya más “exclusión” en el concierto de las naciones y de los pueblos.
Igualmente, el Papa exhortó al desarme total “creando puentes, combatiendo el miedo y llevando adelante el diálogo sincero y verdaderamente arduo”.
El Papa fue concreto en su mensaje al constatar que en la realidad el “conflicto no puede ser ignorado o disimulado”.
En efecto, sólo “aceptando el conflicto, se puede resolver y transformar” en conexión con un nuevo proceso para buscar la paz.
La familia de las naciones contra la guerra y los conflictos 
El principio cristiano de la fraternidad también estuvo presente en el discurso: “Sabemos que solamente considerando a nuestros iguales como hermanos podremos superar guerras y conflictos”. Y llamó a la comunidad internacional la “familia de las naciones”.
Asimismo, insistió en su llamamiento a los jefes de los Estados para que renueven “sus relaciones con los otros pueblos, permitiendo a todos una participación efectiva e inclusión a la vida de la comunidad internacional, para que se realice la fraternidad también dentro de la familia de las naciones”.
La misericordia antídoto contra la guerra 
El Papa reafirmó el mensaje del Año Santo de la misericordia “que encuentra en la solidaridad su expresión, por así decir, política, ya que la solidaridad constituye la actitud moral y social que responde mejor a la toma de conciencia de las plagas de nuestro tiempo y de la interdependencia entre la vida del individuo y de la comunidad familiar, local y global”.
El Papa contra los traficantes de armas 
En otras ocasiones, el Papa ha denunciado el negocio de los “traficantes de armas”. “Quieren sangre, no la paz, quieren la guerra y no la fraternidad”, dijo en una ceremonia en Castelnovo di Porto el pasado Viernes Santo, al referirse a los ataques en Bruselas que dejaron 31 muertos y al menos 300 heridos.
La tradicional bendición Urbi et Orbi (a la ciudad y al mundo) del domingo de Pascua también fue un momento para repasar los conflicto que se viven en la actualidad y la tercera guerra mundial a pedazos.
Francisco recordó los conflictos que se viven en Ucrania, Burundi, y Oriente Medio, especialmente en Irak, Yemen y Libia, además ofreció su “cercanía a las víctimas del terrorismo, esa forma ciega y brutal de violencia que no cesa de derramar sangre inocente en diferentes partes del mundo.
Y luego de repasar la geopolítica del terror sostuvo: “Dios ha vencido el egoísmo y la muerte con las armas del amor”, sentenció.

Jueves de la cuarta semana de Pascua

Libro de los Hechos de los Apóstoles 13,13-25. 
Desde Pafos, donde se embarcaron, Pablo y sus compañeros llegaron a Perge de Panfilia. Juan se separó y volvió a Jerusalén,
pero ellos continuaron su viaje, y de Perge fueron a Antioquía de Pisidia. El sábado entraron en la sinagoga y se sentaron.
Después de la lectura de la Ley y de los Profetas, los jefes de la sinagoga les mandaron a decir: "Hermanos, si tienen que dirigir al pueblo alguna exhortación, pueden hablar".
Entonces Pablo se levantó y, pidiendo silencio con un gesto, dijo: "Escúchenme, israelitas y todos los que temen a Dios.
El Dios de este Pueblo, el Dios de Israel, eligió a nuestros padres y los convirtió en un gran Pueblo, cuando todavía vivían como extranjeros en Egipto. Luego, con el poder de su brazo, los hizo salir de allí
y los cuidó durante cuarenta años en el desierto.
Después, en el país de Canaán, destruyó a siete naciones y les dio en posesión sus tierras,
al cabo de unos cuatrocientos cincuenta años. A continuación, les dio Jueces hasta el profeta Samuel.
Pero ellos pidieron un rey y Dios les dio a Saúl, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín, por espacio de cuarenta años.
Y cuando Dios desechó a Saúl, les suscitó como rey a David, de quien dio este testimonio: He encontrado en David, el hijo de Jesé, a un hombre conforme a mi corazón que cumplirá siempre mi voluntad.
De la descendencia de David, como lo había prometido, Dios hizo surgir para Israel un Salvador, que es Jesús.
Como preparación a su venida, Juan había predicado un bautismo de penitencia a todo el pueblo de Israel.
Y al final de su carrera, Juan decía: 'Yo no soy el que ustedes creen, pero sepan que después de mí viene aquel a quien yo no soy digno de desatar las sandalias'.



Salmo 89(88),2-3.21-22.25.27. 
Cantaré eternamente el amor del Señor,
proclamaré tu fidelidad por todas las generaciones.
Porque tú has dicho:
«Mi amor se mantendrá eternamente,

mi fidelidad está afianzada en el cielo.»
«Encontré a David, mi servidor,
y lo ungí con el óleo sagrado,
para que mi mano esté siempre con él

y mi brazo lo haga poderoso.»
Mi fidelidad y mi amor lo acompañarán,
su poder crecerá a causa de mi Nombre:
El me dirá: «Tú eres mi padre,

mi Dios, mi Roca salvadora.»



Evangelio según San Juan 13,16-20. 
Después de haber lavado los pies a los discípulos, Jesús les dijo:
"Les aseguro que el servidor no es más grande que su señor, ni el enviado más grande que el que lo envía.
Ustedes serán felices si, sabiendo estas cosas, las practican.
No lo digo por todos ustedes; yo conozco a los que he elegido. Pero es necesario que se cumpla la Escritura que dice: El que comparte mi pan se volvió contra mí.
Les digo esto desde ahora, antes que suceda, para que cuando suceda, crean que Yo Soy.
Les aseguro que el que reciba al que yo envíe, me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me envió".



Leer el comentario del Evangelio por : Santa Teresa del Niño Jesús  
“Recibir al que yo envío, es recibirme a mí; y recibirme a mí, es recibir al que me ha enviado”