miércoles, 14 de diciembre de 2016

El Papa Francisco revela cuál es “la tentación más peligrosa” para los seminaristas

Imagen referencial / Seminarista. Foto: Flickr Daniel Kedinger (CC BY-NC-ND 2.0).

El Papa Francisco advirtió a los seminaristas que el gran obstáculo que deberán esquivar durante su formación para el sacerdocio es el narcisismo, pensar solo en uno mismo, “la tentación más peligrosa”.
En un discurso escrito entregado en el Palacio Apostólico a la Comunidad del Pontificio Seminario Regional de Puglia “Pío XI”, el Papa describió el ministerio sacerdotal como una vocación que se realiza a través de una triple pertenencia: “al Señor, a la Iglesia y al Reino”.
“Esa pertenencia –explicó el Santo Padre–, naturalmente, no se improvisa, ni nace después de la ordenación, sino antes”.
El Pontífice explicó que “la palabra ‘pertenencia’ implica el sentirse parte de un todo. Solo si nos sentimos parte de Cristo, de la Iglesia y del Reino, caminaremos bien en los años del Seminario”.
Francisco advirtió a los seminaristas que “no todo comienza y termina conmigo. Puedo y debo mirar más allá de mí mismo, con el fin de acogerme a la belleza y a la profundidad del misterio que me rodea, de la vida que me supera, de la fe en Dios que sostiene cada cosa y a cada persona, incluso a mí”.
“¿Cómo puedo acogerme a Cristo si solo pienso en mí mismo?”, se preguntó el Papa. “¿Cómo puedo disfrutar de la belleza de la Iglesia, si mi única preocupación es salvarme, protegerme y salir indemne de cada circunstancia? ¿Cómo puedo entusiasmarme con la aventura de la construcción del Reino de Dios si cada entusiasmo queda frenado por el miedo a perder alguna cosa mía?”
En este tiempo litúrgico de Adviento, dijo, “estamos invitados a vigilar el riesgo real de ser narcisistas, porque sin esta vigilancia ningún camino vocacional es realmente posible”.
Por lo tanto, hay prepararse para pertenecer “a Cristo, a los hermanos con los que compartimos el ministerio y la fe, a todas las personas que encontramos en la vida. ¡Y es en el seminario donde se empieza a aprender a relacionarse bien!”.
“No se puede pretender caminar hacia el sacerdocio sin haber tomado esta decisión en el corazón: quiero ser un hombre que se relacione”.
El Obispo de Roma invitó a los presentes a no sentirse “diferentes de sus coetáneos. No traten de ser mejores que otros jóvenes. Aprendan a estar con todos, no tengan miedo de ensuciarse las manos”.
“Si mañana van a ser sacerdotes que vivan en medio del pueblo santo de Dios, hoy deben comenzar a ser jóvenes que sepan estar con todos, que sepan aprender de cada persona que se encuentran en el camino, con humildad y con inteligencia”.
Sin embargo, precisó, esa relación con los demás debe fundamentarse en el Señor. “Que la base de toda relación sea la relación con Cristo”, señaló, e indicó que “el lugar en el que crece la relación con Cristo es la oración, y el fruto más maduro de la oración siempre es la caridad”.





Alemania: ¿Hacia la unidad entre protestantes y católicos? Los protestantes encontrarían la separación cada vez más arbitraria

Alemania: ¿Hacia la unidad entre protestantes y católicos?



Todavía parece que hay pocos cristianos que tengan un conocimiento profundo de su propia religión, valora el teólogo Detlef Pollack, según informa el sitio web de la Conferencia Episcopal de Alemania.
Los diferentes eventos en conmemoración de los 500 años de la Reforma dejan ver la falta de conocimiento que los mismos protestantes podrían tener de su propia religión. Lo mismo puede lamentarse por parte de los católicos. La verdadera herencia teológica de la Reforma parece de hecho haber sido largamente ignorada, según este teólogo.
Así, relata, por ejemplo, que hay estudios que muestran que la mayoría de los protestantes piensa que es a través de las buenas obras que se encuentra la salvación y la elección de Dios.Sin embargo, una de las principales causas de la ruptura con la Iglesia católica en tiempos de la Reforma fue precisamente el rechazo de los protestantes a la Salvación a través de las obras.
Por tanto, estos protestantes tendrían una concepción demasiado “católica” de la religión cristiana en este aspecto. A menudo explican también que el protestantismo es para ellos, primero, una “ética”, mientras que para Lutero la fe tiene mucha más importancia que la moral, porque es únicamente a través de la fe que el hombre puede salvarse y abrirse a la gracia de Dios. La mayoría de los protestantes llegan a decir incluso que las afirmaciones teológicas no constituyen un elemento fundamental de su identidad cristiana. Y sin embargo fueron estas afirmaciones teológicas las que llevaron a los protestantes a escindirse de la Iglesia católica.
De esta manera, parece que las profundas diferencias entre católicos y protestantes se están difuminando para muchos alemanes. La separación entre las dos confesiones a muchos le resulta arbitraria.Solamente una minoría muy comprometida entiende todavía aquello que separa las dos confesiones y sabe, por ejemplo, por qué católicos y protestantes no pueden comulgar juntos.
Por tanto la fe ya no se define realmente de manera confesional en Alemania. Más bien se percibe una separación entre personas religiosamente comprometidas y personas que han abandonado completamente el cristianismo, con muchas fases intermedias.
Entre católicos y protestantes reina un profundo consenso en la mayor parte de los ámbitos que no son directamente teológicos. ¿Tal vez podríamos ver este desvanecimiento de diferencias y de la distinción específica de protestante como un signo de esperanza? Quizás sea la prueba del progreso de la unidad de todos los cristianos y de que lo esencial es llegar a una Iglesia que sea de verdad el cuerpo de Cristo al mismo tiempo que el pueblo de Dios, guiado por el vicario de Cristo, heredero de san Pedro.

Miércoles de la terce semana de Adviento


Libro de Isaías 45,6b-8.18.21b-25. 

Para que se conozca,
desde el Oriente y el Occidente,
que no hay nada fuera de mí.
Yo soy el Señor, y no hay otro.
Yo formo la luz y creo las tinieblas, hago la felicidad y creo la desgracia: yo, el Señor, soy el que hago todo esto.
Destilen, cielos, desde lo alto, y que las nubes derramen la justicia! ¡Que se abra la tierra y produzca la salvación, y que también haga germinar la justicia! Yo, el Señor, he creado todo esto.
Porque así habla el Señor, el que creó el cielo y es Dios, el que modeló la tierra, la hizo y la afianzó, y no la creó vacía, sino que la formó para que fuera habitada: Yo soy el Señor, y no hay otro.
¡Declaren, expongan sus pruebas! ¡Sí, deliberen todos juntos! ¿Quién predijo esto antiguamente y lo anunció en los tiempos pasados? ¿No fui yo, el Señor? No hay otro Dios fuera de mí; un Dios justo y salvador, no lo hay, excepto yo.
Vuélvanse a mí, y serán salvados, todos los confines de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay otro.
Lo he jurado por mí mismo, de mi boca ha salido la justicia, una palabra irrevocable: Ante mí se doblará toda rodilla, toda lengua jurará por mí,
diciendo: Sólo en el Señor están los actos de justicia y el poder. Hasta él llegarán avergonzados todos los que se enfurecieron contra él.
En el Señor hallará la justicia y se gloriará toda la descendencia de Israel.

Salmo 85(84),9ab-10.11-12.13-14. 
Voy a proclamar lo que dice el Señor:
el Señor promete la paz,
Su salvación está muy cerca de sus fieles,
y la Gloria habitará en nuestra tierra.

El Amor y la Verdad se encontrarán,
la Justicia y la Paz se abrazarán;
la Verdad brotará de la tierra
y la Justicia mirará desde el cielo.

El mismo Señor nos dará sus bienes
y nuestra tierra producirá sus frutos.
La Justicia irá delante de él,
y la Paz, sobre la huella de sus pasos.


Evangelio según San Lucas 7,19-23. 
Los envió a decir al Señor: "¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?".
Cuando se presentaron ante él, le dijeron: "Juan el Bautista nos envía a preguntarte: '¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?'".
En esa ocasión, Jesús curó mucha gente de sus enfermedades, de sus dolencias y de los malos espíritus, y devolvió la vista a muchos ciegos.
Entonces respondió a los enviados: "Vayan a contar a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los paralíticos caminan, los leprosos son purificados y los sordos oyen, los muertos resucitan, la Buena Noticia es anunciada a los pobres.
¡Y feliz aquel para quien yo no sea motivo de tropiezo!".