viernes, 23 de diciembre de 2016

La Navidad que quiero vivir

Camino a Belén

Lo reconozco. No he amado lo suficiente.
A veces Dios permite pruebas para que ames y crezcas en la fe. Pero no siempre lo comprendemos.
Te afanas por pequeñeces y olvidas tener presencia de Dios. Me ha pasado esta semana. Me doy cuenta que la montaña de Dios es difícil de escalar. Tiene salientes peligrosas. Me he dado una caída estrepitosa esta semana.
Pero no me rindo. Me levanto y vuelvo a empezar.  En la fe, debes ser persistente, no rendirte. Dios siempre prepara algo bueno para ti. Suelo decir que “con Dios lo mejor siempre está por venir”.
Sólo hay que confiar.
¿Difícil? No cuando te ha mostrado el camino.   A mí me encanta saber que Dios es Todopoderoso y que es  nuestro Padre. Un padre tierno y justo y Misericordioso.
En estos días he salido poco de la casa. He dedicado más tiempo a mi familia, la oración y escribir.
Me  gustaría una navidad sencilla,  como la que pasaron san José y la Virgen María.  Está por nacer el bebé y no encuentran posada. El pobre san José seguro sufrió mucho sabiendo que venía al mundo el hijo de Dios y él no podía darle un lugar para nacer.
Un sacerdote me aconsejó una vez meterme en los escenarios bíblicos. María y José piden posada, soy un transeúnte que justo pasa por esa callejuela en ese momento. Veo a san José, a la Virgen, quisiera darles cobijo. No entiendo lo que hablan, pero sé con precisión lo que ocurre.  Me quedo a la distancia y camino detrás sin llamar mucho la atención.  A medida que leo la Biblia, estoy allí, soy uno con ellos.
Como escritor católico es un ejercicio que me encanta, lo disfruto mucho. He caminado al lado de Jesús a medida que leo el Evangelio. He visto a Pedro arrojándose al agua al reconocer a Jesús.
¿Por qué lo disfruto tanto?  Porque debes conocer a una persona para poder amarla. Y esto me ha  permito conocer más a Jesús. Además como escritor suelo imaginar que estoy en un lugar para poder recrearlo y escribir de él.
Espera, parece que ya encontraron posada.  La estrella se ha detenido en el cielo. No veo nada extraordinario, todo es tan normal y simple y puro. 
Todo es tan hermoso.


Papa Francisco: El niño Jesús como los niños refugiados de nuestros días El significado del pesebre traído de Malta, isla de confín entre Europa y África donde pasan chalupas de solicitantes asilo

Papa Francisco: El niño Jesús como los niños refugiados de nuestros días


“En la experiencia dolorosa de estos hermanos y hermanas vemos la del Niño Jesús, que al nacer no encontró un lugar que lo acogiera y fue alumbrado en la Gruta de Belén”, expresó el papa Francisco en la audiencia de agradecimiento a los donadores del árbol de Navidad y del pesebre que adornan la plaza de San Pedro durante el Adviento y la Navidad de 2016.
Este año, el pesebre que engalana la plaza de San Pedro, que se inaugura hoy 9 de diciembre en la tarde, fue realizado por el maltés Manwel Grech.
Esta representación del Nacimiento “evoca también la triste y trágica realidad” de los migrantes en las balsas, viajando hacia Europa.
En este contexto, el Pontífice comparó el nacimiento del niño Jesús con los niños refugiados de hoy, que “luego fue llevado a Egipto para huir de la amenaza de Herodes”.
En la audiencia recordó que cuantos visiten el pesebre en la plaza de San Pedro este año, “estarán invitados a redescubrir su valor simbólico, que es un mensaje de fraternidad, del compartir, de acogida y de solidaridad”.
“También los Pesebres instalados en las iglesias, en las casas y en tantos lugares públicos son una invitación a hacerle lugar en nuestra vida y en la sociedad a Dios, escondido en el rostro de tantas personas que están en condiciones de dificultad, de pobreza y de tribulación”, agregó.
Navidad, árbol de navidad, San Pedro
Navidad, árbol de navidad, San Pedro 
El Papa asimismo tuvo palabras para el abeto navideño colocado cerca del pesebre en la plaza de San Pedro que proviene de Trentino, norte de Italia. “La belleza de esos panoramas es una invitación a contemplar al Creador y a respetar la naturaleza, obra de sus manos. Todos estamos llamados a acercarnos a la creación con estupor contemplativo”.
De esta manera, el pesebre y el árbol forman parte de un mensaje “de esperanza y de amor, y ayudan a crear el clima navideño favorable para vivir con fe el misterio del Nacimiento del Redentor, que vino a la tierra con simplicidad y mansedumbre”.
“Dejémonos atraer, con ánimo de muchachos, por el pesebre -concluyó-, porque allí se comprende la bondad de Dios y se contempla su misericordia, que se hizo carne humana para enternecer nuestras miradas”.

Feria de Adviento: Semana antes de Navidad (23 dic.)


Libro de Malaquías 3,1-4.23-24. 

Así habla el Señor Dios.
Yo envío a mi mensajero, para que prepare el camino delante de mí. Y en seguida entrará en su Templo el Señor que ustedes buscan; y el Angel de la alianza que ustedes desean ya viene, dice el Señor de los ejércitos.
¿Quién podrá soportar el Día de su venida? ¿Quién permanecerá de pie cuando aparezca? Porque él es como el fuego del fundidor y como la lejía de los lavanderos.
El se sentará para fundir y purificar: purificará a los hijos de Leví y los depurará como al oro y la plata; y ellos serán para el Señor los que presentan la ofrenda conforme a la justicia.
La ofrenda de Judá y de Jerusalén será agradable al Señor, como en los tiempos pasados, como en los primeros años.
Yo les voy a enviar a Elías, el profeta, antes que llegue el Día del Señor, grande y terrible.
El hará volver el corazón de los padres hacia sus hijos y el corazón de los hijos hacia sus padres, para que yo no venga a castigar el país con el exterminio total.

Salmo 25(24),4-5.8-9.10.14. 
Muéstrame, Señor, tus caminos,
enséñame tus senderos.
Guíame por el camino de tu fidelidad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y mi salvador,


Yo espero en ti todo el día,
El Señor es bondadoso y recto:
por eso muestra el camino a los extraviados;

él guía a los humildes para que obren rectamente
y enseña su camino a los pobres.
Todos los senderos del Señor son amor y fidelidad,
para los que observan los preceptos de su alianza.

El Señor da su amistad a los que lo temen
y les hace conocer su alianza.

Evangelio según San Lucas 1,57-66. 
Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo.
Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella.
A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre;
pero la madre dijo: "No, debe llamarse Juan".
Ellos le decían: "No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre".
Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran.
Este pidió una pizarra y escribió: "Su nombre es Juan". Todos quedaron admirados.
Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios.
Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea.
Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: "¿Qué llegará a ser este niño?". Porque la mano del Señor estaba con él.