sábado, 29 de febrero de 2020

Lecturas del Sábado después de Ceniza

Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (58,9b-14):

ESTO dice el Señor:
«Cuando alejes de ti la opresión,
el dedo acusador y la calumnia,
cuando ofrezcas al hambriento de lo tuyo
y sacies al alma afligida,
brillará tu luz en las tinieblas,
tu oscuridad como el mediodía.
El Señor te guiará siempre,
hartará tu alma en tierra abrasada,
dará vigor a tus huesos.
Serás un huerto bien regado,
un manantial de aguas que no engañan.
Tu gente reconstruirá las ruinas antiguas,
volverás a levantar los cimientos de otros tiempos;
te llamarán “reparador de brechas”,
“restaurador de senderos”,
para hacer habitable el país.
Si detienes tus pasos el sábado,
para no hacer negocios en mi día santo,
y llamas al sábado “mi delicia”
y lo consagras a la gloria del Señor;
si lo honras, evitando viajes,
dejando de hacer tus negocios y de discutir tus asuntos,
entonces encontrarás tu delicia en el Señor.
Te conduciré sobre las alturas del país
y gozarás del patrimonio de Jacob, tu padre.
Ha hablado la boca del Señor».

Palabra de Dios

Salmo

Sal 85,1-2.3-4.5-6

R/. Enséñame, Señor, tu camino, 
para que siga tu verdad

V/. Inclina tu oído, Señor, escúchame,
que soy un pobre desamparado;
protege mi vida, que soy un fiel tuyo;
salva, Dios mío, a tu siervo, que confía en ti. R/.

V/. Piedad de mí, Señor,
que a ti te estoy llamando todo el día;
alegra el alma de tu siervo,
pues levanto mi alma hacia ti, Señor. R/.

V/. Porque tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico en misericordia con los que te invocan.
Señor, escucha mi oración,
atiende a la voz de mi súplica. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (5,27-32):

EN aquel tiempo, vio Jesús a un publicano llamado Leví, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:
«Sígueme».
Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. Leví ofreció en su honor un gran banquete en su casa, y estaban a la mesa con ellos un gran número de publicanos y otros. Y murmuraban los fariseos y sus escribas diciendo a los discípulos de Jesús:
«¿Cómo es que coméis y bebéis con publicanos y pecadores?»
Jesús les respondió:
«No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan».

Palabra del Señor

viernes, 28 de febrero de 2020

¿Qué son y para qué sirven los sacramentales en la vida cristiana? Conoce algunos de ellos


La bloguera católica Jenny Uebbing escribió un artículo en el que explica el sentido y el uso de los llamados sacramentales en la vida cotidiana del cristiano.
En el blog “Mama needs coffee” de CNA -agencia en inglés del Grupo ACI- Uebbing explica que la palabra “sacramental” es “utilizada por la teología para designar aquellos artículos aparentemente normales a los que tenemos acceso durante nuestra batalla contra el mal a lo largo de nuestra vida”.
Según el Catecismo, los sacramentales “son signos sagrados creados según el modelo de los sacramentos, por medio de los cuales se significan efectos, sobre todo de carácter espiritual, obtenidos por la intercesión de la Iglesia”.
“Por ellos, los hombres se disponen a recibir el efecto principal de los sacramentos y se santifican las diversas circunstancias de la vida”.
Uebbing explicó que “si bien la fe de la Iglesia impregna en estos elementos comunes (agua, sal, cruces, iconos, medallas, etc.) una bendición que es eficaz en sí misma, esta solo se concreta plenamente cuando se combina con la fe personal y una vida recta y ordenada”.
Haciendo referencia al Evangelio de San Juan sobre el pasaje de Jesús en el que aplica barro en los ojos a un hombre para que recupere la vista, Uebbing indicó que este milagro “no ocurrió por una superstición o por cualidades inherentes de la materia, sino por una reacción primordial entre la gracia de Cristo y la fe del hombre”.
Aquí algunos ejemplos de sacramentales propuestos por la bloguera católica:
1. Crucifijos
Uebbing aseguró que “con un crucifijo en cada habitación, se tiene un poderoso recordatorio para todos los que viven, trabajan y duermen bajo el mismo techo, de que es a Cristo a quien le pertenece el hogar”.
“No, el crucifijo no es Jesús, sino que es su imagen, representada con amor y destacada prominentemente”, precisó.  
2. Agua bendita
La bloguera detalló que “cada parroquia debe tener (la mayoría lo hacen) una fuente de agua bendita por cada puerta y una fuente principal para el bautismo”.
“Mantenemos agua bendita en nuestra casa en todo momento, y lo usamos todos los días para bendecir a nuestros hijos, sus habitaciones y nuestra casa, sobre todo si alguien está enfermo o tuvo un mal sueño, o después de una gran fiesta o cuando muchas personas han estado entrado y salido”.
Jenny aseguró que “vivimos en una falsa dicotomía entre lo espiritual y el mundo material en este siglo, sin embargo, el Dios que viene a nosotros en una oblea de pan no duda en conferir la gracia sacramental a través del agua”.
3. Sal bendita
La autora manifestó que la sal es buena “para bendecir las puertas y rociar a lo largo del perímetro de la casa como una barrera entre la familia y el mundo”.
Señaló que esto también es “un acto de fe el reclamar la tierra, la habitación y todo espacio” para Cristo.
4. Medallas
“Tanto la Medalla Milagrosa o el escapulario son poderosos devocionales a la Virgen, y la Iglesia enseña que, usado con fe y en concordancia con una vida de virtud, llevará promesas poderosas unidos a ellos”, detalló.
Finalmente, Jenny Uebbing aseguró que “María intercederá por nosotros particularmente en el momento de la muerte. Puesto que Jesús no negará su querida madre todo lo que ella pide”.

Por esto los católicos no comen carne en Cuaresma


¿Por qué carne no y pescado sí? ¿No son todos animales? En otras palabras, ¿es coherente hacer abstinencia disfrutando de una lujosa langosta pero no comerse un humilde muslo de pollo? 

Uno sabe que está en una ciudad católica cuando, solo durante la Cuaresma, los restaurantes anuncian un artículo en su menú: ¡pescado! Incluso he notado cómo las principales cadenas de comida rápida señalan en sus menús la fecha del Miércoles de Ceniza. De repente todos se preocupan por los tiempos litúrgicos de la Iglesia.
Entonces, ¿por qué la Iglesia instruye a los católicos a abstenerse de comer carne los viernes (así como el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo), pero acepta que coman pescado? ¡No tiene sentido en los tiempos actuales!
Primero, hagámonos una pregunta, “¿por qué el viernes?” Los obispos norteamericanos lo explican así:
Los pueblos católicos desde tiempos inmemoriales han apartado el viernes para una observancia especial penitencial, por la cual voluntariamente sufren con Cristo para que algún día puedan ser glorificados con él. Este es el corazón de la tradición de abstinencia de la carne el viernes, y esa tradición se ha observado en la santa Iglesia católica.
Dado que Jesucristo sufrió y murió en la cruz un viernes, los cristianos desde el principio han dedicado ese día para unir sus sufrimientos a Jesús.
Esto llevó a la Iglesia a reconocer cada viernes como un “Viernes Santo” en el que los cristianos pueden recordar la pasión de Cristo al ofrecer un tipo específico de penitencia.
Durante gran parte de la historia de la Iglesia, la carne se consideraba como un sacrificio digno, debido a su asociación con fiestas y celebraciones.
En la mayoría de las culturas antiguas, la carne se consideraba un manjar y el “ternero engordado” no se sacrificaba a menos que hubiera algo que celebrar.
Dado que los viernes se pensaban como un día de penitencia y mortificación, comer carne un viernes para “celebrar” la muerte de Cristo no parecía correcto.
Pero ¿por qué el pescado no se considera “carne”?
Las leyes de la Iglesia han siempre hablado de la abstinencia de los “animales terrestres“.
Las leyes de abstinencia consideran que la carne solo proviene de animales como gallinas, vacas, ovejas o cerdos, todos los cuales viven en la tierra. Las aves también se consideran carne.
Los peces, por otro lado, no están en esa clasificación. Se permiten especies de sal y agua dulce de peces, anfibios, reptiles (animales de sangre fría) y mariscos.
En latín, la palabra que se usa para describir qué tipo de “carne” no está permitida los viernes es carnis, y se relaciona específicamente con “carne animal” y nunca incluyó pescado como parte de la definición. Además, el pescado en estas culturas no se consideraba una comida “de celebración” y comerlo era una penitencia.
Nuestra cultura actual es muy diferente, ya que la carne generalmente se considera la opción más barata en el menú y ya no tiene la conexión cultural con las celebraciones.
Es por esto que muchas personas están confundidas acerca de estas normas, especialmente aquellos a los que les encanta comer pescado y no lo consideran una penitencia.
Al final, la intención de la Iglesia es animar a los fieles a ofrecer un sacrificio a Dios que viene del corazón y que une el sufrimiento de uno al de Cristo en la cruz.
La abstinencia de carne es un signo externo, pero lo importante es la intención con la que se hizo la norma de la abstinencia. Por ejemplo, no tiene sentido cenar langosta todos los viernes de Cuaresma.
El objetivo principal es hacer un sacrificio que acerque a una persona a Cristo, quien por amor a nosotros hizo el sacrificio máximo que una persona puede hacer.

Lecturas del Viernes después de Ceniza

Primera lectura

Lectura del libro de lsaías (58,1-9a):

ESTO dice el Señor Dios:
«Grita a pleno pulmón, no te contengas;
alza la voz como una trompeta,
denuncia a mi pueblo sus delitos,
a la casa de Jacob sus pecados.
Consultan mi oráculo a diario,
desean conocer mi voluntad.
Como si fuera un pueblo que practica la justicia
y no descuida el mandato de su Dios,
me piden sentencias justas,
quieren acercarse a Dios.
“¿Para qué ayunar, si no haces caso;
mortificarnos, si no te enteras?”
En realidad, el día de ayuno hacéis vuestros negocios
y apremiáis a vuestros servidores;
ayunáis para querellas y litigios,
y herís con furibundos puñetazos.
No ayunéis de este modo,
si queréis que se oiga vuestra voz en el cielo.
¿Es ese el ayuno que deseo en el día de la penitencia:
inclinar la cabeza como un junco,
acostarse sobre saco y ceniza?
¿A eso llamáis ayuno,
día agradable al Señor?
Este es el ayuno que yo quiero:
soltar las cadenas injustas,
desatar las correas del yugo,
liberar a los oprimidos,
quebrar todos los yugos,
partir tu pan con el hambriento,
hospedar a los pobres sin techo,
cubrir a quien ves desnudo
y no desentenderte de los tuyos.
Entonces surgirá tu luz como la aurora,
enseguida se curarán tus heridas,
ante ti marchará la justicia,
detrás de ti la gloria del Señor.
Entonces clamarás al Señor y te responderá;
pedirás ayuda y te dirá: “Aquí estoy”».

Palabra de Dios

Salmo

Sal 50,3-4.5-6a.18-19

R/.
 Un corazón quebrantado y humillado, 
tú, Dios mío, no lo desprecias


V/. Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.

V/. Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad en tu presencia. R/.

V/. Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
El sacrificio agradable a Dios
es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú, oh, Dios, tú no lo desprecias. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,14-15):

EN aquel tiempo, os discípulos de Juan se le acercan a Jesús, preguntándole:
«¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?».
Jesús les dijo:
«¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán».

Palabra del Señor

jueves, 27 de febrero de 2020

Lecturas del Jueves después de Ceniza

Primera lectura

Lectura del libro del Deuteronomio (30,15-20):

MOISÉS habló al pueblo, diciendo:
«Mira: hoy pongo delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal. Pues yo te mando hoy amar al Señor, tu Dios, seguir sus caminos, observar sus preceptos, mandatos y decretos, y así vivirás y crecerás y el Señor, tu Dios, te bendecirá en la tierra donde vas a entrar para poseerla.
Pero, si tu corazón se aparta y no escuchas, si te dejas arrastrar y te postras ante otros dioses y les sirves, yo os declaro hoy que moriréis sin remedio; no duraréis mucho en la tierra adonde tú vas a entrar para tomarla en posesión una vez pasado el Jordán.
Hoy cito como testigos contra vosotros al cielo y a la tierra. Pongo delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Elige la vida, para que viváis tú y tu descendencia, amando al Señor, tu Dios, escuchando su voz, adhiriéndote a él, pues él es tu vida y tus muchos años en la tierra que juró dar a tus padres, Abrahán, Isaac y Jacob».

Palabra de Dios

Salmo

Sal 1

R/.
 Dichoso el hombre 
que ha puesto su confianza en el Señor


V/. Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. R/.

V/. Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R/.

V/. No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,22-25):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».
Entonces decía a todos:
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se arruina a sí mismo?».

Palabra del Señor

miércoles, 26 de febrero de 2020

Texto completo del mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2020


Queridos hermanos y hermanas:
El Señor nos vuelve a conceder este año un tiempo propicio para prepararnos a celebrar con el corazón renovado el gran Misterio de la muerte y resurrección de Jesús, fundamento de la vida cristiana personal y comunitaria. Debemos volver continuamente a este Misterio, con la mente y con el corazón. De hecho, este Misterio no deja de crecer en nosotros en la medida en que nos dejamos involucrar por su dinamismo espiritual y lo abrazamos, respondiendo de modo libre y generoso.
1-. El Misterio pascual, fundamento de la conversión
La alegría del cristiano brota de la escucha y de la aceptación de la Buena Noticia de la muerte y resurrección de Jesús: el kerygma. En este se resume el Misterio de un amor «tan real, tan verdadero, tan concreto, que nos ofrece una relación llena de diálogo sincero y fecundo» (Exhort. ap. Christus vivit, 117).
Quien cree en este anuncio rechaza la mentira de pensar que somos nosotros quienes damos origen a nuestra vida, mientras que en realidad nace del amor de Dios Padre, de su voluntad de dar la vida en abundancia (cf. Jn 10,10). En cambio, si preferimos escuchar la voz persuasiva del «padre de la mentira» (cf. Jn 8,45) corremos el riesgo de hundirnos en el abismo del sinsentido, experimentando el infierno ya aquí en la tierra, como lamentablemente nos testimonian muchos hechos dramáticos de la experiencia humana personal y colectiva.
Por eso, en esta Cuaresma 2020 quisiera dirigir a todos y cada uno de los cristianos lo que ya escribí a los jóvenes en la Exhortación apostólica Christus vivit: «Mira los brazos abiertos de Cristo crucificado, déjate salvar una y otra vez. Y cuando te acerques a confesar tus pecados, cree firmemente en su misericordia que te libera de la culpa. Contempla su sangre derramada con tanto cariño y déjate purificar por ella. Así podrás renacer, una y otra vez» (n. 123). La Pascua de Jesús no es un acontecimiento del pasado: por el poder del Espíritu Santo es siempre actual y nos permite mirar y tocar con fe la carne de Cristo en tantas personas que sufren.
2-. Urgencia de conversión
Es saludable contemplar más a fondo el Misterio pascual, por el que hemos recibido la misericordia de Dios. La experiencia de la misericordia, efectivamente, es posible solo en un «cara a cara» con el Señor crucificado y resucitado «que me amó y se entregó por mí» (Ga 2,20). Un diálogo de corazón a corazón, de amigo a amigo. Por eso la oración es tan importante en el tiempo cuaresmal. Más que un deber, nos muestra la necesidad de corresponder al amor de Dios, que siempre nos precede y nos sostiene.
De hecho, el cristiano reza con la conciencia de ser amado sin merecerlo. La oración puede asumir formas distintas, pero lo que verdaderamente cuenta a los ojos de Dios es que penetre dentro de nosotros, hasta llegar a tocar la dureza de nuestro corazón, para convertirlo cada vez más al Señor y a su voluntad.
Así pues, en este tiempo favorable, dejémonos guiar como Israel en el desierto (cf. Os 2,16), a fin de poder escuchar finalmente la voz de nuestro Esposo, para que resuene en nosotros con mayor profundidad y disponibilidad. Cuanto más nos dejemos fascinar por su Palabra, más lograremos experimentar su misericordia gratuita hacia nosotros. No dejemos pasar en vano este tiempo de gracia, con la ilusión presuntuosa de que somos nosotros los que decidimos el tiempo y el modo de nuestra conversión a Él.
3-. La apasionada voluntad de Dios de dialogar con sus hijos
El hecho de que el Señor nos ofrezca una vez más un tiempo favorable para nuestra conversión nunca debemos darlo por supuesto. Esta nueva oportunidad debería suscitar en nosotros un sentido de reconocimiento y sacudir nuestra modorra. A pesar de la presencia –a veces dramática– del mal en nuestra vida, al igual que en la vida de la Iglesia y del mundo, este espacio que se nos ofrece para un cambio de rumbo manifiesta la voluntad tenaz de Dios de no interrumpir el diálogo de salvación con nosotros. En Jesús crucificado, a quien «Dios hizo pecado en favor nuestro» (2 Co 5,21), ha llegado esta voluntad hasta el punto de hacer recaer sobre su Hijo todos nuestros pecados, hasta «poner a Dios contra Dios», como dijo el papa Benedicto XVI (Enc. Deus caritas est, 12). En efecto, Dios ama también a sus enemigos (cf. Mt 5,43-48).
El diálogo que Dios quiere entablar con todo hombre, mediante el Misterio pascual de su Hijo, no es como el que se atribuye a los atenienses, los cuales «no se ocupaban en otra cosa que en decir o en oír la última novedad» (Hch 17,21). Este tipo de charlatanería, dictado por una curiosidad vacía y superficial, caracteriza la mundanidad de todos los tiempos, y en nuestros días puede insinuarse también en un uso engañoso de los medios de comunicación.
4-. Una riqueza para compartir, no para acumular solo para sí mismo
Poner el Misterio pascual en el centro de la vida significa sentir compasión por las llagas de Cristo crucificado presentes en las numerosas víctimas inocentes de las guerras, de los abusos contra la vida tanto del no nacido como del anciano, de las múltiples formas de violencia, de los desastres medioambientales, de la distribución injusta de los bienes de la tierra, de la trata de personas en todas sus formas y de la sed desenfrenada de ganancias, que es una forma de idolatría.
Hoy sigue siendo importante recordar a los hombres y mujeres de buena voluntad que deben compartir sus bienes con los más necesitados mediante la limosna, como forma de participación personal en la construcción de un mundo más justo. Compartir con caridad hace al hombre más humano, mientras que acumular conlleva el riesgo de que se embrutezca, ya que se cierra en su propio egoísmo. Podemos y debemos ir incluso más allá, considerando las dimensiones estructurales de la economía. Por este motivo, en la Cuaresma de 2020, del 26 al 28 de marzo, he convocado en Asís a los jóvenes economistas, empresarios y change-makers, con el objetivo de contribuir a diseñar una economía más justa e inclusiva que la actual. Como ha repetido muchas veces el magisterio de la Iglesia, la política es una forma eminente de caridad (cf. PÍO XI, Discurso a la FUCI, 18 diciembre 1927). También lo será el ocuparse de la economía con este mismo espíritu evangélico, que es el espíritu de las Bienaventuranzas.
Invoco la intercesión de la Bienaventurada Virgen María sobre la próxima Cuaresma, para que escuchemos el llamado a dejarnos reconciliar con Dios, fijemos la mirada del corazón en el Misterio pascual y nos convirtamos a un diálogo abierto y sincero con el Señor. De este modo podremos ser lo que Cristo dice de sus discípulos: sal de la tierra y luz del mundo (cf. Mt 5,13-14).
Francisco
Roma, junto a San Juan de Letrán, 7 de octubre de 2019 Memoria de Nuestra Señora, la Virgen del Rosario
Fecha de Publicación: 24 de Febrero de 2020

Lo que debes saber sobre el Miércoles de Ceniza





Al inicio de la Cuaresma, que sirve de preparación para la Pascua y que comienza este miércoles 26 de febrero, recordamos algunas cosas esenciales que todo católico debe saber para poder vivir intensamente este tiempo litúrgico.
1. Es el primer día de la Cuaresma
Con el Miércoles de Ceniza inician los 40 días en los que la Iglesia llama a los fieles a la conversión y a prepararse verdaderamente para vivir los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en la Semana Santa.
El Miércoles de Ceniza es una celebración contenida en el Misal Romano. Este explica que en la Misa se bendice e impone en la frente de los fieles la ceniza hecha de las palmas bendecidas en el Domingo de Ramos del año anterior.
2. La imposición de las cenizas surge en los primeros siglos del cristianismo
La tradición de imponer la ceniza se remonta a la Iglesia primitiva. Por aquel entonces las personas se colocaban la ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad con un “hábito penitencial” para recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo.
La Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos casi 400 años D.C. y a partir del siglo XI, la Iglesia en Roma impone las cenizas al inicio de este tiempo.
3. La ceniza recuerda la necesidad de la misericordia de Dios
La ceniza es un símbolo. Su función está descrita en un importante documento de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, más precisamente en el artículo 125 del "Directorio sobre la piedad popular y la liturgia":
“El comienzo de los cuarenta días de penitencia, en el Rito romano, se caracteriza por el austero símbolo de las cenizas, que distingue la Liturgia del Miércoles de Ceniza. Propio de los antiguos ritos con los que los pecadores convertidos se sometían a la penitencia canónica, el gesto de cubrirse con ceniza tiene el sentido de reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios. Lejos de ser un gesto puramente exterior, la Iglesia lo ha conservado como signo de la actitud del corazón penitente que cada bautizado está llamado a asumir en el itinerario cuaresmal. Se debe ayudar a los fieles, que acuden en gran número a recibir la Ceniza, a que capten el significado interior que tiene este gesto, que abre a la conversión y al esfuerzo de la renovación pascual”.
4. Las cenizas tienen varios significados
La palabra ceniza, que proviene del latín "cinis", representa el producto de la combustión de algo por el fuego. Esta adoptó tempranamente un sentido simbólico de muerte, caducidad, pero también de humildad y penitencia.
La ceniza, como signo de humildad, le recuerda al cristiano su origen y su fin: "Dios formó al hombre con polvo de la tierra" (Gn 2,7); "hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste hecho" (Gn 3,19).
5. Las cenizas se producen de las palmas del Domingo de Ramos
Para la ceremonia se deben quemar los restos de las palmas bendecidas el Domingo de Ramos del año anterior. Estas son rociadas con agua bendita y luego aromatizadas con incienso.
6. Las cenizas se imponen en la frente al término de la homilía
Este acto tiene lugar en la Misa al término de la homilía y está permitido que los laicos ayuden al sacerdote. Las cenizas son impuestas en la frente, haciendo la señal de la cruz con ellas mientras el ministro dice las palabras bíblicas: «Acuérdate que eres polvo y en polvo te convertirás», o «Conviértete y cree en el Evangelio».
Luego, quien recibe las cenizas debe retirarse en silencio meditando la frase o invitación que la acaban de hacer.
7. Las cenizas también pueden imponerse sin Misa
Cuando no hay sacerdote la imposición de cenizas puede realizarse sin Misa, de forma extraordinaria. Sin embargo, es recomendable que al acto se preceda con una liturgia de la palabra.
Es importante recordar que la bendición de las cenizas, como todo sacramental, solo puede realizarla un sacerdote o diácono.
8. Las cenizas pueden ser recibidas por no católicos
Puede recibir este sacramental cualquier persona, inclusive no católica. Como especifica el Catecismo (1670 y siguientes) los sacramentales no confieren la gracia del Espíritu Santo como sí lo hacen los sacramentos, pero por la oración de la Iglesia estos «preparan a recibirla y disponen a cooperar con ella».
9. No es obligatorio recibir las cenizas
El Miércoles de Ceniza no es día de precepto y por lo tanto la imposición de ceniza no es obligatoria. No obstante, ese día concurre una gran cantidad de personas a la Santa Misa, algo que siempre es recomendable.
10. No existe tiempo exacto para llevar las cenizas en la frente
Cuanto uno desee. No existe un tiempo determinado.
11. En Miércoles de Ceniza es obligatorio el ayuno y la abstinencia 
El Miércoles de Ceniza es obligatorio el ayuno y la abstinencia, como en el Viernes Santo, para los mayores de 18 años y menores de 60. Fuera de esos límites es opcional. Ese día los fieles pueden tener una comida “fuerte” una sola vez al día.
La abstinencia de comer carne es obligatoria desde los 14 años. Todos los viernes de Cuaresma también son de abstinencia obligatoria. Los demás viernes del año también, aunque según el país puede sustituirse por otro tipo de mortificación u ofrecimiento como el rezo del rosario.

40 resoluciones concretas para vivir una santa Cuaresma

Foto referencial. Crédito: Pixabay.

Sherry Antonetti es autora de “The Book of Helen” (El libro de Helen) y escribió 40 resoluciones concretas que se pueden aplicar en la vida cotidiana durante esta Cuaresma para vivir este tiempo santamente.
“Con la Cuaresma ya iniciada, aquí hay algunas ideas sobre cómo empezar nuestro recorrido espiritual en el desierto de preparación para la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor”, escribe Antonetti en su blog publicado en el National Catholic Register.
1.- Ve a Misa dos veces por semana
2.- Deja de tomar café.
3.- Sirve como voluntario en algún comedor u hospital algunas horas a la semana.
4.- No uses tarjetas de crédito.
5.- Reza el Rosario diariamente.
6.- Lee la lectura bíblica del día en la cena con la familia.
7.- Ayuna de comida chatarra.
8.- Reza una novena o una devoción particular.
9.- Adora el Santísimo una hora más del tiempo habitual.
10.- Lee en Misa o servir como acomodador, o llevar la Santa Comunión a los enfermos.

11.- Escribe a tus amigos sobre tu fe.
12.- Haz ejercicio en el gimnasio o al aire libre como un ofrecimiento.
13.- Abstente de alguna actividad favorita como Facebook o Twitter, o del teléfono celular por completo.
14.- Abstente de comentarios desagradables, maliciosos o sarcásticos incluso en la mente.
15.- Dile “te amo” diariamente a tu familia.
16.- Haz y ofrecer la tarea que más te desagrade, pero hazlo con el corazón alegre.
17.- Confiésate y haz examen de conciencia diariamente.
18.- Aprende más sobre el Catecismo o la historia de la Iglesia.
19.- Dona a la caridad un monto igual al que uses en tus gastos adicionales (no esenciales).
20.- Descarta las pantallas de televisión o que sirven para entretenimiento.
21.- No uses el teléfono celular o la computadora cuando no estés en el trabajo.

22.- Visita a los enfermos, los ancianos y los presos.
23.- Reza diariamente por las almas del Purgatorio.
24.- Busca la reconciliación con familiares y amigos alejados.
25.- Deja de malgastar el tiempo navegando en Internet, de compras, en la televisión, en el teléfono, etc.
26.- No comas carne durante toda la Cuaresma
27.- Invita a otros a ir a Misa contigo.
28.- Los juguetes y la ropa en buen estado que no uses, dónalos a la caridad.
29.- Consuela a quienes sufren el duelo con comida, tu presencia y tu oración.
30.- Ayuda a la caridad católica o a una orden religiosa.

31.- Regala Misas como obsequios para el año.
32.- Defiende la vida protestando contra la pena de muerte, el aborto, escribiendo cartas o participando en vigilias de oración.
33.- Acoge a familias en la cena de los viernes y habla sobre tu fe.
34.- Canta con fuerte voz en Misa, con alegría y reverencia.
35.- Ayuda en la catequesis de tu parroquia. Conviértete en un testigo de la fe.
36.- Involúcrate más en tu parroquia y diócesis. Mira dónde hace falta ayuda y conviértete en esa ayuda.
37.- Abandona cualquier hábito poco saludable que te impide acercarte a Cristo.
38.- Dedica tiempo a descubrir la fe de un santo leyendo sus escritos.
39.- Pide a Dios las gracias que no posees, hazlo diariamente.
40.- Dale gracias a Dios, todos los días, por Su Hijo.

Lecturas del Miércoles de Ceniza

Primera lectura

Lectura de la profecía de Joel (2,12-18):

AHORA —oráculo del Señor—,,
convertíos a mí de todo corazón,
con ayunos, llantos y lamentos;
rasgad vuestros corazones, no vuestros vestidos,
y convertíos al Señor vuestro Dios,
un Dios compasivo y misericordioso,
lento a la cólera y rico en amor,
que se arrepiente del castigo.
¡Quién sabe si cambiará y se arrepentirá
dejando tras de sí la bendición,
ofrenda y libación
para el Señor, vuestro Dios!
Tocad la trompeta en Sion,
proclamad un ayuno santo,
convocad a la asamblea,
reunid a la gente,
santificad a la comunidad,
llamad a los ancianos;
congregad a los muchachos
y a los niños de pecho;
salga el esposo de la alcoba
y la esposa del tálamo.
Entre el atrio y el altar
lloren los sacerdotes,
servidores del Señor,
y digan:
«Ten compasión de tu pueblo, Señor;
no entregues tu heredad al oprobio
ni a las burlas de los pueblos».
¿Por qué van a decir las gentes:
«Dónde está su Dios»?
Entonces se encendió
el celo de Dios por su tierra
y perdonó a su pueblo.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 50,3-4.5-6a.12-13.14.17

R/. Misericordia, Señor: hemos pecado

V/. Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.

V/. Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad en tu presencia. R/.

V/. Oh, Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.

V/. Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza. R/.

Segunda lectura

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (5,20–6,2):

HERMANOS:
Actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios.
Al que no conocía el pecado, lo hizo pecado en favor nuestro, para que nosotros llegáramos a ser justicia de Dios en él.
Y como cooperadores suyos, os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios. Pues dice:
«En el tiempo favorable te escuché,
en el día de la salvación te ayudé».
Pues mirad: ahora es el tiempo favorable, ahora es el día de la salvación.

Palabra de Dios

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,1-6.16-18):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial.
Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará.
Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».

Palabra del Señor

martes, 25 de febrero de 2020

¿Qué relación existe entre los carnavales y la Cuaresma?, este sacerdote lo explica

Imagen referencial. Crédito: Pixabay.

Los carnavales, celebrados días previos a la Cuaresma, tienen una fuerte relación con este tiempo de preparación. El Vicario de la parroquia Señor de la Paz en Lima (Perú), P. Marco Clavijo, nos explica el origen de estos festejos y cómo vivir bien esta alegría, acercando el corazón y el alma para el Miércoles de Ceniza.
Alrededor del mundo, diferentes carnavales se celebran entre los últimos tres días previos a Cuaresma, siendo los más conocidos los que tienen lugar en Venecia (Italia) y en Brasil. 
El P. Marco señaló a ACI Prensa que este tiempo nace en los primeros siglos, donde los católicos buscaban cambiar las fiestas paganas por otras que tuvieran relación con Jesús y la Iglesia.
El sacerdote indicó que frente a la concepción errónea que algunas personas tienen sobre la Cuaresma, que ven en el ayuno, la limosna, la penitencia y el arrepentimiento algo tedioso, los carnavales son una manera de resaltar la alegría “con la que se tiene que entrar al tiempo de Cuaresma”.
“Para que la gente no pensase mal del tiempo de Cuaresma, ‘ay qué tiempo tan feo, que tiempo tan aburrido’, los carnavales significan justamente esa alegría con la que el pueblo fiel tiene que entrar al tiempo de Cuaresma, para que no lo identifique como un tiempo en el que hay que estar tristes, un tiempo en el que tengo que pasármela llorando todo el tiempo”, indicó. 
Sin embargo, estas celebraciones han cambiado a lo largo del tiempo y actualmente se ha perdido el trasfondo católico, convirtiéndose en una fiesta que en medio de disfraces, danzas y desfiles, también ocurren muchos excesos entre los participantes, producto del alto consumo de alcohol y drogas.
Por ello, el P. Marco señaló que este tiempo, celebrado de manera correcta y enfocada en Dios, es un signo de vivir la Cuaresma con “la bendición, la alegría, la paz que Jesús nos quiere regalar en este tiempo de preparación, a la Semana Santa, al tiempo pascual”.
Los carnavales coinciden con la septuagésima, un periodo del calendario litúrgico del rito romano que comienza con el noveno domingo antes de Pascua, o el tercer domingo antes de la Cuaresma. 
Como detalla la Enciclopedia Católica, el nombre de este tiempo nace del periodo de ayuno que algunos cristianos comenzaban en Cuaresma, donde excluían los días jueves, sábados y domingos de la observancia.
El P. Marco señaló que estas fechas recuerdan que “el sufrimiento, cuando lo vivimos fuera de Dios, fuera de María, es una cosa insoportable, es un infierno en vida, pero cuando nos agarramos de Jesús y de María, las distintas dificultades, incluidas también los actos de penitencia” toman un sentido diferente.
El sacerdote hizo referencia a la frase de Santa Faustina Kowalska, “en cuanto empecé a amar el sufrimiento, dejó de ser sufrimiento para mí”, y comentó que tanto ella como todos los santos entendieron muy bien este aspecto.
“Las cosas que hacemos en la Iglesia no son una tortura, no son para aburrir a la gente que está muy contenta, al contrario, los carnavales resaltan la alegría con la que nosotros nos acercamos a Dios”, agregó. 
Finalmente, el sacerdote señaló que los fieles deben vivir de manera adecuada este tiempo, comenzando la Cuaresma preguntándose “cómo me siento realmente, con toda la sinceridad de sentimientos, si realmente estoy viviendo esa dicha con Jesús y María”.