jueves, 25 de enero de 2018

¿Qué significa la palabra ‘Eucaristía’?


La palabra tiene muchos niveles de significado

Una de las palabras más empleadas en el catolicismo es ‘Eucaristía’. Se escucha todos los domingos en misa y los católicos la pronuncian constantemente. ¿Qué significa?
El Catecismo de la Iglesia Católica ofrece una breve definición de la palabra.
La riqueza inagotable de este sacramento se expresa mediante los distintos nombres que se le da. Cada uno de estos nombres evoca alguno de sus aspectos. Se le llama:
Eucaristía porque es acción de gracias a Dios. Las palabras [griegas] eucharistein (Lc 22,19; 1 Co11,24) y eulogein (Mt 26,26; Mc 14,22) recuerdan las bendiciones judías que proclaman —sobre todo durante la comida— las obras de Dios: la creación, la redención y la santificación.(CIC 1328)
En la versión original en griego de los Evangelios, se documenta que Jesús empleó una palabra similar en la celebración de la Última Cena.
Y tomando una copa, dio gracias y dijo: “Tomen y compártanla entre ustedes” (…) Luego tomó el pan, dio gracias [εὐχαριστήσας – eucharistēsas], lo partió y lo dio a sus discípulos. (Lucas 22,17-19)
En esencia, la palabra ‘Eucaristía’ significa ‘acción de gracias’, pero en un contexto judío va dirigida específicamente a dar gracias a Dios.
En un principio la palabra fue adoptada para referirse a todo el sacramento de la Eucaristía, conocida más comúnmente como Misa, en la que los católicos celebran el acto salvífico de Dios en la cruz. Existe incluso un documento antiguo llamado Didaché que posiblemente se remonta al tiempo de los apóstoles y usa esta palabra en ese contexto.
En cuanto a la Eucaristía, así habéis de realizarla: 2. Primero sobre el Cáliz: “Te damos gracias, nuestro Padre, por la sagrada vid de David, tu siervo, la cual nos enseñaste por Jesús, tu Hijo y Siervo; A Ti la gloria en los siglos”.
Y sobre la partición (del pan): “Te damos gracias, nuestro Padre, por la vida y la ciencia que nos enseñaste por Jesús, tu Hijo y Siervo: A Ti la gloria (…)” Pero nadie coma ni beba de vuestra Eucaristía, sino únicamente los que están bautizados en el nombre del Señor.
Además de referirse a la celebración completa de la Eucaristía, la palabra también se usa incluso de manera más específica para referirse al pan y al vino que son transformados en el cuerpo y la sangre de Jesús.
En definitiva, la palabra ‘Eucaristía’ es polifacética, con muchas dimensiones diferentes que se remontan a la básica necesidad humana de dar gracias a Dios.

Fiesta de la Conversión de san Pablo, apóstol


Libro de los Hechos de los Apóstoles 22,3-16. 


"Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero me he criado en esta ciudad y he sido iniciado a los pies de Gamaliel en la estricta observancia de la Ley de nuestros padres. Estaba lleno de celo por Dios, como ustedes lo están ahora.
Perseguí a muerte a los que seguían este Camino, llevando encadenados a la prisión a hombres y mujeres;
el Sumo Sacerdote y el Consejo de los ancianos son testigos de esto. Ellos mismos me dieron cartas para los hermanos de Damasco, y yo me dirigí allá con el propósito de traer encadenados a Jerusalén a los que encontrara en esa ciudad, para que fueran castigados.
En el camino y al acercarme a Damasco, hacia el mediodía, una intensa luz que venía del cielo brilló de pronto a mi alrededor.
Caí en tierra y oí una voz que me decía: 'Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?'.
Le respondí: '¿Quién eres, Señor?', y la voz me dijo: 'Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues'.
Los que me acompañaban vieron la luz, pero no oyeron la voz del que me hablaba.
Yo le pregunté: '¿Qué debo hacer, Señor?'. El Señor me dijo: 'Levántate y ve a Damasco donde se te dirá lo que debes hacer'.
Pero como yo no podía ver, a causa del resplandor de esa luz, los que me acompañaban me llevaron de la mano hasta Damasco.
Un hombre llamado Ananías, fiel cumplidor de la Ley, que gozaba de gran prestigio entre los judíos del lugar,
vino a verme y, acercándose a mí, me dijo: 'Hermano Saulo, recobra la vista'. Y en ese mismo instante, pude verlo.
El siguió diciendo: 'El Dios de nuestros padres te ha destinado para conocer su voluntad, para ver al Justo y escuchar su Palabra,
porque tú darás testimonio ante todos los hombres de lo que has visto y oído.
Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, recibe el bautismo y purifícate de tus pecados, invocando su Nombre'.

Salmo 117(116),1.2. 
¡Alaben al Señor, todas las naciones,
glorifíquenlo, todos los pueblos!

Porque es inquebrantable su amor por nosotros,
y su fidelidad permanece para siempre.

¡Aleluya!



Evangelio según San Marcos 16,15-18. 
Entonces les dijo: "Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación."
El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará.
Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas;
podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán".